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una notable inducción de la enzima en el feto. Esta inducción no se consigue con otras cepas de rato- nes; pero si ambas cepas se someten a pretrata- miento con fenobarbital se logra un incremento de la actividad hidroxilasa en todos los animales. Ello es otra evidencia de que los mecanismos inducti- vos son diferentes para el metilcolantreno y para el fenobarbital. Ahora bien, Pelkonen et al. (1975), al estudiar la cinética de la benzopirenohidroxilasa en el adul- to humano, descubren la existencia de dos enzimas diferentes, mientras que el hígado fetal sólo contie- ne una sola enzima benzopirenohidroxilante. Se ha puesto de manifiesto la posibilidad de inducir ocho monooxigenasas en el hígado y riñón de conejo; de ellas, dos N-acetilarilaminooxigena- sas son inducibles más del doble por el acetilami- nofluoreno y la acetanilida, mientras que otras cuatro monooxigenasas no son inducibles en el hígado, aunque sí en el riñón. En los últimos años se ha dedicado mucha aten- ción a la formación espontánea de N-nitroso-com- puestos por reacción de nitritos con sustancias sus- ceptibles de N-nitrosación, como aminas secundarias y terciarias, entre las que hay algunos medicamentos (aminopirina, antibióticos, etc.), alquilureas y aminoácidos. Muchos productos quí- micos usados en la agricultura, como los fungici- das, herbicidas e insecticidas carbámicos, fertili- zantes ureicos, etc., pueden resultar nitrosados al reaccionar con sustancias con grupos nitrosos. Residuos de estos productos pueden estar pre- sentes en los alimentos de los animales o el hom- bre, y sufrir N-nitrosación en el tracto intestinal, y se sabe que las nitrosaminas formadas se metaboli- zan para originar radicales libres alquilantes de considerable toxicidad. Entre los diversos mecanis- mos que pueden promover estos procesos químicos hay algunos en los que se ha comprobado la partici- pación de enzimas bacterianas (Hawksworth y Hill, 1971). Varios autores han estudiado la nitrosación en estómago, intestino, vejiga urinaria, etcétera. Se han encontrado enzimas nitrorreductasas en el hígado y riñón de los mamíferos, donde, en pre- sencia de NADPH y condiciones anaerobias, redu- cen los grupos nitro de los azocompuestos. Las nitrosaminas son convertidas, por hidroxi- lación enzimática, en α-hidroxi1nitrosaminas; éstas resultan ser agentes alquilantes que pueden ceder uno o más de sus sustituyentes, bien direc- tamente o bien a través de un diazoalcano, una sal de diazonio o un ion carbonio. De la alquilación que estos productos pueden originar en el ARN o en el ADN dependerá la carcinogénesis o la mutagénesis. Algunas nitrosaminas requieren una transforma- ción previa antes de que puedan ejercer sus efectos tóxicos o carcinogénicos; así, la dimeti1nitrosami- na (DMN) ha de sufrir una desmetilación microsó- mica. Como consecuencia de esto, en animales deficientes en proteínas, cuyo arsenal enzimático está lógicamente reducido, la DMN es casi la mitad de tóxica para el hígado, pero, por el contrario, al disminuirse, por el mismo motivo, la eliminación del producto, los animales de experimentación pre- sentan mayor incidencia de tumores renales. También existen numerosas evidencias de pro- cesos de inhibición enzimática originados por con- taminantes del medio. Ratas tratadas con benceno y tolueno muestran un incremento en el peso del hígado, pero experi- mentan disminución de la fracción proteica sobre- nadante a 9.000 G, que es la fracción del homoge- nado hístico donde se concentra la mayor capacidad activa microsómica. Se observa también disminución de la actividad de la amidopirina N-desmetilasa y de la capacidad de peroxidar lípidos. Igual efecto produce el tetra- cloruro de carbono; sin embargo, la diferencia enzimática puede evitarse con pretratamiento con fenobarbital, aunque no con 3-metilcolantreno. La mayoría de los inhibidores dejan sentir su efecto casi inmediatamente pero se ha visto que algunos, como el ácido p-aminosalicílico o la clo- rotetraciclina, requieren casi una semana. El monóxido de carbono inhibe el citocromo P-450, y ocurre que atmósferas con sólo un 2 por 100 de CO bloquean in vivo la hidroxilación de la anilina y la desmetilación oxidativa de la amidopi- rina; ante esto, es lícito pensar en otras numerosas interferencias que la contaminación ambiental ha de producir en los procesos biológicos de oxido- rreducción. Por otro lado, sustancias ambientales de carácter inductor pueden interferir la acción de otros induc- tores. Así, animales expuestos a insecticidas como el DDT y el clordano pueden no sufrir estimulación al ser tratados con reconocidos inductores; anima- les enjaulados sobre serrín de pino experimentaron ya inducciones debidas a los productos de la resina, FENÓMENOS DE INHIBICIÓN, ACTIVACIÓN E INDUCCIÓN ENZIMÁTICAS 155 05 toxicologia alim 24/11/08 13:20 Página 155
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