Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
IUSPO Los Teques, 04 de mayo de 2023 Educación Mención Filosofía Filosofía Moderna II RODRIGUEZ William ORDOSGOITE Armando Étienne Bonnot de Condiliac (1715-1780) En su obra Tratado de las sensaciones, Condiliac declara repudiar el parcial innatismo, y querer, en cambio, considerar separadamente cada uno de nuestros sentidos, distinguiendo qué ideas debemos a cada uno de ellos y observando con qué progresos se van educando al respecto. Siguiendo el ejemplo que propone Condiliac en su obra, una estatua organizada orgánicamente como el ser humano y animada por un espíritu privado de toda idea, y supone después que su exterior, es decir, mármol, no le permite el uso de ninguno de sus sentidos y que él sólo se reserva la facultad de abrir su propio albedrío a las diferentes impresiones de que ellos son capaces. Ahora bien, limitando la sensibilidad de la estatua al sentido del olfato, al primer olor, la capacidad de sentir quedará limitada a aquella sola sensación, pues, surgirá de este modo la atención, sin que sea necesario suponer en el alma otra facultad que no sea la sensitiva. Desde este momento la estatua experimenta placer o dolor. Pero no tendrá ningún deseo de evitar el dolor, sino cuando la memoria, entendida como mera perduración de una sensación mientras se presenta otra, le habrá proporcionado el recuerdo de diversos actos posibles. La necesidad presupone la memoria y hasta el juicio, que valore las diversas maneras de ser, y en su esfuerzo para satisfacer la necesidad, se origina la voluntad. En este sentido, hay dos grados de memoria: la mera evocación de las sensaciones como pasadas y la imaginación que reproduce las cosas pasadas con una vivacidad que las hace parecer presentes. De modo que, comparación y discernimiento, son además los grados en que actúa el juicio. Ahora bien, las pasiones de una estatua limitada al sentido del olfato pueden ser: malestar, descontento, inquietud, tormento, esperanza, temor, etc. De la comparación de las sensaciones derivan también las ideas como las de abstracción, de número, de sucesión y de duración. En cuanto al yo, este deriva de la síntesis de la conciencia de sentir y de la memoria de haber sentido. Ahora bien, la introducción de los demás sentidos, excluyendo el tacto, primero separados, y después unidos al olfato o entre sí, dará a la estatua mayor extensión de su memoria y de sus ideas, pero no conocimientos de seres exteriores y ni siquiera el de tener un cuerpo. El solo sentido del tacto, separado de todos los demás, no le dará la sensación de existir, sino advirtiendo los movimientos de las diversas partes del cuerpo. La atención de origen táctil produce efectos muy diferentes de los producidos por la atención relativa a los demás sentidos, porque de ella, según mi parecer, nace la reflexión. Ahora se puede asociar el olfato con el tacto, después también con el oído y finalmente con la vista y el gusto para introducir la estatua en el mundo real, pues, sus experiencias la liberarán de las ilusiones debidas al uso de aquellos primeros sentidos solos sin el tacto. Guiada por la necesidad y el dolor, iluminada ahora objetivamente por la experiencia táctil, será capaz de buscar los medios de vida. El castigo de los excesos en que haya caído la constreñirá a la templanza. La estatua, satisfecha de su experiencia, no se sentirá inclinada a indagaciones inútiles por superfluas para su vida en cuanto a la subjetividad de las sensaciones y a la esencia de su propio yo. Se podría objetar, como lo hace el autor al principio de su obra, que si todo esto fuese verdad, también los animales, por estar dotados de sensaciones, deberían poseer las mismas facultades del hombre. Condillac, afirma que el sentido del tacto en los animales es imperfecto y que de conformidad con los dictados de la religión, se debe admitir que el alma humana es diversa de la de los brutos. La conclusión de la obra, inaplicable al hombre la suposición de la estatua, vuelve a afirmar que de aquella ficción resulta probada la derivación sensible de toda nuestra experiencia. En realidad, sólo una sobrentendida, aunque inconsciente en el autor atribuir a la estatua de funciones diversas y complejas, le permite la construcción de su teoría.
Compartir