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ANALISIS DEL LIBRO EL MAESTRO Y LOS NIÑOS

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Análisis del libro
El maestro y los niños: La humanización del aula
Ana teresa León
Capítulo 1. La educación humanística.
En el enfoque humanístico al igual que en el constructivismo, en el proceso de enseñanza- aprendizaje 
es básica la relación maestro-alumno, considerándolo un encuentro persona a persona, donde a través 
del diálogo se generan los procesos de enseñanza-aprendizaje, donde el maestro es un mediador o 
facilitador del mismo. 
Planteándose como uno de los retos retomar los intereses de los alumnos, y su individualidad, lo que 
requiere una mayor comunicación, estrategias y recursos de parte del maestro, para incentivar y 
mantener la participación de los alumnos creándose así un clima de aula positivo.
Aunado a lo anterior, Ana Teresa León recalca que la idea central del humanismo es el desarrollo de la 
persona, lográndose a través del fomento y práctica de los valores.Así, el maestro permite que el 
alumno se apropie de los conocimientos cuando participa activamente dentro de este proceso, 
superando la simple repetición de los conceptos y logrando que el alumno los relacione con su vida 
diaria y al mismo tiempo permitiendo a los alumnos crecer como personas en el encuentro con otros.
Por otra parte existen ciertos principios básicos del humanismo definidos por Tapia (1985), mencionados
por León (2004:14), sobre los cuales hemos creado un enlace con las observaciones realizadas, eligiendo
cuales se han visto presentes en su mayoría en ambos grupos. 
El primer principio observado claramente es el que indica que “La motivación es intrínseca y procura la 
autorrealización de la persona, como la expresión máxima de su potencial humano, por ende la persona 
adopta aquellos valores que considera favorables y rehuye aquellos que ve como negativos” (León, 
2004: 15). 
Relacionado al aspecto anterior, hemos visto como en el nivel de transición la docente les motiva a los 
niños a través de palabras positivas y halagadoras, permitiéndoles ser conscientes de sus capacidades, 
habilidades y destrezas, a la vez, les brinda una guía de mejoramiento sobre esas áreas débiles. Por 
ejemplo, a un niño de la clase se le dificulta mucho la escritura, por lo tanto se desanimaba cada vez 
que debía de hacerlo, a lo que la docente actuaba con anticipación, se acercaba al niño, le decía lo bien 
que se había portado, lo capaz que era y lo lindo que podía realizar los trazos sí se lo proponía. El niño 
inmediatamente cambiaba de semblante e iniciaba con su trabajo. 
Este es un ejemplo de cómo la motivación colabora en la autorrealización del niño y a la vez en la 
superación de dificultades, colocándolo en una posición totalmente libre de tomar la decisión y actitud 
que crea conveniente. 
Aunado a la anterior vimos reflejada el principio en el que “el desarrollo socio-afectivo influye en forma 
muy importante en la persona”(2004:15). En ambos niveles hemos visto cómo las relaciones sociales 
afectan directamente a la efectividad de trabajo de aula de los niños, el hecho de haberse enojado con 
algún otro niño puede provocar que se aislen o rechacen la idea de elaborar algún proyecto, es aquí 
donde se refleja la dimensión que poseen las relaciones socio-afectivas.
Lo anterior también se encuentra relacionado con el principio que menciona que “el desarrollo es el 
resultado que se da entre el hombre y el mundo(...)” (2004:15). Esto de igual forma enlaza las relaciones
sociales, permitiendo así, una satisfacción de pertenencia que motiva a realizar las cosas de la mejor 
manera. 
El humanismo plantea el desarrollo del ser humano en todas sus dimensiones, a través de los valores, 
autorrealización y educación moral, lo cual presenta gran congruencia con los fines de la Educación 
Preescolar del Plan de Transición, los cuales son:
Proteger la salud del niño y estimular su crecimiento físico-armónico.
Fomentar la formación de buenos hábitos.
Estimular y guiar las experiencias infantiles.
Cultivar el sentido estético.
Desarrollar actitudes de compañerismo y cooperación.
Facilitar la expresión del mundo interior infantil.
Estimular el desarrollo de la capacidad de observación.” (MEP, 1995)
Vemos como de una u otra forma el plan de transición contempla en su dimensión teórica el enfoque 
humanístico, promoviendo una concepción integral sobre la formación del niño costarricense, en sus 
aspectos físico, intelectual, social y emocional; propiciando además su autonomía, iniciativa y 
creatividad, así como la formación de hábitos, valores, destrezas, habilidades necesarias para el 
desempeño escolar y su plena autorrealización como ser humano.(MEP, 1995:).
Sin embargo, es válido dudar sobre el cumplimiento práctico de esta teoría, ya que a lo largo de la 
carrera hemos visto como en definitiva son pocos los centros educativos que lo promueven, quizás se 
encuentre más presentes en el sector público, ya que a como sabemos el privado se encuentra un poco 
desligado del Ministerio de Educación Pública, lo cual afecta grandemente, ya que no se asegura la 
misma calidad de educación integral igualitaria, creando una brecha entre ambos sectores. 
Los anteriores principios son de gran importancia en la educación integral del niño y la niña, creemos 
que tal ya como lo indica la lectura estos principios deberían de estar presentes si se pretende trabajar 
con un enfoque humanista, con igualdad, sin hacer excepciones entre clases sociales, o bien 
posibilidades económicas. 
Asimismo, aún existen diversos cambios por realizar para el cumplimiento total de este enfoque, la 
autora los deja muy claros en la lectura sin embargo algunos llamaron nuestra atención por la presencia 
en las aulas en que laboramos o bien en donde observamos.
El más presente y el que creemos que con su cumplimiento vendría a solucionar los demás, es el que 
indica que “si uno de los principios centrales es que toda persona se encuentra en proceso de 
desarrollo, el sistema educativo tendría que proveer muchas oportunidades para el crecimiento 
personal y profesional de los docentes(...)” (2004:18).
Este probablemente sea uno de los mayores problemas que se encuentran en el país, el estado no 
propicia la constante actualización del docente, lo cual afecta grandemente a la educación que se le 
brinda a los niños. 
Lo ideal sería que el Ministerio de Educación Pública busque lograr un desempeño competitivo en la 
formación de sus alumnos, promoviendo y apoyando la formación integral, pertinente y de calidad de 
sus docentes, porque son ellos los encargados de que este objetivo cumpla su propósito.
El verdadero agente de cambio es el docente y de aquí la necesidad y relevancia de formarlo 
apropiadamente, mantenerlo actualizado y buscando su superación profesional permanente. Es 
necesario tomar conciencia de la necesidad de formar pedagógicamente al equipo docente, tal y como 
lo indica Peralta (2007) “por el importante rol que les corresponde desempeñar como formadores de las
nuevas generaciones,actuando como seleccionadores y mediadores culturales, y siendo a la vez 
articuladores y facilitadores de la labor educativa de otras importantes instituciones y grupos sociales.”
A como lo mencionamos anteriormente, si el Ministerio de Educación cumpliera con este aspecto sería 
más fácil el cumplimiento del enfoque humanista, el cual a nuestro parecer es el adecuado, ya que 
propicia verdaderamente un aprendizaje y desarrollo integral del niño y la niña, insertandolo 
adecuadamente en la sociedad a la que pertenecen teniendo en cuenta las capacidades, necesidades, 
intereses, expectativas y deseos de los niños a fin de mantener su motivación, lograr su implicación y 
fomentar el desarrollo de su autonomía. 
Capítulo 2. El desarrollo y el aprendizaje 
La estrecha relación que existe entre el desarrollo y aprendizaje es un principio básico del cual parte la 
enseñanza. “El desarrollo es un concepto globalizador de múltiples procesos producto de la interacciónde factores de tipo interno (genética, maduración, etc) como aquellos de índole externo (cultura, 
sociedad familia, etc)”. (2004:25)
Esto influye directamente en el aprendizaje de cada individuo, ya que cada uno posee características 
individuales que colaborarán positiva o negativamente en este proceso, a pesar de convivir en una 
misma comunidad o familia.
Por otra parte en cada etapa del desarrollo humano se adquiere una multiplicidad de aprendizajes que 
ayudan a la persona a alcanzar una serie de habilidades, conocimientos y actitudes. Si en estas etapas no
se estimula de forma adecuada, la persona tendrá dificultades para enfrentar los retos venideros, 
repercute en la motivación de permanecer estudiando y más aún, afecta el aprendizaje o desempeño en
un oficio o profesión.
Sin embargo, existe un problema muy marcado en el nivel de preescolar, y es que la mayoría de los 
padre y algunos docentes tienen la concepción de que solo se les prepara para la escuela. lo cual es un 
pensamiento muy errado ya que a como se indica “la etapa preescolar constituye un periodo de 
consolidación y expansión de aprendizajes, en el cual el desarrollo motor fino, lingüístico y cognitivo 
están en su apogeo” (2004: 28).
Es simplemente un proceso dentro del desarrollo integral, el cual debe de vivirse placenteramente, 
propiciando en el niño y la niña la motivación necesaria para poder afrontar lo venidero ya que “De 
acuerdo con los estímulos y experiencia que haya tenido durante esta etapa así llegará el niño o la niña 
al nivel escolar(...) ”(2004:28). Simplemente se trata de quitar ese pensamiento academicista que nos 
han inculcado erróneamente. 
Afortunadamente en las observaciones realizadas hemos como las docentes logran establecer un 
ambiente de paz en sus aulas, promoviendo así en los niños un sentido de pertenencia y una motivación 
positiva, lo cual no ven como obligación, sino, como un deseo de aprender nuevas habilidades al lado de
sus compañeros.
En cierta ocasión un niño no pudo terminar el trabajo asignado, la docente actúa positivamente, no le 
regaño, por el contrario, le indico que al día siguiente tendría un espacio para terminarlo. Este es un 
ejemplo claro de que no se ve el preescolar como academicista ya que si la docente lo viera así le habría 
obligado a terminar el trabajo, incluso comparándolo con la efectividad de los demás. 
Por otra parte, el conocer sobre el desarrollo y sus componentes en definitiva va a producir un 
aprendizaje significativo, por su parte, el desarrollo físico viene siendo una premisa determinante, ya 
que afecta directamente a la capacidad de aprendizaje del niño o la niña. 
El contar con una buena salud va a permitir un adecuado desempeño, de igual forma el poseer un 
aspecto físico agradable ante sus propios ojos va a crear confianza en simos, estos aspectos relacionados
con mucho otros vana a permitir que el niño y niña se desempeñen correctamente.
El docente debe de ser muy cuidadosos con este aspecto, evitar caer en el error de etiquetar al niño 
según su apariencia física, ya que a como lo indica Ana teresa “no se trata de que el adulto no tenga 
derecho a sus propias apreciaciones u opiniones, sino que debe darse cuenta y reconocer sus 
reacciones, en especial cuando la profesión que desempeña es precisamente la formación de los niños” 
(2004:33).
En el nivel de transición de la escuela observada, existe un niño que posee discapacidades físicas, el 
padece de hidrocefalia y espina bífida, sin embargo, posee una determinación y positivismo admirables, 
siempre esta con una sonrisa, atento a participar en todo, esto nos indica que a pesar de su problema es
no se siente ineficiente, al contrario, siempre está dispuesto a colaborar.
La docente por su parte, a nuestro parecer, lo maneja de la mejor manera, a pesar de que sea un poco 
más lento y su motora fina y gruesa este en un nivel bajo de acuerdo a su edad, ella no lo limita a su 
discapacidad, al contrario, le permite ser parte del grupo como igual, crea espacios donde el sea el 
protagonista y transmite al grupo esa cooperación para con él, esto a provocado que los niños y niñas lo
acepten tal y a como es, de igual manera que puedan comprender su enfermedad y es esta forma crear 
una empatía grupal. Es ahí donde se refleja el buen manejo y la incidencia que tienen el desarrollo físico 
en el aprendizaje. 
Rescatamos una frase publicada por la Unicef en su página web, parte del articulo llamado: ¿Por qué es 
tan importante el desarrollo del niño en la primera infancia?
”Resulta de singular importancia atender a los niños y niñas con un criterio holístico mediante la 
prestación de servicios de atención de la salud, suministro de agua y saneamiento ambiental, educación 
y otras actividades que fomenten su desarrollo pleno.” (2008)
Igualmente se encuentra el desarrollo cognitivo, el cual se ve afectado por diversos factores internos y 
externos, los cuales se relacionan entre sí para afectar directamente al niño y niña.
Dentro de componentes internos del desarrollo podemos mencionar la genética, el nivel de maduración,
crecimiento, salud y aspecto físico del niño. Todos estos aspectos influyen directamente en la 
autoestima del niño. 
También afectan el aprendizaje los componentes externos como la cultura, el estrato socioeconómico y 
educativo de la familia, el ambiente familiar, la percepción que tiene la familia, compañeros y maestros 
hacia la capacidad del niño
El ambiente familiar es uno de los factores que más ha llamado nuestra atención, ya que hemos visto 
reflejado en nuestro trabajo, muchos de los niños que poseen problemas de conducta son los que 
forman parte de una familia en la que el ambiente familiar es pesado, quizás por la ausencia de algún 
miembro (madre, padre, ambos), incluso hasta por verse inmersos en una relación lésbica o estrato 
socioeconómico bajo. Esto niños en particular presentan conductas inadecuadas, quizás para indicar que
algo sucede con ellos y que no se sienten bien. 
Es importante como docente estar en constante comunicación con las familias, comprendiendo que “El 
ambiente donde el niño crece va a favorecer o a dificultar la expresión de su potencial.” (Bonet, C y 
Brusa, M. , s.f). Por lo tanto, para poder intervenir acertadamente debemos estar al tanto de lo que 
sucede. 
En una de las observaciones la docente indicaba que ella distingue cada vez que sucede algún problema 
familiar, con un niño en específico, ya que él siempre se comporta muy muy “hablantín”, pero cuando 
algo así sucede , no habla ni se relaciona con nadie. Se refleja claramente que “si el ambiente familiar no
ha sido el adecuado, el niño puede llegar al aula inseguro, ansioso, preocupado por los conflictos de los 
padres” (2004:38)
Es ahí donde radica la importancia de conocer a fondo a nuestros estudiantes, para poder percatarnos 
de cambios de ánimo que puedan dar indicios que alguna situación en especial. Manejando 
correctamente nuestro rol como docentes, podemos comprender cuales son las características de cada 
niño y brindar así estrategias diversas para lo diferentes tipos de aprendizajes, “esto exige que el 
maestro conozca muy bien los procesos cognitivos que paulatinamente van permitiendo que los niños 
construyan los distintos conceptos” (2004: 36).
De igual forma, que propicie a su vez un adecuado desarrollo socioemocional, fomentando así la 
relación entre alumnos-docente y alumnos-alumnos, fortaleciendo la autoestima ya que esto “influye en
forma muy importante, pues según su visión de si mismo asi tendra la voluntad para resistir. superar las 
frustraciones que siempre se dan y continuar aprendiendo en forma entusiasta y positiva” (2004:39 y 
asu vez la satisfacción personal de cada uno, evitando las etiquetas y nombres que los niños no se 
merecen.
Esto se maneja correctamente en las observaciones, las docente corrigen a los niños cuando se dicen 
sobrenombres, ellas aclaranque todos merecemos que nos llamen por nuestros nombres, lo que 
propicia un ambiente de respeto. 
Hemos visto como las diferentes áreas del desarrollo afectan directamente al aprendizaje, ya que 
“aprender es parte inherente del desarrollo, pues el niño desde que nace empieza a prender y continúa 
haciéndolo hasta la muerte.” (2004: 42). Es por esto, que se debe de estar en constante estudio sobre el 
área de desarrollo en la que se encuentra el niño, para que tal y a como lo mencionamos anteriormente,
se puedan plantear estrategias de acuerdo a sus capacidades y ritmo personal, por lo tanto la docente 
debe de poseer facilidad en la proposición de estrategias metodológicas que estimulen a todos los niños
sin importar sus debilidades.
Teniendo en cuenta como primer estrategia el juego, el cual es el medio natural de niño, algo muy 
presente en las aulas de preescolar, y es nuestro desempeño docente hemos evidenciado como es en 
definitiva la mayor motivación que poseen los niños, su medio de comunicación espontáneo, “al 
ofrecerle la posibilidad de expresar más libremente sus pensamiento o sentimientos.” (2004: 49).
Hemos visto como algunos niños llegan al kinder deseosos y motivados, expresando frases como: “A mi 
me encanta venir al kinder porque puedo estar con mis amigos”, “Niña, ya podemos jugar en áreas, es 
que eso es lo mejor” o bien, “Gracias niña, el juego de los tesoros fue muy bonito”. Comentarios como 
los anteriores expresan claramente que esa es su zona de confort, por medio de la cual fortalecen sus 
relaciones sociales y afectivas.
Para que se de un aprendizaje significativo es preciso que además de utilizar el juego como principal 
estrategia, se brindan experiencias cercanas al niño, comprendiendo que “el aprendizaje es más efectivo
y duradero cuando parte de las experiencias del niño y de su mundo, los contenidos y su nivel de 
dificultad están acordes con su nivel de desarrollo cognitivo y lingüístico y cuando se reconoce que cada 
individuo tiene derecho a aprender a su ritmo”. (2004:50)
A Pesar de que sea un aspecto de mucha importancia, esto en definitiva no está presente en las aulas, 
hemos visto como lastimosamente abunda la homogeneización, quizás las docentes no se toman el 
tiempo para evaluar las características de cada niño, o bien no están lo suficientemente comprometidas 
con su labor y aunque conozcan de esta importancia la omiten por falta de tiempo. 
Un ejemplo claro lo vemos en el nivel de transición, la docente actualmente se encuentra muy atareada 
para terminar los perfiles de salida y a dejado a un lado el bienestar del grupo en general, simplemente 
no realiza ninguna actividad dirigida, solo llega enfocada a los niños que ese día ejecutaran su perfil, y 
los demás juegan en áreas, ella ha omitido completamente el hecho de que los otros niños necesitan 
también, y que quizás alguna actividad dirigida de acuerdo a sus habilidades cooperaria gratamente 
hasta en su comportamiento, ya que se ponen muy inquietos. Sin embargo ahondaremos más sobre el 
docente en el análisis del último capítulo. 
Por último, creemos que para que el desarrollo adecuado y aprendizaje integral es conveniente, a como
lo menciona Ana Teresa, que “el maestro debe ser un conocedor a fondo del desarrollo humano y, en 
particular, de los procesos de desarrollo del niño. Si el maestro no conoce los principios del desarrollo, 
si no comprende la integralidad del proceso y la interacción entre el individuo y el ambiente, 
difícilmente podrá ajustar lo que enseña en forma apropiada. “ (2004:50)
Capítulo III. El rol del maestro en el desarrollo socioemocional de los niños
Como es sabido, el rol del docente es de suma importancia en el desarrollo del niño y la niña. La 
personalidad es factor importante para determinar un estilo docente. Cuando cada maestro 
desarrolla su programa y establece relaciones con los niños, ocurre una integración consciente e 
inconsciente de todo cuanto conoce y sabe, desarrollándose así un estilo personal de enseñanza. 
Un buen maestro tiene confianza en sí mismo y asume su responsabilidad con el mayor compromiso, lo 
que hace que su trabajo deje resultados significativos en el desarrollo de los niños. 
Igualmente, un buen maestro debe según Hildebrand (2002):
· Sentirse aceptado y querido por los niños, por sus padres y sus colegas. 
· Disfrutar de la vida y fomentar el sentido del humor en los demás. 
· Tener confianza en la gente y creer tanto en los niños como en sus padres. 
· Ser eficiente en el ajuste de la enseñanza al nivel del niño pequeño. 
Al contar con las características anteriores el docente podrá satisfacer sus necesidades personales y a la 
vez la de sus niños, tanto necesidades físicas, como cognitivas y emocionales a la vez, teniendo claro que
“La importancia de todos estos elementos en la vida de un niño es bastante obvia” (2004:59), ya que 
una lleva a la otra, están ligadas entre sí, de manera que se satisfagan individualmente pero se integren 
en un punto en específico. Los niños por su naturaleza son dependientes de los adultos, y al estar en el 
aula automáticamente la responsabilidad cae en el docente.
El primer lugar de necesidad para satisfacer es la de aceptación, la cual podríamos decir que es producto
del temor a no ser aprobado socialmente, tal y a como se indica a continuación:
 “El miedo a no ser aceptado es uno de los principales factores que retraen a un niño a la hora de 
aproximarse a un grupo de compañeros de clase que están enfrascados en un juego. Se trata de una 
inquietud que produce en él un cierto grado de ansiedad, que habitualmente potencia su falta de 
habilidades sociales y aumenta el riesgo de que actúe con torpeza cuando se acerque al grupo —si 
finalmente se atreve— e intente incorporarse a él aparentando una total naturalidad” (Aguiló, s.f)
Los adultos somos los principales protagonistas en la satisfacción o no de esta necesidad, ya que somos 
el primer modelo a seguir para el niño, por lo tanto, debemos cuidar nuestras palabras, ya que en 
muchos casos los niños se ven afectados por “etiquetas” que se les coloca sin saber que está 
perjudicando.
Quizás como docente nos vemos más propensos a cometer errores como el anterior, ya que nunca falta
el comentario: “Fulanito es el tremendo del aula”, “Ella es tan inteligente, es la mejor” o bien, “Él es más
vago”. Etiquetas como estas marcan a los niños de por vida, tal vez los docentes crean que los niños no 
los escuchan, sin embargo, estos si sienten el trato que se les da, las miradas y gestos.
“Es vital aprender a respetar y aceptar al niño como persona, aunque no necesariamente se le acepte su
conducta” (2004:60), tal y a como lo pudimos observar en la Escuela Holanda, la docente de transición 
indicaba que existe un niño con el cual tiene muchos roces por su personalidad, que le cuesta mucho 
trabajar con él, sin embargo, al ver la relación entre ellos dos no se nota este sentimiento, ella lo maneja
de tal manera que no se transmita a los demás y no crear un ambiente pesado. Esto se debe de inculcar 
en las aulas, el respeto y empatía por los demás lograrán una mayor aceptación, generando así un 
sentido de pertenencia que propicien relaciones sociales y afectivas estrechas. De esta manera se 
logrará una mayor autoestima, respeto por sí mismo, independencia y protección.
Relacionado con lo anterior, sin duda alguna, los niños necesitan sentirse protegidos en los diversos 
contextos en que se desarrollan; y uno de estos es el aula. Sin embargo, esta protección que como 
adultos les brindemos; no debe dejar de lado la importancia que tiene el desarrollo de la autonomía en 
ellos. Muchas veces pensamos que al hacerle las cosas a los niños y darles todo lo que ellos pidan; 
estamos fomentando el sentimiento de protección; pero no nos damos cuenta que luego de pasar por el
preescolar; hay un mundo afuera que los niños deben enfrentar; y como docentes, debemosdarles las 
herramientas necesarias. 
La anterior cita; hace referencia a una situación vivida en las observaciones que realizamos en la Escuela 
Holanda. Una niña se acercó a la docente y le pidió de la manera más atenta que le abriera sus galletas. 
La maestra del grupo, le dijo que no se lo abriría, pues ella debía intentarlo. Es importante dejar claro, 
que la docente guio a la niña para que lograra su objetivo; pero en ningún momento lo hizo por ella. 
Esto es tan sólo un ejemplo de la forma en que como docentes podemos proteger a nuestros alumnos, 
pero al mismo tiempo fomentar su autonomía. 
Si no fomentamos en los niños dicha actitud tan importante; podríamos caer en una sobreprotección; e 
incluso y más peligroso aún, podríamos tener un sentimiento de lástima hacia ellos. Una vez aclarado 
todo lo anterior, es importante rescatar que la protección adecuada es fundamental dentro de las aulas; 
puesto que genera que los niños se sientan seguros y tranquilos; ya que hay una persona adulta que 
lleva el control de las diversas situaciones que se desarrollan. 
Esta protección se puede traducir de igual forma en comprensión y apoyo cuando el niño pasa por 
situaciones difíciles; que de una u otra manera lo van a afectar. En una ocasión tuvimos la oportunidad 
de compartir con un niño que estaba enfrentando una situación de separación de sus padres, sumado al
cambio de trabajo de su madre; el cual le demandaba más tiempo. El niño inmediatamente presentó 
cambios en su comportamiento y en la forma de trabajar en la clase. La docente del grupo, 
primeramente se informó de la situación y a pesar de que no podía hacer nada para cambiarla, le brindó
todo el apoyo y cariño que necesitaba al niño, que de una u otra forma colaboraba a que él se sintiera 
más tranquilo. 
En ningún momento, la docente le reprochó al niño por sus actitudes, ni le pidió que evitara el 
sentimiento; es decir, respetó las emociones del niño y la forma en que actuaba para sobrellevar su 
situación. 
Otro aspecto que debe tomarse en cuenta en cuanto al desarrollo socioemocional es el que se refiere al 
afecto y el sentido de pertenencia. Para nadie es un secreto, que existen niños con los que se tiene una 
mayor afinidad, que son conocidos como “los preferidos”; sin embargo, los niños no tienen por qué 
percibir esta situación; y deben sentir que reciben cariño y afecto de parte de la docente de manera 
igualitaria. 
En la época preescolar y escolar, adquiere mucha importancia el hecho de sentirse querido. Lo 
lamentable de esta situación, es cuando se olvida que hay que querer al niño por lo que es; y no por sus
habilidades, destrezas o notas. Cuántas veces no vivimos en el colegio, situaciones en las que los padres 
presionaban tanto a sus hijos por una buena nota; que si no se recibían la esperada, se traducía en 
malos tratos y rechazos. Si bien es cierto, como menciona La Revista Familia (2013) “Para ningún papá o 
mamá es agradable enterarse de que los resultados de pruebas o tareas no son lo esperado, recibir las 
libretas de calificaciones o escuchar de boca de los maestros que las cosas no van por buen camino es 
duro y más duro todavía cuando los niños se quejan de que les ha ido mal en una prueba a pesar de 
haber estudiado mucho para ella”
Sin embargo, como sigue la autora “Los padres deben actuar con cautela cuando se enfrentan a estas 
situaciones y averiguar si las exigencias que se hacen a los niños no son excesivamente altas, pues lo que
se necesita no es complicar más las cosas sino demostrarles a los hijos que ellos están en capacidad de 
superar la situación y conseguir mejores resultados académicos” 
Como podemos ver en las anteriores citas; en lugar de malos tratos; se debe dar el afecto y apoyo 
necesarios a los niños; para que éstos comprendan que son seres capaces de lograrlo.
Sea por lo que sea que se de la situación; si los niños se sienten poco aceptados en las relaciones que 
establecen con la docente o con sus padres; pueden tener gran cantidad de reacciones; dentro de las 
cuales se puede mencionar la agresión. Una de las niñas observadas en la Escuela Holanda; sintió que su 
madre no le daba toda la atención que necesitaba por la llegada de un nuevo hermanito; por lo que al 
llegar a la institución, se veía involucrada en gran cantidad de situaciones problemáticas, muchas de las 
cuales se traducían en violencia hacia sus compañeros de clase. 
En cuanto al sentido de pertenencia; aspecto que al que le da mucha importancia Ana Teresa León; es 
fundamental que “los niños se muestren capaces de establecer contactos y amistades con sus 
coetáneos, de participar en los distintos grupos sin dificultad ni rechazo, y de una sensación de que se 
tienen elementos o intereses en común con los demás”. (2004: 66). 
Relacionado con este aspecto, llama mucho nuestra atención, que en los Centros Educativos visitados, 
se dan muchas situaciones de rechazo; las cuales en ocasiones son de manera involuntaria. Por ejemplo,
pudimos evidenciar cómo muchos niños ingresan tarde al ciclo escolar; puesto que vienen de otras 
escuelas y les realizan un traslado; y tienen grandes problemas a la hora de integrarse a las actividades 
que se desarrollan; puesto que no poseen aún este sentido de pertenencia. Relacionado con lo anterior, 
es fundamental que la docente le tome importancia a esta problemática y busque soluciones para que 
todos los niños; sin excepción alguna, se integren y participen activamente. 
Como docentes; debemos tener claro, que actitudes de solidaridad y compañerismo se aprenden por 
medio de la imitación y la puesta en práctica de actividades que las promuevan. Tal y como menciona 
Linguido (1981) “Las experiencias que tiene el niño con sus iguales, desde la edad de 2 ó 5 años, en 
adelante, hasta la adolescencia no solo le ayudan en los aspectos sociales de su desarrollo sino que 
además son elementos necesarios para el proceso mediante el cual se descubre a sí mismo como 
individuo por derecho propio”
Por otro lado, vemos como en la actualidad no se le pone tanta atención al desarrollo socioemocional de
los niños, y al indagar acerca de las razones de estas actitudes; se escuchan comentarios que aluden a 
que no hay tiempo para este tipo de acciones; puesto que lo que actualmente demanda la sociedad y los
padres de familia son conocimiento matemáticos, aprestamiento de la lectoescritura; etc. Pero, 
deberíamos ponernos a pensar ¿De qué nos sirve que el niño tenga excelentes notas, si tiene vacíos en 
cuanto al desarrollo de su área socioemocional? Tal y como menciona Sánchez (1996), “Es preocupante 
ver como se pone la formación de niños y jóvenes en manos de personas que sólo garantizan su 
formación intelectual, sin tener en cuenta su formación humanística”. 
Aspectos como la seguridad, los miedos, la ansiedad y la culpa son fundamentales de tratar y abordar en
las aulas preescolares. Por ejemplo, en cuanto a la seguridad, el niño necesita desenvolverse en un 
ambiente en el que se sienta seguro y tranquilo, lo cual optimiza la adquisición de aprendizajes. Unido a 
esto, debemos reflexionar acerca de los miedos y ansiedades que presentan los niños, y la forma en que 
éstos se sienten amenazados. Tal y como se menciona en la página web de Kid´s Health (s.f.): 
En cuanto a este tema, en una ocasión queríamos comprender la razón por la cual una niña se mostraba 
tan intranquila y ansiosa en una clase. Luego de indagar con los padres y conversar con la niña; ésta 
confesó sentir mucho miedo del “muñeco” que había salido en la película de miedo que había visto con 
su padre el día anterior. Ejemplos como el anterior, hacen evidente la necesidad de percatarnos que lo 
que para un adulto es un simple invento; para un niño con una capacidad imaginativa increíble; puede 
convertirse en toda una pesadilla. 
Otro ejemplo claro, de la forma en que se puede desarrollar la ansiedad lo pudimos vivir en una 
observación;puesto que un niño no quería jugar ni realizar las actividades que se tenían programadas 
para ese día; pues se sentía intranquilo, debido a que su madre llevaba un día entero sin verlo y él la 
extrañaba. 
En todos estos aspectos anteriormente mencionados; juega un papel fundamental la empatía; el hecho 
de que tanto en nuestra calidad de docentes como de estudiantes, podamos situarnos en los zapatos de 
las otras personas y aunque no podamos cambiar la situación; colaboremos de otras formas. 
Otro punto que nos parece importante señalar es el desarrollo del sentido de capacidad en los niños y 
consideramos que lo que juega un papel más importante es la motivación que se le ofrezca al niño. Lo 
anterior, puesto que como menciona García (2002), “En términos generales se puede afirmar que la 
motivación es la palanca que mueve toda conducta, lo que nos permite provocar cambios tanto a nivel 
escolar como en la vida en general”. 
Hemos tenido a lo largo de nuestro proceso de formación la oportunidad de realizar gran cantidad de 
observaciones; por medio de las cuales se ha comprobado el papel fundamental que juega la 
motivación, no solamente para involucrar a los niños en las actividades que se van a realizar; sino 
también para hacer consciencia en ellos de la capacidad con que cuentan para desarrollar determinada 
destreza, capacidad, actitud; etc. 
Por otro lado, hemos observado cómo en las aulas preescolares en muchos casos se fomenta más la 
competencia que la solidaridad. Comentarios como “El que termina de primero gana”, “Va ganando este
grupo”, “Ojalá todos trabajaran como ella”; lo único que desarrollan en los niños es la creencia de que 
todo debe girar entorno a la competencia. Pero al mismo tiempo, les pedimos que compartan, 
colaboren y sean solidarios con sus compañeros. Nos encontramos aquí ante otra de las contradicciones 
en que solemos caer como docentes. 
Tal y como menciona Wennier (s.f.) “hay que trabajar con los niños acerca de la actitud y 
comportamiento que demuestran la cooperación y el sentido de ayudar a sus compañeros, es decir, 
iniciarlos en lo que eventualmente será el trabajo en equipo. Se hace eso durante los juegos que no es 
más que la socialización de los miembros de un grupo. El juego, correctamente dirigido, no incluye el 
concepto, ni explícito ni oculto, de la competencia. Más bien se habla de compartir y cooperar, con los 
integrantes del grupo”. 
En este sentido, lo que es realmente importante es que los niños sean conscientes de que todos 
tenemos capacidades diferentes; pero que lo que debe reinar siempre es el respeto y aceptación de la 
diferencia. 
Finalmente, en cuanto al tema de los valores, nos llamó mucho la atención en una observación en que 
notamos que la docente se dirigió a un niño resaltándole que si continuaba con actitudes ofensivas hacia
el compañero, luego no se podía quejar si no querían compartir con él. Lo anterior, puso en evidencia 
que la docente intentaba desarrollar en el niño el valor de la responsabilidad por las acciones que se 
realizan. 
En otra de las observaciones realizadas en la Escuela Holanda, vimos como los niños estaban estudiando 
el valor del perdón; por lo que debían citar situaciones en las que lo debían poner en práctica. Fue muy 
valioso el aporte de la docente, al referirse a que debían aplicar el valor no sólo para quedarle bien a ella
ese día; sino porque este les iba a ayudar a mejorar las relaciones que establecían con las demás 
personas. 
Consideramos que es muy importante que se de la transmisión de valores en las aulas preescolares; 
tomando en cuenta las diferencias que existen en la percepción de los mismos, puesto que influyen 
mucho los patrones de crianza y las normas de convivencia que se desarrollen en los hogares de los 
niños y niñas. 
Tal y como menciona Cerrillo (2003), “suele decirse que los valores no se conocen, sino que se viven. 
Sería más correcto decir que los valores sólo se conocen cuando se viven. Por lo tanto, el conocimiento 
de un valor solo puede venir a través de la experiencia. Si esto es así, resulta particularmente difícil 
educar en valores, pues sólo el educando puede educarse a sí mismo en valores, viviéndolos y 
experimentándolos”. 
Además, como sigue Cerrillo (2003), “Las características del mediador influyen en sus alumnos”; por lo 
que el docente debe tener claro que los alumnos se van a ver muy influenciados por las actitudes que él 
tenga; pues lo ven como un ejemplo a seguir. 
Como hemos visto; existen muchos aspectos del desarrollo socioemocional de los niños que deben ser 
tomados en cuenta a la hora de planificar nuestras lecciones; dejando de lado la concepción de que 
estos representan una pérdida de tiempo o que no son tan necesarios. 
Capítulo IV. La disciplina desde una perspectiva humanística
Como es bien sabido, los aspectos relativos a la disciplina, han sido siempre un tema de conversación en 
el campo de la educación. La diferencia radica en que los modelos para conseguirla han cambiado y 
variado a lo largo de los años. En épocas pasadas, las formas de castigo llegaban incluso a violar los 
derechos de los niños. Contrario a esto, en la actualidad, se pueden buscar formas disciplinarias; pero 
éstas en ningún momento pueden ir en contra de la dignidad y respeto del niño. 
Tal y como menciona Escobar (2012), “la disciplina es la capacidad que cada uno de nosotros tiene para 
controlar sus impulsos, enfocar nuestros esfuerzos en conseguir un fin determinado, son normas que 
seguimos y que nos permiten no solo comportarnos sino también comprender y aprender”. Por lo 
anterior, resulta fundamental tener en cuenta que dentro del aula de preescolar debe existir disciplina; 
lo que puede variar son las formas en las que se busca conseguir la misma.
Por ejemplo, una de las formas efectivas que se sugieren poner en práctica por parte de la autora del 
libro El maestro y los niños es la búsqueda de autodisciplina. Según Albavera (2010), “hay dos formas de 
disciplina en las escuelas: la disciplina consciente y la autoritaria. La primera es el resultado de un 
proceso colectivo de organización y de concientización que nos conduce a ella y en la que la 
participación de los alumnos es fundamental. La segunda, más aparente que real, es simplemente 
resultado de la amenaza y represión constante a los alumnos que les quita las aristas de observación 
crítica, propias de su adolescencia, conduciéndolos a ser futuros ciudadano sumisos, esquivos y 
pragmáticos”. 
Consideramos que se debe de dar una disciplina consciente, en la que en lugar de imponer, se busquen 
métodos adecuados para que los niños comprendan la importancia de ser disciplinados y de aceptar las 
diversas consecuencias de sus actos; hasta llegar finalmente a la nombrada autodisciplina. 
Sin embargo, nos encontramos por lo general en las distintas aulas que visitamos; una disciplina 
autoritaria; en la que la forma principal de conseguirla es el castigo. Lo más preocupante de esto, es que 
en ocasiones, hemos encontrado formas de castigo en las que se ridiculiza al niño y se le violan sus 
derechos de jugar, divertirse y participar de diversas actividades; situaciones en las cuales los niños 
interpretan el castigo como una evidente forma de rechazo. 
Para nosotras, el aspecto más relevante en cuanto al aspecto de la disciplina, es lograr, como se dijo 
anteriormente que los niños se responsabilicen de los diversos actos que realizan. Para que esto 
realmente suceda, en muchas ocasiones, debemos respetar las decisiones de los niños; aspecto que 
podemos notar que casi no se da; puesto que todo es impuesto y lo deben de realizar les guste o no, 
quieran o no. 
Además, nos llama mucho la atención cómo en la Escuela Holanda, una de las docentes observadas en 
una ocasión les dijo a los niños que no pasaran por determinado lugar porque se podían resbalar. 
Inmediatamente una niña decidió irse por ahí y estuvoa punto de caerse; por lo que la niña le recordó la
indicación que se había dado y le pidió que volviera a pensar su decisión. 
En el ejemplo anterior, se evidencia claramente que la docente aceptó la escogencia de la niña y 
posterior a éste le recordó las consecuencias que éstas podían tener para ella. 
Otro aspecto importante de tomar en cuenta en el tema de la disciplina; es que se deben establecer 
reglas claras desde un inicio; para que los niños tengan conocimiento de las mismas y guíen sus actos a 
partir de estas. Es aquí donde resulta importante el aporte de Escobar (2012), quien señala que “Los 
límites debe ser claros y razonables para todo el grupo, sin hacer diferencias ni mostrar preferencias, 
pero a su vez con cierta libertad de acción. A lo que me refiero con esto, si tenemos 10 juguetes para 
elegir y sabemos que dentro de la elección habrá desorden o peleas, demos libertad dentro de límites, 
es decir, dejemos elegir dentro de un número menor de objetos para que no se produzca algún 
altercado o indisciplina dentro del salón. Estoayudaráa a que nuestros niños tengan comportamientos 
responsables”. 
Por otro lado, resulta fundamental el ejemplo que de el maestro en temas relacionados con la disciplina.
Tal y como menciona Díaz (2008), “El docente como modelo es por tanto un formidable estímulo para 
lograr desencadenar el proceso de autoaprendizaje, pero ello no significa que allí culmina la influencia 
del maestro: el modelo sigue siendo necesario para marcar la orientación ética, el sentido de lo que 
hacemos, y que no se aprende en los textos, sino en la práctica frente a los problemas que nos presenta 
la realidad siempre cambiante”. 
En una ocasión pudimos observar como la docente les pedía a los niños que para poder mantener la 
disciplina en el aula; debían bajar el volumen; es decir, que podían hablar con sus compañeros, pero que
no era necesario gritar. Momentos después, una de las docentes de otro grupo, paso enfrente del aula y 
empezó a hablar con la misma; utilizando gritos y carcajadas. El anterior ejemplo, nos ayuda a clarificar 
aún más el hecho de que no podemos pedir una conducta, si nosotros como docentes no la ponemos en
práctica. 
Existen gran cantidad de enfoques relacionados con la disciplina. Uno de estos es el modelo de apoyo de
Gordon (1974); del cual podemos rescatar la importancia de escuchar con cuidado al niño, reconocer sus
emociones y estimularlo para que hable más; es decir, da un papel fundamental a la comunicación. 
Consideramos que dentro del proceso de adquisición de la disciplina, resulta fundamental que como 
docentes tengamos la capacidad de establecer relaciones comunicativas asertivas y no tomar decisiones 
a la ligera; sino escuchar y detenerse a analizar la situación que se este dando. Hemos visto en muchas 
observaciones cómo la docente regaña o reclama a algún niño; sin ni siquiera detenerse a consultarle 
que fue lo que pasó y cómo se siente al respecto de la situación. 
Además, nos parece importante rescatar del modelo de clarificación de valores; el hecho de que el 
maestro debe modelar; es decir, dar el ejemplo a sus alumnos y crear en el aula un ambiente de respeto 
y aceptación a la diferencia. Puesto que como menciona Díaz (2003), “En el terreno de la ética, no se 
trata de decir, de exponer una teoría o una hipótesis, una fórmula matemática, sino de demostrar 
coherencia, de comprometerse con el otro”.
En cuanto al modelo de confrontación de Dreikurs, nos parece rescatable puesto que le da mucha 
importancia al sentido de pertenencia que desarrolle el niño; y relaciona la disciplina con las relaciones 
sociales que se establecen en el aula. Obviamente, si un niño es rechazado por sus pares; buscará la 
manera de llamar la atención de los mismos; y es donde puede llegar a caer en la indisciplina. 
Por otro lado, en el modelo de realidad, es muy importante el papel protagónico que le da al niño en la 
búsqueda de una solución al problema. Este aspecto lo pudimos vivenciar; puesto que una observación 
realizada; dos estudiantes tuvieron un problema. La docente inmediatamente las llamó a ambas y les 
pidió que le contaran lo que había sucedido y una vez que se encontraba enterada de la situación; le 
solicitó a cada niño que dijera lo que iba a hacer o aportar para solucionar el problema y procurar que 
éste no se volviera a dar. Como vemos, ella no impuso un castigo o una forma de actuar a las niñas; sino 
que las llevó a reflexionar e involucrarse en la solución de la problemática. 
En nuestra opinión, uno de los modelos que más se aplican en la actualidad es el modelo de codificación 
de conducta; puesto que se utilizan refuerzos materiales o verbales para lograr que los niños se 
interesen. Quién no ha escuchado alguna vez a una docente decir: “si hacen silencio les doy un premio”, 
“El que al final de la semana tenga cinco calcomanías, puede elegir una sorpresa”. Este modelo funciona 
para algunos niños; sin embargo, nos parece inadecuado que los niños simplemente acaten órdenes o 
realicen alguna actividad por lograr conseguir algo material. Sería mejor como se mencionó en páginas 
anteriores, que los niños lograran auto disciplinarse. 
Podemos observar en la actualidad, que se aplica en muchos centros educativos el modelo de 
asertividad de Canter y Canter; puesto que a los niños “indisciplinados” se les aísla o expulsa del aula. En
una ocasión pudimos observar como una docente de Educación Musical dejó a un niño afuera del aula 
por un período aproximado de cuarenta minutos; con la justificación de que ésta era la única manera de 
controlarlo. 
Hemos hablado hasta aquí de las diversas concepciones y formas que se tienen de conseguir la disciplina
en los Centros de Educación; pero consideramos que también es fundamental que el o la docente tenga 
conocimiento acerca de las razones por las cuales los niños llegan a caer en la indisciplina. 
Las causas son demasiadas, y varían de un niño a otro; pero nos referiremos a las que consideramos que
se presentan más en la actualidad o a aquellas que relacionamos con alguna experiencia vivida. 
Sin duda alguna, los problemas en las familias, afectan considerablemente a los niños. Recordamos en 
una ocasión a un niño que demostraba ser siempre muy tranquilo, pasivo y atento con sus compañeros. 
Con el pasar del tiempo estas actitudes fueron cambiando y él peleaba con sus compañeros e incluso, 
llegaba en ocasiones a maltratarlos. Cuando se indagó acerca de la situación que estaba viviendo el 
niño; comprobamos que sus papás estaban viviendo el proceso de separación y esto provocaba que el 
niño sintiera que existía una falta de atención por parte de ellos. 
Otro aspecto que consideramos que influye bastante en las actitudes de indisciplina es el ambiente 
violento en el que se desarrollan. Basta con poner en la televisión un noticiero; para darnos cuenta de 
que todas las noticias que se presentan tienen que ver con hechos violentos, muertes, asesinatos; entre 
otros. Teniendo esta premisa clara, y conociendo las características del desarrollo de los niños; nos 
damos cuenta que por lo general, los niños imitan las actitudes que ven ya sea en sus familiares, 
personas cercanas o bien en la televisión. Por lo anterior, no es de extrañarse que una de las principales 
causas de la indisciplina en la actualidad, sea esta. 
Tal y como menciona Aldea (2004): 
“Es evidente, que la TV es una fuente efectiva para la creación y formación de actitudes en los niños, ya 
que desde temprana edad, son sometidos a su influencia sin poseer otro tipo de información. Según la 
teoría de socialización comunitaria de Erickson, es entre los 2 y 6 años cuando se perfilan los 
sentimientos preferenciales hacia la madre, padre, familiares y otras personas significativas; A través de 
este proceso el niño adquiere habilidades y formas de comportarse en la sociedad. Es a partir de los 4 a 
5 años de edad, que se establecenlos hábitos permanentes y las características emocionales, jugando 
un papel decisivo la imitación y la identificación. Con esto, se refiere a pautas de conducta y actitudes de
las personas que los rodean, esto llega a ocurrir incluso de manera inconsciente. 
Los niños recurren a la televisión para satisfacer sus necesidades de distracción, reducir las tensiones y 
como medio para obtener información. Además de las motivaciones personales, podríamos agregar un 
factor situacional externo al niño; la ve porque se la impone el medio, no le queda otro remedio. Le es 
ofrecida en el ambiente del hogar y se le refuerza la conducta de contemplación por los padres. En 
muchos casos es la única compañía del niño y a veces se convierte en una especie de niñera” (pág. 149).
Finalmente, nos parece importante hablar sobre el tema de las etiquetas; puesto que si se sabe que un 
niño es el “terrible” de la clase; se le amenaza desde que entra a la institución; con el fin de poder 
controlarlo. Lo anterior, hace que los niños al ver la actitud amenazante del docente, imiten al mismo y 
respondan con actitudes aún más negativas. 
Con todo el análisis realizado anteriormente, resulta fundamental tocar el tema de las soluciones o 
sugerencias que se dan al respecto del tema de la disciplina; basadas todas en un enfoque humanista. 
Consideramos que resulta fundamental que exista una estrecha relación y comunicación entre los 
padres de familia o encargados del niño y la docente a cargo del grupo; con el fin de que se puedan 
evidenciar los problemas que se presenten en los hogares que de una u otra forma están afectando a los
niños. Además, de esta forma, se pueden buscar soluciones y realizar trabajo conjunto en la solución de 
los mismos. 
Lo anterior, teniendo claro que el centro de todo este proceso de enseñanza-aprendizaje es el niño; y es 
quien al fin y al cabo se va a ver beneficiado de todas estas acciones que se realicen en pro de solucionar
el problema. 
Además, es muy importante que como futuras docentes; siempre tomemos en cuenta a la hora de 
realizar nuestras planificaciones, los intereses y conocimientos previos de los niños; con el fin de que los 
contenidos a desarrollar se adapten a estas necesidades y los niños se involucren realmente en el 
proceso; favoreciendo el clima de disciplina en el aula. 
Tal y como menciona Escobar (2012), se debe tener siempre muy en cuenta la siguiente frase: 
“En una mano sostengo el amor, en la otra la disciplina, pero nunca debo olvidar que ambas trabajan 
juntas, en el mismo cometido de la enseñanza”.
Capítulo V. Los retos que enfrenta el maestro
Como lo hemos visto a lo largo del análisis de este libro, el centro del mismo es el enfoque humanístico 
que se espera desarrollar en las aulas de educación costarricenses. Sin embargo, uno de los agentes 
educativos que en la actualidad, debe enfrentar más retos es el docente. 
Primeramente, es fundamental que el docente encargado cuente con una adecuada inteligencia 
emocional; puesto que según Palomera et. al (2008) “las emociones y las habilidades relacionadas con 
su manejo, afectan a los procesos de aprendizaje, a la salud mental y física, a la calidad de relaciones 
sociales y al rendimiento académico y laboral. La docencia es considerada una de las profesiones más 
estresantes, sobre todo porque implica un trabajo diario basado en interacciones sociales en las que el 
docente debe hacer un gran esfuerzo para regular no sólo sus propias emociones sino también la de los 
estudiantes, padres, compañeros, etc”
Además, resulta fundamental que el docente realmente logre tener una relación de calidad con sus 
alumnos; con el fin de que estos vean en él o ella una persona que los guiará en su proceso de 
aprendizaje; no sólo en aspectos cognitivos; sino de manera integral. 
Tal y como menciona Zárate (2002), “la relación maestro-alumno no se puede considerar como un 
hecho casual e intrascendente; por el contrario, es de suma relevancia y reviste una gran 
responsabilidad, ya que trasciende en la formación y por ende en la vida del educando”. 
En una de las observaciones realizadas; desde el momento en que se ingresó al aula se sentía un 
ambiente de tranquilidad y cordialidad. Luego de realizar varias visitas a la misma institución; nos dimos 
cuenta de la importancia que le daba la docente al hecho de llevarse bien con sus alumnos y poder 
desarrollar una relación con ellos de cariño, respeto y cordialidad. 
Por otro lado, la docente debe realizar periódicamente una autoevaluación y una reflexión acerca de su 
práctica docente; con el fin de detectar las fortalezas y debilidades que se presentan y buscar los 
métodos adecuados para acercarse cada vez más a sus alumnos y ejercer algún tipo de beneficio sobre 
ellos; sin olvidar respetar las diferencias que estos presentan. 
En cuanto a los retos del docente en el campo profesional, uno de los que consideramos es más 
importante es la formación profesional que los mismos tengan; así como la necesidad de actualización 
constante que debe existir. 
En gran cantidad de Centros Educativos Privados; nos encontramos con docentes de grupo que no 
tienen ningún tipo de estudio y que solamente se encuentran ejerciendo este cargo por sus necesidades 
económicas. Si bien es cierto que muchas de estas demuestran tener grandes habilidades en cuanto a 
manejo del grupo, es indiscutible que toda la formación y el conocimiento integral del niño no lo 
poseen. 
Una vez más, tiene influencia el desprestigio que se le ha dado en la actualidad a la profesión docente; 
puesto que las personas creen que es un cargo que puede ocupar cualquiera, sin detenerse a reflexionar
cómo este proceso va a impactar a los niños y niñas por el resto de sus vidas. 
En nuestra opinión, los planes de estudio del Ministerio de Educación Pública tienen un buen sustento 
teórico en cuanto a lo que el perfil docente se refiere; por ejemplo en la siguiente cita textual extraída 
de los mismos: 
“El abordaje del proceso educativo depende, en gran parte, de la docente por lo cual a continuación se 
propone el perfil que responde al Programa de Estudio para el Ciclo Materno Infantil. Dicho perfil 
constituye también un importante recurso para desarrollar procesos de capacitación y formación de 
docentes o adultos encargados de la atención integral de los niños. Además, sirve de guía para la 
autoevaluación permanente. 
El perfil se define como un conjunto de rasgos que reflejan comportamientos, actitudes, conocimientos, 
valores, destrezas y habilidades propias de quien asume la responsabilidad de atender a los niños 
pequeños. Debe ser entendido como una propuesta flexible, sujeta al contexto en que se aplica y a la 
singularidad propia de la persona que la asume. 
Este perfil puede ser enriquecido y adaptado por la docente, con ello se contribuye al desarrollo de un 
programa de calidad pertinente culturalmente, acorde al momento histórico y la realidad nacional”. 
(MEP,2000 :46)
Sin embargo, s fundamental que cada docente tome en cuenta estos aspectos, reflexione y busque la 
manera de conseguirlos; para que realmente cumpla su función y genere en los niños aprendizajes 
significativos que lo lleven poco a poco a desarrollarse integralmente. 
Conclusión
Sin duda alguna, existen muchos libros o textos que nos sirven de guía y conocimiento de los aspectos 
que implican el ser docente. Sin embargo, son pocas las veces que realmente nos acercamos y tomamos 
tiempo para leerlos y analizarlos en contraposición a la realidad que vivimos actualmente. 
La lectura y análisis del libro “El maestro y los niños” de Ana Teresa León; no solamente nos generó gran 
cantidad de aprendizajes relativos a la profesión en la cual nos vamos a desarrollar en el futuro; sino que
también nos abrió el panorama acerca de la gran cantidad de aspectos que debemos tener en cuenta; 
para realmente poder desde nuestro campo ofrecer una educaciónde calidad e integral a los niños y 
niñas. 
Al comparar lo que plantea la autora, con las diversas realidades que hemos experimentado y conocido; 
nos damos cuenta que a pesar de que en nuestro país se da en la mayoría de Centros Educativos una 
educación de calidad; aún quedan muchas cosas por hacer. Y está en nuestras manos involucrarnos 
activamente en el desarrollo de nuestra profesión y favorecerla; aumentando aún más la calidad 
educativa de nuestro país. 
En general, la experiencia fue bastante enriquecedora; porque además de leer, tuvimos que hacer 
memoria de las diversas experiencias vividas en Centros Educativos y en sesiones de clase. Además, 
pudimos realmente integrar en un análisis lo que está escrito en los papeles con lo que realmente se 
realiza en los procesos prácticos.

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