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investigación. Las técnicas habituales no son suficientemente sensibles para estudiar infección por VRS en adultos, en los que se recomienda usar RT-PCR y serología Profilaxis y tratamiento. El aislamiento relativo de los niños en riesgo de evolución severa y el lavado de manos son medidas simples de prevención relativamente efectivas. Basado en que la gravedad de la infección se relaciona inversamente con el nivel de anticuerpos del niño, se ensayó la administración de inmunoglobulina específica anti VRS endovenosa en prematuros con y sin displasia broncopulmonar (DBP), logrando disminuir las hospitalizaciones. Posteriormente, el desarrollo de anticuerpos monoclonales anti VRS (PalivizumabR) representó un nuevo avance. La Academia Americana de Pediatría recomienda su uso en prematuros menores de 32 semanas y en portadores de DBP menores de 2 años. Se administra vía intramuscular, 15 mg/kg mensual, durante la temporada de VRS: en Chile entre Mayo y Septiembre El desarrollo de una vacuna ha sido infructuoso por la débil respuesta inmune en recién nacidos y lactantes pequeños y la experiencia negativa con vacuna inactivada en los años 60, la que se asoció a una infección natural posterior más severa; la explicación más aceptada de ese hecho es un desbalance entre la respuesta de tipo Th1 y Th2. Actualmente no se dispone de vacuna. Se están desarrollando vacunas de subunidades y con cepas atenuadas, y dadas las dificultades inherentes a la patogenia de la infección por VRS, el objetivo primario es prevenir la enfermedad severa, más que la infección por el virus. La infección por VRS es autolimitada y el tratamiento es sintomático. Debe evaluarse la situación clínica y el grado de saturación de oxígeno cuando hay obstrucción bronquial, pues con saturaciones bajo 95% se recomienda hospitalizar para administrar oxígeno. El uso de broncodilatadores y corticoides es controvertido y sólo podría tener indicaciones en presencia de antecedentes de asma. El uso de ribavirina en aerosol tampoco ha dado los resultados esperados. La ventilación mecánica, último recurso terapéutico ante la insuficiencia respiratoria, ha logrado bajar la letalidad de la infección METAPNEUMOVIRUS HUMANO (HMPV) El metapneumovirus humano (hMPV) fue descrito en el 2001 por holandeses. Se ha asociado a infección respiratoria aguda (IRA) en niños, adultos e inmunocomprometidos. Por sus características estructurales se clasificó, al igual que el VRS, en la familia Paramyxoviridae, subfamilia Pneumovirinae, pero en un género distinto: Metapneumovirus, junto al único miembro previamente descrito, el metapneumovirus aviar (AMPV). Se han identificado dos grupos: A y B, cada uno dividido en los subgrupos 1 y 2. Este virus posee un RNA de hebra simple negativa no segmentada, cuya organización es diferente a la del VRS y carece de los genes que codifican para las proteínas no estructurales, NS1 y NS2. El genoma asociado a las proteínas N (nucleoproteína), P (fosfoproteína) y L (large), conforman la nucleocápsula helicoidal que está envuelta por un manto, constituido por una bicapa de lípidos derivada de la membrana plasmática de la célula huésped, en la cual se encuentran insertas tres glicoproteínas (gp): de adhesión (G), de fusión (F) que participa en la formación de sincicios en los cultivos celulares, e hidrofóbica pequeña (SH). Tanto G como F constituyen las espículas que se encuentran en la superficie del virión. En la cara interna de la membrana estas gp interactúan con la proteína de la matriz (M). La proteína L es considerada la RNA polimerasa viral y para su funcionamiento requiere de la presencia de las proteínas N y P.
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