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334 BÁRBARA YOLANDA PADILLA FERNÁNDEZ Y GERARDO ALFONSO MÁRQUEZ SÁNCHEZ quedando una cavidad quística intermedia que puede drenar intermitentemente en vejiga o a través del ombligo. Son más frecuentes en adul- tos que en lactantes. Cuando el quiste adquiere el tamaño suficiente se palpa una masa hipogástrica cerca de la vejiga o aparece en una ecografía prac- ticada por otro motivo [2]. El diagnóstico certero es mediante ecografía, aunque si hay infección masiva, que puede llevar a peritonitis en caso de ruptura [15], o presentación difícil, la TC está indicada. El tratamiento consiste en la extirpación local del uraco [2]. El divertículo del uraco Se produce cuando la porción del uraco próxi- ma a la vejiga permanece permeable, acompaña- do de una obstrucción infravesical, formándose una herniación de la mucosa vesical entre defec- tos de las fibras de músculo liso de la vejiga (Fi- gura 1) [2]. Figura 1. Cistoscopia en varón de 38 años con diver- tículo de uraco. Se observa la burbuja de aire en el in- terior del divertículo uracal (Fuente: archivo personal de la Dra. María Fernanda Lorenzo Gómez. Uróloga en Complejo Asistencial Universitario de Salamanca. Salamanca 37007, España). Tratamiento Se individualizará. De esta forma, en los di- vertículos congénitos pequeños y asintomáticos de hallazgo incidental, se adopta una conducta de observación regular, mientras que en aquellos divertículos adquiridos se debe en primer lugar eliminar la causa de obstrucción distal y poste- riormente se realiza la resección diverticular tra- dicionalmente hecha vía intravesical [2]. 1.5. Uretra Las más importantes son las siguientes: Hipospadias Se define como la detención del desarrollo de la uretra anterior (sexual), por una inadecuada androgenización, y en la que el meato uretral se abre en cualquier punto de la cara ventral o infe- rior del pene, entre el periné y el glande. A este defecto congénito uretral se unen los siguientes elementos peneanos [17]: – Curvatura ventral del pene («corda»). – Anomalía del prepucio que es redundante en la cara dorsal y deficiente en la parte ventral (falta de unión de los repliegues ectodérmi- cos). - Meato uretral anómalo por hipoplasia de este (falta de cuerpo esponjoso) y frecuente este- nosis. El hipospadias es la anomalía uretral más fre- cuente y puede, dependiendo de su grado, alcan- zar 16,8 /10 000 varones [18]. Aumento del 7% de la incidencia en caso de hermanos [17]. Embriológicamente el defecto se debe al de- fecto en la tubulización del surco o placa uretral, que procede del seno urogenital (endodermo) y que se produce a partir de la 11 semana bajo la acción de la testosterona fetal. La uretra glandu- lar o balánica tiene una independencia de este desarrollo ya que se forma de una invaginación epitelial (ectodermo, epitelio escamoso estratifi- cado) que se tubuliza y se une al resto de la uretra. La falta de unión entre la uretra glandular y la uretra anterior origina la forma de hipospadias más frecuente: hipospadias balánico [17]. Por lo tanto, en la formación de un hipospa- dias pueden darse las siguientes alteraciones em- briológicas [17]: – Fallo en la tubulización uretral apareciendo el meato ectópico en cualquier lugar de la cara ventral del pene, del escroto o del periné. – Fallo en la unión de la uretra glandular con la peneana.
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