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Nutricion-y-Embarazo

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NUTRICIÓN EN EL 
EMBARAZO 
 
1 
 INDICE 
 
1. Introducción.…………………………………………….............. 2 
 
2. Importancia del estado nutricional previo a la concepción…. 4 
 
3. Cambios fisiológicos durante el embarazo……………….….. 7 
 
4. Necesidades nutricionales ……………………………………. 10 
 
5. Patologías alimentarias en la gestación…………….….……. 17 
 
6. Embarazos con mayor control alimentario……….………..... 24 
 
6.1. Embarazo adolescente 
6.2. Embarazo vegetariano 
 
7. Embarazo y suplementación………..……………….……….. 34 
 
8. Seguridad alimentaria……………………………….………… 38 
 
9. Conclusión………………………………………………………. 40 
 
10. Bibliografía……………………………………………………… 42 
 
 
 
 
 
 
 
2 
 INTRODUCCIÓN 
 
Todos coincidimos en que la alimentación durante el embarazo cobra una especial 
importancia y delicadeza. 
En este trabajo vamos abordar el tema desde varios puntos de vista que nos han 
resultado interesantes, y pueden aportar un gran aprendizaje, ya que muchos son 
temas que causan controversia. 
Comenzaremos con la relevancia de tener un buen estado nutricional desde antes de 
comenzar el embarazo. Los aspectos a tener en cuenta, recomendaciones y hábitos 
para favorecer la fertilidad. 
Comentaremos los cambios fisiológicos relacionados con la gestación y trataremos las 
necesidades nutricionales ya que las dietas maternas deben proporcionar unos 
substratos de energía, proteínas, vitaminas y minerales específicos 
Los nutrimientos ingeridos por la madre durante el embarazo pueden tener influencias 
específicas en el desarrollo fetal. 
 Una nutrición adecuada agiliza la recuperación de la madre después del parto, por lo 
contrario, con una dieta inadecuada durante el embarazo puede provocar 
complicaciones tales como un parto prematuro, anemia, malformaciones congénitas, 
diabetes gestacional… 
Mencionaremos las enfermedades alimenticias que más se dan durante el embarazo, 
el método de prevención alimenticio y los factores de riesgo 
Posteriormente destacaremos dos tipos de embarazo: 
El primero, el embarazo en la adolescencia. La alimentación cobra especial 
importancia durante el embarazo, pero más aún si éste se produce durante la 
adolescencia. Periodo en el que las demandas de energía y nutrientes son mayores 
que en otras etapas de la vida. Ya que a las necesidades nutritivas de la adolescente 
embarazada se le suman las propias de la edad. 
 El segundo embarazo será a través de una dieta vegetariana. Con lo que 
intentaremos explicar que otros estilos de alimentación sin carencias nutricionales son 
posibles siguiendo las pautas adecuadas. 
 
3 
También abarcaremos el tema de la suplementación durante el embarazo. El cual 
tiene muchas posturas y en el que la última decisión corre a manos de la madre. 
Concluiremos aclarando que si bien todos los grupos de población son vulnerables a 
las enfermedades transmitidas por los alimentos, las mujeres embarazadas y el feto 
son especialmente vulnerables a los peligros de origen químico y microbiológico. En 
este apartado trataremos de dar las pautas para evitar una toxiinfección alimentaria. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 IMPORTANCIA DE LA NUTRICIÓN PREVIA AL EMBARAZO__ 
 
El estado nutricional es un factor que condiciona, en muchos casos decisivamente, el 
curso de la gestación. Es sabido que estados de malnutrición y carenciales pueden 
provocar alteraciones en el curso del embarazo; partos prematuros, malformaciones 
fetales, abortos, incluso algunas situaciones de malnutrición severa pueden llevar a la 
mujer a situaciones de infertilidad, impidiendo así la fecundación. 
 Todo esto ha llevado a asegurar que es imprescindible un adecuado estado 
nutricional para asegurar la normalidad en el curso de un embarazo. 
Desde el mismo momento en que se considera la posibilidad de un embarazo, se debe 
prestar un especial cuidado a la alimentación. La etapa de la preconcepción es muy 
importante, y sirve para prepararse para concebir al futuro bebé en las mejores 
condiciones posibles. Por eso, además de llevar una vida activa y saludable, libre de 
hábitos nocivos, como el tabaco, el alcohol y las drogas, la futura madre debe de 
seguir una dieta sana y completa para evitar defectos congénitos en el bebé. 
En cuanto al aspecto nutricional, existen tres factores fundamentales a tener en cuenta 
a la hora de planear un embarazo: 
 El peso 
 El hierro 
 El ácido fólico 
 
Peso 
 
Fundamental conocer nuestro peso ideal. Los extremos no son buenos así que es 
importante saber si la futura mamá está por encima o por debajo de su peso ideal. 
Hay varios métodos para determinar el peso ideal, aunque también hay unos límites 
en las variaciones de peso de una persona. El nutricionista o médico determinarán 
cuánto y cómo bajar o subir de peso en caso de ser necesario. En caso de 
encontrarse con sobrepeso el momento ideal para normalizarlo es antes del 
embarazo. Nunca se debe intentar hacer dieta durante el embarazo; cuando uno 
 
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adelgaza se producen ciertas sustancias llamadas cuerpos cetónicos que atraviesan la 
placenta y son dañinos para el bebé. 
El índice de masa corporal es el método más usado para conocer el peso ideal de una 
persona, es un número que pretende determinar, a partir de la estatura y el peso, el 
rango más saludable de peso que puede tener una persona y se obtiene al dividir: el 
peso en kilos, entre la estatura al cuadrado. 
 
El IMC normal es de 20 a 25. Para determinar la ganancia de peso recomendable en 
cada caso se deben seguir las siguientes estimaciones: 
1. IMC por debajo de 20: La ganancia debe ser entre 11.5 y 16 kilos. 
2. IMC entre 20 y 25: La ganancia debe ser entre 9 y 11.5 kilos 
3. IMC entre 26 y 30: La ganancia debe ser entre 7 y 9 kilos 
4. IMC por arriba de 30: La ganancia debe ser de hasta 6 kilos máximo 
Las mujeres que inician el embarazo con sobrepeso o las que ganan demasiado 
durante el embarazo, se exponen a varios riesgos: 
 Las mujeres embarazadas obesas tienen un riesgo incrementado de 
padecer diabetes gestacional, bebés grandes, defectos en el “tubo neural”, 
preeclampsia, e inducción al parto. 
 
 Por el contrario, las deficiencias nutricionales de la madre sumadas al bajo 
peso al nacer del bebé, son a nivel mundial la causa más importante de 
muerte infantil, en niños menores de 5 años. 
 
Hierro y Ácido fólico. 
Como hemos comentado anteriormente, hierro y ácido fólico son imprescindibles en la 
dieta y tener unos niveles adecuados de estos micronutrientes nos hará tener una 
tranquilidad previa al futuro embarazo. 
 
 
 
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Recomendaciones en caso de plantearse un embarazo: 
- Una consulta médica pre-concepción. 
- Llevar una alimentación completa y variada. 
- No tomar medicamentos. 
- No consumir tabaco, alcohol y drogas. 
- Realizar ejercicio físico. 
- Llevar una vida tranquila, alejada del estrés. 
- La otra persona de la pareja también cuenta. 
 
Por último comentar que nuestro estado emocional está muy ligado a los alimentos de 
nuestro entorno que visualizamos e ingerimos. 
Por ello hay ciertos estudios que demuestran que ciertos hábitos alimenticios 
ayudarán a una mayor fertilidad para la pareja: 
- Controlar la ingesta de cafeína. 
- Consumir los carbohidratos lo menos refinados posibles. 
- Comer alimentos verdes, rojos y amarillos. 
- Incrementar moderadamente el consumo de pescado azul. 
- Ingerir alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes. 
- Proporcionar un punto óptimo de calor a cada alimento. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 CAMBIOS FISIOLÓGICOS EN EL EMBARAZO 
 
Volumen y composición sanguíneos 
El volumen sanguíneo aumenta aproximadamente un 50% al final del embarazo. Ello 
determina una reducción de las concentraciones de hemoglobina, albúmina sérica 
puede ser consecuencia de la acumulaciónde líquidos. 
La disminución de las concentraciones de vitaminas hidrosolubles hace que la 
determinación de una ingesta inadecuada o de un estado de carencia nutricional 
resulte compleja. Por otra parte, las concentraciones séricas de vitaminas liposolubles 
y de otras fracciones lipídicas, como triglicéridos, colesterol y ácidos grasos libres, 
aumentan. 
 
Función cardiovascular y pulmonar 
Durante el embarazo, el gasto cardíaco se incrementa y el tamaño del corazón en un 
12%. La presión arterial diastólica disminuye durante los 2 primeros trimestres debido 
a la vasodilatación periférica, aunque recupera los valores previos al embarazo en el 
tercer trimestre. 
 El edema leve en las extremidades inferiores es un trastorno normal del embarazo, 
derivado de la presión del útero en expansión sobre la vena cava inferior. El retorno 
venoso al corazón disminuye, lo que induce reducción del gasto cardíaco y la presión 
arterial y edema de las extremidades inferiores. Este edema fisiológico leve se asocia 
a bebés ligeramente mayores y menos tasa de prematuridad. 
Las necesidades maternas de oxígeno aumentan y el umbral de dióxido de carbono se 
reduce, lo que hace que las embarazadas se sientan disneicas (que les falta el aire). 
Esta sensación de disnea se ve incrementada, porque el útero impulsa el diafragma 
hacia arriba. Como compensación, se produce un intercambio gaseoso pulmonar más 
eficaz. 
Función gastrointestinal 
Durante el embarazo, la función del tubo gastrointestinal sufre diversos cambios que 
afectan al estado nutricional. En el primer trimestre pueden producirse náuseas y 
 
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vómitos, seguidos de recuperación de apetito, aunque las aversiones por 
determinados alimentos son frecuentes. Las concentraciones incrementadas de 
progesterona relajan la musculatura uterina para permitir el crecimiento fetal, lo que 
determina también una menor motilidad gastrointestinal, con aumento de la 
reabsorción de agua. Ello suele dar lugar a estreñimiento. Además, el esfínter 
esofágico inferior relajado y la presión sobre el estómago por el crecimiento del útero 
producen, en ocasiones, regurgitación y reflujo gástrico. 
 El vaciamiento de la vesícula biliar se torna menos eficaz por efecto de la 
progesterona sobre la contractilidad muscular. El estreñimiento, la deshidratación, una 
dieta baja en calorías o una ingesta inapropiada son factores de riesgo de colelitiasis. 
Durante el segundo y el tercer trimestre, el volumen de la vesícula biliar se duplica y su 
capacidad de almacenamiento disminuye. 
Cabe destacar la enfermedad celíaca, este trastorno influye de forma adversa en la 
fertilidad y la absorción de nutrientes. Las mujeres celíacas están expuestas a alto 
riesgo de aborto espontáneo y parto prematuro. 
Algunos suplementos prenatales contienen gluten o aglutinantes de trigo, por lo que su 
uso debe evitarse. 
 
Placenta 
La placenta produce diversas hormonas responsables de la regulación del crecimiento 
fetal y del desarrollo de los tejidos de soporte maternos. Es el vehículo de del 
intercambio de nutrientes, el oxígeno y los productos de desecho. Las agresiones a la 
placenta comprometen la capacidad de nutrición del feto, con independencia del 
estado nutricional de la madre. Tales alteraciones pueden deberse a placentación 
inadecuada por embarazo previo o a pequeños infartos relacionados con preeclampsia 
o hipertensión. En fetos con restricción del crecimiento intrauterino, el tamaño de la 
placenta puede ser un 15-20% inferior a lo normal. Una placenta pequeña presenta 
menor superficie de vellosidades placentarias y menor capacidad funcional. 
 
Función renal 
La tasa de filtración glomerular aumenta en un 50% durante el embarazo. El volumen 
sanguíneo es mayor como consecuencia de la tasa de filtración glomerular más 
elevada, con menores concentraciones de creatinina sérica y nitrógeno ureico en 
 
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sangre. La reabsorción tubular renal es menos eficaz que en el estado no gestante y 
puede haber glucosuria, además de aumento de la excreción de vitaminas 
hidrosolubles. La glucosuria en pequeñas cantidades incrementa el riesgo de infección 
de las vías urinarias. Las embarazadas que se presentan con pielonefritis aguda son 
hospitalizadas para recibir antibioticoterapia agresiva, ya que esta infección afecta con 
facilidad al sistema respiratorio. 
 
Entorno uterino 
Un entorno uterino no idóneo afecta negativamente al desarrollo de diferentes tipos de 
células y órganos. No obstante, el objetivo es conseguir un entorno saludable, a través 
de un adecuado equilibrio de nutrientes y de la eliminación de potenciales teratógenos. 
Los factores que contribuyen a la consecución de resultados óptimos incluyen 
asistencia prenatal idónea, minimización del estrés y aportación de una dieta saludable 
durante el embarazo. 
Afortunadamente, las mujeres de bajo nivel socioeconómico pueden mejorar la calidad 
de su dieta por medio de la pertinente educación nutricional. Las mujeres con 
antecedentes de depresión presentan riesgo de desenlace inadecuado del embarazo y 
depresión postparto, procesos que ponen en peligro tanto a la madre como al recién 
nacido. El estado nutricional materno ha sido evaluado en relación con el peso al 
nacer del lactante, defectos del tubo neural y síndrome alcohólico fetal, una importante 
causa de retraso mental y trastornos del aprendizaje. 
 El peso al nacer mantiene una estrecha correlación con la mortalidad y la morbilidad 
infantiles. Cabe destacar que los lactantes si son grandes para su edad gestacional a 
menudo presentan hiperglucemia neonatal. 
Además se cree que el nivel de vitamina D previo a la concepción influye en el 3% del 
genoma humano y en la salud ósea a lo largo del ciclo vital. En realidad, el nivel de 
vitamina D materno puede programar el desarrollo esquelético neonatal. 
 
 
 
 
 
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 NECESIDADES NUTRICIONALES EN EL EMBARAZO 
 
La nutrición es el proceso por cual el organismo absorbe y asimila las substancias 
necesarias para el funcionamiento del cuerpo. Este proceso biológico es unos de los 
más importantes determinantes para el óptimo funcionamiento y salud. 
Las necesidades de macronutrientes y micronutrientes durante esta etapa son: 
 
ENERGÍA 
Las necesidades energéticas se ven aumentadas en el embarazo debido al aumento 
del metabolismo y el crecimiento del feto y sus anejos. Las necesidades de cada 
gestante van a depender de factores como su peso anterior al embarazo, las semanas 
de gestación y su actividad física. El aporte energético se reparte en un aumento de 
150 kcal durante el primer trimestre y 350 en el segundo y tercer trimestre, parte de 
esta energía es almacenada en forma de depósitos de grasa que constituyen un 
mecanismo de protección del feto frente a un posible estado de déficit al final de la 
gestación o durante la lactancia. La principal fuente de energía son los hidratos de 
carbono, destacando los complejos (arroz, patatas, pan...) e intentar evitar los HC 
simples (azúcar, miel, mermelada, bebidas azucaradas…) 
 
PROTEÍNAS 
Siguiendo una dieta variada y equilibrada, esto supone un aporte del 12-18%, no tiene 
por qué haber déficits, aún así es importante su consumo debido a los cambios que se 
producen en esta etapa, como la expansión del volumen sanguíneo materno, 
crecimiento mamario y aumento de los tejidos fetales y placentarios. El aumento de la 
ingesta de alimentos proteicos debe ser cuantitativa y cualitativamente. 
 
LÍPIDOS 
La cantidad de lípidos en la dieta será de un 30% de la energía total. Se deberá tener 
en cuenta la necesidad de ciertos ácidos grasos, que son importantes para la 
formación del sistema nervioso y la retina del feto, como son el EPA y DHA, por lo que, 
 
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teniendo una buena alimentación, con la adecuada presencia de pescado azul, las 
necesidades quedan cubiertas. Otros alimentos en los que se puede encontrareste 
tipo de grasas son: Aceites vegetales (como el de linaza, nuez, soja, germen de trigo y 
avellana) nueces, almendras, espinacas, col de bruselas, lechuga y pepino. 
 
VITAMINAS 
 
 Ácido fólico 
 
También conocido como folato., es la vitamina que más aumentada se ve en 
esta etapa ya que contribuye a la síntesis de glóbulos rojos, formación del tubo 
neural del bebé, la síntesis de ADN materno y el crecimiento fetal y placentario. 
Es importante su aumento antes de la concepción y durante las primeras 
semanas de embarazo ya que la formación del tubo neural finaliza en el día 28 
de gestación. 
 La dosis recomendada de esta vitamina durante el mes anterior al embarazo 
es de 400 microgramos al día, y 600 microgramos durante el periodo de 
gestación, con este aumento no se han visto complicaciones patológicas 
debido a que las necesidades se ven cubiertas. 
El ácido fólico es sensible al calor, lo que quiere decir que se elimina durante la 
cocción y en un almacenamiento durante un tiempo prolongado. 
 
 Vitamina C 
 
Cabe destacar la importancia de esta vitamina debido a que actúa como 
antioxidante y ayuda a la absorción de hierro en el organismo. Un déficit de 
vitamina C podría desencadenar a una carencia de hierro por su falta de 
absorción. 
La podemos encontrar en diferentes alimentos como cítricos, pimientos, kiwis, 
fresas, frambuesas, brócoli, coles de bruselas, patatas y calabazas. 
 
 Vitamina A 
 
No parece necesario un aumento del aporte de esta vitamina durante el 
embarazo, sin embargo, consumir dosis altas de esta vitamina puede dar lugar 
a malformaciones congénitas. 
 
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Hasta hace poco se aconsejaba un aumento de esta vitamina, pero los riesgos 
que comportaba su uso no justifican sus posibles beneficios, salvo, en casos 
de deficiencia. 
 
 Vitamina D 
 
También conocida como calciferol. Es importante el aumento de esta vitamina 
debido a que interviene en el metabolismo del calcio, potencia la función 
inmunitaria e interviene en el desarrollo fetal. 
La placenta produce vitamina D que favorece el transporte transplacentario del 
calcio. Se aconseja administrar suplementos de al menos 400 Ul/ día ya que un 
déficit podría desencadenar a tener un hijo con problemas de habla y 
concentración, malformación de huesos y raquitismo. 
No hay que olvidar que la fuente principal de esta vitamina es la luz solar, por 
lo que, con una exposición regular de sol (unos 15 min/día), se pueden aportar 
cantidades suficientes. 
La vitamina D la podemos encontrar en alimentos como: pescados grasos 
(salmón, caballa, sardinas, atún, anguila) 
 
 Vitamina E 
 
También llamada tocoferol. No está establecido que sea necesario un aumento 
de la ingesta de esta vitamina durante esta etapa, aunque se ha relacionado la 
carencia de esta vitamina con abortos, malformaciones... 
La vitamina E la podemos encontrar en alimentos como aceites vegetales, 
coco, germen de trigo, soja germinada, aceite de oliva, margarina, cacahuetes 
y nueces. 
 
 
 Vitamina K 
 
No se ve aumentada pero no hay que olvidar su consumo porque desempeña 
un papel importante en la salud ósea y en la coagulación de la madre. 
 Las dietas habituales no aportan niveles idóneos de esta vitamina por lo que 
no hay que descuidar los alimentos como vegetales de hojas verdes y hígado, 
que son ricos en esta vitamina. 
 
 
 
 
 
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 Vitamina B2 
 
Esta vitamina cobra especial interés en el tercer trimestre de gestación, periodo 
en el que disminuyen los niveles en sangre y la excreción urinaria. 
Este hecho se atribuye a que hay una mayor trasferencia de la madre al feto 
para cubrir las necesidades de éste (se encuentran niveles elevados de esta 
vitamina en el cordón umbilical). Algunas recomendaciones aconsejan 
mantener el aporte de 0,55mg /1000 kcal con lo que es necesario un aumento 
del aporte en 0,2 mg/día. 
 
MINERALES 
 
 Calcio y fósforo 
 
Son importantes para la formación del esqueleto fetal, el cual es capaz de 
acumular unos 30 gramos de calcio durante el embarazo, sobre todo, en los 
últimos meses. Además, la madre debe concentrar en su esqueleto calcio para 
suministrar en el momento de la lactancia. 
 El inconveniente afecta en el último trimestre de embarazo, pues es en este 
periodo cuando el depósito entre madre y feto aumenta a 300 mg/día. 
Las recomendaciones diarias de estos minerales deberán ser entre 1.000-
1.200 mg/día. 
 
Debe haber un equilibrio entre la ingestión de calcio y fósforo, a diferencia del 
calcio, son difíciles las carencias de fósforo ya que una dieta equilibrada 
asegura las necesidades nutricionales de este mineral. 
Las gestantes que toman dietas cuya relación calcio/fósforo esta 
desequilibrada pueden presentar calambres nocturnos en las piernas, en 
especial contracción de los gemelos. 
 
El fósforo lo podemos encontrar en alimentos como almendras, ajo, patata, 
puerro, tomate, pepino, setas, alcachofas y nueces, en cambio el calcio lo 
encontramos en lácteos (queso, yogur, leche...), brócoli, espárragos, acelga, 
sardinas, salmón y marisco. 
 
 
 
 
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 Hierro 
 
Este mineral es indispensable es esta etapa ya que contribuye a la formación 
de la sangre del feto y al incremento del volumen eritrocitario de la madre. 
Durante la gestación las necesidades de hierro se estiman en unos 0’9 mg/día 
en el primer trimestre y 4 mg/día durante el segundo y 6 mg/día en el último 
trimestre. Aún así, es habitual observar anemias por falta de hierro en 
embarazadas a partir de los 3 meses, en este caso, se recomendaría una 
ingestión de 30-60 mg de hierro. 
El aporte necesario será en función del estado de las reservas antes de la 
concepción. 
Una mujer con depósitos intactos puede hacer frente a las necesidades 
derivadas del embarazo gracias a un aumento de cerca de un 40% de su 
capacidad de absorción intestinal de hierro. 
 
Este mineral lo podemos encontrar en carne de ternera, legumbres (como soja, 
alubias, lentejas y garbanzos), vísceras, sardinas, huevos, fruta seca, 
almendras, levadura de cerveza, pan integral y frutas. 
 
 Zinc 
 
Los niveles sanguíneos de este mineral descienden con la progresión del 
embarazo debido a la reducción de la albúmina circulante y un aumento de las 
pérdidas urinarias. 
Se aumentan 3 mg diarias ya que un déficit puede provocar malformaciones 
fetales, por el contrario, un exceso inadecuado de hierro durante el embarazo 
interfieren en la absorción del zinc. 
 Los alimentos en los que se encuentra son: Carne de caballo, ostras, germen 
de trigo, galletas integrales, hígado de ternera y de cerdo y lomo. 
 
 Cobre 
 
Participa en la formación de hemoglobina (encargada de transportar el oxígeno 
a los tejidos), regeneración de tejidos y en el desarrollo del corazón, arterias, 
vasos sanguíneos, esqueleto y sistema nervioso del bebé. 
La dosis recomendada es de 2 mg diarios. 
Las dietas deficientes en cobre se asocian a anemia, respuesta inmune menor, 
y según algunas investigaciones, su déficit podría estar relacionado a una 
mayor incidencia de infartos. 
 
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El cobre lo podemos encontrar en hígado, ostras, nueces y espinacas. 
Con una dieta equilibrada se cubren las necesidades recomendadas de este 
mineral, por lo que no es necesario su suplementación. 
 
 Yodo 
 
Es un mineral que interviene en el crecimiento físico y mental, el funcionamiento 
de tejidos nerviosos y musculares, el sistema circulatorio y el metabolismo de 
otros nutrientes. Además es necesario para el funcionamiento adecuado de la 
glándula tiroides, que regula el crecimiento y el metabolismo. También mejora el 
estado de la piel, los dientes y el cabello. 
Durante el embarazo desempeña un rol fundamental ya que evita efectos 
nocivos en el cerebro del bebé, aborto espontáneo, mortalidad fetal tardía y 
muerte materna. 
La dosis recomendada es de 220 microgramos diarios duranteel embarazo. 
Las dietas deficientes en yodo se asocian a bocio e hipotiroidismo por un déficit 
de hormona tiroidea generado por esta carencia. 
Además la carencia de yodo constituye una importante causa de problemas de 
desarrollo mental en los niños. Está demostrado que los hijos de madres que 
padecieron carencia de yodo durante el embarazo pueden presentar cretinismo, 
un retraso grave en el desarrollo físico y mental y defectos en el habla, sordera y 
enanismo. 
Las fuentes con mayor contenido de yodo son la sal yodada, los pescados, 
mariscos y vegetales. 
Con una dieta saludable y equilibrada rica en pescados, mariscos, vegetales y 
alimentos fortificados obtienes la cantidad de yodo requerida por el organismo. 
 
 Magnesio 
Es un mineral que cumple un rol fundamental durante el embarazo ya que 
interviene en la generación y reparación de tejidos. 
El magnesio y el calcio cumplen sus funciones en forma combinada, ya que el 
magnesio relaja los músculos y el calcio estimula su contracción. Sin embargo, 
también presenta un papel imprescindible para la acción de los anticuerpos, ya 
 
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que mejora la respuesta inmunológica y contribuye en el desarrollo esquelético 
del feto. 
La dosis recomendada es de 400 mg. diarios durante el embarazo, es decir 100 
mg. adicionales a lo habitualmente sugerido para las mujeres (300 mg.). 
Las deficiencias en magnesio (hipomagnesemia) ocurren generalmente cuando 
existe déficit de calcio y de potasio y se asocian a accidentes cardiovasculares y 
arritmias. También pueden aparecer espasmos, temblor, convulsiones, 
irritabilidad neuromuscular, trombosis, astenia, depresión, agitación, confusión, 
irritabilidad, inquietud, vértigos y desorientación. La caída del cabello (alopecia) 
también es un síntoma de su déficit. 
Los alimentos ricos en magnesio son las nueces, avellanas, almendras, 
castañas, semillas de girasol, soja, cacao, cereales enteros, papa, zanahoria, 
remolacha, espinaca, legumbres y mariscos. 
Con una dieta saludable y equilibrada obtienes la cantidad de magnesio 
requerida por el organismo, por lo que no es necesario ningún suplemento. Sin 
embargo se puede indicar un suplemento de magnesio en los casos migrañas 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 PATOLOGÍAS ALIMENTARIAS EN LA GESTACIÓN 
 
DIABETES GESTACIONAL 
 
Es una forma de diabetes mellitus inducida por el embarazo. No se conoce una causa 
específica de este tipo de enfermedad pero se cree que las hormonas del embarazo 
reducen la capacidad que tiene el cuerpo de utilizar y responder a la función de la 
insulina. El resultado es un alto nivel de glucosa en la sangre, lo que se conoce como 
hiperglucemia. 
Una de las consecuencias más frecuentes es un incremento de peso 
desproporcionado del bebé y una mayor probabilidad de que el bebé desarrolle 
obesidad o diabetes. 
Este tipo de diabetes suele ser temporal. Dependiendo de la alimentación de la madre, 
la diabetes desaparecerá después del embarazo, o podrá desarrollar una diabetes tipo 
II. 
 
 Cuadro clínico 
 
- Fatiga 
- Visión borrosa, debido a que la glucosa no entra bien en las 
 Células del sistema nervioso. 
- Infecciones, las más frecuentes son vejiga, vagina y piel. 
- Polidipsia (aumento de la sed). 
- Poliuria (aumento de la micción). 
- Náuseas y vómitos. 
- Pérdida de peso a pesar de un aumento de apetito. 
 
 Factores de riesgo 
 
- Tener más de 25 años al quedarse embarazada. 
- Tener hipertensión arterial. 
- Tener antecedentes familiares de diabetes. 
- Si se dio a luz a un bebé que pesaba más de 4 kg o que tuvo anomalía 
 congénita. 
- Si se ha tenido un aborto espontáneo. 
 
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- Si se tenía sobrepeso antes del embarazo. 
- Si se tiene síndrome de ovario poliquístico. 
- Si se ha aumento excesivamente de peso durante el proceso de gestación. 
 
 Diagnóstico: 
 
Test de O’Sullivan: Es una prueba destinada a valorar los niveles de glucosa 
en sangre para poder descartar el tener diabetes gestacional, se hace a todas 
las gestantes, y se realiza entre la semana 24 y 28 de gestación. 
Si los resultados aparecen altos en esta prueba, se deberá hacer el test de 
tolerancia oral a la glucosa (TTOG), es más efectivo ya que sirve para 
diagnosticar la enfermedad. 
 
El test de O’Sullivan consiste en darle a la embarazada 50 gr de glucosa al 
25%, una hora después de la toma, se realiza un análisis de sangre y se 
analiza el nivel de glucemia. No es necesario realizarla en ayunas. 
Si los valores de glucemia son igual o mayor a 140 mg/dl se puede sospechar 
que haya intolerancia a los HC o diabetes gestacional. 
Se diagnosticará definitivamente la enfermedad cuando la glucemia sea igual o 
superior a 200 mg/dl, en este caso, se realizará el test de tolerancia oral a la 
glucosa, en la que la gestante deberá ingerir 100 gr de glucosa y se irá 
haciendo 4 mediciones de glucemia durante 1 hora. 
 
El test se interpretará de la siguiente manera: 
 
 Negativo: Si es inferior a 140 mg/dl de glucosa en sangre. 
 Positivo: Si es igual o superior a 140 mg/dl de glucosa en sangre. 
 
 Tratamiento: 
 
Dependiendo de la evolución de la enfermedad, el médico es quién decidirá si 
se debe dar como tratamiento insulina o no. Si no se suministra insulina el 
mejor tratamiento será el ejercicio físico moderado y la alimentación. 
 
- Ejercicio físico: Permite que el cuerpo use la glucosa sin necesitar insulina 
adicional, de manera que ayuda a combatir la resistencia a la insulina. La 
actividad física siempre estará supervisada por el médico y siempre será 
actividad aerobia. 
 
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- Alimentación: Es importante tener una buena alimentación ya que, al igual 
que el ejercicio físico, ayuda a mantener los niveles de glucosa en sangre. 
 
Es imprescindible llevar una dieta variada y equilibrada, no saltarse ninguna 
comida, incluir alimentos de mucha fibra, incluyendo los vegetales de hoja 
verde por a su alto contenido en minerales, esenciales en el embarazo, 
limitar los alimentos y bebidas que contengan azúcares simples, 
sustituyéndolos por HC complejos, evitar los lácteos y derivados enteros 
(mayor preferencia por los semidesnatados o desnatados). 
La dieta debe ser individualizada dependiendo de las necesidades de cada 
gestante. 
 
 
Ejemplo de una dieta para diabetes gestacional de 1 día: 
 
 
 Desayuno - Vaso de leche semidesnatada con café descafeinado. 
 - Rebanada de pan integral con pavo, tomate, queso fresco y 
 aceite de oliva. 
 - Puñadito pequeño de uvas (7 u 8 aproximadamente). 
 
 
 Almuerzo - Yogur con 2 o 3 nueces 
 - Tostada con aceite de oliva. 
 
 
 Comida - Ensalada de pasta (lechuga, tomate, atún, zanahoria). 
 - Solomillo de pavo con calabacín de guarnición. 
 - Melocotón. 
 
 Merienda - Rebanada de pan con jamón cocido. 
 - Infusión. 
 
 Cena - Puré de patata. 
 - Salmón a la plancha con guarnición ensalada. 
 - Kiwi. 
 
 Antes de ir a dormir - Vaso de leche semidesnatada o yogur. 
 
 
20 
 
ANEMIA FERROPÉNICA 
 
Se trata de una disminución en el número de glóbulos rojos sanos en la sangre. 
Este tipo de anemia es más frecuente en el embarazo ya que durante la gestación 
aumentan las demandas de Hierro por parte de la madre, debido a que se ve 
incrementada la formación de glóbulos rojos (encargados de transportar el hierro y el 
oxígeno a los tejidos). 
Cada vez son más la necesidades de este mineral ya que, a medida que crecen las 
demandas de hierro de la madre, también lo hacen las del bebé para poder 
alimentarse. 
Para no sufrir este tipo de anemia y tener un balance adecuado, la madre deberá 
consumir 1000 miligramos de hierro, de estos, 300 mg son para el feto y placenta, 500mg para el aumento de glóbulos rojos y 200 mg para compensar las pérdidas. Estas 
medidas de hierro se verán aumentadas a lo largo del embarazo. 
Teniendo una dieta equilibrada y una buena alimentación, no hay mayor riesgo de 
poder sufrir una anemia ferropénica, ya que en este tipo de alimentación no se 
presentan ningún déficit. 
 
 Síntomas (más leves) 
 
- Fatiga y cansancio. 
- Dolores de cabeza. 
- Problemas para concentrarse o pensar. 
- Mareos. 
- Dolores de cabeza. 
- Dificultad respiratoria. 
 
 
 
 Tratamiento 
 
Tomar suplementos y alimentos ricos en hierro. Como suplementos se le dará 
sulfato ferroso, para poder acumular las reservas de este mineral. 
 
21 
Se recomienda que las mujeres embarazadas y lactantes, tomen suplementos 
de hierro, como prevención de poder sufrir este tipo de anemia. 
 
 
 Diagnóstico 
 
- Análisis de hematocrito y hemoglobina. 
- Índice de glóbulos rojos. 
- Examen de médula ósea. 
- Capacidad de fijación del hierro. (CFH) 
 
 Prevención 
 
Esta enfermedad se puede evitar con una dieta equilibrada que cubre las 
necesidades nutricionales de este mineral. En el embarazo se deberá 
aumentar el aporte de hierro debido a las pérdidas que se presentan. 
Otra alternativa es el consumo mayor de vitamina C ya que está ayuda a la 
absorción del hierro a nivel intestinal. 
 
 Alimentos ricos en hierro 
 
- Carnes rojas 
- Legumbres, entre ellas, las lentejas, soja en grano. 
- Cereales integrales. 
- Vísceras: como el hígado, la morcilla… debido a que son alimentos con 
abundante sangre, les hace ser ricos en este mineral. 
- Semillas de chía 
- Vegetales verdes, espinacas y acelgas. 
 
 
 
ESPINA BÍFIDA 
 
Malformación congénita del tubo neural que se desarrolla en el primer mes de 
embarazo. Ocurre si la columna vertebral del feto no se cierra completamente durante 
este mes. Mediante las pruebas de detección que se realizan durante el embarazo se 
puede diagnosticar este tipo de enfermedad. 
 
 
 
 
22 
 Diagnóstico prenatal 
 
Los métodos más comunes para su detección durante el embarazo, mediante 
análisis de sangre, analizar la alfa-fetoproteína sérica, si se encuentra alta, la 
enfermedad está siendo agravada. 
Otro método es la amniocentesis, un examen mediante el cual el médico extrae 
muestra del líquido amniótico, el inconveniente que presenta esta prueba es 
que no releva la gravedad de la enfermedad, en cambio el análisis de la alfa-
fetoproteína sí que puede relevar la gravedad de la enfermedad dependiendo 
en los niveles que se encuentre en sangre. 
 
 Prevención 
 
El ácido fólico, también llamado folato, es una vitamina importante en el 
desarrollo de un feto sano. Aunque tomar esta vitamina no puede garantizar 
tener un bebé sano, puede ayudar. 
Estudios recientes han mostrado que al agregar ácido fólico a sus dietas, las 
mujeres en edad de procrear reducen significativamente el riesgo de tener un 
hijo con un defecto del tubo neural. 
Por ello, se recomienda que todas las mujeres en edad de procrear consuman 
diariamente 400 microgramos de ácido fólico. 
 
 
 Alimentos ricos en ácido fólico 
 
- Verduras, sobre todo las de hojas verdes. 
- Yemas de huevo. 
- Lentejas. 
- Espárragos. 
- Brócoli. 
- Naranja y otros cítricos. 
- Col de bruselas. 
- Panes y cereales. 
 
 
TROMBOCITOPENIA 
 
Es una disminución del número de plaquetas que aparece en muchas gestantes 
sanas. Se cree que esta disminución de las plaquetas se debe a la hemodilución de la 
 
23 
sangre propia del embarazo (aumenta mucho la cantidad de plasma con respecto al 
volumen de células sanguíneas) y a un supuesto atrapamiento de las plaquetas por 
parte de la placenta. Este tipo de enfermedad suele ser asintomática. 
Suele desaparecer tras el parto, aunque a veces se mantiene los primeros meses de 
puerperio, en la lactancia materna no está contraindicada. 
 
 Síntomas 
 
- Sangrado en la boca y encías. 
- Hematomas. 
- Hemorragia nasal. 
- Erupción cutánea (pequeñas manchas rojas llamadas petequias). 
 
 Factores de riesgo 
 
- Deficiencia de ácido fólico. 
- Leucemia. 
- Deficiencia de vitamina B12. 
- Cirrosis. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
24 
 EMBARAZAOS CON MAYOR CONTROL ALIMENTARIO 
 
6.1 EMBARAZO ADOLESCENTE 
 
Se considera que durante la pubertad las chicas aún son biológicamente inmaduras 
para quedar embarazadas; sin embargo, sucede. 
La educación nutricional es imprescindible para una embarazada adolescente. 
La alimentación adquiere especial importancia durante la adolescencia, pero si la chica 
aparte está embarazada, una alimentación de calidad es esencial, porque sus 
necesidades nutricionales serán la suma de sus necesidades y las del embarazo. 
Actualmente, el embarazo en adolescentes ha ido en aumento pese al acceso 
relativamente más sencillo del uso de métodos anticonceptivos y a la información que 
reciben en la escuela, en los medios de información y otros. 
Sin embargo, si en cualquier embarazo la alimentación cobra especial importancia, 
más aún durante la adolescencia; periodo en el que las demandas de energía y 
nutrientes son mayores que en otras etapas de la vida. Pero además de las 
necesidades propias del embarazo, las necesidades propias de su edad, crecimiento y 
desarrollo. 
Actualmente, la edad media de la menarquia se sitúa entre los 12 y 13 años de edad. 
Es de esperarse que el desarrollo corporal continúe durante 4 años más, aunque a un 
ritmo más lento. 
Una vez completado el crecimiento (aproximadamente 4-5 años después de 
presentarse la menstruación o hacia los 17años de edad), los requerimientos 
nutricionales de la adolescente embarazada son similares a los de la mujer adulta 
embarazada. 
Para conseguir una correcta valoración nutricional de la adolescente embarazada se 
requiere un asesoramiento continuo e individualizado. 
Es importante analizar los hábitos dietéticos antes del embarazo, los posibles hábitos 
dietéticos extraños, número y horario de las comidas principales y suplementarias, tipo 
de comida y posible restricción calórica. 
 
25 
Las adolescentes embarazadas de edad ginecológica joven o que están desnutridas al 
momento de la concepción, son las que tienen más necesidades nutricionales. 
Una mujer joven que concibe poco después de su primera menstruación corre el 
máximo riesgo fisiológico, y a pesar del aumento de peso materno, los pesos de 
nacimiento de los neonatos se mantienen bajos. 
Este mayor riesgo de restricción en el crecimiento fetal se atribuye a la interferencia en 
el flujo sanguíneo fetoplacentario y en la transmisión de nutrientes al feto como 
resultado de las características fisiológicas inherentes al crecimiento materno. 
Tal vez las mayores concentraciones de insulina, hormona de crecimiento humana y 
factores de crecimiento semejantes a la insulina que caracterizan el crecimiento 
adolescente, cuando se superponen al medio normal del embarazo, favorecen la 
acumulación de las reservas de grasa y el aumento de peso en la madre pero 
disminuyen los nutrientes en la circulación sanguínea, alterando finalmente el 
crecimiento del feto. 
La media total de los requerimientos energéticos estimada para las adolescentes 
oscila entre las 2200 y 2400 Kcal/día. 
De cualquier manera, como el gasto energético es variable, la mejor forma de estar 
seguros de que la ingestión es adecuada, es obtener un aumento de peso suficiente. 
Ello debe ser llevado a cabo mediante consejos individuales sobre las bases para la 
estimación del tamaño corporal, ritmo de crecimiento, edad y grado de actividad física. 
Hoy día, muchas chicas jóvenes limitan severamente su ingestión de alimentos para 
estar delgadas, y de esta manera, estar a la moda. 
Esto es un riesgo nutricional adicional para las adolescentes embarazadas, tanto por 
un bajo peso antes del embarazo, locual se asocia con mayores riesgos perinatales, 
como por su incapacidad para reunir las necesidades nutricionales adecuadas para su 
correcto crecimiento. 
(Proteínas, calcio y hierro) 
Las necesidades proteicas de la adolescente embarazada son comprensiblemente 
altas. Se establece que, para chicas embarazadas de 15 a 16 años, es de 1,5 gramos 
de proteína por kilo de peso y día; y para las menores de 15 años, es de 1,7 gramos 
de proteínas por kg., de peso y día. 
 
26 
Asimismo, es esencial una ingestión calórica adecuada para que las proteínas sean 
utilizadas para el crecimiento y desarrollo orgánico. 
Para reunir las necesidades de calcio y hierro en las adolescentes embarazadas, se 
requiere un cuidado especial debido a la pobre ingestión de estos dos nutrientes. 
Se recomienda una ingesta de 1600 mg. de calcio para las adolescentes embarazadas 
que estén en etapa de crecimiento y esto se cubre con la ingesta de un litro de leche o 
alimentos equivalentes (sustituyendo adecuadamente la leche por yogur, queso, 
cuajada). 
Esta cantidad se considera necesaria para proveer de suficiente calcio para el normal 
desarrollo fetal, sin utilizar las reservas óseas maternas. 
Las necesidades de hierro de la adolescente, durante su crecimiento, son altas debido 
al crecimiento de su masa muscular y del volumen sanguíneo. 
No obstante, la recomendación de un suplemento diario de hierro, puede ser necesaria 
tanto para la adolescente como para la mujer adulta embarazada. 
Se ha observado que la dieta de las adolescentes de nuestro país es pobre en calcio, 
hierro, vitaminas A, C y D, ácido fólico y calóricamente insuficiente. 
 
Riesgos asociados más comunes: 
El peso medio al nacer de los niños de madres adolescentes suele ser 
significativamente más bajo y la mortalidad infantil mayor que en el de la mujer adulta. 
La media del peso del bebé al nacer va aumentando junto a la edad de la madre, así 
como el porcentaje de niños con bajo peso al nacer disminuye cuando la edad de la 
madre aumenta desde 15 a 19 años. 
Sus músculos generalmente no están suficientemente desarrollados, el esqueleto 
puede que no haya alcanzado el grado óptimo de mineralización y ciertas reservas de 
nutrientes (principalmente de hierro, ácido fólico, vitamina A y B12) son menores que 
en la mujer adulta bien alimentada. 
De esta manera, los factores sobre los que es posible actuar, tales como la nutrición, 
atención prenatal precoz y mejora de los hábitos y costumbres de vida, adquieren 
mayor importancia, asegurando así, un mejor resultado en las embarazadas 
adolescentes. 
 
27 
6.2 EMBARAZO VEGETARIANO 
 
A pesar de sus muchos detractores o de la desconfianza que gira entorno a las dietas 
vegetarianas, se pueden planificar para satisfacer con total garantía las necesidades 
nutricionales de las mujeres embarazadas. 
Las necesidades energéticas y de nutrientes de las mujeres vegetarianas 
embarazadas no son diferentes de las gestantes no vegetarianas. La principal 
excepción está en las recomendaciones superiores, no tanto en la cantidad que se 
debe aportar como en la optimización de las formas de absorción y aprovechamiento 
Lo primero que hay que aclarar es que existen distintos tipos de mujeres vegetarianas, 
las estrictas (no consumen ni carnes, ni lácteos, ni huevos) -que son las que tienen 
mayor riesgo de carencia nutricional, incrementado durante el embarazo-, y las ovo-
lacto-vegetarianas, que aceptan los huevos y la leche, y que generalmente cubren 
mejor la demanda de calcio, ácido fólico, cinc, hierro, proteínas y micronutrientes más 
necesarios durante los períodos de crecimiento. 
A continuación incluyo unos estudios que fueron recogidos más tarde para dar 
respuesta a las necesidades nutricionales de las gestantes embarazadas. Evidenciar 
si hay diferencias en la ingesta de energía y nutrientes entre las embarazadas 
vegetarianas y las omnívoras, la biodisponibilidad de los nutrientes según la modalidad 
dietética y las diferencias en la evolución del embarazo, el parto y el peso y talla del 
recién nacido: 
En su libro "Nutrición vegetariana", Joan Sabaté, director del Departamento de 
Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda (California, 
EE.UU.), hace un recorrido en busca de evidencia científica que ayude a precisar si 
hay necesidades energéticas y nutricionales diferentes según se siga o no una dieta 
vegetariana (en sus modalidades más o menos estrictas) durante el periodo de 
gestación. 
A tenor de la bibliografía consultada, el primer estudio exhaustivo sobre la 
alimentación de las mujeres embarazadas que valoró el estado nutricional, análisis 
dietético e historia clínica completa, lo realizó en 1954 Mervyn G. Hardinge de la 
Escuela Universitaria de Salud Pública de Harvard (EE.UU.). Las comparaciones se 
hicieron entre mujeres ovo-lacto-vegetarianas y omnívoras, sin que se registraran 
diferencias significativas de peso (ganancia o pérdida) en las madres durante el 
 
28 
embarazo, ni complicaciones en el parto en ambos grupos, ni en la talla y peso de los 
recién nacidos. 
Veinte años más tarde, J. Thomas y F. R. Ellis, del Kingston Hospital (Surrey, Reino 
Unido), compararon los resultados de 28 embarazos de vegetarianas estrictas y 41 
embarazadas no vegetarianas de este país, con una larga tradición en la práctica del 
vegetarianismo. Tampoco detectaron diferencias sustanciales. No obstante, estudios 
posteriores han coincidido en señalar un menor peso en los bebés de madres 
vegetarianas estrictas y que siguen dieta macrobiótica. El peso del bebé está 
relacionado con los kilos que gana la madre durante el embarazo. Este factor será 
determinante para las mujeres vegetarianas estrictas, con el fin de evitar trastornos 
futuros en el bebé nacido con bajo peso. 
Respecto a los patrones de ingesta de energía y macronutrientes (carbohidratos, 
proteínas y lípidos) según la modalidad alimentaria, los cuatro estudios seleccionados 
para su evaluación indican un consumo similar entre ambos grupos, excepto en dos 
aspectos: menor aporte proteico en las vegetarianas y, a consecuencia, ingesta 
superior de carbohidratos. No obstante, los estudios son escasos como para concluir 
que el aporte proteico es de forma significativa menor. 
Un aporte nutricional cuidadoso evita diferencias de peso en el embarazo, 
complicaciones en el parto y problemas de talla y peso en los neonatos 
Los valores de micronutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos) también fueron 
objeto de rigurosa revisión científica. Tras la selección de diez estudios realizados en 
distintos países (EE.UU., Reino Unido y Alemania), se constató una menor ingesta 
entre las vegetarianas para las vitaminas B12 y C y para los minerales calcio y cinc en, 
al menos, uno de los estudios analizados, si bien las deficiencias no coincidían en 
todos los ensayos. Destaca la información relativa a la vitamina C, puesto que la 
mayor ingesta procede de vegetales crudos, como frutas y hortalizas, muy consumidos 
en una dieta vegetariana tradicional. 
En cuanto a la biodisponibilidad se han realizado seis estudios que han evaluado la 
biodisponibilidad de los distintos micronutrientes en la dieta de las vegetarianas 
embarazadas. La biodisponibilidad del calcio, el hierro y el ácido fólico, todos ellos 
nutrientes de riesgo por su papel relevante durante la gestación, no fue inferior tras 
seguir una dieta vegetariana no vegana. Incluso se plantea la hipótesis de que los 
niveles de ácido fólico en plasma pueden ser superiores entre algunos grupos de 
mujeres vegetarianas en comparación con quienes no lo son, por su mayor consumo 
de vegetales ricos en esta vitamina. 
http://www.consumer.es/web/es/salud/problemas_de_salud/2009/12/07/189694.php
 
29 
Según la revisión, sólo los niveles séricos de vitamina B12 fueron inferiores en las 
vegetarianas (no veganas) respecto a las no vegetarianas.Para la vitamina D, 
esencial en el metabolismo óseo del calcio, se duda si la síntesis orgánica en las 
gestantes, con independencia del tipo de dieta, es suficiente si la exposición a la luz 
solar es escasa, en función de la estación o si se usa protector solar. 
Se desconoce la evidencia sobre la necesidad de suplementos de vitamina D o 
alimentos enriquecidos con ésta, ya que ningún estudio revisado examinó el estado de 
vitamina D durante el embarazo en mujeres vegetarianas. 
Los omega 3, en concreto el DHA o ácido docosohexaenoico, se considera también un 
nutriente relevante para el desarrollo neurológico y visual del futuro bebé. Algunos 
estudios han mostrado niveles menores en plasma y en el cordón umbilical en las 
embarazadas vegetarianas. En una dieta ovo-lacto-vegetariana, la fuente dietética 
directa de este nutriente esencial son las algas y los alimentos enriquecidos, e 
indirectamente, las nueces (ricas en ácido alfa-linoleico que en el organismo se 
transforma en DHA). 
 
Los resultados del análisis basado en la evidencia sugieren que las dietas 
vegetarianas pueden ser adecuadas desde la óptica nutricional para el embarazo y 
pueden conducir a resultados positivos en el parto. Cabe tener en cuenta, no obstante, 
la manera de optimizar la biodisponibilidad de los nutrientes de riesgo. 
 
NECESIDADES NUTRICIONALES DE UNA EMBARAZADA VEGETARIANA 
 
A continuación menciono los nutrientes que requieren más control durante la etapa de 
embarazo y la manera de obtener un buen estado nutricional a través de una dieta 
vegetariana. 
 Proteínas vegetales 
La carne, la leche, el huevo, los quesos proveen las proteínas de origen animal 
que tienen todos los aminoácidos necesarios. Existen aminoácidos que 
podemos sintetizar (no esenciales) y otros que no (esenciales). Los vegetales, 
salvo la soja, no tienen aminoácidos no esenciales, por eso hay que hacer 
 
30 
combinaciones de alimentos para obtenerlos: cereales con legumbres, cereales 
con leche, soja y derivados. 
Los aminoácidos que forman las proteínas son como una cadena, donde cada 
eslabón es un aminoácido. En las proteínas de origen vegetal hay aminoácidos 
limitantes que deben complementarse con otros para formar una proteína 
completa. Para lograrlo, lo ideal es combinar en un mismo plato distintos 
alimentos: legumbres con cereales, cereales con vegetales, con semillas. 
En la madre lacto-ovo-vegetariana es rara la deficiencia de proteínas. 
 Mejorar la absorción de hierro durante el embarazo 
 En cualquier embarazada habitualmente hay una anemia fisiológica -normal y 
previsible- que debe ser controlada. Pero cuando se hace una dieta 
vegetariana, el hierro que se consume a través de otros alimentos no cárnicos 
no se absorbe tan fácilmente, y se elimina por la materia fecal, por lo que el 
requerimiento de este mineral aumenta. 
Los datos sugieren que hay un mayor riesgo de que el niño nazca prematuro y 
con poco peso si las reservas de hierro son bajas durante el primer trimestre. 
Las recomendaciones de hierro son superiores para las mujeres que siguen 
este tipo de dietas que para el resto de embarazadas. Esta mayor necesidad 
de hierro no atiende tanto a la cantidad, como a la optimización de su absorción 
y aprovechamiento. Nuestro organismo asimila fácilmente el hierro que 
contienen los alimentos de origen animal, pero tiene dificultades para asimilar 
el hierro que contienen los alimentos vegetales. 
Por este motivo, se recomienda que el hierro se ingiera junto a alimentos ricos 
en vitamina C o derivados de la soja fermentados (tofu, salsa de soja, miso, 
kéfir, tempeh,…). Estos favorecen la absorción y asimilación del hierro presente 
en alimentos de origen vegetal. También hay que tener en cuenta que el 
salvado de los cereales integrales, los oxalatos (abundantes en las espinacas) 
y los taninos del té, inhiben la absorción del hierro. 
 Ácido fólico 
Este nutriente fundamental interviene en la producción de glóbulos rojos, está 
presente en los vegetales de hojas verdes frescos, frutas, hígado, cereales, 
http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/alimentacion_alternativa/2010/03/19/%20http:/www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/complementos_dieteticos/2008/05/05/176614.php
 
31 
legumbres, frutas secas y semillas. Su déficit es frecuente en las embarazadas 
tanto omnívoras como vegetarianas, por eso se considera que su -
suplementación medicamentosa debe indicarse siempre, al igual que sucede 
con el hierro, inclusive antes de la concepción. 
 Vitamina D 
Esta vitamina permite la absorción del calcio y fósforo en el intestino, e 
interviene en la mineralización, crecimiento y reparación de los huesos. Se 
encuentra presente en alimentos de origen animal (lácteos), pero a su vez se 
forma desde la piel, a partir de su contacto con la luz solar. Se recomienda 
entonces la exposición frecuente al menos de manos y cara. 
 Vitamina B12 
Otro nutriente que puede estar en falta. Para cubrir su déficit se puede recurrir 
a suplementos y a la incorporación abundante de alimentos ricos en esta 
vitamina: cereales, semillas, frutos secos. Una ayuda para cubrir lo que pueda 
faltar del resto del grupo B consiste en ingerir una cucharadita diaria de 
levadura de cerveza medicamentosa, siempre que la tolerancia sea buena. 
 Calcio: 
Las futuras mamás que llevan una dieta vegetariana estricta deberán prestar 
especial atención a su eventual deficiencia. El requerimiento diario oscila entre 
800 y 1200 mg por día. El problema está en la absorción. A veces se hacen las 
cuentas y se llega en teoría a lo necesario, pero resulta que hay deficiencia por 
la mala absorción. En este sentido, el brócoli, el puerro, la espinaca, las 
semillas de sésamo son ricos en calcio pero en ocasiones se consideran 
fuentes poco fiables. 
Hay muchas formas de obtener el calcio desconocidas por la mayoría de la 
gente. Por ejemplo, las algas tienen tanto calcio como el queso. El sésamo es 
otra fuente abundante. Se puede comer como gomasio, que es una mezcla 
exquisita de sal y sésamo tostado, que se echa en el arroz como si fuera queso 
rallado, queda un plato muy sabroso. 
 
 
 
 
32 
 Ácidos grasos esenciales 
Para las embarazadas, los ácidos grasos omega-3, en particular el DHA, 
ayudan al cerebro del bebé a desarrollarse y funcionar adecuadamente. 
Durante el embarazo y la lactancia materna, esos nutrientes también pueden 
ayudar a proteger la vista y los ojos del bebé. Las embarazadas necesitan al 
menos 200 miligramos de DHA por día. 
El consumo de suplementos específicos de DHA es interesante si no se 
alcanza un consumo dietético suficiente durante el segundo y tercer trimestre 
de gestación, que coincide con el mayor desarrollo neuronal y visual del bebé. 
Para terminar concluyó con un ejemplo de menú vegetariano para una mujer 
embarazada y otro en la posterior lactancia con el que poder orientarse: 
 
http://nacersano.marchofdimes.org/bebe/la-lactancia-es-lo-mejor-para-su-bebe.aspx
 
33 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
34 
 EMBARAZO Y SUPLEMENTACIÓN ____________ 
 
Una dieta equilibrada que incluye variedad de alimentos en una proporción adecuada 
durante el embarazo, por lo general suministra las vitaminas y minerales necesarios 
para el buen desarrollo del mismo. Sin embargo, muchos médicos prescriben un 
suplemento prenatal de vitaminas y/o minerales debido a la incertidumbre del estado 
nutricional y del consumo de alimentos de la mujer. 
Los suplementos de vitaminas y/o minerales están perfectamente justificados cuando 
las gestantes manifiestan un déficit clínico que ha sido detectado analíticamente. En 
estos casos, el médico que sigue el curso del embarazo determinará tanto el tipo de 
suplemento como la dosis a tomar. En los casos en los que no se manifiesta déficit la 
suplementación no sólo se hace innecesariasino que puede resultar perjudicial, tal y 
como puede ocurrir con el consumo excesivo de vitaminas liposolubles A y D, que 
condicionan un potencial riesgo perinatal ya que tienen un efecto acumulativo. Se han 
descrito malformaciones renales en niños cuyas madres han ingerido dosis excesivas 
de vitamina A durante el embarazo y neonatos con malformaciones cardiacas 
asociadas al consumo de la madre de grandes dosis de vitamina D. 
 
LOS SUPLEMENTOS MÁS HABITUALES 
 
 Ácido fólico 
La nutrición influye en el riesgo de que la descendencia sufra alguna malformación 
congénita. En este sentido, está muy estudiada la relación entre aporte insuficiente de 
folatos en las semanas previas y posteriores a la concepción y el aumento de riesgo 
de tener bebés con defectos del tubo neural (Neural Tube Defects-NTD) y otras 
malformaciones congénitas. 
Teniendo en cuenta que las malformaciones se producen durante el primer mes de la 
gestación, cuando la mayor parte de las mujeres ignoran que están embarazadas y 
que un elevado porcentaje de embarazos son no planificados (en España en torno al 
50%), se pone de relieve la conveniencia de que las pautas nutricionales se dirijan a 
todas las mujeres en edad fértil. 
 
 
 
35 
¿Qué son los defectos del tubo neural? 
El tubo neural es la estructura embrionaria que al desarrollarse se convierte en el 
cerebro y la médula espinal del futuro bebé. Esta estructura, que se origina como una 
capa plana de células, por lo general se pliega para formar un tubo antes del día 29 de 
gestación. Cuando el tubo neural no se cierra completamente, el bebé padece un 
defecto del tubo neural. 
Los NTD más comunes son la espina bífida y la anencefalia. La espina bífida es una 
de las causas más importantes de parálisis infantil. Los niños afectados padecen 
grados diversos de parálisis en la parte inferior del cuerpo y problemas de control de 
esfínteres. La anencefalia es una condición fatal por la cual el bebé nace con el cráneo 
y el cerebro seriamente subdesarrollados. 
¿Por qué es recomendable tomar ácido fólico? 
Los estudios demuestran que si una mujer comienza a tomar ácido fólico por lo menos 
un mes antes de quedar embarazada, reduce entre el 50 y el 70 % el riesgo de tener 
un bebé con NTD. Aquella que ya ha tenido un bebé con NTD puede reducir el riesgo 
de tener otro bebé con defectos similares más de un 70 % simplemente tomando una 
dosis más elevada, establecida por el médico. Los estudios también sugieren que el 
ácido fólico ayuda a prevenir otros defectos de nacimiento, como el labio leporino y la 
fisura palatina. Además, esta vitamina cumple otras funciones importantes durante el 
embarazo: es necesaria para producir los glóbulos sanguíneos adicionales que la 
madre necesita debido al aumento del volumen de sangre; permite el rápido 
crecimiento de la placenta y del feto y es fundamental para producir material genético 
(ADN) nuevo a medida que se multiplican las células. Sin las cantidades adecuadas de 
ácido fólico, la capacidad de división de las células podría verse afectada y 
posiblemente provocar un crecimiento pobre del feto o de la placenta. 
La administración del ácido fólico debe empezar al menos un mes antes de la 
gestación y como mínimo los tres meses siguientes. El ácido fólico en fechas 
posteriores a las referidas ya no tiene este efecto protector aunque sí que sigue 
 
36 
teniendo efectos beneficiosos. (durante el embarazo y la lactancia puede actuar como 
antianémico). 
 
Hierro 
El incremento notable del volumen de sangre materna durante el embarazo aumenta 
considerablemente la demanda de hierro. Los requerimientos de hierro durante todo el 
embarazo son de 800 miligramos (mg), la mayor parte del cual es necesario durante la 
última mitad del embarazo, periodo en que son más intensas las demandas materna y 
fetal. Se estima que 500 mg son utilizados por la médula ósea activa, y el feto y la 
placenta acumulan de 250 a 300 mg en el curso del embarazo. Esto supone un 
incremento de 3 a 5 mg al día respecto a las recomendaciones de este mineral para 
una mujer adulta, por lo que el requerimiento de hierro es de 20 - 25 mg/día. 
Como sucede con otros elementos químicos, la cantidad de hierro absorbida es sólo 
una pequeña fracción del total ingerido, de ahí que el contenido en hierro de los 
alimentos en ciertos casos, no sea suficiente para confirmar un aprovechamiento neto 
de este metal en el organismo y es por ello que durante el embarazo se haga 
necesaria la suplementación. El porcentaje de aprovechamiento del hierro de los 
alimentos oscila entre el 20 % del hierro de alimentos de origen animal (hierro hemo) y 
entre el 1% y el 5% de alimentos vegetales (hierro no hemo). La fibra vegetal y ciertas 
sustancias como los oxalatos presentes en los vegetales dificultan su absorción. 
 
Suplementación para la prevención de la anemia ferropénica 
La suplementación con hierro oral, habitualmente en forma de sales ferrosas 
constituye una de las acciones preventivas más relevantes para el control prenatal de 
la anemia ferropénica. La ingesta de suplementos de hierro suele producir intolerancia 
gástrica, náuseas, estreñimiento y coloración oscura de las deposiciones. Para su 
mejor absorción se recomienda tomarlo en ayunas (siempre y cuando los efectos 
secundarios lo permitan), acompañado de una bebida cítrica u otro alimento rico en 
vitamina C y evitando la ingesta simultanea de café o té, bebidas que reducen su 
absorción. 
Cómo mejorar el aprovechamiento del hierro en alimentos vegetales 
La ingesta conjunta con vitamina C aumenta la absorción de hierro no hemo, por lo 
que se pueden acompañar los vegetales con alimentos ricos en esta vitamina. Por 
ejemplo: ensalada de tomate aliñada con limón acompañando a un plato de 
 
37 
legumbre… Las proteínas también favorecen la absorción de hierro. Por ello, conviene 
incluir como ingrediente de los platos vegetales proteína de calidad como clara de 
huevo, carne, pescado o leche. Ejemplo: garbanzos con clara de huevo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 SEGURIDAD ALIMENTARIA 
 
Durante la gestación, la mujer embarazada está expuesta a algunas enfermedades de 
transmisión alimentaria que pueden tener graves consecuencias para el feto; y en 
concreto la listeriosis y la toxoplasmosis. 
La listerosis es una enfermedad de transmisión alimentaria muy poco frecuente y de 
carácter leve que es producida por la bacteria Listeria monocytogenes; no obstante 
para algunos grupos de riesgo esta infección puede tener graves consecuencias. Uno 
de estos grupos son las mujeres embarazadas, y si bien la infección pudiera no 
afectarlas personalmente, puede tener graves consecuencias para el feto. 
La toxoplasmosis es otra enfermedad causada por un parásito (Toxoplasma gondii) y 
aunque afortunadamente su incidencia sea muy baja, no cabe ignorarla, ya que en una 
mujer gestante sin protección inmunológica (anticuerpos), puede dar lugar a la muerte 
intrauterina o secuelas neurológicas en el futuro bebé. 
Otro aspecto de seguridad alimentaria a tener en cuenta durante el embarazo, lo 
constituye el posible efecto tóxico acumulativo del mercurio motivado por el consumo 
de peces de gran tamaño, ya que puede llegar a producir daños neurológicos y 
cerebrales al feto. Al respecto la Agencia Española de Consumo, Seguridad 
Alimentaria y Nutrición ha difundido una recomendación dirigida a las embarazadas 
para evitar el riesgo, pero sin renunciar a consumir una gran variedad de pescados por 
sus beneficios para la salud. 
Para reforzar los consejos dirigidos a reducir los peligros descritos durante el 
embarazo el siguiente esquema de precauciones alimentarias: 
 
 
 PRECAUCIONES DE CONSUMO EN EL EMBARAZO 
 
PESCADOS Y MARISCOS: 
 Se recomienda a las embarazadasconsumir una amplia variedad de pescados, por 
sus beneficios nutritivos. El pescado azul, contiene en su grasa ácidos grasos omega 
3, los cuales son necesarios para el desarrollo del feto. No obstante durante el 
embarazo: 
• Evite el consumo de especies de gran tamaño; en concreto, pez espada 
(emperador), tiburón (cazón), atún rojo y lucio, por su mayor contenido en mercurio. El 
mercurio es un contaminante ambiental que puede afectar negativamente a la salud 
del bebé. 
 
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 • Evite el consumo de pescados y mariscos de consumo en crudo, así como los 
ahumados y los marinados (sushi, boquerones en vinagre, salmón ahumado, 
carpaccio de pescado, ostras, etc.), ya que pueden contener Listeria. 
 
PRODUCTOS LÁCTEOS: 
La leche y otros productos lácteos son alimentos recomendados en el embarazo, por 
su contenido en proteínas, calcio y otros nutrientes, siendo aconsejable además que 
sean desnatados o bajos en grasa. No obstante, durante el embarazo: 
• Evite el consumo de leche cruda comercializada sin tratamiento térmico, así como de 
quesos frescos y quesos de pasta blanda (quesos tipo camembert, brie, feta, 
mascarpone, requesón, madurados con mohos,...) elaborados con leche cruda de 
cabra, oveja y/o vaca. 
 • Consulte la etiqueta de los productos lácteos para saber si han sido elaborados con 
leche cruda. 
• Si va a consumir estos quesos, asegúrese de que están elaborados con leche tratada 
térmicamente (pasterizada, esterilizada o UHT) siendo aconsejable adquirirlos enteros 
y en formato pequeño. Se recomienda no adquirir los quesos en trozos o láminas, 
pues los cuchillos o cuchillas utilizadas para el corte, así como otras superficies de 
contacto, pueden haber propiciado la contaminación por Listeria. 
 
EMBUTIDOS Y PATÉS: 
 Durante el embarazo evite el consumo de embutidos y patés, tales como jamón, 
chorizo, lomo embuchado, salchichón, salami, mortadela, salchichas (frescas o 
Frankfurt), tocino, patés u otras presentaciones para untar, ya sea por el eventual 
riesgo microbiológico que supone la fabricación sin tratamiento térmico o por una 
posible contaminación posterior. No obstante, puede consumir sin este riesgo: 
 • Los productos cárnicos que vayan a ser cocinados, como por ejemplo, los que se 
incorporan a un cocido o las salchichas si se cocinan suficientemente, dado que las 
altas temperaturas de cocinado destruyen a los microorganismos patógenos. 
 • Los productos cárnicos en conserva, como por ejemplo, latas de jamón cocido o 
patés adquiridos en su envase original, dado que el tratamiento de esterilización los 
hace seguros. Una vez abierto el envase, siga las recomendaciones de conservación 
indicadas en la etiqueta, y en su ausencia, consuma su contenido en un plazo máximo 
de 4 días. 
 
 
 
 
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 CONCLUSIÓN 
 
En general, este trabajo nos ha servido para aprender en profundidad sobre la 
nutrición en el embarazo. A priori, no sabíamos cuán importante es seguir una buena 
alimentación y hábitos saludables para que el embarazo transcurra sin 
complicaciones. Además eran diversos los mitos e información errónea de acceso 
público en Internet. Hemos podido contrarrestar múltiples informaciones provenientes 
de fuentes oficiales y con ello esclarecer siete aspectos a tener en cuenta durante el 
embarazo. 
Por último, creemos que la mejor conclusión es compartir una serie de 
recomendaciones sintetizadas, extraídas de los puntos tratados en el trabajo; 
 
 El estado de salud ha de tenerse en cuenta previamente al embarazo. Es decir, 
la mujer se ha de cuidar y debe seguir unas pautas alimentarias correctas 
antes de quedarse embarazada. 
 Durante el embarazo la nutrición de la mujer es muy importante para garantizar 
la salud de la mujer y la su futuro bebé. 
 La mujer debe adaptarse a los cambios fisiológicos que aparecerán durante 
embarazo y habituarse a una nueva rutina. 
 Durante este periodo el cuerpo de la mujer debe cubrir las necesidades extra 
de energía, proteínas, vitaminas, minerales e hidratos de carbono que el bebé 
demanda para su correcto desarrollo. 
 Debemos incluir en la dieta alimentos de todos los grupos: verduras, hortalizas, 
frutas, legumbres, huevos, lácteos bajos en grasa, cereales y sus derivados 
(pan, arroz, pasta) preferiblemente integrales, pescados y carnes magras. 
 En los embarazos con unos requerimientos especiales hay que adaptar la dieta 
a la nueva situación, prestando atención a las posibles carencias. 
 La suplementación de ciertas vitaminas, minerales o ácidos grasos tiene 
defensores y detractores la recomendación es documentarse lo mayor posible 
y decidir sin poner en riesgo la salud del futuro bebe y de la madre. 
 
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 Durante el embarazo, el sistema inmunitario de las mujeres se debilita. Esto 
hace que tanto ella como el corran un mayor riesgo de contraer las bacterias, 
virus y parásitos que causan enfermedades de origen alimentario. Hay que 
conocer los alimentos desaconsejados y llevar unos buenos hábitos higiénicos 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 BIBLIOGRÁFIA 
 
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Dietoterapia”. Publicado en España. S.A. ELSEVIER ESPAÑA. 
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(1997). “Dietética y Dietoterapia”. Publicado en España. S.A. MCGRAW-HILL / 
INTERAMERICANA DE ESPAÑA 
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Datos Cochrane de Revisiones Sistemáticas 2007, artículo nº CD000032 (BSR la 
biblioteca de salud reproductiva de la OMS) 
 
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