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Taller de Enseñanza de Física – UNLP en su XXVII aniversario Termodinámica: Parte II Segundo Principio, Potenciales y Aplicaciones Tabla de Contenidos 9- Irreversibilidad: Segundo Principio de la Termodinámica....................................................................2 9.1 Concepto de proceso espontáneo...................................................................................................2 9.2 Segundo Principio de la Termodinámica........................................................................................3 9.3 Ejemplo de predicción no trivial: motores y heladeras..................................................................4 10- Potenciales termodinámicos................................................................................................................7 10.1- El plano T-S.................................................................................................................................7 10.2- La energía interna como potencial: el plano V-S........................................................................9 10.3- Potenciales termodinámicos y transformaciones de Legendre.................................................10 10.4- El plano P-S y la Entalpía (H)...................................................................................................11 10.5- El plano T-V: Función de Helmholtz (F)...................................................................................12 10.6- El plano T-P: Función de Gibbs (G)..........................................................................................13 10.7- El plano U-V y la entropía........................................................................................................14 10.8- Relaciones de Maxwell.............................................................................................................14 10.9- Los potenciales y el Segundo Principio....................................................................................16 Mínimo de la energía mecánica......................................................................................................16 Máximo de la Entropía...................................................................................................................17 Mínimo de la Función de Gibbs.....................................................................................................18 10.10- Ejemplo de uso: H y G en química.........................................................................................19 10.11- Ejemplo de uso: “Motores Químicos” (pilas, fotosíntesis, etc)..............................................21 11- Termodinámica más allá del equilibrio..............................................................................................22 11.2- Equilibrio local..........................................................................................................................23 11.3- Creación de entropía.................................................................................................................23 12- Conexiones con lo microscópico.......................................................................................................29 12.1- ¿Qué quiere decir “microscópico”?..........................................................................................29 12.2- Las “moléculas” durante el siglo XIX......................................................................................30 12.3- La misteriosa constante R.........................................................................................................31 12.4- Las ideas de Boltzman..............................................................................................................32 12.5- Disparen sobre Boltzman..........................................................................................................33 12.6- Tour guiado por la Mecánica Estadística..................................................................................34 12.7- ¿Cómo sé si necesito de la mecánica estadística para resolver un problema?..........................35 13- La Termodinámica Realmente Existente...........................................................................................35 13.1- Fenómenos térmicos.................................................................................................................36 Dilatación térmica...........................................................................................................................36 “Transferencia de calor”, calor específico......................................................................................38 13.2- Calorimetría..............................................................................................................................39 13.3- Primer Principio en varios dialectos.........................................................................................40 1 Convenciones de signos..................................................................................................................40 13.4- Fenómenos de Transporte.........................................................................................................41 Conducción.....................................................................................................................................42 Convección.....................................................................................................................................43 Radiación........................................................................................................................................43 13.5- Exergía......................................................................................................................................44 13.6- La “energía” en la nutrición......................................................................................................45 13.7- Termodinámica en Ecología......................................................................................................46 El flujo de energía en la ecología ortodoxa....................................................................................46 La Ecología de Odum, Margalef y Jacques Cousteau....................................................................47 14- Desmantelando tabúes: ¿Cómo se usa la Termodinámica en Ciencias Naturales?...........................49 9- Irreversibilidad: Segundo Principio de la Termodinámica (esta es una de las secciones centrales del apunte) 9.1 Concepto de proceso espontáneo Empecemos observando que hicimos un poquito de trampa. En los problemas 1 y 2 sobre modelización de interacciones térmicas (secciones 8.1 y 8.2) asumimos que la temperatura final de los sistemas es homogenea, pero nada en la teoría obliga a que eso sea así. En lo que al primer principio se refiere, nada impide imaginar que un pedazo del agua de un vaso se vuelve un cubito de hielo mientras el resto del agua se calienta, siempre que en el proceso se conserve la energía. Es cierto que para este sistema es bastante claro que el estado final es uno en el que la temperatura es uniforme, pero sería deseable que una teoría sobre interacciones térmicas incluyera eso. Pero hay razones más prácticas para buscar un principio que permita hacer ese tipo de predicciones: no siempre la dirección en que un proceso es espontaneo resulta tan clara como en el caso del cubito en el vaso de agua. Piensen por ejemplo en las reacciones químicas o en la estabilidad de estructuras cristalinas de minerales. Ese principio es el Segundo Principio de la Termodinámica. Esencialmente el segundo principio lo que hace es permitir predecir qué procesos ocurren en la naturaleza, y cuáles no. A los primeros se les llama “espontaneos”, y a los otros, “no espontáneos”. Esos nombres pueden llevar a equívocos, porque la idea de espontaneidaddel lenguaje coloquial es muy distinta. Lo opuesto a “espontáneo” en lenguaje coloquial es “forzado”. Si un sospechoso declara de motu propio ante el juez su declaración es “espontánea”, pero si va a buscarlo la policía y lo lleva a la fuerza con el juez la declaración no es “espontánea” y el tipo está en el horno. Pero desde el punto de vista de la termodinámica los dos son procesos que pueden ocurrir (y de hecho ambos ocurren bastante seguido) así que si modelizamos termodinámicamente al sospechoso y al sistema judicial, suponiendo que tal cosa fuera posible, los dos son “procesos espontáneos”. 2 Pongamos un ejemplo más físico. Si una pava de agua caliente se deja en la mesa, casi todo el mundo estaría de acuerdo en afirmar que el agua “se enfría espontáneamente”. En cambio, si encendemos la hornalla y ponemos una pava de agua a temperatura ambiente, uno se siente tentado a decir que el agua “no se calienta espontáneamente”, sino porque el fuego “la fuerza a calentarse”. Esa es una forma coloquial de pensar, pero si nos atenemos a nuestra definición termodinámica de “proceso espontáneo” claramente el agua se calienta espontáneamente. ¡De lo contrario sería imposible calentar una pava de agua con una hornalla! En termodinámica los procesos espontáneos son los que realmente ocurren, y los no espontáneos los que no pueden ocurrir. En el caso de la pava de agua sobre la hornalla encendida, lo que ocurre espontáneamente es que los gases calientes que rodean la pava se enfrían un poco, y que el agua se calienta. Un ejemplo de proceso no espontáneo sería que el agua de la pava se enfríe y los gases de la llama se calienten todavía más; por más que la energía se conserve, el proceso es imposible. Es entonces importante reconocer que para saber qué procesos de un sistema son espontáneos es imprescindible establecer el entorno. No son los mismos los procesos espontáneos del agua dentro de una pava si la pava está sobre la mesada, en una hornalla encendida o en un freezer. Justamente, la peculiaridad del segundo principio es que no se puede prescindir de las transformaciones del entorno para formularlo. Si no se comprende esto es imposible darle sentido al enunciado del segundo principio. 9.2 Segundo Principio de la Termodinámica Analicemos el caso de un cuerpo caliente en contacto térmico con uno frío. Ya sabemos que el proceso espontaneo es el que lleva a que las dos temperaturas se igualan. Los dos bloques de la figura de la izquierda están aislados del resto del Universo, pero en contacto térmico entre sí. Supongamos que TA es mayor que TB. El calor que B le hace a A (QA) es menos el calor que A le hace a B (QB). De la definición de calor, sabemos entonces que T A dS A=−T B dS B (34) El cambio de entropía del Universo es dS U =dS A+dS B , así que usando (34) tendremos: dS U =dS A – T A T B dS A=1−T AT B dS A (35) Si asumimos que la dirección espontanea es la que lleva a que la temperatura de A disminuya y la de B aumente, B debe hacer sobre A un calor negativo, por lo que dS A será negativa. Por otra parte, T A/T B es mayor que 1, de modo que el coeficiente que acompaña a dS A en (35) es negativo. Por lo tanto, dS U es positivo. Si consideramos A como el objeto de estudio, y B como su entorno, vemos que la entropía del objeto de estudio disminuye, pero la entropía del entorno aumenta más de lo que disminuye la del objeto. Lo relevante es que al Universo (objeto más entorno) la entropía le aumenta. Supongamos que el objeto es 3 la pava caliente y el entorno la mesada. La entropía de la pava disminuye, y la de la mesada aumenta. Pero como la temperatura de la pava es mayor que la de la mesada, y como los calores son iguales y opuestos, la entropía de la mesada aumenta más de lo que disminuye la entropía de la pava. La entropía del Universo aumenta, por lo que el proceso espontáneo es aquel en el que la pava se enfría. Ahora analicemos el caso en que el objeto es la pava fría, el entorno es la hornalla encendida. La entropía de la pava aumenta, la entropía de los gases calientes de la llama disminuye un poco, pero como estos gases están a una temperatura mucho más alta que la pava, la entropía de la pava aumenta más que lo que disminuye la entropía de los gases calientes, de modo que de nuevo el proceso espontáneo es aquel en el que la pava se calienta. Todo este análisis para “predecir” lo que ya sabemos que ocurrirá suena a usar cañonazos para matar hormigas sobre las que alguien ya había usado insecticida. En realidad estamos mostrando casos en los que es facil ver que la entropía del Universo aumenta, para justificar postular, como principio, que eso es lo que ocurre siempre. Aunque parezca mentira, es un postulado que, usado con ingenio, puede llevar a predecir cosas que están lejos de ser obvias. Lo que dice el Segundo Principio de la Termodinámica es que sólo pueden ocurrir procesos en los que la entropía del Universo aumenta: Segundo Principio de la Termodinámica: Sólo pueden ocurrir procesos en los que la entropía del Universo aumenta. A los procesos que pueden ocurrir se les llama espontaneos. ΔS U0 para procesos espontaneos Algunas aclaraciones: • Insistimos: no podemos decidir si un proceso es espontaneo o no sin estudiar lo que le ocurre al entorno. Por eso en el segundo principio se habla del aumento de la entropía del Universo. • El “Universo” no es la totalidad del cosmos. Es el sistema de estudio más una parte del entorno lo bastante grande como para considerar al total como cerrado (basta con que el sistema de estudio no interaccione con nada fuera de esa parte del Entorno. • En principio uno puede pensar en procesos ideales para los que la entropía del Universo no aumenta. Esto ocurre si y sólo si el proceso es cuasiestático y el sistema de estudio es tal que las partes mecánicas sufren un trabajo nulo de las fuerzas no conservativas. En este caso, el proceso inverso tampoco cambia la entropía del Universo, y por eso se los llama procesos reversibles. En la práctica ningún proceso es realmente reversible porque ningún proceso es cuasiestático. • Un corolario de esto es que todos los procesos espontaneos son irreversibles. Esto no significa que un cierto objeto de estudio no pueda volver a estar en un estado que ya hubiera estado. Lo que no puede hacerse es devolver al objeto y al entorno a un estado en el que ya hayan estado. 9.3 Ejemplo de predicción no trivial: motores y heladeras Esta subsección sirve para mostrar con un ejemplo simple por qué el segundo principio de la 4 Termodinámica es poderoso. Es un ejemplo algo típico de libro de texto, pero por desgracia es más ingenieril que de interés para las ciencias naturales. Se recomienda su lectura a quien quiera hacer la conexión entre el tratamiento que damos a la termodinámica en este curso y las exposiciones más convencionales. Hay muchos, muchísimos ejemplos de predicciones no triviales hechas a partir del segundo principio. Muchas son sumamente técnicas y sería complejo trabajarlas tan pronto. Pero hay una aplicación histórica que de hecho es la que motivó el desarrollo de la Termodinámica, hija de la revolución industrial: los límites a la eficiencia de las máquinas. Una gran cantidad de inventores intentó por décadas (en internet puede verse que algunos siguen intentando) hacer máquinas “de movimiento perpetuo”, es decir máquinas que permitan producir sin ponerles nafta, ni enchufarlas, ni latiguear mulas para que las muevan. Algunas ideas son muy ingeniosas y lleva un esfuerzo grande descubrir en qué fallan. Lo interesante es que todas esas máquinas deben fallar si es que los principios de la termodinámica son válidos, y hoy por hoy la evidencia a su favor es abrumadora. Las máquinas que pretenden funcionar creando energía de la nada son las que seconocen como “móviles perpetuos de la primera especie”, y están prohibidas por el Primer Principio (en su versión completa). Los que resultaron más desafiantes son los que respetan el primer principio, que reciben el nombre de “móviles perpetuos de la segunda especie”. Por ejemplo, un motor de barco que funcione con calor que haga el agua de mar. Vamos a hacer un modelo de máquina muy simple que ilustra cuál es el problema con este tipo de máquinas. La máquina en sí será un sistema con partes mecánicas y con sustancias modelizables termodinámicamente, no importa cómo. La única suposición que vamos a hacer es que en todo momento se le puede asignar una energía mecánica y una energía interna, y que opera cíclicamente (o sea, que vuelve a pasar una y otra vez por el mismo estado). El entorno puede hacer sobre el sistema calor y trabajo. Supongamos que el entorno está a una temperatura T, y tratemos de hacer una máquina que aproveche el calor que pueda hacerle el mar para mover un barco. Consideremos un ciclo, de modo que el cambio de energía interna del motor valga cero. Si queremos que el motor haga un trabajo positivo sobre el entorno (léase: el barco) el entorno hará sobre el motor un trabajo negativo. Aplicando el Primer Principio al motor a lo largo de un ciclo: W entorno+Qentorno=0 en un ciclo (36) También debido a que el motor opera en un ciclo, el cambio de entropía del motor en el ciclo es nulo, por lo que el cambio de entropía del Universo es simplemente el del entorno. Ahora bien, si queremos que el motor funcione como tal, el trabajo del entorno es negativo por lo que el calor es positivo. Entonces el calor del sistema sobre el entorno (en nuestro ejemplo, el calor del motor sobre el mar) es negativo (el mar “se enfría”), de modo que el cambio de entropía del entorno es negativo. Por lo dicho, el cambio de entropía del Universo es negativo: este proceso no es espontaneo. ¡Por lo tanto este motor no puede funcionar! Vean que a la inversa no hay problemas: el entorno puede hacer un trabajo positivo sobre el “motor” de manera que la entropía del entorno aumente. Un buen ejemplo de este tipo de “motor” es un calentador eléctrico. Lo interesante acá es que nos hemos independizado de todo detalle de cómo está hecho el motor. Esto es lo fuerte de la termodinámica, y es la razon que hace que la modelización macroscópica resulte tan 5 poderosa. Los detalles microscópicos pueden ser extremadamente complicados, pero hay muchas cosas que se pueden concluír con independencia de esa complejidad. Entonces necesitamos complicar un poco nuestro modelo de motor termodinámico para hacerlo funcionar. Una buena idea puede ser que la interacción térmica ocurra con dos “focos” a temperaturas diferentes. Por ejemplo, en un barco el motor puede estar en contacto con una caldera (que sería el “foco caliente”) y con el mar (“foco frío”). En un ciclo tendremos entonces W entorno+Qcaliente+Q frío=0 sobre un ciclo (37) El foco caliente hace un calor positivo sobre el motor, y el motor hace un trabajo positivo sobre el entorno y un calor positivo sobre el foco frío. Una forma de leer la expresión (37) es que por cada joule que hace el foco caliente una parte la hace el motor como trabajo y el resto “se pierde” como calor sobre el foco frío. Esta forma de pensarlo motiva la siguiente definición de “eficiencia” de una máquina termodinámica que opera cíclicamente: Eficiencia= W entorno Qcaliente (38) La “eficiencia” así definida es simplemente la fracción del calor hecho por el foco caliente que el motor logra hacer como trabajo. Es facil calcular la eficiencia de un motor reversible operando entre estos dos focos. El calor que el foco caliente hace sobre el motor es Q caliente=−T calientedṢ caliente (39) donde dS caliente es el cambio de entropía en el foco caliente, mientras que el calor que el foco frío hace sobre el motor es Q frío=−T frío dS frío (40) (Los signos “-” se deben a que no hablamos del calor sobre los focos sino sobre el motor). Como la entropía del motor no cambia (estamos analizando un ciclo) el cambio de la entropía del Universo es la suma de los cambios de ambis focos; por el Segundo Principio, si el motor es reversible tendremos dS caliente+dS frío=0 (41) Usando (37), (39), (40) y (41), el trabajo que entorno hace sobre el motor reversible hace será: W entorno=−Qcaliente−Q frío=−T caliente+T fríodS caliente (42) Reemplazando (42) y (39) en (38) obtenemos finalmente para la eficiencia de una máquina reversible: Eficiencia de unmotor reversible =1 – T frío T caliente (43) Vean que, no importa cómo se haga el motor, si es reversible la eficiencia depende sólo de las temperaturas de los focos. El motor sería perfectamente eficiente si el foco frío estuviera a temperatura absoluta cero, y tendría eficiencia nula si el foco caliente y el frío estuvieran a la misma temperatura. Vean que, como el motor es reversible, se lo puede usar al reves, haciendo trabajo negativo contra el entorno, calor negativo sobre el foco frío y calor positivo sobre el caliente. Una pregunta interesante, por no decir molesta, es por qué nos tomamos tanto trabajo en calcular la 6 eficiencia de un motor que sabemos es imposible de construír. ¿No será posible construír una máquina irreversible que sea más eficiente que esta? Bueno, esta es la parte más divertida del análisis. Supongamos que tenemos una máquina más eficiente que la reversible; entonces podríamos usar parte del trabajo producido por esa máquina para, con la máquina reversible andando al revés, hacer el calor contrario al que hizo la primera máquina. El resultado sería una máquina de movimiento perpetuo de la segunda especie: el trabajo que hace la máquina es igual al calor neto que hace el foco caliente sobre ella, y el calor neto sobre el foco frío es cero. Pero ya vimos que esa máquina viola el Segundo Principio, o sea que si admitimos que el Segundo Principio es válido no puede haber máquinas más eficiente que una reversible: Eficiencia de unmotor real <1 – T frío T caliente (44) Como hemos mencionado, este es el origen histórico del segundo principio. Por eso, muchos libros arrancan por acá: postulan como segundo principio Segundo Principio de la Termodinámica (versión habitual en libros de texto) No puede hacerse una máquina térmica que opere cíclicamente sobre un foco a una temperatura, haga un trabajo positivo contra el entorno y no haga ningún otro proceso sobre el entorno. Una vez establecido esto, se calcula la eficiencia de un motor reversible (usando un ciclo concreto1, porque la entropía en este enfoque aún no está construída) y se demuestra, tal como lo hicimos acá, que ninguna máquina térmica puede ser más eficiente que esta. Recién entonces se define la función S como la integral de 1/T respecto del calor hecho reversiblemente, y se demuestra que es una función de estado. Por eso en la mayoría de los libros de texto las máquinas y su eficiencia ocupan un lugar tan destacado en el formalismo, así como los procesos en los gases ideales. 10- Potenciales termodinámicos 10.1- El plano T-S Hasta ahora hemos representado los estados de equilibrio (interno) de un fluído como puntos de un diagrama P-V, dejando fijo el número de moles n. Después hemos escrito el resto de las variables de estado termodinámico como funciones sobre estas variables: T(P,V,n); U(P,V,n); S(P,V,n); etc. Una pregunta que uno puede hacerse (si está muy aburrido) es: ¿Por qué usar la presión y el volumen como las variables independientes? Por qué no “despejar” algunas de las funciones de estado y escribir cosas del estilo P(T,S,n); U(V,T,n), etc? La verdad es que con cierta restricción, uno siempre puede poner 1 Para calcular la eficiencia de una máquina reversible se usa como “motor” una cantidad fija de gas ideal que operaisotérmicamente sobre los focos y adiabáticamente para ir de una isoterma a la otra. El calor específico es lo primero que se define, de manera que el cálculo puede hacerse sin apelar al concepto de entropía. Este ciclo es conocido en los libros como “ciclo de Carnot”. 7 todas las variables en términos de las tres2 variables que a uno se le ocurra. La cierta restricción es simple: como algunas funciones de estado son extensivas, las tres que elijamos como variables independientes deben incluír por lo menos una extensiva. Quien no estuviese tan aburrido para plantearse semejante pregunta, probablemente se preguntará (muy sensatamente) qué tiene de interesante tomarse ese trabajo. Bueno, lo cierto es que, dependiendo del problema, puede ser mucho más cómodo trabajar con un conjunto de variables que con otro. Vamos a poner un ejemplo simple de sistema alternativo de variables independientes y jugar un poco con él. Después vamos a tener en cuenta varios conjuntos interesantes de variables independientes en la subsección siguiente. Supongamos que en vez de presión, volumen y número de moles, como hasta ahora, usamos como conjunto de variables independientes la entropía, la temperatura y el número de moles. Si fijamos el número de moles, los estados de equilibrio (interno) del fluído se representan como puntos en el plano T-S. En el plano T-S las isotermas son simplemente líneas horizontales y las adiabáticas son líneas verticales. En cambio, las isobaras y las isocoras (triviales en el plano P-V) son curvas complejas que dependen del modelo. Para graficarlas necesitaríamos la ecuación de estado y algún calor específico. En la figura de arriba mostramos varias curvas isotérmicas (líneas punteadas) y adiabáticas (líneas cortadas) tanto en el plano P-V como en el plano T-S para cierto fluído hipotético. Recuerden que para conocer las curvas isotérmicas (curvas de nivel de T(P,V,n)) debe conocerse la ecuación de estado, mientras que para conocer las curvas adiabáticas (curvas de nivel de S(P,V,n)) deben conocerse los calores específicos. En el diagrama P-V se muestra cierto proceso que va del estado A al estado B. En el plano T-S hemos dibujado las mismas isotermas y las mismas adiábatas que en el otro diagrama. Entonces, observando los estados sobre el proceso que va de A a B relativamente a las curvas isotérmicas y adiabáticas, se ve que el mismo proceso, para esa sustancia, en el plano T-S corresponde aproximadamente al mostrado a la derecha. Es un ejercicio interesante verificarlo, así como hacer isocoras e isobaras aproximadas para esta sustancia en el plano T-S. Algo interesante de ver es que en el plano T-S el calor durante un proceso cuasiestático es el área bajo la curva (por la definición de calor) independientemente de la sustancia de la que se trate, mientras que para calcular el trabajo en ese proceso necesitaremos la ecuación de estado y el calor específico. Los 2 Tres variables para el caso de un fluído. Otros modelos (por ejemplo medios elásticos) necesitan de más variables independientes. 8 cambios de variable permiten simplificar una parte de la descripción, casi siempre complicando otra. 10.2- La energía interna como potencial: el plano V-S Elijamos como variables independientes el volumen V, la entropía S y el número de moles n. Podemos entonces escribir la energía interna como función de la entropía, el volumen y el número de moles, U(V,S,n). Ahora supongamos que variamos infinitesimalmente las distintas variables y queremos ver cómo cambia U: dU= ∂U∂V S,n dV+ ∂U ∂ S V,ndS+ ∂U ∂n V,S dn (45) Ahora bien, usando el primer principio: dU=−PdV+TdS+μdn (46) Comparando (45) con (46) tenemos: P=−∂U∂V S,n T= ∂U∂ S V,n (47) μ=∂U∂ n V,S Es decir que si U es escrita como función de el volumen, la entropía y el número de moles, tres cantidades importantes de la teoría pueden obtenerse derivando U. Por eso se dice que, en este caso, U es un “potencial” (recuerden que calculando derivadas de la energía potencial puede calcularse la correspondiente fuerza conservativa). La notación extravagante en (47) merece comentarios. Las dos variables que se ponen como subíndice afuera del paréntesis son las cantidades que permanecen constantes al derivar. Por ejemplo, la primer expresión dice que la presión es menos la derivada de U respecto de V, a S y n constantes. La aclaración es relevante en termodinámica: si uno dijera simplemente que la presión es menos la derivada de U respecto de V, sin aclaraciones, se estaría siendo ambiguo. Supongamos por ejemplo que expresamos U como función de P, V y n. Entonces, la derivada de esa función respecto de V ya no es -P (si intentan hacer algo parecido a la expresión (46) lo van a ver). La razón práctica para expresarlo de esta manera en lugar de simplemente aclarar que (47) es válido únicamente cuando U es escrita en función de S, V y n es que casi nunca uno tiene una función explícita. Los razonamientos son formales, y en un punto uno usa el hecho de que S es constante, por ejemplo. Esta forma de trabajar resulta muy poderosa. Siguiendo esta línea uno encuentra relaciones entre 9 variables medibles que uno no hubiera sospechado como interdependientes. De esa manera se logra una gran cantidad de predicciones a partir de una mínima cantidad de mediciones, siguiendo razonamientos completamente independientes de los detalles microscópicos del sistema estudiado. 10.3- Potenciales termodinámicos y transformaciones de Legendre Esta subsección es sobre la herramienta matemática detrás de la construcción de los potenciales termodinámicos aparte de U. Su lectura puede omitirse sin pérdida de continuidad. La forma de trabajo con potenciales en termodinámica resulta tan poderosa que uno se pregunta si no hay una manera sistemática de generarlos. Por ejemplo: ya sabemos que U escrita como función de V, S y n funciona como potencial para P, T y μ. No podrá encontrarse otra función, en otras variables, que funcione como potencial para, por ejemplo, V? Estamos pidiendo una nueva función que nos permita obtener la misma información que la nueva U, pero que resulte más útil que U en otros contextos. Supongamos que tenemos la función f(x,y), que funciona como potencial de u y v; es decir: u= ∂ f∂ x y (48) v= ∂ f∂ y x (49) Ahora queremos hallar una función g que sea un potencial para la variable x. Si hacemos g u,y =f u,y –ux u,y (50) esa es exactamente la función que necesitábamos, es decir un potencial para x: ∂ g∂ u y= ∂ f ∂ u y –x u,y –u ∂ x ∂ u y (51) y como por regla de la cadena ∂ f∂ u y= ∂ f ∂ x y ∂ x ∂u y ∂ f ∂ y y ∂ y ∂ u y (52) Usando (48) y el hecho de que la derivada de y a y constante es cero, (52) se escribe: ∂ f∂ u y =u ∂ x ∂ u y (53) Reemplazando (53) en (51) se obtiene finalmente ∂ g∂ u y =x (54) o sea, g es un potencial para x. 10 Sintetizando: Si se tiene una función f (de x y otras variables) que es potencial para la variable u, la función g=f −ux es un potencial para x si se la escribe como función de u. La función g se denomina la transformada de Legendre de la función f. Observemos: • La función f y su transformada g tienen “la misma información”, en el sentido de que ambas permiten conocer tanto x como u, o bien por ser la variable independiente o bien derivando. • En un sistema termodinámico el “potencial” es parte de la modelización del sistema. Por ejemplo, si la función es la energía potencial U en términos del volumen y la entropía, entonces dado un valor del volumen y la entropía (un estado) podemos conocer la presión del sistema para ese estado. Si armamos una transformada de Legendre de U que sea un potencial para V, nuevamente esa función será una caracterización termodinámica del sistema tan buena como U. 10.4- El plano P-S y laEntalpía (H) Ya vimos cómo U funciona como potencial cuando se la escribe como función de el volumen, la entropía y el número de moles. Veamos ahora un potencial muy popular, que puede obtenerse a partir de la energía interna para que sea un potencial del volumen. La forma en que se hace eso es la llamada transformada de Legendre, que en esta subsección vamos a abordar como es habitual en los libros de texto. Ante insatisfacciones o deseos de profundizar, puede acudirse a la subsección anterior. Definamos sin anestesia la función H: H=U+PV (DEFINICIÓN DE ENTALPÍA) Si U se escribe como función de S, V y n, puede obtenerse P como función de S, V y n (derivando U) y entonces H es función de S, V y n. Pero al igual que toda función de estado, H puede ponerse en función de las tres variables independientes de nuestra preferencia. Hagamos ahora un cambio infinitesimal de H: dH=dU+PdV+VdP (55) Usando el primer principio, dU=−PdV+TdS+μdn , con lo que (55) queda: dH=VdP+TdS+μdn (56) 11 Supongamos ahora que escribimos H como función de la presión, la entropía y el número de moles. dH es entonces: dH= ∂H∂ P S,ndP+ ∂ H ∂ S P,ndS+ ∂ H ∂ n P,S dn (57) Comparando (56) y (57) vemos que V=∂ H∂P S,n T= ∂H∂ S P,n (58) μ=∂ H∂ n P,S Cuando H es expresado como función de la presión, la entropía y el número de moles, funciona como potencial para el volumen, la temperatura y el potencial químico. Hay dos preguntas que siempre se hace quien se topa por primera vez con la entalpía: “qué es” y “para qué sirve”. La primer pregunta no es realmente legítima. Uno tiende a sentirse más tranquilo con algo que se llama “energía” porque siente que le puede atribuir un significado, mientras que la palabra “entalpía” es intimidante. Pero en el fondo las dos son igual de “raras” e “inventadas”. La energía interna es una función de estado y la entalpía otra. Más aún, la entalpía es la energía interna más presión por volumen, y eso es todo. La segunda pregunta es la realmente relevante y la que le da sentido a la entalpía. En principio uno podría decir simplemente que sirve para poder expresar (58), pero hay más. Si se fijan en la expresión para dH van a ver que en procesos a presión constante y número de moles constante el cambio de la entalpía es igual al calor sobre el sistema, si este se hace cuasiestáticamente. Como casi toda la tarea del químico (y muchos otros procesos) se hace a presión atmosférica, los cambios de entalpía resultan particularmente útiles y fáciles de medir. La entalpía funciona como potencial en el plano P-S. Es decir, al considerársela como función de P, S y n. H P,S,n 10.5- El plano T-V: Función de Helmholtz (F) De un modo similar puede pensarse en escribir un potencial en las variables V, T y n, para que funcionen como potenciales de P, S y µ. Eso puede hacerse definiendo el potencial de Helmholtz (a veces se lo llama “energía libre de Helmholtz”) F: F=U−TS (DEFINICIÓN DE LA FUNCIÓN DE HELMHOLTZ) Procediendo análogamente a como hicimos con la entalpía llegamos a: 12 dF=−PdV −SdT+μdn (59) por lo que si pensamos F como función del volumen, la entropía y el número de moles llegaremos a: P=−∂ F∂V T,n S=− ∂ F∂T V,n (60) μ=∂ F∂ n T,V A volumen y temperatura fijos la variación de F es igual al trabajo químico cuasiestático sobre el sistema. En cuanto a la pregunta de qué “es” F nos remitimos a la pregunta análoga sobre la entalpía. 10.6- El plano T-P: Función de Gibbs (G) Análogamente puede pasarse al plano T-P definiendo la función de Gibbs (o el potencial de Gibbs, o la “energía libre” de Gibbs) G así: G=U+PV–TS (DEFINICIÓN DE LA FUNCIÓN DE GIBBS) Procediendo análogamente a como hicimos con H y F llegamos a: dG=VdP−SdT+μdn (61) por lo que si pensamos G como función de la presión, la entropía y el número de moles llegaremos a: V=∂G∂P T,n S=− ∂G∂T P,n (62) μ=∂ F∂ n P,V A presión y temperatura fijos la variación de G es igual al trabajo químico cuasiestático sobre el sistema. Esto es interesante porque presión constante (atmosférica) y temperatura constante (ambiente) son condiciones habituales para muchos sistemas de interes. Junto con la entalpía es una de las funciones más usadas. En cuanto a la pregunta de qué “es” G nos remitimos nuevamente a la pregunta análoga sobre la entalpía. 13 10.7- El plano U-V y la entropía Usando el Primer Principio puede pasarse al plano U-V usando la función Entropía. Para eso despejamos dS: dS= 1 T dU+ P T dV − μ T dn (FORMULACIÓN ENTRÓPICA DEL PRIMER PRINCIPIO) Acá no estamos definiendo un potencial nuevo por medio de una transforamada de Legendre, sino aprovechando el primer principio para escribir como potencial una que ya conocíamos (la entropía). Si ahora consideramos a la entropía en función de U, V y n (S(U,V,n)) y razonando análogamente como para el resto de los potenciales, obtendremos las relaciones: Procediendo análogamente a como hicimos con H y F llegamos a: 1 T = ∂ S∂U V,n P T = ∂ S∂V U,n (63) μ T − ∂ S∂ n U,V 10.8- Relaciones de Maxwell Tenemos ahora a nuestra disposición montones de relaciones entre variables involucrando derivadas. Por otra parte, rara vez uno scribe explícitamente los potenciales termodinámicos como funciones de las variables de estado, salvo para los modelos más sencillos. De hecho, lo habitual es usar tablas de cambio de entalpía por mol y de “energía libre” de Gibbs por mol (sobre todo en química) así que alguno puede estarse preguntando qué tiene que ver todo este barullo de derivadas con el uso habitual de U, G, S y H. Un ejemplo concreto lo damos más abajo: el uso de G para decidir si cierta reacción es o no espontanea. En esta subsección vamos a aclarar un poco lo que dijimos al empezar el estudio de potenciales termodinámicos: uno raramente deriva explícitamente funciones, solo hace cálculos formales que le permiten conectar entre sí cantidades medibles en principio independientes. Este tipo de relaciones (llamadas “de Maxwell” en honor a quien las explotó por primera vez) aprovecha el hecho de que ciertas cantidades son a su vez derivada de otras, y usando propiedades generales de las derivadas va estableciendo las conexiones. Acá va un ejemplo: ∂T∂V S,n= ∂ ∂V S,n ∂U ∂ S V,n= ∂ ∂V ∂ ∂ S U S,V,n = ∂∂ S V,n ∂U ∂V S,n=− ∂P ∂ S V,n (EJEMPLO DE RELACIÓN DE MAXWELL) 14 De la misma manera se pueden demostrar muchísimas identidades, simplemente reorganizando la forma de escribir las cosas y usando las propiedades de las derivadas parciales. Como prácticamente todas las cantidades de interés pueden escribirse como derivadas de otras, pueden establecerse relaciones no triviales. Mostremos un ejemplo concreto: la relación entre calores específicos en un fluído genérico (ejemplo tomado del “Modern Thermodynamics” de Kondepudi y Prigogine, reproducido sin autorización del editor). Vamos a relacionar entre sí cuatro parámetros medibles de un fluído: Calor específico a volumen constante (definido en la sección 8.1). De su definición, observando que a volumen constante el trabajo es nulo, y usando el Primer Principio, obtenemos: dU V,n=nCV dT V,n por lo que CV= 1 n ∂U∂T V,n ( CV EXPRESADO COMO DERIVADA) Calor específico a presión constante (definido en la sección 8.1): De su definición, y recordando que a presión constante el calor es el cambio de entalpía, resulta: dH P,n=nC P dT P,n por lo que C P= 1 n ∂ H∂T P .n ( C P EXPRESADO COMO DERIVADA) Coeficiente de expansión a presión constante: Si a un material (sometido a presión constante, como por ejemplo la atmosférica) se le aumenta su temperatura en una cantidad (pequeña) dT, su volumen cambiará en dV. Ese cambio de volumen es proporcional tanto al volumen de material como al cambio de temperatura: dV P,n =αV dTP,n (64) donde α es el coeficiente de proporcionalidad. Por lo tanto: α= 1 V ∂V∂T P,n (DEFINICIÓN DEL COEFICIENTE DE DILATACIÓN TÉRMICA) Compresibilidad a temperatura constante: Si a un material (sometido a temperatura constante, por ejemplo la ambiente) se lo somete a un cambio (pequeño) de presión dP, su volumen cambiará en dV. Ese cambio de volumen es proporcional tanto al volumen del material como al cambio de presión: dV T,n=−κT V dP T,n (65) El signo “-” se debe a que queremos definir a κT positivo, mientras que un aumento en la presión provoca una disminución en el volumen. De (65) se deduce: 15 κT=− 1 V ∂V∂P T,n (DEFINICIÓN DEL COEFICIENTE DE COMPRESIBILIDAD) Observen que los cuatro parámetros son cantidades medibles independientemente. Nos las hemos ingeniado para expresarlos como derivadas de variables de estado. Entonces, usando “relaciones de Maxwell” al estilo del ejemplo de arriba puede demostrarse (el cálculo es engorroso y está en el libro citado) que: C P –CV= Tα2 κT V n (66) Los detalles de la cuenta no nos interesa. De hecho se necesita mucha práctica y desenvoltura en termodinámica para usar este tipo de relaciones. Lo que sí nos interesa señalar es que uno usa las propiedades sin en ningún momento derivar realmente alguna función concreta, y llega a relaciones entre cantidades medibles al estilo de (66) que uno jamás hubiera adivinado: los calores específicos, la compresibilidad y la dilatación térmica de un fluído están interrelacionados en cualquier fluído, sin importar su composición química ni ningún otro detalle. Basta el primer principio de la termodinámica para demostrarlo. 10.9- Los potenciales y el Segundo Principio Observen que en todo nuestro trabajo sobre potenciales hasta ahora solo hemos usado el primer principio. Varias conclusiones interesantes se alcanzan cuando el segundo entra en juego. En general, bajo distintas condiciones de las fronteras el estado de equilibrio será un extremo (mínimo o máximo) de algún potencial termodinámico. Mínimo de la energía mecánica Si una pelotita rueda por un paisaje escarpado (ver figura más adelante), la experiencia cotidiana nos indica que esta terminará quieta, en el fondo de algún valle. Muchas veces se afirma en libros que lo que ocurre es que “el sistema alcanza el estado de mínima energía”. Veamos si la termodinámica permite acomodar este tipo de fenómenos y justificar semejante expresión. Antes que nada notemos que la expresión “el sistema alcanza el estado de mínima energía” es demasiado ambigua, y en ciertos contextos puede ser completamente falsa. Lo que vamos a hacer a continuación es mostrar que, si la energía interna del sistema de estudio (en este caso, la pelotita) es constante, el sistema de estudio no hace trabajo (ni mecánico ni termodinámico) sobre el entorno y tanto el sistema de estudio como el entorno permanecen a una temperatura homogenea, entonces la energía mecánica del sistema de estudio alcanza un mínimo. En el caso de la pelotita, esta alcanzará su mínima energía cuando su energía cinética sea nula (pelotita quieta) y cuando la energía potencial gravitatoria sea mínima (en el fondo de un valle). 16 Veamos: si las fuerzas no conservativas hicieran trabajo nulo, el sistema no iría a un estado de mínima energía mecánica: la energía mecánica se conservaría. Claro que es una situación extremadamente idealizada: un mínimo trabajo de fuerzas no conservativas es esperable. En dinámica no hay restricción para los posibles valores de ese trabajo, pero usando el primer principio con las condiciones enunciadas (sólo pueden cambiar la energía mecánica del sistema de estudio y la energía interna del entorno) el trabajo de las fuerzas no conservativas termina siendo igual a menos la variación de energía interna: ΔU ent=−ΔE M (conservación de la energía) ΔE M =LFNC (teorema del trabajo y la energía) Por lo tanto: ΔU=−LFNC (67) Como no hay trabajo sobre el entorno, el cambio de U en (67) es igual al calor, que es igual a TΔS ent . La entropía del sistema de estudio no cambia, por lo que el cambio de la entropía del entorno es la del Universo; por el segundo principio esa cantidad es positiva. Entonces: LFNC=−Q=−TΔS<0 (68) Vemos entonces que los principios de la Termodinámica usados bajo estas condiciones implican que la energía mecánica sólo puede disminuir. El estado de equilibrio es el de mínima energía potencial. Algo interesante que ilustramos en la figura es que si bien hay un estado de equilibrio “absoluto”, puede también haber mínimos relativos que también son estables, como el “valle alto” a la izquierda del mínimo. A veces, dependiendo de los detalles de cómo evoluciona el sistema hacia el equilibrio, se alcanza un estado “metaestable” que, sin ser el equilibrio teórico, es estable. Algo similar ocurre para otros sistemas con otros potenciales (ver más abajo). Máximo de la Entropía Un extremo que surge inmediatamente del segundo principio es el de la entropía: si el sistema estudiado está térmicamente aislado, entonces el cambio de entropía del sistema será igual al cambio del Universo. Por lo tanto el estado de equilibrio será el máximo valor posible para la entropía. Los posibles valores de la Entropía estarán dados por las condiciones del problema. Supongamos, por ejemplo, que tenemos dos gases separados por un tabique rígido y adiabático. En esas condiciones cada uno de esos dos gases puede estar en un estado de equilibrio a temperaturas y presiones diferentes. Cada gas tiene una función entropía, y la entropía total es la suma de ambas. Si en un momento permitimos al tabique moverse libremente, pero mantenemos la aislación térmica, el gas a mayor presión se va a expandir y el gas a menor presión se va a contraer, pero no habrá interacciones térmicas 17 entre ellos. Uno espera que entonces el estado de equilibrio sea uno en el que las presiones se igualen, pero no necesariamente las temperaturas. Si en vez de permitir que el tabique se mueva, pero retiramos la aislación térmica, esperamos que el gas más caliente se enfríe y el más frío se caliente hasta que las temperaturas se equilibren, pero no necesariamente las presiones. Finalmente, si se retira tanto la aislación térmica como la rigidez, el sistema evolucionará a un estado de equilibrio tanto térmico como de presiones. ¿Cómo puede hallarse ese estado de equilibrio usando el segundo principio? Bueno, uno puede plantear la función entropía sujeta a los vínculos del problema. Entonces, dado que el sistema está térmicamente aislado, el estado de equilibrio será el correspondiente a la máxima entropía compatible con esos vínculos. De ese cálculo surgirá no solo que se igualan las presiones, las temperaturas o ambas, sino en qué valores concretos. Si se parte de una situación alejada del equilibrio (por ejemplo, dentro del recipiente hay un gradiente de presión), siempre que se parta de una situación de equilibrio local (ver la sección sobre termodinámica más allá del equilibrio) se puede usar exactamente el mismo principio. Se necesita sin embargo una fuerte sofisticación matemática, porque ahora en vez de dos subsistemas de equilibrio aparecen infinitos (cada elemento de volumen), pero aunque los cálculos sean mucho más complejos el principio es exactamente el mismo. Mínimo de la Función de Gibbs Vamos a analizar un caso de gran importancia práctica: el caso en que el entorno del sistema de estudio puede considerarse a temperatura y presión constantes. Como ya hemos dicho en varias oportunidades ese es un caso relevante porque es la situación habitual en el laboratorio y en la vida (temperatura ambiente y presión atmosférica). En este caso el sistema de estudio puede hacer tanto trabajo como calor, así quela energía y la entropía del entorno pueden cambiar. Observemos que la función de Gibbs del sistema de estudio es: G sist =U sist +PV sist –TS=H sist−TS sist (69) siendo T la temperatura tanto del sistema de estudio como del entorno. Si la temperatura es constante, el cambio de G será: ΔG sist =ΔH sist –TΔS sist (70) Si queremos conocer la condición para que el proceso sea espontaneo debemos estudiar, aparte del cambio de entropía del sistema, el del entorno. A temperatura constante, el cambio de entropía del entorno por la temperatura es igual al calor cuasiestático que el sistema hace sobre el entorno. Como el proceso ocurre a presión constante, el cambio de entalpía del sistema es igual al calor cuasiestático que el entorno hace sobre el sistema. El proceso real seguramente no es cuasiestático, pero en la medida que estudiemos cambios de estado no importa qué procesos usemos, solo los estados inicial y final, así que lo mejor es usar un proceso que sepamos calcular. Entonces, el cambio de entropía del entorno es: ΔS ent= Qent T =− Q sist T =− ΔH sist T (71) 18 de donde ΔH sist=−TΔS ent (72) Reemplazando (72) en (70): ΔG sist=−T ΔS ent+ΔS sist (73) Usando el segundo principio en (73) obtenemos finalmente: ΔG sist0 PARA PROCESOS ESPONTANEOS A P y T CONSTANTES Y TRABAJO QUÍMICO NULO Esto significa que para sistemas cuyo entorno no hace trabajo químico y se encuentra a presión y temperatura constantes la función de Gibbs alcanza un mínimo. A veces el mínimo alcanzado no es el mínimo absoluto sino uno local, como en el ejemplo de la pelotita al comienzo de esta sección. Eso es lo que se llama un estado metaestable. Un buen ejemplo de ese fenómeno es el agua subenfriada: a veces puede ponerse agua en el freezer que sigue líquida por debajo de cero grados. Si eso ocurre, al agarrar la botella y darle un golpe se observa una formación súbita de cristales de hielo. El golpe obligó al sistema a pasar al auténtico mínimo de G. 10.10- Ejemplo de uso: H y G en química. Vamos a repasar ahora el uso de la entalpía y la función de Gibbs en el estudio de las reacciones químicas. Empecemos por aclarar qué son las “tablas de entalpía molar” y de “energía libre molar” que se usan en química. Lo que se hace es asignar arbitrariamente entalpía cero y función de Gibbs cero a las sustancias formadas únicamente por un elemento. Esto puede hacerse porque lo único relevante son los cambios. Así, por ejemplo, al oxígeno gaseoso y al hidrógeno gaseoso en condiciones de laboratorio se les asigna Hm=0, Gm=0 (el subíndice “m” indica “molar”, es decir por cada mol). Para calcular la entalpía de un mol de agua se mide el calor cuasiestático necesario para hacer reaccionar el oxígeno y el hidrógeno que forman un mol de agua a presión y temperatura constantes. Por eso a esa cantidad se le llama “calor de formación” o “entalpía de formación”. Lo más habitual es que las reacciones no puedan realmente hacerse a presión y temperatura constantes, por lo que se debe usar algún otro procedimiento, relacionando una serie de medidas con el cambio de entalpía usando la teoría termodinámica (por ejemplo, por medio de relaciones de Maxwell). Lo mismo puede hacerse para calcular funciones molares de Gibbs, y así podemos atribuir a cada sustancia un valor de H y de G. Supongamos ahora que nos dan una ecuación química balanceada correspondiente a cierta reacción, como por ejemplo: 2CO+O2 2CO2 (74) ¿Cómo podemos calcular el cambio de H o de G en esta reacción? Por empezar, veamos que la entalpía de los reactivos es (recuerden que al oxígeno le atribuimos entalpía cero): 19 2Hm,CO (75) mientras que la de los productos será 2Hm,CO2 (76) (los factores “2” en (75) y (76) se deben a que estamos considerando dos moles de sustancia). Para calcular, entonces, el cambio de entalpía, imaginemos que primero disociamos los reactivos en sus componentes (el cambio de entalpía es entonces −H m por cada mol de reactivo) y luego recombinamos esos elementos en los productos (el cambio en ese paso será H m por cada mol de producto). El cambio entonces al ir de los reactivos a los productos es la suma de ambos cambios, o sea la entalpía de formación de los productos menos la entalpía de formación de los reactivos. Del mismo modo con cualquier función de estado M. Si tenemos una ecuación balanceada nR1 R1+nR2 R2nP1 P1+nP2 P2. .. (77) el cambio de la función M será ΔM=n P1 M m,P1 +nP2 M m,P2−nR1 M m,R1−nR2 M m,R2−.. . (78) La tabla de formación suele estar dada a cierta temperatura, presión y fase. Si los reactivos o productos están en otra situación, deberá incluírse en el cálculo la variación necesaria para llevar cada sustancia a las condiciones tabuladas. Pero para no meternos con sutilezas que distraigan de la esencia, vamos a considerar solamente reacciones que ocurren para reactivos y productos en la situación registrada en tablas. De acuerdo a lo que sabemos, a presión constante el cambio de entalpía del sistema de estudio es igual al calor que le hace el entorno, y por lo tanto es igual a menos el calor que el sistema hace sobre el entorno. Por eso, si en esas condiciones una reacción es tal que el cambio de entalpía es negativo, el sistema hará calor positivo contra el entorno (sentiremos que el tubo de ensayo se calienta). Por esa razon tales reacciones se llaman “exotérmicas”. Si el cambio de entalpía es positivo, la reacción se llama “endotérmica”3. Otro uso importante de los potenciales de estado en química está vinculado a la predicción del caracter espontaneo o no de la reacción estudiada. En la subsección anterior mostramos que en un sistema a temperatura constante los procesos espontaneos son aquellos para los que la “energía libre” de Gibbs del sistema disminuye. Esto crea la falsa ilusión de que uno está pudiendo prescindir del entorno en la decisión de si el proceso es o no espontaneo. Es falsa justamente porque este criterio es válido sólo si el entorno se mantiene en ciertas condiciones (presión y temperatura constantes). Si repasan la forma en que se llegó a que G disminuye verán que se usa el hecho de que la entropía del sistema más la del entorno aumentan. Esto lleva también a malentendidos respecto del significado de espontaneidad (vean la subsección 9.1). A veces una reacción para la que G aumenta puede ocurrir (por ejemplo calentando el tubo de ensayo, sometiendo a presión al sistema, etc). Esto no significa que ocurre una reacción “no espontanea” (cosa que por definición no puede pasar) sino que el criterio de disminución de G ya no es un buen criterio de espontaneidad, porque el entorno ha cambiado y no es más a T o P constante. 3 En un modelo en el que el calor se considera una sustancia esto se lee como que si la entalpía crece el entorno tiene que “darle” calor al sistema, mientras que si la entalpía disminuye es porque parte del calor va del sistema al entorno. Este lenguaje es habitual en los textos de química. 20 10.11- Ejemplo de uso: “Motores Químicos” (pilas, fotosíntesis, etc) Vamos a hablar ahora de una aplicación relevante para estudiar sistemas vivos (¡Al fin!). Recordemos que cuando usamos en química el criterio con el cambio de G estamos pensando en una reacción “de tubo de ensayo”, en el que el objeto de estudio es toda la mezcla dentro del tubo. Si nuestro objeto de estudio hubiera sido una sola sustancia hubiera habido trabajo químico sobre él, pero sobre el contenido del tubo el entorno no hace trabajo químico. Esto no ocurre siempre así: para muchos sistemas interesantes el entorno hace un trabajo químico sobre el sistema mientras la reacción progresa. Un ejemplo paradigmático son las pilas y las baterías: mientras ocurre una reacción de óxido-reducción la batería hace trabajo positivo contra el entorno. Durante un proceso de fotosíntesis, la radiación solar hace un trabajo químico imprescindible sobre el sistema(agua y dióxido yendo a hidratos de carbono). Esta es la razón histórica por la que a la función de Gibbs se le dio el nombre de “energía libre”: el cambio de G se interpretó como “el máximo trabajo químico que un sistema puede hacer sobre el entorno a presión y temperatura constante”. Veamos qué significa esto. Para verlo, recordemos que el cambio de G a T constante es: ΔG sist =ΔH sist +TΔS sist +W quim (79) Repitiendo los razonamientos ondujeron a (73) obtenemos: ΔG sist=−T ΔS ent+ΔS sist +W quim (80) Entonces se cumple: TΔS U =W quim−ΔG sist (81) Usando el segundo principio tenemos entonces: W quim−ΔG sist0 PARA PROCESOS ESPONTANEOS A P y T CONSTANTES Este es probablemente el resultado más importante de la termodinámica en cuanto a sus implicaciones para sistemas vivos. Vean: si queremos que una reacción química en la que el cambio de G es positivo sea espontanea necesitamos un trabajo químico del entorno sobre el sistema más grande que el cambio de G. Por ejemplo, si queremos transformar dióxido de carbono y agua en glucosa y oxígeno (sistema de estudio) necesitaremos hacer un enorme trabajo químico por mol. Esto es precisamente lo que ocurre en la fotosíntesis: la radiación solar hace ese trabajo. Después un animal (o la propia planta) puede “quemar” esa glucosa con el oxígeno produciendo dióxido de carbono y agua; si lo hace con suficiente cuidado puede hacerlo de modo que ese sistema haga sobre el entorno un trabajo positivo (el entorno hace sobre el sistema un trabajo negativo). Ese trabajo químico puede “usarse” para hacer el trabajo químico para sintetizar todas las proteínas y el ATP que hacen funcionar nuestros cuerpos. 21 11- Termodinámica más allá del equilibrio 11.1- ¿Qué es la termodinámica de no equilibrio? Como en la práctica nada está en equilibrio, una respuesta facilista es que “todo” es termodinámica de no equilibrio. De tan simplista, esa respuesta es perfectamente falsa. La verdad es que varios aspectos vinculados a procesos de no equilibrio entre estados de equilibrio (aproximado) pueden estudiarse con termodinámica de equilibrio (estados de equilibrio y procesos cuasiestáticos), mientras que muchos fenómenos son demasiado complejos para ser abordados por la termodinámica. En concreto, la “termodinámica de no equilibrio” es un marco teórico aún en construcción4 en el que se asume la validez de los dos principios pero en el que los “estados” ya no son de equilibrio interno. El aspecto realmente complejo es la caracterización de esos estados y la construcción de funciones de estado, que ya no pueden ser funciones de un número pequeño de variables. La única condición para seguir considerándosela “termodinámica” es que todas las variables involucradas sigan siendo macroscópicas: la temperatura, la densidad de entropía o un gradiente en un “punto” son cantidades que involucran porciones de materia que aún pueden considerarse contínuas (un milímetro cúbico de aire contiene unas 1019 moléculas). Entonces tenemos, como variables en la termodinámica de no equilibrio, todas las viejas variables intensivas (presión, temperatura, potencial químico, calor específico...) más versiones “locales” de las extensivas (energía interna por unidad de volumen, entropía por unidad de volumen, etc), todas ellas funciones de la posición y del tiempo. Y aparte aparecen variables nuevas, que en la termodinámica de equilibrio no hubieran tenido cabida, como “conductividades térmicas”, “coeficientes de difusión” y otras que vinculan entre sí distintos gradientes. Y aparece una cantidad fundamental, vinculada directamente con el segundo principio: la producción de entropía por unidad de volumen y de tiempo. Algunos problemas que no pueden estudiarse con termodinámica de equilibrio son: • Estados estacionarios en sistemas abiertos. Por ejemplo: el perfil de temperaturas en una barra cuyos extremos se mantienen a temperaturas diferentes. En estas situaciones uno no va de un estado inicial de equilibrio a otro final de equilibrio sino que busca un cierto estado de no- equilibrio. • Detalles de la dinámica al pasar de un estado de equilibrio a otro. Por ejemplo, en la expansión libre de un gas uno puede estudiar el cambio de U o de S con termodinámica de equilibrio (porque es el mismo que para procesos cuasiestáticos) pero no hay manera de saber cuánto tarda ni cómo son los gradientes en los instantes intermedios. Estos últimos son “estados de no equilibrio”. Volvamos a nuestro ejemplo de la fotosíntesis: usando termodinámica de equilibrio sabemos que el trabajo químico que la planta debe hacer sobre el sistema de estudio (el agua y el dióxido de carbono que pasan a ser carbohidratos) es mayor que el cambio de G para pasar de dióxido de carbono y agua a carbohidratos. ¿Cuánto mayor? Si queremos detalles tendremos que estudiar un objeto bastante más complicado que las meras sustancias y modelizarlo más allá del equilibrio. Tal vez 4 “Un marco teórico en construcción” es lo mismo que decir que no hay un marco teórico, sino un montón de ideas más o menos desordenadas y la esperanza de que algún día se va a poder construír ese marco. 22 termodinámicamente, tal vez microscópicamente, tal vez lo que salga. Lo cierto es que el problema es entonces mucho más complejo. 11.2- Equilibrio local Este es el punto donde queda claro por qué el estudio de los estados de equilibrio es tan importante en la termodinámica: muchos sistemas que no están en equilibrio pueden pensarse como sistemas inhomogeneos en los que cada elemento de volumen es un estado de equilibrio interno. Esto implica que: • cada elemento de volumen tiene una temperatura, una presión y una densidad bien definidos y medibles en todo instante de tiempo • La entropía de cada elemento de volumen es función de esas variables, la misma función que para los estados de equilibrio. Esto resulta ser una excelente aproximación en muchísimas situaciones, porque es mucho más rápida la llegada al equilibrio en escalas pequeñas que grandes. ¿Qué sucede cuando no hay ni siquiera equilibrio local? Sobre esto no hay acuerdo claro. Hay quienes piensan que no tiene sentido asignar una entropía a estados que no sean de equilibrio. Según esta visión, los casos en que no hay equilibrio local quedan fuera del alcance de la termodinámica. Otros generalizan la definición de entropía, haciéndola depender también de gradientes. El hecho es que no existe una teoría termodinámica sólida más allá del equilibrio local (aunque en rigor más acá tampoco es del todo sólida). Por suerte, muchos problemas interesantes (incluso algunos muy alejados del equilibrio global) pueden ser atacados satisfactoriamente bajo la hipótesis de equilibrio local. 11.3- Creación de entropía Un ejemplo Supongamos que ponemos una barra, digamos, metálica, uno de cuyos extremos está en contacto con un sistema a temperatura T1, y el otro está en contacto con un sistema a temperatura menor T2. Supongamos que esos sistemas son enormes y pueden mantenerse a esas temperaturas cuando pasa el tiempo. Después de un rato, uno espera que se alcance una situación estacionaria, en la que se desarrolla un gradiente de temperaturas a lo largo de la barra que no cambia en el tiempo. Observemos que la situación estacionaria no es de equilibrio: hay un proceso de calor negativo sobre el sistema a temperatura T1 (cuya energía interna va disminuyendo) y uno de calor positivo sobre el sistema a temperatura T2 (cuya energía interna va aumentando). Suponiendo que cada elemento de volumen sobre la barra es un estado de equilibrio interno (o sea, hay equilibrio local) y como la situación es estacionaria, la barra no cambia de volumen (el trabajo termodinámico sobre la barra es nulo) y su energía interna permanece constante, el primer principio implica que el calor que el 23 sistema “caliente” le hace a la barra por segundoes igual al calor por segundo que la barra le hace al sistema “frío” (a modo de ejercicio, verifíquenlo). Esto se puede interpretar como se hace habitualmente en los libros como un “flujo de calor” atravesando la barra, y es por eso que se usa la expresión “conducción del calor”5. Veamos qué pasa si intentamos hacer algo similar con la entropía: igual que antes, debido a que la situación es estacionaria y de equilibrio local, la entropía total de la barra no cambia en el tiempo. En el extremo caliente de la barra “entra” por segundo una cantidad de entropía que es el calor por segundo q dividido la temperatura “caliente”; en el extremo frío, “sale” de la barra una entropía por segundo igual a q dividido la temperatura menor. Pero como T 2<T 1 resulta q T 2 q T 1 . En síntesis: por el lado frío “sale” más entropía que la que “entra” por el lado caliente, pero la entropía “dentro” de la barra permanece constante. Eso, que parece tan extraño, significa simplemente que la entropía no se conserva, y muestra los problemas en los que se puede caer por porfiar en pensar en las funciones de estado extensivas como fluídos. De hecho lo que ocurre es casi una obviedad: estamos hablando de un proceso espontaneo, de modo que la entropía del Universo debe estar aumentando. Lo que pasa es que antes comparábamos “fotos” (estados de equilibrio inicial y final) mientras que ahora el sistema permanece en un estado estacionario, así que debe estar “produciendo” entropía todo el tiempo. Veamos con más detalle lo que está pasando en cada punto de la barra: en esencia hay creación de entropía porque hay un gradiente de temperatura. Por cualquier sección de la barra en cada segundo la parte derecha hace sobre la izquierda un calor q, y la izquierda sobre la derecha un calor -q. Introduzcamos un sistema de coordenadas horizontal sobre la barra, llamémosle x. La sección ubicada en x está a temperatura T(x); la parte derecha tiene un aumento de la entropía de q/T(x) cada segundo. Consideremos una rodaja de espesor Δx , la entropía creada por segundo por esa rodaja en el entorno será ΔS ent=− q T x q T x+Δx (82) En este caso, dado que no hay trabajo, podemos pensar a q como un flujo de energía interna por segundo a traves de la sección. Supongamos que la sección tiene área A. Si llamamos ju al flujo de energía interna por unidad de tiempo y de area, q=ju AΔt , (82) puede reescribirse como: ΔS ent =ju AΔtΔ 1T (83) Como además Δ 1T = Δ 1T Δx Δx ~ d dx 1 T Δx (84) podemos reescribir (83) como ΔS ent =ju AΔxΔt d dx 1T (85) 5 Las “leyes de la conducción del calor” las estableció Fourier hacia 1820, pleno auge de la teoría del calórico. 24 y como AΔx=δV es el volumen (infinitesimal) de la rodaja, (85) puede expresarse como: ΔS ent δVΔT =ju d dx 1 T (86) La cantidad sobre el miembro izquierdo es la producción de entropía del entorno por unidad de tiempo y de volumen, a la que se le suele llamar σ σ=ju d dx 1 T (PRODUCCIÓN DE ENTROPÍA POR FLUJO DE ENERGÍA) Observen que σ no es el cambio de entropía del elemento de volumen (en situación estacionaria esa entropía no varía) sino la producción de entropía en el entorno debida a ese volumen. Una cosa remarcable es que ese entorno no es necesariamente el entorno inmediato. Para la barra analizada, por ejemplo, las dos rodajas adyacentes a la estudiada también se encuentran en estados estacionarios, de modo que sus entropías tampoco varían, y sí están “produciendo entropía en el entorno”. En este caso las entropías varían para los focos caliente y frío entre los que está la barra, que no pueden estar en un estado estacionario. Es interesante observar que no puede suponerse que todo el Universo está en estado estacionario: la entropía de alguna parte está aumentando. Si aplicamos el segundo principio de la termodinámica a cada elemento de volumen, y si llamamos s a la “densidad de entropía” (entropía por unidad de volumen) a lo que llegamos es a que en cada punto se debe tener (¡verifiquen!) σ+ ∂ s ∂ t 0 EN PROCESOS ESPONTANEOS En procesos estacionarios la densidad de entropía no cambia con el tiempo, con lo que σ es positiva, y por lo tanto la energía interna fluye en la dirección del gradiente de 1/T. Vamos a ver a continuación que este esquema se generaliza: la producción de entropía de un elemento de volumen en su entorno es una suma de productos entre flujos de variables extensivas (“flujos”) y gradientes de variables intensivas (“fuerzas”). La interpretación habitual es que el gradiente es una “fuerza”6 que provoca el “flujo” de la cantidad extensiva correspondiente. Fuerzas y Flujos Consideremos el primer principio en su versión entrópica (sección 10.7) dS= 1 T dU+ P T dV − μ T dn (87) 6 Acá “fuerza” no se usa en el sentido newtoniano. De hecho usa una concepción del sentido común que es antinewtoniana: que el “movimiento” (de la energía, en este caso) está causada por la “fuerza”. El uso es metafórico y no es contradictorio con las leyes de Newton porque la energía interna no es una partícula con masa. 25 Supongamos que nuestro sistema de estudio está en un estado de equilibrio local (pero no de equilibrio global). Tambien, para simplificar, supongamos que la presión, la temperatura y el potencial químico varían en una única dirección, a lo largo de la que definimos un eje x. Analicemos la producción de entropía en un disco de área A y espesor Δx como se muestra en la figura (el área es perpendicular al eje x, es decir, a todos los gradientes). Supongamos que hay un flujo ju de energía interna por unidad de tiempo y de área. Entonces ΔU derecha=ju AΔt (88) Si ju es positivo entonces aumenta U a la derecha (y disminuye en la misma cantidad a la izquierda) del área A, y a la inversa si ju es negativo. Entonces, la producción de entropía debida al primer término en (87) en tiempo Δt será: ΔS ent =ju AΔt − 1T x 1 T x+Δx . .. (89) (el signo menos en el primer miembro de (89) se debe a que corresponde al cambio de U a la izquierda del disco). Si el espesor del disco es muy pequeño podemos hacer lo mismo que hicimos en el ejemplo de la barra más arriba, y la cantidad entre paréntesis es la derivada de 1/T respecto de x por el espesor Δx . La producción de entropía resulta entonces: ΔS ent =ju AΔxΔt ∂ ∂ x 1 T . .. (90) análogamente a lo concluído para la barra sometida a un gradiente de temperatura. Veamos ahora la variación de entropía en el elemento de volumen debido a la variación de energía interna, de acuerdo a (87). Por empezar, el cambio de U es el cambio de la densidad de energía interna u por el volumen por el tiempo (infinitesimal) transcurrido: ΔU sist= ∂ u ∂ t AΔxΔt (91) de modo que ΔS sist =AΔxΔt ∂u ∂ t 1 T .. . (92) Como la suma de la energía mecánica y la interna se conservan, existe una relación entre la densidad de energía y su flujo que tiene una expresión matemática al estilo de la ecuación de continuidad que estudiamos para fluídos. Mencionamos esa relación, pero no vamos a entrar en los detalles matemáticos. Sí debemos decir que en estos casos (variable extensiva conservada localmente) modelizar la variable como sustancia resulta muy conveniente. Lo interesante es que a partir de (87) tenemos una expresión para la variación de entropía del elemento de volumen como de la entropía producida por ese elemento de volumen en su entorno, y que esta última resulta del producto entre un flujo y un gradiente. 26 Veamos los otros dos términos en (87). El segundo es el referido a cambios de volumen. Ese término contribuye al cambio de la entropía del elemento de volumen si cambia su densidad. Pero hay una contribución a la entropía del entorno si por ese elemento hay un caudal a lo largo de un gradiente de P/T. Veamos:el cambio de volumen a la derecha del área A será el caudal por el tiempo infinitesimal transcurrido, y a su vez el caudal es la componente de la velocidad normal al área por esa área. Si la velocidad es normal al área entonces el caudal es la rapidez por el área; en ese caso el cambio de entropía en el entorno será: ΔS ent=+vAΔt −P x T x P x+Δx T x+Δx .. . (93) Como antes, al hacer tender a cero el espesor de la rodaja la cantidad entre paréntesis pasa a ser el gradiente (ahora de P/T) por el espesor del disco: ΔS ent=+vAΔxΔt ∂ ∂ x PT .. . (94) Algo similar ocurre con el tercer término. Sumando los tres, resulta que la entropía producida por nuestro elemento de volumen en el entorno en un tiempo infinitesimal Δt será: ΔS ent =AΔxΔt ju ∂∂ x 1 T +v ∂ ∂ x P T –jn ∂ ∂ x μ T (95) Si pasamos dividiendo el área por el espesor por el transcurso de tiempo al lado izquierdo de (95), obtendremos la producción de entropía por unidad de volumen y de tiempo en el entorno de ese volumen: σ=ju ∂ ∂ x 1 T +v ∂ ∂ x P T –jn ∂ ∂ x μ T (96) Si la variación de las cantidades intensivas ocurriese no solo en el eje x, la expresión (95) tendría la forma más sofisticada que aparece en la bibliografía, pero cuyo significado es esencialmente el mismo: = j u. ∇ 1T v . ∇ PT − j n . ∇ T (97) Recordemos que σ es la entropía por unidad de tiempo que un punto produce en su entorno. Aparte, la densidad de entropía del propio punto puede estar cambiando, de modo que (recordamos) la expresión del segundo principio será: σ+ ∂ s ∂ t 0 EN PROCESOS ESPONTANEOS (98) Veamos un ejemplo bastante transitado: la biósfera terrestre. Si consideramos un proceso corto en 27 comparación con los tiempos evolutivos podemos suponer que la biósfera se encuentra, más o menos, en un estado estacionario: la densidad de entropía no varía. En ese caso es σ el que debe ser estrictamente positivo. Entonces el primer término en (97) señala que debe haber un flujo de energía interna de las zonas cálidas a las zonas frías. El segundo término indica que el viento y las corrientes oceánicas son una fuente de generación de entropía también. ¿Cuál es el entorno en este caso? El interior de la Tierra y el espacio exterior. En algunos textos de ecología puede leerse que el Sol aporta “energía de baja entropía” y que la Tierra emite al espacio, a través de los polos, “energía de alta entropía”, y que ese flujo de energía es el que hace “funcionar” a los ecosistemas. Esas frases algo vagas (y que retomaremos en la sección 13) adquieren su sentido en las expresiones (97) y (98). Conviene no extrapolar esa forma de hablar demasiado lejos de esas expresiones. 11.4- El régimen lineal y las relaciones de Onsager Si bien a partir de las relaciones (97) y (98) se pueden hacer varias inferencias cualitativas sobre lo que ocurre en sistemas fuera del equilibrio, no se puede entrar en mayores detalles sin conocer los flujos. Es razonable que para muchos sistemas de interés, si el desequilibrio no es muy grande, los flujos sean proporcionales a las fuerzas. Este es el llamado “régimen lineal” y abarca los fenómenos habitualmente llamados “de transporte”. Estudiemos el caso de un fluído como en la subsección anterior. En el régimen lineal: j u=1 ∇ 1T 1 ∇ PT 2 ∇ T v=3 ∇ 1T 2 ∇ PT 4 ∇ T (99) j n=5 ∇ 1T 6 ∇ PT 3 ∇ T donde los coeficientes α representan la proporcionalidad entre el flujo y su fuerza conjugada, y los coeficientes γ las contribuciones “cruzadas”. Esos números dependen de la sustancia y del estado en que esta se encuentra, y deben ser medidos (o bien predichos a partir de una modelización microscópica). Se puede vincular las expresiones en (99) con leyes fenomenológicas. Por ejemplo la llamada “conducción del calor”: la Ley de Fourier (caloricista) establecía que el “flujo de calor” es proporcional a menos el gradiente de temperatura: j q=−κ ∇ T donde κ es la “conductividad de calor” (para más detalles vean en la sección siguiente). Desarrollando la expresión (99) para la corriente de energía interna: j u=− αT 2 γ1 P T 2 γ 2 μ T 2 ∇ T γ1 T ∇ P γ2 T ∇ μ (100) Comparando (100) con la Ley de Fourier se ve que la cantidad entre paréntesis es la conductividad térmica. El segundo término representa posibles flujos de energía debidos a un gradiente de presión, y el tercero uno debido a un gradiente en la concentración. 28 Lo cierto es que se ha detectado que las contribuciones cruzadas (los términos con γ ) suelen ser iguales dentro del error experimental. Por ejemplo, en las expresiones (99), γ1=γ3 . No hay una explicación de esta observación a partir de los dos principios de la Termodinámica. Lars Onsager, alrededor de 1940, mostró que si los sistemas se modelizan microscópicamente y se usa la reversibilidad subyaciente en el sistema microscópico, esos coeficientes “cruzados” son iguales. Como no puede demostrarse estas relaciones desde una modelización termodinámica, puede considerárselo como un principio más; de hecho, en algunos textos aparece como el “cuarto principio de la Termodinámica”7. 11.5- Fenomenología vs marco teórico En las subsecciones anteriores hemos expuesto los elementos más firmes y consensuados de un marco teórico en construcción. La termodinámica fuera del equilibrio no es propiamente una teoría, sino más bien una colección de teoremas, algunos procedentes de la termodinámica de equilibrio, otros de las modelizaciones microscópicas, más otra colección de conjeturas sin tanto consenso (la más notable, probablemente, sea el “principio de mínima producción de entropía” de Prigoyine). Lo cierto es que a la hora de la verdad, y excepto algunos argumentos en ecología, el formalismo que hemos expuesto acá se usa muy poco. Ante situaciones concretas de no equilibrio se recurre a leyes fenomenológicas, bien establecidas en el sentido de que dan respuestas sólidas a gran cantidad de fenómenos prácticos (vean la subsección “fenómenos de transporte” en la sección 13). Por supuesto, eso no significa que estudiar termodinámica de no equilibrio sea inutil: cuando los problemas son más complejos y no están en el espectro de lo atacable por las leyes fenomenológicas, ese conocimiento puede ser la única guía disponible a una solución. Pero es importante tener claro en mente que mucho de lo expuesto en la bibliografía como “aplicaciones de la termodinámica” no está en el marco teórico de la termodinámica contemporánea , y las distintas herramientas pueden entrar en contradicción mutua o severos problemas si se las aplica demasiado lejos de sus dominios. 12- Conexiones con lo microscópico 12.1- ¿Qué quiere decir “microscópico”? “Microscópico” no necesariamente significa “extremadamente chico”. Se habla de un nivel “micro” cada vez que un sistema puede estudiarse también a un nivel “macro”, que es el resultante del comportamiento colectivo de los constituyentes del nivel “micro”. Por ejemplo, la microeconomía estudia las decisiones de individuos en situaciones económicas, mientras que la macroeconomía estudia el comportamiento de las cuentas nacionales, como el PBI y la cantidad de moneda circulante. Un bosque a nivel micro es cada uno de sus árboles y animales en interacción, mientras que su nivel macro es el ecosistema. 7 El “Tercer Principio”, también inspirado en modelizaciones microscópicas, afirma que la entropía de una sustancia pura es cero a temperatura absoluta cero. Esto no es verdad para un gas ideal, pero no se conoce ningún gas que no se haga líquido a temperatura lo bastante baja. 29 Si lo que estudiamos es la materia según sus propiedades físicas, el nivel macro es lo que hicimos en este curso: un auto completo puede ser estudiado por sus coordenadas
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