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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/276920013 Principios y estrategias para la evaluación neuropsicológica infantil Chapter · November 2007 CITATIONS 6 READS 12,016 2 authors: Yulia Solovieva Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 244 PUBLICATIONS 1,369 CITATIONS SEE PROFILE Luis Quintanar Rojas Universidad Autónoma de Tlaxcala 207 PUBLICATIONS 1,347 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Luis Quintanar Rojas on 19 May 2015. 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Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 87 PRINCIPIOS Y ESTRATEGIAS PARA LA EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA INFANTIL1 Yulia Solovieva y Luis Quintanar Rojas Maestría en Diagnóstico y Rehabilitación Neuropsicológica, Facultad de Psicología, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. La neuropsicología es una ciencia que se dedica al estudio de la actividad cerebral en los actos complejos del ser humano, tanto en la normalidad como en la patología. Como rama de la ciencia neuropsicológica, la neuropsicología infantil analiza el substrato cerebral de las acciones que realiza el niño y atrae cada vez más a los investigadores y especialistas interesados por la aplicación de los conocimientos neuropsicológicos para el análisis de los problemas en el aprendizaje escolar y las dificultades en el desarrollo psicológico. El estado funcional del substrato cerebral puede ser positivo o insuficiente respecto a la edad psicológica del niño y, de este modo, favorecer u obstaculizar la vida cotidiana del menor en general, o el proceso de aprendizaje escolar en particular (Quintanar y Solovieva, 2000). ¿De qué manera se puede analizar la participación del sustrato cerebral en la realización de las acciones de los niños? La neuropsicología que parte de la aproximación psicológica histórico-cultural, introducida por Vigostky (1984) y desarrollada posteriormente por Luria (1973), se basa en tres principios fundamentales: 1) El origen histórico-cultural de la psique humana. 2) La estructura sistémica de la psique humana. 3) La localización dinámica de los procesos psicológicos. 1) El origen histórico-cultural de la psique humana Este principio evoca directamente el concepto clave de la teoría de L. S. Vigotsky (1995a). Con este término, Vigotsky denomina a cualquier tipo de proceso psicológico que contenga las siguientes características: origen cultural, estructura mediatizada y carácter voluntario, consciente y autorregulable. La característica de origen cultural implica que los procesos psíquicos superiores se adquieren durante la vida del niño y no se limitan a la 1 Correspondencia: Maestría en diagnóstico y rehabilitación neuropsicológica, Facultad de Psicología, BUAP. Yulia Solovieva: yulia.solovieva@fsic.buap.mx; Luis Quintanar Rojas: lquinr@siu.buap.mx En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 88 herencia biológica de la especie humana. Por esta razón podemos afirmar que el desarrollo psicológico del niño, a diferencia del desarrollo de los animales, es de tipo no predeterminado, es decir, no definido desde el punto de vista hereditario, sino que depende de la forma de organización del proceso de adquisición de la experiencia histórico-cultural del hombre. El desarrollo de un animal está predeterminado completamente por su herencia, la cual, siendo más flexible en animales superiores, le permite adquirir conductas más complejas a partir de la experiencia individual que reciben del medio que les rodea. La característica de la estructura mediatizada señala la participación necesaria de signos o instrumentos psicológicos en todas las acciones del niño. Estos signos son producto de la cultura, se someten a la transformación histórica y pueden ser internos o externos. La particularidad de estos signos como instrumentos, es que con ellos se modifica, no el mundo externo real, sino la vida psíquica interna del niño. No obstante que Vigotsky (1995a) se refería principalmente al uso del lenguaje como medio de excelencia, existen otros tipos de medios externos e internos, cuya cantidad es infinita. Ejemplos de estos signos pueden ser los tipos de alfabetos verbales, los signos matemáticos y musicales, los símbolos religiosos y artísticos, los conceptos científicos, los sistemas de gestos y las expresiones faciales, etc. Un ejemplo de este signo psicológico se representa en la figura 1. En este ejemplo se puede observar una representación simbólica, a través de la cual el hombre, en la erapaleolítica, no modificaba al mundo externo, sino a sí mismo, influyendo sobre sus propias percepciones y emociones, precisando sus necesidades y determinando sus creencias e imaginaciones. De esta forma, es posible establecer las diferencias entre un instrumento práctico y un instrumento psicológico. El instrumento o herramienta satisface las necesidades prácticas y le permite al hombre transformar el medio externo de acuerdo a ellas, mientras que el uso del instrumento psicológico no se limita a objetivos pragmáticos. Este último le permite al ser humano influir sobre sí mismo. Actualmente no es posible imaginar que el ser humano realice algún tipo de actividad sin la participación de los instrumentos psicológicos. Esto es lo que diferencia al ser humano de los animales. Finalmente, el carácter consciente, voluntario y autorregulable de los procesos psicológicos, muestra que desde la edad infantil el ser humano pasa por las etapas de adquisición de la reflexión y la regulación de su comportamiento propio. Esta vía se inicia desde la acción de regulación dividida entre el adulto y el niño (nivel extra cerebral o inter- psicológico), pasa por la etapa en la cual el niño se regula a través de su propio lenguaje En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 89 externo o egocéntrico (etapa del lenguaje externo) y culmina con la etapa de regulación plenamente psíquica, a través del lenguaje interno propio del niño (etapa intra- psicológica). Figura 1. Ejemplo de representación simbólica (Pintura rupestre de Lascoaux, Francia). 2) La estructura sistémica de la psique humana El segundo principio fundamental de la neuropsicología es el de la estructura sistémica. Este principio ya no se relaciona tanto con el nombre de L.S. Vigotsky, sino con el nombre de A.N. Lenotiev, creador y autor principal de la teoría de la actividad, como un paradigma de la psicología general. La idea de que las funciones psicológicas no existen como unidades aisladas genéticamente determinadas y la necesidad de encontrar una unidad adecuada para el análisis de los fenómenos psicológicos, ya se había expresado en la obra de Vigotsky (1991; 1992). Sin embargo, la explicación teórica concreta la encontramos en la obra de su, A.N. Leontiev (2000), de acuerdo a la cual la actividad es el medio de manifestación y forma de existencia de la psique humana. El concepto de la actividad no se puede igualar al concepto de función psicológica, debido a que ninguna actividad se puede llevar a cabo con una sola función. La actividad se define por el motivo que la impulsa, es un proceso que realiza el sujeto mismo. Por ejemplo, para la actividad de aprendizaje escolar debe existir un motivo cognoscitivo, si éste no existe, la actividad de aprendizaje se limita a una cadena de acciones aisladas. Dentro de la actividad es posible encontrar otra unidad más compacta, que en la teoría de la actividad se denomina acción y que se refiere a un proceso dirigido a un objetivo consciente inmediato. Por ejemplo en la actividad de aprendizaje escolar podemos identificar muchas acciones particulares, tales como la escritura al dictado, la solución de un ejemplo aritmético o la lectura de un texto en voz alta. En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 90 3) La localización dinámica de los procesos psicológicos El tercer principio es propiamente neuropsicológico, pero se encuentra en estrecha relación con los dos principios anteriores. Se refiere a la forma de correlacionar el nivel de participación del sustrato cerebral y el de la expresión psicológica de los actos humanos. La forma tradicional es hacerlo a través del concepto de funciones psicológicas, sin embargo es posible ver que existen dificultades teóricas y metodológicas. Así, en la actividad (acción) de la escritura es posible establecer la participación de las funciones psicológicas de la atención, la memoria, el lenguaje, la percepción, etc. Estas funciones tradicionalmente se definen como categorías psicológicas, por lo que no pueden ser utilizadas para relacionar el nivel cerebral con el nivel psicológico, a lo cual nos hemos referido como objeto de estudio de la neuropsicología. En otras palabras, el nivel cerebral no puede ser simplemente sustituido por el nivel psicológico y viceversa. Si el neuropsicólogo sigue usando solamente estos términos, entonces no diferencia su objeto de su estudio, del objeto de estudio de un psicólogo. Además, las funciones psicológicas, tales como la atención o el lenguaje, no pueden ser relacionadas directamente con ninguna zona cerebral en particular, sino que diversas zonas territorialmente lejanas (o cercanas) participan en su realización, lo cual se ha demostrado en múltiples estudios con pacientes adultos con daño cerebral (Luria, 1947, 1969; Luria y Xomskaya, 1979; Tsvetkova, 1996, etc.) y con niños con dificultades en su desarrollo (Simmernitskaya, 1985; Akhutina, 2001). Debido a estas razones surgió la necesidad de considerar un nivel más dentro de la actividad humana: el nivel de sus mecanismos cerebrales. Desde el punto de vista de la localización dinámica y sistémica, las acciones psicológicas se representan en el cerebro en forma de sistemas funcionales complejos. Estos sistemas unen el trabajo de conjuntos de zonas cerebrales territorialmente lejanas (o cercanas) entre sí, de acuerdo al objetivo de cada acción particular. El neuropsicólogo infantil debe conocer no sólo el modo de trabajo de las diversas zonas cerebrales, sino también la estructura psicológica de las acciones que realiza el niño. Los tres principios fundamentales de la neuropsicología que se han considerado pueden aplicarse directamente a la evaluación de los problemas que surgen durante el desarrollo del niño. Esta metodología se puede expresar en tres principios particulares: 1. Consideración de la edad psicológica: tipo de interacción cultural. 2. Apoyo en la actividad del niño: elección de las acciones propias de la edad. 3. Identificación de los mecanismos fuertes y débiles que garantizan la ejecución de dichas acciones. En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 91 Estos principios particulares se encuentran en estrecha interrelación. Así, la consideración de la edad psicológica, como tipo de interacción cultural del niño con el medio social, permite comprender las necesidades particulares de cada edad psicológica del niño y conocer sus limitaciones y sus logros. El principio de apoyo en la actividad del niño de cada edad psicológica señala la necesidad de elegir las pruebas y las tareas adecuadas para cada momento esencial del desarrollo del niño y plantear los objetivos de la evaluación específica para la edad preescolar y escolar (Salmina y Filimonova, 2001; Solovieva y Quintanar, 2005). La identificación de los mecanismos fuertes y débiles que garantizan la ejecución de dichas acciones, sugiere que la evaluación neuropsicológica infantil se establece a partir del análisis de las acciones del niño, desde el punto de vista de los mecanismos cerebrales que participan en la realización de dichas acciones. Dentro de la actividad del niño es posible diferenciar niveles específicos de análisis (Leontiev, 2000): actividad, acción, operación y mecanismos (cerebrales) neuropsicológicos. La acción es el procesomás elemental de la actividad, cuyo motivo coincide con el de la actividad y se dirige a un objetivo conciente. La operación es parte de la acción que no se refleja en la conciencia. Es posible definirla como el elemento técnico de la acción. Por ejemplo, para escribir es necesario encontrar una imagen gráfica para cada sonido, ubicarse en el espacio de la hoja, relacionar las imágenes en secuencias y verificar la ejecución. En los niños, en diversas etapas de aprendizaje, cada una de estas operaciones se refleja en la conciencia, es decir, representa acciones, mientras que en los adultos, estos mismos procesos son operaciones semiconscientes y automatizadas (Galperin, 1998; Talizina, 1984). Como señalamos anteriormente, en la actividad podemos identificar el nivel de los mecanismos neuropsicológicos que se relacionan con el funcionamiento cerebral. Desde el punto de vista de la localización dinámica y sistémica de las funciones psicológicas (Vigotsky, 1991), las acciones escolares no pueden ser el resultado del trabajo de alguna zona cerebral particular, sino que resultan del trabajo de diversas zonas territorialmente lejanas (o cercanas) que participan en su realización (Luria, 1947, 1969; Luria y Xomskaya, 1979; Simernitskaya, 1985; Akhutina, 2001; Tsvetkova, 1996). De esta forma, el tercer principio neuropsicológico establece la unidad particular del análisis neuropsicológico, a la cual Luria denominó con el término factor. El término factor se refiere al mecanismo neuropsicológico, como eslabón del sistema funcional complejo y como resultado del trabajo de una zona cerebral altamente especializada o En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 92 conjunto de zonas unidas funcionalmente para la realización de una acción concreta del niño. Consideremos estos niveles con el ejemplo concreto de la acción de la escritura de una oración al dictado. Es evidente que para escribir es necesario percibir la información que llega por la vía auditiva, es necesario describir los sonidos que se perciben, encontrar el grafema correspondiente a cada fonema, organizar la escritura en el espacio de una hoja de papel a través de secuencias motoras fluentes, verificar todo el proceso y en su caso, corregir los errores. Este ejemplo muestra la complejidad del proceso de la escritura, aún sin referirnos a su sustrato cerebral. Así, desde el punto de vista de su estructura psicológica, la realización de esta acción requiere de la participación de las siguientes operaciones: • El análisis fonológico del lenguaje. • La elección de las letras y sus elementos. • La organización de la escritura. • La verificación. En un sujeto adulto alfabetizado, estos procesos constituyen operaciones, debido a que se realizan de manera automatizada y no se reflejan en su conciencia. Pero en un alumno de primer grado de primaria, estos procesos constituyen acciones, debido a que la realización de cada una de ellas le exige un nivel consciente de regulación. Veamos cuáles son los mecanismos cerebrales que participan en cada una de estas operaciones (tabla 1). Tabla 1. Mecanismos cerebrales en la acción de la escritura. Operaciones Mecanismos neuropsicológicos Análisis fonológico del lenguaje Integración fonemática Integración cinestésica Retención audio-verbal Elección de letras y sus elementos Percepción espacial analítica Percepción espacial global Retención visuo-espacial Organización de la escritura Percepción espacial global Organización secuencial motora Verificación Programación y control Activación general Neurodinámica En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 93 De acuerdo a la tabla 1 se puede observar que para una sola operación participan varios mecanismos cerebrales y que, en su totalidad, la acción de la escritura constituye un sistema funcional complejo. Analicemos el funcionamiento de estas operaciones. Análisis y síntesis fonológica En la escritura, la operación de análisis de los sonidos del lenguaje y de su relación con los signos gráficos no se realiza a través de un solo mecanismo. Para la realización apropiada de la escritura, es necesaria la participación del oído fonemático, que diferencia a los sonidos de acuerdo a las oposiciones finas del idioma dado. Por ejemplo, en el caso del castellano, estas oposiciones son sordo - sonoro, largo - corto, blando - duro, acentuado - no acentuado. Otro mecanismo indispensable para la operación del análisis fonológico, es el análisis y la síntesis cinestésica, que diferencia los sonidos de acuerdo a su producción motora y clasifica a los sonidos por punto y modo de articulación. Finalmente, se requiere de la participación de la retención audio-verbal, que conserva las huellas mnésicas de la información auditiva. Elección de letras y sus elementos Para la operación de elección de letras y sus elementos se requiere de la participación de la estrategia espacial global, la cual garantiza la percepción de las formas globales de los objetos en general, y de las grafías en particular. A través de la estrategia analítica el niño discrimina los detalles esenciales, finos, que diferencian a una imagen de otra, a una letra de otra. El mecanismo de retención visuo-espacial garantiza la conservación de las huellas mnésicas en la modalidad visual, es decir, garantiza la estabilidad perceptiva y reproductora de las letras del idioma. Organización de la escritura En el caso de la operación de la organización de la escritura, es necesario referirse una vez más a la estrategia perceptiva global, ya que todo lo que el niño escribe debe estar desplegado en un espacio gráfico real, de acuerdo a los ejes izquierda – derecha y arriba – abajo. El niño debe mantener la línea de la escritura, los espacios entre las palabras, los márgenes de inicio y fin de las líneas, las proporciones de las grafías y sus elementos y los tamaños de las letras, entre otras cosas. Sin embargo, la estrategia espacial global, por sí sola, no garantiza la organización de la escritura, ya que también se requiere de la participación de la organización secuencial motora, o melodía cinética de En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 94 acuerdo a Luria (1969), que une las series de grafías a través de los movimientos finos y fluentes de la mano del niño. Verificación de la escritura En lo que se refiere a la operación de verificación de la escritura, esta requiere de la participación de dos mecanismos cerebrales: la programación y el control y la activación general. El mecanismo de programación y control permite mantener el objetivo previamente establecido, no desviarse hacia estímulos ajenos a la acción de la escritura, ni por los deseos inmediatos que pueden surgir durante el trabajo y cumplir con todas las reglas aprendidas para la ejecución. Por su parte, la activación cerebral general es necesaria para la distribución de todos los esfuerzos del organismo del niño. Se trata de un fondo de trabajo cerebral que permite regular y mantener el estado de alerta, en caso de la presencia de errores o dificultades específicas. Las pruebas que se utilizan para la evaluación neuropsicológica infantil incluyen tareas específicas para cada uno de los mecanismos mencionados. Cada uno de los mecanismos neuropsicológicos se relaciona con el trabajoespecífico que realizan las zonas o conjunto de zonas cerebrales particulares (Tabla 2). Tabla 2. Relación entre mecanismos neuropsicológicos y zonas cerebrales (conjuntos de zonas cerebrales). Mecanismo Neuropsicológico Zonas Cerebrales Integración fonemática Zonas temporales del hemisferio izquierdo Integración cinestésica Zonas parietales del hemisferio izquierdo Retención audio-verbal Zonas temporales medias del hemisferio izquierdo Retención visual-espacial Zonas parieto-occipitales Organización secuencial motora Zonas posteriores (premotoras) del hemisferio izquierdo Neurodinámica Zonas frontales posteriores del hemisferio izquierdo Programación y control Lóbulos frontales (ambos hemisferios) Neurodinámica Estructuras subcorticales amplias Percepción espacial global Hemisferio derecho Percepción espacial analítica Hemisferio izquierdo En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 95 Activación general Formación reticular Interacción hemisférica Cuerpo calloso Para la valoración del estado funcional de estos mecanismos se pueden utilizar diversas estrategias. Ejemplificaremos la valoración de los mecanismos de la percepción espacial analítica y global con la tarea de copiar una casa (Figura 2). Figura 2. Modelo para la tarea de copia de una casa. El análisis detallado de las ejecuciones de los niños permite al neuropsicólogo juzgar acerca del estado de las dos estrategias perceptivas. Los errores en la representación de los detalles de la imagen indican (figura 3) problemas con la estrategia analítica, mientras que las dificultades con la representación de la forma, las proporciones, la ubicación de los elementos y sus tamaños, indican problemas con la estrategia global (figura 4). Figura 3. Ejemplo que muestra dificultades de la estrategia analítica. Figura 4. Ejemplo que muestra dificultades en la estrategia global. En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 96 En la figura 3 observamos dificultades para representar los detalles esenciales del dibujo, mientras que en la figura 4 observamos dismetría y desproporción en la representación de toda la imagen de la casa. Ambos ejemplos fueron realizados por alumnos de primer grado de primaria de una escuela rural del estado de Puebla. Ninguno de los pequeños presentaba síntomas neurológicos y sus maestros no reportaban problemas en el aprendizaje escolar, es decir, que ambos niños se desempeñaban de manera regular. Sin embargo, el análisis neuropsicológico puede señalar y prever qué tipo de problemas podrían presentar estos alumnos en un futuro próximo, durante su actividad de aprendizaje escolar. En otras palabras, el análisis neuropsicológico puede prever qué tipo de deficiencias aparecerán en el aprendizaje escolar, por la falta de un trabajo preventivo en el nivel preescolar en las escuelas rurales. Es evidente que también se pueden presentar ambos tipos de dificultades perceptivo-espaciales, tanto con la estrategia global, como con la estrategia analítica. Ejemplos de estas dificultades espaciales combinadas (del tipo analítico y del tipo global) las podemos observar en las ejecuciones de niños preescolares de 5 y 6 años de edad que presentan trastorno por déficit de atención (figura 5). Figura 5. Copia de la casa realizada por un niño preescolar con déficit de atención. En este ejemplo observamos problemas tanto de distribución y proporción de los elementos, como de la imagen global; de hecho la imagen es irreconocible. En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 97 La figura ejemplo 6 muestra la copia realizada por un niño de primer grado de escuela urbana privada de la ciudad de Puebla que no presentó dificultades de ningún tipo en la tarea de la copia. Figura 6. Copia de la casa realizada por un niño de escuela urbana privada. Debemos señalar que los problemas en el aprendizaje escolar se pueden relacionar con causas tanto orgánicas (maduración fisiológica insuficiente), como sociales (ausencia de actividades previas que garanticen el nivel óptimo de preparación psicológica para los estudios escolares). Es posible resumir las causas que pueden conducir a problemas en el desarrollo y en el aprendizaje en los siguientes puntos: Ø Cambio de la actividad rectora (exigencias de la etapa psicológica). Ø Procesos madurativos fisiológicos. Ø Ausencia de preparación psicológica para la actividad de la edad determinada. Ø Diferencias individuales. Ø Problemas particulares en el desarrollo. Consideraciones finales El diagnóstico neuropsicológico, que se realiza a través de la identificación de los mecanismos neuropsicológicos, puede mostrar una dinámica positiva de su desarrollo o un déficit en su formación (Akhutina, 1999). Los factores que muestran un desarrollo negativo se comprenden como la causa inmediata de las dificultades en la realización de las acciones u operaciones durante el aprendizaje escolar. En estos casos, el análisis psicológico permite determinar qué acciones y operaciones sufren durante la realización de uno u otro tipo de actividad por parte del niño. En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 98 La evaluación y el diagnóstico neuropsicológico se realizan de acuerdo a los siguientes pasos: 1. La identificación de los diversos síntomas o tipos de errores que indican la debilidad funcional en el desarrollo de factores (mecanismos) neuropsicológicos particulares. 2. La caracterización del cuadro sindrómico, que establece los mecanismos (factores) neuropsicológicos débiles y fuertes, se realiza a través de la aplicación de las pruebas neuropsicológicas. 3. La identificación de las acciones y operaciones correspondientes a la edad psicológica del niño, que se ven comprometidas debido a alguna debilidad funcional de estos mecanismos (factores). 4. La identificación de las zonas cerebrales que muestran un estado de funcionamiento desfavorable. El diagnóstico neuropsicológico que resulta de esta forma de trabajo permite elaborar el programa para la corrección y la prevención de los problemas comunes en el aprendizaje escolar (Semenovich, 1998; Akhutina y Pilayeva, 2004; Solovieva, Quintanar y Flores, 2002; Solovieva y Quitanar, 2001; Akhutina y Zolotariova, 2001; Santana, 1999, 2002). En los últimos años, la evaluación neuropsicológica infantil ha incrementado su presencia en la educación preescolar y escolar. Consideramos que el trabajo neuropsicológico, basado en la aproximación de la escuela de Luria, puede ayudar no sólo para la solución de problemas en el aprendizaje escolar, sino también para su prevención. Conclusiones 1) La evaluación neuropsicológica permite valorar el estado funcional de los mecanismos cerebrales y realizar un análisis sindrómico que identifica los mecanismos neuropsicológicos fuertes y débiles en la actividad del niño. 2) La evaluación neuropsicológica es útil para la identificación de los mecanismos débiles en diversos cuadros clínicos, como retardo simple del lenguaje, trastorno por déficit de atención,problemas en el aprendizaje escolar o dificultades del desarrollo en general. En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 99 3) La evaluación neuropsicológica constituye la base fundamental para el análisis clínico de diversas patologías del desarrollo y para la elaboración de programas de corrección que garanticen su superación. En: A. Escotto, M Pérez y N. Sánchez (2007) Lingüística, neuropsicología y neurociencias ante los trastornos del desarrollo infantil. México, UNAM.: 87-‐101. 100 Referencias Akhutina T.V. y Zolotariova E.V. (2001) Acerca de la disgrafia visuo-espacial. En: Yu. Solovieva y L. Quintanar (Eds.) Métodos de intervención en la neuropsicológica infantil. México, Universidad Autónoma de Puebla.: 39-46. Akhutina T.V. (1997) Neuropsicología de las diferencias individuales en niños como base para la utilización de los métodos neuropsicológicos en la escuela. Escuela de la Salud, 4: 9-17. Akhutina T.V. (1998) La neuropsicología de las diferencias individuales de los niños como base para la utilización de métodos neuropsicológicos en la escuela. En: E.D. Xomskaya y T.V. Akhutina (Eds.) Primera Conferencia Internacional dedicada a la memoria de A.R. Luria. Moscú, Universidad estatal de Moscú: 201-208. Akhutina T.V. (1999) La aproximación neuropsicológica a diagnóstico de las dificultades en el aprendizaje. En: E.D. 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