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EXPLORACION NEUROLÓGICA DE LOS PARES CRANEALES

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EXPLORACION NEUROLÓGICA. 
Los test que exploran la función cerebral se dividen en dos grupos: test para la 
función cerebral general y test para detectar funciones anómalas específicas. 
- Para valorar las funciones cerebrales generales, el examinador observará si 
existen defectos en el aspecto general del paciente, el nivel de conciencia y 
orientación, memoria, nivel emocional y pensamiento. Así se realiza una valoración 
superficial del estado mental: nivel de atención y comprensión, orientación 
témporo-espacial y autopsíquica, cálculo, lenguaje, lectura y escritura. Inversión 
numérica. 
- Las funciones cerebrales específicas se corresponden con áreas corticales 
específicas. Se ha de explorar la interpretación cortical sensorial, cuyo fallo es la 
agnosia, la integración cortical motora cuyo fallo es la apraxia, y el lenguaje cuyo 
fallo es la afasia. 
EXPLORACIÓN DE LOS PARES CRANEALES. 
El siguiente paso será la exploración de cada par craneal: 
Nervio olfatorio (I). 
Antes de investigar el olfato, es conveniente asegurarse de que no existe 
obstrucción de los conductos nasales. Con los ojos cerrados el paciente deberá 
identificar olores familiares, como café o tabaco, por cada fosa nasal por separado. 
 
Nervio óptico (II). 
La agudeza visual se estudia con mapas de Snellen y con gravados ordinarios. Si el 
paciente utiliza lentes correctoras, el estudio se efectuará con y sin gafas. 
 
Para realizar el estudio de los campos visuales, el paciente se tapará un ojo y 
mirará la nariz del examinador. El examinador desplazará su dedo o un objeto 
frente al paciente, comenzando por la periferia de cada cuadrante de visión lo irá 
desplazando hacia el centro de la visión. El paciente deberá indicar el momento en 
que puede ver el objeto utilizado. La prueba se realizará para ambos ojos. Este 
método permite detectar trastornos de una forma aproximada. Si se desea una 
información más precisa, deben de utilizarse pruebas perimétricas standard. Se 
investiga la extinción visual desplazando los dedos simultáneamente a los lados 
opuestos de los campos visuales. 
Para que la exploración sea completa, se impone un examen del fondo de ojo. Esta 
incluirá la observación de las papilas ópticas, de los vasos y de la periferia de la 
retina. Si la exploración resulta difícil por ser pequeñas las pupilas, el examinador 
debe dilatarlas al concluir las demás pruebas neurológicas. Un oftalmoscopio es 
fundamental para evaluar un posible papiledema u otras lesiones retinianas 
La sospecha de cualquier patología en este par exige consulta con el oftalmólogo. 
Nervios oculomotor, patético y abductor (III, IV y VI). 
 
Estos nervios, al ser los tres oculomotores, se exploran conjuntamente. El par 
oculomotor acciona además del globo ocular, los músculos constrictores de la pupila 
y los elevadores de los párpados. 
Se invita al paciente a que siga el movimiento del dedo que el examinador desplaza 
en todas las direcciones y el globo ocular ha de seguir con sus movimientos el 
rastreo del dedo. Se examina igualmente la movilidad palpebral y la contracción de 
la pupila. El examen de las pupilas se realizará en una habitación oscura. Se 
observa en primer lugar el tamaño y la forma de las pupilas, comparando si son 
iguales, o no. El reflejo de acomodación pupilar se estudia observando la 
contracción pupilar, que se produce cuando el paciente mira un objeto cercano 
después de haber observado otro más lejano. Existen muchas variaciones en el 
tamaño de las pupilas. Suelen ser más grandes en los jóvenes y se hacen más 
pequeñas y presentan menor capacidad de respuesta al estímulo luminoso con la 
edad. 
Los reflejos pupilares a la luz se estudian observando la contracción pupilar en 
respuesta a un estímulo luminoso dirigido a cada ojo, lateralmente. Se observarán 
los reflejos pupilares directo y consensual. 
Nervio trigémino (V). 
 
 
Su parte sensitiva se examina comparando las respuestas derechas e izquierdas a 
estímulos táctiles en las regiones supraorbitales, infraorbitales y mentonianas. Se 
ha de examinar además el grado de sensibilidad al dolor (con una aguja) y a la 
temperatura (objetos calientes y fríos). 
Su parte motora inerva los músculos de la masticación; en las lesiones paralíticas 
unilaterales el paciente permite que se le abra la boca sin ninguna resistencia, 
siendo incapaz de movilizar la mandíbula del lado paralizado. Se observará si existe 
desviación del maxilar cuando la boca esté abierta. Cuando la parálisis es bilateral 
la mandíbula cae por su peso. Con el tiempo se produce una atrofia de los músculos 
maseteros y temporales. 
Exploración de los reflejos en los que participa el nervio: 
- Jaw jerk, o reflejo masetérico, que es sensitivo y motor. Un golpe en la sínfisis 
produce el cierre reflejo de la mandíbula. 
- Reflejo corneal: consiste en tocar con un algodón la esclerótica del ojo (no los 
párpados o las pestañas); su ausencia incida una lesión en la vía aferente del V, o 
en el arco eferente motor del VII. En este capítulo lo exponemos más abajo al 
tratar los reflejos superficiales. 
 
- Reflejo del estornudo: producción de estornudo al estimular la pituitaria nasal; 
evalúa la función sensitiva trigeminal. 
- Reflejo nasal de Bechterew, la aplicación de un estimulo en la piel de la nariz 
produce la contracción de los músculos faciales ipsilaterales. 
 
Nervio facial (VII). 
 
 
Nervio estatoacústico (VIII). 
 
 
Nervios glosofaringeo y vago (IX y X). 
 
Estos dos pares se exploran conjuntamente. 
La lesión motora del glosofaríngeo produce un pequeño descenso del arco palatino 
unilateral, pero sin afectar a los movimientos voluntarios del paladar. Las fibras 
sensitivas del glosofaríngeo interesan a la mucosa faríngea y paladar blando, así 
como a otras áreas adyacentes. La lesión sensitiva produce una alteración del 
reflejo faríngeo y palatino. El reflejo faríngeo se estudia tocando cada lado de la 
faringe con un depresor lingual. El reflejo palatino se estudia tocando cada lado de 
la membrana mucosa uvular. El lado examinado debe de elevarse. La función 
autónoma se evalúa al estudiar la función parotídea. El reflejo salivar es provocado 
al colocar alimentos sobre la lengua, de forma más exacta se explora mediante la 
sialometría. 
Cuando la función del vago es normal, el paciente pude tragar y hablar con 
movimientos normales de las cuerdas vocales y del paladar blando cuando dice por 
ejemplo A. La parálisis de los músculos palatinos, la ausencia de reflejo palatino o 
la asimetría palatina sugieren su lesión motora. La parálisis bilateral produce una 
caída del paladar que aparece como una cortina sin movimiento voluntario pero que 
puede moverse por la corriente de aire al respirar (fenómeno de Rideau) y presenta 
una gran dificultad para pronunciar sonidos como la K, A o Ch que requieren la 
elevación palatina. 
Las parálisis laríngeas se estudian ampliamente en el correspondiente tema: 
Trastornos de la motilidad laríngea. 
Las funciones autónomas del vago se estudian durante el examen físico general. 
 
Nervio espinal (XI). 
 
Se examina la fuerza del músculo trapecio, elevando el paciente los hombros 
mientras el médico con la mano hace resistencia a la elevación. 
Se examina igualmente la fuerza del ECM por el mismo método, pero haciendo girar 
la cabeza. 
 
Nervio hipogloso (XII). 
 
 
Se observa si hay alguna desviación lateral de la lengua cuando ésta se halla en 
protusión, y se observa si existe atrofia y fasciculaciones. 
La fuerza de la lengua se explora pidiendo al paciente que la mueva de lado a lado, 
haciendo fuerza contra un depresor, hallándose la lengua en protrusión. 
 
PALPACIÓN Y AUSCULTACIÓN CAROTIDEA. 
Se aconseja realizar siempre la palpación y la auscultación bilateral de la carótida 
común. 
 
EXPLORACIÓN DEL SISTEMA MOTOR. 
La inspección y palpación de los músculos en reposo permite determinar su 
tamaño,consistencia y una posible atrofia. Para realizar una exploración meticulosa 
se utiliza un modelo standard que permite comprar las medidas en las partes 
correspondientes de los músculos proximales de los brazos, muslos y pantorrillas. 
Deben de valorarse las diferentes formaciones musculares en busca de una posible 
irritación mecánica o miotónica. 
La percusión lingual y de la eminencia tenar de la mano puede revelar la existencia 
de una contracción miotónica o de una pobre relajación. El explorador observará la 
simetría de la postura y de los contornos musculares. 
Se ha de examinar y comparar la musculatura fina de la mano, buscando 
fasciculaciones y finos temblores de fibras musculares individuales. Las 
fasciculaciones están presentes a menudo cuando existe una amiotrofia de origen 
motor inferior. 
Tono muscular. 
Los músculos se palpan en reposo y el examinador observa la resistencia a 
movimientos pasivos, mientras mueve el músculo correspondiente. Debe de buscar 
anomalías en el tono como espasticidad, rigidez o flacidez. 
Movimientos involuntarios. 
La inspección puede revelar distonias lentas, movimientos coréicos irregulares, 
contracciones rápidas mioclónicas, tics o temblores. 
Fuerza muscular. 
La flexión, extensión y otros movimientos musculares se examinan primero sin 
resistencia y luego realizando resistencia el explorador. Este compara los músculos 
correspondientes de cada lado. 
 
EXPLORACIÓN DEL SISTEMA SENSITIVO. 
Durante esta exploración se ha de observar: 
- La capacidad del paciente para percibir la sensación. 
- Se han de comparar los dos lados del cuerpo y las extremidades 
correspondientes. 
- Se ha de comparar la sensibilidad de las partes distal y proximal de cada 
extremidad para cada forma de sensación. 
- Se ha de intentar determinar si los cambios sensitivos interesan a todo un 
hemicuerpo o siguen las distribuciones de los dermatomas. 
Durante la exploración sensitiva el paciente mantendrá los ojos cerrados. Los 
resultados de esta exploración dependen de la percepción del paciente y de la 
interpretación de los estímulos. Las pruebas sensitivas son, a menudo, difíciles de 
evaluar y dependen, en alto grado, de la cooperación del enfermo y de sus propias 
nociones a cerda de fenómenos sensitivos. Es importante recordar que es más 
frecuente que exista una hipoestesia que una anestesia total. 
Exploración de las formas primarias de sensibilidad. 
- Sensibilidad táctil superficial. ¿Siente el paciente el toque con un trozo de 
algodón? ¿Es la sensibilidad idéntica en ambos segmentos correspondientes de 
ambos hemicuerpos? Se ha de investigar la sensibilidad en manos, antebrazo, 
brazos, tronco, músculos, piernas y pies en este orden, y después en las zonas 
perineal y perianal. 
Se ha de comparar la sensibilidad en las partes proximal y distal de cada 
extremidad. 
- Sensibilidad dolorosa superficial. Se seguirá el mismo procedimiento anterior, con 
una aguja. 
- Sensibilidad térmica: siguiendo el mismo procedimiento, se harán toques con 
tubos que contengan agua fría y caliente. 
- Sensibilidad vibratoria: se aplicará un diapasón sobre las prominencias óseas: 
muñeca, codo, hombro, cadera, rodilla, tobillo. Se observará la capacidad del 
paciente para sentir cuando cesan las vibraciones y se comparará la sensibilidad 
contralateral en las porciones proximal y distal de las extremidades. 
- Dolor profundo a la presión: se examina el tendón de Aquiles, los músculos de las 
pantorrillas, etcétera. 
- Movimiento y posición: los dedos de la mano y del pie son movidos pasivamente y 
se interroga al paciente acerca de la dirección del movimiento y de la posición final 
del dedo explorado. El movimiento se efectuará arriba y abajo. 
Se ha de prestar atención a que la presión en la piel no pueda servir de guía al 
paciente sobre la dirección de los movimientos. Las partes laterales de los dedos de 
los pies se tomarán entre el índice y el pulgar del examinador. Las reacciones 
anormales en estas pruebas, que siguen las vías anatómicas desde los receptores 
periféricos hasta la corteza, indican trastornos o lesiones en algún lugar de dichas 
vías. 
Exploración de las o sensaciones o sensibilidades corticales y discriminatorias. 
Las sensaciones corticales y discriminatorias son impresiones sensitivas somáticas 
complejas, que requieren ser interpretadas por la corteza cerebral. 
- Discriminación de dos puntos: se tocarán simultáneamente varias partes del 
cuerpo con dos objetos punzantes. El paciente, con los ojos cerrados, deberá 
indicar, cada vez que se le interrogue, si es tocado en uno o en dos puntos. La 
distancia mínima para que el paciente pueda distinguir entre uno y dos puntos varía 
según las partes del cuerpo. 
- Localización de un punto: con los ojos cerrados se le pedirá al paciente que 
indique el lugar donde ha sido tocado. 
- Discriminación de objetos: el paciente ha de reconocer materiales tales como 
algodón, lanas o sedas, mediante el tacto, con las manos. 
- Función estereognósica: el paciente debe de identificar objetos de uso común 
puestos en las manos, siempre con los ojos cerrados, por su forma y estructura. 
- Grafestesia: el paciente ha de identificar letras o números escritos sobre sus 
palmas o sobre otras partes del cuerpo con una punta roma. Se comparan siempre 
ambos lados. 
- Fenómenos de extinción: se tocarán dos puntos simultáneamente en lados 
opuestos del cuerpo pero en áreas idénticas. Con los ojos cerrados, el paciente 
debe de ser capaz de sentir que ha sido tocado en los dos lados. 
Un defecto de las modalidades corticales de esta sensación indica un trastorno del 
lóbulo parietal de la corteza cerebral. 
EXPLORACIÓN DEL CEREBELO. 
En cada una de las pruebas el examinador debe de comprobar si el ejercicio es 
realizado con facilidad, sin temblor ni ataxia. 
Exploración del funcionamiento del vermis cerebeloso. 
1. La observación de la posición que adopta el paciente de pié y sentado ya 
constituye un test orientativo, aunque grosero, del funcionamiento del vermis 
cerebeloso. 
2. Test de Romberg. 
Esta prueba fué descrita por Romberg en año 1846, para valorar el equilibrio del 
paciente en posición estática con el fin de poner de manifiesto las lesiones de los 
cordones posteriores de la médula espinal en la tabes dorsal. Posteriormente fue 
incorporada a la exploración cerebelosa y otoneurológica, ya que las lesiones de 
otros elementos anatómicos del equilibrio como el SV o el cerebelo pueden alterar 
la posición erecta por cambios en el tono postural. 
Método standard de realización de la prueba: paciente colocado de pie, 
estáticamente en bipedestación, con los pies juntos, para reducir el elemento 
propioceptivo de la sustentación, y los brazos a lo largo del cuerpo. Primero se le 
mantiene con los ojos abiertos y luego se le ordena cerrar los ojos para suprimir la 
información visual. Al cerrar los ojos la prueba elimina el receptor visual reduciendo 
la información al SV y al propioceptivo. Duración de la prueba, como mínimo 1 
minuto, pudiéndola alargar a 3 minutos. 
Si antes de este tiempo el paciente cae, mueve los pies, abre los ojos o extiende los 
brazos la prueba se considera positiva. Se ha de valorar si la caída es rápida o 
lenta, hacia un lado o hacia ambos, hacia adelante o hacia atrás. 
Se han descrito otros métodos o variantes de la prueba para hacer la prueba más 
sensible: 
- Se puede hacer colocando al paciente en la posición de Mann: un pie delante del 
otro y con los brazos cruzados. 
- Maniobra de Jendrassik, manos agarradas ente si con fuerza; esta maniobra 
disminuye los impulsos inhibitorios centrales que descienden por la médula. 
- Apoyo sobre un solo pie durante 30 seg., alternando el pie derecho y el izquierdo. 
- Test de resistencia pélvica. Normalmente al dar un empujón en el esternón, 
región enterescapular o en la espalda al paciente este compensa bien el equilibrio y 
no cae. Si cae laprueba es positiva o patológica. 
- Prueba de la plomada o prueba de Barré: Consiste en hacer la prueba colocando 
al paciente delante de una cuerda plomada indicándole que abra y cierre los ojos a 
indicaciones del explorador. Se valora la intensidad de las lateralizaciones con ojos 
abiertos y cerrados. 
- Evaluación cronometrada de la estación unipodal: consiste en medir la duración 
máxima de equilibrio colocando al paciente sobre un solo pie. Se permiten como 
máximo cinco ensayos y la duración de la prueba es de 30 segundos. Como 
ejemplo se considera que a los 60 años debe de permanecerse, como mínimo, 5 
segundos con los ojos cerrados. 
Romberg central: la lateropulsión o caída es inmediata, intensa y en cualquier 
dirección. No se modifica con los ojos abiertos y cerrados incluso a veces la 
inestabilidad es tan grande que es imposible realizar la prueba pues el paciente es 
incapacidad de juntar sus pies, cae como el palo de una escoba. No existe armonía 
con la dirección del nistagmo si este existe. Se produce en las lesiones de los 
cordones posteriores, del tracto piramidal y del vermis ya que el enfermo está 
deprivado de los reflejos de enderezamiento. 
En las lesiones cerebelosas del vermis y de los núcleos cerebelosos, la caída es 
fulminante hacia el lado enfermo, o bien hacia delante o hacia atrás y en estos 
casos el Romberg positivo coexiste con otros signos cerebelosos, como hipotonía y 
dismetría. En lesiones de la corteza cerebelosa aparece: hipertonía homolateral con 
caída fulminante hacia el lado sano, además de otros signos cerebelosos como 
ataxia y adiadococinesia. 
3. Prueba de la marcha. 
 
También denominada de Babinski-Weil o marcha ciega. 
Técnicas: se ordena al paciente caminar en línea recta hacia adelante y hacia atrás 
con los ojos abiertos y cerrados. Si hay espacio se le indica que de unos 10 pasos 
hacia adelante y hacia atrás. 
La prueba puede hacerse más sensible haciéndole caminar en fila un pie tras otro 
talón-puntera. 
Existen múltiples variantes de este test haciéndolo más sofisticado, siendo el más 
conocido el "rails test" . 
Como ocurre con el Romberg se ha de tener en cuenta que la habilidad para la 
realización de la prueba disminuye con la edad. En general sólo son valorables las 
desviaciones notables o caídas. 
Lesiones de los cordones medulares: la marcha se realiza con una gran base de 
sustentación separando mucho los pies. 
Lesión cerebelosa: marcha atáxica o incoordinada. En las lesiones 
unilaterales caída hacia un lado. 
Lesiones centrales: la lateropulsión es hacia cualquier lado y suelen aparecer 
además fallos cualitativos en la marcha, como marcha atáxica, parética, etc. 
 
Exploración del funcionamiento de los hemisferios cerebelosos. 
En las lesiones de los hemisferios se podrá observar en todas las pruebas astenia y 
un temblor fino, intencional o no. 
 
1. Tono brazos: prueba de los índices. 
Valora las desviaciones espontáneas y el tono muscular de los miembros superiores 
permitiendo diferenciar una lesión de los hemisferios cerebelosos de una lesión 
vestibular. 
Técnica: se coloca al paciente sentado con los brazos extendidos hacia el 
explorador, con los ojos cerrados, y se valora la desviación de los índices al 
mantenerse en esta posición durante un tiempo que como mínimo ha de ser de 15 
segundos. 
Resultados: 
En las lesiones periféricas se produce una desviación uniforme y paralela de ambos 
brazos hacia el lado lesionado y lo mismo ocurre en las lesiones cerebelosas del 
vermis. 
En las lesiones de los hemisferios cerebelosos hay una astenia unilateral que hace 
que el brazo del lado lesionado caiga de forma muy acusada (hipotonía cerebelosa) 
pudiendo además apreciar un temblor intencional. 
En las lesiones centrales puede aparecer una caída por astenia o hipotonía del 
brazo en lado lesionado. 
 
2. Past-pointing. 
Esta prueba examina el tono muscular de los brazos, constituyendo un test para 
evaluar además del cerebelo el sistema vestibuloespinal con relación a las 
extremidades superiores, si bien su realización requiere una buena integración de la 
función vestibular, ocular, propioceptiva y cerebelosa. 
Técnica: el paciente se coloca delante del examinador y extiende sus brazos 
señalando con su dedo índice; con los ojos cerrados eleva sus brazos hacia arriba 
extendidos y rápidamente baja los brazos al punto de origen; la maniobra se repite 
con la cabeza en extensión hacia atrás e inclinada hacia cada hombro. Se ha 
propuesto realizar la maniobra con estimulación térmica de los laberintos. 
Cuando la prueba es positiva en ausencia de nistagmus y con un Romberg normal 
sugiere patología central. 
Cuando realizada después de la estimulación térmica la prueba aparece invertida o 
ausente en presencia de nistagmo se ha de sospechar patología central. 
 
3. Prueba índice-nariz 
 
Con respecto al cerebelo es la forma más rápida y mejor para explorar la sinergia. 
Técnica: El paciente extiende su brazo, con ojos cerrados, y manteniendo el brazo 
extendido en posición horizontal dirige el dedo índice a la punta de la nariz. Primero 
se hace con una mano y luego con la otra. Hay quien propone hacerlo primero con 
ojos abiertos y luego con ojos cerrados para comparar ambas situaciones. Se 
comienza haciéndolo lentamente y se irá repitiendo con mayor rapidez. 
Otra forma muy similar de realizar esta prueba es con la técnica denominada dedo-
nariz, que consiste en que el paciente vaya tocando sucesivamente la punta de su 
nariz y el dedo del examinador. 
Resultados: la prueba es positiva si aparece un temblor fino o intencional, astenia y 
falta de puntería con el índice, ya que la ataxia, la hipermetría y las alteraciones de 
la coordinación indican la existencia de lesiones cerebelosas ipsilaterales. 
Las dos pruebas anteriores exploran la sinergia, que es la coordinación motora del 
cerebelo, y su alteración es la asinergia mostrando temblor fino o intencional, 
astenia y falta de puntería con los índices. Exploran además la metría que es el 
control de la actividad muscular ejercido por el cerebelo, su alteración es la 
dismetría. 
 
4. Exploración de la adiadococinesia. 
La adiadoconicensia es la capacidad para realizar rápidamente movimientos 
alternativos. 
Para su exploración se indica al paciente que efectúe con rapidez movimientos 
alternativos, como golpear sus rodillas con las palmas y el dorso de las manos, con 
movimientos de pronación y supinación. 
Otra maniobra es indicar al paciente que vaya tocando con la punta de los dedos la 
punta del pulgar rápidamente y con los ojos cerrados. 
5. Rebote. La alteración del rebote es indicativo de lesión cerebelosa. 
Se indica al paciente que extienda el brazo con los ojos cerrados y el examinador 
empuja hacia abajo y hacia arriba la mano del paciente, al dejar de hacer fuerza el 
examinador la mano debe de volver a su posición de comienzo. 
 
EXPLORACIÓN DE LOS REFLEJOS. 
 
Al evaluar los reflejos se debe de tener siempre relajada la parte del cuerpo que se 
examina. También es importante aplicar en ambos lados la misma intensidad de 
estímulo, así como emplear el martillo de reflejos de forma adecuada. 
Se comparará en ambos lados la rapidez y la fuerza de contracción evocadas por el 
reflejo examinado. 
Reflejos profundos: 
Reflejos osteotendinosos podemos encontrarlos normales; disminuidos o abolidos 
en cualquier lesión de unos de los elementos del arco reflejo, neurona aferente, 
neurona eferente, médula o el propio músculo asimismo las lesiones 
suprasegmentarias. Aumentados en lesiones crónicas de las vías corticomedulares 
sobre todo de la vía piramidal. 
Los reflejos profundos se incitan al golpe secamente sobre un tendón o una 
prominencia ósea, provocando el estiramiento repentino de ciertos músculos y la 
contracción de los mismos. 
Se debe intentar provocar rutinariamente el clonus aquíleo (flexión y extensión del 
pie, rápida y continua):tiene lugar al flexionar bruscamente el pie en dirección 
dorsal. Un clonus aquileo que se extingue rápidamente es, en muchas ocasiones, 
normal. 
Superficiales, cutáneos o mucosos. 
El resto se examina rozando la piel con un objeto romo como por ejemplo la punta 
de un depresor lingual. El signo de Babinski es el más importante de los reflejos 
patológicos y es uno de los signos más valiosos en neurología. La provocación del 
mismo debe de hacerse con cuidado y ha de interpretarse adecuadamente. La 
estimulación del pie de manera inadecuada puede provocar en el paciente una 
reacción voluntaria de los dedos del pie, que puede confundirse con el signo de 
Babinski. No existe signo negativo de Babinski y es por ello incorrecto referirse a un 
Babinski positivo. La mejor terminología será referirse a un reflejo flexor o extensor 
plantar.