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VIDA Y MINISTERIO_JOEL PERDOMO

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2 
Vida 
y 
Ministerio 
JOEL PERDOMO 
_______________________________ 
_ 
Copyright © 2016 por Joel Perdomo 
¡IMPORTANTE! 
ESTE LIBRO ES UNA OFRENDA A DIOS Y LOS 
DERECHOS DE AUTOR HAN SIDO CEDIDOS A 
LA IGLESIA DE CRISTO EN LA TIERRA. 
POR TANTO: 
• PUEDE SER COMPARTIDO GRATUITAMENTE 
POR CUALQUIER MEDIO POSIBLE. 
3 
• PUEDE SER IMPRESO – SIN FINES DE LUCRO. 
• PUEDE SER TRADUCIDO A CUALQUIER 
IDIOMA – SIN ALTERAR SU CONTENIDO 
ORIGINAL. 
• ES UN REGALO DEL HNO. JOEL PERDOMO A 
LA AMADA IGLESIA DE CRISTO EN LA TIERRA. 
DANDO POR GRACIA, LO QUE POR GRACIA HA 
RECIBIDO. 
• ESTOS LIBROS TOMARON CASI 20 AÑOS 
ESCRIBIRLOS. COMPARTALOS CON OTROS 
CRISTIANOS, SERIA TODO LO QUE PIDO A 
CAMBIO. 
¡DIOS TE BENDIGA! JOEL PERDOMO 
DEDICATORIA 
Dedico este libro a mis queridos padres, Marina Paz y 
Conrado Perdomo, que fueron los artífices de la parte 
humana de esta historia. 
A mis amados hermanos Onil, Geovanny y Nelson, a 
quienes llevo en mi corazón. 
4 
A mi amada esposa y fiel compañera, Rhodimari 
Guzmán, y a mis queridos suegros, los pastores Basilio 
Guzmán y Sonia Pintor. 
A los miembros de la Iglesia Fundamento Firme y a todos 
los pastores, evangelistas, misioneros, maestros y 
ministerios que han sido partícipes de las bondades de este 
ministerio, gracias por su apoyo y oraciones. 
A todos los hermanos y amigos que han colaborado con 
este ministerio desde sus inicios hasta hoy día, y a los 
testigos oculares de los milagros aquí narrados. 
Sobre todo, al Espíritu Santo que en el nombre de Jesús 
me ha hecho palpar sus grandes maravillas y me ha dado el 
privilegio de ser partícipe de su abundante Gracia, para la 
gloria de nuestro Padre celestial. Amén. 
¡Que Dios les bendiga a todos! 
Joel Perdomo 
 
5 
ÍNDICE 
Capítulo – 1 – ANTES DE NACER, TU ME 
CONOCISTE………………………...13 
a. ¡Dios! en tus manos está mi hijo 
b. La vida en los campos 
c. Los misteriosos caminos de Dios 
Capítulo2. BREVE HISTORIA 
FAMILIAR…………………………..............17 
a. Señor: ¿Cuál es la verdadera religión? 
b. Tiempo de prueba 
c. Poder de resurrección manifestado 
d. El éxodo 
e. Ejemplo de amor 
Capítulo 3.BAJO EL 
DIOS…………………………………….29 
a. Mi experiencia con Dios 
b. El bautismo de fuego del Espíritu Santo 
c. Conociendo la voz del Espíritu Santo 
d. El ayuno y la oración 
 PODER DE 
II. LA OBEDIENCIA 
 A LA 
DIVINA………………………………...41 
 VOLUNTAD 
a. La formación del carácter cristiano 
6 
b. La obediencia a la voluntad de Dios 
c. La obediencia a la voz del Espíritu Santo 
d. La fe en acción 
e. La ministración de los ángeles 
Capítulo – 4 – EL COMIENZO DEL 
MINISTERIO……………………………....59 
a. Dios apresura sus planes 
b. El servicio en la iglesia local 
c. Tiempo de formación y espera 
d. El Espíritu Santo confirma lo que la Biblia enseña 
Capítulo – 5 – EL PODER 
DIOS…………………………………………67 
I. TESTIMONIOS DEL PODER DE DIOS 
a. El demonio le atacaba en el agua y en el fuego 
b. En el nombre de Jesús: ¡Levántate y camina! 
 DE 
II. LA SALVACIÓN Y 
SANIDAD…………………………………………..71 
a. ¿Por qué no todos los enfermos son sanados? 
b. La salvación del alma y la sanidad del cuerpo 
c. Hay que pedir correctamente 
 LA 
7 
III. BAJO EL FUEGO DE 
PRUEBA………………………………………....77 
a. El trato de Dios con sus hijos 
b. Testimonios del trato de Dios 
 LA 
IV. UNA FE 
LÍMITES…………………………………………………..82 
 SIN 
a. Fe sin límites 
b. Operaciones del poder de Dios 
V. LA 
LIBERACIÓN………………………………………………………..8 
5 
a. Encerrado por ocho años 
b. Bórrenme del libro 
c. Aprendiendo del ministerio de liberación 
VI. EL MINISTERIO 
PROFÉTICO…………………………………………….91 
a. Comienzos del ministerio profético 
b. Palabra para los solteros 
c. Experiencia personal 
Capítulo – 6 – PROMESA DE 
VIAJAR……………………………………….97 
a. El viaje a Puerto Rico 
b. Dios cumple sus promesas 
8 
c. Un anhelo cumplido 
Capítulo – 7 – VIAJE 
 A ESTADOS UNIDOS………………………………….103 
a. El llamado a los Estados Unidos 
b. Comienzo de la obra en Estados Unidos 
c. La iglesia sin nombre 
d. El testimonio de la casa 
Capítulo – 8 – VIVIMOS EN TIEMPOS 
FINALES……………………………..113 
a. La peor tormenta de herejías se avecina 
b. La mezcla con el mundo 
c. La mezcla con la religión falsa 
ANEXO………………………………………………………………… 
119 
PREFACIO 
9 
Este libro recoge un cúmulo de aleccionadoras experiencias 
durante mi vida y ministerio. En ninguna manera procuran 
exaltar la figura del hombre. El objetivo es todo lo contrario, dar 
a conocer mis experiencias en los caminos de Dios, a fin de 
ayudar a otros a edificar su vida espiritual. 
El propósito es que las nuevas generaciones despierten el 
interés por la búsqueda de Dios, sin importar el momento 
histórico que les toque vivir. Que puedan entender que Dios es el 
mismo de ayer, hoy y siempre: 
8 Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos (Hb. 13:8). 
Dios no cambia y quien le busca, sin duda le encontrará. Jesús 
dijo: 7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os 
abrirá. 8 Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, 
halla; y al que llama, se le abrirá (Mt. 7:7-8). 
La Biblia dice: 12 Entonces me invocaréis, y vendréis y oraréis 
a mí, y yo os oiré; 13 y me buscaréis y me hallaréis, porque me 
buscaréis de todo vuestro corazón (Jr. 29:1213). 
Es mi anhelo que al final de la lectura de este libro, Dios sea 
exaltado, que toda honra y alabanza le sea atribuida solamente a 
Él, por su gran amor y bondad de hacernos partícipes de su poder, 
su gloria y su reino. Pablo dijo: 
10 
6 Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y 
en Apolos por amor de vosotros, para que en nosotros 
aprendáis a no pensar más de lo que está escrito, no sea que 
por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros. 7 Porque 
¿quién te distingue? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si 
lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras 
recibido? (1 Co. 4:6-7). A través de este libro no se procura 
recibir ningún halago personal, es más importante que los 
lectores obedezcan lo que el Señor dice en su Palabra y que Dios 
sea conocido, aunque nosotros seamos desconocidos. 
También reconozco que hay innumerables servidores de Dios 
que han experimentado grandes manifestaciones del poder de 
Dios en sus vida y ministerios, pero quizá no tengan la forma de 
traducir esas experiencias en un aprendizaje práctico y ese es el 
valor de esta experiencia. 
Me es grato tener la valiosa oportunidad de compartir en 
vida, lo que Dios me ha permitido vivir en sus caminos a fin de 
que no se diga más, ni menos de lo escrito. 
Es bien sabido para los que escriben, que el lector puede 
interpretar de forma correcta el significado de lo que se escribe o 
lo puede interpretar mal, partiendo de sus propios significantes, 
11 
es decir, juzgando las cosas por experiencias y conocimientos 
adquiridos durante su vida, ya sean correctos o incorrectos. 
Implica que los escritos mejor intencionados se pueden prestar 
para una mala interpretación de parte del que lee u oye. Un 
verdadero maestro cristiano, jamás desearía ser mal interpretado 
por sus lectores. 
En mi caso, y de acuerdo a mi limitado alcance, he procurado 
cerrar los recovecos por los que se pudieran colar las pequeñas 
zorras, que pretendan destruir las sanas viñas del conocimiento 
puro de la Biblia, escritos en mis libros. Aun así, y recurriendo a 
las palabras de Jesús, quien dijo que; peores cosas harían con 
nosotros: 
31 Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué 
no se hará? (Lc. 23:31), reconozco que siempre habrá quien 
tuerza la sana doctrina bíblica para su propia perdición (2 P. 3:16). 
Cualquier interpretación ajena a la sana doctrina bíblica que 
se haga de mis escritos será culpa de quien los interprete mal y 
queda bajo el anatemadivino, si no se arrepiente a tiempo, como 
advierte el apóstol Pablo: 
12 
8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro 
evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea 
anatema (Gá. 1:8). 
Si Satanás y sus demonios han tergiversado las palabras de Jesús 
y sus santos apóstoles escritas en la Biblia, de donde han surgido 
innumerables herejías, cualquier cosa podrían interpretar mal de 
nosotros. No obstante, el privilegio de poder escribir de mi propia 
mano esta autobiografía, minimiza las oportunidades de que se 
pueda opacar el verdadero conocimiento bíblico. 
Con toda sinceridad y amor en Cristo... 
Joel Perdomo 
 
INTRODUCCIÓN 
Nuestra familia fue escogida por Dios con un propósito muy 
especial en la tierra. Mi madre fue una fiel testigo de Cristo para 
su generación, en medio de una comunidad que rechazó 
rotundamente el evangelio. Ella fue comerciante y Dios le mostró 
que Él tenía mejores cosas para su vida, que no se comparaban 
con todas las riquezas de esta tierra. 
13 
Mi madre fue quien abrió su corazón a Jesucristo y trajo la luz 
del evangelio a mi familia. Ella alcanzó que sus padres conocieran 
a Jesús como salvador, antes que partieran a la presencia del 
Señor. 
Mis padres se separaron cuando éramos muy pequeños. Ellos 
no se volvieron a casar, mi madre decidió consagrarse para Cristo 
y mi padre se quedó solo, pero siempre contamos con su amor. 
Desde pequeños, mi madre resaltaba las virtudes de nuestro 
padre y eso nos hizo amarlo como si hubiese estado a nuestro 
lado, siempre. 
Dios se metió en la historia de mi familia. Mi padre fue un 
hombre muy exitoso en su carrera militar y admirado en su 
juventud por sus talentos, pero Dios truncó sus planes personales 
a fin de salvar del pecado a su familia. 
Mi madre, por su parte, había alcanzado éxito material, pero 
repentinamente, lo perdió todo. Allí comenzó Dios a tomar el 
control de la situación y doy gracias a Dios, porque perdimos lo 
material, para ganar el cielo. 
¡Que Dios les bendiga! Joel Perdomo 
14 
Capítulo – 1 – 
ANTES DE NACER, TU ME CONOCISTE 
_______________________________________________ 
________________ 
9 Pero tú eres el que me sacó del vientre; el que me hizo estar 
confiado desde que estaba a los pechos de mi madre. 10 Sobre ti 
fui echado desde antes de nacer; desde el vientre de mi madre, 
tú eres mi Dios (Sal. 22:9-10). a. ¡Dios! en tus manos está mi hijo 
¡Papá, Papá! -insistía la niña-, ven a ver un niño. Era la hija del Dr. 
Díaz, amigo de mi madre. Él tenía una clínica en una ciudad 
distante y pasaba por nuestro pueblo por motivos de negocio. 
Ante la insistencia de la niña, el Doctor decidió ver al niño del que 
le hablaba su hija. 
La niña había entrado al cuarto, sin avisar, y encontró al niño 
en su cama. Quizá había escuchado su llanto, que había sido muy 
continuo en los últimos meses o fue su curiosidad infantil. Lo 
cierto es que Dios estaba en medio de aquella casualidad. 
La noche anterior, mi madre le había pedido a Dios (a su 
manera, pues ella era religiosa), diciéndole que ya no sabía qué 
15 
hacer con su hijo, porque estaba muy enfermo. Esto se había 
extendido luego de su nacimiento, hasta muchos meses después. 
Desesperada, mi madre le dijo a Dios que hiciera su voluntad, si 
lo dejaba vivo, que lo sanara; si no, que se lo llevara al cielo. 
Cuando el médico le preguntó a mi madre acerca del niño, ella le 
explicó su condición. Él supo de inmediato lo que sucedía y le 
prometió que el siguiente día traería una leche especial, que con 
eso mejoraría. El médico llegó a nuestra casa con lo prometido y 
el niño se recuperó. 
Dios utilizó la curiosidad de la niña para darle salud al bebé, 
para que pudiera cumplir el destino que Dios le había trazado. Ese 
niño, me narró mi madre, que durante muchos meses se debatió 
entre la vida y la muerte a causa de una infección. Ese niño es su 
servidor, Joel Perdomo. 
Satanás puede tratar de estorbar los planes de Dios, pero no 
puede interrumpirlos, porque Dios es soberano y lo que 
determina se cumple. Él le dijo al profeta Jeremías: 
5 Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que 
nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones (Jr. 1:5). 
16 
Después de escuchar de labios de mi madre esta crisis que 
experimenté de niño, mi fe ha sido fortalecida y he tenido la plena 
convicción que, desde mi nacimiento, Dios tenía un propósito con 
mi vida a fin de que le sirviera en su reino. 
Después de conocer a Jesús como mi salvador (en mi 
juventud) mi único anhelo y propósito en la vida ha sido obedecer 
y cumplir cabalmente con ese plan divino para mi vida. La meta 
ha sido sacarle el mejor provecho a los dones y talentos que Dios 
me ha confiado para realizar mi misión en esta tierra, con el fin 
de no presentarme ante su presencia con las manos vacías. 
b. La vida en los campos 
Eran tiempos difíciles para mi familia, mi papá, Conrado 
Perdomo, servía en el ejército de Honduras. Los medios de 
comunicación en esos días eran lentos, y a veces, él no tenía n de 
primera mano acerca de su familia. 
Nací en los campos de Honduras, en los años donde la vida 
era sencilla y práctica. Donde no había mucha tecnología, pero la 
vida era más sana. 
17 
Frente a mi casa vivían mis abuelos y aledaño a sus terrenos 
vivían sus familiares. Toda aquella extensión de tierra me servía 
de parque. Disfrutaba de la naturaleza, los árboles frutales, podía 
apreciar las aves y los animales del campo. Mi niñez fue 
esplendida. 
Mi padre le enfatizó a mí mamá, que él quería que sus hijos 
estudiaran; por tanto, nos inculcó el deseo por el estudio, aunque 
no logramos todas las metas profesionales por diferentes 
circunstancias, que luego Dios tornó todas para bien de nuestra 
alma, como muestra la 
Biblia: 
21 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les 
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son 
llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los 
predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de 
su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos 
hermanos. 30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a 
los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a 
 
1 Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni 
vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. 9 Como son más 
altos los cielos que la tierra, así 
18 
éstos también glorificó. 31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios 
es por nosotros, ¿quién contra nosotros? (Ro. 8:28-31). 
c. Los misteriosos caminos de Dios 
_______________________________________________ 
________________ 
son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis 
pensamientos más que vuestros pensamientos (Is. 55:8-9). 
____________________________________________________ 
___________ 
Como a la edad de seis años, sentado en una piedra a orillas del 
río donde estábamos bañando, le dije a mi mamá: Cuando sea 
grande tendré mucho dinero. ¿Cómo? -respondió sorprendida-. 
Moviendo mis pequeños pies -le dije- con esto. El anhelo de mi 
vida era ser un jugador profesional de fútbol, pero a mi mamá no 
le agradó la idea. 
Amaba el fútbol y de adolescente tuve la oportunidad de 
lograr esa meta, pues mi Padre, Conrado Perdomo, tenía 
amistades en el fútbol. Así surgió la oportunidad de practicar en 
un club de segunda división de mi país. 
El entrenador estaba contento con mi práctica; pero 
precisamente, en esa fecha me enfermé y perdí la oportunidad. 
19 
Después, siendo cristiano, entendí que Dios se había opuesto en 
el camino, porque tenía otros planes más lindos para mi vida. 
En relación a la infinita sabiduría de Dios Pablo dice: 
33 !Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia 
de Dios! !Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus 
caminos! (Ro. 11:33).Capítulo – 2 – 
BREVE HISTORIA FAMILIAR 
____________________________________________________ 
___________ 
a. Señor: ¿Cuál es la verdadera religión? 
Nací en Honduras, en un hogar católico, religión tradicional de las 
familias latinoamericanas del siglo pasado. Mi madre fue muy 
devota de una“virgen”, imagen a la que mi abuela también 
veneraba. 
Mi madre tenía real necesidad de Dios, pero lo buscaba a su 
manera, en la religión que había heredado de sus padres, pues 
era todo lo que conocía de Dios, ya que no había tenido la 
experiencia de conocer a Jesús como su salvador personal. 
20 
¿Cuál es la diferencia entre tener una religión y una relación 
con Dios? En Latinoamérica se ha usado la religión como una 
excusa para vivir la vida a su manera, pues un ídolo no habla y no 
puede exhortar el pecado. 
La idolatría es uno de los graves pecados 
mencionados en la Biblia y fue la razón por la que los pueblos 
cananeos e Israel recibieron grandes castigos de parte de Dios. 
La prohibición de la idolatría es el primer mandamiento que 
Dios le dio a Moisés: 3 No tendrás dioses ajenos delante de mí. 4 
No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba 
en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la 
tierra. 5 No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy 
Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres 
sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que 
me aborrecen (Éx. 20: 3 -5). 
Algunos religiosos caen en el engaño satánico del pecado de la 
idolatría. El pecado es que la gente deja de pedirle a Dios y le pide 
a la imagen. Este pecado ha tratado de ser matizado por la iglesia 
católica señalando que las imágenes, solo representan una figura 
mediática, como una foto o un recuerdo familiar; pero el 
mandamiento divino es categórico al señalar celosamente que no 
21 
se debe hacer ninguna imagen o semejanza de lo creado a fin de 
ser venerada: 
4 No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté 
arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo 
de la tierra (Éx. 20: 4). 
Mi mamá tenía un negocio y era común que le visitaran 
diferentes personas predicándole distintas religiones. Ante esa 
disyuntiva, ella oró a Dios preguntándole: Señor, ¿Cuál es la 
verdad entre tantas religiones que me predican? Jesús se le 
apareció en una visión y le dijo: ¿Tú preguntaste cuál es la verdad 
entre tantas religiones? Yo soy la verdad --le dijo Jesús- y le 
mostró sus manos traspasadas por los clavos. 
Finalmente, mi madre entregó su vida y la de sus cuatro hijos 
al servicio de Jesús, a la edad de 29 años. Esa experiencia fue 
diferente a la de ser una religiosa. El evangelio cambió 
rotundamente su vida. 
Algunos hermanos pentecostales que le habían predicado a mi 
madre supieron la noticia de su conversión a Cristo y le 
comenzaron a discipular en el conocimiento del Evangelio. 
22 
Mi madre abandonó el negocio de las bebidas alcohólicas, 
siendo consciente que le quitaría mucha clientela a su negocio de 
comidas. También dejó de participar en las fiestas de su pueblo y 
comenzó a cambiar su forma de vestir, cambiando los pantalones 
por vestidos de mujer y tirando toda prenda de vanidad. Desde 
esa fecha hasta hoy día, mi madre no ha parado de servir a 
Jesucristo. 
En su búsqueda de Dios, tuvo otra visión en la que Dios le dijo; 
que ella tenía planes de mudarse a Estados Unidos y que eso no 
le convenía. Esto le sorprendió más, porque no le había 
comentado a nadie acerca de su viaje, el cual había planificado 
en secreto. 
También, en esa visión vio un rio de agua cristalina en el cielo 
y mi madre le preguntó a Dios, que significaba aquello, pues era 
la segunda vez que veía esa visión. Dios le dijo que esperara tres 
días para ver lo que sucedería. 
Mi mamá no sabía a qué se referían los tres días. Ella pensaba 
que quizá moriría o que ocurriría otro evento. A los tres días, 
mientas se arrodillaba para hacer una oración junto a su cuñado, 
23 
Cristóbal Flores, quien fue el primero que le predicó el evangelio, 
el Espíritu Santo la bautizó en otras lenguas y estuvo varias horas 
bajo la unción del Espíritu, hecho del que fue testigo su familia. 
Algunos entendieron la experiencia, otros decían que estaba 
fuera de sí. Lo cierto es que todos fueron testigos del poder de 
Dios. 
b. Tiempo de prueba 
_______________________________________________ 
________________ 
12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque 
cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que 
Dios ha prometido a los que le aman (Stg. 1:12). 
_______________________________________________ 
________________ 
La típica alegría que acompaña la conversión a Cristo llegó a 
nuestro hogar, no obstante, la prueba de la fe que debíamos 
enfrentar apenas comenzaba. 
En los campos de Honduras y en muchos países 
latinoamericanos la llegada del evangelio genera mucha violencia 
24 
y un ambiente hostil contra los evangélicos. Eso se debe, en 
parte, a los mitos que se crean alrededor de los evangélicos y que 
fueron comunes desde la iglesia primitiva. 
Cuando los primeros cristianos se reunían a comer la cena del 
Señor, fueron acusados maliciosamente de comer carne humana, 
es decir de niños. Esa clase de mitos, impulsados por el infierno, 
ha creado gran aversión al cristianismo, cuyo fin es todo lo 
contrario, hacer bien a la humanidad como nos enseñó nuestro 
Señor Jesucristo. 
Las primeras planas de los medios de comunicación están llenas 
de escenas de violencia; pero nadie se da la tarea de visitar una 
iglesia evangélica para atestiguar de los miles de personas que 
han abandonado sus vicios para reinsertarse a sus comunidades 
y ser útiles a la sociedad. 
En la tierra no existe una comunidad que continuamente 
haya sido tan perseguida y señalada injustamente (desde sus 
inicios hasta hoy día) como el cristianismo. A pesar de su gran 
labor social como agente de cambio. 
25 
En nuestros pueblos corrían los rumores de que los 
evangélicos enterraban a sus muertos con una vela entre sus 
glúteos y a causa del bautismo del Espíritu Santo eran acusados 
de hablar lenguas diabólicas. 
Adicionalmente, la persecución contra los cristianos en 
muchos países de Latinoamérica está relacionada directamente 
con el adiestramiento que hacen los líderes de la iglesia católica 
en contra de los evangélicos, aprovechándose de la ingenuidad 
de los que desconocen el verdadero evangelio. 
Después de la persecución de la iglesia primitiva, la masacre 
más grande contra los cristianos se dio en el pasado milenio, 
durante la mal llamada santa inquisición, orden que la iglesia 
católica aprovechó para desatar la cacería más atroz de cristianos 
evangélicos quienes murieron por millones, siendo perseguidos y 
torturados con instrumentos creados para el sufrimiento. El único 
delito de estos santos, fue ser cristianos. 
En muchos pueblos de mi país no existía presencia policial e 
imperaba la ley del más fuerte. Ese fue el caso nuestro. Mi padre 
-por razones involuntarias- no vivía con nosotros y mi madre sola, 
26 
había comenzado una iglesia en su casa, pues para ese tiempo 
era de los primeros cristianos de esa comunidad. 
Luego que la iglesia comenzó a crecer se desató la violencia. 
Comenzamos a recibir amenazas constantes por causa del 
Evangelio. Llegó un momento en que asistir a las reuniones se 
convirtió en un verdadero reto de fe para los convertidos. 
Todo desembocó en una ráfaga de disparos durante una 
vigilia en la que el evangelista de la noche se apartó de los 
caminos de Dios, pues estuvo al borde de la muerte. 
Un disparo de escopeta a los congregados se estrelló en la 
pared, a escasa distancia sobre la cabeza de mi hermano menor, 
Nelson. El niño quedó con su cabeza cubierta de polvo, mientras 
dormía en un banco de la iglesia. 
Despuésde este evento la iglesia comenzó a decaer y mi 
madre quedo prácticamente sola, congregándose en una reunión 
familiar con sus cuatro hijos, durante muchos años. 
Cerca de veinte años después de este evento, el evangelista 
de aquella noche (ya reconciliado con Dios) al oír que la persona 
27 
que le había disparado años atrás estaba enfermo y al borde de 
la muerte, fue a su casa y le predicó el mensaje del amor divino 
junto con mi madre. 
En otro incidente relacionado mi madre tuvo que perdonar a 
un hombre que llegó armado a nuestro hogar, el cual le disparó a 
una empleada causándole la muerte, pero mi madre oró por ella 
y volvió a la vida. 
Los disparos también dieron en el brazo de mi hermano quien 
casualmente cruzaba detrás de la agredida. Mi madre decidió 
perdonar al agresor y esto evitó rencillas que posteriormente 
hubiesen afectado a toda la familia. 
Por causa del ejército, mi padre había partido del hogar. No 
obstante, fue un hombre responsable que había dejado una casa 
y ciertos ahorros a mi madre. Con ese dinero, mi madre logró 
establecer un restaurante, negocio de ropa y abarrotería. 
También compró ganado. 
En aquella humilde comunidad parecía no faltar nada en 
nuestro hogar; pero, a partir de la conversión de mi madre al 
28 
evangelio comenzaron una serie de pruebas de nuestra fe, que 
debíamos afrontar. 
Los clientes del restaurante se movieron a otro lugar. Y así 
como le sucedió a Job, el negocio comenzó a decaer y aun los 
animales comenzaron a morir de una rara enfermedad. Mi madre 
perdió todo el dinero y las posesiones que tenía. 
Aquella prueba era incomprensible en aquel momento. Con 
el paso del tiempo, mi madre se vio obligada por las 
circunstancias a mudarse a la capital, con sus manos vacías. Mi 
madre después comprendería que el propósito de Dios era 
sacarla de aquel lugar, para que ella y sus hijos sirvieran mejor a 
la causa del Evangelio. 
c. Poder de resurrección manifestado 
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________________ 
8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad 
fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia (Mt. 10:8). 
29 
_______________________________________________ 
________________ 
Me dirigía a la tienda del pueblo cuando me encontré con el 
hermano de Purita, nombre cariñoso con el que llamaban a su 
hermana. ¿Hacia dónde se dirige tu mamá? -Me preguntó el 
joven-, pues él se había encontrado con mi madre en el camino. 
Va rumbo a tu casa a orar por tu hermana enferma -le contesté-. 
Es demasiado tarde -me contestó el joven- voy a comprar las 
velas, porque mi hermana ha muerto. 
Me quedé sin palabras. Pero mi madre había estado en ayuno 
y oración cerca de una semana pidiéndole a Dios que manifestara 
su poder de resurrección para que la gente creyera en Él. Cuando 
mi madre llegó a la casa, toda la familia hacia lamentación por 
Purita. 
Mi madre, al ver a la mamá de la joven desconsolada le 
preguntó: ¿Doña Mencha, usted cree que Dios puede resucitar a 
su hija? Ella respondió, ¡Sí creo! Mi mamá extendió sus manos en 
oración hacia el cuerpo inerte y la joven dio un suspiro, se levantó 
30 
y dijo: ¡Tengo hambre! Ese fue el primer milagro de resurrección 
que experimentamos en mi familia. 
d. El éxodo 
Poco a poco, mi madre fue perdiendo todo lo que tenía, al final, 
su condición económica era tan precaria que ella solo quería huir 
de aquel lugar. La gente la acusaban de que los evangélicos la 
habían dejado sin nada. Finalmente, mi madre se mudó de aquel 
pueblo a la capital, sin nada más en la mano, que su fe. 
En aquellos años era muy típico que la gente del campo se 
mudara a la capital en busca de mejores condiciones de vida; 
pero, generalmente se movían sin ninguna posesión material. 
Este grupo constante de nuevas personas emigrando a la 
capital, usualmente se ubicaban en terrenos baldíos y fabricaban 
casas de cartón o desperdicios de madera para habitar. Con el 
tiempo, si no los desalojaban y se lograba un acuerdo con los 
dueños, les vendían los terrenos a los invasores a precios bajos. 
31 
 Justamente, cuando mi mamá llegó a la capital por medio de 
una hermana en Cristo, dos hermanos en Cristo habían separado 
dos pequeños terrenos en una ladera de los cerros de 
Tegucigalpa. Los hermanos le cedieron los terrenos 
gratuitamente a mi mamá y le ayudaron a construir una casita. 
En esas condiciones mi madre nos mandó a buscar y llegamos 
a nuestro nuevo hogar. En esa humilde casa el piso era de tierra, 
el agua había que buscarla en cubetas que cargábamos al hombro 
con mi hermano menor. Mientras que, mis dos hermanos 
mayores ingresaron al ejército para prestar su servicio militar. 
Este fue un largo período de vivir en una condición económica 
muy difícil. 
Desde la conversión de mi madre a Cristo, durante nuestra 
niñez, nos inculcó el evangelio y el amor a Dios. No obstante, 
cuando llegamos a la capital nos apartamos de Dios y nos 
involucramos más en las cosas del mundo. 
Como muchos adolescentes de la época, me enredé en las 
fiestas y el futbol. La música del mundo y las fiestas se 
convirtieron en una atadura que no podía dejar por mí mismo. En 
32 
ese tiempo estudiaba español en la Universidad, mi meta era 
escribir libros. Ese anhelo me lo concedió Dios después, en sus 
caminos. 
Milagrosamente, como tres meses antes de mi conversión, me 
desapareció el deseo por las fiestas. Dios estaba preparando el 
terreno para mi conversión. 
Mi madre perseveró fervientemente en los caminos de Dios 
e hizo un pacto de servirle y que Él, se encargara de salvar a sus 
hijos. Dios se lo concedió y sus cuatro hijos nos convertimos al 
evangelio en nuestra juventud. A partir de nuestra conversión al 
evangelio las cosas fueron mejorando y Dios no nos faltó. 
e. Ejemplo de amor 
Alguien dijo que: “Nadie es producto de la nada”. En ese sentido, 
quiero resaltar las cosas lindas que mi madre me enseñó. Desde 
niño era prohibido usar palabras ofensivas en mi casa y mi madre 
nos decía que todos sus hijos eran inteligentes, a fin de crear una 
buena autoestima. 
33 
En mi hogar no se estaba pendiente de la vida del vecino. 
Cuando alguna persona le decía a mi madre que habían hablado 
mal de ella, les contestaba en tono jocoso que ella era bien 
famosa, pues todos hablaban de ella. 
Mi madre me enseñó el poder de la oración. Ella ha sido una 
intercesora. Yo la veía quedarse orando toda una noche, hasta el 
amanecer. Eso le permitió tener grandes experiencias de 
manifestaciones del poder de Jesucristo. Cuando mi madre 
llegaba de cualquier asunto de la calle, lo primero que hacía al 
entrar a su casa, era postrarse de rodillas y dar gracias a Dios. Eso 
se constituyó en una práctica en mi hogar. 
Dentro de ese legado que mi madre nos dejó, hay que resaltar 
el amor. La Biblia señala que el amor es el mayor de todos los 
dones (1 Co. 13). 
Recuerdo que en una ocasión mi mamá fue acusada 
falsamente por unas compañeras de trabajo. 
Posteriormente, a esas dos jóvenes las despidieron de su trabajo. 
Ellas no tenían donde ir y mi mamá les ofreció alojarlas en su casa. 
34 
Una de ellas vino con su hijo y mi mamá le dio posada en su casa. 
Después fueron buenas amigas. 
La Biblia señala que el amor cubre multitud de pecados y es 
el arma más poderosa que poseemos los cristianos contra 
nuestros enemigos. 
Capítulo – 3 – 
BAJO EL PODER DE DIOS 
____________________________________________________ 
___________ 
a. Mi experiencia con Dios 
Mi mamá se convirtió en la década de los 70’s, y nos enseñó de 
Dios desde niños, pero en la adolescencia nos apartamos de Dios. 
Mi madre oraba incesantemente por mi salvación, ya que me 
había involucrado mucho en las fiestas. Pero, días antes de mi 
conversión, ya no sentía el deseo de ir a las fiestas. En esos días, 
Dios le habló en una visión a mi madre y le dijo: Ya no me orespor él, está en mi mano. 
35 
Fue en una campaña evangelística del hno. Estanislao 
Marino, en la plaza los dolores de Tegucigalpa, Honduras, el 9 de 
agosto de 1986, donde hice confesión pública de Jesús como mi 
salvador. 
Realmente, yo repetí la oración de arrepentimiento porque 
me sentí aludido por el mensaje. No obstante, puse mi mano en 
mi boca para que la gente no lo notara, pues tenía temor de 
volver atrás y cierta inseguridad de que yo podría cumplirle a 
Dios. Para mi sorpresa, sentí el deseo de congregarme en la 
iglesia y perseverar en el evangelio. 
b. El bautismo de fuego del Espíritu Santo 
En la primera semana de mi conversión a Cristo, un hermano en 
la fe, León Fernández, que había estado recluido en hospitales 
psiquiátricos y a quien Dios le había sanado milagrosamente, me 
dijo: Quiero que mañana por la noche vengas a la iglesia para orar 
por ti a fin de que recibas el bautismo del Espíritu Santo. Yo 
36 
estaba dispuesto a recibir todo lo que el Señor tuviera para mí; 
pero quizá sin entender en su totalidad lo que aquello implicaba 
-le respondí que el siguiente día estaría allí-. 
Llegué a la cita, en el templo no había reunión ese día, pero 
estaba abierto para otras actividades. El hermano León 
Fernández me llevó a la parte baja de la iglesia, solo recuerdo que 
puso sus manos sobre mí y comencé a sentir el poder de Dios. De 
repente comencé a hablar en lenguas extrañas que yo no 
entendía, comenzó a fluir un gozo enorme en mi corazón que 
jamás había experimentado y una danza que se extendió por todo 
el amplio salón donde estábamos. El gozo era tan impresionante 
que llamó la atención de algunos hermanos que entraban a aquel 
lugar y sin reparos yo les abrazaba con lágrimas en mis ojos, lleno 
de gozo. Tiempo después, el Señor me hizo entender que aquella 
manifestación del poder del Espíritu Santo, fue necesaria para 
fortalecerme en sus caminos. 
Aquella temprana experiencia con el poder de Dios, cambió 
totalmente mi vida y mi visión acerca de Dios, pues era una 
confirmación de la presencia de Dios en mi vida. 
37 
La Biblia señala que la promesa del bautismo del Espíritu Santo, 
tal como Cristo les dijo a sus discípulos que la 
esperaran: 4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de 
Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les 
dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, 
mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de 
no muchos días (Hch. 1:4-5), es una confirmación (no la única) de 
la presencia de Cristo en la vida del cristiano: 13 En él también 
vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de 
vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con 
el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra 
herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para 
alabanza de su gloria (Ef. 1: 13-14). 
Las arras, se refiere a un sello que antiguamente se colocaba 
para certificar un documento o como una señal de garantía, 
durante una compra. Eso implica que el bautismo del Espíritu 
Santo es un sello que nos confirma y anticipa que somos del 
Señor. A la vez, reviste de poder al cristiano para cumplir su 
misión evangelizadora en la 
38 
tierra: 8 Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre 
vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en 
toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch. 1: 8). 
La Biblia señala que esta manifestación del poder de Dios es 
para todos los cristianos, no solo para la iglesia primitiva. Eso fue 
lo que Pedro les respondió a los que cuestionaron el 
derramamiento del Espíritu Santo, el día de 
Pentecostés: 38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno 
de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los 
pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para 
vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los 
que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare 
(Hch. 2:38-39). 
El bautismo de fuego del Espíritu Santo, con su manifestación 
de hablar en otras lenguas, está vigente para los cristianos de 
todas las épocas, según explicó el apóstol Pedro el día de 
Pentecostés: “Porque para vosotros es la promesa, y para 
vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el 
Señor nuestro Dios llamare”. La evidencia histórica muestra que, 
aunque el diablo ha tratado de frenar el poder de Dios de la 
39 
Iglesia; no ha podido. La historia cristiana evidencia que los 
cristianos han sido bautizados con el fuego del poder del Espíritu 
Santo alrededor del mundo durante dos siglos continuos, desde 
el día de Pentecostés, hasta nuestros días. Y lo sigue haciendo, 
aunque haya aun cristianos que traten de detenerlo, por no 
entenderlo. 
Hay que advertir que existe el peligro de blasfemar contra el 
Espíritu Santo, que es el único pecado que no les será perdonado, 
a quienes se mofan de las manifestaciones del Espíritu Santo y se 
burlan de las lenguas divinas que Dios imparte a los que creen 
(Mt. 12:31). Ante esa advertencia divina de un juicio 
imperdonable a los blasfemos y burladores del Espíritu Santo, 
sería mejor no juzgar, lo que se desconoce. 
Para los que hemos experimentado el poder de Dios en 
nuestras vidas, estas manifestaciones son incuestionables, pues 
no las buscamos. Dios se manifestó sin nosotros haberlo pensado 
o planificado, ese fue mi caso. 
Lo único que puedo decir es que recién convertido a Cristo, el 
Espíritu Santo me bautizó con lenguas de fuego y a partir de allí 
40 
comencé a experimentar milagros, sanidades, liberaciones, 
dones espirituales, visiones y el poder de Dios manifestado en mi 
vida. 
Quizá millones de hermanos pentecostales alrededor del 
mundo, que no tienen culpa de haber experimentado el poder de 
Dios, solo puedan decir como el apóstol Pedro, cuando los 
fariseos cuestionaban el poder de Dios: 
20 Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído 
(Hch. 4:20). 
c. Conociendo la voz del Espíritu Santo 
Si Dios es real y creó la voz, es de suponer que Él habla por medio 
de su Espíritu Santo (Sal. 94:9). La primera vez que escuché esa 
voz del Espíritu Santo, yo tendría solo semanas de convertido. 
Durante un servicio de la iglesia, antes que hicieran el llamado 
para aceptar a Cristo, escuché aquella voz que me dijo: Hoy se 
convertirán ocho personas. Sin dudar, comencé a dar gracias a 
Dios en fe por aquellos ocho convertidos, creyendo que así sería. 
41 
Cuando comenzó el llamado para aceptar a Cristo cerré mis ojos 
y al final los abrí, conté los convertidos, pero solo había siete. 
Muy triste, cerré mis ojos y pensé que aquella voz no era la de 
Dios. Pero, cuando abrí los ojos nuevamente conté de nuevo y 
había ocho convertidos. Una persona más había pasado después 
al final del llamado. Ahora estaba triste por haber dudado de 
Dios, y con lágrimas en los ojos, le confesé a un hermano mi duda. 
Aunque esta experiencia pudiera parecer insignificante era el 
comienzo de una vida de fe que desataría grandes prodigios de 
parte de Dios para mi vida. 
El Espíritu Santo y la Biblia siempre van juntos, son como las 
dos alas de un ave que, sin una de ellas, el ave no puede conseguir 
el vuelo perfecto. El Espíritu Santo inspiró la Biblia, por tanto, no 
la puede negar o contradecir; solo puede confirmarla. Eso 
significa que nadie que hable por el Espíritu Santo contradice la 
Biblia. 
Aprender a escuchar la voz del Espíritu Santo es una 
bendición en la vida del cristiano y solo se consigue a través de la 
búsqueda de Dios y la consagración. 
42 
Si alguien pregunta, cómo es la voz de Dios o no cree, solo 
demuestra que le falta buscar más de Dios. No se trata solo de 
buscarlo en ayuno y oración, eso es indispensable, es necesario 
conocer el carácter de Dios (revelado en la Biblia) para aprender 
a relacionarse bien con Él.Eso deriva, en gran medida, de nuestra 
obediencia a la Biblia y luego a la voz del Espíritu Santo, quien 
guía al cristiano: 
13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda 
la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que 
hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán 
de venir (Jn. 16:13). 
Es de advertir que no hay otra verdad; si no la que está revelada 
en la Biblia. Por medio de la Biblia Dios habla a la humanidad 
acerca de su plan salvífico. El Espíritu Santo solo le confirma al 
cristiano lo que ya Cristo ha enseñado en la Biblia; sin agregarle, 
ni quitarle. No obstante, el cristiano necesita dirección de Dios 
para su vida personal, ministerial, etc., y es allí donde el Espíritu 
Santo nos dirige. Siempre en obediencia a la Biblia y nunca fuera 
de ella. 
43 
d. El ayuno y la oración 
Nuestra generación fue marcada por gente de ayuno y oración, 
uno de esos ejemplos fue el evangelista Yiye Ávila, quien ayunó 
durante cuarenta días. 
La Biblia señala que Moisés ayunó durante cuarenta días (Éx. 
34:28); Elías también ayunó cuarenta días (1 R. 19: 7-8); Jesús 
ayunó cuarenta días (Mt. 4:2). El ayuno es necesario para 
intensificar la oración a fin de desatar el poder de Dios. Jesús dijo 
que hay espíritus inmundos que no salen fuera de las personas 
poseídas, salvo por medio de ayuno y oración: 
20 Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, 
que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este 
monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será 
imposible. 21 Pero este género no sale sino con oración y ayuno 
(Mt. 17: 20-21). 
La fe es lo primero que se necesita para desatar el poder de Dios; 
pero la fe requiere acción. Si alguien cree que Dios tiene poder 
para sanar y liberar, entonces debe clamar para que le conceda 
esos milagros. El ayuno y la oración es la manera de intensificar 
44 
nuestra comunión con Dios a fin de recibir mayor unción para 
orar por milagros. 
El valor del ayuno consiste en que nos negamos a lo que más 
nos gusta y necesitamos, nuestros alimentos. De esa manera le 
mostramos a Dios que él tiene el primer lugar en nuestra vida. 
Jesús dijo que cuando él no estuviera en la tierra sus discípulos 
debían ayunar: 
18 Y los discípulos de Juan y los de los fariseos ayunaban; y 
vinieron, y le dijeron: ¿Por qué los discípulos de Juan y los de 
los fariseos ayunan, y tus discípulos no ayunan? 19 Jesús les 
dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas ayunar mientras 
está con ellos el esposo? Entre tanto que tienen consigo al 
esposo, no pueden ayunar. 20 Pero vendrán días cuando el 
esposo les será quitado, y entonces en aquellos días ayunarán 
(Mr. 2:18-20). 
Cuando Jesús estuvo en la tierra guio a sus discípulos durante su 
ministerio, pero después de su partida los discípulos bajo el poder 
y la guía del Espíritu Santo, debían continuar predicando el 
evangelio en la tierra, y para eso necesitaban ayunar y orar. 
45 
El ayuno y la oración fue una práctica de la iglesia primitiva (Hch. 
13: 2, 14: 23) y lo sigue siendo para toda la iglesia del Señor en la 
actualidad. 
Las grandes victorias que Dios ha dado a mi vida han estado 
acompañadas de esos imprescindibles períodos de ayuno y 
oración. A medida que vamos profundizando en la práctica del 
ayuno y la oración, el Espíritu Santo nos guía cuando debemos 
ayunar. El ayuno debe tener un propósito específico, pero a veces 
lo hacemos solo en obediencia, sin saber porque, hasta que Dios 
nos muestra su propósito. 
Al comienzo de mi vida cristiana, cuando ya había aprendido 
a ayunar por muchos días, Dios me llamó a ayunar cuarenta días, 
entregando el ayuno diariamente. 
Estos ayunos eran completos, entregados al caer la noche. 
Posteriormente, Dios me habló que los ayunos no deben ser 
entregados, sino hasta después de las tres de la tarde, para que 
fuesen agradables ante él. 
46 
Dios me dio una promesa de salir de mi país y después de 
muchos años de espera, al acercarse la fecha del cumplimiento, 
Dios puso en mi corazón hacer otra vez el ayuno de cuarenta días 
y la respuesta llegó. A mi hermano Nelson, Dios también le dio la 
misma promesa, y para ese tiempo ya se había cumplido, él vivía 
en Puerto Rico. 
En ese período de ayuno y oración dice mi hermano que 
comenzó a escuchar la voz de Dios que le decía constantemente, 
ayuda a tu hermano; pero él se preguntaba cómo me podía 
ayudar, pues no tenía la forma de hacerlo. 
Un día, mientras pasaba frente a una universidad cristiana y 
para deshacerse de aquella voz, llegó para ver la posibilidad de 
que yo estudiara allí. Habló con el presidente de la universidad y 
le dijo que durante muchos años habían quitado el programa de 
estudio para extranjeros, pero que hacia una semana lo habían 
reactivado y que yo sería el primer estudiante extranjero del 
programa. 
En el año 2000, Dios abrió la puerta para salir de 
47 
Honduras, hacia Puerto Rico. Estando en Puerto Rico, Dios me 
había hablado personalmente y lo había confirmado por medio 
de profetas que saldría hacia Estados Unidos. 
Cuando se acercaba la fecha del cumplimiento de la promesa, 
se dio en medio de circunstancias difíciles, pues cuando más 
confiamos en Dios, prueba nuestra fe y a veces todo parece 
contrario a los que esperamos. Pero, comencé nuevamente un 
período de ayuno y oración el cual desató la bendición y la puerta 
se abrió de manera milagrosa para viajar de Puerto Rico hacia 
Estados Unidos. 
El hermano y amigo José Perdomo, quien vivía en Charleston S. 
C., dice que comenzó a sentir el deseo de llamarme para 
apoyarme a fin de levantar una obra en Charleston. Yo había 
estado orando y esperando durante dos años, pero en esos días, 
estaba en un período aún más intenso de ayuno y oración para 
que Dios me dirigiera al lugar correcto, pues sentía que el tiempo 
de Dios había llegado. Pero no tenía idea a qué lugar de Estados 
Unidos el Señor me guiaría. El plan de salir a servir al Señor era 
48 
solo por medio de la fe. Sé que Dios desesperó al hermano José 
para que me llamara. 
Antes de esta oportunidad, ya me habían hecho una oferta 
de pastorear en Texas, la cual rechacé porque todo se trataba de 
dinero y no de salvar almas. Es posible que durante el tiempo que 
se espera el cumplimiento de las promesas de Dios, aparezcan 
ofertas falsas. 
Hay que enfatizar, que para ver las promesas de Dios 
cumplidas, se debe mantener la fe durante el período de espera. 
Es indispensable para ver resultados. 
La fe puede menguar, pero no hay que perderla por 
completo. Dios cumple sus promesas a su tiempo y honra a los 
que le creen hasta el final, aunque las circunstancias no sean las 
mejores y las condiciones sean contrarias. Solamente hay que 
asegurarse que sea Dios quien nos guíe y no nuestras propias 
emociones. 
Dios me había hablado que dentro de las facetas 
ministeriales, yo sería pastor. Cuando el hermano Ricardo Castillo 
49 
me dio esa palabra, pensé que estaba hablando por emoción, 
porque a mí me llamaba más la atención el ministerio 
evangelístico. 
Después de muchos años de espera, Dios cumplió su promesa 
y en el año 2008, salí al ministerio pastoral a Estados Unidos, solo 
guiado por el Espíritu Santo, sin el respaldo económico de 
ninguna misión cristiana. Dios también me había hablado que el 
ministerio sería independiente, así como comenzaron todos los 
concilios. 
Todas las personas que comenzaron un concilio, lo hicieron de 
forma independiente. Así nacieron los concilios. 
Este llamado se lo comuniqué a mi pastor. Vale la pena aclarar 
que eso lo hice guiado por el Espíritu Santo, no por falta de 
sometimiento, pues fui obediente con mi pastor. 
A veces se critica a los ministros independientes, que 
comienzan un nuevo concilio. Si se hace sin la dirección de Dios 
puede terminar en fracaso. Hay muchos que lo hacen porque son50 
rebeldes y no quieren someterse a nadie. Otros lo hacen dirigidos 
por el Espíritu Santo. 
En nuestro caso, Dios nos dio el reglamento de la misión, 
antes de comenzar el ministerio. Uno de los grandes fracasos de 
algunos ministerios independientes es que no saben en lo que 
creen y tampoco tienen un reglamento escrito. Esa es la base de 
un ministerio sólido con fundamento en la Biblia, pues evitará las 
herejías en que incurren algunos ministerios incipientes. 
Comenzar un ministerio independiente, debe ser bajo un llamado 
divino. Nadie debiera hacerlo, salvo que esté seguro de haber 
sido llamado por Dios. De lo contrario, corren el riesgo de 
fracasar. Hay quienes trabajan de forma independiente, bajo la 
cobertura de otro ministerio. Si eso se refiere a que un concilio 
de doctrina sana respalda ese ministerio, no hay nada malo. Pero, 
si esa cobertura se refiere a que tienen la necesidad de un padre 
espiritual (apóstol) para poder realizar su ministerio, es herejía. 
51 
II. LA OBEDIENCIA A LA VOLUNTAD DIVINA 
a. La formación del carácter cristiano 
Una de las tareas más grandes que Dios tiene que realizar en la 
vida del recién convertido a Cristo, es la formación del carácter. 
El Espíritu Santo ayuda en esta labor al cristiano, ya que, de otra 
manera, Dios no le podría utilizar en su reino para realizar sus 
planes. Jesús dijo: 
24 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en 
pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame (Mt. 
16:24). 
Es un requisito doblegar nuestra voluntad para aceptar la de Dios. 
Jesús dijo que, si alguien le quiere seguir, debe negarse a sí 
mismo. Eso implica negarse a hacer su propia voluntad. Luego 
debe tomar su cruz o aceptar la voluntad de Dios. Primero la que 
está escrita en la Biblia y luego el plan específico de Dios para su 
vida en la tierra. 
El crecimiento en el proceso de entregar la voluntad a Dios y 
dejar que Él forme el carácter, dependerá de cada cristiano. Pero 
es determinante para el crecimiento espiritual. El cristiano 
52 
comúnmente, viene de un mundo donde está acostumbrado a 
hacer su propia voluntad. Pablo dice: 
22 En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo 
hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 
y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del 
nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de 
la verdad (Ef. 4:22). 
En esta formación del carácter, Dios fue tratando conmigo desde 
los inicios de mi vida cristiana. Recuerdo que, a solo días de 
convertido, llegué al templo y estaban allí dos jóvenes. Uno de 
ellos, que tenía algún tiempo de convertido, me dijo que el pastor 
había dado orden que yo cargara una enorme banca hasta la casa 
del carpintero, para repararla. El lugar estaba algo distante del 
templo. 
Le pregunté que si estaba seguro que el pastor había dado tal 
orden, pues me pareció extraño. Pero él dijo que sí y sin intención 
de ayudarme a cargarla. Sin reparos, cargué la banca hasta el 
lugar indicado, pues entendía que debía obedecer a mi pastor, 
con un poco de vergüenza pues estaba en mi juventud y por esa 
calle transitaban todas mis amistades. 
53 
Al regresar al templo el joven me dijo que no era cierto, que 
la orden se la habían dado a él. Me quedé tranquilo, pues yo 
deseaba actuar como un cristiano, a pesar de que ellos eran 
jóvenes con más tiempo en el evangelio. Desde allí fui 
aprendiendo lo que es la humillación, pues Dios estaba formando 
mi carácter. 
En la vida cristiana hay que enfocarse más en lo que Dios 
tiene que enseñarnos a nosotros y no en la condición de los 
demás. Hubiese sido fácil para mí ese día reclamarle al hermano, 
pero sabía que Dios me estaba formando y era más importante 
superar mi propio orgullo que pelear con mi hermano, quien 
debía servirme de ejemplo. 
Cuando me convertí al evangelio fui bautizado con el Espíritu 
Santo y Dios utilizó un hermano en Cristo, pero no sabía que el 
hermano tenía problemas precisamente de carácter y eso había 
creado una situación con el pastor. Le guardaba cariño al 
hermano, al igual que amaba y respetaba a mi pastor. Pero quedé 
en medio de la situación. 
54 
Debido a esa situación el pastor se distanció de mí y yo no 
entendía, porque era nuevo en la fe. La situación se extendió por 
muchos meses, hasta que sentí el deseo de ir a casa del pastor y 
pedirle perdón por si lo había ofendido. El amablemente se 
excusó y acepté las disculpas. 
No fue fácil para mi entender la situación porque en los 
primeros siete meses de convertido no hubo buena 
comunicación con él. Pero, Dios me enseñó que todas las cosas 
me ayudarían a bien; si las tomaba con humildad y 
mansedumbre. 
Otra prueba de mi carácter se dio cuando un hermano en 
Cristo que dirigía una empresa de seguridad me ofreció empleo. 
Me dijo que trabajaría en el departamento de ventas. Cuando me 
presenté a la cita me explicó que no tenía trabajo en ese cargo, 
que si quería trabajar en seguridad. Me sorprendí, porque el 
trabajo de seguridad en aquel tiempo, lo tomaba la persona que 
no tenía ningún estudio, yo había estudiado en la universidad y 
aunque no estaba graduado, no esperaba esa posición. 
55 
Pero Dios me había puesto en medio de esa encrucijada y me dijo 
que tomara el empleo. En cuestión de horas estaba con un arma 
de seguridad en mi cintura, cuidando una empresa. Fueron siete 
meses de sometimiento a la voluntad divina. A veces sentía el 
deseo de abandonar todo, pero escuchaba la sutil voz de Dios, 
que era necesario que me quedara allí, hasta que Él dijera. 
Gracias al Señor superé la prueba hasta el fin con la promesa 
de que allí no pasaría nada y se cumplió. 
Durante ese tiempo me enviaban a diferentes lugares a 
trabajar y en ocasiones le abría la puerta a mis excompañeros de 
estudio, los cuales se quedaban asombrados al verme allí. 
Algunos habían sido compañeros en un colegio privado en el que 
había estudiado por algún tiempo y simplemente cambiaban su 
cara para otro lado y me ignoraban. 
El proceso de formación durante este tiempo fue de los más 
fuertes que experimenté como cristiano, pero se debe acentuar 
que, sin la formación del carácter, Dios no puede depositar 
dones y ministerios en sus hijos. 
56 
Esa formación temprana en mi carácter me ayudó a ser un 
depósito del poder y la gloria de Dios. Dios no puede usar 
personas que no someten a Él su voluntad, a fin de perfeccionar 
sus caracteres. 
b. La obediencia a la voluntad de Dios 
El reto más grande que tiene un cristiano es alinear su voluntad 
con la de Dios. En la oración modelo Jesús enseñó que esta debe 
ser uno de nuestros anhelos y oraciones: 10 Venga tu reino. 
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra 
(Mt. 6:10). 
En el cielo se hace la voluntad perfecta de Dios. Así mismo, 
debemos anhelar que se haga en la tierra. Esta obediencia que 
demanda Dios de cada cristiano, se refiere primero a la 
obediencia a la Biblia y después a la voz del Espíritu Santo. No 
puede ser al revés. 
Nadie que reclame obedecer a la voz del Espíritu Santo puede 
contradecir las enseñanzas de la Biblia. Existe el peligro de creer 
que los dones espirituales (por sí mismos) autorizan al cristiano a 
57 
actuar de manera absoluta. Sin reconocer la autoridad de la Biblia 
y de las autoridades delegadas por Dios (pastores o líderes). 
La Biblia señala que los cristianos deben respetar aún a las 
autoridades seculares: 13 Por causa del Señor someteos a toda 
institución humana, ya sea al rey, como a superior, 14 ya a los 
gobernadores, como por él enviados para castigo de los 
malhechores y alabanza de los que hacen bien (1 P. 2:13-14). 
La obediencia que le debemos a Dios como sus hijos amados, es 
sin reservas. Dios nos conducirá por el camino correcto a sus 
bendiciones, si somos obedientes a su voluntad. Una vez que el 
cristianoconoce y practica la voluntad de Dios revelada en la 
Biblia, puede aspirar a pedir dirección del Espíritu Santo en su 
vida personal. 
Recuerdo que en mis primeros años de convertido, anhelaba 
continuar mis estudios universitarios, pero Dios tenía otros 
planes para mi vida. El me llamó a servir de apoyo en el ministerio 
pastoral de mi madre. 
No fue fácil, pues era joven y sentía temor de ir a aquel lugar 
que me alejaba de las luces de la ciudad y el contacto con las 
58 
comodidades del mundo moderno. Fue un sacrificio fuerte, pero 
obedecí el llamado del Señor. 
Al principio vivíamos en casas alquiladas con mi madre y no 
teníamos muchos recursos para sostenernos; pero, con el 
tiempo, nuestra condición fue mejorando. 
Dios le permitió a mi mamá ser la pionera para levantar 
muchas obras en ese lugar. Ella predicó la mayor parte del tiempo 
a caballo y a pie en la zona de Lepaterique, F. M., y sus 
alrededores. Esto fue en Honduras. 
Recuerdo que en ese tiempo no había luz eléctrica en el 
pueblo y yo acostumbraba dejar una pequeña linterna de 
baterías debajo de mi almohada. Una noche, mientras dormía, el 
ángel de Dios guio mi mano hacia la linterna, la tomé y la encendí. 
Sin darme cuenta, pues estaba dormido. Apunté hacia un lugar 
específico de la pared. En ese momento desperté, abrí los ojos y 
me di cuenta que estaba alumbrando a un alacrán venenoso que 
estaba en la pared y venía hacia mí. Fue un milagro porque todo 
lo hice dormido. Obviamente, maté el alacrán. Dios me libró de 
ser picado esa noche. 
59 
En otra ocasión había una fiesta cerca de donde vivía. La 
música estaba alta y era tarde en la noche. No podía dormir a 
causa del fuerte sonido. Recuerdo que apareció un ángel 
mostrándome un álbum de fotografías familiares que solamente 
está en el cielo, porque nunca vi esas fotos aquí en la tierra. El 
milagro fue mayor, porque mientras veía las fotos, el ruido de la 
música desapareció y me quedé dormido hasta el siguiente día. 
c. La obediencia a la voz del Espíritu Santo 
Jesús dijo que el Espíritu Santo guiaría al cristiano a toda justicia 
y toda verdad: 
13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda 
la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que 
hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán 
de venir (Jn. 16:13). 
Se debe aclarar que esta guía del Espíritu Santo es para la vida 
diaria del cristiano. En cuanto a la voluntad de Dios en su plan de 
salvación para la humanidad, éste ha sido revelado en la Biblia. 
La Biblia fue inspirada por el mismo Espíritu, así que, el Espíritu 
Santo solo confirmará lo que la Biblia enseña. Valga la aclaración 
60 
porque muchos caen en el error de obviar las enseñanzas bíblicas, 
con la excusa de que el Espíritu les dirá todo lo que deben hacer, 
sin entender que el Espíritu Santo siempre dirá amén a la Biblia. 
Estos se llenan de arrogancia y menosprecian a las autoridades 
que Dios ha establecido en todo lugar. 
Cuando Jesús estaba en la tierra, el guiaba a sus discípulos: 
12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu 
nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos 
se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se 
cumpliese (Jn. 16:12). 
Pero, antes de partir al cielo, Jesús les dijo a sus discípulos que no 
los dejaría solos; si no que enviaría al Espíritu Santo para que les 
guiara en la tierra: 
15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al 
Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros 
para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no 
puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le 
conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros (Jn. 
14:15-17). 
El Espíritu Santo habita en el cristiano desde el momento de su 
conversión a Cristo, y si el cristiano permanece en obediencia, no 
61 
se apartará de Él. Jesús les dijo a sus discípulos que: Si guardaban 
sus mandamientos, Él pediría al Padre para que enviaría su 
Espíritu Santo sobre ellos. 
El Espíritu Santo habitó en los apóstoles, antes que recibieran el 
bautismo de fuego el día de Pentecostés. Jesús les dijo: 
22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu 
Santo (Jn. 20:22). 
Eso implica que todo cristiano que vive en obediencia a la Biblia 
y se guarda en santidad tiene el Espíritu Santo habitando en su 
vida. No obstante, el bautismo de fuego, es una unción de poder 
prometida a los cristianos de todas las épocas de la Iglesia (Hch. 
2:38-39). 
A partir del derramamiento del Espíritu Santo en el día de 
Pentecostés, la iglesia primitiva comenzó a experimentar un 
avivamiento, guiado por el Espíritu Santo. Ese mismo día, los 
apóstoles fueron bautizados con lenguas de fuego y hablaron en 
otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen (Hch. 2:4). 
62 
Lo interesante es que el derramamiento del Espíritu Santo 
tenía el propósito de revestir de poder a la Iglesia para realizar su 
misión evangelística en todo el mundo. 
Ese día, Dios le habló en su propio idioma a los presentes de 
todas las naciones que estaban reunidos en Jerusalén para 
celebrar el día de Pentecostés. Los discípulos no conocían los 
idiomas de los extranjeros, pero el Espíritu Santo usó sus labios 
para predicarles en sus propios idiomas las maravillas del 
Evangelio: 
7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son 
galileos todos estos que hablan? 1 ¿Cómo, pues, les oímos 
nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos 
nacido? (Hch. 2:7-8). 
Debido a las persecuciones, la Iglesia primitiva salió de Jerusalén 
a predicar a las naciones, pues ese era el propósito del Espíritu 
Santo: 
 
1 Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el 
Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, 
en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hch. 1:8). 
63 
El Espíritu Santo fue guiando a Felipe a Samaria. Este escuchó la 
voz del Espíritu Santo diciéndole que se acercara al carruaje de 
un funcionario: 
29 Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro (Hch. 
8:29). 
Pedro también fue guiado por el Espíritu Santo, quien le dijo que 
fuese a casa de Cornelio, a predicarle el Evangelio: 
19 Y mientras Pedro pensaba en la visión, le dijo el Espíritu: He 
aquí, tres hombres te buscan. 20 Levántate, pues, y desciende y 
no dudes de ir con ellos, porque yo los he enviado (Hch. 
10:19-20). 
Los profetas de la Iglesia primitiva también fueron guiados por el 
Espíritu de Dios, en cierta ocasión y confirmaron por el Espíritu el 
llamado de Bernabé y Pablo al ministerio: llamado. 3 Entonces, 
 
1 Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, 
profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, 
Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con 
Herodes el tetrarca, y Saulo. 2 Ministrando éstos al Señor, y 
ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a 
Saulo para la obra a que los he 
64 
habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los 
despidieron (Hch. 13:1-3). 
Anteriormente, he narrado algunas de mis primeras experiencias 
con la voz del Espíritu Santo, la primera fue recién convertido a 
Cristo, cuando escuché la voz del Espíritu decirme que esa noche 
se convertirían ocho almas, lo cual fue así. En otra ocasión, el 
Espíritu Santo me dijo que le preguntara a una hermana por sus 
diezmos, los cuales ella no estaba ofreciéndolos a Dios. 
Otra vez, estando en el culto, el Espíritu Santo me dijo: 
Pídeme unas botas. A mí no me gustaban las botas, porque no 
era un estilo que se usaba en mi juventud. Pero obedecí y se las 
pedí, dándole gracias. 
Al llegar del culto a mi casa, me encontré un vecino y él me 
preguntó: ¿Le gustan las botas? Yo le dije,que sí. Tengo unas para 
ti -Me dijo- Y me las dio. Eran muy bonitas, pero Dios tenía un 
propósito mayor con las botas. 
En ese tiempo era líder a nivel nacional y me asignaron hacer 
una visita a un pueblo muy remoto. Fui a predicar a una iglesia y 
65 
muchas personas recibieron el bautismo del Espíritu Santo, con 
la manifestación de hablar en otras lenguas. Lo interesante es 
que en ese lugar el uso de las botas era muy común y ellos se 
sintieron identificados conmigo. 
Durante esa visita, yo no conocía el pueblo y no sabía a quién 
visitar durante el día. Le oré al Señor y escuché la voz de Dios 
decirme que un niño muy fervoroso de la Iglesia me guiaría en las 
visitas. Al siguiente día el niño llegó al ho9gar donde me 
hospedaba y él tenía la agenda, yo solo obedecía. Creo que Dios 
prueba nuestra obediencia y capacidad para humillarnos. Las 
visitas fueron exitosas. 
En este viaje sucedió otro milagro. Antes de salir al viaje, 
preparé la ropa para lavarla, pero mientras estaba en remojo en 
la parte de afuera de mi casa, desapareció. Sabía que era un 
ataque del enemigo, pues el vino a robar, matar y a destruir. Pero 
comencé a orar a Dios que me supliera ropa, pues no tenía para 
ir al viaje. 
Comencé a orar intensamente, pues la Biblia señala que, si 
anhelamos respuestas de Dios, debemos orar con insistencia (Lc. 
66 
18:1-8). El día del viaje se acercaba y había orado con toda mi fe, 
pero no había recibido respuesta. 
Le pregunté a Dios porque no me respondía. Y me dijo: Debes 
orar más. Entonces me quedé largo tiempo en oración por la 
noche y la respuesta bajó. Dios me dijo que al siguiente día 
llegaría una hermana a mi casa, a ella le llamábamos la hermana 
Tula. 
Nuestra casa tenía dos plantas, fui a la planta alta donde 
estaba mi madre y le dije por el Espíritu que, al siguiente día por 
la mañana, llegaría la hermana Tula, que la atendiera y que le 
dijera que me esperara si yo estaba aún dormido. Justamente, la 
hermana llegó a mi casa muy temprano, pero no traía ropa, ni 
dinero, porque ella era muy pobre. 
No obstante, accioné mi fe, pues cuando Dios abre una 
puerta es porque va a obrar. Le pregunté si sabía dónde vendían 
ropa. Ella me dijo que cerca de su casa había una tienda que yo 
no conocía. Estaba cerca de mi casa, así que decidí ir en fe. 
Cuando llegué allí, comencé a ver la 
67 
ropa; pero yo no tenía dinero. De repente me encontré de frente 
a una hermana en Cristo. Ella me saludó amablemente y me dijo 
que si necesitaba algo de la tienda ella lo pagaría. Así obró Dios y 
tuve la ropa que necesitaba para el viaje. 
d. La fe en acción 
Cuando trabajaba en seguridad nos pagaban en una oficina, que 
usualmente estaba distante de los lugares de trabajo. En cierta 
ocasión, solo tenía el pasaje para ir a mi casa o para ir a cobrar a 
la oficina. Había rumores de que ese día pagarían, pero no era 
algo seguro y no tenía manera de comunicarme. Tenía que decidir 
qué hacer, pero si iba a la oficina no tenía dinero para regresar a 
mi casa. 
Le oré a Dios y le puse una señal. Si al llegar a la estación de 
buses, el primero iba hacia mi casa no pagarían; pero si el autobús 
iba hacia la ruta de la oficina de pago, entonces iría a la oficina 
porque pagarían. 
Cuando me aproximaba a la estación estaba un bus que iba 
hacia mi casa, pero cuando me acerqué se fue, así que, el 
68 
siguiente bus pasaba por la oficina y me fui a cobrar. Estuve allí 
esperando, pero no estaban pagando. Decidí esperar porque 
había orado a Dios y confiaba en su dirección. Decidí leer la Biblia 
y después de unas horas, la persona encargada dijo: Ya que 
pagaremos mañana, porque no le pagamos a este joven. ¡Gloria 
a Dios! 
En el mismo trabajo, un compañero me pidió que fuera su 
aval en un préstamo. El aval paga en caso de que el prestamista 
falle en pagar. Yo le dije que no hacía nada sin consultar con mi 
padre. Él se extrañó y me dijo que era muy raro que consultara 
con mi padre, si yo era un adulto. 
Le explique que él tenía mucha experiencia. 
El no entendía que era mi Padre celestial. Le pregunté a Dios 
y me dijo que no lo hiciera. Yo solo obedecí y al siguiente día le 
dije que no podía. Él se enfadó conmigo. Pero otro compañero de 
trabajo le sirvió de aval. Ese compañero me dijo después tuvo que 
pagar el préstamo porque el hombre falló en los pagos y no 
aparecía por ningún lado. 
69 
Llegó el tiempo en que Dios me llamó a vivir por la fe; no de 
la fe, porque es distinto. El que vive por la fe no pide; sino que 
espera que Dios le supla sus necesidades. 
Durante este tiempo, a veces no tenía dinero, ni que comer, 
pero Dios me decía, prepárate que te invitaré a comer. Me 
bañaba, cambiaba de ropa y me sentaba en el mueble de mi casa, 
esperando. De repente, alguien tocaba la puerta y me decía que 
estaba en la calle y Dios le había dicho que me invitara a comer. 
Solo les respondía que ya les estaba esperando. ¡Gloria a Dios! 
Siempre que Dios llama a un ministerio o individuo a vivir por 
la fe, otros tratarán de hacer lo mismo; sin haber sido llamados y 
fracasarán. Muchas personas quisieron imitar mi vida de fe, pero 
sin un llamado legítimo y les fue muy mal. 
e. La ministración de los ángeles 
He escuchado algunas experiencias que algunos cristianos han 
tenido con ángeles del Señor. Algunas son muy reales; pero otras 
son producto de la imaginación. De entrada, hay que señalar lo 
siguiente: 
70 
• Los ángeles están para ayudar al pueblo de Dios: 
11 Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en 
todos tus caminos (Sal. 91:11). 
• Los cristianos un día seremos como los ángeles: 
30 Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en 
casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo 
(Mt. 22:30). 
• Los ángeles no admiten adoración, ni deben ser adorados: 
10 Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no 
lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que 
retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el 
testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía (Ap. 19:10). 
• La Biblia condena la adoración de los ángeles: 
18 Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y 
culto a los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, 
vanamente hinchado por su propia mente carnal (Col. 2:18). 
Es importante comprender que, de acuerdo a la Biblia, los ángeles 
no reciben, ni obedecen órdenes de los cristianos, solamente de 
Dios. A Dios se le puede pedir que envíe ángeles, pero no se les 
puede dar órdenes directamente a los ángeles. Es incorrecto y 
71 
tampoco obedecerán, pues ellos solo cumplen la voluntad de 
Dios. 
Hay cristianos que en oración se toman la atribución de 
supuestamente, darles órdenes a los ángeles; pero eso es una 
arrogancia. Esa orden no será cumplida. 
Hay que pedirle a Dios que los envíe, no darles órdenes a los 
ángeles, porque no escucharán. Aún Jesús estando en la tierra no 
les daba órdenes a los ángeles, sino que se los debía pedir al 
Padre en oración: 
53 ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él 
no me daría más de doce legiones de ángeles? (Mt. 26:53). 
Dicho lo anterior, contaré algunas experiencias que Dios me 
ha permitido tener con ángeles. Durante una enfermedad en la 
que estaba solo, el Señor Jesús me visitó rodeado de cinco 
ángeles. Al instante y mientras Él partía al cielo, tomó mi mano y 
mi alma salió de mi cuerpo. Comencé a ver las nubes, la tierra 
hacia abajo y luego las galaxias. De repente, sentí temor de 
perderme en el espacio infinito y exclamé: ¡No! En ese momento 
72 
mi alma regresó a mi cuerpo. En otra ocasión, esa experiencia me 
sucedió nuevamente. 
La presencia de los ángeles empezó a ser patente en mi vida. 
Cierto día mientras oraba en el templo, un ángel del Señor se me 
apareció con una espada en la mano. Yo tenía los ojos abiertos y 
ante su resplandor tuve quebajar mi vista, pues no soportaba la 
luz que irradiaba el ángel. 
Ese día me trajo un mensaje del cielo acerca de la labor 
ministerial. 
En otra ocasión, mientras descansaba, recién llegado de un 
trabajo, un ángel me tocó los pies y me los movía. De repente, 
escuché que alguien que gritaba mi nombre fuera de mi casa; era 
un hermano a quien habían enviado para que yo dirigiera una 
actividad evangelística. Quizá ese día no hubiese podido llegar a 
la campaña evangelística por el cansancio, pero el toque del ángel 
me hizo entender que Dios me quería allí y fui a dirigir el evento. 
Hay que señalar que estas experiencias con ángeles no fueron 
visiones, fueron experiencias reales. 
73 
Capítulo – 4 – 
EL COMIENZO DEL MINISTERIO 
_______________________________________________ 
________________ 
a. Dios apresura sus planes 
Mi primera experiencia de predicación en público se dio, a solo 
meses de convertido. Algunos hermanos de la iglesia donde yo 
asistía, solían predicar en las plazas públicas de la ciudad. Uno de 
ellos, me pidió que le acompañara a una de esas predicaciones. 
El comenzó a predicar en la plaza central, pero la gente 
afanada no se detenía a escucharle. Al notar que no había 
audiencia, inmediatamente les dijo a los presentes: El hermano 
Joel dará un testimonio. 
En verdad me sorprendió, pues cuando estudiaba en la 
universidad y debía exponer al frente de mis compañeros, 
prefería perder la nota a causa de la timidez para hablar en 
público. Pero aquel día fue diferente. Algo me impulsó a testificar 
de lo que Dios había hecho en mi vida, la gente se detuvo y al 
74 
hacer el llamado de salvación, algunas personas cayeron de 
rodillas en aquel lugar público para aceptar a Jesús como su 
salvador personal. 
De allí en adelante, me involucré más en el evangelismo 
personal, en hogares, autobuses, plazas públicas, etc. 
Con el tiempo el Señor extendió el ministerio evangelístico y 
comenzó a abrir puertas para predicar en diferentes iglesias y 
luego en algunos programas radiales. 
b. El servicio en la iglesia local 
El período de las clases para bautismo en aguas en la iglesia era 
de seis meses, pero Dios me permitió bautizarme a los tres meses 
de convertido. 
A los cinco meses de mi conversión se eligió al líder de 
jóvenes de mi iglesia, lista que incluía a todos los jóvenes 
bautizados. Dentro de aquella lista de jóvenes con muchos años 
de pertenecer a la iglesia, al Señor le plugo elegirme como líder 
de jóvenes, ante el asombro de la misma iglesia. 
75 
Ese mismo año, comencé a enseñar en un grupo de 
discipulado del que salieron líderes, labor que Dios me ha 
permitido continuar hasta hoy día en diferentes formas. 
El deseo de enseñar a otros acerca del poder real de Dios y su 
palabra me ha llevado a estudiar y escribir fundamentales temas 
bíblicos que han sido publicados en más de una decena de libros. 
En ese período de líder de jóvenes, nos lanzamos en un 
compromiso de evangelizar por las diferentes colonias aledañas 
a la iglesia, donde Dios nos permitió predicar. 
Aquel tiempo de servicio en la iglesia local fue determinante 
en mi formación cristiana, pues Dios me permitió participar de 
diferentes cargos dentro de la iglesia de los que aprendí mucho. 
Dios no puede poner en autoridad a quien no sabe someterse a 
la autoridad. 
c. Tiempo de formación y espera 
Cierto día, mientras estaba retirado en ayuno y oración en el 
templo, escuché la voz del Espíritu Santo decirme que saliera de 
76 
aquel lugar. Yo no sabía hacia donde iba, pues lo hice en 
obediencia a Dios. 
Había caminado como unos cien metros cuando al pasar 
frente a la casa de una hermana en Cristo, estaban dos personas 
afuera que yo no conocía. 
Una de ellas me dijo: Te estábamos esperando. Me sorprendí, 
puyes no estaba citado a la reunión. Ella dijo: Entremos, vamos a 
orar. 
Durante esa oración, Dios me habló por medio de aquellas 
profetizas, acerca del llamado ministerial que Él había depositado 
en mi vida. 
En otra ocasión estaba en oración y ayuno en el templo. Mi 
pastor estaba en su casa y escuchó la voz del Espíritu Santo 
decirle que fuera a la Iglesia y que ungiría a personas para el 
servicio del ministerio. Recuerdo que estábamos como cinco 
personas orando. Al menos tres de los que estábamos allí, somos 
pastores. 
77 
Durante ese tiempo, Dios me habló de diversas maneras 
confirmando el llamado ministerial a través de diferentes 
manifestaciones del Espíritu Santo: En el ministerio evangelístico, 
profético y de maestro. En dones de sanidad, liberación de 
espíritus inmundos, imposición de manos para recibir el bautismo 
del Espíritu Santo, como pastor y Escritor. 
En los primeros días de mi conversión, no tenía un trabajo 
secular. Así que, la mayor parte de mi tiempo lo pasaba leyendo 
la Biblia durante largas horas. A veces leía todo el libro de los 
Hechos, sin parar; o algunas cartas de Pablo o un evangelio 
entero. El hambre de Dios era insaciable. 
Durante ese tiempo me encerraba a orar en la iglesia donde 
me congregaba. Cuando terminaba el servicio me quedaba en el 
templo orando por las noches y amanecía orando de madrugada. 
Durante un período de casi siete meses clamaba a Dios 
diciéndole que estaba bien si no tenía un trabajo o que comer, 
pero le pedía que me diera sabiduría para permanecer en sus 
caminos. No con el fin de competir u ostentar; si no para 
perseverar en sus caminos. 
78 
d. El Espíritu Santo confirma lo que la Biblia enseña En la medida 
que fui creciendo en los caminos de Dios, aprendí a escuchar la 
voz del Espíritu Santo. No obstante, al principio fue difícil y 
frustrante. 
No quiero decir con esto, que una vez que se aprende a 
conocer y a distinguir la voz del Espíritu de Dios, de otras voces 
(la del hombre y la de Satanás) es que ya no se necesita buscar a 
Dios. Al contrario, una vez que se aprende a conocer la voz del 
Espíritu Santo, se debe vivir en obediencia, comunión y santidad 
para seguir escuchándola. Pero hay un momento que se logra 
distinguir. 
El joven profeta Samuel, tuvo esa experiencia. Al principio, no 
sabía quién le hablaba (1 S. 3), pero después aprendió a escuchar 
la voz de Dios. Samuel logró afinar tanto su oído espiritual, que la 
Biblia señala que Dios no dejó caer ninguna palabra suya al suelo 
(1 S. 3: 9). Eso significa que sus profecías eran certeras, se 
cumplían. 
Cierto día estaba sentado en el escritorio de una oficina 
donde trabajaba. Este lugar quedaba frente a una calle donde 
79 
transitaba la gente. De repente, vi a una hermana en Cristo que 
asistía a la iglesia que pasaba frente a la oficina. 
El Espíritu Santo me dijo: Pregúntale por el diezmo. Me 
levanté de la silla y la llamé, luego le saludé y le pregunté que de 
dónde venía. Me respondió que venía de su trabajo. Le pregunté 
que donde trabajaba y ella me explicó. Luego le dije en tono 
afirmativo: ¡Oh hermana! Usted debe dar un buen diezmo a la 
iglesia con ese trabajo. Ella fue sincera y me confesó que no 
estaba diezmando. 
En ese momento le expliqué que esa era la razón por la que le 
había detenido, para preguntarle por el diezmo. Pero, mientras 
platicábamos el Espíritu Santo me habló nuevamente y me dijo 
que ella estaba pensando que el pastor de la iglesia me había 
enviado para decírselo. Sin explicarle, le advertí que el pastor no 
me había dicho nada acerca de su diezmo y que yo no sabía algo 
del tema, ni recibía algo de ese dinero. Esta experiencia la 
comparto porque el Espíritu Santo confirma lo que la Biblia 
enseña. 
80 
Mi segunda experiencia acerca del diezmo, fue cuando 
alguien me mandó llamar para orar por una mujer que estaba 
delirando en su casa. Fui acompañado de un hermano en Cristo. 
Al entrar a la casa, la señora hablaba incoherencias, como alguien 
que no tenía control de lo que decía. Parecía que había perdido 
la memoria. 
Su esposo

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