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caPíTulo 3 | Ingesta: los nutrientes y su metabolismo 111 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to ri za ci ón e s u n de lit o. Las fases finales de la deficiencia de hierro incluyen anemia hipocrómica y microcítica. La anemia se puede corregir aportan- do suplementos en dosis elevadas en forma de sulfato ferroso o gluconato ferroso hasta que los parámetros sanguíneos vuelvan a la normalidad. Para prevenir el empeoramiento de la deficiencia de hierro se debe asesorar a los pacientes sobre una dieta que tenga una cantidad adecuada de hierro. La deficiencia de hierro puede deberse a lesión, hemorragia o enfermedad (p. ej., hemorragia por anquilostoma, enferme- dades digestivas que interfieren con la absorción del hierro). También se puede agravar por una dieta desequilibrada que contenga cantidades insuficientes de hierro, proteínas, folato y vitamina C. La anemia típicamente se produce por una cantidad insuficiente de hierro en la dieta o por una absorción defectuosa del hierro. Las mujeres atletas, especialmente las corredoras de campo a través y las que realizan deportes de resistencia, con frecuencia tienen deficiencia de hierro en algún momento de su entrena- miento si no toman suplementos de hierro o si no siguen dietas con elevado contenido en hierro. La vía de pérdida adicional de hierro en mujeres con amenorrea atlética puede corresponder al tubo digestivo; las pérdidas pueden aumentar durante los perío- dos estresantes de entrenamiento. Parece que sin suplemento, cuanto mayor sea la intensidad del entrenamiento más baja será la concentración de hierro en mujeres. Toxicidad La principal causa de sobrecarga de hierro es la hemocromatosis hereditaria, mientras que la sobrecarga de hierro por trans- fusión es infrecuente. Se puede ver esta última en pacientes con enfermedad drepanocítica o talasemia mayor que precisan trans- fusiones por su anemia. La sobrecarga de hierro está asociada a un gen diferenciado que favorece la absorción excesiva de hierro si hay hierro disponible en la dieta. Ambas están relacionadas con una disminución de las concentraciones de hepcidina (Nemeth y Ganz, 2009). Los parámetros químicos característicos de la sobrecarga de hierro se muestran en el cuadro 3-7. Las transfusiones de sangre frecuentes y la ingestión a lar- go plazo de mucho hierro pueden originar una acumulación anormal de hierro en el hígado. La saturación de la apoferritina hística con hierro se sigue de la aparición de hemosiderina, que es similar a la ferritina pero con más hierro y es muy insoluble. La hemosiderosis es una enfermedad por almacenamiento de hierro que aparece en personas que consumen cantidades muy grandes de hierro y en las que tienen un defecto genético que provoca una absorción excesiva de hierro. Si la hemosiderosis se asocia a lesión hística, se denomina hemocromatosis. Véase el capítulo 33. Es posible que los suplementos con hierro no sean beneficio- sos en las mujeres posmenopáusicas y ancianas por el aumento del riesgo de cardiopatía y cáncer; el hierro contribuye a la crea- ción de un ambiente favorable a la oxidación del colesterol de las LDL, los daños a los vasos arteriales y otros efectos adversos. Por otra parte, el exceso de hierro puede favorecer la producción de radicales libres que atacan moléculas celulares, lo que incremen- taría el número de moléculas posiblemente carcinógenas en el seno de la célula. Es preciso confirmar estos supuestos vínculos entre el hierro y ciertas alteraciones. cinc El cinc está distribuido de forma abundante en todo el cuerpo humano y ocupa el segundo lugar después del hierro entre los oligoelementos. El cuerpo humano tiene aproximadamente 2 a 3 g de cinc, y las mayores concentraciones están en el hígado, el páncreas, el riñón, el hueso y los músculos. Otros tejidos con concentraciones elevadas incluyen diversas partes del ojo, la glándula prostática, los espermatozoides, la piel, el cabello y las uñas. El cinc es principalmente un ión intracelular, que actúa asociado a más de 300 enzimas diferentes de diversas clases. Aun cuando el cinc sea abundante en el citosol, prácticamente todo está unido a proteínas, aunque está en equilibrio con una pequeña fracción iónica. La forma más fácilmente disponible de cinc aparece en la carne de los animales, particularmente en las carnes rojas y las carnes de ave. La ingesta de carne es con frecuencia baja en los preescola- res, normalmente se debe a que las carnes son desplazadas por alimentos basados en cereales, leche y productos lácteos, que los niños tienden a preferir. Esta observación llevó al enriqueci- miento de los alimentos de lactantes y niños, especialmente los cereales, con cinc. La leche es una buena fuente de cinc, pero las elevadas ingestas de calcio con la leche pueden interferir con la absorción del hierro y del cinc (v. los estudios de biodisponi- bilidad). Los fitatos de los granos enteros en los panes ácimos pueden limitar la absorción del cinc en algunas poblaciones. La OMS puso de relieve que la deficiencia de cinc es uno de los 10 principales factores que contribuyen a las enfermedades en los países en desarrollo (Shrimpton et al., 2005). Es menos probable que la deficiencia sea problemática en los países occidentales, donde el pan, los alimentos para el desayuno y otros alimentos realizados con cereales están hechos principalmente con granos refinados y típicamente están enriquecidos. absorción, transporte, almacenamiento y excreción La absorción y la excreción del cinc están controladas por me- canismos homeostáticos poco conocidos. En el mecanismo de la absorción participan dos vías. Un mecanismo transportador saturable que actúa con mayor eficacia con ingestas bajas de cinc, cuando las concentraciones luminales de cinc son bajas, y un mecanismo pasivo que supone movimiento paracelular cuando la ingesta de cinc y su concentración intraluminal son elevadas. La solubilidad del cinc en la luz intestinal es crítica, pero los iones de cinc suelen estar unidos a aminoácidos o a péptidos cortos en la luz, y los iones se liberan en el borde en cepillo para su absorción mediante el mecanismo transportador (familia hZIPI). El paso de entrada de la absorción a través del borde en cepillo es seguido por la unión de los iones de cinc a la metalotioneína y a otras proteínas dentro del citosol de la célula absortiva. La metalotioneína transporta el cinc (mediante movimiento trans- celular) hasta el borde basolateral para el paso de salida desde la célula absortiva hasta la sangre. El paso de salida se produce cuadro 3-7 Síntomas de la sobrecarga de hierro (hemocromatosis) Acumulación anormal de hierro en el hígado Concentración hística excesiva de ferritina Elevación de la concentración sérica de transferrina Oxidación del colesterol-LDL Complicaciones cardiovasculares LDL, lipoproteínas de baja densidad. Parte 1 - Valoración de la nutrición Capítulo 3 - Ingesta: los nutrientes y su metabolismo Microminerales (oligoelementos) Hierro Toxicidad Cinc Absorción, transporte, almacenamiento y excreción
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