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605 RESUMEN En este ensayo se define el concepto de calidad de los suelos y se discuten las herramientas para mejorar su aplicabilidad en el con- texto de la agricultura sustentable. La calidad de los suelos se de- fine tomando en cuenta sus propiedades intrínsecas, así como su capacidad productiva y de amortiguadores ambientales. Se pro- pone un marco para obtener indicadores de calidad de suelos que parte de: i) Utilizar tres atributos ambientales de sustentabilidad, productividad, resiliencia y estabilidad; ii) caracterizar el sistema de manejo, en términos de escalas espacial y temporal del análisis; y, iii) identificar los puntos críticos en el agroecosistema estudia- do. De esta forma se obtiene un marco conciso y coherente para la medición de calidad de suelos sin generar largas listas de indicadores. El método propuesto para seleccionar indicadores de calidad de suelos se aplicó a tres estudios de caso en agroecosistemas contrastantes de México. Para el atributo productividad, se selec- cionaron indicadores relacionados con los rendimientos de culti- vos y ganado; para los atributos estabilidad y resiliencia, se selec- cionaron indicadores edáficos asociados con las propiedades bio- lógicas, químicas y físicas y con la erosión de los suelos. Palabras clave: Agroecosistema, estabilidad, productividad, propie- dades del suelo, resiliencia. I NTRODUCCIÓN Un denominador común entre los elementosestratégicos para alcanzar la sustentabilidad delos agroecosistemas es el mejoramiento y con- servación de la fertilidad y productividad del suelo (Conway, 1994; Acton y Gregorich, 1995; Hansen, 1996). Para este fin, administradores de recursos investigado- res, científicos y quienes toman decisiones requieren indicadores que proporcionen información sobre el cur- so que seguirá la evolución de las propiedades del suelo, cuando sea sometido a diferentes condiciones de manejo. DERIVACIÓN DE INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN EL CONTEXTO DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE DERIVATION OF SOIL QUALITY INDICATORS IN THE CONTEXT OF SUSTAINABLE AGRICULTURE Marta Astier-Calderón1, Manuel Maass-Moreno2 y Jorge Etchevers-Barra3 1Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada A.C., Apartado Postal 152. 61609, Pátzcuaro, Michoacán. Tel. y Fax: (434) 23216. (giraac@yreri.crefal.edu.mx). 2Instituto de Ecología.UNAM. Apartado Postal 27-3. 58190. Morelia, Michoacán. 3Especialidad de Edafología. Instituto de Recur- sos Naturales. Colegio de Postgraduados. 56230. Montecillo, Estado de México. Recibido: Mayo, 2000. Aprobado: Marzo, 2002. Publicado como ENSAYO en Agrociencia 36: 605-620. 2002. ABSTRACT This essay establishes the importance of the soil quality concept, defines the concept of soil quality, and provides tools to improve its applicability in the context of sustainable agriculture. Soil quality is defined taking into account the intrinsic properties of the soil and its productivity and environmental buffer capacity. A framework to derive soil quality indicators is proposed based on: i) Making use of three general attributes of environmental sustainability: productivity, resilience, and stability; ii) characterizing the management system in terms of the spatial and time scales of the analysis; and iii) identifying a series of critical points of the agro-ecosystem. With this procedure, a concise and coherent framework to measure the quality of soils is obtained, that avoids long lists of indicators. The proposed method was applied to three study cases in contrasting Mexican agro- ecosystems. For the productivity attribute, indicators related with crop and cattle yield were derived. For the stability and resilience attributes, soil indicators associated with biological, chemical, and physical properties and soil erosion were selected. Key words: Agro-ecosystem, stability, productivity, soil properties, resilience. INTRODUCTION I mprovement and conservation of soil fertility andproductivity are a common denominator among thestrategic elements for reaching the sustainability of agro-ecosystems (Conway, 1994; Acton and Gregorich, 1995; Hansen, 1996). Administrators of resources, investigators, scientists, and those who take decisions, need indicators that provide information about the course that the soil and its properties, subjected to different conditions of management, will follow. These soil indicators are frequently poorly integrated, since they evaluate edaphic processes in an isolated way. The concept of soil quality helps to solve the previous problem, as it integrates and interconnects the biological, chemical, and physical components and processes of a soil in a given situation. AGROCIENCIA VOLUMEN 36, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2002606 Estos indicadores edáficos frecuentemente están poco integrados, ya que evalúan los procesos edafológicos de manera aislada. El concepto de calidad de suelos ayuda a resolver el problema anterior, ya que integra e interconecta los com- ponentes y procesos biológicos, químicos y físicos de un suelo en una situación determinada. En años recientes diversos autores han escrito acerca de la calidad del suelo (Papendick y Parr, 1992; Doran et al., 1994; Karlen et al., 1997), y sobre las formas de me- dición y utilización de sus indicadores. (Arshad y Coen, 1992; Doran y Jones, 1996; Hartemik, 1998; Etchevers, 1999). También lo han hecho instituciones como la Fun- dación Kerney y The Soil Quality Institute (SQT), que tienen como objetivo principal investigar y promover la conservación y mejoramiento de la calidad de los suelos. En la agricultura sustentable, un punto esencial para aplicar el concepto de calidad de suelos es generar estra- tegias de análisis que den coherencia al concepto y re- duzcan el número de indicadores. Es común que se usen más indicadores que los requeridos, y que éstos sean se- leccionados de forma sesgada según la disciplina del in- vestigador que los propone (Doran, 1997). En el presente documento se fundamenta la impor- tancia del concepto de calidad de suelos, se propone una definición del concepto en el contexto de la agricultura sustentable y se sugieren herramientas para su medición, así como para mejorar su aplicabilidad. Se propone, ade- más, derivar indicadores de calidad de suelo con base en tres atributos fundamentales de los sistemas de manejo agrícolas sustentables: productividad, estabilidad y resiliencia. La utilización y aplicación del concepto de calidad de suelos es un proceso en evolución, por lo que este ensayo es más una invitación al diálogo y a la discusión que un intento de dar una visión definitiva sobre la no- ción de calidad de suelos y su puesta en práctica. En la primera sección del documento se define el concepto de calidad de suelos y se justifica su importancia. En la se- gunda, se hace una revisión de los indicadores de calidad de suelos y su medición. En la tercera, se discute el pro- ceso de selección de los indicadores de calidad de sue- los. En la cuarta y última, se ilustra la selección y el uso de indicadores de calidad de suelos en tres estudios de caso contrastantes: en un sistema de producción de maíz (Zea mays L.) en condiciones de temporal y agricultura campesina en Casas Blancas, Michoacán; en un sistema silvopastoril mejorado en la selva baja caducifolia de la reserva de Chamela, Jalisco; y en una explotación agrí- cola intensiva en El Batán, Estado de México. Importancia y definición de la calidad de suelos en el contexto de la agricultura sustentable Varios autores que tratan el tema de la sustentabili- dad agrícola enfatizan la necesidad de emplear una In recent years, several authors have written about the quality of soil (Papendick and Parr, 1992; Doran et al., 1994; Karlen et al., 19979), and about the ways to measure and use it (Arshad and Coen, 1992; Doran and Jones, 1996; Hartemik, 1998; Etchevers, 1999); likewise, institutions such as the Kerney Foundation and The Soil Quality Institute (SQT), whose main objective is to investigateand promote the conservation and improvement of the quality of the soil. In sustainable agriculture, to generate strategies of analysis which give coherence to the concept and reduce the number of indicators, is an essential point for applying the concept of soil quality. Often more indicators than required are used and are selected in a biased way, according to the investigator’s discipline (Doran, 1997). In the present paper, the importance of the soil quality concept is discussed; a definition of this concept in the context of sustainable agriculture is proposed; and tools for its measurement as well as for improving its applicability are suggested. Furthermore, soil quality indicators are proposed based on three fundamental attributes of sustainable management systems in agriculture: productivity, stability, and resilience. Utilization and application of the soil quality concept is a process in evolution. Therefore, rather than providing an ultimate definition of soil quality and its practical application, this essay is an invitation to dialogue and discussion. In the first section of the document, the concept of soil quality is defined and its importance stressed; in the second, a revision of soil quality indicators and their measuring is reviewed. The third part discusses the selection process of soil quality indicators. The fourth and last illustrates the selection and use of soil quality indicators in three contrasting case studies: a maize (Zea mays L.) production system, under conditions of rain fed and rural farming in Casas Blancas, Michoacán; an improved silvo-pastoral system, in tropical deciduous forest of the Chamela natural reserve, Jalisco; and in an intensive agricultural exploitation at El Batán, State of México. Importance and definition of soil quality in the context of sustainable agriculture Several authors, dealing with the subject of agricultural sustainability, emphasize the necessity of employing a systematic approach (Levins and Vandermeer, 1990; Altieri, 1994; Conway, 1994; Masera et al., 1999). It is known that human beings transform natural ecosystems to obtain agricultural, forestry, and animal products. These transformed ecosystems are called agro-ecosystems (Hart, 1982). A sustainable agro- ecosystem should be able to maintain its productivity under conditions of stress; promote the quality of the ASTIER-CALDERÓN et al.: INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN AGRICULTURA SUSTENTABLE 607 perspectiva sistémica (Levins y Vandermeer, 1990; Altieri, 1994; Conway, 1994; Masera et al., 1999). Se sabe que los ecosistemas naturales son transformados por el hom- bre para obtener productos animales, agrícolas y foresta- les. Estos ecosistemas transformados se denominan agroecosistemas (Hart, 1982). Un agroecosistema sus- tentable debería ser capaz de mantener su productividad en condiciones de estrés; promover la calidad del medio ambiente y los recursos base de los cuales depende la agricultura; proveer las fibras y alimentos necesarios para el ser humano; ser económicamente viable y mejorar la calidad de vida de los agricultores y la sociedad (Conway, 1994; FAO, 1994). El suelo es un componente central del agroecosistema, por lo que es preciso definir su estado para evaluar la sustentabilidad del mismo. Tradicional y convencionalmente, el concepto “suelo fértil” ha sido el indicador más usado para medir el esta- do y la manera como se comportan los suelos en los con- textos agropecuario y forestal (Brady, 1990; Havlin et al., 1999). Es común definir como suelo fértil aquél que tiene la capacidad de abastecer de nutrientes suficientes al cultivo, asegurando su crecimiento y desarrollo (Olson et al., 1982; Brady, 1990; Havlin et al., 1999). Esta defi- nición, sin embargo, no toma en cuenta otras propieda- des que también contribuyen al crecimiento y desarrollo de las plantas, por lo que se considera limitada. Para Pieri (1989) y Etchevers (2000)4, la fertilidad del suelo es un concepto más amplio, que integra los atributos químicos, físicos y biológicos del suelo. Éstos se asocian con su capacidad para producir cosechas sanas y abundantes o sostener una vegetación natural en condiciones cercanas a las óptimas. La fertilidad biológica, por ejemplo, se re- laciona estrechamente con la biomasa microbiana, prin- cipal motor de la descomposición de la materia orgánica derivada de los residuos vegetales y animales, así como del reciclaje de la misma. Los subproductos de su acción influyen de forma directa en las propiedades químicas y físicas de los suelos, por lo que dicha acción no puede evaluarse de manera independiente (Figura 1). Propiedades químicas como la capacidad amortigua- dora y la capacidad de intercambio catiónico (CIC) redu- cen la probabilidad de cambios drásticos en el pH y de las concentraciones de cationes en el suelo. Propiedades físicas tales como la estructura, la porosidad y la capaci- dad de retención de agua, permiten un crecimiento y de- sarrollo adecuado de las partes subterráneas de las plan- tas y, en consecuencia, de las aéreas, al evitar algún es- trés fisiológico. Las propiedades biológicas se relacio- nan con propiedades físicas como la agregación, y con las químicas, como la capacidad de intercambio iónico y la disponibilidad de nutrientes. Por lo tanto, un suelo fértil 4 Etchevers B., J. D. 2000. El escenario del fin de siglo, las necesidades de alimento y el papel de los expertos en la producción de estos bienes. Inédito ❖ Etchevers B., J. D. 2000. The end of century situation, needs of food and the role of experts in the production of these goods. Unpublished. environment and the base resources, which agriculture depends on; provide the fibers and food necessary for the human being; be economically viable and improve the quality of life of farmers and society (Conway, 1994; FAO, 1994). Soil is a central component of the agro- ecosystem and, therefore, it is necessary to define its state in order to evaluate its sustainability. Traditionally and conventionally, the concept of “soil fertility” has been the most used indicator for measuring the state and the behavior of soils in agricultural, forestal, and pastoral contexts (Brady, 1990; Havlin et al.,1999). Commonly defined, a fertile soil has the capacity to supply enough nutrients to the growing crop, thus guaranteeing its growth and development (Olson et al., 1982; Brady, 1990; Havlin et al., 1999). However, this definition is considered deficient, because does not take into account other properties, which also contribute to the plant growth and adequate performance. For Pieri (1989) and Etchevers (2000)4 soil fertility is a broader concept, which integrates the chemical, physical, and biological attributes of the soil. These attributes are associated with the soil’s capacity to produce healthy and abundant crops or to sustain natural vegetation in near to optimal conditions. Biological fertility, for instance, is closely related to microbial biomass, which is the main motor of decomposition of organic matter, derived from vegetal and animal residues, and of recycling of organic matter. The sub-products of the biological fertility influence the chemical and physical soil properties in a direct way. That is why this action cannot be evaluated independently (Figure 1). Chemical properties, such as buffer capacity and cationic exchange capacity (CEC), reduce the probability of drastic changes in pH and concentrations of cations in the soil. Physical properties, such as structure, porosity, and water retention, create the conditions to avoid any physiological stress allowing an adequate growth and development of the underground plant parts and consequently of the aerial ones. Biological properties are related to physical properties, such as aggregation, and to chemical properties, such as ionic exchange capacity and nutrients availability. Therefore, a fertile soil must be defined in a comprehensive and integrative manner as a soil that conserves the desirable physical, chemical,and biological properties, while supplying adequately nutrients and water to the plants and provides mechanical support. The concept called soil health index has been employed to characterize the capacity of soils for producing healthy and nutritive crops in a sustainable manner (Larson and Pierce, 1991; Haberern, 1992). In this context, however, other typical soil functions, apart AGROCIENCIA VOLUMEN 36, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2002608 debe definirse de manera más comprehensiva e integral, como aquél que conserva las propiedades físicas, quími- cas y biológicas deseables mientras que abastece ade- cuadamente de agua y nutrientes y provee sostén mecá- nico para las plantas. El concepto denominado índice de salud del suelo se ha empleado para caracterizar la capacidad de este sus- trato para producir de manera sustentable cultivos sanos y nutritivos (Larson y Pierce, 1991; Haberern, 1992). Sin embargo, en ese contexto, no se contemplan otras fun- ciones propias de los suelos, aparte de las productivas, como son los servicios que proporciona un suelo sano al ambiente, entendido en un paralelo económico como un capital y sus servicios. Por esto último, varios autores (Parr et al., 1992; Do- ran et al., 1994; Etchevers, 1999) han coincidido en la necesidad de desarrollar un enfoque que resalte el papel del suelo de calidad, como un componente crítico de la biosfera, en los niveles local, regional y global, lo cual implica mejores condiciones de salud para los seres vi- vos (Doran et al., 1994). De acuerdo con Parr et al. (1992), un suelo de calidad es aquél que tiene la capacidad de producir cultivos sa- nos y nutritivos en forma sostenida a largo plazo, y de promover, al mismo tiempo, la salud humana y animal sin detrimento de los recursos naturales base o del medio ambiente circundante. En cambio, Gregorich et al. (1994), lo describen simplemente como la condición de un suelo para un uso determinado. Doran y Parkin (1994) definen la calidad del suelo como la capacidad que éste tiene para sostener la productividad biológica y mantener la cali- dad ambiental de tal forma que se promueva la salud ve- getal, animal y humana; todo ello dentro de los límites que impone el ecosistema y el tipo de manejo que se le da. Otros autores (v.gr. Doran and Jones, 1996) prefieren considerar al término calidad de suelo y a sus descriptores como características físicas, químicas y biológicas inhe- rentes a éste. Acton y Gregorich (1995) definen calidad de suelo como la condición de éste para mantener el cre- cimiento de las plantas sin que ocurra degradación ni daños en el medio ambiente. Según estos autores las tres funciones principales de un suelo son: proveer un medio para el crecimiento de las plantas, regular y distribuir el flujo del agua en el ambiente y servir como amortigua- dor de los cambios. Como se puede apreciar, este nuevo concepto toma en cuenta, por un lado, las propiedades intrínsecas del suelo y sus interacciones y, por otro, las relaciones del suelo con el medio ambiente, las plantas, los animales y los seres humanos. Además, al incorporar el aspecto de producción sostenida en el largo plazo, se incluye implícitamente la búsqueda de estrategias de manejo que formen parte de un modelo de agricultura sustentable. Figura 1. Fertilidad de suelos. Etchevers (2000)4. Figure 1. Soil fertility. Etchevers (2000)4. from the productive ones, are not considered; for example, the service that a healthy soil provides to the environment, understood in an economic parallel as natural capital and its environmental services. As to the latter, several authors (Parr et al., 1992; Doran et al., 1994; Etchevers, 1999) agree on the necessity of developing an approach which highlights the role of high quality soil as a critical component of the biosphere, on local, regional, and global levels, involving better health conditions for living beings (Doran et al., 1994). According to Parr et al. (1992), a quality soil has the capacity of producing healthy and nutritive crops in the long term, and at the same time can promote human and animal health without the detriment of basic natural resources or the environment. On the other hand, Gregorich et al. (1994) simply describe a quality soil as the condition of a soil for a certain use. Doran and Parkin (1994) define soil quality as the capacity of sustaining biological productivity and maintaining environmental quality, in addition to promote vegetal, animal, and human health. All these aspects should be examined within the ecosystem boundaries and a given management. Other authors (e.g. Doran and Jones, 1996) consider the term soil quality and its descriptors as inherent physical, chemical, and biological soil characteristics. Acton and Gregorich (1995) define soil quality as the soil condition to maintain plant growth, without degrading or damaging the environment. According to these authors, the three main functions of a soil are: to provide means for plant growth, to regulate and distribute the water flow in the environment, and to serve as a buffer of changes. As can be seen, this new concept considers, on one hand, the intrinsic soil properties and their interactions and, on the Características químicas Fertilidad química ( )Disponibilidad nutrimental Descomposición de la materia orgánica Descomposición de la materia orgánica y residuos Fertilidad biológica ( )Biomasa Fertilidad física ( )Estructura, agregación, espacio poroso Características físicas F er til id ad d el S ue lo N, S, P, K y micronutrimentos Humus ASTIER-CALDERÓN et al.: INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN AGRICULTURA SUSTENTABLE 609 En una síntesis, la definición de calidad de suelos in- cluye tres principios importantes: a) La productividad del suelo, que se refiere a la habilidad del mismo para pro- mover la productividad del ecosistema o agroecosiste- ma, sin perder sus propiedades físicas, químicas y bioló- gicas; b) la calidad medio ambiental, entendida como la capacidad de un suelo para atenuar los contaminantes am- bientales, los patógenos, y cualquier posible daño hacia el exterior del sistema, incluyendo también los servicios ecosistémicos que ofrece (reservorio de carbono, mante- nimiento de la biodiversidad, recarga de acuíferos, etc.); y, c) la salud, que se refiere a la capacidad de un suelo para producir alimentos sanos y nutritivos para los seres humanos y otros organismos (Arshad y Coen, 1992; Parr et al., 1992; Doran y Parkin, 1994) (Figura 2). Con frecuencia los responsables de programas y pro- yectos de manejo agrícola a escala local se cuestionan acerca del efecto que tienen las intervenciones que se hacen en el suelo durante su rehabilitación, y la respues- ta no es evidente. La razón es que las evaluaciones gene- ralmente se hacen a escala regional y los efectos quedan enmascarados. Para evitar lo anterior se ha promovido el diseño de marcos de evaluación cuantitativos que permi- ten determinar cómo las prácticas de los agricultores afec- tan la capacidad de los suelos, tanto para producir ali- mentos como para desarrollar funciones ambientales, en varias escalas de espacio y tiempo. Esto es, se evalúa si la calidad de los suelos se ha degradado, mejorado o per- manecido igual. Ignorar estos marcos analíticos hace que muchos programas agropecuarios sean abandonados pre- maturamente. La medición de la calidad de suelos La evaluación de la calidad del suelo es indispensa- ble para determinar si un sistema de manejo es sustenta- ble, a corto y largo plazo (Doran et al., 1994). Larson y Pierce (1991) hacen la analogía entre la medición de la salud o calidad de los suelos y un examen médico para seres humanos. Los médicos hacen uso de indicadores básicos del funcionamiento del organismo: la temperatu- ra, la presión sanguínea, el pulso, y de algunos análisis. En contraste, en el caso de los suelos no se ha definido un grupo único de indicadores básicos de su salud. Se- leccionar un grupo sería difícil, ya que cada circunstan- cia ecosistémica oagroecosistémica responde a condi- ciones muy particulares. Así, por ejemplo, al análisis con- curren diferentes tipos de suelos, de problemas ambien- tales, de sistemas de manejo, de escalas de tiempo y es- pacio, y de enfoques de investigación (científico, pro- ductivo, conservacionista, ecologista, político, etc.). Un indicador de calidad de suelos se concibe como una herramienta de medición que debe dar información sobre las propiedades, procesos y características. Los Figura 2. Principios de calidad de suelos (adaptado de Parr et al., 1992). Figure 2. Principles of soil quality (adapted from Parr et al., 1992). Productividad del suelo Salud humana y animal Alimentación sana Calidad ambiental other hand, the relationship of the soil with the environment, plants, animals, and human beings. Besides, when aspects related with sustained production are incorporated, it is implicit the search of management strategies, as a part of a sustainable agriculture model. In synthesis, the definition of soil quality includes three principles: a) Soil productivity, referring to its ability to promote productivity of the ecosystem or agro- ecosystem, without losing its physical, chemical, and biological properties; b) environmental quality, understood as the capacity of the soil to diminish environmental pollutants, pathogens, and any possible damage outside the system, including also the services that the ecosystem offers (carbon reservoir, maintenance of biodiversity, recharging of aquifers, etc.); and, c) health, which refers to the capacity of the soil to produce healthy and nutritive food for human beings and other organisms (Arshad and Coen, 1992; Parr et al., 1992; Doran and Parkin, 1994) (Figure 2). Often, those who are in charge of programs and projects of land management at local scale wonder about the effect of the interventions made in the soil during its rehabilitation, and there is no obvious answer. The reason is that evaluations are generally made at a regional scale and the effects remain hidden. In order to avoid the previous problems, frameworks based on quantitative evaluation have been promoted. These frameworks allow determining how farmers’ practices affect the soil capacity for producing food as well as for developing environmental functions on various scales of space and time. That is, those frameworks estimate whether the soil quality has been degraded, improved, or remains the same. Many agricultural and livestock programs have been abandoned prematurely because these analytical frameworks have been ignored. The measurement of soil quality The evaluation of soil quality is essential for determining if a management system is sustainable in the AGROCIENCIA VOLUMEN 36, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2002610 indicadores se miden para dar seguimiento a los efectos del manejo sobre el funcionamiento del suelo en un pe- riodo dado. Ellos pueden ser variables cualitativas (aflo- ramiento del subsuelo, aparición de canalículos de ero- sión, aparición de encharcamiento, etc.) o cuantitativas (tasa de infiltración, capacidad de intercambio catiónico, pH, cantidad de nemátodos, etc.) o índices compuestos por la relación entre diferentes variables (Etchevers, 1999). Un ejemplo de índice es el propuesto por Oleschko et al. (1992) para evaluar la estructura del suelo. En general, los indicadores hacen referencia a las ca- racterísticas o propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos. Las propiedades biológicas, como los indicadores ecológicos, son más dinámicas y, por lo tan- to, tienen la ventaja de servir como señales tempranas de degradación o de mejoría de los suelos. Sin embargo, hay indicadores que requieren de más de 10 años para exhi- bir cambios como respuesta a un manejo determinado (Cuadro 1). Cuadro 1. Indicadores utilizados para evaluar cambios en la calidad de los suelos en condiciones de manejo racional. Table 1. Indicators utilized to evaluate changes in soil quality under conditions of rational management. Indicador Profundidad Tipo de Tiempo requerido para Frecuencia de Referencia(cm) tendencia percibir cambios medición Indicadores físicos Textura 0 - 30 Equilibrio >103 años Cada 2-3 años Arnold et al.,1990 (% arena, arcilla, limo) Densidad aparente 0 - 7.5 Reducción <10 años Anual Arshad y Coen, 1992 (g cm-3) 0 - 15 Arnold et al.,1990 Tasa de infiltración Incremento <1 año Periodicamente Arshad y Coen, 1992 (cm min-1) Doran et al.,1994 Retención de humedad (%) 0 - 15 Incremento <1 año Estacional Arnold et al.,1990 Resistencia a la penetración (Mpa) 0 - 50 Disminución <1 año Estacional Arnold et al.,1990 Profundidad capa arable (cm) 0 -100 Incremento >10 años Anual Arshad y Coen, 1992 Doran et al.,1994 Sistema radicular (cm) 0 -120 Incremento <2 años Estacional Larson y Pierce, 1991 Estabilidad de agregados (% 1-2 mm diámetro) 0 - 7.5 Incremento <2 años Estacional Doran et al.,1994 Indicadores químicos pH 0 - 7.5 Neutralidad >5 años Estacional Doran et al.,1994 Arshad y Coen, 1992 Conductividad eléctrica (dS m-1) 0 - 7.5 Disminución <2 años Estacional Larson y Pierce, 1991 N total (kg N ha-1) 0 - 30 Incremento <2 años Estacional Larson y Pierce, 1991 P disponible 0 - 30 <2 años Estacional Doran y Parkin, 1994 (P extractable) (mg kg-1) Capacidad de intercambio 0 - 30 Incremento 0 - 10 años Anual Arnold et al.,1990 catiónico (meq 100 g-1) Indicadores biológicos Carbono orgánico (Mg C ha-1) 0 - 30 Incremento >10 años Anual Arnold et al.,1990 N mineralizable (kg N ha-1) 0 - 30 Incremento <2 años Periódicamente Doran et al.,1994 Respiración 0 - 7.5 Doran et al.,1994 (kg CO 2 -C ha-1 día-1) 0 - 15 Variable <2 años Estacional Visser y Parkinson, 1992 Lombrices de tierra m-2 0 - 30 Incremento <2 años Periódicamente Stork y Eggleton, 1992 short and long term (Doran et al., 1994). Larson and Pierce (1991) draw an analogy between the measuring of soil health or quality and a medical examination for human beings. Medical doctors use basic indicators about the functioning of organisms: temperature, blood pressure, pulse, and some analyses. But, as for soil health, there has not been defined an only group of basic indicators. It would be difficult to select one, since each ecosystem or agro-ecosystem situation responds to very particular conditions. For example, different types of soil, environmental problems, management systems, scales of time and space, and research approach (scientific, productive, conservational, ecological, political, etc.). A soil quality indicator is understood as a tool of measurement which must inform about properties, processes, and characteristics. Indicators are measured to monitor the effects of management on soil behavior in a given period. These can be qualitative variables (appearance of the subsoil, small erosion channels, ASTIER-CALDERÓN et al.: INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN AGRICULTURA SUSTENTABLE 611 El mejoramiento de la calidad de un suelo se percibe, en general, por incrementos y decrementos en el valor de algunas características. Por ejemplo, puede incrementar- se la tasa de infiltración o de aireación, debido a un au- mento de la cantidad de macroporos, a un mayor tamaño y estabilidad de los agregados y una mayor cantidad de materia orgánica. Pero pudiesen reducirse la densidad aparente, la resistencia a la labranza, el crecimiento radi- cal, la tasa de erosión y la pérdida de nutrimentos. Una mejor evaluación se lograría si, además de los cambios señalados, se incluyesen otros indicadores potenciales de índole ecológico-biológico; por ejemplos, el grado de di- versidad genética (tanto del cultivo como de las especies de microorganismos, insectos y animales benéficos), el rendimiento de los cultivos (en grano o biomasa total), el vigor de las plantas y su desarrollo radical, y la calidad del agua que drena superficialmente, así como la que se pierde por lixiviación subterránea (Parr et al., 1992). En cuanto a la velocidad de dichos cambios, existen proce- sos irreversibles, o casi irreversibles,relacionados con las características más estables del suelo, o que cambian lentamente, como son la composición mineral, la distri- bución de partículas de diferentes tamaños, la formación de los suelos, el desarrollo del perfil, la erosión hídrica o eólica, etc. En contraste, otros cambios son rápidos, la mayoría reversibles, y tienen que ver con las característi- cas inestables de los suelos como la temperatura, el con- tenido de humedad, la composición del aire del suelo, la concentración de nitratos y fosfatos, etc (Arnold et al., 1990). Doran et al. (1994) propusieron una lista de condi- ciones que deben cubrir los indicadores de calidad de suelos. Éstos deben: ser descriptores de procesos de los ecosistemas; integrar propiedades y procesos físicos, químicos y biológicos del suelo; ser accesibles a los dife- rentes usuarios y aplicables en diversas condiciones de campo; ser sensibles a las variaciones de manejo y de clima; y provenir de bases de datos existentes. Selección de indicadores de calidad de suelos Se han propuesto varios marcos metodológicos para evaluar la sustentabilidad de los sistemas de recursos na- turales (Camino y Muller, 1993; FAO, 1994; Masera et al., 1999). Todos proponen una lista de indicadores so- cio-ambientales que integran atributos que deben poseer los sistemas para ser considerados como sustentables. El MESMIS (Masera et al., 1999), por ejemplo, define un conjunto de atributos generales empleando una perspec- tiva sistémica, que incluye productividad, equidad, esta- bilidad, resiliencia, confiabilidad, adaptabilidad y autogestión. A partir de éstos se generan varios indicadores (que describen procesos relevantes), que re- flejan a su vez el estado de dichos atributos (por ejemplo, flooding, etc.) or quantitative variables (infiltration rate, cation exchange capacity, pH, number of nematodes, etc.) or indices composed by the relation between different variables (Etchevers, 1999). One example is the index proposed by Oleschko et al. (1992) to evaluate soil structure. In general, indicators refer to physical, chemical, and biological characteristics or properties of soils. The biological properties, like ecological indicators, are more dynamic, and thus have the advantage of serving as early signs of degradation or improvement of soils. Nevertheless, there are indicators that require more than 10 years to show changes as a response to a certain management (Table 1). The improvement of soil quality is generally measured by increments or decrements in the values of some characteristics. For example, the infiltration or aeration rate can increase due to an increment of the number of macro-pores, to greater size and stability of the aggregates and a larger quantity of organic matter. However, bulk density, resistance to tillage, rooting depth, the erosion rate, and nutrients loss could be reduced. A better evaluation would be achieved, if -besides the mentioned changes- other potential ecological-biological indicators were included. For instance, the degree of genetic diversity (of crops as well as of microorganisms, insects and beneficial animals species), crop yields (in grain or total biomass), plants vigor and their root development, and the quality of run-off and percolated water (Parr et al., 1992). As for the velocity of these changes, some are irreversible, or nearly irreversible processes, related to the most stable soil characteristics, or ones that change slowly, such as the mineral composition, the distribution of particles of different sizes, soil formation, profile development, hydric or eolic erosion, etc. In contrast, other changes are quick, most of them reversible, and are related to unstable soil characteristics such as temperature, humidity content, air composition of the soil, nitrate and phosphate concentration, etc. (Arnold et al., 1990). Doran et al. (1994) proposed a list of conditions that soil quality indicators have to fulfill. They must describe the processes of ecosystems; integrate physical, chemical, and biological soil properties and processes, be accessible to the different users and applicable to diverse field conditions, be sensitive to variations of management and climate, and come from current data bases. Selection of soil quality indicators Several methodological frameworks to evaluate the sustainability of systems of natural resources have been proposed (Camino and Muller, 1993; FAO, 1994; Masera et al., 1999). All suggest a list of socio-environmental indicators that integrate attributes that the systems must AGROCIENCIA VOLUMEN 36, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2002612 el número de variedades presentes en una parcela agríco- la proporcionará información sobre el estado del atribu- to: resiliencia). En todos esos marcos metodológicos se incluyen indicadores edafológicos. Destaca la propuesta desarro- llada en Australia por Haberern (1992), en la cual los indicadores primarios están relacionados principalmente con las características de los suelos, como su salud (tasa de infiltración, compactación, cantidad de carbono orgá- nico), su productividad, su grado de cobertura por pasti- zales y bioindicadores (presencia de lombrices de tierra, termitas). Otros, como el de Hartemik (1998), miden de manera directa la calidad de los suelos usando indicadores físico-químicos, sin embargo este autor no explica los criterios para su selección. Si se va a utilizar un marco de calidad de suelos, es importante elegir indicadores que den información inte- gral sobre sus propiedades, la productividad biológica y la calidad del ambiente circundante. Los reportes más recientes acerca de calidad de suelos sólo consideran el aspecto relacionado con sus propiedades, y utilizan una extensa serie de indicadores físicos, biológicos y quími- cos (carbono orgánico, conductividad eléctrica, respira- ción biológica, pH, macrofauna, nitrógeno mineralizable, cationes intercambiables, fósforo disponible, densidad aparente, y tasa de infiltración hídrica) (Olson et al., 1982; Karlen et al., 1997; Hartemik, 1998). Sin embargo, cómo es difícil medir un conjunto de indicadores denominado grupo de datos mínimos, cabe preguntarse: ¿qué indicadores pudiesen ser los más rele- vantes? o ¿cuáles deberían utilizarse en un determinado proyecto? El marco MESMIS no trabaja con una lista predeterminada de indicadores, sino que propone que aquellos seleccionados (incluyendo los edafológicos) deben dar información tanto sobre los atributos de sus- tentabilidad como de los puntos críticos identificados en el sistema (Masera et al.,1999). Ésto es, los indicadores se derivan en el momento del estudio y para cada sistema en particular, lo cuál es una innovación importante res- pecto al enfoque tradicional. De acuerdo al proceso de selección de indicadores propuesto por Masera et al. (1999) deben observarse las siguientes tres situaciones: 1. Los indicadores deben responder a un conjunto básico de atributos de sustentabilidad del agroecosistema, como son: productividad, equidad, estabilidad, resiliencia, con- fiabilidad, adaptabilidad y autogestión. Los atributos pro- ductividad, estabilidad y resiliencia están estrechamente relacionados con la calidad de los suelos. La productivi- dad es la capacidad del agroecosistema para brindar el nivel requerido de bienes y servicios. Los indicadores relacionados con este atributo (rendimientos, contenido de nitrógeno en los cultivos) pueden medirse en el año have to be considered sustainable. MESMIS (Masera et al., 1999), for instance, establishes a group of general attributes employing a system perspective, which comprises productivity, equity, stability, resilience, reliability, adaptability, and self-reliance. From these, several indicators (describing relevant processes) arise, which, in turn, reflect the state of those attributes (e.g. the number of crop varieties present in a farmland plot will provide information about the attribute: resilience). All those methodological frameworks include edaphic indicators. The proposaldeveloped by Haberern (1992) in Australia is outstanding; it relates primary indicators mainly to soil characteristics, such as its health (infiltration rate, compaction, amount of organic carbon), productivity, the degree of cover pastureland, and bio-indicators (presence of earthworms, termites). Others, like that of Hartemik (1998), measure soil quality directly, using physicochemical indicators, but this author does not explain his criteria for selection. If a framework of soil quality is to be used, it is important to choose indicators that will give comprehensive information about the soil properties, biological productivity and environmental quality. The latest reports about soil quality consider only aspects concerning its properties and use a long series of physical, biological, and chemical indicators (organic carbon, electric conductivity, biological respiration, pH, macro- fauna, mineralizable nitrogen, exchangeable cations, available phosphorus, bulk density, and infiltration rate) (Olson et al., 1982; Karlen et al., 1997; Hartemik, 1998). Nevertheless, since it is difficult to measure a group of indicators, called a group of minimal data, it is worth asking: what indicators could be the most important? Or, which indicators should be utilized in a certain project? The MESMIS framework does not work with a predetermined list of indicators, but suggests that the selected ones (including the edaphic indicators) should inform about the sustainability attributes and also about the critical points identified in the management system (Masera et al., 1999). That is, the indicators are derived at the moment of study and for each system in particular, which is an important innovation with respect to the traditional approach. According to the indicators’ selection process proposed by Masera et al. (1999) the following three situations should be observed: 1. The indicators must respond to a basic group of sustainability attributes of the agro-ecosystem, such as: productivity, equity, stability, resilience, reliability, adaptability, and self-reliance. Productivity, stability, and resilience are closely related to soil quality. Productivity is the capacity of the agro-ecosystem to afford the required level of resources and services. The indicators related with ASTIER-CALDERÓN et al.: INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN AGRICULTURA SUSTENTABLE 613 de estudio o como un promedio en cierto intervalo. La estabilidad es la propiedad del sistema de tener un estado de equilibrio dinámico estable, lo que implica que sea posible mantener los beneficios proporcionados por el sistema en un nivel promedio o normal, no decreciente en el tiempo. Se asocia con la noción de constancia de la producción (o beneficios) aunque, estrictamente, una pro- ducción constante a lo largo del tiempo es sólo un caso particular de un sistema en estado de equilibrio dinámico (Masera et al., 1999). La resiliencia se define como la capacidad de un suelo de resistir cambios adversos bajo una serie de condiciones ecológicas y de uso del suelo, y de retornar a su estado original de equilibrio dinámico después de la perturbación (Lal, 1994; Rosanov, 1994); por ejemplo después de un evento catastrófico como un incendio, lluvias de alta intensidad o el uso intensivo de agroquímicos y monocultivo (Bezdicek et al., 1996). 2. Dado que el suelo es un componente de un sistema mayor (el agroecosistema), y éste es afectado y afecta a otros sistemas circundantes (cuenca, región agrícola, sis- tema agroforestal, etc.), debe concebirse en un contexto previamente identificado (sistema agrícola, forestal, agroforestal, etc.). Por lo tanto, el agroecosistema debe caracterizarse especificando las escalas espaciales (micro, meso o macroescala) y temporales. El seguimiento de la calidad del suelo podrá hacerse de manera comparativa o relativa. Para esto existen dos vías fundamentales: a) Comparar la evolución de un mismo sistema a través del tiempo (comparación longitudinal), o, b) comparar si- multáneamente uno o más sistemas de manejo alternati- vo o innovador con una referencia (comparación trans- versal) (Masera et al., 1999). 3. Los puntos críticos o aspectos problemáticos que po- drían incidir en la calidad del suelo (por ejemplos acidez, salinidad, erosión hídrica, etc.) se deben identificar cla- ramente. Estos son factores o procesos ambientales y téc- nicos que de forma individual o combinada pudieran te- ner un efecto crucial en la calidad del suelo. Operativa- mente, la forma más conveniente de obtener los puntos críticos es mediante visitas al campo, entrevistas con los agricultores y revisión de bibliografía, mapas y documen- tos de referencia e identificar el mayor número de éstos en el momento de caracterizar el sistema. Los diferentes indicadores seleccionados deben estar relacionados con: a) Los atributos de sustentabilidad (pro- ductividad, estabilidad y resiliencia), y b) los puntos crí- ticos identificados. La forma de medir los diferentes indicadores selec- cionados dependerá de los recursos (humanos, técnicos, económicos, e infraestructura) y del tiempo disponible, del rigor requerido y del tipo de audiencia a la que se destina el estudio. Los indicadores cualitativos pueden ser más útiles que los cuantitativos para mostrar rápida- mente el comportamiento del sistema. this attribute (yields, crop nitrogen content) can be measured in the year of study or as an average in a certain interval. Stability is the system’s property to maintain a stable dynamic equilibrium, which implies the possibility of keeping the benefits provided by the system at an average or normal level, non decreasing in time. It is associated with the notion of constant production (or benefits), yet, strictly speaking, constant production is only one particular example of a system in a state of dynamic equilibrium (Masera et al., 1999). Resilience is the capacity of a soil to resist adverse changes, under a series of ecological or management conditions, and to return to its original state of dynamic equilibrium after a disturbance (Lal, 1994; Rosanov, 1994). For example, after a catastrophic event like a fire, rainfall of high intensity, or the intensive use of agro-chemicals and monoculture (Bezdicek et al., 1996). 2. Since soil is a component of a larger system (the agro- ecosystem), and it is affected and affects other surrounding systems (watershed, agricultural region, agro-forestall system, etc.) it must be understood in a previously identified context (agricultural, forestall, agro- forestall system, etc.).Therefore, the agro-ecosystem must be characterized specifying spatial scales (micro, meso, or macro-scale) and temporal scales. The follow-up of soil quality can be made in a comparative or relative way. There are two ways to achieve this: a) By comparing the evolution of a single system over time (longitudinal comparison); or, b) by simultaneously comparing one or more alternative or innovative management systems with a reference system (transversal comparison) (Masera et al., 1999). 3. The critical points or problematic aspects affecting soil quality (e.g. acidity, salinity, hydric erosion, etc.) must be clearly identifyed. These are environmental and technical factors or processes that individually or in a combined form could have a crucial effect on soil quality. Operatively, the most convenient way to detect the critical points is by doing visits to the field, interviewing the farmers, and reviewing bibliography, maps, and reference documents, in order to identify the largest number of critical points at the moment of characterizing the system. The different selected indicators must be related to: a) The attributes of sustainability (productivity, stability, and resilience), and b) the identified critical points. The procedure for measuring the selected indicators will depend on the resources (human, technical, economic, infrastructure), the time availability, the required rigor, and the type of audience the study is addressed to.Sometimes, qualitative indicators are more useful than quantitative ones to show more quickly the behavior of the system. AGROCIENCIA VOLUMEN 36, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2002614 Análisis de casos: Ejemplo de selección de indicadores en tres agroecosistemas en México En esta sección se ejemplifica la metodología para la derivación de los indicadores de calidad de suelos. Se escogieron tres sistemas de manejo agrícolas contrastan- tes tomados de experiencias mexicanas. Los indicadores se seleccionaron de los atributos y puntos críticos identi- ficados para cada sistema y, por ser un ejercicio hipotéti- co, no se incluyeron los valores de los parámetros utili- zados. Estudio de Caso 1: Producción de maíz en condiciones de temporal y agricultura campesina en Michoacán En un terreno experimental demostrativo de esta co- munidad se inició una investigación de mediano plazo (4 años) sobre el efecto de la incorporación de abonos ver- des de invierno a sistemas de producción de maíz. La región se localiza en una zona agroclimática con clima semifrío subhúmedo (hasta 3340 m de altitud) con precipi- tación de 1000 a 1500 mm anuales y con temperaturas medias de 12 a 18 oC. La fisiografía es accidentada, con pendientes de 4 a 13% y los suelos son andosoles de fer- tilidad media a baja que se labran convencionalmente (Astier et al., 2001). En una parcela experimental se establecieron ensa- yos para evaluar los siguientes factores: el potencial pro- ductivo de avena y leguminosas nativas y cultivadas (es- pecies que pueden ser utilizadas como abonos verdes de invierno), el cambio en las propiedades del suelo des- pués de la incorporación de esos abonos verdes, y el efecto de dicha incorporación en el cultivo de maíz. El sistema de manejo forma parte de una rotación abono verde-maíz. Los abonos verdes (Vicia sativa L., Vicia faba L. y Avena sativa L.) se siembran en octubre y se incorporan o se dejan como acolchado en enero y fe- brero; el maíz se siembra en abril. La investigación in- cluyó la observación de variables en cuanto al tipo de manejo (tipos de labranza y fertilización con N y P). El Cuadro 2 muestra los indicadores que responden a los atributos de sustentabilidad de sistemas agrícolas y a los puntos críticos identificados en el sistema estudiado. Esta experiencia se reporta in extenso en Astier et al. (2001). Estudio de Caso 2: Sistema silvopastoril mejorado en selva baja caducifolia en la reserva de Chamela Este ejemplo ilustra la selección de indicadores de ca- lidad de los suelos en un sistema silvopastoril mejorado que se propone como una alternativa al que predomina en la zona. Como en gran parte del trópico mexicano las selvas tropicales secas de la región de Chamela se han Case Analysis: Example of the selection of indicators in three agro-ecosystems in México In this section, the methodology for deriving soil quality indicators is exemplified. Three contrasting systems of agricultural management, based on Mexican experiences, were chosen. The indicators were selected from attributes and critical points identified for each system, and as this is about a hypothetical exercise, the values of the utilized parameters are not included. Case study 1: Maize production under rainfed and rural farming conditions in Michoacán In an illustrative experimental plot, a medium-term research (4 years) was carried out to study the effect of the incorporation of green winter manures on maize production systems. The region is located in an agro- climatic zone with semi-cold and sub-humid climate (up to 3 340 m), with annual precipitation of 1000 to 1500 mm and mean temperatures from 12 to 18 oC. The physiography is rough with slopes of 4 to 13%; and the soils are andisols with medium to low fertility, conventionally tilled (Astier et al., 2001). In an experimental plot various sites were established to evaluate the following factors: the productive potential of oats and native and cultivated leguminous plants (species that can be used as green winter manures), the change in soil properties after the incorporation of these green manures, and its effect on the maize crop. This management system forms part of a green manure -maize rotation scheme. Green manures (Vicia sativa L., Vicia faba L., and Avena sativa L.) are sown in October and incorporated into the soil or left over the surface as a mulch, in January and February; maize is sown in April. The investigation included management variables (such as type of tillage and N and P fertilization rates). Table 2 illustrates how indicators are related to both, sustainability attributes and critical points which are identified within the agricultural system. This experience is reported extensively at Astier et al. (2001). Case study 2: Improved silvo-pastoral system in the tropical deciduous forest in the Chamela natural reserve This example illustrates the selection of soil quality indicators in an improved silvo-pastoral system; this was proposed as an alternative to the local system. As in a large part of the Mexican tropics, the dry tropical forests of the Chamela region have been converted to grasslands by using slash and burn practices and because of the introduction of African grass species (e.g. Cenchrus sp. ASTIER-CALDERÓN et al.: INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN AGRICULTURA SUSTENTABLE 615 transformado en praderas por acción de la roza, tumba y quema del bosque original y por la introducción de espe- cies africanas de pastos (v.gr Cenchrus sp. y Panicum maximum Jacq.) y de ganado cebú (Bos taurus indicus). La transformación de la selva seca en pradera trae consi- go la casi total destrucción de la estructura y composi- ción forestal y una seria perturbación de los procesos fun- cionales del ecosistema (Maass, 1995). El clima de la zona es cálido seco (temperatura pro- medio anual de 24.9 oC) influenciado por ciclones tropi- cales que producen un régimen lluvioso muy variable y fuertemente estacional (García-Oliva et al., 1991). La zona no presenta heladas, y tiene una relación entre el potencial de evapotranspiración y la precipitación mayor que 1. La época de sequía dura alrededor de 8 meses (de noviembre a junio). La precipitación anual es de 758 mm, siendo agosto y septiembre los meses más secos. Los suelos son jóvenes, poco desarrollados y con un material parental de riolita y basalto. La vegetación predominante es la selva baja caducifolia, con una alta diversidad y un sustrato arbustivo bien desarrollado (Lott et al., 1987; Lott, 1993). En las partes bajas (pequeñas planicies aluviales) y en los antiguos cauces de los ríos, se desa- rrolla una vegetación más alta y subcaducifolia. La topo- grafía está dominada por lomeríos con pendientes con- vexas, por lo que la ganadería se desarrolla principal- mente en suelos con pendientes de entre 35 y 45% lo que, aunado a las prácticas de sobrepastoreo, genera altas tasas de erosión en la zona (Maass et al., 1988). Cuadro 2. Indicadores seleccionados para evaluar la calidad de suelos de sistemas de maíz cultivados con abonos verdes en Casas Blancas, Michoacán. Table 2. Indicators selected to evaluate the soil quality of maize systems, cultivated with green manures in Casas Blancas, Michoacán. Punto crítico por atributo Indicador Método de medición Productividad Bajos rendimientos de grano Rendimiento de grano Muestreo directo (Mg ha-1 año-1) Baja disponibilidad de N y P Nivel de P y N en maíz Bioensayo: maíz bajo (kg de N o P ha-1 año-1) diferentes tratamientos Mineralización de N Incubación Nitrato y amonio- N (kg ha-1) (Drinkwater et al.,1996) Plagas de insectos rizófagos en maíz Muestreo de larvas en rizosfera Muestreo directo (Phylophaga anómala) (Morón y Terrón,1988) (larvas cepellón-1 mes-1) Estabilidad y resiliencia Degradación de propiedades físicas Grado de penetrabilidad (Mpa) Penetrómetro electrónico del suelo y competencia por humedad Tasa de infiltración (cm min-1) Infiltrómetro cilindro (Bouwer, 1982) residual entre cultivos Contenido de humedad en épocacrítica (%) Análisis gravimétrico Alta susceptibilidad a la erosión hídrica Medición de sedimentos (Mg ha-1 año-1) Trampas de sedimentos en parcelas experimentales (Dissemeyer, 1982) and Panicum maximum Jacq.) and zebu cattle (Bos taurus indicus). The transformation of the dry forest to grassland brings about a nearly total destruction of the structure and composition of the forest and a serious disturbance of the functional processes of the ecosystem (Maass, 1995). The climate of the zone is warm dry (annual mean temperature 24.9 oC), influenced by tropical cyclones that produce a very unsettled and strongly seasonal rainfall pattern (García-Oliva et al., 1991). The zone does not present frosts. There is a relationship between the evapo- transpiration potential and the precipitation greater than 1. The dry season lasts around 8 months (from November to June). Annual rainfall is 758 mm; August and September are the driest months. The soils are young, little developed and with parental material of ryolite and basalt. The predominant vegetation is deciduous low forest with high diversity and a well-developed shrub- like substrate (Lott et al., 1987; Lott, 1993). In the low parts (small alluvial plains) and in the old riverbeds, higher deciduous vegetation develops. The topography is dominated by hills with convex slopes; therefore cattle rising is mainly produced on soils with slopes between 35 and 45 %, which, together with over-grazing, generates high erosion rates in the zone (Maass et al., 1988). The alternative system proposed is based on a silvo- pastoral management of the disturbed sites, where at present grassland is cultivated within the buffer zone of the Chamela Natural Reserve (Table 3). The main idea is to allow the growth of strips with trees, or buffer zones, AGROCIENCIA VOLUMEN 36, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2002616 El sistema alternativo que se propone es el manejo silvopastoril de los sitios perturbados que en la actualidad se encuentran cultivados con pradera en la zona de amor- tiguamiento de la Reserva de Chamela (Cuadro 3). La idea es permitir el desarrollo de franjas de árboles, o zo- nas de amortiguamiento, las cuales se trazan de manera paralela a las curvas de nivel, con el objeto de reducir la longitud de pendiente; generar bordes de contención que reduzcan la erosión del suelo y establecer un sistema de pastoreo controlado. Asimismo, se plantea el desarrollo de una franja de árboles en las inmediaciones de los cau- ces de los ríos, de tal forma que sirvan como zonas de amortiguamiento para dar protección a los cuerpos de agua. Se espera que los árboles generen sombra para el ganado, y que por su sistema radical más profundo mejo- ren la capacidad de infiltración del suelo y ayuden tam- bién a aumentar el contenido de materia orgánica. El cri- terio para seleccionar las especies de árboles a utilizar es económico (e.g. especies maderables como Cordia alliodora R. et Pav.; medicinales como Haematoxylon brasiletto K., etc.) y ecológico (especies fijadoras de ni- trógeno o con asociaciones micorrícicas). En el Cuadro 3 se listan los indicadores de calidad de suelos, basados en los puntos descritos por Maass (1995). No se incluyó el indicador cantidad de materia orgánica dado que está comprobado que no cambia de forma significativa bajo diferentes condiciones de manejo de suelos en la región de estudio. Por otro lado, se escogió el indicador cober- tura de suelo, el cual está asociado con el aumento en la tasa de infiltración y la disminución de los niveles de compactación y encostramiento (García-Oliva et al., 1994). Cuadro 3. Indicadores seleccionados para evaluar la calidad de suelos de un sistema silvopastoril mejorado en Chamela, Jalisco. Table 3. Indicators selected to evaluate soil quality of an improved silvo-pastoral system in Chamela, Jalisco. Punto crítico por atributo Indicador Método de medición Productividad Nivel adecuado y calidad de pastos Cantidad (kg ha-1 año-1) y composición de Transecto pastos por familia y especie Sobrepastoreo Capacidad de carga anima Estimar unidad animal ha-1 (animal ha-1 año-1) Estabilidad y Resiliencia Deterioro de propiedades físicas del suelo Evolución del grado de compactación (Mpa) Penetrómetro electrónico (alto nivel de compactación y encostramiento; Tasa de infiltración (cm min-1) Infiltrómetro cilíndro (Bouwer, 1982) disminución de la tasa de infiltración) Evolución del grado de encostramiento Apreciación cualitativa en parcelas seleccionadas Elevada erosión y escorrentía Nivel de erosión (Mg ha-1 año-1) Bordos de sedimentación en los cauces Nivel (cm) y naturaleza de la escorrentía Monitoreo de los cauces (kg ha-1 de N, P y K) Cobertura del suelo (% suelo cubierto y desnudo) Inspección visual aleatoria anual which are drawn in a parallel manner to the contour curves. The purpose of this practice is to reduce the slope length, to generate retaining walls, that reduce soil erosion, and to establish a controlled pasturing system. Likewise, it is considered to plant a row of trees along the riverbeds, so that this buffer zone can protect the water bodies. The trees are expected to provide shade for the cattle and to improve the infiltration capacity of the soil with their deeper root system; they also may help to increment the organic matter content. The criterion for the selection of the tree species to be used is mainly economical (timber- yielding species like Cordia allliodora R. et Pav.; medicinal species like Haematoxylon brasiletto K. etc.) and ecological (nitrogen-fixing species or those with mycorrhizal associations). Table 3 shows a list of soil quality indicators based on the critical points described by Maass (1995). Soil organic matter content was not a selected indicator in this region of study, because it is demonstrated that this indicator does not change significantly under different soil management patterns. On the other hand, the indicator of soil cover was selected; this is related to the increment of infiltration rate and the decreasing of compaction and crusting levels (García- Oliva et al., 1994). Case study 3: Intensive farming at El Batán In the farmlands of El Batán, commercial and intensive farming of maize is carried out. The experimental field El Batán of the Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) is located in the municipality of Texcoco, in the state of México, at an altitude of 2 242 m. The mean annual precipitation is 625 mm, and the mean minimum and maximum temperatures in the same ASTIER-CALDERÓN et al.: INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN AGRICULTURA SUSTENTABLE 617 Estudio de Caso 3: Agricultura intensiva en El Batán En los terrenos agrícolas de El Batán se practica una agricultura comercial e intensiva de maíz. El campo ex- perimental El Batán del Centro Internacional de Mejora- miento de Maíz y Trigo (CIMMYT) se localiza en el mu- nicipio de Texcoco en el Estado de México a 2242 m de altura; tiene una precipitación media anual de 625 mm y temperaturas mínimas y máximas medias en igual lapso de 5 y 23.3 oC, respectivamente. El sitio posee una con- dición nutrimental adecuada para las plantas, pero pre- senta alta densidad aparente (1.4 g cm-3), compactación en la capa arable, exceso de humedad en el perfil en épo- cas críticas para el desarrollo de algunos cultivos como la Vicia villosa L., e inadecuada aireación radical (Román, 1993)5. En especies como Medicago sativa L. la defi- ciencia de azufre de los suelos limita su desarrollo ade- más de presentar una alta incidencia de Phytium sp., la cual está asociada con los altos niveles de humedad en el suelo. La condición de alta densidad aparente y baja ai- reación se atribuye al uso intensivo de energía mecánica en la preparación del suelo y al continuo paso de maqui- naria durante más de 20 años. Sandoval et al. (1996) re- portaron una tendencia decreciente de los rendimientos de maíz y trigo en el periodo de 1991 a 1995, en parcelas 5 Roman, S.S. 1993. Respuesta agronómica y dinámica delnitrógeno en trigo, maíz, veza y medicago, bajo distintos manejos de la labranza, residuos de cosecha y fertilización nitrogenada. Tesis de Maestría. Colegio de Postgraduados, México ❖ Román, S. S. 1993. Agronomic and dynamic response of nitrogen in wheat, maize, vetch, and medicago, under different tillage practices, crop residues, and nitrogenous fertilization. Master’s Degree Thesis. Colegio de Postgraduados, México. Cuadro 4. Indicadores seleccionados para evaluar la calidad de suelos en un sistema agrícola intensivo mejorado. El Batán, Estado de México. Table 4. Indicators selected to evaluate soil quality in an improved intensive farming system. El Batán, State of México. Punto crítico por atributo Indicador Método de medición Productividad Disminución de los rendimientos de grano Medición de rendimientos grano Muestreo de grano y comparación (Mg ha-1 año-1) con datos previos Estabilidad y resiliencia Deterioro de propiedades físicas suelo: Evolución del grado de compactación Penetrómetro electrónico (Mpa) encharcamiento y enfermedades raíz Tasa de infiltración (cm min-1) Infiltrómetro cilindro (Pythium sp.) (Bouwer, 1982) Nivel humedad zona raíz (%) Medición gravimétrica en ciclo de cultivo y TDR al inicio Incidencia de Pythium sp Van Bruggen and Grunwald (1996) (células mL-1) Estabilidad de agregados Distribución de agregados por tamaños (% por tamaño) Densidad aparente (g cm-3) Medición antes y después del experimento Disminución de la disponibilidad Nivel de micronutrientes Análisis químico rutinario de micronutrimentos Medición de carbono orgánico (Mg ha-1) Método de combustión húmeda (Nelson and Sommers, 1982) lapse of time are 5 and 23.3 oC respectively. The site has an adequate nutritional condition for the plants, but it has high bulk density (1.4 g cm-3), high compaction in the arable layer, excess of soil profile humidity in critical periods (for the development of some crops like Vicia villosa L.), and inadequate root system aeration (Román, 1993)5. Species like Medicago sativa L., suffer soil sulfur deficiencies, which limits its development; there is also high incidence of Phytium sp., which is related to high soil humidity levels. High soil bulk density and low aeration conditions originate from the intensive use of mechanical energy in soil preparation and to the continuous passage of machinery during more than 20 years. Sandoval et al. (1996) reported a decreasing trend of maize and wheat yields, in the period from 1991 to 1995. These crops were grown under several treatments: with and without nitrogenous fertilization and under zero and conventional tillage systems, independently of residue management. Researchers from the Soil Fertility Laboratory at the Colegio de Postgraduados and the Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo proposed in 1996 an intensive improved management system, based on the rotation of green manures with maize and wheat. Table 4 AGROCIENCIA VOLUMEN 36, NÚMERO 5, SEPTIEMBRE-OCTUBRE 2002618 sujetas a varios tratamientos con y sin fertilización nitro- genada, tanto en sistemas de labranza convencional como labranza cero, independientemente del manejo de los re- siduos. Investigadores del Laboratorio de Fertilidad de Sue- los del Colegio de Postgraduados y del Centro Interna- cional de Mejoramiento de Maíz y Trigo propusieron, en 1996, un sistema de manejo intensivo mejorado basado en la rotación abonos verdes, maíz y trigo. En el Cuadro 4 se presenta una selección de indicadores basados en los puntos críticos identificados por Sandoval et al. (1996) y Etchevers et al. (2000). CONCLUSIONES La medición de la calidad de suelos mediante el em- pleo de indicadores permite entender cómo evoluciona el estado (capacidades y propiedades) de los suelos bajo determinados sistemas de manejo, particularmente para una agricultura sustentable. A diferencia de la antigua visión reduccionista, que sólo considera al suelo como fuente de nutrimentos y sostén para las plantas cultivadas, el concepto calidad de suelos ubica a este recurso como el centro de procesos ambientales a todos los niveles. En este ensayo se propone también un enfoque alter- nativo para generar indicadores de calidad de suelos, que sigue los planteamientos de Masera et al. (1999). Dicho enfoque implica: 1) Utilizar los tres atributos ambienta- les de sustentabilidad (productividad, resiliencia y esta- bilidad); 2) caracterizar el sistema de manejo indicando claramente la escala espacial y temporal del análisis, 3) identificar los puntos críticos en el agroecosistema estu- diado. De esta forma, el concepto de calidad de suelos se aplica a la práctica con un marco conceptual que permite evitar largas listas de indicadores. Se observa que algunos indicadores (como rendimien- tos de los cultivos, infiltración) son comunes en los tres estudios de caso, y otros son indicadores específicos para cada uno. Los puntos críticos relacionados con el atribu- to productividad fueron los bajos rendimientos, la baja disponibilidad de nutrientes y la presencia de plagas de insectos. Estos puntos generaron a su vez los indicadores: rendimiento de grano de cultivos y ganado, contenido de N y P en los cultivos y presencia de insectos plaga. Los atributos estabilidad y resiliencia están asociados a pun- tos críticos como la pérdida de los suelos (procesos de erosión) y la degradación de las propiedades biológicas, químicas y físicas; éstos, a su vez, se traducen en indicadores como la cantidad de suelo erosionado, la can- tidad de carbono orgánico, la tasa de infiltración, el gra- do de resistencia a la penetración y el nivel de agentes patógenos. Cualquier marco metodológico para evaluar la sus- tentabilidad del manejo de los recursos naturales, shows a selection of indicators based on the critical points identified by Sandoval et al. (1996) and Etchevers et al. (2000). CONCLUSIONS The measurement of soil quality by means of indicators permits to understand how the state of soils (capacities and properties) evolves under determined management systems, directed towards a sustainable agriculture. The old reduccionist point of view considers the soil mainly as a source of nutrients and as mechanical substrate for cultivated plants. The soil quality concept, however, is different from the old vision because the soil is located at the center of environmental and biological productive processes at every level. An alternative approach for the derivation of soil quality indicators is also proposed in this essay; which follows the work of Masera et al. (1999). This approach implies: 1) To utilize the three environmental attributes of sustainability (productivity, resilience, and stability); 2) to characterize the management system clearly, indicating the spatial and temporal scale of analysis; 3) to identify the critical points in the studied agro- ecosystem. This way, the concept of soil quality is put into practice with the help of a conceptual framework, which allows avoiding long lists of indicators. It is observed that some indicators (like crop yield, infiltration rate) are common to the three study cases, and others are specific indicators for each of them. The critical points related to the productivity attribute were: low yield, low nutrient availability, and incidence of insect pests. These points derived the indicators: grain crop and cattle yields, crop N and P contents in crops, and incidence of insect pests. Stability and resilience attributes are associated to critical points like soil loss (erosion processes) and degradation of biological, chemical, and physical soil properties. These properties, at the same time, are translated into soil indicators, such as quantity of eroded soil, amount of organic carbon, infiltration rate, degree of resistance to penetration, and the level of pathogenic agents. Any methodological framework for evaluating sustainability of natural resources management systems, including the aspects of soil quality, needs to be applied periodically tocase studies with the purpose of reinforce it. —End of the English version— pppvPPP incluyendo los aspectos de calidad de suelos, necesita aplicarse periódicamente a estudios de caso a fin de fortalecerlo. ASTIER-CALDERÓN et al.: INDICADORES DE CALIDAD DE SUELOS EN AGRICULTURA SUSTENTABLE 619 L ITERATURA CITADA Acton, D. F., and L. J. Gregorich. 1995. Understanding soil health. 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