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Estudio de eficacia en bovinos con Eprinomectina inyectable al 1% en vehículo 
con acción prolongada, “GANADOR E”, sobre el control de endoparásitos y 
ectoparásitos, y evaluación de ganancias de peso y producción de leche. 
 
Estupiñan-Mahecha, Oscar J.1 
1M.V.-UDCA. Director Científico de Laboratorios Provet S.A.S. 
Contacto: oestupinan@laboratoriosprovet.com 
 
 
INTRODUCIÓN 
 
La Eprinomectina (EPM) es un compuesto semi-sintético de la familia de las avermectinas que 
tiene un amplio espectro de actividad contra ganado bovino (Aksit et al. 2016). Debido a su baja 
relación cuantitativa de participación de leche a plasma, puede usarse de manera segura en 
ganado lechero con un tiempo de extracción de leche cero (Shoop et al. 1996). Aunque la 
administración en forma de Pour-on de las avermectinas proporciona algunas ventajas como lo 
es la entrega del producto adecuada (McKellar and Benchaoui, 1996) y facilidad en la aplicación 
para el ganadero (Hennessy, 1997); sin embargo, esta ruta también tiene desventajas en 
comparación con la administración subcutánea, como lo es una disponibilidad en plasma mucho 
menor (McKellar and Benchaoui, 1996), efecto impredecible por el comportamiento de los 
animales debido al lamido, que afecta la farmacocinética del producto y al mismo tiempo, 
variaciones inter-individuales o aplicación en grandes animales, o por otro lado, menor 
disponibilidad en plasma cuando hay condiciones climáticas adversas como las lluvias (Laffont et 
al. 2001; Barber and Alvinerie, 2003; Gokbulut et al. 2011) y las grandes dosis que se requieren 
(500 µg/kg) como en el caso de eprinomectinas en Pour-on. 
 
Se ha comprobado que la exposición a lluvia después de la aplicación de avermectinas mediante 
la vía Pour-on disminuye la concentración plasmática de estas moléculas en las novillas 
estudiadas. La escasa disponibilidad de plasma en el ganado expuesto a lluvias intensas podría 
resultar en concentraciones plasmáticas sub-terapéuticas, que pueden aumentar el riesgo de 
resistencia a los medicamentos para los parásitos. (Gokbulut et al. 2011) 
 
Los parámetros farmacocinéticos medios de la EPM en plasma tras la administración tópica (Pour-
on) o subcutánea han demostrado que su absorción es más rápida con una concentración más 
alta en la aplicación subcutánea en comparación con la vía tópica; además la administración 
subcutánea produjo una mayor disponibilidad en plasma de la EPM en tiempos más cortos 
comparada con la vía tópica. La máxima concentración de EPM en plasmas (Cmax) y el tiempo 
para llegar a esta, fue más alta y más rápida después de la administración subcutánea -59,70 
ng/mL y 1,30 días respectivamente- que después de la administración tópica -20,73 ng/mL y 4,40 
días respectivamente- (Askit D., et al. 2016). 
 
 
Ha sido ampliamente reportado que la administración subcutánea de EPM es completamente 
efectivo contra nemátodos maduros e inmaduros en bovinos proporcionando una mayor 
potencia contra los endoparásitos que la abamectina, la ivermectina, la doramectina y la 
moxidectina (Shoop et al. 2001). Además, la EPM mostró una concentración plasmática mucha 
más alta seguida de una administración subcutánea comparada con una administración en Pour-
on en bovinos de leche (Baoliang et al. 2006) y cabras (Lespine et al. 2005). En la evaluación de la 
administración de Eprinomectina subcutánea en cabras a dosis de 0,2 mg/kg, demostró 
claramente que la administración subcutánea es 2,5 veces más efectiva que la administración en 
Pour-on (Lespine et al. 2003) 
 
Diversos estudios han demostrado la baja concentración de residuos en leche (inferior a LMR 
permitido) para la EPM en bovinos de leche (Shoop et al. 1996), cabras (Lespine et al. 2003) y 
ovejas de leche, evidenciando que la administración subcutánea de EPM conduce a una mayor 
biosdisponibilidad y a un tiempo de residencia más largo con una dosis más baja que las 
aplicaciones Pour-on (C. Modi et al. 2014). Así mismo, se comprobó en camellos lactantes que la 
EPM es segura con cero tiempo de retiro en leche (Bengoumi et al. 2007). 
 
Los parásitos son de los elementos más devastadores que afectan a la producción de la ganadería 
hoy en día. Estos organismos que viven a expensas de otros de los cuales se alimentan, es así que 
los efectos destructivos que le ocasionan a la ganadería bovina provocan que los animales se 
debiliten, que tengan un desbalance y mal funcionamiento de los órganos y adicionalmente 
predispone a que se presenten ataques de otros agentes infecciosos oportunistas como virus, 
bacterias, hongos, etc. Este cuadro se complica cuando en un sistema ganadero hay trastornos 
nutricionales, déficit mineral, planes sanitarios antiparasitarios y vacunales deficientes y, otros de 
carácter de higiene. 
 
Los parásitos compiten con el animal por los nutrientes contenidos en las fuentes alimentarias, lo 
que se agrava si la calidad del forraje es deficiente. El parasitismo es un factor condicionante de 
la salud animal y causante de las enfermedades carenciales (Hafez, 1972; Fajardo et al, 1985; 
Álvarez et al 1985; Funes, 1992; Cuhna, 1993). Los parásitos causan anorexia, reducción en la 
ingestión y absorción de alimentos, pérdidas de sangre y proteínas plasmáticas, alteraciones en 
el metabolismo de nutrientes, reducción de minerales, depresión en la actividad de algunas 
enzimas intestinales y diarrea. Estas afecciones pueden verse reflejadas en la disminución de la 
ganancia diaria de peso, producción láctea, conversión alimenticia, entre otros. 
 
En periodos secos del año se manifiestan pérdidas de peso vivo y una tasa de mortalidad superior 
al 25%, (Delgado et al, 1998). Los parásitos influyen principalmente en los índices productivos y 
reproductivos de los animales. De ahí, la importancia del empleo de medidas de control 
parasitario que reduzcan el efecto de estas parasitosis, las que generalmente se relacionan con 
factores predisponentes. 
 
 
Las pérdidas ocasionadas por los parásitos, afectan directamente al desarrollo y crecimiento de 
los animales y estas pérdidas jamás serán compensadas aún con tratamientos efectivos (Ascasubi, 
2015). Por tanto, los protocolos sanitarios antiparasitarios deben estar perfectamente 
encaminados con un profiláctico o metafiláctico altamente efectivo y eficiente. 
 
Las pérdidas de la tabla 1 están realizadas sobre la base de efectos directos en los animales, pero 
se deben considerar las pérdidas de: mal aprovechamiento y desperdicio de forraje, mayor 
tiempo para alcanzar pesos de faena y de reproducción, menor calidad de la carne, menor 
fertilidad, menor resistencia de los animales a otras enfermedades, mayores costos en 
tratamiento médicos; entre otros. 
 
Pérdidas según su grado de intensidad de la infestación parasitaria (Tabla 1) 
Grado de 
infestación 
Pérdidas estimadas 
por animal en Kg. 
Leve 
Moderado 
Grave 
5 – 20 Kg 
25 – 40 Kg 
50 – 70 Kg 
 (Ascasubi, 2015) 
 
Los parásitos se desarrollan por una parte en el huésped (animal) y otra en vida libre (medio 
ambiente). Los estadíos parasitarios de vida libre (parásitos en las pasturas) superan el 90 % de la 
población parasitaria presente en un sistema ganadero; esto significa que, al realizar tratamientos 
antiparasitarios a animales enfermos, solo ataca a menos del 10% de los parásitos de la ganadería. 
De aquí surge la importancia de evitar la contaminación de las pasturas a través de la introducción 
de animales infectados. Por tanto, los tratamientos antiparasitarios dados oportunamente no 
solo deben tener la función de evitar las pérdidas de producción en los animales, sino también 
evitar la contaminación de las pasturas. 
 
 Nº de larvas por Kg de pasto seco 
 
Día 
Pastura de lote testigo 
(animales sin 
tratamiento) 
Pastura de lote tratado 
(animales con 
tratamiento) 
Previo al pastoreo 0 0 0 
Posterior al pastoreo 
52 5200 130 
110 4113 98 
 (Ascasubi, 2015) 
 
El número de larvas en la pastura del lote testigo con un solopastoreo, se elevaron 
peligrosamente convirtiéndolas en muy riesgosas para animales susceptibles a la enfermedad, en 
escasos 52 días. 
 
 
Las parasitosis gastrointestinales son uno de los problemas sanitarios más importantes en el 
ganado vacuno a nivel mundial, especialmente las infecciones subclínicas, ya que causan pérdidas 
económicas por disminución en la producción de leche y carne, e incremento en los costos 
asociados al tratamiento y control (Mederos y Banchero, 2013). Los nemátodos y céstodos 
ocasionan problemas de gastroenteritis verminosa caracterizadas clínicamente por diarrea, 
debilidad, hemorragias y deshidratación (Mawatari et al., 2014). Los nematodos tienen ciclo de 
vida directo, con una fase en el animal y una externa en los pastos, donde ocurre el desarrollo de 
huevos hasta el tercer estado larval infectante (Cordero del Campillo et al., 1999). 
 
Los ectoparásitos del ganado vacuno son artrópodos pertenecientes a las clases Arachnida e 
Insecta que se localizan temporal o permanentemente en la piel o tejido subcutáneo de los 
animales. Se caracterizan por provocar lesiones cutáneas directas, que pueden agravarse como 
consecuencia del rascado. Las infestaciones intensas se traducen también en pérdidas indirectas 
derivadas de la intranquilidad ocasionada por el prurito, como lo son una disminución de la 
ingesta, disminución de la ganancia de peso y de la producción láctea. Se debe destacar que estos 
parásitos transmiten otros patógenos infecciosos. Así también, los cambios climáticos y la 
intensificación de los sistemas productivos contribuyen al incremento de infestaciones de 
parásitos y a la expansión de enfermedades infecciosas (Cabanelas et al., 2015). La sarna, los 
piojos, las garrapatas, la miasis, y los insectos como moscas, mosquitos y tábanos son 
ectoparásitos que afectan negativamente al ganado bovino. 
 
Uno de los principales problemas económicos en la ganadería bovina de las regiones tropicales y 
subtropicales de Centro y Sudamérica, son las garrapatas y las enfermedades que éstas 
transmiten. Por su importancia económica y sanitaria la garrapata Rhipicephalus (Boophilus) 
microplus es uno de los principales ectoparásitos que causan graves problemas en la ganadería 
de pastoreo. Su efecto directo está relacionado con el daño a las pieles por acción de las 
picaduras, pérdida de sangre y el efecto de sus toxinas, lo cual incide negativamente sobre la 
ganancia de peso y producción de leche de animales infestados, mientras que su efecto indirecto 
está dado por la transmisión de agentes patógenos: Babesia bovis, Babesia bigemina y Anaplasma 
marginale, los cuales a su vez producen baja en la condición física, mortalidades y altos costos 
para su control. El método más utilizado para el control de R. (B.) microplus es el uso de productos 
químicos tales como organofosforados, piretroides, amidinas, fenilpirazolonas y lactonas 
macrocíclicas (Rodríguez-Vivas y col 2005). 
 
Las avermectinas (ejemplos: ivermectina; doramectina; eprinomectina; abamectina) y 
milbemicinas (ejemplo: moxidectina) son activas para el control de nematodos y artrópodos a 
dosis bajas en la mayoría de los animales domésticos (Sumano y Ocampo 2006). Se absorben por 
todas las vías debido a su alta liposolubilidad y se distribuyen ampliamente en los tejidos, tales 
como la luz intestinal, grasa y piel (Entrocasso y col 1996, Sumano y Ocampo 2006). Las lactonas 
macrocíclicas producen su efecto antiparasitario al incrementar la permeabilidad de la membrana 
 
celular por los iones de cloro (Cl-), con la consecuente hiperpolarización y parálisis de la 
musculatura faríngea y somática de los parásitos (Mudd y Parker 1995, Lifschitz y col 2002). 
 
Existen en el mercado lactonas macrocíclicas de larga acción que presentan eficacia > 95% con 
persistencia hasta 70 días PT. Los resultados de las investigaciones demuestran que las lactonas 
macrocíclicas son una buena alternativa de control de garrapatas en el ganado bovino. 
(Rodríguez-Vivas et al. 2010). 
 
La necesidad de disminuir los índices de mortalidad, disminución de enfermedad en los animales, 
pero, sobre todo, de aumentar rentabilidad en los sistemas ganaderos; nos ha llevado a una 
continua lucha de conseguir antiparasitarios verdaderamente efectivos, con una relación de costo 
Vs beneficio, óptima. 
 
Sólo la desparasitación del ganado después de que se detecten los signos clínicos puede volverse 
una mala práctica para las lecherías progresivas, debido a que los parásitos ya habrán causado 
pérdidas significativas y los animales que se muestran enfermos son solo una pequeña parte del 
problema. La eliminación de la carga de parásitos subclínicos puede ayudar a aumentar la 
comodidad y la producción de las vacas, y debería ser un punto central de cualquier programa de 
control de parásitos para el ganado lechero. 
 
 
OBJETIVO GENERAL 
Evaluar la eficacia de Eprinomectina inyectable al 1% en vehículo con acción prolongada 
“GANADOR® E”, sobre el control de endoparásitos y ectoparásitos, y evaluación de ganancias de 
peso y producción de leche. 
 
 
MATERIALES Y MÉTODOS 
Ubicación geográfica: 
La evaluación se realizó en el departamento de Cundinamarca-Colombia, municipio Cajicá, vereda 
La Cumbre (Coordenadas 4°948241 N -74°043963 O), en la finca San José de La Cumbre. El clima 
es cálido y templado, presentando una temperatura media anual de 14°C, una altitud de 2700 
msnm y una precipitación anual de 830 mm. 
 
Materiales y métodos: 
Para la evaluación, se utilizaron 50 vacas lecheras en etapa productiva de las razas Holstein, 
Jersey, y sus cruzas, y Simmental puro, animales con pesos entre los 435 y 670 Kg, con 3 a 6 años 
de edad. Durante todo el desarrollo de la evaluación los animales se mantuvieron bajo las mismas 
condiciones de manejo y alimentación, las cuales consistieron en pastoreo, mezcla de ensilaje, 
concentrado de dieta y agua ad libitum. Todos los animales objeto de la evaluación no habían 
 
RGI = recuento promedio de parásitos 
gastrointestinales; G1= grupo tratado; G2= grupo 
control; Ti= tiempo inicial; Tf= tiempo final; hpg= huevos 
por gramo de materia fecal. 
recibido tratamiento antiparasitario, vitamínico, ni antimicrobiano durante los 120 días 
anteriores. 
 
Los animales fueron divididos en dos grupos (grupo de animales a tratar -G1- y grupo de animales 
control -G2-) seleccionados al azar e identificados en las respectivas planillas de registro de datos 
en donde, se inscribieron de forma individual la producción de leche y los pesos corporales del 
día 0, 14 y 28 de la evaluación, la cantidad de producto a inyectar según el peso en el día 0 y el 
número de moscas promedio encontradas en la cara, los flancos y el lomo; se realizaron conteos 
de mosca semanalmente hasta el final de la evaluación. La toma de muestra de materia fecal, se 
realizó mediante muestreo aleatorio en pool, tanto para el grupo G1 como para el G2, y fueron 
debidamente identificadas y transportadas en custodia de cadena de frío para el estudio 
coprológico hasta el laboratorio clínico médico veterinario L.M.V. SAS., Res. ICA N° 003128 de 
2014. 
 
Los animales del grupo 1 recibieron una sola aplicación de Eprinomectina al 1% en vehículo de 
acción prolongada, denominado GANADOR® E, producto de titularidad de Laboratorios Provet 
S.A.S., a dosis de 1 mL por cada 50 Kg de peso corporal (0,2 mg/kg) por vía subcutánea en la parte 
delante del borde anterior de la escápula, siguiendo las instrucciones de etiqueta y las buenas 
prácticas veterinarias. 
 
Los resultados fueron medidos mediante: 
%� � 1 � ���	
���
�
100 
Ta: # promedio del parásito en estudio presente en los animales luego de aplicado el tratamiento. 
Tb: # promedio del parásito en estudio en los animales antes de aplicar el tratamiento. 
El porcentaje de eficacia se define como la dosis mínima necesaria para lograr el efecto deseado 
en el 50% de una población determinada (Goodman et al. 1988). 
 
 
RESULTADOS Y DISCUSIÓN 
La presente evaluacióndemostró que la entrega del antiparasitario -Eprinomectina- a través de la 
inyección subcutánea con GANADOR® E, evidencia una potente eficacia del 100% contra endoparásitos. 
El recuento de huevos de nemátodos permaneció nulo durante al menos los 28 días de la evaluación (tabla 
1). 
 
Tabla 1. 
 
 
COPROLÓGICO EN BOVINOS ADULTOS 
Parámetro 
G1 G2 
Ti 
(hpg) 
Tf 
(hpg) 
Ti 
(hpg) 
Tf 
(hpg) 
RGI  200 0 100 50 
 
Moscas R = recuento promedio 
de moscas; G1= grupo tratado; 
G2= grupo control. 
El grupo de animales control, también mostró una significativa disminución de la carga parasitaria, debido 
a que los dos grupos de animales compartían pasturas, y la carga parasitaria en los potreros había 
disminuido considerablemente con la aplicación de GANADOR® E en los animales tratados. 
 
Hubo una actividad sustancial contra moscas, resultando en un control de más del 94% en la primera 
lectura. Fue evidente la reducción de los ectoparásitos en flancos, dorso, cara y patas en el grupo de 
animales tratados, reducción que se mantuvo durante el tiempo de medición de los parámetros (Tabla 2). 
 
Tabla 2. 
CONTROL DE MOSCA 
Grupo Animal G1 G2 
Día de Evaluación 0 7 14 28 0 7 14 28 
Moscas R  290 17 30 135 320 200 180 160 
 
También se registraron ganancias de peso significativas, comparado contra el grupo control no tratado, 
atendiendo similitudes de raza, edad y estado de gestación (Tabla 3). 
 
Tabla 3. 
GANANCIAS DE PESO 
VARIABLE�
GRUPO 
TRATADO�
GRUPO�
CONTROL�
Ganancia de peso (%)� 4,448� 2,969�
 
Todos los animales tratados registraron aumento en la producción de leche y en la mayoría de estos 
animales, se logró aumentar la producción en un rango del 18 a 24% más, por animal. El grupo control 
también mostró un ligero aumento de la producción debido, probablemente a la disminución de la carga 
parasitaria en los potreros. 
 
No se observaron reacciones alérgicas o de rechazo por parte de los bovinos tratados con GANADOR E, en 
el sitio de aplicación ni sistémicamente. 
 
 
CONCLUSIÓNES: 
Estos resultados de la eficacia en el control antiparasitario, fueron similares a ensayos previamente 
realizados por investigadores a nivel mundial, concordando con el estudio del Dr. Lespire y colaboradores 
en donde se demostró que la administración subcutánea de Eprinomectina a la dosis descrita en GANADOR 
E, es 2,5 veces más efectiva que la administración en Pour-on en términos del contenido del medicamento 
presente en el organismo. Recientes estudios han demostrado la alta efectividad de la Eprinomectina 
inyectable al 1%, en el control de garrapatas R. microplus proporcionando una eficacia mayor al 95%. 
 
La presente evaluación muestra claramente que la administración en inyección subcutánea única de 
Eprinomectina con vehículo de acción prolongada, a dosis de 0,2 mg/kg con el producto GANADOR® E en 
dosis práctica de 1 mL/50 Kg de peso corporal, posee una potente eficacia en el control de parásitos 
 
nemátodos gastrointestinales y de ectoparásitos; así como mayores ganancias de peso corporal y aumento 
en la producción láctea. 
 
Con resultados del 100% en el control de parásitos nemátodos gastrointestinales, control del 94% en 
mosca de los cuernos, mayores ganancias de peso de 1,5 veces mayores y aumentos en producción de 
leche de 18 a 24% más por animal; queda demostrada la eficacia del producto GANADOR® E. 
 
Se debe tener en cuenta que una vez que se inicia el tratamiento de animales parasitados y éstos son 
eliminados, los animales inician una ganancia de peso compensatoria (denominada periodo de 
recuperación) para luego disminuir dicha ganancia con una tendencia a la estabilización y en donde la 
ganancia de peso será el reflejo de la alimentación a la que estén sometidos. 
 
Los tratamientos antiparasitarios deben seguir un régimen estratégico con planes integrales, basados en 
protocolos debidamente documentados y previamente establecidos en cada sistema ganadero bovino, en 
donde se deben considerar el tratamiento de pasturas, periodos de descanso y adecuados manejos de 
potreros, intervalo entre tratamientos más cercanos para acortar el ciclo de vida del parásito cuando las 
infestaciones parasitarias son muy altas; así como la implementación de altas medidas de higiene y sanidad 
en el hato, de lo contrario la aplicación de los fármacos antiparasitarios serán inoficiosos, con pobres 
resultados de desparasitación y generando resistencias. Debe existir un compromiso por parte del 
ganadero y sus colaboradores para un eficiente control parasitario. 
 
 
 
 
 
 
 
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