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UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO EN AMERICA LATINA’ 
Dr. Carlos Dávila ’ 
Muchos hospitales de Latinoamérica tienen vivo interés en 
perfeccionar la atención de pacientes críticos, por medio de 
unidades de cuidado intensivo. Varios hospitales han iniciado 
ya estos servicios y muchos otros tienen planes de estable- 
cerlos en un futuro inmediato. Este trabajo tiene como fin 
dar cierta orientación sobre algunos aspectos básicos rela- 
cionados con la planificación e implantación de unidades 
de cuidado intensivo, partiendo de la experiencia adquirida 
por la OPS en esta materia, mediante el desarrollo de un 
proyecto cuyo propósito ha sido la aplicación de la atencidn 
progresiva a pacientes en la organización de servicios hospita- 
Zarios. 
En 1968, la OPS, con la ayuda financiera 
de la Fundación W. K. Kellogg, Battle Creek, 
Michigan, inició un proyecto en colabora- 
ción con seis hospitales universitarios de La- 
tinoamérica, para planificar e implantar 
unidades de cuidado intensivo. Las institu- 
ciones seleccionadas para ejecutar el pro- 
yecto se encuentran en Brasil, Colombia, 
Chile, Perú, Uruguay y Venezuela. Al 
seleccionar los seis hospitales para establecer 
las unidades, se ha tratado de que cada uno 
pueda servir de demostración a otros hospi- 
tales interesados en el establecimiento de 
este tipo de servicio. Con la participación de 
consultores de la Universidad de Michigan3 
asesores de la OPS 4 y representantes de cada 
uno de los seis países, se han organizado dos 
reuniones en las cuales se han definido las 
cualidades que deben caracterizar a dichas 
unidades en países latinoamericanos de es- 
ITrabajo presentado en la Segunda Conferencia 
Regional de Hospitales de la Federación Internacional 
de Hospitales, celebrada en San José, Costa Rica, del 
1 al 6 de diciembre de 1968. 
aA~se:or. regional de la OPS en administración 
hospitalaria. 
a Dr. Richard Dow, del personal médico del Hospital 
de la Universidad de Michigan: Arlene Howe. del 
personal administrativo, y coñsuítora para proyectos 
especiales, del mismo hospital; y Florence Johnston, 
experta en enfermería clinica (actualmente asesora de 
la OPS en servicios de enfermería clínica). 
4Dr. Alberto Ramírez, consultor de la OPS a corto 
plazo. 
casos recursos hospitalarios y, por lo tanto, 
incapaces de seguir las pautas en instrumen- 
tación, instalaciones y personal que se en- 
cuentran en los países altamente industriali- 
zados, donde se ha tenido amplia experiencia 
en el manejo de unidades de cuidado inten- 
sivo. 
En el desarrollo de este trabajo se descri- 
ben, en primer término, algunas generalida- 
des sobre la “atención progresiva de pacien- 
tes” y, luego, las características principales 
que adoptó la OPS en la planificación e im- 
plantación de las seis unidades de cuidado 
intensivo del proyecto. 
Atención progresiva del paciente (APP) 
Este es un concepto mediante el cual se 
organizan los servicios hospitalarios y otros 
afines, según las necesidades de salud de 
grupos de pacientes, necesidades que se 
satisfacen o se controlan con el suministro de 
atención médica y de enfermería a diversos 
grados, en el sitio más adecuado, en el mo- 
mento más oportuno y en las condiciones 
más apropiadas para cada paciente. En la 
APP se interrelacionan la “necesidad” con el 
grado de “atención clínica” requerida para 
controlar y satisfacer el nivel de dicha nece- 
sidad. 
50 
Dávila - UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO 51 
El espectro de servicios que resulta de la 
aplicación del concepto APP, con ligeras 
variaciones en algunos países, clásicamente 
se divide así: cuidado intensivo, cuidado in- 
termedio, cuidado para pacientes físicamente 
autosuficientes, cuidado prolongad-para 
pacientes crónicos-cuidado domiciliario, y 
cuidado en el consultorio externo.5 
Esta clasificación confunde el grado de 
servicios con el tipo de pacientes al que va 
dirigido, así como con el mecanismo encar- 
gado de suministrarlos. En tal sentido, pare- 
ce más apropiado y sencillo proponer la 
siguiente clasificación: 
abogue por el establecimiento de diversos 
tipos de cuidado intensivo en varias unida- 
des, es indispensable que todo hospital 
adopte la política de comenzar con una sola 
unidad que admita pacientes sin discrimina- 
ción clínica, de edad o de sexo. Cuando el 
hospital haya adquirido la experiencia y la 
capacidad operacional suficientes, entonces 
podrá establecer otras unidades y decidir, de 
acuerdo con la demanda, las características 
clínicas de cada una. No siempre se puede 
cumplir con la atención indiscriminada de 
pacientes dentro de una unidad de cuidado 
intensivo; por ejemplo, la atención de enfer- 
Grados de cuidado 
Intensivo 
Clasificación de pacientes Ubicación de los servicios 
Para pacientes agudos críticos con Unidad de cuidado intensivo 
posibilidades de sobrevivencia 
Servicio de resucitación 
Intermedio 
Mínimo 
Servicio de urgencia (algunos 
procedimientos) 
Para pacientes agudos no críticos Unidad para hospitalización de 
pacientes agudos 
Servicio de recuperación 
Para pacientes físicamente autosufi- Unidad para hospitalización de 
tientes. 0 uarcialmente incauacita- convalecientes 
dos, c& recluieren cuidado mínimo Unidad para hospitalización de 
El esquema propuesto divide los grados 
“en cantidad” de la atención médica y de en- 
fermería, indica las características clínicas 
generales de pacientes elegibles para cada 
grado y enumera los sectores del hospital 
que se asignan a cada uno de los tres grados. 
Las características clínicas generales de la 
unidad de cuidado intensivo (UCI) son las 
de un servicio de hospitalización para pa- 
cientes críticos que necesitan una atención 
médica y de enfermería integral y constante. 
Aun cuando las necesidades de servicios de 
cuidado intensivo en un determinado hospi- 
tal sean muy grandes, y el personal médico 
6Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos. 
Elements of Progressive Patient Care. Publicación 
930-C-1, 1962. 
pacientes crónicos 
Consultorio externo 
Cuidado domiciliario 
mos mentales o infecto-contagiosos depen- 
derá de las características físicas de la unidad 
para cuidar a este tipo de pacientes. 
Criterios clínicos de admisión y egreso 
Es difícil determinar la gravedad de los 
pacientes que pueden ser admitidos a la UCI. 
El discernimiento de cada médico del hos- 
pital debe estar orientado por criterios clíni- 
cos ampliamente discutidos en las distintas 
especialidades. Dichos criterios, que deberán 
establecerse por escrito y difundirse entre el 
personal médico, no pueden generalizarse a 
todos los hospitales debido a la diferencia 
en la morbilidad y en los distintos servicios 
que puede ofrecer cada uno. Sin embargo, 
52 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA * Julio 1970 
hay tres grupos de características clínicas 
generales que pueden servir de orientación 
para formular criterios de admisión y egreso: 
a) pacientes que presentan inestabilidad de 
uno 0 más sistemas fisiológicos mayores tales 
como el circulatorio, respiratorio, renal y 
digestivo (paro cardíaco, paro respiratorio, 
coma, deshidratación grave y otros estados 
similares) ; b) pacientes cuyos sistemas fisio- 
lógicos mayores son estables, pero corren el 
gran riesgo de desarrollar una complicación 
grave-pacientes con afecciones coronarias 
una vez que han logrado estabilidad circula- 
toria pero que, en un momento dado, pueden 
desarrollar una arritmia; pacientes sometidos 
a cirugía mayor y que, por su naturaleza, 
corren el mismo riesgo; estos son pacientes 
en los cuales la función del monitor es esen- 
cialmente detectora de la crisis-c) pacientes 
que, por su estado clínico, requieren una 
continua vigilancia médica y de enfermería, 
y la utilización de equipo especializado: 
como en la hemodiálisis renal, problemas 
respiratorios que requieren respirador de 
presión positiva y negativa, y similares. 
La aplicación estricta y justa de los cri- 
terios clínicos en la admisión y egreso de 
pacientesen la unidad constituye un aspecto 
fundamental en la utilización eficiente de los 
servicios de cuidado intensivo. 
Servicios médicos de la UCI 
Dado el carácter general de la UCI, sus 
servicios médicos tendrán que ser organiza- 
dos de manera que haya “continuidad” en 
la atención de cada paciente. Esto se logra 
abriendo las puertas de la unidad a todo el 
personal médico del hospital; es decir, que 
cada paciente contará con su médico de 
cabecera, o sea aquél que lo ha admitido al 
hospital o quien haya creído necesario solici- 
tar su ingreso en la unidad. En tal sentido, la 
UCI no tendrá un personal médico específi- 
camente asignado. Para asegurar la supervi- 
sión médica continua, se asignarán residen- 
tes del último año de medicina y cirugía, 
quienes se turnarán para prestar servicios en 
la unidad y actuarán de inmediato en cual- 
quier situación de urgencia que se presente 
cuando no esté el médico de cabecera, pero 
este será llamado a cualquier hora para ser 
informado, de modo que pueda decidir sobre 
la conducta que se ha de adoptar con el 
paciente. Los servicios de interconsultas 
serán muy frecuentes en la UCI; el médico 
de cabecera solicitará las interconsultas y 
procederá de acuerdo a lo indicado si estu- 
viere capacitado para hacerlo. En caso 
contrario transferirá su paciente al especia- 
lista más calificado para hacer el tratamiento 
o procedimiento convenidos. 
La organización de los servicios médicos 
en la forma descrita requiere un “coordina- 
dor médico”, quien será responsable de la 
formulación de los criterios clínicos de admi- 
sión y egreso de pacientes en la unidad, y de 
la definición de normas mínimas de aten- 
ción de pacientes que aseguren la mejor 
atención médica. Tanto los criterios clínicos 
como las normas sobre servicios médicos, 
deberán ser el resultado de un minucioso 
análisis clínico de la demanda efectiva y po- 
tencial de pacientes hospitalizados que nece- 
siten cuidado intensivo. 
En esta labor, el coordinador médico reci- 
birá el asesoramiento de cada uno de los 
jefes de sección y servicios clínicos del hos- 
pital. Estos deberán colaborar activamente 
y constituirse en un cuerpo consultor per- 
manente para definir y revisar las normas y 
criterios de admisión y egreso. 
Cuando la unidad inicie sus funciones, el 
coordinador médico será responsable de que 
los criterios de admisión y egreso y las nor- 
mas de atención médica se cumplan estricta- 
mente. Asimismo, en su carácter de “coordi- 
nador” no tendrá responsabilidades directas 
de proveer atención médica; sin embargo, 
podrá tenerlas cuando actúe como médico 
del hospital. Esta circunstancia revela que 
el coordinador médico sólo dedicará su 
tiempo a la unidad durante la etapa de 
planificación y las primeras semanas de la- 
bor. Ulteriormente, se dispondrá tan solo de 
sus servicios, para dirimir cualquier pro- 
Dávila . UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO 53 
blema que se presente en la unidad, en rela- 
ción con los servicios médicos. 
La estructura descrita para la organiza- 
ción de los servicios médicos es ideal, pues 
evita la constitución de un nuevo servicio en 
el hospital, y el consiguiente nombramiento 
de un jefe y personal médico permanente, 
como es la tendencia marcada en numerosos 
hospitales. El cuidado intensivo, claro está, 
no constituye una especialidad, sino una 
etapa clínica en la evolución de determina- 
dos pacientes, y por lo tanto, todo médico 
en práctica general o especializada, debe 
tener el derecho y la obligación de asistir a 
su paciente desde la fase del cuidado inten- 
sivo hasta la del cuidado mínimo. En la 
práctica se ha observado que la atención de 
pacientes con infarto miocárdico, cae dentro 
del campo especializado de la cardiología y 
en tal sentido puede asignarse personal mé- 
dico fijo a la unidad para la atención de este 
tipo de pacientes. 
Servicios de enfermería de la UU 
Los servicios de enfermería en la UCI 
deberán tener una estricta orientación clínica, 
que se realizará a los más altos niveles de 
calidad y que se organizará en forma tal que 
sean constantes durante las 24 horas del día 
y los 365 días del año. La UCI cuenta con 
el mayor porcentaje de cuidado directo de 
enfermería, al compararla con otras unidades 
del hospital; la constante tensión bajo la 
cual actúa la enfermera requiere de esta es- 
peciales condiciones de carácter y personali- 
dad que la adapten a una atmósfera de crisis 
permanente. La enfermera debe adquirir 
conocimiento y experiencia en el manejo de 
pacientes críticos y en la utilización del 
equipo especializado, y por lo tanto existe la 
necesidad de someterla a adiestramiento 
especial. 
Para ejecutar el adiestramiento en servicio 
del personal de enfermería y auxiliares, 
formular normas de cuidado de enfermería 
y supervisar para que estas se cumplan es 
menester asignar una jefe de enfermeras. 
Organización de la UCI 
Descritas las características clínicas de la 
UCI, es importante analizar la estructura 
administrativa que debe darse a este servicio 
para lograr en forma óptima los objetivos 
propuestos. 
Las actividades que se realizan en la UCI 
se agrupan en dos grandes áreas: la clínica 
y la no clínica. Las correspondientes al 
área clínica son aquellas que requieren, para 
su decisión y ejecución, discernimiento 
clínico: médico y de enfermería; por con- 
siguiente, este grupo de actividades serán res- 
ponsabilidad exclusiva del médico y de la 
enfermera. Las no clínicas las desempeñará 
un funcionario distinto del médico o la en- 
fermera, que además esté relacionado con ac- 
tividades de coordinación e información ad- 
ministrativas. La división en actividades 
clínicas y no clínicas será hecha mediante el 
análisis detallado de todas las funciones que 
realicen en la unidad: el “coordinador 
médico”, como representante del cuerpo 
médico; “la jefe de enfermeras”, como 
representante de los servicios de enfermería; 
y un representante al nivel medio de la ad- 
ministración del hospital, a quien llamamos 
“asistente administrativo de la unidad”. Se 
definen, por lo tanto, tres áreas de responsa- 
bilidad en la ejecución de las actividades de 
la unidad, lo cual constituye una estructura 
administrativa que permitirá al médico y a la 
enfermera dedicarse por completo al cuidado 
del paciente y no malgastar su preparación 
y experiencia en la ejecución de actividades 
distintas de las de su campo profesional. 
El coordinador médico, la jefe de enfer- 
meras clínicas y el asistente administrativo 
de la unidad, constituyen un grupo que debe 
ser coordinado y dirigido por un funcionario 
al nivel de la dirección del hospital, investido 
de autoridad suficiente para tomar decisiones 
en relación con la asignación de presupues- 
tos, nombramiento de personal, cambios de 
organización de departamentos auxiliares y 
generales y coordinación del programa de 
modernización o construcción. 
La selección adecuada de los funcionarios 
que forma este grupo constituye un paso 
clave en el éxito de la unidad. iQué condicio- 
nes se consideran ideales para seleccionar a 
cada uno de estos funcionarios? Las decisio- 
nes que deberá tomar el coordinador médico 
indican la necesidad de escoger a un pro- 
fesional de experiencia clínica, con excelente 
formación académica y capacidad de lide- 
razgo dentro del cuerpo médico que lo haga 
merecedor de su respeto y aceptación; debe 
estar convencido de la necesidad de las 
técnicas de cuidado intensivo y del trabajo 
en equipo, como medio fundamental para 
alcanzar el perfeccionamiento del servicio 
hospitalario. La jefe de enfermeras debe ser 
una profesional que haya demostrado una 
actitud positiva por el cuidado clínico de los 
pacientes; debe poseer una personalidad 
enérgica pero reflexiva, una excelente capaci- 
dad de autocrítica, y muy buenas relaciones 
humanas; que no haya ocupado anterior- 
mente cargos administrativos, por cuanto 
ello implicaría cambios de actitud en su 
nueva actividad estrictamente clínica. El 
asistenteadministrativo de la unidad ideal- 
mente debiera poseer formación administra- 
tiva, pero mientras se alcanza esta meta el 
puesto podría ser desempeñado por un 
funcionario que haya demostrado habilidad 
administrativa, es decir, capacidad para deci- 
dir, ingeniosidad y excelentes relaciones 
humanas. 
Planificación funcional y arquitec+ónica de la 
UCI 
La demanda efectiva de servicios en cada 
hospital deberá ser el criterio empleado para 
determinar el número de camas en la UCI. 
Sin embargo, el hospital que carece de ex- 
periencia en el manejo de estos servicios 
deberá iniciar con cautela la planificación 
física de la unidad y asignar un número de 
camas a las que pueda atender en forma 
óptima, especialmente en relación con los 
servicios de enfermería. Basados en la ex- 
ueriencia obtenida en el Hosoital Universi- I 
54 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA - Julio 1970 
tario de la Universidad de Michigan, Ann 
Arbor, la cual coincide con otros centros 
médicos universitarios, se ha estimado que el 
número ideal de camas para unidades de cui- 
dado intensivo no debe ser menor de ocho ni 
mayor de doce, con diez como término 
medio. La capacidad máxima operativa de 
un equipo de enfermería en cuidado intensivo 
corresponde a una unidad de doce camas, 
según se ha comprobado en el centro médico 
de Ann Arbor. En caso de que la demanda 
sea mayor que la oferta de camas, deberá 
establecerse una nueva unidad en vez de ex- 
pandir la primera. 
El uso de índices basados en el total de 
camas del hospital constituye un medio in- 
consistente para determinar el número asig- 
nable a la unidad, puesto que la demanda 
por cuidado intensivo no guarda relación con 
el número total de camas de un hospital, 
sino que más bien se refleja en la extensión y 
tipo de servicios disponibles, los cuales pue- 
den ofrecer notables diferencias entre hospi- 
tales con igual número de camas. 
El área de localización de la UCI deberá 
estar dentro del hospital, pero fuera del 
tráfico interno principal en forma tal que la 
unidad y los pacientes estén fácilmente ac- 
cesibles y, a la vez, se logre un ambiente 
silencioso y tranquilo. En general, se prefiere 
dar a la unidad una estrecha relación con los 
quirófanos y sala de recuperación debido a 
que un gran número de pacientes pueden 
proceder de estos departamentos. Por las 
mismas razones es importante tener acceso 
fácil entre la unidad y la sala de urgencia. Es 
deseable que la unidad tenga fácil relación 
con los departamentos de radiología, labora- 
torio clínico y central de esterilización, para 
facilitar los servicios que estos tendrán que 
suministrar a los pacientes críticos en la 
unidad. 
La disposición de las camas en la unidad 
deberá cumplir con los requisitos siguientes: 
fácilmente accesibles, continua observación y 
ambiente privado que dé comodidad al en- 
fermo. El paciente de la UCI puede requerir, 
en determinado momento, la atención si- 
Dávila * UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO 55 
multánea de médicos y enfermeras los cuales 
deberán utilizar muchas veces equipos espe- 
ciales que suelen ocupar un espacio consi- 
derable. Algunas camas deberán estar pro- 
vistas en sus inmediaciones de equipos 
monitores y osciloscopios los cuales, en 
combinación con las instalaciones de oxígeno 
y succión, podrían impedir la libre actuación 
de médicos y enfermeras alrededor del pa- 
ciente. La fácil observación de los pacientes 
constituyó la razón básica al planificar la 
estructura física de la UCI en espacios 
abiertos para grupos de pacientes. Sin em- 
bargo, este criterio ha ido evolucionando 
para disponer las camas en tal forma que, 
conservando la fácil observación a través 
de ventanales, mantengan su individualidad 
en cubículos cerrados. La fácil observación 
se ha simplificado en gran manera mediante 
el uso de monitores y de sistemas de comuni- 
cación audiovisual. Los pacientes que a 
pesar de su estado crítico poseen sus faculta- 
des necesitan un ambiente tranquilo y alejado 
de ruidos que provengan tanto de otros 
pacientes como de personal que trabaje den- 
tro de la unidad. 
Se deberá contar con piezas de tales 
características que permitan adecuadas técni- 
cas de aislamiento para aquellos pacientes 
cuya condición las requieran. El personal 
profesional debe tener acceso a una sala de 
reuniones, con espacio mínimo para diez 
personas, en la cual puedan realizarse peque- 
ños seminarios, discusiones técnicas, y otras 
actividades afines. Sería igualmente apro- 
piado asignar un área de trabajo, anexa a 
la estación de enfermería, donde el personal 
profesional pueda trabajar en las historias 
clínicas. Para comodidad de los residentes, 
especialmente en los turnos de noche, se debe 
destinar una pieza para descansar. 
Los servicios de enfermería dispondrán de 
una estación separada del área de pacientes 
donde se ubicará el monitor central con 
alarma. Ello impedirá que los pacientes cap- 
ten las señales de alarma o información 
sobre su estado clínico. Se debe proveer, 
asimismo, un área especial donde las enfer- 
meras puedan disfrutar de períodos de ex- 
pansión ya que los servicios de enfermería 
se suministran en forma permanente y bajo 
condiciones especiales de tensión psicológica. 
Los cuartos de trabajo, sean limpios o 
sean sucios, seguirán las características 
similares a las de las unidades de hospitaliza- 
ción; sin embargo, es importante anotar que 
la enfermera de la UCI ejecutará labores de 
aseo solo en forma limitada, por cuanto la 
limpieza de instrumentos y equipo estará a 
cargo del personal de servicio no clínico. 
El asistente administrativo de la unidad, 
una secretaria y personal de servicio ejer- 
cerán las responsabilidades no clínicas; por 
lo tanto, se le debe asignar a este personal 
espacio suficiente para realizar sus labores. 
El asistente administrativo y la secretaria 
deberán disponer de una oficina aislada del 
área clínica y cerca de la entrada general de 
la unidad, desde donde se puede controlar el 
paso de pacientes, visitantes, recibo de 
equipo, suministros y dietas. Igualmente, se 
debe disponer de espacio suficiente donde 
almacenar las drogas, suministros de enfer- 
mería, equipo, instrumental, papelería, ropa, 
y otros artículos de consumo diario. 
Dado el carácter crítico de los pacientes en 
la UCI, la visita de familiares deberá permi- 
tirse en forma restringida. Esto conlleva la 
necesidad de destinar espacio para una sala 
de espera, vecina a la unidad pero que no 
interrumpa el tráfico de pacientes, personal 
y suministros que entren o salgan de la 
unidad. 
Equipo e instalaciones especiales 
Cada hospital podrá seleccionar el equipo 
médico que estime esencial para dotar la 
UCI. Sin embargo, existe cierto equipo que 
por la complejidad de su calibración, man- 
tenimiento y operación, muchas veces im- 
pide en vez de facilitar las actividades médi- 
cas y de enfermería. Se ha adoptado, como 
filosofía básica en el proyecto, recomendar 
a los hospitales que adquieran solo el equipo 
indispensable para cumplir con el cuidado 
56 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA - Julio 1970 
de pacientes en estado crítico de salud. 
En relación con el equipo monitor se ha- 
cen las siguientes observaciones: g 
l El equipo de tipo “modular” permite fá- 
cilmente la expansión del sistema monitor. 
l Cada unidad deberá iniciar la implanta- 
ción de un sistema básico monitor y añadir 
módulos de conformidad con la demanda de 
los recursos disponibles. 
l El sistema monitor para cada cama sola- 
mente requiere monitor-visoscopio de uno o 
dos canales. El marcapaso no es esencial en 
cada cama, pero se debe contar con uno 
disponible en todo tiempo, preferiblemente con 
el marcapaso de batería. 
e Es fundamental disponer de un carro de 
urgencia que contenga: monitor-visoscopio, 
electrocardiógrafo y desfibrilador. 
o El monitor central con visoscopio selector 
de pacientes y señal de alarmas deberá ubicarse 
en la estación de enfermería. 
El equipopara la unidad se escogerá con 
el asesoramiento de médicos y enfermeras, 
considerando su plena justificación y sobre 
todo la repercusión económica que el ad- 
quirirlo y mantenerlo representa a la ins- 
titución. 
Durante la compra de equipo es impor- 
tante contar con los servicios de instalación 
y mantenimiento. Las instalaciones eléctri- 
cas de la unidad deben tener especificaciones 
muy concretas que aseguren conexión a 
tierra para cada equipo y mueble metálico 
al alcance del paciente, voltaje estable y 
salidas por cada cama, con un mínimo de 
ocho, que provengan de por lo menos dos 
circuitos diferentes. La planificación e insta- 
lación de la red eléctrica deberá ser hecha 
por técnicos que garanticen la eficiencia del 
trabajo. Es indispensable que la red eléctrica 
de la unidad esté conectada a la planta de 
urgencia del hospital, por medio de un dis- 
positivo automático. 
Dado que las necesidades de equipo e ins- 
talaciones difieren para cada hospital, no se 
pueden hacer recomendaciones específicas. 
0 Servicio de Salud Pública de los Estados Unidos. 
Equipment consultative notes 1 (l), 1969. 
Relación de la UCI con otros servicios y 
departamentos del hospital 
El establecimiento de una UCI deberá 
producir una serie de interrelaciones con los 
departamentos auxiliares de diagnóstico y 
tratamiento, y los servicios generales del hos- 
pital. Se describirán brevemente las relacio- 
nes de la UCI con aquellos que tienen mayor 
interrelación con el funcionamiento de la 
unidad. 
Departamento de cuidados de urgencia y 
salas de recuperación 
Primeramente es importante notar la dife- 
rencia entre el concepto de cuidado intensivo 
con los de “urgencia” y “recuperación”. 
Al clasificar los diversos grados de la aten- 
ción progresiva en la primera parte de esta 
presentación, se verificó que en el departa- 
mento de servicios de urgencia del hospital 
se suministra cuidado intensivo al paciente 
que llegue a este servicio en estado agudo 
crítico y una vez recuperado totalmente 
podrá volver a su domicilio; si el paciente 
solo se ha recuperado parcialmente deberá 
ser admitido a una unidad de hospitalización 
para cuidado intermedio; finalmente, si el 
paciente debe continuar bajo cuidado in- 
tensivo, deberá ser transferido imuediata- 
mente a la UCI. 
Las necesidades de cuidado intensivo han 
existido siempre en el hospital y en general 
este se ha venido suministrando en gran me- 
dida en las salas de recuperación. Es induda- 
ble que los encargados de las salas de re- 
cuperación postanestésica y de los servicios 
de cardiología, han sido los profesionales 
que más se han interesado en el problema 
del cuidado intensivo. La relación es más 
bien tradicional, pues los objetivos varían, ya 
que los servicios son orientados a la re- 
cuperación postanestésica, y por lo tanto el 
paciente será atendido allí por un tiempo 
promedio de dos horas, hasta que su recu- 
peración sea compatible con su inmediata 
transferencia a los servicios regulares donde 
el paciente seguirá su recuperación opera- 
Dávila - UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO 57 
toria. Es obvio que en determinados hospita- 
les donde se ejecuta una gran proporción de 
cirugía mayor, un buen número de pacien- 
tes tendrá que ser transferido a la UCI. 
Departamento de admisiones del hospital 
La utilización de las camas en la UCI 
dependerá, en gran parte, de la aceptación y 
aplicación estricta que cada médico del hos- 
pital dé a los criterios clínicos de admisión 
y egreso de pacientes. Sin embargo, este 
aspecto solo no basta, es necesario que 
cuando un paciente de la UCI haya sido 
transferido a un servicio regular del hospital, 
esta transferencia se haga a la mayor breve- 
dad posible al servicio clínico correspon- 
diente. 
El departamento de admisiones del hospi- 
tal es el responsable por mantener camas 
disponibles en las diversas salas de hospitali- 
zación, y de transferir los pacientes que pro- 
vienen de la UCI. 
Asimismo, debe organizar un sistema de 
cuotas, basado en el registro de admisiones, 
que muestre los promedios de estada y el ín- 
dice de ocupación en cada uno de los servi- 
cios de hospitalización en tal forma que 
pueda disponerse de camas para pacientes 
que vengan de la UCI y dárseles preferencia 
frente a la admisión de pacientes selectivos. 
Departamentos de cirugía y anestesiología 
Los departamentos de anestesiología y 
cirugía habrán servido o podrán servir a una 
cantidad apreciable de pacientes en la UCI. 
Dadas las condiciones críticas de los pacien- 
tes que están bajo cuidado intensivo, será de 
suma importancia contar con servicios de 
anestesiologla y cirugía durante las 24 horas. 
Si bien este sistema puede ser similar al 
empleado para atender casos de urgencia es 
necesario establecer normas sobre el procedi- 
miento que seguirían los servicios médicos 
y de enfermería de la unidad para solicitar 
los servicios de anestesiología y de cirugía a 
cualquier hora. Algunos hospitales donde 
los servicios de urgencia son muy activos 
cuentan con sus propios servicios de cirugía 
y anestesiologia los cuales podrían servir si- 
multáneamente para cubrir las necesidades 
de la unidad. Cada hospital, de acuerdo con 
su situación, deberá analizar el procedi- 
miento más expedito y eficaz para que la 
UCI pueda disponer de estos servicios dentro 
de un plazo prudencial mínimo. 
Departamentos de radiología, patología, 
laboratorio clinico e inmunotransfusión 
Los pacientes de la UCI van a requerir los 
servicios de los departamentos de radiología, 
patología, laboratorio clínico e inmunotrans- 
fusión, en una mayor proporción por pa- 
ciente que en otras unidades del hospital. 
Los servicios que se esperan de estos de- 
partamentos exigen una fácil interrelación 
física, para evitar el establecimiento de 
sucursales de los departamentos dentro de la 
unidad, y por ende preservar su centrali- 
zación. 
Durante la planificación de la unidad, el 
coordinador médico, la jefe de enfermeras y 
el asistente administrativo de la unidad, de- 
berán estudiar detalladamente junto con el 
jefe de cada uno de los departamentos men- 
cionados los siguientes aspectos : 
l ,$uáles son las horas regulares de trabajo 
de los departamentos de radiología, patología, 
laboratorio clínico e inmunotransfusión? 
l ¿Qué servicios suministran estos departa- 
mentos durante las horas hábiles y fuera de su 
horario? 
l LQuién será responsable en la unidad de 
solicitar servicio al departamento respectivo, 
durante las horas ordinarias de trabajo y fuera 
de ellas? 
l ¿Qué servicios se podrán prestar con el 
equipo móvil de radiología dentro de la unidad? 
l ¿Cómo se establece la prioridad de servi- 
cios para la UCI en la ejecución de procedi- 
mientos de radiodiagnóstico en casos de 
urgencia? 
l ¿En qué forma y quién conducirá los 
pacientes de la UCI al departamento de 
radiología? 
l ¿Qué personal será responsable de la toma 
de muestras para el laboratorio clínico e in- 
munotransfusión, durante las horas ordinarias 
y fuera de ellas, en los casos de urgencia? 
l iCómo se transmitirán los resultados de 
radiodiagnóstico, laboratorio clínico y patología 
a la unidad; quién los anexará a la historia 
clínica y en qué forma se comunicarán al 
médico responsable? 
primordial importancia el aprovisionar la 
unidad de medicamentos y material estéril. 
l iQuién definirá los componentes de sangre 
que podrían ser solicitados por la unidad en 
horas hábiles del departamento de inmuno- 
transfusión y fuera de ellas y en qué forma 
serán adquiridos estos componentes? 
0 iQuién se encargará de transportar la 
sangre y sus componentes durante las horas 
hábiles y fuera de ellas? 
Para que tenga vigencia el principio de que 
las actividades no clínicas deben ser res- 
ponsabilidad de personal diferente del médi- 
co y de la enfermera, es necesario establecer 
una dinámica especial por la cual los servi- 
cios lleguen a la unidad en forma constante, 
en vez de que el personal de la unidadtenga 
que ir a buscarlos en los distintos departa- 
mentos. 
@ iQuién hará la titulación de muestras de 
sangre, pruebas cruzadas y otras reacciones 
inmunológicas necesarias, durante las horas 
de trabajo del departamento y fuera de ellas? 
b ¿Quién hará la transfusión y evaluará 
sus reacciones? 
0 iSerá necesario almacenar sangre en la 
unidad, y en caso afirmativo dónde y bajo qué 
condiciones? 
Los puntos señalados se relacionan única- 
mente con algunos de los aspectos más 
importantes que deben analizarse en la pro- 
gramación de los servicios que la UCI re- 
quiera de los departamentos de radiología, 
patología, laboratorio clínico e inmuno- 
transfusión. Cada hospital debe adoptar el 
procedimiento que ofrezca las mejores ven- 
tajas de los servicios que la unidad recibirá 
de los departamentos mencionados. 
En la programación de las actividades re- 
lacionadas con los departamentos de farma- 
cia y central de esterilización deberá seguirse 
el mismo método que se describió para los 
departamentos de radiología, patología, la- 
boratorio clínico e inmunotransfusión, y que 
podrían resumirse así: qué existe y qué se 
necesita; a quién corresponden las funciones; 
en qué forma deben realizarse los servicios 
durante las 24 horas del día y los 7 días de 
la semana. 
Departamento de nutrición y dietética 
Departamentos de farmacia y central de 
esterilización 
Podría creerse que un pequeño grupo de 
enfermos en estado crítico, concentrados en 
la UCI, no necesitan una atención cuidadosa 
de parte del departamento de dietética. Sin 
embargo, el estado de aquellos exige de este 
una atención extraordinaria en su terapéu- 
tica nutricional. 
En relación con los departamentos de 
farmacia y central de esterilización, los fun- 
cionarios responsables de la unidad deberán 
analizar en detalle los sistemas de comunica- 
ción, medios de transporte, cantidad y cali- 
dad de los suministros que necesitará la 
unidad periódicamente; almacenamiento de 
medicamentos y de material aséptico; regla- 
mentación en cuanto al manejo de estupefa- 
cientes según las leyes en vigencia en cada 
país; manejo de materiales estériles con tér- 
minos de vencimiento para su reesteriliza- 
ción; procedimientos con relación al mate- 
rial usado, o sucio, y otros muchos aspectos. 
La dirección del hosuital debe considerar de 
La gran variedad de dietas especiales que 
se preparan para la UCI requiere una progra- 
mación cuidadosa que principia con la pres- 
cripción dietética del médico, continúa con la 
supervisión técnica de la preparación de las 
dietas y su distribución, y finaliza con la cui- 
dadosa alimentación del paciente, fase en la 
cual es menester que colaboren estrecha- 
mente el personal de enfermería y el de los 
servicios de dietética. 
Los sistemas de comunicación entre la 
UCI y el departamento de nutrición y dieté- 
tica se deben definir con claridad tomando 
las medidas necesarias para la alimentación 
de los pacientes después de las horas hábiles 
I _ ___~~ .._ - . del departamento. Los sistemas podrán di- 
58 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA - Julio 1970 
Dávila * UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO 59 
ferir de un hospital a otro según el grado de 
centralización o descentralización que tenga 
el departamento y las variantes en las cos- 
tumbres alimentarias de cada país. 
Departamento de mantenimiento 
Las instalaciones y equipos especiales 
que se van a utilizar en la UCI justifican la 
estrecha relación funcional que debe existir 
entre la unidad y el departamento de man- 
tenimiento hospitalario. Esta debe estable- 
cerse desde la fase de planificación de las 
dependencias físicas de la unidad. Deben 
tenerse a disposición los planos de instala- 
ciones sanitarias, hidráulicas, eléctricas, de 
oxígeno y succión, para que el departa- 
mento pueda establecer fácilmente un pro- 
grama sistemático de mantenimiento pre- 
ventivo. El equipo electrónico de monitores, 
osciloscopios, electrocardiógrafos, marcapa- 
sos, desfìbrilador y otros instrumentos 
deberán revisarse periódicamente como 
también las instalaciones especiales y estruc- 
tura física de la unidad. 
Lavandería-ropería, limpieza y saneamiento 
ambiental 
Se anotó la necesidad de que los departa- 
mentos de servicio y apoyo colaboren en 
forma continua y espontánea con la unidad. 
Los servicios de ropería y lavandería, lim- 
pieza y saneamiento ambiental, deben se- 
guir exactamente esta nueva orientación para 
que la unidad alcance su mayor eficiencia. 
Asimismo, deben planearse todas las etapas 
y fases de estos servicios, identilicando el 
sistema de comunicaciones, determinando 
las necesidades de servicio en tal forma que 
estos se realicen en períodos de tiempo que 
deben ser fijados según los recursos disponi- 
bles. Deben establecerse normas para mane- 
jar la ropa contaminada, técnicas de desin- 
fección en los cuartos de aislamiento, proce- 
dimientos generales de limpieza tanto de los 
pisos, paredes, ventanas, como del equipo, 
muebles y utensilios generales de la unidad. 
El horario para el personal de limpieza de- 
berá acordarse a determinadas horas en las 
cuales no interrumpan procedimientos espe- 
ciales, de acuerdo con el personal médico y 
de enfermería. 
Historias clínicas y estadística 
El tramite de la historia clínica en 
la UCI no tendrá modificaciones de fondo 
en relación con el que se utiliza en los ser- 
vicios regulares de hospitalización. Podrá 
variar la frecuencia en que se transcriban los 
signos vitales y posiblemente habrá mayor 
utilización de ciertas formas, tales como la 
que se disponga para balance electrolítico, 
y otras similares. En relación con estadísti- 
cas, estas serán los indicadores en cuanto 
hace relación con utilización no solamente 
cuantitativa sino cualitativa de la unidad. 
Un estudio sobre mortalidad y morbili- 
dad que se realice antes de iniciar los ser- 
vicios de la unidad, servirá de base para 
hacer análisis comparativos posteriores, y 
pondrá en evidencia el beneficio de la unidad 
si se reducen los índices de mortalidad y 
promedios de estancia. 
Asignación de personal a la unidad 
Al hacer referencia a la organización de 
los servicios médicos de la unidad se destaca 
la necesidad de que cada paciente esté bajo 
el cuidado de un médico. Los pacientes ad- 
mitidos a la UCI se podrán clasificar en 
privados, semiprivados, e indigentes. La pro- 
visión de servicios médicos para pacientes 
de los primeros dos grupos no ofrecerá 
mayores dificultades, en cambio, la asigna- 
ción de médicos para el cuidado de pacien- 
tes del tercer grupo podría ocasionarlas y 
por lo tanto sería conveniente preverlas 
durante la planificación de la unidad. Para 
ello podrían establecerse varios mecanismos, 
entre otros, asignar a cada departamento 
clínico la responsabilidad de disponer de 
médicos, en forma rotatoria, para atender a 
los pacientes indigentes; los compromisos 
contractuales que esta solución pudiese 
acarrear, deberán resolverse según los estatu- 
tos y reglamentos vigentes en cada hospital. 
En relación con el personal de enfermería, 
es importante aclarar que un cuidado in- 
tensivo-constante e integral-requiere una 
provisión generosa de enfermeras clínicas 
con excelente preparación y adiestramiento 
especial. En el proyecto se ha estimado un 
número de diez enfermeras y diez auxiliares, 
para que atiendan las necesidades de enfer- 
mería durante 24 horas al día y siete días a 
la semana, en una unidad de 19 camas y con 
un promedio de dos profesionales y dos auxi- 
liares por turno. La jefe de enfermeras clí- 
nicas no está incluida en esta estimación, 
pero sí se han considerado las ausencias por 
vacaciones, enfermedad, días festivos y otros 
imprevistos que corresponden a un hospital 
que tenga turnos establecidos de ocho horas. 
En países donde la jornada de trabajo es de 
seis horas el número de enfermeras será su- 
perior. Es importante anotar que cada hos- 
pital deberá adiestrar el mayor número de 
enfermeras posible, con elobjeto de que 
exista siempre personal suplente para traba- 
jar en la unidad cuando se presenten situa- 
ciones imprevisibles y retiros de personal. 
Si bien el cuidado de pacientes críticos 
no estructura de por sí una nueva especiali- 
dad médica, los servicios de enfermería clí- 
nica que se asignen a la unidad sí tendrían 
ciertas características que podrían contem- 
plarse como un verdadero campo de espe- 
cialidad de enfermería. Esta aiirmación se 
basa en los siguientes hechos: la enfermera 
clínica que va a suministrar cuidado inten- 
sivo, requiere un adiestramiento previo en el 
manejo de pacientes críticos, necesita asi- 
mismo instruirse en el manejo y funciona- 
miento de determinados equipos especiales 
muy delicados. La enfermera que sea selec- 
cionada para la unidad debe poseer una 
buena formación clínica, tener buen discer- 
nimiento y personalidad que le permita to- 
mar decisiones rápidas y desarrollar sus ac- 
tividades dentro de un ambiente de tensión 
física y mental constantes. Todas estas con- 
diciones nos inducen a recomendar la necesi- 
para el personal de enfermería que se dedi- 
que a prestar cuidados intensivos. Estos se 
traducirían en mejores salarios, mayor 
tiempo de vacaciones y aquellos otros que 
logren una mejor motivación y reconoci- 
miento al personal de enfermería. 
Fuera del asistente administrativo, la UCI 
requiere el servicio de una secretaria me- 
canógrafa, que desarrolle todas las activi- 
dades relacionadas con secretaría: informa- 
ción, comunicaciones, pedidos, etc. La se- 
cretaria trabajará en un horario especial de 
manera que pueda reemplazar al asistente 
administrativo de la unidad, cuando este 
haya terminado su horario regular. La uni- 
dad necesitará de tres a cuatro mensajeros 
para asegurar el servicio durante las 24 
horas. Este empleado ejecutará muchas de 
las actividades acordadas en la programa- 
ción, en relación con el transporte de pa- 
cientes, movilización de equipo pesado y 
otras actividades de índole similar que pue- 
dan presentarse en la unidad. El mensajero 
en el turno de noche deberá asumir ciertas 
responsabilidades como las de transmitir co- 
municaciones, obtener drogas o suministros 
especiales, que por una razón u otra no 
hayan sido previstas en la dotación regular 
de la unidad, o bien hayan sido consumidas 
antes de lo esperado. 
Aspectos económicos de la UCI 
La atención médica de los pacientes es 
costosa y aumentará el costo por día-paciente 
a medida que se intensifique y se mejore la 
calidad de los servicios. En el medio lati- 
noamericano no se conoce hasta qué nivel 
llegarán los costos en la UCI y qué propor- 
ción guardarán con el costo día-paciente en 
las unidades de pacientes agudos que reciben 
cuidado intermedio. Hipotéticamente podría 
adelantarse que aun cuando el costo día- 
paciente será mucho más alto para los pa- 
cientes de la UCI, comparativamente con 
los correspondientes a las unidades regulares 
de pacientes, el costo por caso podría dis- 
60 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA * Julio 1970 
dad de establecer determinados incentivos minuir al menos en ciertos grupos de morbi- 
Dávila - UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO 61 
lidad. Esta hipótesis tendrá que resolverse 
durante el desarrollo del proyecto. 
Todo hospital que decida la planificación 
e instalación de una UCI deberá conocer 
claramente sus costos estimados de inversión 
y de funcionamiento. Los de inversión de- 
berán agrupar aquellos relacionados con la 
transformación de las dependencias físicas 
ya sea por modernización, expansión, o cons- 
trucción. Se ha recomendado localizar la 
UCI en un área que requiera modikacio- 
nes mínimas para evitar los akos costos de 
construcción y así acelerar el programa de 
planificación física. Igualmente, se ha suge- 
rido construir las instalaciones para la central 
de oxígeno y proyectar las de succión central. 
El costo de esta última es alto y en general 
es necesario importar la maquinaria; ade- 
más, estas instalaciones necesitan excelente 
servicio de mantenimiento; y aun así podrían 
fallar. Ello induce a pensar que se debe 
disponer de bombas de succión móviles para 
hacer frente a cualquier situación de urgen- 
cia. La compra de equipos especiales consti- 
tuye un rubro importante en el presupuesto 
de inversiones del hospital. Como se anotó 
en el capítulo correspondiente, el comercio 
ofrece una extraordinaria variedad de equi- 
pos para uso de la UCI. Se ha recomendado, 
sin embargo, sumo cuidado en la compra de 
equipos monitores, osciloscopios, etc., y 
seleccionar únicamente los más necesarios. 
Es de anotar que todos los años este equipo 
es modificado y, por lo tanto, se aconseja 
prudencia al invertir en equipos costosos que 
puedan ser modificados apreciablemente en 
poco tiempo. Los costos de funcionamiento 
de la unidad serán altos según el número y 
calidad de enfermeras, auxiliares y personal 
administrativo asignado al nuevo servicio. 
EI consumo de medicamentos, especialmente 
soluciones intravenosas, compuestos de san- 
gre y otros, afectará los costos de funciona- 
miento de la unidad. Los gastos por perso- 
nal y suministros deberán calcularse lo más 
detalladamente posible para producir Ia 
asignación presupuestaria correspondiente. 
Si bien 10s costos de inversión y funciona- 
miento de Ia UCI serán altos, el hospital me- 
jorará en forma evidente la calidad de sus 
servicios clínicos, motivará en alto grado al 
cuerpo médico al darle oportunidad de con- 
tar con un servicio especial para beneficio 
de sus pacientes, logrará un campo clínico 
de extremo interés para Ia enseñanza médica 
y paramédica y adquirirá un prestigio mayor 
no solamente en su área de influencia sino 
en un ámbito mayor. Estos factores contri- 
buirán a Ia buena marcha del hospital y lo 
pondrán en condiciones de establecer tarifas 
por servicios a 10s pacientes en la unidad de 
cuidado intensivo. Dichos ingresos ayudarán 
notablemente el balance presupuestario de la 
unidad. 
La UCI como medio para la enseñanza de las 
actividades de salud 
La UCI podrá constituir uno de los me- 
dios más eficaces para lograr cambios de 
actitud, conocer nuevos campos para el 
diagnóstico y el tratamiento, adquirir des- 
treza en procedimientos especiales y lograr 
la agilización en el discernimiento clínico y 
toma de decisiones inmediatas, que podrán 
producir una evolución favorable o catastró- 
fica en el estado del paciente. Las caracterís- 
ticas de actividad intensiva y en equipo- 
médico, enfermera, auxiliar-constituye un 
molde valiosísimo para el proceso de ense- 
ñanza de trabajo en grupo. La tensión bajo 
Ia cual se atiende a pacientes críticos induce 
al personal de salud a adquirir nuevas actitu- 
des de responsabilidad en situaciones de ur- 
gencia y crisis. Estas condiciones son de ex- 
tremo valor para el estudiante, y para el pro- 
fesional en ejercicio. De ello se deriva el 
beneficio de la unidad para desarrollar pro- 
gramas de enseñanza al nivel de pregrado, de 
especialización y educación continua. 
El cuidado directo del paciente consume 
todo el tiempo disponible y, por lo tanto, la 
participación de grupos de estudiantes es 
restringida. Se aconseja, sin embargo, que 
los estudiantes de pregrado sigan de cerca 
Ia evaluación clínica de pacientes que han 
62 BOLETÍN DE LA OFICINA SANITARIA PANAMERICANA * Julio 1970 
venido estudiando y que por alguna causa 
ingresan en la unidad, en tal forma que Ia 
continuidad en el cuidado de1 enfermo consti- 
tuya un elemento fundamental en la forma- 
ción del futuro médico. 
En el desarrollo de programas de inter- 
nado y de residencia, la unidad constituye 
una etapa valiosísima en sus rotaciones res- 
pectivas. Los servicios del residente en me- 
dicina interna y cirugía son esenciales para 
mantener y asegurar una continua vigilancia 
médica. 
La preparación del programa de turnos 
para internos y residentes es responsabili- 
dad de los directores de educación médica 
de Ia respectiva escuela de medicina,quienes 
de común acuerdo con el coordinador mé- 
dico de la unidad, los establece y ejecuta. 
La enseñanza de administración de atención 
médica y la UCI 
El carácter asistencial y docente de las uni- 
dades de cuidado intensivo las convierten en 
verdaderos laboratorios de enseñanza de la 
administración de servicios de atención mé- 
dica. En efecto, los conceptos de planifica- 
ción, organización, dirección y control, utili- 
zación de recursos humanos y financieros, 
trabajo en equipo y relaciones humanas, co- 
municaciones, relaciones públicas, moral de 
trabajo, evaluación clínico-administrativa y 
otros aspectos importantes pueden ser de- 
mostrados en forma clara en el funciona- 
miento de la UCI. 
R esumen 
Se juzga importante considerar que el 
establecimiento de unidades de cuidado in- 
tensivo es solamente una fase en la organiza- 
ción de servicios hospitalarios, según el con- 
cepto de la atención progresiva de pacientes. 
Por lo tanto, todo hospital o conjunto de 
hospitales que estime necesario el estableci- 
miento de unidades de cuidado intensivo, 
debe tener como propósito final el organizar 
las diversas etapas de la atención progresiva: 
intensiva, intermedia y mínima. Solo en 
esta forma se logran 10s beneficios totales en 
términos de calidad de servicios y mayor 
capacidad en la prestación de ellos. 
La organización de unidades de cuidado 
intensivo no se justifica si no se dispone de 
10s servicios institucionales necesarios para 
transferir al paciente de la unidad; esto es, 
los servicios intermedios para pacientes agu- 
dos no críticos. Como consecuencia, estos 
servicios intermedios tendrán que organizarse 
en tal forma que sean utilizados por pacien- 
tes que cumplan con criterios climicos, que 
justifiquen su atención hospitalaria en este 
tipo de servicios. Asimismo, es necesario 
que pacientes que solamente requieran cui- 
dado mínimo institucional, puedan ser trans- 
feridos a servicios distintos de los destinados 
a casos agudos, en donde las condiciones 
físicas, asignación de personal y disponibili- 
dad de suministros implican costos de fun- 
cionamiento mayores que los que realmente 
necesitan los pacientes en convalecencia 0 en 
evolución crónica. Es por lo tanto necesario 
identificar y evaluar todas las implicaciones 
que adquiere el hospital cuando decide or- 
ganizarse mediante el concepto de la aten- 
ción progresiva del paciente, pues los inmen- 
sos beneficios que se derivan del concepto, 
solamente pueden evidenciarse mediante la 
aplicación coordinada de sus distintas 
fases. 5 
Intensive care units in Latin America (Summary) 
It is important to realize that from the The ultimate aim of every hospital or group 
standpoint of progressive patient care, the of hospitals that wishes to establish intensive 
establishment of intensive care units is only a care units must therefore be the organization 
phase in the organization of hospital services. of the severa1 phases of progressive care: 
Dcívila * UNIDADES DE CUIDADO INTENSIVO 63 
intensive, intermediate, minimum. Only if this quire minimum institutional care may be 
is done will it be possible to realize its benefits; transferred to services other than those intended 
namely, quality service and greater service for acute cases, where the physical conditions, 
capacity. 
There is little point in organizing an intensive 
stafling, and availability of supplies, entail 
care unit unless the necessary institutional 
greater operational costs than those really 
services are available for transferring the patient 
needed by convalescent or chronic patients. It 
to it: that is, intermediate services for acute but 
is therefore necessary to explore al1 the impli- 
not critically ill patients. Consequently, inter- cations of the hospital’s decision to organize 
mediate services have to be organized in such itself on the basis of progressive patient care, 
a way that they can be used by patients meet- since the enormous benefits to be derived from 
mg certain clinical criteria justifying their it are only forthcoming if its ditferent phases of 
hospitalization in them. Patients who only re- care are coordinated. 
Unidades de cuidado intensivo na América Lafina (Resumo) 
Considera-se importante ter em conta que o intermédios deverão ser organizados de maneira 
estabelecimento de unidades de cuidado inten- que sejam utilizados por pacientes que 
sivo é apenas urna fase da organizacáo de ser- cumpram com critérios clínicos que justifiquem 
visos hospitalares, segundo o conceito do cui- sua atencáo hospitalar nesse tipo de servicos. 
dado progressivo de pacientes. Portanto, todo É também necessário que os pacientes que 
hospital ou conjunto de hospitais que considere apenas requerem cuidado institucional mínimo 
necessário o estabelecimento de unidades de possam ser transferidos a servicos distintos dos 
cuidado intensivo deve ter como propósito &ral que se destinam a casos agudos, onde as 
organizar as diversas etapas do cuidado pro- condicões físicas, a lotacáo de pessoal e a 
gressivo, intensivo, intermédio e mínimo. Só disponibilidade de material implicam custos de 
desta forma seráo logrados os benefícios totais funcionamento maiores que os que realmente 
em têrmos de qualidade de servicos e maior necessitam os pacientes em convalescenca ou 
capacidade na sua prestacáo. em evolucáo crônica. É portanto necessário 
A organizacáo de unidades de cuidado in- identificar e avaliar todas as repercussóes da 
tensivo náo se justifica quando náo estáo decisáo de organizar-se o hospital mediante o 
disponíveis os servicos institucionais necessários conceito do cuidado progressivo do paciente, 
para transferir o paciente da unidade, isto é, pois os imensos benefícios que êste conceito 
os servicos intermédios para pacientes agudos assegura só se evidenciam mediante a aplicacáo 
náo críticos. Em conseqiiência, êsses servicos coordenada de suas distintas fases. 
Sections de soins intensifs en Amérique latine (Résumé) 
Il convient de ne pas oublier que la création 
de sections de soins intensifs ne constitue qu’une 
phase dans l’organisation des services hos- 
pitaliers, suivant le principe des soins progressifs 
des malades. En conséquence, chaque hôpital 
ou ensemble d’hôpitaux qui estime nécessaire 
de constituer des sections de soins intensifs 
doit avoir pour objet final l’aménagement des 
diverses phases de soins progressifs, intensifs, 
intermédiaires et minimums. Ce n’est qu’ainsi 
que l’on obtiendra des résultats complets du 
point de vue de la qualité des services et de la 
capacité maximum en ce qui concerne la 
prestation de ces services. 
L’organisation de sections de soins intensifs 
n’est pas justifrée si l’on ne dispose pas de 
l’infrastructure permettant de transférer le 
malade de la section, à savoir les services 
intermédiaires pour les cas aigus mais non 
critiques. Ces services intermédiaires devront 
donc être organisés de facon à pouvoir être 
utilisés par les malades qui répondent aux 
critères cliniques qui justilient des soins 
hospitaliers dans ce genre de services. En outre, 
il faut que les malades nécessitant seulement 
des soins hospitaliers minimums puissent être 
transférés dans des services distincts de ceux 
qui sont destinés aux cas aigus où les conditions 
matérielles, l’alfectation de personnel et l’utili- 
sation de fournitures comportent un coût de 
fonctionnement plus élevé que nécessitent 
réellement les malades en convalescence ou en 
évolution chronique. Il est donc nécessaire de 
déterminer et d’évaluer toutes les responsabilités 
que l’hôpital assume lorsqu’il décide de 
s’organiser suivant le principe des soins pro- 
gressifs du malade, étant donné que les 
avantages énormes procurés par ce concept ne 
peuvent apparaitre que grâce à une application 
coordonnée de ses diverses phases.

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