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patogenesis de Adenovirus

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En general, los adenovirus ingresan al huésped por inhalación de núcleos goticulares o por vía oral, también puede ocurrir inoculación directa en la mucosa nasal o conjuntival por medio de las manos, toallas contaminadas o medicamentos oftálmicos. El virus se replica en las células epiteliales que tapizan la bucofaringe, así como los órganos respiratorios y entéricos, produciendo necrosis celular e inflamación, además son capaces de producir infecciones líticas, latentes y transformadoras. La característica histológica de la infección por adenovirus es la presencia de una inclusión intranuclear central densa (formada por ADN y proteínas víricas) en el interior de una célula epitelial infectada, estas inclusiones pueden parecerse a las que se observan en las células infectadas por citomegalovirus, pero los adenovirus no provocan aumento de tamaño celular (citomegalia). 
A veces ocurre viremia, lo cual puede dar por resultado la propagación a sitios distantes, como riñones, vejiga, hígado, tejido linfoide (incluyendo nódulos mesentéricos) y, en ocasiones, al sistema nervioso central. En la fase aguda de la infección, los sitios distantes también pueden mostrar inflamación; por ejemplo, a veces durante una infección grave se observa dolor abdominal, que se piensa es resultado de linfadenitis mesentérica causada por el virus. Después de la fase aguda de la enfermedad, los virus pueden permanecer en los tejidos, en particular en estructuras linfoides como amígdalas, adenoides y placas de Peyer en el intestino y pueden reactivarse y esparcirse sin producir enfermedad durante los 6 a 18 meses posteriores. Esta reactivación aumenta por sucesos estresantes (reactivación por estrés), como la infección causada por otros agentes. Se ha mostrado la posibilidad de integración del DNA adenoviral en el genoma celular del huésped; este estado latente puede persistir durante años en el tejido de las amígdalas y en los linfocitos en sangre periférica.
La actividad toxica de la pentona, que se localizan en cada uno de los 12 vértices del icosaedro, puede dar lugar a una inhibición del transporte celular del ARNm y de la síntesis proteica, el redondeamiento de la célula y lesiones tisulares. Los adenovirus han desarrollado otras estrategias novedosas para sobrevivir en el huésped que, sin embargo, causan efectos perjudiciales. Incluyen la codificación de una proteína en su región genómica E3 temprana que enlaza los antígenos del MHC clase I en el retículo endoplásmico, lo cual restringe su expresión sobre la superficie de las células infectadas e interfiere con el reconocimiento y destrucción por parte de las células T citotóxicas. Esta capacidad para evadir la vigilancia inmunológica puede ser vital para el establecimiento de la latencia. Otra proteína temprana (E1A) se ha asociado con aumento en la susceptibilidad de las células epiteliales a la destrucción por parte del factor de necrosis tumoral y otras citocinas. Se han descrito otras proteínas que tienen una variedad de efectos en las funciones de las células y en su susceptibilidad a la citólisis. Una de ellas, llamada proteína citolítica adenoviral (adenovirus death protein), se considera importante para la lisis eficiente de las células infectadas y la liberación de viriones recién formados. Las proteínas restringen a las células T citotóxicas y aumentan la susceptibilidad a las citocinas.
Los adenovirus infectan principalmente a los niños y, con una menor frecuencia, a los adultos, en individuos inmunodeprimidos se producen cuadros clínicos a partir de virus reactivados. Los síndromes respiratorios agudos varían tanto en manifestaciones clínicas como en gravedad, incluyen fiebre, rinitis, faringitis, tos y conjuntivitis. También son causas comunes de faringitis exudativa no estreptocócica, en particular en niños menores de tres años. Las conjuntivitis y queratoconjuntivitis agudas (en la que la mucosa de la conjuntiva palpebral adquiere un aspecto granular o nodular, y ambas conjuntivas palpebral y bulbar se inflaman) y ocasionalmente crónicas se han asociado con diversos serotipos. También pueden presentarse enfermedades más graves, como laringitis, crup, bronquiolitis y neumonía. Un síndrome de faringitis y conjuntivitis (fiebre faringoconjuntival) se asocia de manera clásica con la infección por adenovirus. Estos virus también pueden causar cistitis hemorrágica aguda, en la que la hematuria y la disuria son síntomas prominentes. Algunos serotipos son causas importantes de gastroenteritis.

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