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1 Actividad física y su relación con la salud La actividad física desempeña un papel fundamental en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades. La inactividad física se ha convertido en un problema de salud global, ya que el estilo de vida sedentario se ha vuelto cada vez más común en la sociedad moderna. La actividad física regular tiene una serie de beneficios para la salud, que incluyen: Salud cardiovascular: El ejercicio aeróbico fortalece el corazón y los vasos sanguíneos, reduce la presión arterial y mejora el perfil lipídico, lo que disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Salud musculoesquelética: La actividad física fortalece los músculos y los huesos, lo que ayuda a prevenir la pérdida de masa muscular y la osteoporosis. Control del peso: El ejercicio contribuye al equilibrio calórico y al control del peso, lo que es fundamental en la prevención de la obesidad. 2 Salud mental: La actividad física libera endorfinas, lo que mejora el estado de ánimo y reduce el riesgo de trastornos de salud mental como la depresión y la ansiedad. Salud metabólica: El ejercicio mejora la sensibilidad a la insulina y reduce el riesgo de diabetes tipo 2. Salud respiratoria: La actividad física mejora la función pulmonar y la capacidad cardiovascular. Para obtener estos beneficios, se recomienda realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de actividad física intensa por semana, además de ejercicios de fortalecimiento muscular dos días a la semana. Esto puede incluir actividades como caminar, nadar, correr, andar en bicicleta, levantamiento de pesas y yoga, entre otros. La promoción de la actividad física es fundamental para la salud pública y puede lograrse a través de la educación, la creación de entornos propicios para la actividad física y la promoción de actividades deportivas y recreativas en la comunidad.
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