Resumen La metodologia de la investigacion historica

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Resumen “La metodología de la investigación histórica: una crisis compartida”
El autor nos presenta en este breve texto las metodologías usadas a lo largo del tiempo para
narrar y que posteriormente quede plasmado, las condiciones en las que las sociedades
sobrevivieron y las acciones que estas hicieron para construir un porvenir social,
económico y político que se manifestara en un tiempo posterior, es decir que nos intenta
enseña las metodologías del trabajo del historiador al paso de los años, nos explica un
cambio que ha aparecido en los últimos años con respecto al modo de ver y hacer historia,
nos habla del uso y clasificación de las fuentes como material de trabajo y el papel que
tiene el historiador como receptor de los hechos históricos.
La idea o el objetivo principal del texto es definir de qué manera la historia puede ser
catalogada como una ciencia y las epistemologías o conceptos que tuvo la investigación
histórica en un sentido de utilidad material y mecánica y la importante mención de cómo se
catalogó en el siglo XX las ciencias duras y las ciencias blandas comprometiéndolas con
modelos metodológicos interpretativos y subjetivos.
Ideas principales: 
Se podría comenzar con el hecho de que la historia es casi tan antigua como el ser humano
mismo. En sus primeros momentos la historia era transmitida oralmente de una generación
a otra con el fin aparente de sobrellevar el presente conociendo sus causas, después con la
aparición de la escritura, el proceso de hacer historia comienza a tener fuerza ya que
implica una materialización de los acontecimientos y el abandono en gran parte de lo
verbal.
Surgió entonces la historiografía como el discurso del pasado en el presente, es decir una
construcción critica del pasado y una posterior reflexión del presente. Tal y como dice el
texto, la historiografía estableció una lucha contra la ficción, al tiempo que procuró
distinguirse de la literatura y el verbalismo. Desde entonces inició su esfuerzo por
granjearse un lugar entre las ciencias según el paradigma positivista. 
Teniendo sus raíces en la edad media, durante los siglos XVII y XVIII, culminó la
revolución científica que introdujo el método científico y el pensamiento empírico y la
cosmovisión mecanicista, dando origen con esto a una nueva forma de ver los hechos en las
fuentes en las ciencias humanas, bajo la cual se vieron influenciados y comenzaron a
aplicar el pensamiento científico a lo que antes comenzaron a ser ciencias interpretativas.
El cambio que se produjo en los siglos XVII y XVIII fundamentó el advenimiento del
pensamiento y la metodología científica, esto último señalado en el texto nos indica una
serie de requerimientos inamovibles al momento de realizar la metodología de la
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investigación histórica. En el siglo XX debido al cambio de mentalidad en las personas que
se toman el trabajo de dedicarse al estudio y trabajo de todas las ciencias sintieron
comprometidos su trabajo con modelos metodológicos interpretativos para el medio común
de poca intensidad y cayendo siempre a la subjetividad.
Seguidamente hablamos del positivismo, entendido como la idea de que el único medio de
conocimiento es la experiencia comprobada o verificada con pruebas o muestras, busca los
hechos o las causas de los fenómenos sociales teniendo sobre todo independencia de la
subjetividad individual, ve los fenómenos sociales como cosas que ejercen una influencia
externa sobre las personas. Un verdadero fenómeno histórico-social solo lo es cuando se
influye notoriamente en la sociedad.
Debido al cambio que se produjo con la utilización del método científico en el proceso de
hacer historia y el impacto que hubo en la “Cosmovisión” de la humanidad de aquel
entonces, es evidente que, para hacer investigación histórica, el historiador e investigador
debió contar con determinados pre saberes y características que no se obtienen fácilmente
con la práctica y la experiencia. Debió conocer una amplia bibliografía y tener acceso a
estas, así como una amplia memorización de datos de otras disciplinas aliadas como la
Sociología, Antropología, economía y geografía entre otras.
El conocimiento que se procura por medio de la investigación histórica depende
enteramente de la información que hayan transmitido y puedan transmitir quienes vivieron
el evento o asunto que se investiga en el lugar y tiempo apropiado. Las diversas formas de
transmisión de esa información constituyen lo que se conoce como una fuente de
información. Debido a que los temas a estudiar el investigador no los vivió presencialmente
tiene que disponer de testimonios de testigos, presenciales o documentos escritos, películas,
fotos, grabaciones de audio o videos, mapas, etc.
El que se considera un investigador experimentado es consciente de que la investigación
histórica debe de ser confinada a un análisis penetrante de un problema limitado, más que a
un examen superficial de un sector amplio. Delimitar un problema es una de las mayores
dificultades, pero es indispensable para lograr un análisis satisfactorio. Esto se logra cuando
el investigador establece una o varias preguntas específicas frente a un hecho o evento
histórico con el fin de precisar lo sucedido, establecer comparaciones o determinar causas
y/o consecuencias.
La hipótesis es la respuesta lógica que propone el investigador al problema de
investigación. El investigador, fundamentando en su conocimiento de las corrientes
interpretativas, la información disponible, los elementos comunes en otros eventos
semejantes, si los hay, identifica las respuestas más aceptables a la pregunta de
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investigación, para luego dedicarse a la tarea de recoger evidencias y datos que permitan
comprobar la viabilidad de la hipótesis o su rechazo.
Tenemos las fuetes de información, que podríamos definirlas como la fuente de trabajo del
historiador, sencillamente sin fuentes no hay una historia, por lo menos una historia
completamente verídica o creíble. Las fuentes de información es todo objeto o persona que
muestre u ofrezca datos respecto a un tema en particular de investigación, estos datos
pueden ser relevantes o no y pueden ser clasificadas en dos categorías, fuentes primarias y
fuentes secundarias. Las fuentes primarias son aquellas que están estrictamente
relacionadas con el acontecimiento o el hecho a investigar y no dependieron de una fuente
anterior para ser creada. Dichas fuentes pueden ser desde documentos que daten o registren
un evento en particular, hasta testimonios orales de personas que relaten su experiencia del
hecho.
Por otro lado las fuentes secundarias son aquellas en las que el historiador debe de confiar
de manera limitada pero a la vez puede convertirse en el material más trabajado o
investigado, todo esto debido a que no tienen una relación directa con el tema a investigar
sino que pasa por las manos de otras personas en su creación, partiendo a su vez de otras
fuentes que son las primarias u otras secundarias, sufriendo así una distorsión o un cambio
en la información original a dar.
Una persona que se dedique a producir información secundaria es aquella que no estuvo 
presente en 
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