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NUTRICIÓN EN EL EMBARAZO 1 INDICE 1. Introducción.…………………………………………….............. 2 2. Importancia del estado nutricional previo a la concepción…. 4 3. Cambios fisiológicos durante el embarazo……………….….. 7 4. Necesidades nutricionales ……………………………………. 10 5. Patologías alimentarias en la gestación…………….….……. 17 6. Embarazos con mayor control alimentario……….………..... 24 6.1. Embarazo adolescente 6.2. Embarazo vegetariano 7. Embarazo y suplementación………..……………….……….. 34 8. Seguridad alimentaria……………………………….………… 38 9. Conclusión………………………………………………………. 40 10. Bibliografía……………………………………………………… 42 2 INTRODUCCIÓN Todos coincidimos en que la alimentación durante el embarazo cobra una especial importancia y delicadeza. En este trabajo vamos abordar el tema desde varios puntos de vista que nos han resultado interesantes, y pueden aportar un gran aprendizaje, ya que muchos son temas que causan controversia. Comenzaremos con la relevancia de tener un buen estado nutricional desde antes de comenzar el embarazo. Los aspectos a tener en cuenta, recomendaciones y hábitos para favorecer la fertilidad. Comentaremos los cambios fisiológicos relacionados con la gestación y trataremos las necesidades nutricionales ya que las dietas maternas deben proporcionar unos substratos de energía, proteínas, vitaminas y minerales específicos Los nutrimientos ingeridos por la madre durante el embarazo pueden tener influencias específicas en el desarrollo fetal. Una nutrición adecuada agiliza la recuperación de la madre después del parto, por lo contrario, con una dieta inadecuada durante el embarazo puede provocar complicaciones tales como un parto prematuro, anemia, malformaciones congénitas, diabetes gestacional… Mencionaremos las enfermedades alimenticias que más se dan durante el embarazo, el método de prevención alimenticio y los factores de riesgo Posteriormente destacaremos dos tipos de embarazo: El primero, el embarazo en la adolescencia. La alimentación cobra especial importancia durante el embarazo, pero más aún si éste se produce durante la adolescencia. Periodo en el que las demandas de energía y nutrientes son mayores que en otras etapas de la vida. Ya que a las necesidades nutritivas de la adolescente embarazada se le suman las propias de la edad. El segundo embarazo será a través de una dieta vegetariana. Con lo que intentaremos explicar que otros estilos de alimentación sin carencias nutricionales son posibles siguiendo las pautas adecuadas. 3 También abarcaremos el tema de la suplementación durante el embarazo. El cual tiene muchas posturas y en el que la última decisión corre a manos de la madre. Concluiremos aclarando que si bien todos los grupos de población son vulnerables a las enfermedades transmitidas por los alimentos, las mujeres embarazadas y el feto son especialmente vulnerables a los peligros de origen químico y microbiológico. En este apartado trataremos de dar las pautas para evitar una toxiinfección alimentaria. 4 IMPORTANCIA DE LA NUTRICIÓN PREVIA AL EMBARAZO__ El estado nutricional es un factor que condiciona, en muchos casos decisivamente, el curso de la gestación. Es sabido que estados de malnutrición y carenciales pueden provocar alteraciones en el curso del embarazo; partos prematuros, malformaciones fetales, abortos, incluso algunas situaciones de malnutrición severa pueden llevar a la mujer a situaciones de infertilidad, impidiendo así la fecundación. Todo esto ha llevado a asegurar que es imprescindible un adecuado estado nutricional para asegurar la normalidad en el curso de un embarazo. Desde el mismo momento en que se considera la posibilidad de un embarazo, se debe prestar un especial cuidado a la alimentación. La etapa de la preconcepción es muy importante, y sirve para prepararse para concebir al futuro bebé en las mejores condiciones posibles. Por eso, además de llevar una vida activa y saludable, libre de hábitos nocivos, como el tabaco, el alcohol y las drogas, la futura madre debe de seguir una dieta sana y completa para evitar defectos congénitos en el bebé. En cuanto al aspecto nutricional, existen tres factores fundamentales a tener en cuenta a la hora de planear un embarazo: El peso El hierro El ácido fólico Peso Fundamental conocer nuestro peso ideal. Los extremos no son buenos así que es importante saber si la futura mamá está por encima o por debajo de su peso ideal. Hay varios métodos para determinar el peso ideal, aunque también hay unos límites en las variaciones de peso de una persona. El nutricionista o médico determinarán cuánto y cómo bajar o subir de peso en caso de ser necesario. En caso de encontrarse con sobrepeso el momento ideal para normalizarlo es antes del embarazo. Nunca se debe intentar hacer dieta durante el embarazo; cuando uno 5 adelgaza se producen ciertas sustancias llamadas cuerpos cetónicos que atraviesan la placenta y son dañinos para el bebé. El índice de masa corporal es el método más usado para conocer el peso ideal de una persona, es un número que pretende determinar, a partir de la estatura y el peso, el rango más saludable de peso que puede tener una persona y se obtiene al dividir: el peso en kilos, entre la estatura al cuadrado. El IMC normal es de 20 a 25. Para determinar la ganancia de peso recomendable en cada caso se deben seguir las siguientes estimaciones: 1. IMC por debajo de 20: La ganancia debe ser entre 11.5 y 16 kilos. 2. IMC entre 20 y 25: La ganancia debe ser entre 9 y 11.5 kilos 3. IMC entre 26 y 30: La ganancia debe ser entre 7 y 9 kilos 4. IMC por arriba de 30: La ganancia debe ser de hasta 6 kilos máximo Las mujeres que inician el embarazo con sobrepeso o las que ganan demasiado durante el embarazo, se exponen a varios riesgos: Las mujeres embarazadas obesas tienen un riesgo incrementado de padecer diabetes gestacional, bebés grandes, defectos en el “tubo neural”, preeclampsia, e inducción al parto. Por el contrario, las deficiencias nutricionales de la madre sumadas al bajo peso al nacer del bebé, son a nivel mundial la causa más importante de muerte infantil, en niños menores de 5 años. Hierro y Ácido fólico. Como hemos comentado anteriormente, hierro y ácido fólico son imprescindibles en la dieta y tener unos niveles adecuados de estos micronutrientes nos hará tener una tranquilidad previa al futuro embarazo. 6 Recomendaciones en caso de plantearse un embarazo: - Una consulta médica pre-concepción. - Llevar una alimentación completa y variada. - No tomar medicamentos. - No consumir tabaco, alcohol y drogas. - Realizar ejercicio físico. - Llevar una vida tranquila, alejada del estrés. - La otra persona de la pareja también cuenta. Por último comentar que nuestro estado emocional está muy ligado a los alimentos de nuestro entorno que visualizamos e ingerimos. Por ello hay ciertos estudios que demuestran que ciertos hábitos alimenticios ayudarán a una mayor fertilidad para la pareja: - Controlar la ingesta de cafeína. - Consumir los carbohidratos lo menos refinados posibles. - Comer alimentos verdes, rojos y amarillos. - Incrementar moderadamente el consumo de pescado azul. - Ingerir alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes. - Proporcionar un punto óptimo de calor a cada alimento. 7 CAMBIOS FISIOLÓGICOS EN EL EMBARAZO Volumen y composición sanguíneos El volumen sanguíneo aumenta aproximadamente un 50% al final del embarazo. Ello determina una reducción de las concentraciones de hemoglobina, albúmina sérica puede ser consecuencia de la acumulaciónde líquidos. La disminución de las concentraciones de vitaminas hidrosolubles hace que la determinación de una ingesta inadecuada o de un estado de carencia nutricional resulte compleja. Por otra parte, las concentraciones séricas de vitaminas liposolubles y de otras fracciones lipídicas, como triglicéridos, colesterol y ácidos grasos libres, aumentan. Función cardiovascular y pulmonar Durante el embarazo, el gasto cardíaco se incrementa y el tamaño del corazón en un 12%. La presión arterial diastólica disminuye durante los 2 primeros trimestres debido a la vasodilatación periférica, aunque recupera los valores previos al embarazo en el tercer trimestre. El edema leve en las extremidades inferiores es un trastorno normal del embarazo, derivado de la presión del útero en expansión sobre la vena cava inferior. El retorno venoso al corazón disminuye, lo que induce reducción del gasto cardíaco y la presión arterial y edema de las extremidades inferiores. Este edema fisiológico leve se asocia a bebés ligeramente mayores y menos tasa de prematuridad. Las necesidades maternas de oxígeno aumentan y el umbral de dióxido de carbono se reduce, lo que hace que las embarazadas se sientan disneicas (que les falta el aire). Esta sensación de disnea se ve incrementada, porque el útero impulsa el diafragma hacia arriba. Como compensación, se produce un intercambio gaseoso pulmonar más eficaz. Función gastrointestinal Durante el embarazo, la función del tubo gastrointestinal sufre diversos cambios que afectan al estado nutricional. En el primer trimestre pueden producirse náuseas y 8 vómitos, seguidos de recuperación de apetito, aunque las aversiones por determinados alimentos son frecuentes. Las concentraciones incrementadas de progesterona relajan la musculatura uterina para permitir el crecimiento fetal, lo que determina también una menor motilidad gastrointestinal, con aumento de la reabsorción de agua. Ello suele dar lugar a estreñimiento. Además, el esfínter esofágico inferior relajado y la presión sobre el estómago por el crecimiento del útero producen, en ocasiones, regurgitación y reflujo gástrico. El vaciamiento de la vesícula biliar se torna menos eficaz por efecto de la progesterona sobre la contractilidad muscular. El estreñimiento, la deshidratación, una dieta baja en calorías o una ingesta inapropiada son factores de riesgo de colelitiasis. Durante el segundo y el tercer trimestre, el volumen de la vesícula biliar se duplica y su capacidad de almacenamiento disminuye. Cabe destacar la enfermedad celíaca, este trastorno influye de forma adversa en la fertilidad y la absorción de nutrientes. Las mujeres celíacas están expuestas a alto riesgo de aborto espontáneo y parto prematuro. Algunos suplementos prenatales contienen gluten o aglutinantes de trigo, por lo que su uso debe evitarse. Placenta La placenta produce diversas hormonas responsables de la regulación del crecimiento fetal y del desarrollo de los tejidos de soporte maternos. Es el vehículo de del intercambio de nutrientes, el oxígeno y los productos de desecho. Las agresiones a la placenta comprometen la capacidad de nutrición del feto, con independencia del estado nutricional de la madre. Tales alteraciones pueden deberse a placentación inadecuada por embarazo previo o a pequeños infartos relacionados con preeclampsia o hipertensión. En fetos con restricción del crecimiento intrauterino, el tamaño de la placenta puede ser un 15-20% inferior a lo normal. Una placenta pequeña presenta menor superficie de vellosidades placentarias y menor capacidad funcional. Función renal La tasa de filtración glomerular aumenta en un 50% durante el embarazo. El volumen sanguíneo es mayor como consecuencia de la tasa de filtración glomerular más elevada, con menores concentraciones de creatinina sérica y nitrógeno ureico en 9 sangre. La reabsorción tubular renal es menos eficaz que en el estado no gestante y puede haber glucosuria, además de aumento de la excreción de vitaminas hidrosolubles. La glucosuria en pequeñas cantidades incrementa el riesgo de infección de las vías urinarias. Las embarazadas que se presentan con pielonefritis aguda son hospitalizadas para recibir antibioticoterapia agresiva, ya que esta infección afecta con facilidad al sistema respiratorio. Entorno uterino Un entorno uterino no idóneo afecta negativamente al desarrollo de diferentes tipos de células y órganos. No obstante, el objetivo es conseguir un entorno saludable, a través de un adecuado equilibrio de nutrientes y de la eliminación de potenciales teratógenos. Los factores que contribuyen a la consecución de resultados óptimos incluyen asistencia prenatal idónea, minimización del estrés y aportación de una dieta saludable durante el embarazo. Afortunadamente, las mujeres de bajo nivel socioeconómico pueden mejorar la calidad de su dieta por medio de la pertinente educación nutricional. Las mujeres con antecedentes de depresión presentan riesgo de desenlace inadecuado del embarazo y depresión postparto, procesos que ponen en peligro tanto a la madre como al recién nacido. El estado nutricional materno ha sido evaluado en relación con el peso al nacer del lactante, defectos del tubo neural y síndrome alcohólico fetal, una importante causa de retraso mental y trastornos del aprendizaje. El peso al nacer mantiene una estrecha correlación con la mortalidad y la morbilidad infantiles. Cabe destacar que los lactantes si son grandes para su edad gestacional a menudo presentan hiperglucemia neonatal. Además se cree que el nivel de vitamina D previo a la concepción influye en el 3% del genoma humano y en la salud ósea a lo largo del ciclo vital. En realidad, el nivel de vitamina D materno puede programar el desarrollo esquelético neonatal. 10 NECESIDADES NUTRICIONALES EN EL EMBARAZO La nutrición es el proceso por cual el organismo absorbe y asimila las substancias necesarias para el funcionamiento del cuerpo. Este proceso biológico es unos de los más importantes determinantes para el óptimo funcionamiento y salud. Las necesidades de macronutrientes y micronutrientes durante esta etapa son: ENERGÍA Las necesidades energéticas se ven aumentadas en el embarazo debido al aumento del metabolismo y el crecimiento del feto y sus anejos. Las necesidades de cada gestante van a depender de factores como su peso anterior al embarazo, las semanas de gestación y su actividad física. El aporte energético se reparte en un aumento de 150 kcal durante el primer trimestre y 350 en el segundo y tercer trimestre, parte de esta energía es almacenada en forma de depósitos de grasa que constituyen un mecanismo de protección del feto frente a un posible estado de déficit al final de la gestación o durante la lactancia. La principal fuente de energía son los hidratos de carbono, destacando los complejos (arroz, patatas, pan...) e intentar evitar los HC simples (azúcar, miel, mermelada, bebidas azucaradas…) PROTEÍNAS Siguiendo una dieta variada y equilibrada, esto supone un aporte del 12-18%, no tiene por qué haber déficits, aún así es importante su consumo debido a los cambios que se producen en esta etapa, como la expansión del volumen sanguíneo materno, crecimiento mamario y aumento de los tejidos fetales y placentarios. El aumento de la ingesta de alimentos proteicos debe ser cuantitativa y cualitativamente. LÍPIDOS La cantidad de lípidos en la dieta será de un 30% de la energía total. Se deberá tener en cuenta la necesidad de ciertos ácidos grasos, que son importantes para la formación del sistema nervioso y la retina del feto, como son el EPA y DHA, por lo que, 11 teniendo una buena alimentación, con la adecuada presencia de pescado azul, las necesidades quedan cubiertas. Otros alimentos en los que se puede encontrareste tipo de grasas son: Aceites vegetales (como el de linaza, nuez, soja, germen de trigo y avellana) nueces, almendras, espinacas, col de bruselas, lechuga y pepino. VITAMINAS Ácido fólico También conocido como folato., es la vitamina que más aumentada se ve en esta etapa ya que contribuye a la síntesis de glóbulos rojos, formación del tubo neural del bebé, la síntesis de ADN materno y el crecimiento fetal y placentario. Es importante su aumento antes de la concepción y durante las primeras semanas de embarazo ya que la formación del tubo neural finaliza en el día 28 de gestación. La dosis recomendada de esta vitamina durante el mes anterior al embarazo es de 400 microgramos al día, y 600 microgramos durante el periodo de gestación, con este aumento no se han visto complicaciones patológicas debido a que las necesidades se ven cubiertas. El ácido fólico es sensible al calor, lo que quiere decir que se elimina durante la cocción y en un almacenamiento durante un tiempo prolongado. Vitamina C Cabe destacar la importancia de esta vitamina debido a que actúa como antioxidante y ayuda a la absorción de hierro en el organismo. Un déficit de vitamina C podría desencadenar a una carencia de hierro por su falta de absorción. La podemos encontrar en diferentes alimentos como cítricos, pimientos, kiwis, fresas, frambuesas, brócoli, coles de bruselas, patatas y calabazas. Vitamina A No parece necesario un aumento del aporte de esta vitamina durante el embarazo, sin embargo, consumir dosis altas de esta vitamina puede dar lugar a malformaciones congénitas. 12 Hasta hace poco se aconsejaba un aumento de esta vitamina, pero los riesgos que comportaba su uso no justifican sus posibles beneficios, salvo, en casos de deficiencia. Vitamina D También conocida como calciferol. Es importante el aumento de esta vitamina debido a que interviene en el metabolismo del calcio, potencia la función inmunitaria e interviene en el desarrollo fetal. La placenta produce vitamina D que favorece el transporte transplacentario del calcio. Se aconseja administrar suplementos de al menos 400 Ul/ día ya que un déficit podría desencadenar a tener un hijo con problemas de habla y concentración, malformación de huesos y raquitismo. No hay que olvidar que la fuente principal de esta vitamina es la luz solar, por lo que, con una exposición regular de sol (unos 15 min/día), se pueden aportar cantidades suficientes. La vitamina D la podemos encontrar en alimentos como: pescados grasos (salmón, caballa, sardinas, atún, anguila) Vitamina E También llamada tocoferol. No está establecido que sea necesario un aumento de la ingesta de esta vitamina durante esta etapa, aunque se ha relacionado la carencia de esta vitamina con abortos, malformaciones... La vitamina E la podemos encontrar en alimentos como aceites vegetales, coco, germen de trigo, soja germinada, aceite de oliva, margarina, cacahuetes y nueces. Vitamina K No se ve aumentada pero no hay que olvidar su consumo porque desempeña un papel importante en la salud ósea y en la coagulación de la madre. Las dietas habituales no aportan niveles idóneos de esta vitamina por lo que no hay que descuidar los alimentos como vegetales de hojas verdes y hígado, que son ricos en esta vitamina. 13 Vitamina B2 Esta vitamina cobra especial interés en el tercer trimestre de gestación, periodo en el que disminuyen los niveles en sangre y la excreción urinaria. Este hecho se atribuye a que hay una mayor trasferencia de la madre al feto para cubrir las necesidades de éste (se encuentran niveles elevados de esta vitamina en el cordón umbilical). Algunas recomendaciones aconsejan mantener el aporte de 0,55mg /1000 kcal con lo que es necesario un aumento del aporte en 0,2 mg/día. MINERALES Calcio y fósforo Son importantes para la formación del esqueleto fetal, el cual es capaz de acumular unos 30 gramos de calcio durante el embarazo, sobre todo, en los últimos meses. Además, la madre debe concentrar en su esqueleto calcio para suministrar en el momento de la lactancia. El inconveniente afecta en el último trimestre de embarazo, pues es en este periodo cuando el depósito entre madre y feto aumenta a 300 mg/día. Las recomendaciones diarias de estos minerales deberán ser entre 1.000- 1.200 mg/día. Debe haber un equilibrio entre la ingestión de calcio y fósforo, a diferencia del calcio, son difíciles las carencias de fósforo ya que una dieta equilibrada asegura las necesidades nutricionales de este mineral. Las gestantes que toman dietas cuya relación calcio/fósforo esta desequilibrada pueden presentar calambres nocturnos en las piernas, en especial contracción de los gemelos. El fósforo lo podemos encontrar en alimentos como almendras, ajo, patata, puerro, tomate, pepino, setas, alcachofas y nueces, en cambio el calcio lo encontramos en lácteos (queso, yogur, leche...), brócoli, espárragos, acelga, sardinas, salmón y marisco. 14 Hierro Este mineral es indispensable es esta etapa ya que contribuye a la formación de la sangre del feto y al incremento del volumen eritrocitario de la madre. Durante la gestación las necesidades de hierro se estiman en unos 0’9 mg/día en el primer trimestre y 4 mg/día durante el segundo y 6 mg/día en el último trimestre. Aún así, es habitual observar anemias por falta de hierro en embarazadas a partir de los 3 meses, en este caso, se recomendaría una ingestión de 30-60 mg de hierro. El aporte necesario será en función del estado de las reservas antes de la concepción. Una mujer con depósitos intactos puede hacer frente a las necesidades derivadas del embarazo gracias a un aumento de cerca de un 40% de su capacidad de absorción intestinal de hierro. Este mineral lo podemos encontrar en carne de ternera, legumbres (como soja, alubias, lentejas y garbanzos), vísceras, sardinas, huevos, fruta seca, almendras, levadura de cerveza, pan integral y frutas. Zinc Los niveles sanguíneos de este mineral descienden con la progresión del embarazo debido a la reducción de la albúmina circulante y un aumento de las pérdidas urinarias. Se aumentan 3 mg diarias ya que un déficit puede provocar malformaciones fetales, por el contrario, un exceso inadecuado de hierro durante el embarazo interfieren en la absorción del zinc. Los alimentos en los que se encuentra son: Carne de caballo, ostras, germen de trigo, galletas integrales, hígado de ternera y de cerdo y lomo. Cobre Participa en la formación de hemoglobina (encargada de transportar el oxígeno a los tejidos), regeneración de tejidos y en el desarrollo del corazón, arterias, vasos sanguíneos, esqueleto y sistema nervioso del bebé. La dosis recomendada es de 2 mg diarios. Las dietas deficientes en cobre se asocian a anemia, respuesta inmune menor, y según algunas investigaciones, su déficit podría estar relacionado a una mayor incidencia de infartos. 15 El cobre lo podemos encontrar en hígado, ostras, nueces y espinacas. Con una dieta equilibrada se cubren las necesidades recomendadas de este mineral, por lo que no es necesario su suplementación. Yodo Es un mineral que interviene en el crecimiento físico y mental, el funcionamiento de tejidos nerviosos y musculares, el sistema circulatorio y el metabolismo de otros nutrientes. Además es necesario para el funcionamiento adecuado de la glándula tiroides, que regula el crecimiento y el metabolismo. También mejora el estado de la piel, los dientes y el cabello. Durante el embarazo desempeña un rol fundamental ya que evita efectos nocivos en el cerebro del bebé, aborto espontáneo, mortalidad fetal tardía y muerte materna. La dosis recomendada es de 220 microgramos diarios duranteel embarazo. Las dietas deficientes en yodo se asocian a bocio e hipotiroidismo por un déficit de hormona tiroidea generado por esta carencia. Además la carencia de yodo constituye una importante causa de problemas de desarrollo mental en los niños. Está demostrado que los hijos de madres que padecieron carencia de yodo durante el embarazo pueden presentar cretinismo, un retraso grave en el desarrollo físico y mental y defectos en el habla, sordera y enanismo. Las fuentes con mayor contenido de yodo son la sal yodada, los pescados, mariscos y vegetales. Con una dieta saludable y equilibrada rica en pescados, mariscos, vegetales y alimentos fortificados obtienes la cantidad de yodo requerida por el organismo. Magnesio Es un mineral que cumple un rol fundamental durante el embarazo ya que interviene en la generación y reparación de tejidos. El magnesio y el calcio cumplen sus funciones en forma combinada, ya que el magnesio relaja los músculos y el calcio estimula su contracción. Sin embargo, también presenta un papel imprescindible para la acción de los anticuerpos, ya 16 que mejora la respuesta inmunológica y contribuye en el desarrollo esquelético del feto. La dosis recomendada es de 400 mg. diarios durante el embarazo, es decir 100 mg. adicionales a lo habitualmente sugerido para las mujeres (300 mg.). Las deficiencias en magnesio (hipomagnesemia) ocurren generalmente cuando existe déficit de calcio y de potasio y se asocian a accidentes cardiovasculares y arritmias. También pueden aparecer espasmos, temblor, convulsiones, irritabilidad neuromuscular, trombosis, astenia, depresión, agitación, confusión, irritabilidad, inquietud, vértigos y desorientación. La caída del cabello (alopecia) también es un síntoma de su déficit. Los alimentos ricos en magnesio son las nueces, avellanas, almendras, castañas, semillas de girasol, soja, cacao, cereales enteros, papa, zanahoria, remolacha, espinaca, legumbres y mariscos. Con una dieta saludable y equilibrada obtienes la cantidad de magnesio requerida por el organismo, por lo que no es necesario ningún suplemento. Sin embargo se puede indicar un suplemento de magnesio en los casos migrañas 17 PATOLOGÍAS ALIMENTARIAS EN LA GESTACIÓN DIABETES GESTACIONAL Es una forma de diabetes mellitus inducida por el embarazo. No se conoce una causa específica de este tipo de enfermedad pero se cree que las hormonas del embarazo reducen la capacidad que tiene el cuerpo de utilizar y responder a la función de la insulina. El resultado es un alto nivel de glucosa en la sangre, lo que se conoce como hiperglucemia. Una de las consecuencias más frecuentes es un incremento de peso desproporcionado del bebé y una mayor probabilidad de que el bebé desarrolle obesidad o diabetes. Este tipo de diabetes suele ser temporal. Dependiendo de la alimentación de la madre, la diabetes desaparecerá después del embarazo, o podrá desarrollar una diabetes tipo II. Cuadro clínico - Fatiga - Visión borrosa, debido a que la glucosa no entra bien en las Células del sistema nervioso. - Infecciones, las más frecuentes son vejiga, vagina y piel. - Polidipsia (aumento de la sed). - Poliuria (aumento de la micción). - Náuseas y vómitos. - Pérdida de peso a pesar de un aumento de apetito. Factores de riesgo - Tener más de 25 años al quedarse embarazada. - Tener hipertensión arterial. - Tener antecedentes familiares de diabetes. - Si se dio a luz a un bebé que pesaba más de 4 kg o que tuvo anomalía congénita. - Si se ha tenido un aborto espontáneo. 18 - Si se tenía sobrepeso antes del embarazo. - Si se tiene síndrome de ovario poliquístico. - Si se ha aumento excesivamente de peso durante el proceso de gestación. Diagnóstico: Test de O’Sullivan: Es una prueba destinada a valorar los niveles de glucosa en sangre para poder descartar el tener diabetes gestacional, se hace a todas las gestantes, y se realiza entre la semana 24 y 28 de gestación. Si los resultados aparecen altos en esta prueba, se deberá hacer el test de tolerancia oral a la glucosa (TTOG), es más efectivo ya que sirve para diagnosticar la enfermedad. El test de O’Sullivan consiste en darle a la embarazada 50 gr de glucosa al 25%, una hora después de la toma, se realiza un análisis de sangre y se analiza el nivel de glucemia. No es necesario realizarla en ayunas. Si los valores de glucemia son igual o mayor a 140 mg/dl se puede sospechar que haya intolerancia a los HC o diabetes gestacional. Se diagnosticará definitivamente la enfermedad cuando la glucemia sea igual o superior a 200 mg/dl, en este caso, se realizará el test de tolerancia oral a la glucosa, en la que la gestante deberá ingerir 100 gr de glucosa y se irá haciendo 4 mediciones de glucemia durante 1 hora. El test se interpretará de la siguiente manera: Negativo: Si es inferior a 140 mg/dl de glucosa en sangre. Positivo: Si es igual o superior a 140 mg/dl de glucosa en sangre. Tratamiento: Dependiendo de la evolución de la enfermedad, el médico es quién decidirá si se debe dar como tratamiento insulina o no. Si no se suministra insulina el mejor tratamiento será el ejercicio físico moderado y la alimentación. - Ejercicio físico: Permite que el cuerpo use la glucosa sin necesitar insulina adicional, de manera que ayuda a combatir la resistencia a la insulina. La actividad física siempre estará supervisada por el médico y siempre será actividad aerobia. 19 - Alimentación: Es importante tener una buena alimentación ya que, al igual que el ejercicio físico, ayuda a mantener los niveles de glucosa en sangre. Es imprescindible llevar una dieta variada y equilibrada, no saltarse ninguna comida, incluir alimentos de mucha fibra, incluyendo los vegetales de hoja verde por a su alto contenido en minerales, esenciales en el embarazo, limitar los alimentos y bebidas que contengan azúcares simples, sustituyéndolos por HC complejos, evitar los lácteos y derivados enteros (mayor preferencia por los semidesnatados o desnatados). La dieta debe ser individualizada dependiendo de las necesidades de cada gestante. Ejemplo de una dieta para diabetes gestacional de 1 día: Desayuno - Vaso de leche semidesnatada con café descafeinado. - Rebanada de pan integral con pavo, tomate, queso fresco y aceite de oliva. - Puñadito pequeño de uvas (7 u 8 aproximadamente). Almuerzo - Yogur con 2 o 3 nueces - Tostada con aceite de oliva. Comida - Ensalada de pasta (lechuga, tomate, atún, zanahoria). - Solomillo de pavo con calabacín de guarnición. - Melocotón. Merienda - Rebanada de pan con jamón cocido. - Infusión. Cena - Puré de patata. - Salmón a la plancha con guarnición ensalada. - Kiwi. Antes de ir a dormir - Vaso de leche semidesnatada o yogur. 20 ANEMIA FERROPÉNICA Se trata de una disminución en el número de glóbulos rojos sanos en la sangre. Este tipo de anemia es más frecuente en el embarazo ya que durante la gestación aumentan las demandas de Hierro por parte de la madre, debido a que se ve incrementada la formación de glóbulos rojos (encargados de transportar el hierro y el oxígeno a los tejidos). Cada vez son más la necesidades de este mineral ya que, a medida que crecen las demandas de hierro de la madre, también lo hacen las del bebé para poder alimentarse. Para no sufrir este tipo de anemia y tener un balance adecuado, la madre deberá consumir 1000 miligramos de hierro, de estos, 300 mg son para el feto y placenta, 500mg para el aumento de glóbulos rojos y 200 mg para compensar las pérdidas. Estas medidas de hierro se verán aumentadas a lo largo del embarazo. Teniendo una dieta equilibrada y una buena alimentación, no hay mayor riesgo de poder sufrir una anemia ferropénica, ya que en este tipo de alimentación no se presentan ningún déficit. Síntomas (más leves) - Fatiga y cansancio. - Dolores de cabeza. - Problemas para concentrarse o pensar. - Mareos. - Dolores de cabeza. - Dificultad respiratoria. Tratamiento Tomar suplementos y alimentos ricos en hierro. Como suplementos se le dará sulfato ferroso, para poder acumular las reservas de este mineral. 21 Se recomienda que las mujeres embarazadas y lactantes, tomen suplementos de hierro, como prevención de poder sufrir este tipo de anemia. Diagnóstico - Análisis de hematocrito y hemoglobina. - Índice de glóbulos rojos. - Examen de médula ósea. - Capacidad de fijación del hierro. (CFH) Prevención Esta enfermedad se puede evitar con una dieta equilibrada que cubre las necesidades nutricionales de este mineral. En el embarazo se deberá aumentar el aporte de hierro debido a las pérdidas que se presentan. Otra alternativa es el consumo mayor de vitamina C ya que está ayuda a la absorción del hierro a nivel intestinal. Alimentos ricos en hierro - Carnes rojas - Legumbres, entre ellas, las lentejas, soja en grano. - Cereales integrales. - Vísceras: como el hígado, la morcilla… debido a que son alimentos con abundante sangre, les hace ser ricos en este mineral. - Semillas de chía - Vegetales verdes, espinacas y acelgas. ESPINA BÍFIDA Malformación congénita del tubo neural que se desarrolla en el primer mes de embarazo. Ocurre si la columna vertebral del feto no se cierra completamente durante este mes. Mediante las pruebas de detección que se realizan durante el embarazo se puede diagnosticar este tipo de enfermedad. 22 Diagnóstico prenatal Los métodos más comunes para su detección durante el embarazo, mediante análisis de sangre, analizar la alfa-fetoproteína sérica, si se encuentra alta, la enfermedad está siendo agravada. Otro método es la amniocentesis, un examen mediante el cual el médico extrae muestra del líquido amniótico, el inconveniente que presenta esta prueba es que no releva la gravedad de la enfermedad, en cambio el análisis de la alfa- fetoproteína sí que puede relevar la gravedad de la enfermedad dependiendo en los niveles que se encuentre en sangre. Prevención El ácido fólico, también llamado folato, es una vitamina importante en el desarrollo de un feto sano. Aunque tomar esta vitamina no puede garantizar tener un bebé sano, puede ayudar. Estudios recientes han mostrado que al agregar ácido fólico a sus dietas, las mujeres en edad de procrear reducen significativamente el riesgo de tener un hijo con un defecto del tubo neural. Por ello, se recomienda que todas las mujeres en edad de procrear consuman diariamente 400 microgramos de ácido fólico. Alimentos ricos en ácido fólico - Verduras, sobre todo las de hojas verdes. - Yemas de huevo. - Lentejas. - Espárragos. - Brócoli. - Naranja y otros cítricos. - Col de bruselas. - Panes y cereales. TROMBOCITOPENIA Es una disminución del número de plaquetas que aparece en muchas gestantes sanas. Se cree que esta disminución de las plaquetas se debe a la hemodilución de la 23 sangre propia del embarazo (aumenta mucho la cantidad de plasma con respecto al volumen de células sanguíneas) y a un supuesto atrapamiento de las plaquetas por parte de la placenta. Este tipo de enfermedad suele ser asintomática. Suele desaparecer tras el parto, aunque a veces se mantiene los primeros meses de puerperio, en la lactancia materna no está contraindicada. Síntomas - Sangrado en la boca y encías. - Hematomas. - Hemorragia nasal. - Erupción cutánea (pequeñas manchas rojas llamadas petequias). Factores de riesgo - Deficiencia de ácido fólico. - Leucemia. - Deficiencia de vitamina B12. - Cirrosis. 24 EMBARAZAOS CON MAYOR CONTROL ALIMENTARIO 6.1 EMBARAZO ADOLESCENTE Se considera que durante la pubertad las chicas aún son biológicamente inmaduras para quedar embarazadas; sin embargo, sucede. La educación nutricional es imprescindible para una embarazada adolescente. La alimentación adquiere especial importancia durante la adolescencia, pero si la chica aparte está embarazada, una alimentación de calidad es esencial, porque sus necesidades nutricionales serán la suma de sus necesidades y las del embarazo. Actualmente, el embarazo en adolescentes ha ido en aumento pese al acceso relativamente más sencillo del uso de métodos anticonceptivos y a la información que reciben en la escuela, en los medios de información y otros. Sin embargo, si en cualquier embarazo la alimentación cobra especial importancia, más aún durante la adolescencia; periodo en el que las demandas de energía y nutrientes son mayores que en otras etapas de la vida. Pero además de las necesidades propias del embarazo, las necesidades propias de su edad, crecimiento y desarrollo. Actualmente, la edad media de la menarquia se sitúa entre los 12 y 13 años de edad. Es de esperarse que el desarrollo corporal continúe durante 4 años más, aunque a un ritmo más lento. Una vez completado el crecimiento (aproximadamente 4-5 años después de presentarse la menstruación o hacia los 17años de edad), los requerimientos nutricionales de la adolescente embarazada son similares a los de la mujer adulta embarazada. Para conseguir una correcta valoración nutricional de la adolescente embarazada se requiere un asesoramiento continuo e individualizado. Es importante analizar los hábitos dietéticos antes del embarazo, los posibles hábitos dietéticos extraños, número y horario de las comidas principales y suplementarias, tipo de comida y posible restricción calórica. 25 Las adolescentes embarazadas de edad ginecológica joven o que están desnutridas al momento de la concepción, son las que tienen más necesidades nutricionales. Una mujer joven que concibe poco después de su primera menstruación corre el máximo riesgo fisiológico, y a pesar del aumento de peso materno, los pesos de nacimiento de los neonatos se mantienen bajos. Este mayor riesgo de restricción en el crecimiento fetal se atribuye a la interferencia en el flujo sanguíneo fetoplacentario y en la transmisión de nutrientes al feto como resultado de las características fisiológicas inherentes al crecimiento materno. Tal vez las mayores concentraciones de insulina, hormona de crecimiento humana y factores de crecimiento semejantes a la insulina que caracterizan el crecimiento adolescente, cuando se superponen al medio normal del embarazo, favorecen la acumulación de las reservas de grasa y el aumento de peso en la madre pero disminuyen los nutrientes en la circulación sanguínea, alterando finalmente el crecimiento del feto. La media total de los requerimientos energéticos estimada para las adolescentes oscila entre las 2200 y 2400 Kcal/día. De cualquier manera, como el gasto energético es variable, la mejor forma de estar seguros de que la ingestión es adecuada, es obtener un aumento de peso suficiente. Ello debe ser llevado a cabo mediante consejos individuales sobre las bases para la estimación del tamaño corporal, ritmo de crecimiento, edad y grado de actividad física. Hoy día, muchas chicas jóvenes limitan severamente su ingestión de alimentos para estar delgadas, y de esta manera, estar a la moda. Esto es un riesgo nutricional adicional para las adolescentes embarazadas, tanto por un bajo peso antes del embarazo, locual se asocia con mayores riesgos perinatales, como por su incapacidad para reunir las necesidades nutricionales adecuadas para su correcto crecimiento. (Proteínas, calcio y hierro) Las necesidades proteicas de la adolescente embarazada son comprensiblemente altas. Se establece que, para chicas embarazadas de 15 a 16 años, es de 1,5 gramos de proteína por kilo de peso y día; y para las menores de 15 años, es de 1,7 gramos de proteínas por kg., de peso y día. 26 Asimismo, es esencial una ingestión calórica adecuada para que las proteínas sean utilizadas para el crecimiento y desarrollo orgánico. Para reunir las necesidades de calcio y hierro en las adolescentes embarazadas, se requiere un cuidado especial debido a la pobre ingestión de estos dos nutrientes. Se recomienda una ingesta de 1600 mg. de calcio para las adolescentes embarazadas que estén en etapa de crecimiento y esto se cubre con la ingesta de un litro de leche o alimentos equivalentes (sustituyendo adecuadamente la leche por yogur, queso, cuajada). Esta cantidad se considera necesaria para proveer de suficiente calcio para el normal desarrollo fetal, sin utilizar las reservas óseas maternas. Las necesidades de hierro de la adolescente, durante su crecimiento, son altas debido al crecimiento de su masa muscular y del volumen sanguíneo. No obstante, la recomendación de un suplemento diario de hierro, puede ser necesaria tanto para la adolescente como para la mujer adulta embarazada. Se ha observado que la dieta de las adolescentes de nuestro país es pobre en calcio, hierro, vitaminas A, C y D, ácido fólico y calóricamente insuficiente. Riesgos asociados más comunes: El peso medio al nacer de los niños de madres adolescentes suele ser significativamente más bajo y la mortalidad infantil mayor que en el de la mujer adulta. La media del peso del bebé al nacer va aumentando junto a la edad de la madre, así como el porcentaje de niños con bajo peso al nacer disminuye cuando la edad de la madre aumenta desde 15 a 19 años. Sus músculos generalmente no están suficientemente desarrollados, el esqueleto puede que no haya alcanzado el grado óptimo de mineralización y ciertas reservas de nutrientes (principalmente de hierro, ácido fólico, vitamina A y B12) son menores que en la mujer adulta bien alimentada. De esta manera, los factores sobre los que es posible actuar, tales como la nutrición, atención prenatal precoz y mejora de los hábitos y costumbres de vida, adquieren mayor importancia, asegurando así, un mejor resultado en las embarazadas adolescentes. 27 6.2 EMBARAZO VEGETARIANO A pesar de sus muchos detractores o de la desconfianza que gira entorno a las dietas vegetarianas, se pueden planificar para satisfacer con total garantía las necesidades nutricionales de las mujeres embarazadas. Las necesidades energéticas y de nutrientes de las mujeres vegetarianas embarazadas no son diferentes de las gestantes no vegetarianas. La principal excepción está en las recomendaciones superiores, no tanto en la cantidad que se debe aportar como en la optimización de las formas de absorción y aprovechamiento Lo primero que hay que aclarar es que existen distintos tipos de mujeres vegetarianas, las estrictas (no consumen ni carnes, ni lácteos, ni huevos) -que son las que tienen mayor riesgo de carencia nutricional, incrementado durante el embarazo-, y las ovo- lacto-vegetarianas, que aceptan los huevos y la leche, y que generalmente cubren mejor la demanda de calcio, ácido fólico, cinc, hierro, proteínas y micronutrientes más necesarios durante los períodos de crecimiento. A continuación incluyo unos estudios que fueron recogidos más tarde para dar respuesta a las necesidades nutricionales de las gestantes embarazadas. Evidenciar si hay diferencias en la ingesta de energía y nutrientes entre las embarazadas vegetarianas y las omnívoras, la biodisponibilidad de los nutrientes según la modalidad dietética y las diferencias en la evolución del embarazo, el parto y el peso y talla del recién nacido: En su libro "Nutrición vegetariana", Joan Sabaté, director del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Loma Linda (California, EE.UU.), hace un recorrido en busca de evidencia científica que ayude a precisar si hay necesidades energéticas y nutricionales diferentes según se siga o no una dieta vegetariana (en sus modalidades más o menos estrictas) durante el periodo de gestación. A tenor de la bibliografía consultada, el primer estudio exhaustivo sobre la alimentación de las mujeres embarazadas que valoró el estado nutricional, análisis dietético e historia clínica completa, lo realizó en 1954 Mervyn G. Hardinge de la Escuela Universitaria de Salud Pública de Harvard (EE.UU.). Las comparaciones se hicieron entre mujeres ovo-lacto-vegetarianas y omnívoras, sin que se registraran diferencias significativas de peso (ganancia o pérdida) en las madres durante el 28 embarazo, ni complicaciones en el parto en ambos grupos, ni en la talla y peso de los recién nacidos. Veinte años más tarde, J. Thomas y F. R. Ellis, del Kingston Hospital (Surrey, Reino Unido), compararon los resultados de 28 embarazos de vegetarianas estrictas y 41 embarazadas no vegetarianas de este país, con una larga tradición en la práctica del vegetarianismo. Tampoco detectaron diferencias sustanciales. No obstante, estudios posteriores han coincidido en señalar un menor peso en los bebés de madres vegetarianas estrictas y que siguen dieta macrobiótica. El peso del bebé está relacionado con los kilos que gana la madre durante el embarazo. Este factor será determinante para las mujeres vegetarianas estrictas, con el fin de evitar trastornos futuros en el bebé nacido con bajo peso. Respecto a los patrones de ingesta de energía y macronutrientes (carbohidratos, proteínas y lípidos) según la modalidad alimentaria, los cuatro estudios seleccionados para su evaluación indican un consumo similar entre ambos grupos, excepto en dos aspectos: menor aporte proteico en las vegetarianas y, a consecuencia, ingesta superior de carbohidratos. No obstante, los estudios son escasos como para concluir que el aporte proteico es de forma significativa menor. Un aporte nutricional cuidadoso evita diferencias de peso en el embarazo, complicaciones en el parto y problemas de talla y peso en los neonatos Los valores de micronutrientes (vitaminas, minerales, oligoelementos) también fueron objeto de rigurosa revisión científica. Tras la selección de diez estudios realizados en distintos países (EE.UU., Reino Unido y Alemania), se constató una menor ingesta entre las vegetarianas para las vitaminas B12 y C y para los minerales calcio y cinc en, al menos, uno de los estudios analizados, si bien las deficiencias no coincidían en todos los ensayos. Destaca la información relativa a la vitamina C, puesto que la mayor ingesta procede de vegetales crudos, como frutas y hortalizas, muy consumidos en una dieta vegetariana tradicional. En cuanto a la biodisponibilidad se han realizado seis estudios que han evaluado la biodisponibilidad de los distintos micronutrientes en la dieta de las vegetarianas embarazadas. La biodisponibilidad del calcio, el hierro y el ácido fólico, todos ellos nutrientes de riesgo por su papel relevante durante la gestación, no fue inferior tras seguir una dieta vegetariana no vegana. Incluso se plantea la hipótesis de que los niveles de ácido fólico en plasma pueden ser superiores entre algunos grupos de mujeres vegetarianas en comparación con quienes no lo son, por su mayor consumo de vegetales ricos en esta vitamina. http://www.consumer.es/web/es/salud/problemas_de_salud/2009/12/07/189694.php 29 Según la revisión, sólo los niveles séricos de vitamina B12 fueron inferiores en las vegetarianas (no veganas) respecto a las no vegetarianas.Para la vitamina D, esencial en el metabolismo óseo del calcio, se duda si la síntesis orgánica en las gestantes, con independencia del tipo de dieta, es suficiente si la exposición a la luz solar es escasa, en función de la estación o si se usa protector solar. Se desconoce la evidencia sobre la necesidad de suplementos de vitamina D o alimentos enriquecidos con ésta, ya que ningún estudio revisado examinó el estado de vitamina D durante el embarazo en mujeres vegetarianas. Los omega 3, en concreto el DHA o ácido docosohexaenoico, se considera también un nutriente relevante para el desarrollo neurológico y visual del futuro bebé. Algunos estudios han mostrado niveles menores en plasma y en el cordón umbilical en las embarazadas vegetarianas. En una dieta ovo-lacto-vegetariana, la fuente dietética directa de este nutriente esencial son las algas y los alimentos enriquecidos, e indirectamente, las nueces (ricas en ácido alfa-linoleico que en el organismo se transforma en DHA). Los resultados del análisis basado en la evidencia sugieren que las dietas vegetarianas pueden ser adecuadas desde la óptica nutricional para el embarazo y pueden conducir a resultados positivos en el parto. Cabe tener en cuenta, no obstante, la manera de optimizar la biodisponibilidad de los nutrientes de riesgo. NECESIDADES NUTRICIONALES DE UNA EMBARAZADA VEGETARIANA A continuación menciono los nutrientes que requieren más control durante la etapa de embarazo y la manera de obtener un buen estado nutricional a través de una dieta vegetariana. Proteínas vegetales La carne, la leche, el huevo, los quesos proveen las proteínas de origen animal que tienen todos los aminoácidos necesarios. Existen aminoácidos que podemos sintetizar (no esenciales) y otros que no (esenciales). Los vegetales, salvo la soja, no tienen aminoácidos no esenciales, por eso hay que hacer 30 combinaciones de alimentos para obtenerlos: cereales con legumbres, cereales con leche, soja y derivados. Los aminoácidos que forman las proteínas son como una cadena, donde cada eslabón es un aminoácido. En las proteínas de origen vegetal hay aminoácidos limitantes que deben complementarse con otros para formar una proteína completa. Para lograrlo, lo ideal es combinar en un mismo plato distintos alimentos: legumbres con cereales, cereales con vegetales, con semillas. En la madre lacto-ovo-vegetariana es rara la deficiencia de proteínas. Mejorar la absorción de hierro durante el embarazo En cualquier embarazada habitualmente hay una anemia fisiológica -normal y previsible- que debe ser controlada. Pero cuando se hace una dieta vegetariana, el hierro que se consume a través de otros alimentos no cárnicos no se absorbe tan fácilmente, y se elimina por la materia fecal, por lo que el requerimiento de este mineral aumenta. Los datos sugieren que hay un mayor riesgo de que el niño nazca prematuro y con poco peso si las reservas de hierro son bajas durante el primer trimestre. Las recomendaciones de hierro son superiores para las mujeres que siguen este tipo de dietas que para el resto de embarazadas. Esta mayor necesidad de hierro no atiende tanto a la cantidad, como a la optimización de su absorción y aprovechamiento. Nuestro organismo asimila fácilmente el hierro que contienen los alimentos de origen animal, pero tiene dificultades para asimilar el hierro que contienen los alimentos vegetales. Por este motivo, se recomienda que el hierro se ingiera junto a alimentos ricos en vitamina C o derivados de la soja fermentados (tofu, salsa de soja, miso, kéfir, tempeh,…). Estos favorecen la absorción y asimilación del hierro presente en alimentos de origen vegetal. También hay que tener en cuenta que el salvado de los cereales integrales, los oxalatos (abundantes en las espinacas) y los taninos del té, inhiben la absorción del hierro. Ácido fólico Este nutriente fundamental interviene en la producción de glóbulos rojos, está presente en los vegetales de hojas verdes frescos, frutas, hígado, cereales, http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/alimentacion_alternativa/2010/03/19/%20http:/www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_bien/complementos_dieteticos/2008/05/05/176614.php 31 legumbres, frutas secas y semillas. Su déficit es frecuente en las embarazadas tanto omnívoras como vegetarianas, por eso se considera que su - suplementación medicamentosa debe indicarse siempre, al igual que sucede con el hierro, inclusive antes de la concepción. Vitamina D Esta vitamina permite la absorción del calcio y fósforo en el intestino, e interviene en la mineralización, crecimiento y reparación de los huesos. Se encuentra presente en alimentos de origen animal (lácteos), pero a su vez se forma desde la piel, a partir de su contacto con la luz solar. Se recomienda entonces la exposición frecuente al menos de manos y cara. Vitamina B12 Otro nutriente que puede estar en falta. Para cubrir su déficit se puede recurrir a suplementos y a la incorporación abundante de alimentos ricos en esta vitamina: cereales, semillas, frutos secos. Una ayuda para cubrir lo que pueda faltar del resto del grupo B consiste en ingerir una cucharadita diaria de levadura de cerveza medicamentosa, siempre que la tolerancia sea buena. Calcio: Las futuras mamás que llevan una dieta vegetariana estricta deberán prestar especial atención a su eventual deficiencia. El requerimiento diario oscila entre 800 y 1200 mg por día. El problema está en la absorción. A veces se hacen las cuentas y se llega en teoría a lo necesario, pero resulta que hay deficiencia por la mala absorción. En este sentido, el brócoli, el puerro, la espinaca, las semillas de sésamo son ricos en calcio pero en ocasiones se consideran fuentes poco fiables. Hay muchas formas de obtener el calcio desconocidas por la mayoría de la gente. Por ejemplo, las algas tienen tanto calcio como el queso. El sésamo es otra fuente abundante. Se puede comer como gomasio, que es una mezcla exquisita de sal y sésamo tostado, que se echa en el arroz como si fuera queso rallado, queda un plato muy sabroso. 32 Ácidos grasos esenciales Para las embarazadas, los ácidos grasos omega-3, en particular el DHA, ayudan al cerebro del bebé a desarrollarse y funcionar adecuadamente. Durante el embarazo y la lactancia materna, esos nutrientes también pueden ayudar a proteger la vista y los ojos del bebé. Las embarazadas necesitan al menos 200 miligramos de DHA por día. El consumo de suplementos específicos de DHA es interesante si no se alcanza un consumo dietético suficiente durante el segundo y tercer trimestre de gestación, que coincide con el mayor desarrollo neuronal y visual del bebé. Para terminar concluyó con un ejemplo de menú vegetariano para una mujer embarazada y otro en la posterior lactancia con el que poder orientarse: http://nacersano.marchofdimes.org/bebe/la-lactancia-es-lo-mejor-para-su-bebe.aspx 33 34 EMBARAZO Y SUPLEMENTACIÓN ____________ Una dieta equilibrada que incluye variedad de alimentos en una proporción adecuada durante el embarazo, por lo general suministra las vitaminas y minerales necesarios para el buen desarrollo del mismo. Sin embargo, muchos médicos prescriben un suplemento prenatal de vitaminas y/o minerales debido a la incertidumbre del estado nutricional y del consumo de alimentos de la mujer. Los suplementos de vitaminas y/o minerales están perfectamente justificados cuando las gestantes manifiestan un déficit clínico que ha sido detectado analíticamente. En estos casos, el médico que sigue el curso del embarazo determinará tanto el tipo de suplemento como la dosis a tomar. En los casos en los que no se manifiesta déficit la suplementación no sólo se hace innecesariasino que puede resultar perjudicial, tal y como puede ocurrir con el consumo excesivo de vitaminas liposolubles A y D, que condicionan un potencial riesgo perinatal ya que tienen un efecto acumulativo. Se han descrito malformaciones renales en niños cuyas madres han ingerido dosis excesivas de vitamina A durante el embarazo y neonatos con malformaciones cardiacas asociadas al consumo de la madre de grandes dosis de vitamina D. LOS SUPLEMENTOS MÁS HABITUALES Ácido fólico La nutrición influye en el riesgo de que la descendencia sufra alguna malformación congénita. En este sentido, está muy estudiada la relación entre aporte insuficiente de folatos en las semanas previas y posteriores a la concepción y el aumento de riesgo de tener bebés con defectos del tubo neural (Neural Tube Defects-NTD) y otras malformaciones congénitas. Teniendo en cuenta que las malformaciones se producen durante el primer mes de la gestación, cuando la mayor parte de las mujeres ignoran que están embarazadas y que un elevado porcentaje de embarazos son no planificados (en España en torno al 50%), se pone de relieve la conveniencia de que las pautas nutricionales se dirijan a todas las mujeres en edad fértil. 35 ¿Qué son los defectos del tubo neural? El tubo neural es la estructura embrionaria que al desarrollarse se convierte en el cerebro y la médula espinal del futuro bebé. Esta estructura, que se origina como una capa plana de células, por lo general se pliega para formar un tubo antes del día 29 de gestación. Cuando el tubo neural no se cierra completamente, el bebé padece un defecto del tubo neural. Los NTD más comunes son la espina bífida y la anencefalia. La espina bífida es una de las causas más importantes de parálisis infantil. Los niños afectados padecen grados diversos de parálisis en la parte inferior del cuerpo y problemas de control de esfínteres. La anencefalia es una condición fatal por la cual el bebé nace con el cráneo y el cerebro seriamente subdesarrollados. ¿Por qué es recomendable tomar ácido fólico? Los estudios demuestran que si una mujer comienza a tomar ácido fólico por lo menos un mes antes de quedar embarazada, reduce entre el 50 y el 70 % el riesgo de tener un bebé con NTD. Aquella que ya ha tenido un bebé con NTD puede reducir el riesgo de tener otro bebé con defectos similares más de un 70 % simplemente tomando una dosis más elevada, establecida por el médico. Los estudios también sugieren que el ácido fólico ayuda a prevenir otros defectos de nacimiento, como el labio leporino y la fisura palatina. Además, esta vitamina cumple otras funciones importantes durante el embarazo: es necesaria para producir los glóbulos sanguíneos adicionales que la madre necesita debido al aumento del volumen de sangre; permite el rápido crecimiento de la placenta y del feto y es fundamental para producir material genético (ADN) nuevo a medida que se multiplican las células. Sin las cantidades adecuadas de ácido fólico, la capacidad de división de las células podría verse afectada y posiblemente provocar un crecimiento pobre del feto o de la placenta. La administración del ácido fólico debe empezar al menos un mes antes de la gestación y como mínimo los tres meses siguientes. El ácido fólico en fechas posteriores a las referidas ya no tiene este efecto protector aunque sí que sigue 36 teniendo efectos beneficiosos. (durante el embarazo y la lactancia puede actuar como antianémico). Hierro El incremento notable del volumen de sangre materna durante el embarazo aumenta considerablemente la demanda de hierro. Los requerimientos de hierro durante todo el embarazo son de 800 miligramos (mg), la mayor parte del cual es necesario durante la última mitad del embarazo, periodo en que son más intensas las demandas materna y fetal. Se estima que 500 mg son utilizados por la médula ósea activa, y el feto y la placenta acumulan de 250 a 300 mg en el curso del embarazo. Esto supone un incremento de 3 a 5 mg al día respecto a las recomendaciones de este mineral para una mujer adulta, por lo que el requerimiento de hierro es de 20 - 25 mg/día. Como sucede con otros elementos químicos, la cantidad de hierro absorbida es sólo una pequeña fracción del total ingerido, de ahí que el contenido en hierro de los alimentos en ciertos casos, no sea suficiente para confirmar un aprovechamiento neto de este metal en el organismo y es por ello que durante el embarazo se haga necesaria la suplementación. El porcentaje de aprovechamiento del hierro de los alimentos oscila entre el 20 % del hierro de alimentos de origen animal (hierro hemo) y entre el 1% y el 5% de alimentos vegetales (hierro no hemo). La fibra vegetal y ciertas sustancias como los oxalatos presentes en los vegetales dificultan su absorción. Suplementación para la prevención de la anemia ferropénica La suplementación con hierro oral, habitualmente en forma de sales ferrosas constituye una de las acciones preventivas más relevantes para el control prenatal de la anemia ferropénica. La ingesta de suplementos de hierro suele producir intolerancia gástrica, náuseas, estreñimiento y coloración oscura de las deposiciones. Para su mejor absorción se recomienda tomarlo en ayunas (siempre y cuando los efectos secundarios lo permitan), acompañado de una bebida cítrica u otro alimento rico en vitamina C y evitando la ingesta simultanea de café o té, bebidas que reducen su absorción. Cómo mejorar el aprovechamiento del hierro en alimentos vegetales La ingesta conjunta con vitamina C aumenta la absorción de hierro no hemo, por lo que se pueden acompañar los vegetales con alimentos ricos en esta vitamina. Por ejemplo: ensalada de tomate aliñada con limón acompañando a un plato de 37 legumbre… Las proteínas también favorecen la absorción de hierro. Por ello, conviene incluir como ingrediente de los platos vegetales proteína de calidad como clara de huevo, carne, pescado o leche. Ejemplo: garbanzos con clara de huevo. 38 SEGURIDAD ALIMENTARIA Durante la gestación, la mujer embarazada está expuesta a algunas enfermedades de transmisión alimentaria que pueden tener graves consecuencias para el feto; y en concreto la listeriosis y la toxoplasmosis. La listerosis es una enfermedad de transmisión alimentaria muy poco frecuente y de carácter leve que es producida por la bacteria Listeria monocytogenes; no obstante para algunos grupos de riesgo esta infección puede tener graves consecuencias. Uno de estos grupos son las mujeres embarazadas, y si bien la infección pudiera no afectarlas personalmente, puede tener graves consecuencias para el feto. La toxoplasmosis es otra enfermedad causada por un parásito (Toxoplasma gondii) y aunque afortunadamente su incidencia sea muy baja, no cabe ignorarla, ya que en una mujer gestante sin protección inmunológica (anticuerpos), puede dar lugar a la muerte intrauterina o secuelas neurológicas en el futuro bebé. Otro aspecto de seguridad alimentaria a tener en cuenta durante el embarazo, lo constituye el posible efecto tóxico acumulativo del mercurio motivado por el consumo de peces de gran tamaño, ya que puede llegar a producir daños neurológicos y cerebrales al feto. Al respecto la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición ha difundido una recomendación dirigida a las embarazadas para evitar el riesgo, pero sin renunciar a consumir una gran variedad de pescados por sus beneficios para la salud. Para reforzar los consejos dirigidos a reducir los peligros descritos durante el embarazo el siguiente esquema de precauciones alimentarias: PRECAUCIONES DE CONSUMO EN EL EMBARAZO PESCADOS Y MARISCOS: Se recomienda a las embarazadasconsumir una amplia variedad de pescados, por sus beneficios nutritivos. El pescado azul, contiene en su grasa ácidos grasos omega 3, los cuales son necesarios para el desarrollo del feto. No obstante durante el embarazo: • Evite el consumo de especies de gran tamaño; en concreto, pez espada (emperador), tiburón (cazón), atún rojo y lucio, por su mayor contenido en mercurio. El mercurio es un contaminante ambiental que puede afectar negativamente a la salud del bebé. 39 • Evite el consumo de pescados y mariscos de consumo en crudo, así como los ahumados y los marinados (sushi, boquerones en vinagre, salmón ahumado, carpaccio de pescado, ostras, etc.), ya que pueden contener Listeria. PRODUCTOS LÁCTEOS: La leche y otros productos lácteos son alimentos recomendados en el embarazo, por su contenido en proteínas, calcio y otros nutrientes, siendo aconsejable además que sean desnatados o bajos en grasa. No obstante, durante el embarazo: • Evite el consumo de leche cruda comercializada sin tratamiento térmico, así como de quesos frescos y quesos de pasta blanda (quesos tipo camembert, brie, feta, mascarpone, requesón, madurados con mohos,...) elaborados con leche cruda de cabra, oveja y/o vaca. • Consulte la etiqueta de los productos lácteos para saber si han sido elaborados con leche cruda. • Si va a consumir estos quesos, asegúrese de que están elaborados con leche tratada térmicamente (pasterizada, esterilizada o UHT) siendo aconsejable adquirirlos enteros y en formato pequeño. Se recomienda no adquirir los quesos en trozos o láminas, pues los cuchillos o cuchillas utilizadas para el corte, así como otras superficies de contacto, pueden haber propiciado la contaminación por Listeria. EMBUTIDOS Y PATÉS: Durante el embarazo evite el consumo de embutidos y patés, tales como jamón, chorizo, lomo embuchado, salchichón, salami, mortadela, salchichas (frescas o Frankfurt), tocino, patés u otras presentaciones para untar, ya sea por el eventual riesgo microbiológico que supone la fabricación sin tratamiento térmico o por una posible contaminación posterior. No obstante, puede consumir sin este riesgo: • Los productos cárnicos que vayan a ser cocinados, como por ejemplo, los que se incorporan a un cocido o las salchichas si se cocinan suficientemente, dado que las altas temperaturas de cocinado destruyen a los microorganismos patógenos. • Los productos cárnicos en conserva, como por ejemplo, latas de jamón cocido o patés adquiridos en su envase original, dado que el tratamiento de esterilización los hace seguros. Una vez abierto el envase, siga las recomendaciones de conservación indicadas en la etiqueta, y en su ausencia, consuma su contenido en un plazo máximo de 4 días. 40 CONCLUSIÓN En general, este trabajo nos ha servido para aprender en profundidad sobre la nutrición en el embarazo. A priori, no sabíamos cuán importante es seguir una buena alimentación y hábitos saludables para que el embarazo transcurra sin complicaciones. Además eran diversos los mitos e información errónea de acceso público en Internet. Hemos podido contrarrestar múltiples informaciones provenientes de fuentes oficiales y con ello esclarecer siete aspectos a tener en cuenta durante el embarazo. Por último, creemos que la mejor conclusión es compartir una serie de recomendaciones sintetizadas, extraídas de los puntos tratados en el trabajo; El estado de salud ha de tenerse en cuenta previamente al embarazo. Es decir, la mujer se ha de cuidar y debe seguir unas pautas alimentarias correctas antes de quedarse embarazada. Durante el embarazo la nutrición de la mujer es muy importante para garantizar la salud de la mujer y la su futuro bebé. La mujer debe adaptarse a los cambios fisiológicos que aparecerán durante embarazo y habituarse a una nueva rutina. Durante este periodo el cuerpo de la mujer debe cubrir las necesidades extra de energía, proteínas, vitaminas, minerales e hidratos de carbono que el bebé demanda para su correcto desarrollo. Debemos incluir en la dieta alimentos de todos los grupos: verduras, hortalizas, frutas, legumbres, huevos, lácteos bajos en grasa, cereales y sus derivados (pan, arroz, pasta) preferiblemente integrales, pescados y carnes magras. En los embarazos con unos requerimientos especiales hay que adaptar la dieta a la nueva situación, prestando atención a las posibles carencias. La suplementación de ciertas vitaminas, minerales o ácidos grasos tiene defensores y detractores la recomendación es documentarse lo mayor posible y decidir sin poner en riesgo la salud del futuro bebe y de la madre. 41 Durante el embarazo, el sistema inmunitario de las mujeres se debilita. Esto hace que tanto ella como el corran un mayor riesgo de contraer las bacterias, virus y parásitos que causan enfermedades de origen alimentario. Hay que conocer los alimentos desaconsejados y llevar unos buenos hábitos higiénicos 42 BIBLIOGRÁFIA L.Kathleen Mahan, Sylvia Escott-Stump, Janice L.Raymond (2012). “Krause Dietoterapia”. Publicado en España. S.A. ELSEVIER ESPAÑA. Ildefonso J. Larrañaga, Julio M. Carballo, Mª. Del Mar Rodríguez, José A. Fernández (1997). “Dietética y Dietoterapia”. Publicado en España. S.A. MCGRAW-HILL / INTERAMERICANA DE ESPAÑA Kramer MS, kakuma R. Ingesta proteico-energética durante el embarazo. 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