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más vértebras, habitualmente en la región lumbar, y el canal vertebral permanece abierto por detrás (fig. 18-13). La médula espinal y las raíces nerviosas suelen ser normales. El defecto se encuentra recubierto por los músculos posvertebrales y no puede verse desde la superficie. Sobre el defecto puede existir un pequeño mechón de vello o un tumor de grasa. La mayoría de casos son asintomáticos y se diagnostican por casualidad al realizar una radiografía de columna. 2. Meningocele. Las meninges se proyectan a través del defecto en los arcos vertebrales, formando una masa quística por debajo de la piel que contiene líquido cefalorraquídeo y que comunica con el espacio subaracnoideo (figuras 18-13 y 18- 14). La médula espinal y los nervios suelen ser normales. 3. Mielomeningocele. La médula espinal normal o la cola de caballo se encuentran en el interior del saco meníngeo, que las protege a través del defecto del arco posterior (fig. 18-13). La médula espinal o las raíces nerviosas se adhieren a la pared interna del saco. Figura 18-14 Un meningocele en la región lumbosacra. (Cortesía del Dr. L. Thompson.) 4. Mielocele. El tubo neural no queda cerrado en la región del defecto (fig. 18-13). Se encuentra un área oval descubierta en la superficie. Representa el surco neural, cuyos labios se han fusionado. El conducto ependimario exuda líquido cefalorraquídeo hacia la superficie. 5. Siringomielocele. Esta anomalía es infrecuente. Existe un mielomeningocele y, además, el conducto ependimario de la médula espinal a nivel del defecto óseo se encuentra marcadamente dilatado (fig. 18-13). La espina bífida oculta representa el defecto más habitual. El siguiente en frecuencia es el mielocele, y muchos de los niños afectados nacen muertos. Si el niño sobrevive al nacimiento, puede producirse la muerte por infección de la médula espinal en el curso de unos pocos días. 854 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Botón1:
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