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EJERCICIOS PARRAMÓN 17. ÁRBOLES Ejercicios Parramón 17. ÁRBOLES Dirección editorial: Mª Fernanda Canal Artistas: Vicenç Ballestar, Mercedes Braunstein Miquel Ferrón, Ramón de Jesús Rodríguez, Joan Sabater y Jordi Segú Textos: Ramón de Jesús Rodríguez Diseño y compaginación: Andrés Rodríguez 1ª reimpresión de la 7ª edición © 2012, ParramónPaidotribo www.parramon.com E-mail: parramon@paidotribo.com ISBN: 978-84-342-2187-1 ISBN EPUB: 978-84-342-9944-3 http://www.parramon.com/ Derechos exclusivos de edición para todo el mundo Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra mediante cualquier recurso o procedimiento, comprendidos la impresión, la reprografía, el microfilm, el tratamiento informático o cualquier otro sistema, sin permiso escrito de la editorial. Sumario Introducción Ejercicio 1: Apunte con carboncillo Ejercicio 2: Limonero (pastel) Ejercicio 3: El árbol en el paisaje (guache) Ejercicio 4: Árboles con lápices acuarelables Ejercicio 5: Árboles en paisaje nevado (acuarela) Ejercicio 6: Árboles en una ribera (acrílico) Ejercicio 7: Un almendro con contraste (óleo) Ejercicio 8: Gama cromática fría (óleo) Ejercicio 9: Acantilado (rotuladores y acuarela) Ejercicio 10: Estudio de la sombra de un árbol (óleo) Ejercicio 11: Árboles y hojas secas (acrílico) Ejercicio 12: Pino (acuarela) Consejos prácticos para pintar árboles INTRODUCCIÓN En toda elaboración artística en que se hace referencia al paisaje, existe un elemento que se repite, la vegetación; aunque cada ubicación del paisaje presenta diferentes posibilidades plásticas en la pintura de este elemento que lo caracteriza. El tema que vamos a tratar en este cuaderno es tan amplio como las posibilidades que ofrece de cara a su representación pictórica. La gran variedad de paisajes nos puede llevar a la búsqueda de vegetación frondosa, con abundancia de arboles, o bien a la pintura de ejemplares aislados, como contrapunto de una extensión árida. El tratamiento pictórico y la gama cromática, variarán dependiendo del modelo que escojamos. Según la técnica pictórica utilizada en su elaboración y en función del entorno que se pretenda representar en el cuadro, pintaremos con mayor o menor detalle. En este cuaderno proponemos interpretar y practicar con diferentes modelos de árboles y de vegetación, pero no los trataremos de forma aislada, sino que integraremos cada uno de ellos en su hábitat correspondiente. En las siguientes páginas, presentamos la elaboración de doce ejercicios en los que se observan diferentes grados de dificultad. Las técnicas que empleamos en su resolución son variadas, lo cual no implica que cada modelo propuesto no pueda ser representado con otra técnica que la señalada en el ejercicio; por ejemplo, la propuesta que hacemos para ser pintada con acrílico puede volver a ser interpretada con óleo, pastel, o acuarela, pues a lo largo de los diferentes ejemplos, se proporcionan las explicaciones técnicas necesarias para cada procedimiento pictórico. Asimismo, pretendemos ofrecer diferentes recursos en la resolución de árboles y en los efectos que ésta puede provocar en el entorno que la rodea. Con el seguimiento de cada ejercicio el aficionado podrá adquirir seguridad y dominio de las diferentes técnicas en la elaboración de árboles, ya sea como tema concreto o formando parte de otro más complejo. EJERCICIO 1 APUNTE CON CARBONCILLO La realización de apuntes es una de las cuestiones más importantes a las que se tiene que enfrentar cualquier aficionado a la pintura. El carboncillo ofrece una solución rápida para la elaboración de árboles, pues la inmediatez con que se maneja sobre el papel y su fácil corrección, permiten esbozar en breves instantes lo que más tarde puede servir como apunte de un trabajo más elaborado. En la realización de cualquier apunte se deben descartar los detalles innecesarios; en este ejercicio se valoran, sobre todo, las líneas esenciales de troncos y ramas y el volumen del follaje, todo ello solucionado con gran rapidez. MATERIAL • Carboncillo • Papel de dibujo de grano medio • Trapos • Fijador en aerosol 1. Con la barra de carboncillo plana se mancha todo el fondo del papel. Se traza la línea del horizonte y la estructura del tronco de los árboles. 2. Se sacude el exceso de carboncillo y se dibuja el tronco de los árboles, insistiendo en sus zonas más oscuras. Se comienza a manchar la copa más poblada con un trozo de carboncillo plano sobre el papel. 3. Ejerciendo cierta presión se aumenta el contraste de los oscuros de la copa; el fondo se difumina con los dedos y el primer término se acaba de definir. 4. Sobre el esquema anterior se incrementan los contrastes; en el árbol de la izquierda se trazan las ramas y se aumenta considerablemente el volumen del árbol de la derecha. 5. La goma de borrar permite abrir blancos que actúan como brillos o como ramas finas. Como el fondo es de color gris, al costado de cada rama oscura se puede abrir un trazo blanco. 6. Se elimina el exceso de contraste en la copa del árbol de la derecha y, por último, se oscurece ligeramente la zona posterior. Con la goma de borrar se limpia el cielo en torno a los árboles. EJERCICIO 2 LIMONERO (pastel) Si el carboncillo permite una aproximación monocroma a la forma de la vegetación dentro del encuadre, el pastel se convierte de lleno en una técnica pictórica, sin descartar el contacto directo con el instrumento de la pintura. Por medio del pastel y con un procedimiento algo similar al del carboncillo en cuanto a su aplicación, el artista interpreta a través de la mancha, de la línea y, lo que es más importante, del color. En este ejercicio se aúnan algunas técnicas propias del dibujo con otras completamente pictóricas; el follaje del árbol se soluciona con un manchado difuminado, pero los detalles se realizan mediante líneas y manchas concretas. El color del papel se integra perfectamente entre los colores del pastel. MATERIAL • Pasteles • Papel de color pardo verdoso • Trapos • Fijador en aerosol (opcional) 1. Se inicia el esquema del limonero con unos trazos muy simples; para ello se utiliza un pastel de color siena. El cielo se pinta de azul y blanco acotando la forma del árbol. Con la barra de pastel verde plana se comienza a manchar el follaje. 2. Con el color siena se pinta la zona correspondiente a la tierra y se difumina con los dedos. Se pinta la sombra del árbol con un tono pardo oscuro y las frutas con impactos de color amarillo. 3. El color de las frutas se suaviza con el dedo integrando el color amarillo en el verde del follaje. Con algunos impactos de azul se insinúa el cielo entre las ramas. 4. Se pintan algunos frutos más y se añaden algunas manchas oscuras que confieren mayor contraste y volumen al árbol. No se debe difuminar todo el pastel. 5. Se incorporan algunos detalles con manchas de verde luminoso y líneas de color verde oscuro. En la tierra se añaden algunas tonalidades ocre y rosa, así como puntos rojizos. 6. Los detalles de las ramas se realizan con impactos de color directos, sin difuminar. El color del papel respira entre las diferentes tonalidades de verde y pasa a ser uno más de los utilizados. EJERCICIO 3 EL ÁRBOL EN EL PAISAJE (guache) La integración del árbol en el paisaje a menudo puede representar un problema para el aficionado, pues se puede encontrar con un obstáculo que divida el plano de fondo y rompa la continuidad del mismo. En este ejercicio se puede estudiar de qué manera se solventa la integración del árbol dentro del paisaje. La técnica que se va a emplear es el guache, y no tiene por qué plantear dificultades, ya que es completamente opaca y se trabaja con gran facilidad. MATERIAL • Guache • Lápiz • Paleta • Pinceles planos y redondos• Papel de acuarela de grano medio • Bote con agua • Trapos 1. Se realiza el dibujo previo con lápiz. Únicamente importa señalar las masas principales de la vegetación. El árbol del primer término es el principal elemento compositivo. 2. Con azul cyan en la zona superior y amarillo rebajado con blanco en la zona inferior, se pinta el cielo. A continuación, se pinta la línea del horizonte, que contrasta con la luminosidad del fondo. 3. La orilla de juncos se pinta con trazos verticales de siena anaranjado. La zona violácea del primer plano recorta la forma del tronco. 4. El tronco del árbol se pinta con siena, ocre y naranja, mientras que el agua se mancha con amplias pinceladas de color violeta, azul y blanco. En la orilla se insinuan los reflejos con un delicado trazado en zigzag. 5. Con ocre se traza la textura del tronco, dejando algún asomo del color inferior. Se pintan los árboles de la orilla con un color casi plano, sin detallar el volumen de éstos. 6. El trabajo de los reflejos de la orilla se realiza con pinceladas verticales y pequeñas manchas de colores cálidos que contrastan con los tonos violetas y azules del agua. 7. Con nuevos trazos de color ocre, ligeramente matizado con sombra, se concluye la textura de la corteza del árbol. EJERCICIO 4 ÁRBOLES CON LÁPICES ACUARELABLES Los lápices acuarelables son un buen medio para iniciarse en la compleja técnica de la acuarela; al igual que este medio pictórico, los lápices de colores requieren de la reserva de los colores más luminosos desde el planteamiento del cuadro, y a medida que éste se desarrolla, se aumentan los contrastes y tonos más oscuros. El tema que se va a desarrollar en esta ocasión es un pinar; conviene estudiar previamente la distribución de los troncos según la distancia con respecto al espectador. MATERIAL • Acuarelas • Lápices acuarelables • Caja-paleta • Pinceles de acuarela • Papel de acuarela de grano medio • Bote con agua • Trapos 1. Se encaja el dibujo con un lápiz de color azul oscuro, sin apretar, para evitar marcar el papel y no tener que borrar en caso de error. 2. Se busca la entonación con suaves trazos, cruzando líneas de diferentes colores y mezclando éstos ópticamente (por proximidad). 3. A medida que se añaden tonos se intensifican los contrastes, y los trazos cruzados permiten acentuar las zonas más oscuras de las sombras; en cambio, las partes más iluminadas apenas si reciben trazos nuevos. 4. Con un pincel humedecido en agua se empiezan a convertir algunos trazos en masas de color. 5. Es importante distribuir de forma correcta el agua sobre el color para evitar que se desdibujen los contornos. A pesar de que se acuarela el color, no debe perderse el dibujo inicial. En este detalle se está humedeciendo la zona de sombra de un árbol. 6. Sobre la superficie húmeda se pueden realizar nuevas líneas; la humedad permite la saturación del color. 7. El acabado se hace completamente a punta de lápiz, pues los contrastes son muy importantes para definir las copas de los pinos. Los espacios en blanco de los troncos han quedado en reserva desde el principio. EJERCICIO 5 ÁRBOLES EN PAISAJE NEVADO (acuarela) La acuarela es uno de los procedimientos pictóricos más complejos que existen; sin embargo, a través de la aguada, se puede entender dicho proceso con bastante sencillez, ya que dicha técnica tiene mucho que ver con el dibujo. En este ejercicio se propone un árbol situado en un terreno nevado, caso en el que la importancia de la reserva de las zonas blancas es primordial. Obsérvese que los planos del fondo son lo suficientemente difusos como para que destaque el árbol principal. MATERIAL • Acuarelas • Carboncillo • Caja-paleta • Pinceles de acuarela • Papel de acuarela de grano medio • Bote con agua • Trapos 1. Tras dibujar un sencillo esquema con carboncillo, se da una aguada gris muy tenue en el cielo hasta la zona que limita con los árboles del fondo. 2. Mientras el fondo sigue húmedo se pinta la hilera de árboles del horizonte con siena tostada y tierra natural. La humedad disipa los límites del color. Con el pincel ligeramente tocado de sombra se mancha la copa del árbol. 3. De la misma forma que se ha manchado la copa del primer árbol se matiza el fondo de la arboleda. La parte inferior se pinta sobre seco, las zonas blancas corresponden al color del papel. 4. Sobre el fondo seco se pinta el tronco y las delicadas ramas. Después se añaden algunos contrastes que separan el fondo del primer plano. Con una aguada gris, casi blanca, se matizan los tonos oscuros de la nieve. 5. Con variedad de trazos, sobre el fondo seco se pinta el follaje del arbolado de la derecha y el árbol solitario de la izquierda. 6. Con varios tonos de sombra natural se dibujan las ramificaciones de las copas. Seguidamente, se incrementan los contrastes de las zonas más oscuras sobre el fondo seco. 7. Por último, cuando el color está casi seco, se acaba de difuminar algún tono del fondo frotando suavemente con los dedos. EJERCICIO 6 ÁRBOLES EN UNA RIBERA (acrílico) El medio acrílico permite trabajar de forma rápida con resultados similares al óleo, pero tiene características propias que permiten la realización de efectos muy interesantes, tales como el lavado de las zonas semihúmedas. La pintura de árboles con acrílico permite la rápida superposición de capas sin que las nuevas arrastren el color inferior. Esto se puede realizar gracias al rápido secado de cada capa, que puede ser acelerado con ayuda de una estufa o con un secador de pelo. En este ejercicio se practicarán técnicas de textura de los troncos con un gran efecto matérico, y también se pondrá en práctica el estudio de los reflejos sobre el agua. MATERIAL • Acrílicos • Pinceles planos y redondos de cerda • Paletina • Bote con agua • Trapos 1. Se pinta todo el fondo del cuadro con azul, arrastrando horizontalmente el color con la paletina. En el centro se deja más cantidad de color. Sobre el fondo se esquematizan las líneas principales con azul oscuro. 2. Sobre el fondo seco se comienzan a manchar los árboles con ocre siena y blanco para las zonas iluminadas, y violeta y sombra tostada para las sombras. Se trazan las líneas de los reflejos en el agua. La textura del tronco de la derecha se acentúa con la parte posterior del pincel. 3. Se pinta el fondo respetando las ramas principales. Con verde luminoso y oscuro se manchan los matojos del primer plano y el terreno. 4. Sobre la parte iluminada de los troncos se traza la textura de la corteza con líneas verdosas y se dibujan las ramas más finas con marrón oscuro. 5. Con colores muy claros se manchan las zonas iluminadas del terreno. Con el pincel poco cargado de color se continúa el reflejo sobre el agua. 6. Rápidamente se dibujan de nuevo las formas principales con un color rojo cadmio. 7. Antes de que se seque por completo el color anterior, se lava el cuadro con un trapo humedecido hasta retirar algunas zonas todavía frescas. La pintura levantada deja ver capas inferiores ya secas. EJERCICIO 7 UN ALMENDRO CON CONTRASTE (óleo) El óleo es una de las técnicas pictóricas que más posibilidades ofrece al pintor. Su secado es lento y permite posponer una sesión de trabajo durante horas; esta cualidad hace que sea especialmente indicado para la pintura del natural, cuando la iluminación varía en un corto transcurso de tiempo y la sesión debe ser retomada al día siguiente. El ejercicio que se va a realizar a continuación tiene su centro de atención en un almendro en flor; fíjese en el efecto que produce el follaje casi blanco contra el paisaje mucho más oscuro. MATERIAL • Óleos • Carboncillo • Pinceles redondos, planos y de lengua de gato• Paletina ancha para imprimar la tela • Tela sobre bastidor 15F • Paleta con pocillos • Esencia de trementina • Aceite de linaza • Trapos 1. Se trazan ejes de simetría y sobre éstos se esbozan los árboles. La proporción de las copas es fundamental. Éstas tienen forma elíptica. 2. El primer manchado se realiza con azul cobalto y verde oscuro. Éstas serán las zonas más oscuras del cuadro. La sombra del almendro recorta la forma de su tronco. 3. Se pintan las montañas del fondo insinuando los árboles con pinceladas rectas de diferentes tonos de verde y siena mezclados con algo de blanco. Con estos mismos colores se pinta la copa del primer árbol. 4. La montaña del fondo se pinta con ocre, blanco y una punta de carmín. Se comienza a pintar la hierba del prado con este mismo color manchado de verde y con verde oliva. El tronco de los árboles se traza con sombra tostada y violeta. 5. A medida que se pinta el prado se define también el tronco. Para conservar el contraste de las ramas, entre éstas se pinta con colores claros. 6. La copa del almendro se pinta con pequeñas manchas de colores blanquecinos y también con blanco puro. 7. Se crean algunos contrastes sobre los tonos blancos del almendro. Con blanco casi puro se pintan algunos impactos en el árbol de la izquierda y en el terreno. Por último, se matiza la hierba con tonos anaranjados y verde luminoso. EJERCICIO 8 GAMA CROMÁTICA FRÍA (óleo) La utilización de una determinada gama cromática permite al pintor una integración perfecta entre todos los elementos de una composición. En este caso se propone la realización de unos árboles a partir de una gama cromática fría, es decir, utilizando como colores principales la gama de los azules y grises. No se debe descartar el uso de otros colores como los tierra. Otro de los propósitos de este ejercicio es el estudio del ramaje de los árboles, motivo por el que se ha escogido un modelo completamente deshojado. Préstese atención al desarrollo progresivo de las ramas. MATERIAL • Óleos • Lápiz 2B • Pinceles redondos, planos y de lengua de gato • Paletina ancha para imprimar la tela • Tela sobre bastidor 15F • Paleta con pocillos • Esencia de trementina • Aceite de linaza • Trapos 1. Se esquematiza la forma de los dos árboles teniendo en cuenta la diferencia de plano producida por la perspectiva. Sólo se trazan las líneas de las ramas principales. 2. Todo el cuadro es manchado únicamente con un tono de azul. No es necesario utilizar blanco, pues las zonas más claras se pintan con el color aguarrasado. 3. Se comienzan a aplicar otros colores algo más densos con pinceladas cortas que definen y recortan los planos de las ramas: Violeta y blanco para la zona del cielo, ocre, blanco y siena para el fondo. 4. El terreno se mancha con diferentes calidades de ocre; el contraste de los matojos se mancha de siena tostada. El color azul de base respira entre las nuevas aplicaciones y crea una atmósfera fría. 5. La continua aportación de tonos acota el centro de interés de los árboles. El terreno sobre el que están situados se pinta con un tono realizado con sombra natural, blanco, ocre y una pizca de negro. 6. Se pintan los troncos y las ramas con un color pardusco, y las sombras de un tono ligeramente azulado. Se respetan algunas zonas del fondo que respiran entre las masas de color como líneas. 7. Por último, con finas y rápidas pinceladas se manchan las ramas desnudas de la copa. Obsérvese cómo el color arrastra parte de las capas inferiores y se integra en el fondo. EJERCICIO 9 ACANTILADO (rotuladores y acuarela) Un problema frecuente en la resolución de este tema aparece en los casos en que la vegetación ocupa una extensión de terreno considerable y se alterna con zonas áridas. En este ejercicio proponemos la solución de un paisaje escarpado en el que se podrá practicar la realización de diferentes vegetaciones en torno a un acantilado rocoso: hierbas, árboles y arbustos. La técnica que se va a emplear es compleja, pero ofrece resultados de una gran belleza. Los rotuladores resultan totalmente compatibles con la aguada y con otras técnicas acuosas, como la tinta o la acuarela, aunque también se puede humedecer su trazo con un pincel diluyéndose de esta forma su tinta. MATERIAL • Acuarelas • Rotuladores acuarelables • Lápiz 4B • Goma de borrar • Caja-paleta de acuarela • Pinceles de acuarela • Papel de acuarela entelado • Bote con agua • Trapos 1. Se esquematizan las formas principales con líneas muy sueltas, y todos los volúmenes de la vegetación se dibujan en su ubicación definitiva. 2. El dibujo anterior ha situado los diferentes volúmenes sobre el papel; sobre este esquema, con un rotulador negro de punta fina se dibujan las masas de vegetación. 3. Se comienza a pintar con acuarela; observe cómo el trazo del rotulador se hincha al entrar en contacto con la humedad del pincel. 4. Los árboles del fondo se pintan con verde y sombra tostada; la vegetación del primer plano, con una aguada violeta, ocre y verde; y el árbol de la derecha se mancha con tonos oscuros. 5. Sobre la aguada anterior, una vez seca, se aplican los contrastes oscuros. Se dejan abiertos algunos claros entre los que respira el color inferior. Así la zona de hierba queda acotada por el árbol de la derecha y los pinos de la izquierda. 6. Sobre el color mucho más definitivo y contrastado se comienza a manchar con rotuladores, pero ahora el trazo debe ser regular y definir los planos más oscuros, como se define en este detalle la sombra de los pinos del fondo. 7. Se continúa imprimiendo repetidos trazos que acaban de definir la textura de la hierba, las rocas y el fuerte contraste del árbol situado a la derecha. EJERCICIO 10 ESTUDIO DE LA SOMBRA DE UN ÁRBOL (óleo) La sombra de un árbol proyectada sobre el suelo es un tema digno de ser estudiado con detalle. Los colores de la sombra, en contra de los tópicos, rara vez son negros o grises; dependen en gran medida del color de la superficie donde ésta se proyecta. En este ejercicio, además, se van a desarrollar los siguientes puntos en relación con el tema de la vegetación y los árboles: la síntesis del árbol en lejanía, la progresión del ramaje y las tonalidades iniciales del césped. MATERIAL • Lápiz y papel • Pinceles redondos, planos y de lengua de gato • Paletina ancha para imprimar la tela • Tela sobre bastidor 15F • Paleta con pocillos • Esencia de trementina • Aceite de linaza • Trapos 1. Este dibujo se ha realizado sobre un papel aparte para estudiar las principales masas compositivas del cuadro. Conviene plantearse este tipo de ejercicios antes de iniciar el manchado sobre la tela. 2. Se pinta directamente sobre el cuadro sin necesidad de un dibujo previo. A partir del esquema inicial se plantean las principales masas de color en torno al tronco del árbol. 3. A continuación, se pinta el cielo con azul cerúleo y blanco. Con ocre se define el límite del primer plano. Los edificios del fondo se esquematizan con formas poligonales rebajadas con mucho blanco. 4. El terreno que rodea el árbol se pinta con ocre manchado de diferentes tonalidades de verde. En la derecha se aumenta el contraste de la sombra de color siena con una aportación de sombra tostada. 5. En este detalle se puede observar la composición cromática de la sombra del árbol sobre el suelo. Los colores utilizados son ocre, verde y azul. 6. A partir de la mancha del tronco del árbol se inicia el dibujo de las ramas. Debe utilizarse un pincel fino, sin absorber demasiada pintura. Los contrastes de las sombras se logran con sombra tostada, violeta y blanco. 7. Se pintan las zonas de sombra del árbol y se completa el entramado de ramas. El resto de los árboles se solucionade forma muy sintética: una mancha de verde claro para la zona de luz, verde oscuro para la sombra y azul para dar sensación de volumen. EJERCICIO 11 ÁRBOLES Y HOJAS SECAS (acrílico) Las posibilidades del medio acrílico son tan extensas que su aplicación trasciende los límites de una sola técnica. A veces se puede realizar una pintura completamente plana sin variaciones tonales; otras, se puede lograr una rica paleta tonal que compite perfectamente con el óleo. En este ejercicio se plantea una perspectiva de un solo punto de fuga, formada por un arbolado a ambos lados de las líneas de perspectiva. La principal complicación reside en la ubicación de los árboles, cuya separación y tamaño disminuyen a medida que se alejan. Debe prestarse gran atención al color de las hojas secas del camino. MATERIAL • Acrílicos • Pinceles planos y redondos de cerda • Carboncillo • Tela sobre bastidor 15F • Paletina • Bote con agua • Trapos 1. Para tener una correcta idea de la proporción, se divide el cuadro con ejes de simetría y se encaja la forma del camino. A ambos lados de éste se esquematizan los troncos. 2. Las primeras manchas que se realizan son las que dan forma al desnivel entre el verde de árboles y arbustos y el camino cubierto de hojas secas. Se utilizan colores verdes y grises muy luminosos. 3. Con colores cálidos derivados del sombra tostada y del siena se comienza a manchar la hojarasca del camino. Los árboles se definen a partir de sus zonas de sombra pintadas con gris y sombra tostada. 4. Las hojas secas se insinúan con pequeñas pinceladas que combinan tonalidades rosadas y violáceas. Es importante tener en cuenta el tamaño y grosor de la pincelada para dar sensación de profundidad. 5. Se aumentan los contrastes en las hojas secas. Con ocre, bastante blanco y algo de sombra natural se pinta la parte iluminada de los troncos. Se recortan los árboles a medida que se pinta el cielo con blanco, violeta y algo de rosa. 6. En este detalle se puede observar cómo está constituido el manto de hojas secas. 7. Una vez se ha pintado el cielo, se trazan las ramas más finas y se aumentan los contrastes de las zonas de sombra. EJERCICIO 12 PINO (acuarela) La complejidad en la representación de un árbol puede llegar hasta donde lleguen los límites del pintor. La aparente sencillez de la acuarela sólo se logra tras mucha práctica y dominio del medio. En este ejercicio se propone la realización de un pino con un fondo de vegetación muy tupida; se trata de un ejercicio complejo, por lo que conviene estudiar detenidamente cada uno de los pasos que lo conforman. Los tiempos de secado son fundamentales en la técnica de la acuarela, así como el respeto de las zonas más luminosas. Recuérdese que la acuarela no permite pintar un color claro sobre otro oscuro, sino que los tonos claros deben quedar acotados por los más oscuros. MATERIAL • Acuarelas con paleta • Lápiz de grafito 2B • Papel de acuarela de grano medio • Papel absorbente • Bote con agua • Pinceles redondos de pelo de buey, y paletina sintética 1. Se esquematiza la forma del tronco y de las ramas del árbol, y sobre éstas se esboza la copa, dividida en varios planos circulares. Se empieza a manchar la copa sobre el fondo seco con amarillo dorado algo manchado de verde luminoso. 2. Se manchan también de amarillo las zonas más luminosas de la vegetación. En la copa del árbol, sobre la primera aguada casi seca se pintan contrastes de color verde, gris y siena. 3. Sobre el tronco pintado de siena muy claro ya seco, se empiezan a pintar las sombras de la corteza. El fondo oscuro recorta el árbol del fondo. Con variedad de verdes y siena se da forma a los volúmenes de la copa del pino. 4. Se pinta la corteza del árbol con pequeñas pinceladas de sombra natural y siena. Los contrastes más oscuros de la copa dan forma a las masas de pinaza más luminosas. 5. Las ramas más pequeñas se realizan con finos trazos que parten de las más gruesas. Se inicia la vegetación del primer término con diferentes tonos de verde, esperando los tiempos de secado entre las zonas, que no se deben mezclar. 6. Se aclara la parte iluminada del tronco con unas pinceladas húmedas y limpias. Se concluye el primer término por zonas, dejando que el color se fusione por la humedad. 7. Se finaliza la vegetación del fondo añadiendo una gran variedad de tonos verdes que contrastan y recortan las zonas más claras ya secas. CONSEJOS PARA PINTAR ÁRBOLES El manchado con óleo En la representación de la vegetación con óleo, un primer manchado permite situar planos más amplios sin determinar los detalles más concretos. Digamos que el manchado del cuadro antecede a una posterior definición del detalle de colores o tonos que definen las zonas concretas del árbol, así como sus detalles. Tenemos que respetar parte de esta primera base de mancha (la aproximación del color respirará entre las capas posteriores de pintura y entre los detalles que definan las formas de hojas y ramas). La función del lápiz en la acuarela Con acuarela se hace imprescindible un encaje a lápiz minucioso de las formas. La transparencia de este medio siempre nos deja ver las manchas oscuras por debajo de las claras; así pues, tenemos que prever cuáles serán los máximos puntos de luz, dejando en reserva tales zonas como blancos puros. Un primer trabajo con acuarela transparente marca el cromatismo de base, que podrá enriquecerse posteriormente tanto en seco como con el fondo húmedo. El lápiz es la guía de cualquier trabajo con acuarela. Recursos con pastel La técnica del pastel es rápida y fresca; hemos de disponer de una amplia gama de colores. Sin difuminar, iremos pintando las sucesivas capas de color. Primero el manchado general, después el contraste del tronco y de las ramas; los últimos detalles se realizan opacos pero difuminando lo mínimo. TÍTULOS DE LA COLECCIÓN 1 - Acuarela 2 - Paisaje 3 - Óleo 4 - Bodegón 5 - Dibujo 6 - Figura 7 - Lápices de colores 8 - Flores 9 - Pastel 10 - Animales 11 - Retratos 12 - Marinas 13 - Acuarela/2 14 - Óleo/2 15 - Desnudo 16 - Paisaje urbano 17 - Árboles 18 - Acrílico 19 - Perspectiva 20 - Cielos 21 - Luz y sombra 22 - Animales salvajes 23 - Rostros y expresiones 24 - Agua 25 - Guache 26 - Espátula 27 - Paisaje/2 28 - Texturas 29 - Flores y jardines 30 - Figura en movimiento 31 - Caricaturas 32 - Drapeados 33 - Transparencias 34 - Carnaciones 35 - Pintura china 36 - Sumi-e: la aguada japonesa Cover Page Cubierta Portadilla Derechos de autor Sumario Introducción Ejercicio 1: Apunte con carboncillo Ejercicio 2: Limonero (pastel) Ejercicio 3: El árbol en el paisaje (guache) Ejercicio 4: Árboles con lápices acuarelables Ejercicio 5: Árboles en paisaje nevado (acuarela) Ejercicio 6: Árboles en una ribera (acrílico) Ejercicio 7: Un almendro con contraste (óleo) Ejercicio 8: Gama cromática fría (óleo) Ejercicio 9: Acantilado (rotuladores y acuarela) Ejercicio 10: Estudio de la sombra de un árbol (óleo) Ejercicio 11: Árboles y hojas secas (acrílico) Ejercicio 12: Pino (acuarela) Consejos prácticos para pintar árboles
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