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Rafael Hoogesteijn & Ernesto Boede 275 
 
 
 
 
 
 
 
NOTAS SOBRE LAS ENFERMEDADES 
DEL JAGUAR Y DROGAS UTILIZADAS 
EN SU CAPTURA CON FINES CIENTÍFICOS 
Rafael Hoogesteijn 
Ernesto O. Boede. 
Aunque es muy raro encontrar jaguares enfermos o en malas condiciones físicas, 
estos felinos son susceptibles de contraer diversos tipos de enfermedades comunes a 
todo el grupo de los felinos, tales como la rabia, panleucopenia felina, toxoplasmosis, 
leucemia felina, etc. Además albergan parásitos externos tales como garrapatas 
(género Amblyomma), gusanos de monte (Dermatobia hominis) y larvas de moscas en 
heridas y rasguños (producidas por Cochliomya hominivorax), el hongo Trichophyto; y 
gran número de especies de parásitos internos. Seymour (1989), y Patton et al. (1986), 
reportan de otros autores y de sus propias investigaciones, los protozoarios Hammondia 
pardalis, Isospora sp., organismos del tipo Toxoplasma y el Tripanosoma T. Evans; el 
parásito tremátodo del pulmón Paragonimus sp.\ las tenias Diphyllobothrium, 
Echinococcu, oligarthru, Spirometra sp. (prob. S. mansanoides), Taenia macrocystis, 
Toxascaris, Toxocara cati y T. mystax. El acantocéfalo Oncicola oncicola; los 
anquilostomos o gusanos intestinales Ancylostoma tubaeforme y A. pleuridentatum, 
Strongylida probablemente A. brasiliensis y Aelurostrongylus sp.; el nemátodo 
spirúrido Phisaloptera anomala y el parásito Capillaria sp.. Además en cautiverio se 
han reportado variados tipos de tumores, así como ántrax, virus de viruela y diabetes. 
El papel que desempeñan estas enfermedades y/o parásitos en las poblaciones de 
jaguar es desconocido en cuanto al grado en que actúan como agentes de mortalidad. 
Los mismos hábitos del jaguar disminuirían la posibilidad de que sus poblaciones se 
vean muy reducidas por enfermedades o cargas parasitarias. Entre esos hábitos de vida 
están la baja densidad de población en áreas muy extensas, en las que generalmente 
vive solo y en continuo movimiento, no consumiendo presas en avanzado estado de 
descomposición y cambiando frecuentemente de guarida o vivienda, lo cual disminuye 
el grado de infección de un felino a otro. Sin embargo Rabinowitz (1986b), sugiere que la 
alta carga parasitaria es uno de los varios factores que contribuyen a que el jaguar 
 
276 Notas Sobre Enfermedades del Jaguar 
no alcance edades avanzadas en estado silvestre, en contraposición a las que alcanza 
en los zoológicos (hasta 23 años). Este autor determinó mediante el examen óseo de 
30 jaguares (13 depredadores de ganado y 17 normales), que sólo dos tenían más de 
11 años de edad. 
Hay tres períodos en su vida en que es más vulnerable: 
1. Poco después de nacer, al competir con su o sus compañeros de carnada por mamar 
y sobrevivir. 
2. Poco después de su independencia o separación de la madre, cuando siendo aún 
inexperto, comienza a cazar por sí mismo. 
3. Cuando llega a una edad avanzada con el consecuente desgaste dental y problemas 
articulares. Por ser un carnívoro tope, tiene una existencia que podríamos llamar 
"de alto riesgo", estando continuamente expuesto a golpes, contusiones, fracturas 
de colmillos, etc., en los continuos acechos de sus presas. 
Un gran número de cazadores entrevistados por nosotros en Venezuela, nos 
reportaron muy contados casos de jaguares enfermos. Entre éstos, una hembra vieja 
con dentadura desgastada cazada en junio de 1983, en el hato Buenero, río Manapire. 
cercade Cabruta, Estado Guárico. Tenía una abundante profusión de quistes hidatídicos 
(forma larvaria del parásito de los carnívoros Echinococcus sp.), bien enquistados en 
la cara posterior del hígado. Esta hidatidosis fue adquirida probablemente por esta 
hembra, al depredar sobre un rebaño de ovejas, llevadas a este hato, a mediados del 
año anterior. La oveja es el reservorio de esta enfermedad de los carnívoros y del 
hombre, en el cual es muy peligrosa. Las ovejas fueron eliminadas por este felino, 
durante la estación de lluvias. Normalmente no existen jaguares en este hato, ya que 
sólo suben ocasionalmente, cuando se inundan las selvas de galería que bordean las 
costas del Orinoco, hacia las selvas de galería más altas de sus tributarios. A pesar de la 
afección, esta hembra mostraba una buena condición física. 
Un macho muy viejo y emaciado, fue cazado por A. Guzmán (com. pers.), siendo el 
único que tenía malas condiciones físicas, entre aproximadamente un centenar de 
ejemplares cazados, en el hato La Vergareña, Bolívar. Su flaco cuerpo de gran tamaño, 
mostraba gran cantidad de rasguños y heridas, causadas probablemente por otros 
jaguares, infestadas con gusanos de mosca (Cochliomya hominivorax) y además su piel 
mostraba gran cantidad de nódulos de gusanos de monte o nuche (Dermatobia 
hominis). A pesar de su estado y dentadura desgastada, mató una vaca en el pozo de un 
morichal, aunque después no la pudo subir por la barranca del pozo, devorándola 
semisumergida. Dos jaguares cazados en el Hato Los Araguaneyes, Estado Cojedes 
(uno en Julio de 1984 y el otro en Agosto de 1988), que por sus características craneanas 
mostraron ser animales de mas de diez años de edad, a pesar de ser de gran tamaño, 
estaban emaciados y tenían bajos pesos, uno con 225 cm de largo total (157 cm de 
cuerpo y 68 cm de cola) y solo 80 kg. de peso, y el otro ejemplar con 148 cm de largo de 
cuerpo (con solo 50 cm de cola, ya que era "chucuto", o con cola mordida por 
caribes) y solo 78 kg. de peso. El cráneo de este último demostró por lo menos unos 
12 años de edad. 
 
Rafael Hoogesteijn & Ernesto Boede 277 
También hemos encontrado abscesos pequeños y alargados en la parte inferior de 
las patas delanteras de dos jaguares, producidos probablemente por los aguijonazos de 
la raya de río (Potamotrygon sp.). P. Pereira (com. pers.), nos reportó el haber 
recuperado varias púas de la cola de las rayas, incrustadas en las patas de algunos de 
los jaguares que desolló. 
Ni Crawshaw y Quigley (1984), ni Schaller y Crawshaw (1980), encontraron en sus 
respectivos estudios, jaguares muertos por causas naturales, con excepción de un solo 
caso de un jaguar muerto en un combate con un toro (especie introducida por el 
hombre), después de innumerables consultas a cazadores y habitantes del Pantanal. 
El primer estudio nombrado, reseña la alta y localizada mortandad de jaguares adultos, 
causada por la caza directamente promovida por hacendados y ganaderos. Por ejemplo 
en el hato del estudio fueron cazados 68 jaguares y 275 pumas entre 1959 y 1966. Todos 
los ejemplares capturados en estos estudios mostraron excelente estado de salud, con 
excepción de una hembra magra por estar en período de amamantamiento, por lo que 
estos autores concluyen que las enfermedades en el jaguar son de muy infrecuente 
aparición, y no han constituido un factor de peso en su disminución. De acuerdo a estas 
evidencias, podríamos concluir que las enfermedades y/o afecciones parasitarias, no 
representan aparentemente para el jaguar, ninguna limitante seria para su crecimiento 
poblacional. La única limitación seria y verdadera es la actividad humana, directamente 
a través de la cacería o indirectamente por la pérdida de hábitat y de presas. 
En el caso de poblaciones remanentes pequeñas y aisladas por las pérdidas de hábitat 
causadas por el hombre; las enfermedades y afecciones parasitarias si pueden 
constituir un fuerte factor de disminución poblacional. Este es el caso de la única 
población de pumas que queda en el este de Estados Unidos. Esta subespecie llamada 
"Florida Panther" (Felis concolor coryi), solo sobrevive en una pequeña zona del sur 
de Florida, y tiene un reducido número de individuos con elevados niveles de 
consanguinidad, presentan altos niveles de anticuerpos frente a la panleucopenia 
felina, fuertes infestaciones parasitarias causadas por Ancylostoma pleuridentatum y 
números inusualmente altos de espermatozoides anormales. En este caso por los 
cambios drásticos introducidos por el hombre al medio ambiente,la población de 
pumas fue aislada y reducida progresivamente, aumentando su consanguinidad y 
perdiendo su vitalidad y resistencia frente al medio ambiente. En este caso la cacería 
no constituyó un factor importante de limitación poblacional. El gobierno norteame-
ricano está realizando actualmente un programa de investigación multidisciplinario e 
implantó un plan de recuperación para tratar de revertir este proceso (Belden, 1986; 
Roelke et al., 1984). 
En cuanto a la captura y tranquilización del jaguar, la droga tranquilizante que 
mayormente se había utilizado en primates y felinos, por su alta concentración (que 
permite el uso de dardos pequeños de 1 a 5 ml de capacidad) y por su efectividad, era la 
Fenciclidina (conocida comercialmente como Sernylan, Lab. Parke-Davis), utilizada 
en dosis promedio de 1 mg. por kg. de peso vivo (PV), con variaciones de 1,0 a 1,8 
mg/kgPV(Ebedes, 1973; Seal et al., 1970; Harthoorn, 1955). Aunque la Fenciclidina 
tenía ciertos efectos colaterales en algunos casos, como convulsiones, salivación 
 
278 Notas Sobre Enfermedades del Jaguar 
excesiva, espasticidad muscular e hipertermia, éstos eran controlables con la adminis-
tración de atropina y un barbitúrico de acción corta. Actualmente su consecución es 
muy difícil, ya que produce efectos alucinógenos, inclusive por vía oral, por lo que en 
el argot de la drogadicción se conocía como "angel dust" (polvo de ángeles), ello 
provocó su retiro del mercado de medicinas veterinarias. 
LaFenciclidina fue sustituida por un derivado la Ketamina (Vetalar, Ketalar, etc.), 
bien tolerada y con un amplio margen de seguridad. Además tiene la gran ventaja de 
que tiene pocas complicaciones por su tiempo de recuperación mucho menor. Su 
desventaja está en su baja concentración. Comercialmente se venden preparados con 
concentraciones de 10 a 100 mg/ml. Comprando la droga en polvo, se puede mezclar 
hasta concentraciones de 200 a 250 mg/ml, necesitándose entre 10 a 12 mg/kgPV, para 
lograr su efecto tranquilizante en un felino grande, por lo que deben usarse dardos de 5 
a 10 ml de capacidad. Esto implica que los disparos accionados por rifle o pistola para 
disparar dardos tranquilizantes, deben ser efectuados a distancias cortas. El rifle 
disparador de dardos accionado por un fulminante de calibre 22, es demasiado fuerte y 
puede producir graves heridas ya que el dardo puede atravesar la piel del felino o 
incluso con un disparo mal hecho, atravesar su barriga de un lado a otro. Es más 
conveniente utilizar rifles o pistolas de dardos, accionados por aire comprimido. 
La Ketamina también puede combinarse con otras drogas como la Xilazina 
(Rompún, Lab. Bayer), con mejores efectos. Esta combinación fue utilizada por 
Crawshaw y Quigley (1984), en seis capturas de jaguares. La concentración de 
Ketamina era de 200 mg/ml. Esta mezcla se utilizó a una dosis de 11,8 mg/kg de PV, 
de Ketamina y 1 mg/kg PV de Rompún. Ello implica para un jaguar adulto de 80 kg, la 
utilización de 3,8 ml de Ketamina y 4 ml de Rompún, en un dardo de 8 ó 10 ml. En 
otras dos capturas estos investigadores sustituyeron el Rompún por Valium a una dosis 
de 0,2 a 0,3 mg/kg. 
Los jaguares capturados por Rabinowitz y Nottingham (1986), y Rabinowitz 
(1986a), fueron tranquilizados con Ketamina, empleándola en el felino a una concen-
tración de 22 mg/kg PV, prolongando el corto efecto de la Ketamina y reduciendo la 
tensión muscular con Valium (2 cc) en algunas ocasiones. Para tranquilizar con dos 
dardos a un jaguar encaramado en un árbol con perros, utilizó al mismo tiempo una 
cerbatana de 1 m con la pistola disparadora de dardos (accionada por aire comprimido), 
acoplada en un extremo de la cerbatana y un rifle accionado por aire comprimido. Los 
otros jaguares estudiados por este autor, fueron capturados mediante una trampa de 
barrotes, en la cual la administración del dardo con la droga mediante la pistola fue 
menos complicada. 
Otra droga utilizada con éxito por Sunquist (1981), en su estudio del tigre asiático 
en 15 capturas y por Crawshaw y Quigley (1984), en 5 capturas de jaguar, fue el 
compuesto de Lab. Parke-Davis CI 744, posteriormente denominado Tylazol, a una 
concentración de 200 mg/ml. El primero de los autores nombrados, tuvo una sola 
pérdida en 15 capturas, una tigresa murió por una combinación de alta temperatura 
ambiental, hipertermia por anestesia y pobre condición física. La necropsia demostró 
fractura de los huesos cárpales y metacarpales y un área gangrenosa en un muslo. Los 
 
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segundos autores nombrados no tuvieron ninguna pérdida y emplearon una dosis 
media de 3,9 mg/kg PV. Esto conduce a utilizar para un jaguar de 80 kg, 1,56 ml de 
Tylazol, en un dardo de 2 ml. En el total de 11 capturas de jaguar efectuadas por 
Crawshaw y Quigley, con las drogas anteriormente mencionadas, ellos no tuvieron 
ninguna pérdida. Schaller y Crawshaw (1980), también utilizaron el CI744 (Tylazol) 
en una hembra encaramada con perros, a una dosis total de 200 mg. La hembra resultó 
tener 60,5 kg de peso, o sea que la concentración utilizada fue de 3,3 mg/kg PV. La 
otra hembra (con un peso estimado de 70-75 kg) capturada en una trampa, también fue 
tranquilizada con 200 mg de Tylazol. Ambos animales recuperaron su actividad a los 
75 y 60 minutos respectivamente. 
En el jaguar, el sistema más utilizado de captura, es la persecución con perros, 
especialmente en el caso de hembras y machos jóvenes, los cuales se trepan a los 
árboles con más facilidad. Una vez que el felino está encaramado, se mantiene 
relativamente quieto y el dardo puede administrarse con seguridad. Los machos 
adultos generalmente pelean contra los perros en el suelo, en zonas de vegetación muy 
enmarañada y espinosa, donde la administración del dardo es muy insegura y peligrosa. 
Crawshaw y Quigley (1984), tuvieron que desistir de dos intentos de captura de machos 
adultos, por esta situación. 
Una vez que el felino está encaramado, deben evitarse ruidos, gritos o movimientos 
bruscos y mantenerse en lo posible fuera de la visión del felino, hasta proceder a 
disparar la droga tranquilizante. Si se quieren evitar fracturas o contusiones cuando el 
felino caiga a suelo, debe ser amarrado arriba del árbol y bajado con cuerdas, o debe 
colocarse una red para amortiguar su caída. Después de la captura, el felino debería 
recibir un antibiótico de larga acción, para evitar infecciones en la herida producida 
por el dardo. Esta herida debe ser curada con una pomada o aerosol cicatrizante y 
larvicida. Los ojos deben protegerse con una pomada oftálmica, para prevenir su 
desecación y protegerse con un trapo limpio y oscuro para evitar daños a la retina. El 
felino tranquilizado debe mantenerse en un sitio sombreado y bañarse con agua si su 
temperatura es muy alta. 
Otro sistema utilizado en la captura del jaguar, es el de las trampas o jaulas hechas 
con barrotes, cebadas con presas vivas tales como cerdos, ovejas, chivos, perros o aves 
domésticas, colocadas en un compartimiento de la misma jaula. Los barrotes deberían 
estar separados por espacios no mayores de 5 cm, o revestida interiormente en madera, 
para que el felino no se reviente los colmillos contra los barrotes y después quede 
inutilizado para una cacería normal o se muera por la infección que pueda adquirir por 
la raíz del colmillo. El sistema de trampas con cebo vivo ya fue referido por 
Schomburgk (1841), quien lo observó en Guyana en 1840, para la captura de jaguares 
y pumas depredadores de ganado. Cabrera Sifontes (1985), refiere su uso en el Zulia, al 
igual que Velutini (1978), cuyo grupo utilizó una presa muerta (un venado 
caramerudo), colocando la trampa en un camino regularmente utilizado por un jaguar. 
En febrero de 1984, en las márgenes del río Tinaco, en el hato Corocito, cerca de 
El Baúl, Cojedes, fue colocada una trampa de barrotes, cebada con un chivo en otro 
 
 
280 Notas Sobre Enfermedades del Jaguar 
compartimiento. A lospocos días fue capturado un viejo jaguar macho conocido 
depredador de ganado en la región, el cual pesó 84 kg después de estar dos días sin 
comer ni beber agua. El mismo fue tranquilizado y transportado al zoológico de Las 
Delicias en Maracay por el segundo autor. El jaguar pasó varios días alrededor de la 
trampa, antes de meterse a tratar de atacar el cebo. La tranquilización se efectuó con 
una combinación de Ketamina (Ketaset de 100 mg/ml) a una dosis de 3 mg/kg PV y 
Xylazina (Rompún de 100 mg/ml), a una dosis de 0,6 mg/kg PV, en un dardo de 3 ml 
con 2,5 ml de Ketaset y 0,5 ml de Rompún. El animal duró tranquilizado unos 15 
minutos, tiempo suficiente para sacarlo de la trampa, pesarlo, revisarlo, medicarlo e 
introducirlo en la jaula de transporte. Después de la tranquilización fue inyectado con 
Atropina (dosis de 0,02 mg/kg PV, solución de 0,5 mg/ml) y tratado con una 
combinación de Penicilinas de larga acción y un antiinflamatorio a base de Prednisolona, 
para evitar los efectos del estrés de captura y transporte y para prevenir cualquier 
posible infección, por la fractura de los cuatro caninos y las heridas en la cara causadas 
por los barrotes de la trampa. 
Otro jaguar capturado en la misma trampa fue matado a tiros por un ganadero local, 
por lo que la trampa fue sacada del lugar. Posteriormente fue colocada en la hacienda 
Casablanca, muy cercana a Boca de Aroa, Falcón. Esta zona y sus alrededores tiene 
actualmente un gran desarrollo turístico y agropecuario. Prácticamente toda la zona 
de selva en la parte llana y grandes porciones del piedemonte han sido deforestadas y 
sembradas de pastos y cultivos, lo cual aunado a la disminución de las poblaciones 
faunales por la gran cantidad de gente que caza y circula en la zona, han originado la 
aparición de jaguares que depredan sobre todo el espectro de presas domésticas 
disponibles: chivos, ovejas, becerros, cerdos, gallinas, perros, etc. 
El 25 de junio de 1.987 fue capturada una hembra vieja. Cayó en la trampa cebada 
con un perro. Es altamente probable que haya sido la misma que 3 años atrás mató 
cuatro perros tigreros. La operación de tranquilización y transporte fue realizada por 
los dos primeros autores y personal del zoo Las Delicias. Se utilizó Ketamina (Ketaset 
100 mg/ml) 11 mg/kg, total 6 cc total y, Xilazina (Rompún norteamericano 100 mg/ 
ml) 1,9 mg/kg, total 1 cc. Además se aplicó Sulfato de Atropina (0,54 mg/ml) a una 
dosis de 0,05 mg/kg, total 5 ml subcutáneo (SC) y se aplicaron igualmente antibióticos 
y corticosteroides y se protegieron los ojos con pomada oftálmica. El tiempo útil de 
anestesia fue de unos 30 minutos, en los cuales se sacó de la trampa, se pesó (53 kg), se 
midió y se le curaron los raspones y heridas que se hizo en la piel. Los colmillos los 
conservó intactos, excepto uno quebrado con anterioridad a la captura. Esta hembra 
bastante vieja (aproximadamente 10 años) de pelaje ralo, y dentadura anaranjada y 
bastante desgastada, se recuperó y acostumbró bien al cautiverio. Esta hembra no 
puede ser soltada en otra parte ya que es una depredadora confirmada. 
2 meses después y en un área cercana a la anterior capturamos un hermoso macho 
adulto de 69 kg. La trampa también fue cebada con un perro, cerca de un pantano o 
"ciénego" de unas 700 ha. donde este jaguar capturaba chigüires, soltados allí algunos 
años atrás. Este macho, aunque no se sabe si era un depredador confirmado, espantaba 
a su paso los rebaños de ganado en los potreros adyacentes, provocando estampidas 
 
Rafael Hoogesteijn & Ernesto Boede 281 
 
y daños en las cercas, por lo que probablemente al igual que la hembra anterior, iba a 
ser liquidado tarde o temprano. Es curioso que la primera noche en que fue colocada la 
trampa, el jaguar la arrastró entre los árboles unos 5 metros, derribando ramas 
alrededor de la misma, pero sin entrar en ella, al día siguiente fue arreglada de nuevo y 
si entró y cayó. La tranquilización y transporte fue realizada por los Méd. Vet. E. O. 
Boede, Almira y R. Hoogesteijn, y César Silli (estudiante). Se empleó Ketamina 
(Ketaset 100 mg/ml) a una dosis de 7 mg/kg, total 5 cc y Xilazina (Rompún 23,32 mg/ 
ml) a una dosis de 0,5 mg/kg, total 1,5 cc y se aplicaron 1,5 cc de Sulfato de Atropina. 
Además en este macho también utilizamos Valium (5 mg/cc) inyectando una dosis 
total de 10 mg,, o sea 2 cc, El tiempo de anestesia útil fue un poco menor, 20 minutos y 
el animal no estuvo totalmente quieto pero si pudimos manipularlo y. transportarlo 
hasta una colección particular en Maracay. Con este ejemplar se desea intentar una 
translocación ya que no es un depredador confirmado. Posteriormente fue trasladado 
al hato El Frío, Apure. 
El 8-10-87 fue capturada otra hembra, cebada con el mismo perro, veterano de las 
3 capturas. En este caso dispusimos que la trampa no fuera movida del sitio sino que 
se le diera agua y carne al jaguar allí mismo. El animal fue trasladado por el segundo 
autor, el 13-10-87 en muy buenas condiciones y solo presentó una fractura pequeña 
en un colmillo. La tranquilización también fue realizada con una mezcla de Ketamina 
(Ketaset, 100 mg/ml) se aplicaron 7 ml (dosis aprox. 12 mg/kg PV) y Xilazina 
(Rompún 23,32 mg/ml) aplicando 2,5 ml (dosis aprox. 1 mg/kg PV) y ambos 
administrados por vía intramuscular mediante dardo impulsado por una pistola de aire. 
Después que el animal comenzó a perder sus reflejos se aplicaron 5 ml SC de Sulfato 
de Atropina (0,5 mg/ml, dosis de 0,04 mg/kg PV). El tiempo útil de tranquilización fue 
de 45 a 60 minutos y el felino se recuperó totalmente a las 3 horas del suministro de 
los fármacos. 
Rabinowitz (1986b), utilizó el mismo sistema de trampas, pero cebadas con cerdos 
vivos en un compartimiento de la trampa, apresando 4 machos adultos por este sistema. 
Varios de los jaguares y pumas que habitaban en la zona de estudio, hicieron caso omiso 
de la trampa y uno de los machos capturados murió a consecuencia de una infección 
adquirida por la raíz del colmillo quebrado contra los barrotes, varios meses después 
de su captura. Al principio este autor trabajó con una fuerte jaula de madera. No 
funcionó porque el primer jaguar que cayó, la reventó totalmente, ejerciendo tanta 
presión contra las tablas que enderezó los cabos de varios clavos de 5 pulgadas. Otro 
macho viejo que cayó en la trampa de barrotes de hierro haló todas las barras de la 
trampa hasta que por prueba y error, encontró que la compuerta de cierre deslizaba 
hacia arriba y se escapó, aunque primero le comió el rabo que sobresalía entre los 
barrotes al cochino que estaba como cebo en el segundo compartimiento. 
 
282 Notas Sobre Enfermedades del Jaguar 
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Memorias del Simposio Organizado por Fudeci 
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Audubon de Venezuela • Servicio Autónomo Profauna - M.A.R.N.R. • Fundación Centro de 
Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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