Economía Circular

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Sustentabilidad de la cadena de 
suministro y el ciclo de vida de 
productos, procesos y servicios 
APUNTES DE ECONOMÍA CIRCULAR - 2021 
Paula Rodríguez 
 APUNTES DE ECONOMÍA CIRCULAR 
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ECONOMÍA CIRCULAR 
Conceptos 
El concepto de “Economía Circular” (EC) ha ganado impulso en los últimos 
años. Sin embargo, su uso por parte de diferentes actores en distintos 
ámbitos puede tornarlo impreciso, y su difusión es obstaculizada por la 
existencia de enfoques divergentes. En algunos casos, este concepto es visto 
como una forma de hacer operativo el concepto de Desarrollo Sostenible. 
La Fundación Ellen Mc Arthur, creada en 2010 con el objetivo de acelerar la 
transición hacia la Economía Circular, postula que el término "economía 
circular" denota una economía industrial que es restauradora por intención y 
diseño. En una economía circular, los productos están diseñados para que 
sean fáciles de reutilizar, desmontar y reacondicionar, o reciclar, entendiendo 
que la reutilización de grandes cantidades de material recuperado al final de 
la vida útil de los productos, en lugar de la extracción de recursos, es la base 
del crecimiento económico (EMAF, 2013). 
No obstante, la literatura científica y los documentos producidos tanto por 
organismos gubernamentales como por entidades privadas ofrecen diferentes 
acepciones para este concepto. Una de ellas es la propuesta por Suárez-Eiroa 
et al. (2019), quienes definieron a la EC como un sistema regenerativo de 
producción-consumo que tiene el objetivo de mantener las tasas de 
extracción de recursos y las tasas de generación de residuos y emisiones bajo 
niveles apropiados para los límites planetarios, mediante el cierre del sistema, 
la reducción de su tamaño y la mantención del valor de los recursos el mayor 
tiempo posible dentro del sistema, apoyándose principalmente en el diseño y 
la educación, y con la capacidad de ser implementado a cualquier escala. 
Si bien las definiciones presentan diferencias, es posible apreciar elementos 
comunes entre ellas, que otorgan el carácter distintivo de la noción de EC. 
Algunos de ellos se consideran “principios”, y son los que establecen el 
fundamento para el desarrollo de estrategias que permitan aplicar la EC en 
diferentes niveles. 
Principios 
Análogamente a lo que ocurre con la definición de la EC, no existe en la 
literatura sobre el tema una delimitación clara de los principios que sostienen 
este concepto. En ocasiones, las nociones relativas a los principios y a las 
estrategias de aplicación se entrelazan sin una diferenciación clara. No 
obstante, se detallan a continuación aquellas ideas identificadas como 
principios, entendiéndose estos como las características distintivas de la EC 
y como la base o el fundamento para el desarrollo de las estrategias 
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1. Utilizar un enfoque de sistemas. La capacidad de entender la influencia de 
unas partes sobre otras dentro de un todo, y las relaciones del todo con las 
partes, es crucial. En la EC, los elementos son considerados en la relación con 
su infraestructura, su ambiente y el contexto social. 
2. Reducir el tamaño del sistema. Implica la disminución de la cantidad total 
de recursos que circulan dentro del sistema, por ejemplo, mediante la 
reducción de la cantidad total de productos requeridos para satisfacer las 
necesidades humanas, y la mejora de la eficiencia global de los procesos de 
producción y consumo. 
3. Minimizar las entradas de materias primas y las salidas de residuos. Se 
relaciona con el principio anterior, puesto que la reducción de la extracción 
de materias primas permite la reducción del tamaño del sistema. Asimismo, 
implica el rediseño de los sistemas productivos con el objetivo de disminuir 
los desperdicios y las emisiones que retornan al ambiente. 
4. Minimizar –e incluso eliminar –las entradas de recursos no renovables y 
ajustar las tasas de extracción de recursos renovables a valores adecuados. 
Además de minimizar las entradas de materias primas, este principio implica 
la preferencia del uso de recursos renovables sobre los no renovables, 
considerando el tiempo de regeneración para promover un uso sostenible. 
5. Mantener el valor de los recursos tanto como sea posible dentro del 
sistema. Implica la consideración y aprovechamiento de la utilidad de los 
productos y sus componentes, incluso en materiales considerados 
usualmente como descarte. Esto se puede aplicar mediante la mejora de la 
durabilidad de los productos y la recirculación de recursos entre las diferentes 
etapas del ciclo de vida de un producto. 
6. Ajustar las salidas de residuos a las tasas de absorción. Promueve la 
minimización –y eliminación –, de los residuos tecnológicos, y el ajuste de las 
tasas de emisión de residuos biológicos a valores adecuados según las 
características del entorno. 
7. Cerrar el sistema. Involucra la conexión de la fase de gestión de los 
residuos con la fase de adquisición de la materia prima, es decir la 
reintegración de los productos (o sus partes) en el sistema cuando estos 
alcanzan el fin de vida. 
8. Basarse en energía de fuentes renovables. Alienta la generación y 
utilización de energía que provenga de fuentes con capacidad de 
regeneración, y la disminución del uso de combustibles fósiles. 
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Ciclos biológicos y ciclos técnicos 
En el campo de la EC, existe una notoria distinción entre componentes (a 
menudo llamados “nutrientes”) consumibles y durables. Los primeros están 
constituidos por unidades biodegradables, que pueden retornar con facilidad 
a la biosfera, e integran los ciclos biológicos. Un ejemplo en este caso son los 
productos alimenticios. Los segundos están formados por materiales que no 
pueden retornar con facilidad al medio natural, como los plásticos o los 
metales, y componen los ciclos técnicos. Un ejemplo de este tipo de 
componentes son los motores y los dispositivos electrónicos. Además, hay 
productos donde se combinan los dos tipos de componentes, como por 
ejemplo, una puerta de madera (componente biológico) con herrajes de metal 
(componente técnico). 
La distinción entre ciclos biológicos y técnicos es necesaria para el correcto 
desarrollo de las estrategias de la EC, ya que algunas de ellas son aplicables 
a componentes consumibles (por ejemplo, la recuperación de energía o la 
producción en cascada) y otras, a componentes durables (por ejemplo, el 
reúso o el reciclo) (Figura 1). 
 
Figura 1. Ciclos biológicos y ciclos técnicos. Tomado de Fundación Ellen MacArthur 
(2013). 
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Estrategias 
Las estrategias de aplicación de la EC engloban a todas las acciones, tareas 
e instrumentos que se desarrollan para poner en práctica los principios de la 
EC. Las estrategias se modifican en función de los ciclos que integran los 
productos o componentes (biológicos o técnicos) y de los niveles de aplicación 
(que se explican en el apartado siguiente). 
Si bien las distintas estrategias pueden y deben concebirse específicamente 
para cada caso en particular, existe un conjunto de ellas que son 
características en el ámbito de la EC. A efectos de este apunte, se han 
enmarcado en grupos que comparten alguna particularidad. 
1. Diseñar para la EC 
En este grupo se encuentran aquellas estrategias que se relacionan con la 
inclusión de principios de la EC desde la concepción de los productos o 
servicios. 
1.1. Diseñar para minimizar los residuos. Diseñar productos cuyos 
componentes (técnicos o biológicos) puedan ingresar en otro ciclo luego de 
su uso. De ese modo, se reduce la cantidad de residuos destinados a 
disposición final y la necesidad de incorporar nuevos materiales al sistema. 
1.2. Diseñar para el desmantelamiento y el reciclado. Diseñar productos 
considerando la necesidad de desmantelarlos para su reparación, 
remodelación o reciclado. 
1.3.Diseñar para la modularidad. Diseñar productos compuestos por módulos 
funcionales, de modo que puedan ser actualizados con nuevas funciones. Los 
módulos pueden ser reparados o reemplazados individualmente, extendiendo 
la vida útil del núcleo del producto. 
1.4. Optimizar el diseño del empaque. Mejorar los diseños de los envases y 
empaques, considerando la reducción del uso de materiales y la utilización 
del material en el fin de vida. 
1.5. Diseñar productos con larga vida útil. Mejorar la durabilidad física y de 
funcionamiento de los productos. Además, se relaciona con la durabilidad 
emocional, es decir, que los usuarios mantengan el gusto y la confianza en el 
producto por largo tiempo. 
1.6. Diseñar para la extensión de la vida útil de los productos. Diseñar 
productos considerando el mantenimiento y la reparación, las mejoras y la 
adaptación, y el desmantelamiento y el reensamblaje. El mantenimiento o la 
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recuperación del desempeño de los productos son necesarios para reducir la 
obsolescencia y extender la vida útil de los productos. 
1.7. Personalizar los productos. Generar productos hechos para satisfacer las 
demandas y preferencias del cliente. De este modo, se puede reducir la 
generación de residuos y la sobreproducción, ya que los productos se adaptan 
a los requerimientos de los usuarios o consumidores, disminuyendo la 
necesidad de adquirir nuevos productos. 
2. Estrategias de las R’s 
Estas estrategias son percibidas en muchas ocasiones como principios. Sin 
embargo, se configuran como herramientas para aplicar algunos principios, 
como minimizar las entradas de materias primas y las salidas de residuos, y 
cerrar el sistema, y son vistas por algunos autores como el “cómo” de la EC. 
Además de contemplar la aplicación de las distintas estrategias R, se destaca 
la jerarquía que se le da a cada una de ellas, donde “Reducir” suele ser 
priorizada. 
2.1. Reducir. Minimizar las entradas de energía primaria y materias primas, 
y las salidas de residuos en los procesos de producción y consumo. Asimismo, 
implica la eliminación del uso de sustancias nocivas. 
2.2. Reusar. Reutilizar productos o sus componentes con el mismo fin para el 
que fueron creados. Esto permite recircular recursos entre las diferentes 
etapas del ciclo de vida de un producto o de otros productos. 
2.3. Reciclar. Reprocesar residuos materiales para obtener productos, 
materiales o sustancias, que pueden ser utilizados con el propósito original o 
con otra finalidad. Incluye el reprocesamiento de material orgánico, pero no 
la recuperación de energía o la conversión de materiales en combustibles. El 
procesamiento puede resultar en productos de menor calidad o funcionalidad 
reducida (downcycling), o de mayor calidad y funcionalidad aumentada 
(upcycling). 
2.4. Recuperar. Aprovechar la energía contenida en materiales descartados, 
o extraer sustancias o elementos desde una corriente residual. 
2.5. 10 R’s. Algunos autores amplían el espectro de las estrategias R’s, 
incluyendo hasta 10 de ellas: Rechazar, Repensar, Reducir, Reusar, Reparar, 
Restaurar, Remanufacturar, Reconvertir o Readaptar, Reciclar, Recuperar 
(Figura 2). 
 
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Uso y 
producción 
más 
inteligentes. 
R0. RECHAZAR Abandonar la función de un 
producto o reemplazarla con 
otro diferente. 
ECONOMÍA 
CIRCULAR 
R1. REPENSAR Generar productos diferentes, 
por ejemplo, con un uso más 
intensivo por parte de distintos 
usuarios. 
 
R2. REDUCIR Incrementar la eficiencia de 
producción o consumo. 
 
Extensión de 
la vida útil 
de los 
productos y 
sus partes. 
R3. REUSAR Reutilizar un producto que aún 
cumple su función. 
 
R4. REPARAR Recomponer un producto para 
que cumpla su función original. 
 
R5. RESTAURAR Renovar y actualizar un producto 
fuera de uso o antiguo. 
 
R6. REMANUFACTURAR Utilizar partes descartadas de un 
producto para crear otro con la 
misma función. 
 
R7. RECONVERTIR Utilizar partes descartadas de un 
producto para crear otro con 
diferente función. 
 
Aplicaciones 
útiles de los 
materiales. 
R8. RECICLAR Procesar materiales descartados 
para obtener nuevos materiales. 
 
R9. RECUPERAR Obtener energía o sustancias a 
partir de material descartado. 
ECONOMÍA 
LINEAL 
Figura 2. Estrategias de las 10 R’s. Adaptado de Kirchherr et al. (2017). 
3. En relación a la energía 
En este grupo se encuadran aquellas estrategias relativas a la cantidad y al 
tipo de energía utilizada. 
3.1. Producir o recuperar energía/Autonomía energética. Generar energía 
eléctrica, combustibles o calor a partir de sub-productos o residuos para 
sostener las operaciones de la industria, mediante la aplicación de variados 
procesos, como combustión, gasificación, pirólisis, digestión anaeróbica, etc. 
3.2. Aumentar de la eficiencia energética. 
3.3. Incrementar el uso de energías renovables. 
4. En relación al uso de insumos y la producción 
Estas estrategias se relacionan fundamentalmente con el ingreso de recursos 
a los sistemas y con la vinculación de distintos ciclos para favorecer el cierre 
de los sistemas. 
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4.1 Sustituir materiales. Reemplazar materiales por otros más abundantes o 
renovables. Eliminar el uso de sustancias tóxicas o nocivas para la salud 
humana y los ecosistemas. 
4.2. Aumentar la productividad material. A nivel de las compañías, implica 
aumentar el beneficio económico generado por unidad de insumo material 
utilizado (o disminuir la cantidad de insumos utilizados para obtener el mismo 
beneficio económico). 
4.3. Usar los co-productos o sub-productos. Emplear los co-productos o los 
sub-productos resultantes de un proceso productivo como materias primas 
para la fabricación de otros productos, o aprovechar su valor para colocarlos 
en el mercado. 
4.4. Producir en cascada. Aprovechar los distintos componentes de un 
producto o un residuo como materia prima en distintos procesos sucesivos y 
conectados. 
4.5. Usar recursos “circulares”. Utilizar recursos o materiales que duran más 
de un ciclo de vida y se regeneran fácilmente. 
5. En relación al fin de vida 
En este grupo se hallan aquellas estrategias que se aplican luego de la 
utilización o del consumo de los productos, y que son necesarias para la 
aplicación de otras estrategias, como las R’s. 
5.1. Revender productos o sus partes. Extender la vida útil de los productos 
o de alguna de sus partes mediante el uso de segunda mano. Esto conlleva a 
la disminución de la cantidad de productos fabricados con la misma función. 
5.2. Logística e infraestructura para la recogida de productos. Aplicar 
soluciones que permitan la recogida de productos luego del uso para ser 
reincorporados al sistema. 
5.3. Separar residuos o componentes. Clasificar los productos o sus residuos 
según sus componentes biológicos o técnicos en el fin de vida para favorecer 
su reincorporación en los ciclos correspondientes. 
5.4. Sistemas de devolución y canje. Aplicar esquemas que garanticen la 
recogida de los productos al final de su vida útil para su remanufactura (u 
otro tipo de aprovechamiento), otorgando algún beneficio al consumidor o 
usuario para que participe activamente. 
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6. Instrumentos de regulación o políticas 
Las estrategias de este grupo se relacionan con la implementación de 
herramientas que fomenten y favorezcan la transición hacia la EC en las 
empresas y en los consumidores. 
6.1. Adquisición/contratación verde. Seleccionar productos y servicios a nivel 
público o privado considerando su impacto ambiental, basado, por ejemplo, 
en estudios de Análisis de Ciclo de Vida. 
6.2. Pago de impuestos. Aplicar impuestos para tecnologías, productos e 
insumos asociados con externalidades negativas para desalentar su uso o 
favorecer su sustitución. 
6.3. Créditos en impuestos o subsidios. Reducirimpuestos u otorgar ayuda 
económica para favorecer la utilización de insumos alternativos o de 
tecnologías que muestren un mejor desempeño (por ejemplo, de tipo 
ambiental). 
6.4. Compromiso comunitario. Impulsar la participación voluntaria de 
diferentes actores de la sociedad en la organización de plataformas y guías, 
por ejemplo, para la reparación y el reemplazo de productos. 
6.5. Eco-etiquetado o etiquetado de productos. Aplicar esquemas de 
certificación de protección ambiental de un determinado producto o servicio 
dentro de su categoría. Estas certificaciones deben ser supervisadas por una 
tercera parte, externa a la compañía productora. De este modo, se busca que 
los consumidores tengan información completa sobre los constituyentes de 
un producto, origen de las materias primas, etc., para permitirles la toma de 
decisiones informadas. 
6.6. Responsabilidad Extendida del Productor. Es un enfoque de política 
ambiental en el que la responsabilidad del productor por un producto se 
extiende a la etapa post-consumo. Se basa en extender el valor de los 
productos, aprovechando su valor residual, y se relaciona con las actividades 
de reúso, remanufactura y reciclo. Establece que el costo de la disposición y 
recuperación de los productos debe ser transferido a los productores, quienes 
tendrán entonces un incentivo para reusar o reciclar. Otros enfoques incluyen 
la responsabilidad compartida con los consumidores y con todos los actores 
involucrados para conseguir resultados más ambiciosos en cuanto a la 
recolección de residuos para ser reusados o reciclados. 
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7. Hábitos 
Este grupo incluye estrategias que buscan modificar los comportamientos de 
los usuarios o consumidores para favorecer la transformación de los modos 
de acceder a los bienes y servicios. 
7.1. Productos como servicios o Sistemas de servicios de productos. Impulsar 
la satisfacción de las necesidades de los usuarios sin requerir la propiedad 
sobre los productos. La propiedad permanece en el productor, que 
proporciona el diseño, mantenimiento y reparación a lo largo de la vida útil 
del producto, mientras que el cliente paga un alquiler por el tiempo de uso. 
De esta forma, se busca reducir la cantidad de productos que circulan dentro 
del sistema. 
7.2. Compartición (“sharing”). Favorecer el uso, acceso o propiedad 
compartidos de, por ejemplo, espacios, productos y medios de transporte. 
7.3. Promover el consumo socialmente responsable. Estimular el consumo de 
productos o servicios que tienen menor influencia negativa en el ambiente o 
que generan un impacto social positivo. Requiere de instrumentos de soporte, 
como el sistema de eco-etiquetado. 
7.4. Virtualización. Propender a la desmaterialización de las actividades 
cotidianas y laborales mediante, por ejemplo, el uso de libros digitales, las 
compras online, el uso de las telecomunicaciones. De esta manera, se busca 
disminuir el uso de recursos materiales y de energía, y evitar los traslados de 
personas. 
7.5. Educar para la EC. Promover el aprendizaje de nuevas conductas 
relacionadas con la EC en todos los sectores de la sociedad y en todas las 
etapas de la vida de las personas. 
Niveles de aplicación 
Los principios de la EC pueden aplicarse en distintos niveles de producción y 
en diferentes esferas de la sociedad. Si bien los límites no están estrictamente 
definidos, existe consenso acerca de la existencia de tres niveles de 
implementación de la EC: 
 Nivel micro: abarca la aplicación de la EC en relación a productos, 
empresas o compañías, y consumidores o usuarios. En general, 
comprende el desarrollo de estrategias para incrementar el nivel de 
circularidad en el sistema productivo de una empresa, aunque a veces 
incluye la interacción con otras. Asimismo, se asocia a la promoción 
del consumo responsable para incrementar el nivel de circularidad en 
el comportamiento de los consumidores o usuarios. 
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 Nivel meso: se concreta en la interacción de redes de empresas. La 
interacción entre empresas favorece el intercambio de recursos 
materiales (materias primas, agua, sub-productos, etc.) y energéticos, 
y la prestación compartida de servicios (tratamiento de agua y 
residuos, generación de energía). De este modo, existe una conexión 
benéfica entre empresas que actúan tradicionalmente separadas, 
concepto que se conoce como Simbiosis Industrial. Las claves de 
este concepto radican en las posibilidades de sinergia que ofrece la 
proximidad geográfica entre empresas, siendo los Parque Eco-
Industriales un ejemplo de realización concreta. Sin embargo, la 
aplicación de la EC en este nivel no está únicamente circunscripta a los 
límites de un parque eco-industrial, sino que puede desarrollarse entre 
empresas que no compartan el mismo espacio geográfico. 
 Nivel macro: implica la implementación de la EC en las sociedades 
como un todo, es decir, en ciudades, regiones, países, etc. En esta 
escala, se promueven diversas estrategias que involucran a los 
diferentes sectores de la sociedad, como el de producción de bienes y 
servicios, la construcción, el transporte, los usuarios y consumidores, 
la generación de energía, la gestión de residuos. 
En todos los niveles, la aplicación de principios y el desarrollo de estrategias 
de EC puede darse de abajo hacia arriba (en inglés, bottom-up), es decir, por 
iniciativa de las compañías o los usuarios (por ejemplo, el surgimiento del 
Parque Eco-Industrial de Kalundborg en Dinamarca); o de arriba hacia abajo 
(en inglés, top-down), por medio de la implementación de políticas y 
programas (por ejemplo, la Declaración de Ciudades Circulares de la Unión 
Europea). 
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