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Instituto Universitario Salesiano Padre Ojeda 01/11/2019 Asignatura: filosofía antigua Profesor: RODRÍGUEZ, William Realizado por: ORDOSGOITE, Armando La confusa pedagogía de Heráclito Parece ser, que el pensamiento de Heráclito se desmarca de la línea general de los presocráticos estudiados con anterioridad: Tales, Anaximandro y Anaxímenes, cuyas teorías se basaron en atribuirle a un único elemento de la naturaleza como principio de todas las cosas. Ciertamente, Heráclito, en sus escritos, hace referencia al fuego como elemento constitutivo de la naturaleza: “el fuego se cambia por todas las cosas, y todas las cosas por el fuego, lo mismo que el oro por las mercancías, y las mercancía por el oro” (Marías, 1963). De esta manera, se pudiese entender que el fuego, es el elemento que constituye la esencia de todas las cosas. Sin embargo, me atrevo a especular que Heráclito no se estaría refiriendo al fuego, como ese elemento del cual están revestidas todas las cosas, sino más bien como un signo, con el cual pudiese ilustrar de manera pedagógica su pensamiento. Este cuestionamiento surge de lo que el mismo Heráclito expone en su pensamiento: “la naturaleza se complace en ocultarse” (Marías, 1963); más adelante, Heráclito añade esta otra afirmación: “será imposible descubrir los límites del alma, aunque la recorras en todas direcciones, tan profunda es su medida” (Marías, 1963). Con esto se pudiese especular, que el origen de todas las cosas es un misterio y que aún no ha existido razón alguna capaz de lograr explicarlo. Ahora bien, entiéndase por “misterio” como aquello que ha estado presente en la naturaleza y que no es posible percibir con ninguno de los cinco sentidos; por tanto, no es el agua, no es el aire, ni mucho menos el fuego lo que ha dado origen a todas las cosas; simplemente es algo que siempre ha existido, pero que ha estado sometido a múltiples cambios. Esto se pudiese comparar con la ley de la conservación de la masa, el cual establece que la materia no se crea ni se destruye, sino que se transforma; por consiguiente, sería lo mismo decir que la naturaleza siempre ha existido, existe y seguirá existiendo. Parece ser, que Heráclito, en sus escritos, además de hacer alarde de sí mismo, estuviese corrigiendo también a quienes lo precedieron. Marías (1963), señala que el mismo Heráclito afirma que: “ninguno ha llegado a conocer que lo sabio está separado de todas las cosas”. Se pudiese entonces suponer, que la naturaleza misma va más allá de un elemento, algo que va más allá de lo infinito e indeterminado. Por lo que, se pudiese decir, que el origen de todas las cosas ha residido en la ocurrencia de un conjunto de eventos, los cuales ha logrado configurar y definir todo aquello que podemos ver y sentir con nuestros sentidos. Si bien es cierto, lo anteriormente expuesto reside en una mera especulación del pensamiento de Heráclito, no se puede afirmar que es el fuego el elemento que constituye esencialmente todas las cosas, sino más bien entender que la naturaleza misma ha existido desde siempre, y que la misma ha experimentado diversos cambios, pero que, por su complejidad, es imposible entenderla desde una única postura, tal como lo hizo Tales, Anaximandro y Anaxímenes. Sin embargo, en lo único que pudiese Heráclito tener razón, es que la naturaleza es compleja, y por su complejidad es incomprensible a la razón de lo mero superficial para estudiarla y llegar a comprenderla.
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