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49 RECUERDO HISTÓRICO La evolución de la anestesia regional, intratecal y epidural, ha discurrido en para- lelo a la de la anestesia general. Así como se consideró el éter como la primera anestesia moderna al ser usado por Morton en 1846, Bier hizo historia utilizando cocaína intra- tecal en 1898. En 1921 el cirujano español Fidel Pagés Miravé, desarrolla un nuevo método de anestesia epidural abordando el canal espinal a nivel lumbar o torácico. En 1946 se introdujeron los anestésicos locales en la práctica clínica y Behar y sus colabora- dores publicaron el primer artículo de uso de morfi na epidural para tratamiento del dolor en “The Lancet” en 1979. Ha pasado casi un siglo hasta conseguir la utilización rutinaria de fármacos vía espinal como tratamiento analgésico intra y postoperatorio, del trabajo del parto así como del dolor crónico. INTRODUCCIÓN En los últimos años, estamos asistien- do a una verdadera revolución en el campo de la anestesia, experimentando continuos cambios, diversifi cando su campo de actua- ción. Los avances quirúrgicos que implican nuevos desafíos en el manejo anestésico de los pacientes, la aparición de fármacos in- novadores que aumentan los márgenes de seguridad, las técnicas de monitorización invasivas que emplean, cada vez más, un soporte informático, y el control efi caz del dolor crónico y agudo plurietiológico, han mejorado la calidad de vida de los pacien- tes. Cada día, se publican nuevos artículos en los que se muestra el auge de las técnicas locorregionales en el tratamiento del dolor y el manejo del proceso quirúrgico. Para el paciente supone un gran alivio observar todo lo que ocurre a su alrededor, evitándo- se la intubación orotraqueal y las posibles complicaciones derivadas de la anestesia general. El médico especialista en anestesia puede comprobar la evolución del paciente durante la intervención, ya que no pierde la conciencia, manteniendose colaborador. Los fármacos, utilizados en dosis mínimas, tienen, en la mayoría de los casos, una es- casa repercusión sistémica y una toxicidad mínima, y el postoperatorio se acorta drásti- camente, sobre todo tras cirugía menor. Es- tas ventajas evidentes no deben inducir una disminución de la vigilancia preanestésica, intraquirúrgica y postanestésica porque las complicaciones, derivadas de un estudio preoperatorio defi ciente o de una inade- cuada monitorización pueden causar daños irreversibles en los pacientes. Los bloqueos nerviosos se dividen en dos grandes cam- pos. Los raquídeos, epidurales y caudales (bloqueos centrales) anestesian una parte de la médula espinal o de sus raíces nerviosas, y los bloqueos de los nervios periféricos, que tienden a anestesiar solamente nervios de manera más parcial. BLOQUEOS CENTRALES NEUROAXIALES Indicados para procedimientos en miem- bros inferiores, cadera, periné y parte infe- rior del abdomen. Pueden usarse para pro- cedimientos abdominales superiores, como colecistectomía y apendicectomía, pero se requieren niveles sensitivos muy altos y los pacientes para los cuales sería efi caz, no tole- ran con frecuencia niveles sensitivos tan altos Anestesia regional Dr. Mugabure Bujedo TEMA 4
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