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pensaba en una adaptación de la enzima al medio, pero se sabe que es distinto. Este incremento en la síntesis es ocasionado, fundamentalmente, por el propio sustrato sobre el que la enzima actúa; al aumentar los requerimien- tos de ésta se modifican los mecanismos regulado- res de la síntesis proteica, que se incrementa de forma específica, aunque hay enzimas inducibles y otras que no lo son. Una inducción enzimática sugiere la presencia aumentada de determinados sustratos o mecanismos bioquímicos. Según la teoría de Jacob y Monod, el agente inductor o uno de sus metabolitos se une al llama- do gen regulador o represor que controla al gen operador responsable de la síntesis de la enzima; al quedar libre éste se sintetiza más ARN-m y, conse- cuentemente, mayor número de moléculas de la enzima (Fig. 5.4). La inducción por el sustrato (autoinducción) es uno de los mecanismos del pro- ceso de tolerancia a los fármacos. Los fumadores requieren mayores dosis de teofilina o de otros medicamentos, para que les sean efectivos, al igual que ocurre a los alcohólicos con los anticoagulan- tes orales o la difenilhidantoína. Hoy se conocen muchas interacciones medicamentosas o, al con- trario, fallos terapéuticos mediados por mecanis- mos de inducción enzimática. Parece ser que no solamente el sustrato xeno- biótico o sus metabolitos puede actuar como inductor, sino también otras sustancias y numero- sas hormonas, como ACTH, somatotropina, tiroxi- na, aldosterona, glucocorticoides, andrógenos, estrógenos, progesterona, hormona paratiroide, insulina, eritropoyetina, etc. También los metales son inductores enzimáti- cos, como los siguientes ejemplos: — Inducción de la glutatión peroxidasa, gam- ma-glutamil cisteína sintetasa y glutatión- disulfuro-reductasa por el selenio. — Inducción de la síntesis de metalotioneína por cadmio, zinc y arsénico. — Inducción de hemooxigenasa por metales como: Co, Cu, Cr, Mn, Fe, Ni, Zn, Cd, Hg, Pb y Se, con la consiguiente influencia sobre la síntesis y degradación de metaloporfirinas que controlan, mediante una inicial represión de la ácido gammaaminolevulínico sintetasa (ALA-S) y posterior inducción de la hemoo- xigenasa. Muchos de los hallazgos en este campo se han efectuado en el curso de estudios de la nueva rama de la ciencia conocida como Farmacogenética, que se preocupa de conocer las diferencias individua- les, genéticamente determinadas, de comporta- miento frente a los fármacos. Estas diferencias se manifiestan tanto en cuanto a la actividad terapéu- tica, como en las respuestas adversas a los medica- mentos. El origen de las discordancias puede encontrarse en diferente susceptibilidad de los receptores celulares o en distinta capacidad meta- bólica, revelada en aspectos cualitativos y cuantita- tivos, de procesos de transformación y eliminación de sustancias de capacidad farmacodinámica. Sabemos que la capacidad metabólica está influida por el sexo; pues bien, Wittaker y Evans (1970), efectuando estudios de farmacogenética, mediante determinaciones de la vida media de la fenilbutazona en diferentes sujetos, encontraron marcadas correlaciones entre maridos y mujeres. Esto sugirió la posibilidad de que las enzimas metabolizantes de la fenilbutazona hubiesen esta- do estimuladas por contaminantes ambientales, insecticidas, aditivos alimentarios, medicamentos y otros posibles inductores enzimáticos, propios de cada ámbito familiar. Para comprobar el aserto, sometieron a trata- miento a los restantes miembros familiares con fenobarbital, uno de los más potentes inductores conocidos, y se vio que la vida media de la fenilbu- tazona llegaba a ser prácticamente igual en todos los individuos. La incidencia de plaguicidas, hidrocarburos policíclicos, aminas policíclicas y numerosos eflu- vios industriales puede equipararse a la de un trata- miento con inductores enzimáticos que multiplica por un factor hasta de 10 la actividad de las enzi- mas metabolizantes. Desde hace tiempo se conocen ejemplos del fenómeno, entre otros, los fallos que la píldora anticonceptiva experimenta en mujeres consumi- doras de barbitúricos o especialmente expuestas al DDT, sustancias que activan la eliminación de los estrógenos. Por el contrario, insecticidas del tipo de los arilimidazoles parecen ser los más potentes inhibidores conocidos de la hidroxilación del estradiol y etinilestradiol, por lo que afectan fuer- temente a la eliminación de las hormonas estrogé- nicas (Bolt y Kassel, 1976), incrementando su per- manencia en el organismo. 148 TOXICOLOGÍA FUNDAMENTAL 05 toxicologia alim 24/11/08 13:20 Página 148
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