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Diálogo tónico La construcción del cuerpo comienza desde el nacimiento, en el encuentro con el otro. En el encuentro con la madre se forma una diada imprescindible en la vida de todo ser humano. Desde el nacimiento el niño está sometido a los ritmos biológicos de necesidad - satisfacción y a las transformaciones que ocurren en su cuerpo. No puede percibir la realidad objetivamente. Debido a sus limitaciones motoras, el niño necesita de un otro para conocer el mundo, por eso la motricidad es su única forma de contacto social. Este contacto se basa en sus componentes vegetativos orales y anales (succión y excreción) y por los componentes puramente motores. La motricidad está ligada a un estado afectivo primitivo. Estas reacciones se evidencian en su fondo tónico, por lo que hay una actividad tónica constante. El bebe está en estado de alerta desde el punto de vista tónico, está dispuesto a reaccionar a cualquier estímulo. El encuentro con el seno materno configura la actividad y la pasividad, la tensión y la distensión continua. En este interjuego constante, la personalidad del lactante sufrirá variaciones y modificaciones, y esto es causa primordial de su actividad tónica postural, sumado a la personalidad de la madre. Este diálogo y dialéctica entre la madre y el bebe se puede evidenciar en la sonrisa del tercer mes que postula Spitz, indicando el inicio de los organizadores de la vida psíquica. Las reacciones relacionadas con la alimentación influyen en la relación con la madre. El comportamiento de la madre también influyen en el bebe. Cuando los niños con una hipertonicidad congénita son criados por madres inquietas y ansiosas son susceptibles de contraer el cólico del tercer mes. Al no descargar en la lactancia, lo hace mediante el llanto, y ahí, la madres ansiosa por satisfacer el momento de displacer, le vuelve a dar el biberón o el pecho, produciendo así, un círculo vicioso. J. Ajuriaguerra plantea la importancia de la movilización tónica, las manipulaciones con el niño y los contactos entre madre e hijo. Manifiesta la existencia de una correlación entre el comportamiento materno y la evolución psicomotriz del infante, ya que esto es vivido bajo el contacto corporal de la madre y el bebe, el cual impregna huella. Las perturbaciones del comportamiento se deben atribuir al incremento de la tensión del organismo y a la erotización general del cuerpo que no encuentra ninguna satisfacción. La palabra y el lenguaje corporal. Texto y contexto. Es en el diálogo tónico madre - hijo donde se pone a jugar la comunicación corporal, y la palabra que sostiene y significa la acción de ambos, por parte de la madre, ubicándose como portadora de la lengua. Diferencia “lengua” y “lenguaje”: Según Saussure la lengua es un código preexistente que se encuentra en el exterior del bebe. Es él quien debe apropiarse a través de capacidades innatas y bajo determinadas condiciones de la lengua para poder construir el lenguaje. Por su parte, el lenguaje, es un entramado somato-psíquico-social, que se construye por medio de actos discursivos y con relación a otro. El habla involucra algún tipo de léxico suficiente para poder establecer una comunicación entre dos sujetos con diferencias psíquicas, sociales e históricas, siempre inmersos en el campo simbólico. En el acto de hablar hay hechos que se despliegan en el cuerpo como la postura, los gestos, las miradas, etc. que acompañan a lo dicho, comunican y transmiten. Estos son denominados “PARAVERBALES”. De acuerdo con Juana Levin, para que el niño se apropie del habla uno de los pilares y, el más importante, estará dado por quien encarne el lugar materno, produciendo un habla, con un carácter relipidizante, dirigido al pequeño. La palabra de la madre envolverá la capacidad escuchante de su bebe como para provocar sonoridad a modo de respuesta. El niño hablará como pueda, para y desde la escucha del otro materno. SE HA FUNDADO UNA SITUACIÓN DIALÓGICA… En esta situación dialógica (diálogo madre-hijo), se comenzarán a jugar lugares, roles y turnos no simétricos. Se ubica por un lado el lugar del hablante (rol actuante y protagónico) y, por el otro, el lugar del escuchante (interpreta). Entre ambos turnos se instaura el esbozo del tiempo de espera. La madre se ofrece como fuente de todo placer y saber y, el niño, como escuchante de ella y de si, como lector de la mirada, gestos, rostro y posturas, interpretando y respondiendo como balbuceante. Ubicada la situación dialógica como matriz, comienzan los juegos de lenguaje. El lenguaje, cuyo centro es la situación dialógica, va ubicando transformaciones en su organización, partiendo de una simple estructura, hasta llegar a una más compleja en la red discursiva. La palabra hace huella en el cuerpo vehiculizada a través de la voz, hace texto, con lo que el niño comienza la apropiación de lengua que se encarna en un contexto. Elaboración del Esquema Corporal (Según Pierre Vayer) El primer objeto que el niño percibe es su propio cuerpo (satisfacción, dolor, sensaciones, etc.) y este cuerpo es el medio de la acción, del conocimiento y de la relación. La construcción del esquema corporal (organización de las sensaciones relativas a su propio cuerpo en relación con los datos del mundo exterior) juega un papel fundamental en el desarrollo del niño, ya que es el punto de partida de sus diversas posibilidades de acción. Se elabora progresivamente al compás del desarrollo y la maduración nerviosa, paralelamente a la evolución sensorio motriz y en relación con el cuerpo de los demás. Se establecieron ciertas leyes mediante la observación: 1. Cualquiera que sea el ritmo del desarrollo, el orden de sucesiones de los elementos nuevos es siempre el mismo. 2. Ciertos comportamientos aparecen al margen de toda enseñanza. El desarrollo está regido por las dos leyes psicofisiológicas válidas antes y después del nacimiento: 1. Ley cefalo acudal: El desarrollo se extiende a través del cuerpo desde la cabeza a los pies. 2. Ley proximo distal: el desarrollo procede de dentro hacia afuera a partir del eje central del cuerpo. El niño posee el uso de los brazos antes que el de las manos y estas son utilizadas de una forma global antes de que pueda coordinar y controlar los movimientos de los dedos. La maduración nerviosa que permite el paso rpogresivo de la actividad indiferenciada a la actividad consciente y diferenciada está íntimamente asociada y dependiente de la experiencia vivida. Estas leyes del desarrollo se traducen por un proceso que es siempre el mismo: las etapas de la elaboración del esquema corporal 1. 0 - 2 años: El Niño empieza a enderezar y mover la cabeza, endereza a continuación el tronco, lo que le conduce a la primera postura: la estación sedente, posición que facilita la prensión. La individualización y el uso de los miembros lo llevan progresivamente a la reparación y al gateo. Con la diferenciación segmentaria y el uso de los miembros aparecen la fuerza muscular y el control del equilibrio, vienen entonces: ➢ El enderezamiento hasta la postura erecta ➢ El equilibrio en bipedestación. ➢ La marcha ➢ Las primeras coordinaciones globales asociadas a la prensión. 2. 2 a 5 años: Es el periodo global del aprendizaje y del uso de si. Siguen siendo válidas las mismas leyes del desarrollo y las psicofisiológicas de la maduración nerviosa. A través y gracias a la acción, la presión va haciéndose cada vez más precisa, asociándose a los gestos y a una locomoción cada vez más coordinada. La motilidad y la sinestesia permiten al niño una utilización crecientemente diferenciada y precisa de su cuerpo entero. A partir de los 5 años el niño pasa del estadio global y sincrético, al de la diferenciación y análisis.. Esta elaboración del esquema corporal prosigue hasta los 11/12 años (con las mismas leyes) En la construcción del yo corporal (que permite al niño desplegarse del mundo exterior y, por ende, reconocerlo como tal) se hayaimplicado el ser por entero. Según Schidler cada sensación tiene su motilidad. Motricidad y psiquismo son dos aspectos indisociables.
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