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el oxígeno); la formación de carboximioglobina, y particularmente la de carboximiocardioglobina, incluso frente a niveles de sólo 6 % de COHb, en individuos con trastornos cardíacos previos, puede originar alteraciones de ritmo e isquemia de mio- cardio. De hecho, se admite que la mortalidad agu- da por CO se debe normalmente a disritmias ven- triculares. La afectación muscular se detecta en el análisis clínico por elevación en suero de la creatinquinasa (CK); en ocasiones se produce rabdomiolisis. d. El CO actúa como neuromensajero y activa a la guanilciclasa, que participa en la relajación del músculo liso, y se produce vasodilatación. También, como hemos dicho, libera al NO de las plaquetas, que es un potente vasodilatador. Como consecuencia de ambas acciones, tiene lugar hipo- tensión arterial, que puede originar síncope, pérdi- da de consciencia y empeoramiento del intoxi- cado. Mediante experimentación con animales se ha encontrado mejor correlación entre las lesiones en la sustancia blanca cerebral y la hipotensión que con el porcentaje de COHb. La peroxidación lipí- dica en las células cerebrales se desarrolla una hora después de superado el síncope y la hipoten- sión, tiempo necesario para que el estrés oxidativo, que se inicia con la reperfusión, se manifieste con destrucción de mitocondrias. Además, el CO provoca un incremento de gluta- mato, aminoácido excitador del SNC, el cual indu- ce liberación del calcio intracelular, que desenca- dena la cascada de daño retardado neuronal. Las secuelas retardadas (semanas después de la exposición) incluyen lesiones en la sustancia blan- ca cerebral, que pueden objetivarse por tomografía axial computarizada (TAC) y en la autopsia, donde pueden apreciarse zonas de necrosis. Los indivi- duos sobrevivientes de intoxicaciones graves sue- len presentar secuelas retardadas neurológicas y neuropsiquiátricas. Se consideran factores de riesgo la edad tempra- na (niños pequeños) y la superior a 50 años, así como enfermedades cardiovasculares y pulmo- nares. La determinación analítica de carboxihemoglo- bina en sangre total puede realizarse por espectro- fotometría visible y por coximetría (en el análisis general de oxihemoblogina, metahemoglobina, etc.); mediante acidificación de la muestra de san- gre se libera el CO, que se puede valorar mediante espectrofotometría infrarroja o por cromatografía gaseosa. Una correlación aproximada entre la concentra- ción de carboxihemoglobina, expresada como por- centaje en relación con la hemoglobina total, y la situación circunstancial y clínica del sujeto, es la siguiente: < 2 %: no fumadores, vecinos rurales, 2-4 %: fumadores pasivos, 5-10 %: fumadores, 12-20 %: intoxicación leve a moderada; cefaleas, etc. (simula gripe), 20-30 %: intoxicación aguda (simula intoxicación etílica), 50-70 %: coma, >70 %: muerte rápida. En los cadáveres de los quemados con frecuen- cia no se encuentra una carboxihermoglobina alta, como sería de esperar, en cuyo caso la muerte sue- le atribuirse a inhibición respiratoria o a shock. El mejor procedimiento terapéutico de la intoxi- cación por CO, después de separar al intoxicado de la atmósfera contaminada y hacerle respirar aire rico en oxígeno, es introducirle en una cámara hiperbárica (pulmón de acero), con alta presión de oxígeno para que desplace al CO, conforme a la ley de acción de masas. a.2. Formación de metahemoglobina. Los oxi- dantes débiles (como los nitritos y las aminas) son capaces de oxidar el hierro bivalente (Fe2+) de la hemoglobina y pasarlo a trivalente (Fe3+), dando lugar a la metahemoglobina (MetHb). Esta forma de hemoglobina no es útil para el transporte de oxígeno, por lo que las células del organismo experimentarán hipoxia. Normalmente, a causa de los tóxicos que se absorben, en el ser humano hay un 2 % de hemoglobina en forma de metahemoglo- bina. a.3. Rotura de hematíes: hemólisis. La forma- ción de metahemoblobina por los oxidantes y la alteración del equilibrio de oxidación-reducción dentro del glóbulo rojo pueden conducir a la rotura de éste, y por tanto a su incapacitación para trans- portar el oxígeno. Esto ocurre, por ejemplo, en la intoxicación con arseniuro de hidrógeno o arsina (AsH3), cuyo meca- nismo de toxicidad es diferente al de los restantes 228 TOXICOLOGÍA FUNDAMENTAL 07 toxicologia alim 24/11/08 14:09 Página 228
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