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IUSPO Los Teques, 27 de octubre de 2022 Educación Mención Filosofía Filosofía Moderna I RODRIGUEZ William ORDOSGOITE Armando Francisco Suárez Francisco Suárez nos lo presenta Marías (1963) como uno de los pensadores de más relevancia en tiempos de la contrarreforma. Este Dato que brinda el autor, da la certeza que Francisco Suárez es, ante todo, un hombre de fe. También, un erudito en el saber teológico y todo cuanto tenga que ver con la tradición y el magisterio de la Iglesia. Además, fue capaz de encarar los cambios que traía consigo el periodo renacentista, su pensamiento será referencia para los dos venideros siglos de nuestra era. Sin embargo, tal referencia se dará, según mi parecer, únicamente en el seno de la Iglesia. Esto con la premisa de que el hombre renacentista se hacia cada vez más hostil a toda forma de conocimiento iluminado por la fe. En este sentido, Francisco Suárez se niega a que el hombre prescinda del saber metafísico que nació en estrecha relación con la revelación divina. Francisco Suárez insiste en que la metafísica es, y seguirá siendo la ciencia más elevada e inagotable. Pues, su objeto de estudio es Dios, y al ser Dios elevado e inagotable, la metafísica, será también elevada e inagotable. Es elevada en cuanto que su objeto de estudio es Dios, de cuyo Ser participan todas las demás cosas, y desde el Ser, comprender todo cuanto existe, siempre en relación al Ser de Dios. La metafísica, aun cuando su objeto de estudio es Dios, además, cuyo conocimiento viene a consecuencia del ejercicio del intelecto humano, solo podrá aproximarse al misterio de Dios, que resulta inagotable incomprensible a la razón humana. Por tanto, cualquier otra forma de conocimiento siempre será menos que aquel conocimiento que viene de la ciencia de la metafísica. Francisco Suárez se empeña en deja todo esto explícitamente claro. Ahora bien, tal empeño es capaz de entenderse únicamente desde el contexto en el que el servidor de Dios se sitúa. El primero, la contrarreforma. De esto no pretendo hacer más referencia, pues, todo este problema se trató únicamente sobre cuestiones de fe y de doctrina. El segundo, el renacimiento, el comienza a darse un giro en el saber y obrar del hombre. Pues, se trata un saber que nada tiene que ver con cuestiones de fe y de doctrina, y un obrar que, según mi parecer, conscientemente ambiguo por parte del hombre renacentista. Ya no se trata de defender la fe de aquellos que pretendieron fracturar la Iglesia. Se trata entonces de no ceder ante una lógica obtusa que pretende buscar la verdad en lo racionalmente experiencial e inmanente de la vida. Es por tal motivo que, Francisco Suárez se niega a descartar que la metafísica es la ciencia capaz de conducir al hombre a un conocimiento verdadero y elevado que lo hace un ser pleno por estar en constante búsqueda de la verdad suprema que resulta ser Dios. Esto es porque su objeto de estudio es Dios, del cual viene toda forma de causa de cuanto existe en la naturaleza y de los límites que separan la realidad inmanente y la trascendete. Entonces, ¿que es lo que pretende Francisco Suárez? Hacer que prevalezca, así sea forzosamente la ciencia escolástica. Pues, es notable la negación de Francisco Suárez ver una ruptura permanente entre fe y razón. Sin cuestión alguna de menospreciar a tan semejante persona, no resulta para nada novedoso el pensamiento de Francisco Suárez, pues, no hay nada de novedoso en lo que expone con tanto empeño e insistencia, lo que hace es negarse a transitar la ruta de lo que será una nueva era en la historia del pensamiento del hombre.
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