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Analisis libro el principe

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Análisis del Libro:
"El Principe" de Nicolas Maquiavelo.
Durante los primeros capítulos Maquiavelo clasifica los tipos de principados, según su opinión, y las 
características y exigencias de cada uno, que determinan las medidas a tomar por el nuevo 
gobernante para garantizar su poderío. Estos principados son los hereditarios , lo que significa que 
son los mas fáciles de conservar, y los nuevos, se llaman mixtos. Estos dos últimos se caracterizan 
por la forma de adquirirse y que puede ser: por medio de las armas propias y talento personal, que 
son los mas seguros; por medio de armas y fortunas de otros, que son inseguros; por medio de 
crímenes y los últimos que son por medio del favor de los conciudadanos, que es llamado principado
civil y que es impuesto ya sea por el pueblo o por los nobles, según que la ocasión se presente a 
unos o a otros. Concluye que un príncipe debe vivir en la nueva provincia para asegurar la posesión 
al identificar desórdenes a tiempo, integrar colonias y desaparecer por completo a la dinastía 
derrotada para evitar levantamientos, además de cuidarse de extranjeros poderosos que puedan 
intentar una sublevación.
Respecto a los tipos de gobiernos, considera dos: los asistidos por siervos, donde el príncipe tiene
mayor autoridad y le serán fieles si no los oprime, y el asistido por nobles, siempre fáciles de
sobornar por su descontento; el consejo al gobernante es recordar que no puede cambiar a todos
sus súbditos, pero sí puede cambiar o crear nuevos nobles.
Para gobernar plenamente a una ciudad o principado que antes de la conquista se regía por sus 
propias leyes, contempla tres reglas: primero, destruirlo; después, radicar en él; finalmente, regirlo 
por sus propias leyes, obligarlo a pagar tributo e integrar un gobierno con pocas personas de entre 
sus mismos ciudadanos. El gobernante que menos confía en la suerte conserva mejor su conquista. 
Imponer nuevas leyes es difícil y peligroso, por lo que debe hacerse con habilidad. Es fácil convencer
al pueblo de algo, pero difícil mantenerlo en la convicción. El príncipe nuevo debe deshacerse de 
enemigos, conquistar amigos, hacerse amar o temer de los súbditos, hacerse respetar y obedecer 
por sus ejércitos, disolver milicias infieles, reemplazar antiguas leyes y conservar la amistad de los 
poderosos. Para conservar el poder, los actos criminales deben ejecutarse de una sola vez para 
evitar intranquilidad y desconfianza.
Los problemas que afronta Maquiavelo no son problemas abstractos que se ponen en el plano de las
categorías universales (moral, religión) sino problemas unidos a la solución de una situación política 
concreta. Por esto “El Príncipe” se centra en la figura del príncipe nuevo como la única que pueda 
deshacer de manera adecuada la compleja trama de la crisis italiana.
 Por lo tanto el Estado, es la única fuerza sobre la que apoyarse, y el hombre (malvado por 
naturaleza, sin ninguna virtud sobre la que alzarse) se reduce a ser “ciudadano”, un simple “animal 
político”, al cual se puede juzgar por su grado de sociabilidad y por sus virtudes cívicas.
 La obra de Maquiavelo es una teoría del Estado, es decir de las formas de organización que 
permiten al hombre (venciendo su egoísmo instintivo) vivir en sociedad, vivir sin que el bueno pueda 
ser aplastado por el malo. De ahí su insistencia en el término “virtud” ya que le da un nuevo 
significado con una nueva carga moral (vitalidad, energía…). Esta virtud es la que distingue al 
verdadero hombre, al ciudadano, al hombre de estado, al príncipe, en definitiva.
Maquiavelo, resalta la diferencia entre tirano y príncipe, considerando tirano al que gobierna en 
beneficio propio y príncipe el que lo hace buscando los intereses del estado y de la colectividad. Por 
eso aconseja la violencia, la crueldad… pero solo cuando sean necesarias y en la medida en la que 
sean necesarias. La mayor parte de los dictadores han malinterpretado la figura del príncipe 
queriéndose comparar al personaje de Maquiavelo cuando en realidad por la definición que este nos 
hace, son tiranos.
El príncipe antes de ser gobernante ha sido hombre, y como todos los hombres es malvado, egoísta,
voluble etc.; pero ha sabido, en el momento adecuado, adaptarse a la situación que le exige erigirse 
como líder para dejar de ser un simple ciudadano. El hombre del pueblo no se preocupa por 
contener sus emociones y sus pulsiones, es “libre” de actuar en función a sus propias necesidades, y
por eso puede ser juzgado por su grado de sociabilidad y sus virtudes cívicas. Sin embargo el 
gobernante está atado a la moral pública que le exige una forma de comportamiento muy estricta, de
la cual no le está permitido salirse. Posiblemente en muchas ocasiones, por ser también hombre, 
tenga la necesidad de transgredir sus propias leyes: ahí es cuando surge el dilema, y es donde tiene 
que prevalecer el interés público al privado para no caer en la tentación de anteponer sus 
prevalencias a las del pueblo. La persona que ha decidido tomar la iniciativa de llevar un pueblo, 
debe saber a lo que se expone, a lo que tiene que renunciar para ser un buen gobernante. Si no está
dispuesto a ello no debería plantearse ningún dilema, y podría seguir siendo un ciudadano mas, un 
hombre común que lleva a cabo sus intereses sin intervenir en los de los demás. 
Parecería que “el Príncipe” es concebido por Maquiavelo como una víctima de su posición, obligado
a comportarse de determinadas maneras debido a la maldad de los demás, dispuestos a condenarse
con tal de cumplir con su deber y mantener en vida el Estado. Esa moral cruel que le aconseja al
príncipe está en función del bienestar de los hombres, que no es posible sin la existencia de un
estado ordenado y tranquilo, seguro de los enemigos externos y no “desordenado” por los enemigos
internos.
Maquiavelo considera correcto de una manera diametralmente opuesta, en vez de teórica, de una 
manera práctica. Propone una ética pragmática, fría, más que un ideal, un día a día, expresada en
su máxima “El fin justifica los medios” es decir no importa cómo se logre mientas que se logre.
Considero la frase aplicable, pero con ciertas restricciones:
• Siempre y cuando los medios no contradigan el fin.
• Y el fin (sus beneficios u objetivos) sea muy poderoso.
 Concluye que la fortuna sólo rige la mitad de los resultados, y la otra mitad la determinan los actos 
humanos. Es preferible ser impetuoso y no cauto, pues la fortuna varía.
Opinión personal sobre el libro:
A mi entender, el contenido del libro "El Principe", que es mas que nada un análisis de como funciona
un Estado, sirvió mucho de guía en los gobiernos de su tiempo y que incluso alguno que otro de sus 
principios podrían ser útiles en las sociedades actuales. Por lo cual me pareció un libro muy 
interesante de leer, aunque es un poco difícil de comprender en algunas de sus partes.

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