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Ehrlichia chaffeensis (erlichiosis monocitotrópica humana), Anaplasma phagocytophilum (anaplasmosis granulocitotrópica humana) y otras especies de Ehrlichia Juan P. Olano Muchos organismos del orden Rickettsiales representados en los géneros Ehrlichia, Anaplasma, Cowdria y Neorickettsia han sido reubicados recientemente con base en información sobre dos secuencias de genes conservadas universalmente y en la aplicación de la filogenética molecular. Los criterios previos dependían más de atributos morfológicos, tropismo celular y similitud antigénica para definir la posición taxonómica y clasificar varios organismos “parecidos a las rickettsias” en los correspondientes géneros sin el beneficio de información genotípica que la sustentara. En 2001 se propuso una nueva taxonomía para el género Ehrlichia usando datos obtenidos de dos genes altamente conservados, rrs (genes ARN ribosómicos 16S) y groESL, y las secuencias genómicas completas de Ehrlichia spp., y Anaplasma spp., apoyaron las posiciones taxonómicas determinadas por las secuencias de genes individuales.[1] El género Ehrlichia es ahora parte de una familia recién creada, Anaplasmataceae, que incluye también los géneros Anaplasma, Wolbachia y Neorickettsia, pero permanece en el orden Rickettsiales. El género incluye cinco miembros aprobados (E. canis, E. chaffeensis, E. muris, E. ruminantium y E. ewingii) que tienen al menos 97,7% de similitud en las secuencias del ARNr 16S, con la adquisición de un miembro del género Cowdria (C. ruminantium). Seis miembros previamente reconocidos se han reasignado a los géneros Anaplasma (E. phagocytophila, E. equi, E. platys y E. bovis) y Neorickettsia (E. sennetsu y E. risticii) (tabla 174-1). Microbiología Hay tres patógenos humanos reconocidos en el género Ehrlichia, incluyendo E. chaffeensis, E. ewingii y E. canis (tabla 174-2). Los casos humanos de infección por E. canis son anecdóticos y algunos representan infecciones mixtas con E. chaffeensis (Olano y McBride, datos no publicados). Las especies de Ehrlichia y Anaplasma son obligatoriamente intracelulares, gramnegativas y se colorean de azul oscuro con las tinciones de tipo Romanowsky.[2] Las erliquias residen en una vacuola intracelular en fagocitos mononucleares, delimitada por una membrana que se deriva de la célula hospedera y forman inclusiones (mórulas, del término latino para mora) que contienen cantidades variables de bacteria.[3] (figura 174-1). Similarmente, A. phagocytophilum forma mórulas intracitoplasmáticas contenidas en leucocitos polimorfonucleares neutrófilos, que también son células diana para E. ewingii. Por microscopía electrónica, las bacterias individuales dentro de la vacuola aparecen cocoides o polimorfas y varían en tamaño desde pequeñas (0,4 µm), a medianas (0,7 µm), grandes (1 µm) y ocasionalmente muy grandes (2 µm o más).[4] Se pueden distinguir dos formas diferentes: células de núcleo denso y células reticuladas, ambas con envoltura de Gramnegativos, incluyendo una membrana citoplasmática y una membrana externa (pared celular), separadas por un espacio periplásmico (figura 174-1). En contraste con las bacterias gramnegativas de vida libre, no se han detectado peptidoglicano ni lipopolisacárido, lo que se puede explicar por la revelación reciente de que los genes para la síntesis de estos componentes no están presentes en el genoma.[5] Las células de núcleo denso son usualmente más pequeñas y más consistentemente de apariencia cocoide, con un nucleoide electrodenso que ocupa la mayor parte del citoplasma. Por analogía con las clamidias, estas células se han denominado a menudo, en particular en la literatura inicial, como cuerpos elementales. Por su parte, las células reticuladas son más grandes, más polimorfas, tienen un nucleoide filamentoso disperso y los ribosomas están dispersos en el citoplasma. Algunas veces se habla de cuerpos intermedios para referirse a organismos de tamaño y densidad electrónica intermedios. Las células reticuladas se multiplican por fisión binaria y también se pueden observar cuerpos intermedios en división. La evidencia sugiere que las células de núcleo denso son las formas infecciosas del organismo.[6] Patogénesis La infección por Ehrlichia se inicia con la unión a las selectinas E y L y la internalización de las formas de núcleo denso por fagocitos mononucleares.[6] [7] La entrada implica activación de la transglutaminasa, fosforilación de PLC-γ2, tirosina-quinasas y señalización del calcio, lo cual sugiere que está involucrado un mecanismo de entrada mediado por receptores.[8] La caveolina-1 se co- localiza con las inclusiones tempranas y replicativas; la ruptura de estas cavéolas impide la internalización de E. chaffeensis.[9] Después de la entrada, E. chaffeensis no se fusiona con los lisosomas y esta inhibición parece estar relacionada con la actividad de sistemas reguladores de dos componentes.[10] [11] Durante la infección se modula la transcripción de genes de la célula hospedera lo que afecta la expresión de varias citocinas, receptores de tipo toll (TLR, por la sigla en inglés de toll-like receptors), factores de transcripción, inhibidores de la apoptosis, ciclinas celulares, proteínas de tráfico de membrana, y la expresión del gen del receptor de transferrina.[12] [13] Se ha encontrado que algunas de estas proteínas efectoras de E. chaffeensis tienen unidades repetidas en tándem y son fosforiladas. Ank 200 se transloca al núcleo donde se une a un segmento molecular específico rico en adenina y a elementos intrónicos alu y tiene por lo tanto el potencial de regular los procesos de transcripción en la célula hospedera eucariota.[14] [15] Taxón Nombre Dominio Bacteria. Phylum Proteobacteria. Clase Alfaproteobacteria. Orden Rickettsiales. Familia Anaplasmataceae. Tabla 174-1. Géneros Ehrlichia y Anaplasma: genealogía completa y especies más comunes. Géneros Anaplasma: • A. phagocytophilum. • A. equi. • A. platys. • A. bovis. Ehrlichia: • E. chaffeensis. • E. ewingii. • E. canis. • E. ruminantium. • E. muris. Neorickettsia: • N. sennetsu. • N. risticii. Cowdria. Wolbachia. Xenohaliotis. Aegyptianella. Figura 174-1. Microfotografía electrónica que muestra vacuolas intracitoplasmáticas que contienen células de núcleo denso y células reticuladas. En las células más pequeñas, de núcleo denso, se ve un nucleoide bien definido que ocupa la mayor parte del citoplasma. Las células reticuladas son más grandes y menos electrodensas. Patógeno Enfermedad Vector Reservorio principal Ehrlichia Erliquiosis monocitotrópica Tabla 174-2. Patógenos humanos en la familia Anaplasmataceae. chaffeensis humana (EMH). Amblyoma americanum. Venado de cola blanca (Odocoileus virginianus). Anaplasma phagocytophilum Anaplasmosis granulocitotrópica humana (AGH). Ixodes scapularis. Ratón de patas blancas (Peromyscus leucopus). Ehrlichia ewingii Erliquiosis humana ewingii (EHE) Amblyoma americanum. Venado de cola blanca (Odocoileus virginianus). La carga bacteriana relativamente baja en la sangre y los tejidos de pacientes no inmunocomprometidos con EMH sugiere que la fisiopatología de la erliquiosis puede implicar respuestas inmunopatológicas que en los casos más graves se manifiestan como un síndrome de tipo choque tóxico.[16] [18] El primer modelo murino de erliquiosis humana fatal ha sido el instrumento para entender los mecanismos de dicho síndrome en la erliquiosis humana grave y fatal.[19] Los ratones inoculados con una erliquia (la de Ixodes ovatus conocida también como IOE, por la sigla en inglés de Ixodes ovatus Ehrlichia) relacionada muy de cerca con E. chaffeensis desarrollan una enfermedad clínica y cambios histopatológicossimilares a los observados en pacientes con EMH. Las infecciones letales por IOE se acompañan de niveles séricos extremadamente altos de TNF-α, una frecuencia alta de células T CD8+ esplénicas productoras de TNF-α, merma de la proliferación de linfocitos T CD4+ específicos para Ehrlichia, niveles bajos de IL-12 en el bazo y una disminución de 40 veces en el número de células Th1 CD4+ específicas de antígeno productoras de IFN-γ.[20] Además, los ratones carentes del receptor I/II para TNF fueron más resistentes al daño hepático inducido por IOE, pero tuvieron cargas bacterianas más altas.[21] Los estudios histopatológicos se basan principalmente en los modelos murinos disponibles para estudiar tanto las infecciones agudamente fatales como las crónicas.[19] [22] [23] No se ha hecho la evaluación sistemática de la histopatología humana debido a la escasez de tejidos disponibles para tales estudios. Sin embargo, con base en modelos animales y en los pocos estudios publicados sobre patología humana, parece probable que las lesiones patológicas en los diferentes órganos se deban en su mayor parte a la respuesta inmune del hospedero que lleva a la presencia de agregados linfohistiocíticos perivasculares en el hígado, el bazo, los pulmones y la médula ósea (figura 174-2 y 174-3).[24] Otras lesiones incluyen granulomas mal formados en la médula ósea y el hígado y neumonitis intersticial (figura 174-4). Si es lo suficientemente grave, esta última puede llevar a daño alveolar difuso. En el sistema nervioso central, E. chaffeensis induce una meningoencefalitis con presencia de lesiones perivasculares tanto en las meninges como en el parénquima cerebral. Los infiltrados celulares que se ven en los órganos afectados, incluyendo las lesiones perivasculares, se deben, en su mayor parte, a la inducción de quimiocinas en la célula diana por las glicoproteínas de la erliquia. Además, se han demostrado respuestas de citocinas tanto in vitro como in vivo que incluyen niveles elevados de IL-1β, IL-6, IL-8, TNF-α e IFN-γ.[25] [26] Figura 174-2. Parénquima hepático: se observa un granuloma mal formado compuesto principalmente de macrófagos activados (H y E 200X). Figura 174-3. Corte de pulmón: se observan agregados de macrófagos en el intersticio, engrosamiento de los septos alveolares e infiltrado de macrófagos y linfocitos (H y E 200X). Figura 174-4. Corte de pulmón: se observan neumonitis intersticial grave e infiltrados inflamatorios perivasculares prominentes (H y E 100X). Anaplasma phagocytophilum se une a la superficie de los neutrófilos por la vía del ligando-1 glicoproteico de la selectina fucosilada de las plaquetas (PSGL-1.[27] y posiblemente a otras estructuras de superficie. La adhesina bacteriana es incierta, pero probablemente implica a Msp2, su principal proteína inmunodominante. La unión ocurre en localizaciones de balsas lipídicas y, al parecer, el colesterol del hospedero es un factor crítico. Una vez internalizado, A. phagocytophilum inhibe la maduración de la vacuola parasitófora, donde inserta proteínas de secreción de tipo IV tales como VirB/D4 en la membrana vacuolar y secreta al menos un efector, AnkA, en el citosol.[28] [29] A. phagocytophilum altera la función de los neutrófilos del hospedero por mecanismos desconocidos. El espectro de cambios incluye: disminución de la adherencia al endotelio activado; migración transendotelial disminuida de células; aumento de la motilidad al azar de los neutrófilos; disminución de la respuesta antimicrobiana (incluyendo resistencia a las respuestas iniciales de oxidasa de los fagocitos, seguida por expresión regulada negativamente de componentes proteicos clave de la oxidasa de los fagocitos tales como RAC2 Y CYBB); fagocitosis defectuosa; degranulación prolongada de mediadores proinflamatorios o quimiocinas (por ejemplo, MMP-9 o IL-8); y retardo de la apoptosis espontánea.[30] [31] No está claro cómo ocurre tal variedad de alteraciones en la infección, pero probablemente implican interacciones efectoras bacterianas con las vías de señalización de la célula hospedera así como modificaciones de la transcripción del hospedero. Es limitado el número de análisis patológicos de la infección por A. phagocytophilum, pero apoyan la naturaleza inflamatoria sistémica de la enfermedad.[32] [33] Es interesante que no se demuestra ninguna correlación entre la carga bacteriana tisular y la gravedad histopatológica, lo cual sugiere que A. phagocytophilum solo puede desencadenar un proceso inflamatorio. Esto lo apoyan estudios en modelos murinos en los que las lesiones histopatológicas no ocurren en ratones con el gen del interferón gamma (IFN-γ) bloqueado, que desarrollan aumentos de siete veces en la carga tisular de A. phagocytophilum.[34] Por consiguiente, mientras el IFN-γ es crítico para el control de la infección, también es probablemente el principal determinante de la inflamación que oculta la anaplasmosis granulocitotrópica humana (AGH). El principal blanco de la infección por A. phagocytophilum, el neutrófilo, circula por todo el torrente sanguíneo, alojándose ocasionalmente en los lechos tisulares del hígado, el bazo y la médula ósea o moviéndose lentamente en ellos. Esta distribución refleja muy de cerca la anatomía de las lesiones inflamatorias que en gran medida se componen de infiltrados focales parenquimatosos o linfohistiocíticos perivasculares.[35] Las lesiones son más evidentes en los lóbulos hepáticos, donde pueden asociarse con células individuales apoptóticas, presumiblemente hepatocitos. Los ganglios linfáticos demuestran ocasionalmente hiperplasia paracortical significativa, compatible con la expansión de los linfocitos T y la respuesta inmune celular al patógeno intracelular.[36] A pesar de la observación frecuente de leucopenia, trombocitopenia e incluso pancitopenia, las biopsias de médula ósea generalmente son normocelulares o hipercelulares, dándole soporte al concepto del consumo o la destrucción en la periferia en vez de la supresión medular. A pesar de esta evidencia, en la mayoría de los pacientes se encuentran muy pocos neutrófilos infectados para explicar la leucopenia sobre la base de citolisis mediada por bacterias, y ni las plaquetas ni los eritrocitos son significativamente competentes para la infección. La mayoría de las lesiones carecen de células infectadas, y en los modelos murinos la gravedad histopatológica no se correlaciona con la carga bacteriana, lo que es una evidencia de un desencadenante inmunopatológico para la respuesta proinflamatoria. A. phagocytophilum carece de patrones moleculares asociados a la bacteria de tipo lipopolisacárido y peptidoglicano. Sin embargo, la respuesta proinflamatoria a la bacteria entre los fagocitos mononucleares aislados mediada por el receptor-2 tipo toll (TLR-2) y las respuestas mitógenas de linfocitos T vírgenes a los lípidos polares de la membrana bacteriana sugieren que un componente específico de la bacteria puede ser un factor importante en promover la inflamación y la enfermedad. Con frecuencia se observan fagocitos mononucleares hemofagocíticos, y la activación de los macrófagos en la AGH se correlaciona con la gravedad de la enfermedad, lo cual sugiere que los macrófagos fijos juegan un papel central en la inmunopatogénesis.[33] Epidemiología Entre 2003 y 2008, los CDC (Centers for Disease Control and Prevention) habían informado un total de 3.408 casos de EMH (vigilancia pasiva). El primer caso de EMH ocurrió en 1986.[37] Sin embargo, tanto la incidencia como la prevalencia están muy probablementesubestimadas puesto que los estudios de vigilancia activa llevados a cabo en áreas endémicas para EMH en Missouri, Tennessee y Georgia han revelado una incidencia 10-100 veces más alta que la informada por vigilancia pasiva.[16] [17] [38] [39] [40] La EMH es una enfermedad estacional; la mayoría de los casos informados ocurren en primavera y verano que coinciden con la mayor actividad de las garrapatas, aunque pueden ocurrir casos en el otoño en latitudes más sureñas. La distribución geográfica de la EMH sigue la de su vector Amblyomma americanum, la garrapata de la estrella solitaria (lone star tick).[41] [42] que empieza en el centro-occidente de Texas y sigue hacia el oriente a lo largo de la costa del golfo de México, al norte por Oklahoma y Missouri, al oriente a la región de la costa atlántica, al noreste a través de New Jersey, y abarca todos los estados sur-centrales, surorientales y medios del Atlántico. El principal reservorio zoonótico es el venado de cola blanca (Odocoileus virginianus), pero otros reservorios potencialmente importantes están infectados en forma natural con E. chaffeensis incluyendo cabras, perros domésticos y coyotes.[3] [18] [42] Los estados con más alta incidencia incluyen Arkansas, Carolina del Norte, Missouri, Oklahoma, Tennessee y Maryland.[43] Por fuera de los Estados Unidos, se ha descrito EMH en Camerún donde la confirmación del diagnóstico se basó en la detección por PCR del ADN de E. chaffeensis de pacientes y perros enfermos.[44] [45] E. chaffeensis se ha encontrado en 5% a 15% de las garrapatas A. americanum recolectadas de áreas endémicas en el oriente de Estados Unidos, y se ha detectado en garrapatas recogidas al menos de 15 estados.[46] [47] No se ha aislado E. chaffeensis por fuera de los Estados Unidos, y la única garrapata vectora comprobada está restringida a Norteamérica, pero E. chaffeensis o una especie de erliquia estrechamente relacionada con ella se ha detectado en otras especies de garrapatas localizadas en otras regiones del mundo, incluyendo Rusia, Corea, Tailandia y China.[48] [49] Las infecciones humanas por E. chaffeensis o por erliquias antigénicamente relacionadas se han informado en Europa, Asia, Suramérica y África. Los informes de EMH de otros países se basan en estudios serológicos y por lo tanto no se pueden confirmar como casos de esta enfermedad. El primer caso de AGH fue descrito en Estados Unidos en 199.[50] bajo el nombre de erliquiosis granulocítica humana debido a las inclusiones intracitoplasmáticas presentes en los neutrófilos, semejante a las descritas en la EMH. Las garrapatas del complejo Ixodes persulcatus sirven como vectores competentes para A. phagocytophilum.[51] Otros patógenos humanos también los transmite el mismo vector incluyendo Borrelia burgdorferi (el agente de la borreliosis de Lyme) y Babesia microti (causa de la babesiosis).[52] [53] Entonces, podrían ocurrir infecciones secuenciales o simultáneas causadas por múltiples patógenos humanos después de una o muchas picaduras de garrapatas, y los médicos que diagnostican y tratan pacientes con AGH siempre deben considerar la posibilidad de infección simultánea por otros agentes transmitidos por garrapatas. La AGH es una zoonosis, puesto que el ciclo de vida de A. phagocytophilum incluye hospederos tanto vertebrados no humanos como invertebrados. Las garrapatas vectoras en sus hábitats endémicos en Norteamérica incluyen Ixodes scapularis en las regiones nororientales y medio-occidentales altas en los Estados Unidos, e I. pacificus a lo largo de la parte norte de la costa del Pacífico. La mayoría de los casos de AGH los informan de los estados del alto Medio-oeste y del noreste de Estados Unidos, superpuestos con las regiones endémicas para las especies de garrapatas Ixodes.[43] [54] Los CDC registraron más de 3.637 casos de AGH en los Estados Unidos entre 2003 y 2008.[55] probablemente esto es una gran subestimación de la verdadera carga infecciosa. La vigilancia activa en Connecticut y el alto Medio-oeste ha mostrado que la incidencia fluctúa de 24 a 58 casos por 100.000 habitantes.[56] La AGH también se ha identificado en un número limitado de pacientes europeos después de una picadura de garrapata (Ixodes persulcatus es el principal vector en Europa), incluyendo pacientes de Bélgica, Croacia, Holanda, Noruega, Polonia, Suiza, España, Francia, Alemania y Suecia.[55] La seroprevalencia varía directamente con la edad, y ello sugiere que el principal factor de riesgo para contraer la AGH es la duración de la residencia en áreas endémicas. La mayoría de los casos de AGH se desarrollan en individuos expuestos a garrapatas Ixodes o picados por ellas. Otras rutas potenciales de exposición incluyen transfusiones de sangre, la vía transplacentaria y carnear venados (durante la estación de caza).[57] [58] El ratón de patas blancas (Peromyscus leucopus), el ratón venado (P. maniculatus) y otros roedores pequeños son reservorios importantes de A. phagocytophilum que reside en garrapatas Ixodes inmaduras en Norteamérica.[59] A diferencia de la situación en venados y algunos mamíferos pequeños, la infección por A. phagocytophilum y Ehrlichia chaffeensis en humanos es de corta duración y no persiste; por lo tanto, los seres humanos son hospederos terminales. La erliquiosis humana ewingii (EHE) fue descrita en Missouri en 1999.[60] El agente causal no ha podido ser aislado en cultivo y el diagnóstico se estableció por amplificación por PCR y secuenciación de ADN. Casi todos los casos descritos hasta la fecha, que son aproximadamente 10, ocurrieron en pacientes inmunocomprometidos, ninguno de los cuales murió de la infección.[61] [62] Al parecer, E. ewingii es menos virulenta que E. chaffeensis que ha sido responsable de infecciones abrumadoras en pacientes inmunocomprometidos. La garrapata vectora y el hospedero zoonótico son los mismos que para E. chaffeensis y por lo tanto la distribución geográfica es similar. E. ewingii fue descrita primero como patógeno veterinario en 1992 responsable de casos de erliquiosis granulocítica canina.[63] En seres humanos, la célula diana también es el polimorfonuclear neutrófilo. Inmunidad La mayoría de los pacientes adquieren la AGH y la EMH en la región geográfica donde viven, trabajan o se recrean.[17] [38] [64] [65] [66] Por lo tanto, es razonable asumir que dichos individuos permanecen en riesgo de futuras picadas de garrapatas infectadas y tienen el potencial de reinfección por los agentes causales de AGH o EMH. No obstante, solo se sabe de un paciente que se infectó más de una vez con A. phagocytophilum.[67] Aunque no ha sido probado, es posible que los pacientes que desarrollan y mantienen títulos altos de anticuerpos contra A. phagocytophilum y E. chaffeensis estén protegidos contra la reinfección después de otras picaduras de garrapatas. Los títulos de anticuerpos permanecen elevados en promedio de 12-18 meses después de que se han resuelto la AGH y la EMH. [68] Sin embargo, algunos seres humanos infectados han mantenido títulos elevados de anticuerpos hasta por tres años después de la infección.[33] Se desconoce si infecciones previas de seres humanos llevan a memoria inmunológica y a una ulterior respuesta inmune anamnésica protectora al volver a tener contacto con E. chaffeensis o A. phagocytophilum. No se dispone en la actualidad de vacunas que prevengan la anaplasmosis granulocítica veterinaria o la erliquiosis monocítica. Manifestaciones clínicas La EMH se diagnostica más a menudo en hombres (>2:1), en personas mayores de 40 años, la mayoría (más de 80%) informan una picadura de garrapata, y los brotes de EMH se asocian con actividadesrecreativas u ocupacionales. La fijación de la garrapata tiene que durar 24-48 horas antes de que pueda ocurrir la enfermedad. La EMH se presenta como una enfermedad más grave en pacientes mayores de 60 años y en individuos inmunocomprometidos incluyendo los de VIH/sida en quienes pueden aparecer complicaciones graves como el síndrome de dificultad respiratoria del adulto, necrosis tubular aguda, choque y afectación del sistema nervioso central. Otro factor de riesgo para enfermedad grave en pacientes VIH/sida es la ingestión de sulfas: se ha informado que agravan la erliquiosis. La EMH se manifiesta como una enfermedad febril indiferenciada una a tres semanas después de la picadura de una garrapata infectada. Los hallazgos clínicos más frecuentes informados en cualquier momento durante la enfermedad aguda son: fiebre, malestar, cefalea, mareo, escalofrío y mialgias (ver tabla 174-3 para una descripción completa de las manifestaciones clínicas de la EMH).[16] [17] [18] [38] [39] [68] [69] [70] [71] [72] Los pacientes con EHE presentan una enfermedad más leve con pocas complicaciones. Una gran mayoría de estos pacientes son inmunocomprometidos, lo que sugiere aún más que E. ewingii es menos patogénica.[62] Las anormalidades hematológicas y bioquímicas usualmente incluyen leucopenia, trombocitopenia, anemia, transaminasas séricas ligeramente elevadas e hiponatremia.[16] [18] [38] [68] Durante la segunda y tercera semanas de la enfermedad a menudo se ve en los pacientes una marcada linfocitosis con predominio de las células T γ/δ.[73] Una proporción alta de pacientes inmunocompetentes (41% a 62%) e inmunocomprometidos (86%) requieren hospitalización y las demoras en el tratamiento con antibióticos se asocian con más complicaciones pulmonares, aumento de la frecuencia de traslado a la unidad de cuidados intensivos y mayor duración de la enfermedad.[16] [17] [38] La tasa de fatalidad de la EMH se calcula en el 3%, y la enfermedad fatal se describe más a menudo en los pacientes de más edad y en los debilitados por enfermedades subyacentes o por inmunodeficiencia.[16] [17] [18] Los pacientes inmunocomprometidos (personas infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana, receptores de trasplantes, pacientes tratados con corticosteroides) tienen un riesgo alto de infecciones abrumadoras que no se observan típicamente en los individuos inmunocompetentes y que pueden ser fatales.[62] No se han informado muertes como resultado de la infección por E. ewingii. Rasgo clínico Eng et al Fishbein et al Everett el al Schutze et al* Olano et al Olano et al Fiebre 100 97 100 100 95*** 100 Malestar/debilidad 61 84 30 NR NR 38 Escalofríos/temblores 65 61 73 NR NR 45 Cefalea 77 81 63 25 NR 72 Mialgia 53 68 43 58 NR 69 Artralgia 28 41 33 NR NR 69 Anorexia 50 66 27 NR NR NR Náuseas 54 48 50 NR NR 38 Vómito 49 37 27 25 NR 38 Diarrea 38 24 10 25 NR 10 Diaforesis 21 53 NR 17 NR NR Dolor abdominal 23 21 10 17 27 7 Tos 39 26 <10 17 NR 24 Faringitis 33 25 NR 17 NR 21 Exantema 47 36 20 67 17 21 Confusión 29 20 20 8** 22 21 Fotofobia 11 NR 13 NR 27 NR Estupor NR NR NR NR 7 NR Coma NR NR NR NR 2 NR Convulsiones NR NR NR NR 2 NR Linfadenopatía 26 25 NR NR 29 NR Ictericia 15 NR NR NR NR NR Disnea 23 NR <10 NR NR NR Hepatomegalia 15 NR <10 25 2 NR Esplenomegalia 15 NR NR 25 2 NR * Esta serie solo incluye casos pediátricos (n = 12). Otros signos y síntomas informados fueron: ojos abotagados, soplo y deshidratación. ** Descrito como irritable o combativo, más bien que confusión. *** En esta serie el malestar y la cefalea usualmente acompañaron a la fiebre. Los pacientes con AGH a menudo consultan por una enfermedad febril inespecífica. El rango clínico de la AGH abarca desde la infección asintomática a la enfermedad fatal; hay correlación directa entre la edad del paciente y/o las enfermedades asociadas y la gravedad.[74] La mayoría de los pacientes sintomáticos informan exposición a garrapatas una a dos semanas antes del comienzo de la enfermedad y a menudo se quejan de escalofríos que los sacuden, mialgia y cefalea (tabla 174-4).[54] [64] [66] [75] [76] La AGH puede ser grave, casi la mitad de los pacientes requieren hospitalización y hasta 17% tienen que ser admitidos a una unidad de cuidado intensivo. Aun cuando muchos pacientes consultan por cefalea intensa, que motiva la punción lumbar, el resultado del análisis del líquido cefalorraquídeo usualmente no es llamativo. Pueden ocurrir infecciones oportunistas graves en pacientes inmunocomprometidos durante el curso de la AGH, y se describen casos fatales de esofagitis por herpes simplex, neumonitis/esofagitis por Candida albicans y aspergilosis pulmonar invasiva.[76] [77] [78] Aun cuanto la tasa de fatalidad es menor del 1%, pueden ocurrir complicaciones significativas, que incluyen un síndrome séptico o de tipo choque tóxico, insuficiencia respiratoria, infecciones oportunistas invasivas tanto por virus como por hongos, rabdomiolisis, pancarditis, falla renal aguda, hemorragia y enfermedades neurológicas tales como plexopatía braquial y Tabla 174-3. Principales signos y síntomas informados en diferentes series publicadas de erliquiosis monocitotrópica humana (EMH). polineuropatía desmielinizante. Diagnóstico (tabla 174-5) La EMH es una enfermedad grave y potencialmente fatal que por lo general se diagnostica empíricamente con base en los hallazgos clínicos y los indicios obtenidos en la historia médica tales como el antecedente de la picadura de garrapata y de actividades al aire libre. Sin embargo, son necesarias pruebas específicas de laboratorio para confirmar el diagnóstico. El diagnóstico inicial de erliquiosis se puede sospechar con base en hallazgos bioquímicos y hematológicos inespecíficos. La pancitopenia es un hallazgo de laboratorio característico de la EMH al comienzo de la enfermedad. [17] [18] [38] La anemia ocurre en las dos primeras semanas de la enfermedad y afecta al 50% de los pacientes. Se observa leucopenia leve a moderada que afecta principalmente a la población de linfocitos aproximadamente en 60%-70% de los pacientes durante la primera semana de la enfermedad. Se han informado linfocitos atípicos en pacientes con erliquiosis.[73] La trombocitopenia marcada también es un hallazgo común en la EMH: usualmente se detecta en 70%-90% de los pacientes durante la enfermedad.[33] [55] [79] Aproximadamente en 90% de los pacientes se detectan niveles leve o moderadamente elevados de transaminasas hepáticas, asociados con niveles aumentados de fosfatasa alcalina y bilirrubina en algunos pacientes. Hasta en el 50% de los pacientes adultos y 70% de los pacientes pediátricos se ha informado hiponatremia leve a moderada. El examen de frotis de sangre periférica teñidos con Giemsa o Wright revela las mórulas intracitoplasmáticas típicas en los monocitos en menos de 2% hasta 38% de los pacientes.[55] En la actualidad se considera que el estudio serológico por inmunofluorescencia (IFA) es el estándar de oro para EMH.[80] E. ewingii no ha sido cultivada in vitro, y el diagnóstico serológico se ha hecho con antígenos de E. chaffeensis, pero se desconoce la confiabilidad de este procedimiento. Uno de los principales problemas de la IFA son los antígenos de reacción cruzada compartidos por las erliquias patógenas y con antígenos inmunorreactivos conservados en otras bacterias. La caracterización molecular y el mapeo de epítopes de las proteínas inmunorreactivas principales de E. chaffeensis y E. ewingii han dado nuevas oportunidades de mejorar sustancialmente la sensibilidad y especificidad de las pruebas serológicas para EMH y EHE. Péptidos que contienen epítopes principales de las proteínas TRP120 y TRP32de E. chaffeensis pueden proveer diagnósticos serológicos sensibles y específicos y se pueden utilizar en formatos de ensayo en fase sólida que permiten tamización de alto rendimiento.[81] [82] Los sueros pareados recogidos con un intervalo de tres a seis semanas son los especímenes preferidos para la evaluación serológica de la EMH. Un solo título de anticuerpos IgG de al menos 1:256; la seroconversión de los anticuerpos de negativos a positivos (con un título mínimo de 1:64) y un aumento cuádruple en el título durante la convalecencia son indicativos de EMH cuando se comparan las muestras de suero de las fases aguda y convaleciente.[79] [80] Los ensayos serológicos tienen limitaciones que, en el caso de la EMH, pueden tener una consecuencia directa sobre el desenlace de la enfermedad del paciente debido a demoras en la administración de la terapia apropiada. Los pacientes tratados en la primera semana de la enfermedad, antes del desarrollo de anticuerpos, tienen desenlaces más favorables y menos probabilidad de desarrollar manifestaciones graves de la enfermedad. Síntoma o signo Todos Todos Norteamérica Norteamérica Europa Europa % medio n % medio n % medio n Tabla 174-4. Principales signos y síntomas de anaplasmosis granulocitotrópica humana informados en series de casos europeos y norteamericanos. Fiebre 93 521 92 448 99 73 Mialgia 77 516 79 448 66 68 Cefalea 76 385 71 316 95 69 Malestar 94 288 96 271 53 17 Náuseas 38 258 36 207 47 51 Vómito 26 90 34 41 19 49 Diarrea 16 95 22 41 11 54 Tos 18 260 22 207 10 53 Artralgias 46 504 47 448 41 56 Exantema 6 357 6 289 5 68 Rigidez de nuca 21 24 22 18 17 6 Confusión 17 211 17 207 0 4 Infortunadamente, la mayoría de los pacientes buscan atención médica cuatro días después de haber comenzado la enfermedad; por ello una proporción alta (67%) de aquellos con EMH se pueden pasar por alto, porque la mayoría no tienen anticuerpos IgG durante la primera semana, y la IgM no mejora significativamente la sensibilidad del diagnóstico clínico. Además, las pruebas serológicas tienen una tasa alta de falsos positivos debido a la presencia de anticuerpos de reacción cruzada inducidos por antígenos compartidos por diferentes especies de Ehrlichia y Anaplasma. Esta reactividad serológica cruzada interfiere con la certeza del diagnóstico del agente etiológico de la enfermedad. El inmunoblot de proteínas puede ser útil para clasificar los casos indeterminados, pero es un procedimiento largo y la carencia de estandarización sigue siendo un problema. El diagnóstico por PCR de las infecciones por Ehrlichia se ha vuelto la prueba de elección para confirmar resultados serológicos indicativos de EMH o de otras erliquiosis debido a su especificidad (60%-85%) y sensibilidad (60%-85%) para E. chaffeensis al igual que por su rápido tiempo de respuesta.[55] [80] La PCR es particularmente importante para detectar la infección por Ehrlichia en etapas tempranas cuando los niveles de anticuerpos son muy bajos o no demostrables. La PCR también se considera como la prueba definitiva para el diagnóstico de infección por E. ewingii puesto que la bacteria no es cultivable y la serología no es específica, como ya se mencionó, aunque se desconocen la sensibilidad y especificidad de este enfoque. Las muestras de sangre se deben tomar con EDTA o citrato de sodio como anticoagulantes y obtenerlas antes de la terapia o en el momento de iniciarla para aumentar la sensibilidad. Sin embargo, puesto que el tratamiento con doxiciclina solamente es efectivo en las primeras etapas de la infección, hay que comenzarlo tan pronto como sea posible mientras se esperan los resultados de laboratorio. La PCR del líquido cefalorraquídeo puede ser positiva, pero la sensibilidad es más baja que en la sangre total, probablemente debido al número mucho menor de células infectadas. Se han informado diversas variaciones en la detección por PCR de especies de Ehrlichia, incluyendo PCR anidada, PCR transcriptasa reversa y PCR en tiempo real; están dirigidas a numerosos genes incluyendo 16S ARNr, VLPT (TRP32), TRP120, dsb, y omp- 1/p28.[38] [69] [79] [80] [83] La PCR anidada, usando como diana el gen 16S ARNr, rrs, es el método usado más ampliamente y tiene la sensibilidad analítica necesaria para detectar niveles bajos de erliquias circulantes; sin embargo, hay que usar sistemas cerrados y tubos de PCR de dos compartimientos para evitar la contaminación potencial del amplicón ADN que podría disminuir la especificidad de la prueba. La erliquiosis puede ser causada por muchos agentes; por eso se han desarrollado pruebas (métodos múltiplex/multicolor de PCR) que pueden discriminar en una sola reacción entre erliquias de importancia médica y veterinaria (E. chaffeensis, E. ewingii y E. canis) con sensibilidad analítica comparable a la de la PCR anidada; esto se puede traducir en mejoría de la capacidad de diagnóstico clínico y en mejor vigilancia para elevar el nivel de confirmación diagnóstica de la EMH y de la erliquiosis causada por E. ewingii.[84] [85] Estos nuevos métodos mejoran la capacidad de diagnóstico y tienen excelente sensibilidad analítica, pero la sensibilidad y especificidad clínicas de estos ensayos no se han determinado de forma concluyente. También es posible cultivar E. chaffeensis durante la fase aguda por inoculación en células DH82 (una línea celular monocítica de origen canino). Esta técnica es laboriosa y solo está disponible en unos pocos laboratorios selectos de investigación. El crecimiento es lento y puede tardar hasta varias semanas para poder visualizar las mórulas intracitoplasmáticas. El diagnóstico de AGH y de EMH también se puede hacer tiñendo cortes de tejidos (especímenes de autopsia o quirúrgicos) con anticuerpos policlonales/monoclonales dirigidos contra E. chaffeensis o A. phagocytophilum usando inmunohistoquímica (peroxidasa, fosfatasa alcalina, etc.) (figura 174-5). La AGH se puede confirmar en el laboratorio examinando un extendido de sangre periférica, obtenido durante la etapa temprana de la infección, teñido con Wright o Giemsa.[55] Entre 20% y 80% de los pacientes presentan mórulas en el citoplasma de los neutrófilos de sangre periférica en la primera semana de la enfermedad a diferencia de E. chaffeensis. Nombre de la prueba Etapa clínica Comentarios Examen de frotis sanguíneo para mórulas. Aguda (<7 días) EMH: insensible. AGH: moderada sensibilidad. Amplificación de ácidos nucleicos (PCR) Aguda (<7 días) Es el método preferido durante la fase aguda. Altas sensibilidad y especificidad. Inmunofluorescencia indirecta (IFA). Aguda y convaleciente Sensibilidad baja durante la fase aguda. Es el método preferido durante la convalecencia (seroconversión usando sueros pareados). Cultivo (aislamiento en monocapas celulares). Aguda. Bajas sensibilidad y especificidad. Más sensible en la AGH. La amplificación por PCR de ADN específico de A. phagocytophilum en la sangre de fase agud.[33] [80] [86] o el aislamiento de A. phagocytophilum en cultivos en células HL-60 de leucemia promielocítica inoculados con sangre de fase agud.[87] también pueden confirmar el diagnóstico durante la etapa temprana de la infección, pero estas modalidades de pruebas solo están disponibles en un número limitado de laboratorios. Las dianas para PCR evaluadas más ampliamente para amplificación de ácidos nucleicos de A. phagocytophilum incluyen regiones del gen 16S ARNr específicas para dicha bacteria y groESL.[33] [80] El estudio serológico usando un método indirecto de anticuerpos fluorescentes IgM y/o IgGpara A. phagocytophilum con demostración de un cambio cuádruple o de seroconversión es la prueba de laboratorio confirmatoria más sensible, y se ha usado con mayor frecuencia para confirmar AGH.[33] [74] [76] [80] Las pruebas específicas para IgM son reactivas solamente durante los primeros 45 a 50 días después de la infección, y no hay información publicada para sugerir que sean más sensibles que las que detectan anticuerpos IgG, incluso durante este intervalo. Una vez que el suero de un paciente se hace reactivo, los anticuerpos pueden persistir por meses o años en ausencia de cualquier evidencia clínica o de laboratorio de una infección en curso; por consiguiente, las reducciones de los títulos de anticuerpos no se pueden usar para monitorizar la efectividad de un tratamiento. Tanto para la EMH como para la AGH los criterios diagnósticos presuntivos mínimos son la fiebre inexplicada y síntomas inespecíficos como cefalea, mialgias generalizadas y temblores acompañados Tabla 174-5. Resumen de métodos diagnósticos para erliquiosis y anaplasmosis humanas. por cambios sugestivos en las pruebas de laboratorio de rutina (ver la tabla 174-6 para las definiciones del CDC de casos de erliquiosis y anaplasmosis humanas). Debido a la presentación indiferenciada de la AGH y la EMH, el diagnóstico diferencial puede ser muy amplio. Con las manifestaciones comunes de fiebre, cefalea, mialgias y malestar, se deben incluir en la lista de diagnósticos diferenciales síndromes virales como la infección por enterovirus, la infección por el virus de Epstein-Barr, la infección humana por herpesvirus-6, la infección humana por parvovirus B19, la hepatitis viral y la fiebre del Nilo Occidental. Las infecciones bacterianas agudas para tener en cuenta incluyen la infección gonocócica diseminada, la endocarditis, la menigococemia, la infección por Mycoplasma pneumoniae, las secuelas no supurativas de las infecciones por estreptococos del grupo A, la sífilis secundaria, los síndromes de choque séptico y la fiebre tifoidea. Las enfermedades inflamatorias sean de origen posiblemente infeccioso o no infeccioso incluyen reacciones alérgicas a medicamentos, púrpura trombocitopénica idiopática, enfermedades mediadas por complejos inmunes, enfermedad de Kawasaki, púrpura trombótica trombocitopénica, síndrome tóxico hemofagocítico y síndrome de activación de macrófagos. Típicamente, los pacientes con AGH y EMH consultan durante las estaciones cálidas cuando se sabe que están activas las garrapatas, y hasta 75% de ellos informan una picadura de garrapata o exposición a garrapatas en regiones conocidas como infestadas por estos ácaros. Se deben considerar otras zoonosis transmitidas por vectores en pacientes que han documentado picaduras recientes de insectos o de artrópodos, incluyendo babesiosis, bartonelosis, fiebre de Colorado por garrapatas, leptospirosis, enfermedad de Lyme, tifo murino, fiebre Q, fiebre por mordedura de rata, fiebre manchada de las Montañas Rocosas y tularemia. En los viajeros y en las regiones donde estas enfermedades son endémicas la lista se puede ampliar para incluir el dengue, la malaria y la encefalitis transmitida por garrapatas. Tratamiento y profilaxis El régimen de antibióticos recomendado en la actualidad para tratar la erliquiosis y la anaplasmosis humanas (EMH, EHE y AGH) es la administración de doxiciclina o tetraciclinas. No se ha evaluado ningún tratamiento en ensayos controlados, prospectivos, doble ciego, con asignación aleatoria. Con base en datos clínicos empíricos retrospectivos y en pruebas de susceptibilidad in vitro, la doxiciclina es el medicamento de elección.[88] [90] [91] Por la mejor tolerancia y las propiedades farmacodinámicas favorables, se prefiere el hiclato de doxiciclina en vez de otras preparaciones incluyendo las tetraciclinas. La dosis recomendada para adultos (> 45 kg de peso corporal) es 100 mg cada 12 horas, por vía oral o intravenosa. A pesar de algunas preocupaciones acerca de manchas dentales en niños con la doxiciclina, la recomendación actual del Comité de Enfermedades Infecciosas de la Academia Americana de Pediatría es la administración de doxiciclina a niños de cualquier edad.[71] [72] [92] [93] [94] El razonamiento que respalda esta decisión es el riesgo mínimo de manchas dentales con cursos cortos de tratamiento con doxiciclina y el potencial de complicaciones graves de la EMH o la AGH si no se hace tratamiento óptimo y oportuno. La dosis recomendada para niños (< 45 kg de peso corporal) es 2-2,2 mg/kg/día dividida en tomas cada 12 horas, oral o intravenosamente si está indicado. La dosis recomendada de tetraciclinas, si son necesarias, es 500 mg para adultos cada 6 horas o 25-50 mg/kg/día para niños de ocho o más años. Evítense las tetraciclinas en niños por debajo de esa edad y en mujeres embarazadas por el potencial de malformaciones en los niños y de toxicidad hepática y pancreática en las mujeres embarazadas. Sin embargo, en situaciones casi fatales y sin otras opciones farmacológicas, se deben usar las tetraciclinas como último recurso. El medicamento de elección en mujeres embarazadas es la rifampicina, 300 mg cada 12 horas.[33] [55] [95] [96] Todos los regímenes de antibióticos se continúan por 3-5 días después de la defervescencia, lo que se traduce en 7-10 días de tratamiento. En niños alérgicos a las tetraciclinas o a la doxiciclina, el medicamento de elección también es la rifampicina a la dosis de 10 mg/kg/dosis, 2 veces al día. Figura 174-5. Corte de pulmón: se observan acúmulos intracitoplasmáticos de erliquias teñidas con anticuerpos policlonales de conejo contra Ehrlichia chaffeensis (Inmunoperoxidasa con diaminobenzidina [DAB] 400X). La defervescencia ocurre por lo general entre 24-72 horas. Si no se observa buena respuesta, se debe reconsiderar el diagnóstico de erliquiosis o anaplasmosis. El pronóstico es muy favorable cuando la terapia se administra tempranamente en el proceso de la enfermedad. El pronóstico empeora cuando se presenta falla multiorgánica o hay progreso hacia ella. La tasa global de fatalidad para la EMH está alrededor de 2%-3% y ~ 1% para la AGH. Aun cuando los signos y síntomas agudos respondan rápidamente al tratamiento en los casos no complicados, la astenia persiste por semanas o meses. Se desconoce por completo la base de este fenómeno pero no hay evidencia de infecciones crónicas en seres humanos. Los títulos de anticuerpos pueden ser altos por semanas o meses después del tratamiento exitoso y no se debe reiniciar tratamiento por el hecho de que haya títulos altos de anticuerpos en presencia de fatigabilidad. Definición de caso clínico Presentación clínica: una enfermedad transmitida por garrapatas caracterizada por el comienzo agudo de fiebre y uno o más de los siguientes síntomas o signos: cefalea, mialgia, malestar, anemia, leucopenia, trombocitopenia, o transaminasas hepáticas elevadas. En algunos casos puede haber náuseas, vómito o exantema. Evidencia clínica: cualquier fiebre informada y uno o más de los siguientes: cefalea, mialgia, anemia, leucopenia, trombocitopenia, o cualquier elevación de las transaminasas hepáticas. Criterios de laboratorio para el diagnóstico de EMH Apoyan el diagnóstico: • Evidencia serológica de elevación de anticuerpos IgG o IgM reactivos con antígeno de E. chaffeensis por IFA, ensayo inmunoenzimático (ELISA), dot-ELISA, o ensayos en otros formatos (los CDC usan un punto de corte para IgG en IFA de 1:64 o más y no usa los resultados de la prueba para IgM como criterio independiente para apoyar el diagnóstico), o • Identificación de mórulas por examen microscópico en el citoplasma de los monocitos o macrófagos. Confirman el diagnóstico: •Evidencia serológica de un cambio cuádruple en el título de anticuerpos IgG específicos para antígeno de E. chaffeensis por inmunofluorescencia indirecta (IFA) entre muestras pareadas de suero (una tomada en la primera semana de la enfermedad y la Tabla 174-6. Definiciones de casos de erliquiosis y anaplasmosis, según los CDC. segunda 2-4 semanas más tarde), o • Detección de ADN de E. chaffeensis en una muestra clínica por amplificación de una diana específica por reacción en cadena de polimerasa (PCR), o • Demostración por métodos inmunohistoquímicos de antígeno de erliquia en una muestra de biopsia o autopsia, o • Aislamiento de E. chaffeensis de una muestra clínica en cultivo celular. Criterios de laboratorio para el diagnóstico de EHE Confirman el diagnóstico: • No se dispone de antígenos porque el organismo nunca ha sido cultivado. Por consiguiente, las infecciones por Ehrlichia ewingii solo se pueden diagnosticar por métodos moleculares de detección: el ADN de E. ewingii se detecta en una muestra clínica por amplificación de una diana específica por reacción en cadena de polimerasa (PCR). Criterios de laboratorio para el diagnóstico de AGH Apoyan el diagnóstico: • Evidencia serológica de elevación de anticuerpos IgG o IgM reactivos con antígeno de Anaplasma phagocytophilum, por IFA, ensayo inmunoenzimático (ELISA), dot-ELISA o ensayos en otros formatos (los CDC usan un punto de corte para IgG en IFA de 1:64 o más y no usa los resultados de la prueba para IgM como criterio independiente para apoyar el diagnóstico), o • Identificación de mórulas por examen microscópico en el citoplasma de los neutrófilos o eosinófilos. Confirman el diagnóstico: • Evidencia serológica de un cambio cuádruple en el título de anticuerpos específicos IgG para antígeno de A. phagocytophilum, por inmunofluorescencia indirecta (IFA) en muestras de suero pareadas (una tomada en la primera semana de la enfermedad y la segunda 2-4 semanas después), o • Detección de ADN de A. phagocytophilum en una muestra clínica por amplificación de una diana específica por reacción en cadena de polimerasa (PCR), o • Demostración por métodos inmunohistoquímicos de antígeno de Anaplasma en una muestra de biopsia o autopsia, o • Aislamiento de A. phagocytophilum de una muestra clínica en cultivo celular. http://www.cdc.gov/ncphi/disss/nndss/casedef/ehrlichiosis_2008.htm No se recomienda la terapia profiláctica con antibióticos en pacientes asintomáticos con picaduras de garrapata para prevenir las infecciones humanas por erliquia. El mejor método profiláctico es limitar o evitar la exposición a garrapatas usando ropa protectora, aspersiones repelentes (DEET [N,N-dietil-meta-toluamida], productos con permetrina o alternativamente citrodiol, derivado del aceite del eucalipto limón).[97] [98] Las personas que han estado en áreas endémicas de garrapatas deben autoexaminarse con frecuencia en busca de estos ácaros. Todas las que encuentren adheridas las deben retirar cogiéndolas suavemente cerca de la piel con pinzas y tirando lentamente con presión constante. La desinfección de rutina del sitio de la picadura con alcohol isopropílico o tintura de yodo reduce el riesgo de contaminación de dicho sitio con las bacterias de la piel. Se ha mostrado mediante estudios que se necesita un período de cuatro a 24 horas o más antes de que A. phagocytophilum o E. chaffeensis se “activen” biológicamente y tenga lugar la transmisión exitosa de los organismos infectivos de la garrapata al hospedero.[99] Por lo tanto, mientras más tiempo se permita que una garrapata infectada se alimente, más probable es que la picadura resulte en infección. Por ello está indicada la remoción rápida y completa de las garrapatas adheridas para minimizar el riesgo de infección. En resumen, el campo de las erliquiosis humanas continúa evolucionando rápidamente a medida que en todo el mundo se dedican más esfuerzos a su estudio. Se han hecho avances grandes en los últimos 24 años desde cuando se describió por primera vez la EMH, especialmente en las áreas de la patogénesis, la genética y la epidemiología. Sin embargo, estas enfermedades aún permanecen en gran medida subdiagnosticadas alrededor del mundo. Se dispone de técnicas poderosas de diagnóstico, pero aún falta estandarizarlas y difundirlas ampliamente. BIBLIOGRAFÍA 1. Dumler JS, Barbet AF, Bekker CP, Dasch GA, Palmer GH, Ray SC, et al. Reorganization of genera in the families Rickettsiaceae and Anaplasmataceae in the order Rickettsiales: unification of some species of Ehrlichia with Anaplasma, Cowdria with Ehrlichia and Ehrlichia with Neorickettsia, descriptions of six new species combinations and designation of Ehrlichia equi and ‘HGE agent’ as subjective synonyms of Ehrlichia phagocytophila. Int J Syst Evol Microbiol. 2001; 51(Pt 6): 2145-65. 2. Popov VL, Han VC, Chen SM, Dumler JS, Feng HM, Andreadis TG, et al. Ultrastructural differentiation of the genogroups in the genus Ehrlichia. J Med Microbiol. 1998; 47(3): 235-51. 3. Paddock CD, Childs JE. Ehrlichia chaffeensis: a prototypical emerging pathogen. Clin Microbiol Rev. 2003; 16(1): 37-64. 4. Popov VL, Chen SM, Feng HM, Walker DH. 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