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91 Resumen La crisis ha supuesto un incremento de la fragmentación financiera y la constatación de un vínculo entre los riesgos soberano y ban- cario nacionales, cuya persistencia en el tiem- po sería incompatible con el euro. La solución a estos problemas pasa por la unión bancaria, que debe construirse a la vez que se soluciona la crisis actual. Al tiempo, el proceso se com- plementaría con la existencia de bancos trans- nacionales. El proceso hacia la unión bancaria no tiene un diseño óptimo, será largo y gene- rará tensiones en la transición, pero es políti- camente posible. Al final, tendremos una Europa mucho más integrada desde el punto de vista monetario, bancario, fiscal y político. Palabras clave: unión bancaria, Europa, supervisión, fragmentación. Abstract The crisis has implied an increase in financial fragmentation and the emergence of a link between sovereign and banking national risks. If these factors were to remain in place for a protracted period, it would be incompatible with the euro. The solution to these problems must be the banking union, which has to be built at the same time that the current crisis is solved. Eventually, there wil l be bigger cross-country f inancial institutions. The process towards the banking union does not have an optimal design, will be long and tensions will arise during the transition, but it is politically viable. At the end of the process there will be a Europe more integrated from a monetary, banking, fiscal and political points of view. Key words: banking union, Europe, supervision, fragmentation. JEL classification: F33, F34, F36, G18, G21. I. ¿POR QUÉ ES NECESARIA LA UNIÓN BANCARIA? CINCO años después del ini-cio de la crisis financiera in-ternacional, mientras los países de la eurozona siguen deba- tiendo la mejor manera de avanzar en una unión donde se apoyen mutuamente de una manera más ordenada y con incentivos más ali- neados, sus mercados financieros se han separado. Un mercado in- terbancario en que apenas hay operaciones, donde sigue habien- do una preferencia por las inver - siones y colaterales nacionales, y donde hay una elevada dispersión entre los tipos de interés de los nuevos créditos minoristas son ejemplos del paisaje de la fragmen- tación financiera europea actual. Si bien las tensiones financieras extre- mas que tuvieron lugar en la pri - mavera de 2012 han remitido, la persistencia de estas diferencias en el tiempo, de esta fragmentación financiera, sería simplemente incompatible con la existencia de una unión monetaria, y en el futuro podría llevar a su ruptura si no se atajan adecuadamente. Por esto la unión bancaria es tremendamente necesaria. Es el siguiente eslabón en un proceso de construcción europeo que se viene gestando a base de saltos discretos desde hace ya seis dé- cadas. Su anuncio, en junio de 2012, y el posterior apoyo por parte del Banco Central Europeo (BCE) con el anuncio del progra- ma de compra condicional de bonos soberanos de países bajo programa de rescate, fueron fun- damentales para la mejora de los mercados y para anclar favora- blemente las expectativas de re- solución de la crisis soberana. Y ha tenido éxito. No es un hecho menor que desde el verano de 2012 se haya producido una im- portante mejora en las tensiones financieras, y que eventos que en otros momentos hubieran sido heraldos de una nueva crisis en Europa, como la desordenada re- solución bancaria en Chipre, no se contagiaran al resto de países. 1. ¿Cuál es el origen de la fragmentación financiera? En toda crisis es normal cierta fragmentación en la medida en que aumenta la aversión al riesgo y se da más importancia a la exis- tencia de información asimétrica entre acreedores y deudores. En un marco en el que la situación de partida económica de los paí- ses era distinta, con algunos más afectados por burbujas naciona- les (como el sector inmobiliario en España e Irlanda) que otros, es normal que se ampliaran los di- ferenciales de tipos de interés del riesgo soberano. También cabía esperar que, ante la incertidum- bre de las ex pectativas cíclicas y las dudas sobre la exposición al contagio internacional por las te- nencias de productos tóxicos subprime en las entidades finan- cieras, esto se trasladara a tensio- C UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS Santiago FERNÁNDEZ DE LIS Ana RUBIO Jorge SICILIA BBVA Research 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 91 UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» 92 nes en el mercado interbancario y a un aumento de cos tes de emi- sión del sector privado. Pero en la zona del euro la situa- ción se agravó por otros motivos. En primer lugar, por sus deficien- cias institucionales. Existe una fuerte contradicción entre unas instituciones europeas diseñadas para la Unión Europea (UE) y una acuciante necesidad de más inte- gración (económica, fiscal, banca- ria y en última instancia política) entre los países que comparten el euro. Los países de la eurozona y las instituciones europeas deben tomar conciencia de que no es posible avanzar con la rémora permanente de tal desajuste insti- tucional. La reforma del Tratado (ineludible a medio plazo, aunque inoportuna ahora) debe afrontar claramente el hecho de una Euro- pa inclusiva, pero posiblemente a varias velocidades, sin que haya acuerdos «a la carta» que afecten al diseño óptimo del sistema. En segundo lugar, tampoco la reacción de las autoridades a la crisis fue la más adecuada, pues a la fragmentación de los mercados se añadieron barreras regulato- rias a los flujos de capitales, que surgieron a raíz de las difíciles re- soluciones de crisis bancarias in- ternacionales (Lehman Brothers, Fortis, los bancos islandeses…). Esta regulación no adoptó, en general, la forma tradicional de controles de capitales, sino mo- dalidades de regulación macro- prudencial o regulaciones más restrictivas de las operaciones de los bancos extranjeros. Algunos ejemplos conocidos de estas mo- dalidades son: 1) los límites im- puestos por los supervisores austriacos a la ratio de préstamo sobre depósitos en las filiales o su- cursales de sus bancos en los paí- ses de Europa del Este; 2) diversas regulaciones adoptadas en el Reino Unido que limitan la capa- cidad de actuación de los bancos extranjeros, o 3) las restricciones impuestas por Alemania para la canalización de liquidez de Hypo- Vereinsbank a su matriz, el italia- no UniCredit. Esto no es exclusivo de Euro- pa. Hay ejemplos también fuera de Europa, como la nueva regu- lación de la Reserva Federal sobre los bancos extranjeros que ope- ran en Estados Unidos, que im- pone requisitos de liquidez más exigentes a filiales y sucursales. Sin embargo, es especialmente contrario al espíritu de la Unión Europea que esto se haya produ- cido entre países que tienen como base de funcionamiento el libre movimiento de capitales. Sin duda, es una muestra de las ten- siones nacionales todavía existen- tes e ilustra la existencia de una estructura institucional que lo po- tencia, dada la función objetivo de un supervisor nacional. De hecho, recientemente la Comisión Euro- pea ha abierto una investigación sobre la existencia de estas prácti- cas en los países miembros. En realidad, más que a través de la regulación en sentido estric- to, las autoridades bancarias de la eurozona han actuado a través de la persuasión moral, por lo que resulta difícil documentar el uso de estas medidas. Quizá el recur- so a la persuasión moral se deba a la posible interpretación de estas medidas como controles de capitales, incompatibles con el mercado único europeo. Tampoco fue positiva la ac- tuación de las agencias de rating, que, con las bajadas de califica- ción de soberanos y entidades fi- nancieras periféricas a mediados de la crisis, convalidaron las ex- pectativas de los mercados y exa- cerbaron el problema. Al mismo tiempo, no se pue - determinar esta lista de razones que explican esta mayor fragmen- tación financiera sin mencionar que, hasta la crisis, había habido un exceso de complacencia con la situación económica en Euro- pa. Claramente, la disciplina de mercado no funcionó como in- centivo para el ajuste en los años del boom en muchos de los paí- ses europeos que acumularon burbujas, dando la razón a los que opinan que esta solo se acti- va en tiempos de crisis. La prueba más evidente de que la unión monetaria no había logrado que sus mercados se in- tegraran suficientemente es que no existiera un número significa- tivo de entidades financieras transfronterizas entre los países que comparten la unión bancaria, especialmente en el campo de la banca minorista. La integración de los mercados mayoristas había avanzado a mayor ritmo, pero ha demostrado no ser suficiente en la crisis. Tal vez si hubiera habido enti- dades transfronterizas, la rever- sión de los flujos de capitales que hemos tenido en los últimos años hacia las fronteras nacionales hu- biera sido menor, bien porque las medidas tomadas en contra de esta mayor integración hubieran tenido un menor efecto, bien porque habría existido un marco de incentivos menos proclive a la fragmentación que el que hemos tenido. Las consecuencias de la frag- mentación financiera pueden apreciarse claramente en los mer- cados europeos. Los datos mues- tran un repliegue de los sistemas financieros hacia sus fronteras nacionales y un refuerzo del «sesgo doméstico» de las princi- pales economías, la tendencia a que el ahorro interno financie la inversión nacional. Por ejemplo, el préstamo interbancario trans- 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 24/10/13 10:04 Página 92 93PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» SANTIAGO FERNÁNDEZ DE LIS · ANA RUBIO · JORGE SICILIA RECUADRO 1 BOX 1: LAS DIFERENCIAS ENTRE LAS FILIALES DESCENTRALIZADAS Y LAS SUCURSALES A menudo se han tomado como ejemplo para entender la mecánica de nacionalización de flujos bancarios durante la crisis las diferencias significativas que ha habido en los mercados emergentes en la banca minorista de acuerdo al modelo de negocio bancario elegido. Es in- teresante en este sentido comparar lo ocurrido en la última crisis en los bancos extranjeros implantados en Europa del Este y en América Latina. Se trata, al fin y al cabo, de las dos regiones emergentes con mayor implantación de bancos extranjeros, pero con preponderancia de modelos muy diferentes: un enfoque de grupo integrado en el primer caso y un modelo de independencia financiera de las filiales en el se- gundo. Un ejemplo de bancarización que mostró sus debilidades tras la crisis es el de Europa del Este, donde mayoritariamente se instalaron filiales o sucursales de bancos extranjeros dependientes de su matriz en términos de liquidez (con liquidez centralizada). Las monedas de países como Polonia, República Checa, Hungría y Rumanía se depreciaron fuertemente desde el otoño de 2008 a resultas de la crisis. Como gran parte de los créditos (sobre todo hipotecarios) concedidos en estos países estaban denominados en moneda extranjera, sobre todo euros (y en menor proporción en dólares, yenes y francos suizos), su devolución se volvió muy costosa. El modelo de estas entidades descansaba en una voluminosa financiación intragrupo, de manera que dependían del apoyo de la matriz. Cuando los mer- cados interbancarios se colapsaron, en el verano de 2007, estas entidades empezaron a tener problemas de liquidez que se agravaron con las dificultades de liquidez de la eurozona, dada su alta dependencia de la financiación de las matrices. Finalmente, en enero de 2009 los bancos afectados, coordinados por el FMI, firmaron un acuerdo (la Iniciativa de Viena) por el que se comprometieron a man- tener su exposición a la deuda de la zona, mediante una prolongación voluntaria de los plazos de vencimiento de las líneas de crédito, gracias a la cual se atajó la propagación de la crisis, aunque para entonces varios países de la región habían tenido que acudir al FMI en busca de ayuda financiera. Por tanto, el modelo de expansión de la banca desarrollada en esta región mostró sus vulnerabilidades durante la crisis, donde la existencia de un mercado europeo fragmentado (antes de la unión bancaria) tenía un efecto particularmente negativo sobre las sucursales descentralizadas. Más positivas han sido las experiencias en América Latina, donde la entrada de la banca extranjera ha supuesto un impulso a la banca- rización y el desarrollo de estos países, haciendo que la parte del préstamo otorgado por los entrantes haya sido sostenidamente cre- ciente. En este caso, se ha optado mayoritariamente por la figura de las filiales descentralizadas, con importantes ventajas. En primer lugar, el modelo de filiales facilita una mejor gestión del riesgo, dado que el capital y la liquidez se manejan a nivel local, lo que lleva a un mayor grado de autogestión de las entidades locales. En segundo lugar, el modelo muestra una mayor resistencia durante las crisis. Esto se debe a su orientación hacia el largo plazo, que sacrifica unos mayores beneficios en el corto plazo por una estabilidad mayor. Además, el modelo de filiales mitiga el contagio de los riesgos sistémicos y permite gestionar los problemas de las entidades lo- cales de forma ordenada. Sin embargo, estas ventajas serán menos evidentes en el marco de una unión bancaria, con un marco de competencia común. Las fronteras entre distintos tipos de instituciones han tendido a diluirse en los últimos años, de manera que la forma legal (filial o su- cursal) no es el único criterio a tener en cuenta a la hora de establecer la presunción de responsabilidad de las autoridades de origen o de destino. La banca norteamericana, por ejemplo, se ha implantado en numerosos paí ses a través del modelo de sucursales, pero es- tableciendo barreras (ring fencing) sobre la responsabilidad de la matriz. Algunos bancos se han expandido en Europa del Este bajo la forma legal de filiales, pero con una dependencia muy estrecha respecto de la financiación de la casa matriz, que ha financiado desde el país de origen una parte importante de los procesos de expansión del crédito en los países de destino. El tipo de conexión entre la matriz y las subsidiarias (filiales o sucursales) ha tendido a depender menos de la forma legal que del modelo de negocio de cada grupo bancario. Las diferencias entre filiales y sucursales han tendido a difuminarse también como resultado de la crisis, en la medida en que los supervisores de destino han tendido a extremar el control de las entidades que operan en su territorio, incluso las que se encuentran bajo la forma de sucursales. Atendiendo a la experiencia histórica reciente, el modelo de filiales descentralizadas presenta ventajas importantes frente a los gru - pos centralizados desde el punto de la estabilidad financiera internacional. El modelo de filiales descentralizadas es coherente con la banca minorista, que descansa en depósitos en moneda local, con escaso apoyo intragrupo y supervisión del país de destino, mientras que el modelo de sucursales centralizadas es más coherente con la banca mayorista, financiación al por mayor y apoyo intragrupo, su- pervisado por el país de origen. Pero esto ya es la historia de Europa, y no será de aplicación en el futuro, cuando los mercados estén integrados. ¿Qué lecciones proporcionan estos modelos para la unión bancaria del futuro? Hacia dentro, pocas. En una unión bancaria completa no se puede olvidar que los bancos deberían tener un marco de actuación equivalente a los que existen en los Estados nacionales actualmente, pero con un concepto de «nación» más europea y amplia. La estabilidad financiera del área en su conjunto deberá ser el objetivo fundamental, y las autoridades deberán asegurarse de que existe un marco de competencia homogéneo que garantice el mercado único dentro de una unión monetaria. En última instancia, un sistemade licencia bancaria única debería asegurar la provisión de servicios financieros sin cortapisas desde cualquier país de la unión monetaria. En definitiva, las ventajas del modelo descentralizado no son extensibles a una eurozona que se refuerce con una unión bancaria. Hacia fuera, alguna lección más: para contribuir a la estabilidad financiera, el modelo descentralizado parece ser el más eficiente para aquellas entidades de origen no europeo que operen en Europa; y para aquellas entidades de la zona del euro que operen en otras regiones geográficas, aunque esto será matizable de acuerdo a cómo se asiente la nueva regulación, especialmente en el terreno de la resolución bancaria. 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 93 fronterizo tanto entre países cen- trales en la zona del euro, como entre estos países core y los de la periferia, que había ido aumen- tando gradualmente tras la adop- ción del euro, empezó a dar marcha atrás a partir de 2007 (gráfico 1). La caída de estos flujos ha sido más grave para los países con déficit de cuenta corriente elevado y persistente. En estos paí ses, sus bancos han enfrentado costes más altos de liquidez. El recurso al BCE aumentó sustancialmente desde entonces, y se introdujeron medidas no convencionales de provisión de li- quidez, en parte como sustitu- ción del mercado interbancario (gráficos 2 y 3), con el objetivo de evitar el colapso de la financia- ción en los sistemas financieros de países periféricos de la euro- zona, lo que tuvo un impacto ini- cial en la demanda de bonos soberanos por parte del sistema financiero. Esta dinámica generó la consiguiente inquietud en cier- tos sectores de la opinión pública de estos países centrales, y cla - ramente en Alemania, que vio cómo creció su «posición acree- dora» (si bien lo que se ha produ- cido es una sustitución de la posición acreedora del sector pri- vado de los países core a la de sus bancos centrales nacionales, protegida por la existencia de co- lateral). La aversión al riesgo se ha traducido además en una sus- titución del mercado privado sin colateral (unsecured) por el que sí lo tiene (secured) y los deriva- dos negociados sin cámara (Over the Counter, OTC), lo que ha ten- dido a ser más dañino para aque- llas entidades con un colateral basado en un soberano que iba perdiendo calificación crediticia, como los países periféricos. Tam- bién en la liquidez del BCE se observó fragmentación, si se atiende a la nacionalidad del co- lateral aportado (gráfico 4). En suma, el acceso a la liqui- dez se ha hecho más difícil, y el coste ha sido mayor para las en- tidades financieras localizadas en países periféricos por su loca- lización geográfica y por dispo- ner de colateral anclado en ese soberano. Una de las consecuencias más perniciosas de esta crisis ha sido el colapso del mecanismo de transmisión de la política mone- taria del BCE, que no se traslada por igual a todos los países que forman parte de esa unión mo- netaria. Esto, además, es espe- cialmente preocupante porque los países que están haciendo fuertes esfuerzos fiscales y refor- mas estructurales no pueden be- neficiarse completamente de los bajos tipos de interés que el BCE considera que son necesarios ante la situación económica de la zona del euro. Desde diciembre de 2010 los tipos de interés del crédito a fa- milias y a empresas han aumen- tado en los países de la periferia de la eurozona mientras dismi- nuían en el centro, lo que resulta incompatible con un terreno de juego equilibrado en el mercado único. En concreto, en el gráfico 5 se muestra la evolución del precio de los préstamos de hasta un mi- llón de euros, que es la serie que suele utilizarse para referirse a los préstamos a pequeñas y media- nas empresas, para los que no existe fuente estadística. Son estas empresas las más perjudica- das por la situación actual, dado que suelen ser dependientes de la financiación bancaria al no tener acceso a las emisiones de deuda. Si bien parte de la divergencia podría justificarse por el mayor riesgo de crédito de las inversio- nes en la periferia, la diferencia entre ambos precios es demasia- UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» 94 800.000 700.000 600.000 500.000 400.000 300.000 200.000 100.000 0 di c- 05 m ar -0 6 ju n- 06 se p- 06 di c- 06 m ar -0 7 ju n- 07 se p- 07 di c- 07 m ar -0 8 ju n- 08 se p- 08 di c- 08 m ar -0 9 ju n- 09 se p- 09 di c- 09 m ar -1 0 ju n- 10 se p- 10 di c- 10 m ar -1 1 ju n- 11 se p- 11 di c- 11 m ar -1 2 ju n- 12 se p- 12 di c- 12 -42% Core a Core Core a Periféricos -55% GRÁFICO 1 EXPOSICIÓN PROMEDIO A PAÍSES EUROPEOS (Millones de dólares) Fuente: BBVA en base a BIS. 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 94 95 PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» SANTIAGO FERNÁNDEZ DE LIS · ANA RUBIO · JORGE SICILIA do abultada como para solo venir causada por este factor. Además, también se puede apreciar que los tipos en países periféricos son más volátiles, lo que supone una dificultad adicional. Estas diver- gencias son una prueba de que la unión bancaria es importan - te para la economía real, y no solo para las entidades financieras. Si tuviéramos que hacer un ranking, quedaría claro que los países más afectados han sido aquellos en los que el rating ha caído más (soberano, corporativo y financiero) o aquellos que eran más dependientes de financiación externa, tanto desde el punto de vista de los agentes públicos como de los privados. Este grupo de países son los periféricos, que incluyen a Grecia, Portugal, Irlan- da, España e Italia. Esta fragmentación financiera ha venido también reforzada por dudas sobre la supervisión nacio- nal y sobre la calidad de los ba- lances bancarios en algunos países; a lo cual no ha ayudado la falta de homogeneidad en re- gulación y supervisión bancaria, que no es un tema menor. Un ejemplo claro de estas preocupa- ciones podría ser el cálculo de los activos ponderados por riesgo (APR), que constituyen el deno- minador de la ratio de capital, y cuyo peso sobre los activos varía fuertemente dependiendo del país, lo que depende no solo del «tipo de activos» que tiene cada entidad financiera, sino también de «cómo» se calculan (gráfico 6). Esta heterogeneidad también depende del supervisor. Otra fuente de heterogeneidad se encuentra en el tratamiento contable de algunas partidas que afectan al balance contable. Otra consecuencia de la frag- mentación financiera que no estaba en el radar para las auto- 1.200 1.000 800 600 400 200 0 -200 -400 -600 -800 -1.000 -1.200 en e- 07 ju n- 07 no v- 07 ab r- 08 se p- 08 fe b- 09 ju l-0 9 di c- 09 m ay -1 0 oc t- 10 m ar -1 1 ag o- 11 en e- 12 ju n- 12 no v- 12 ab r- 13 Países Centrales Periferia GRÁFICO 2 BALANCE NETO CON EL EUROSISTEMA (Miles de millones de euros) Fuente: BBVA Research a partir de Bloomberg. 250 200 150 100 50 0 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 Total unsecured 1.200 1.000 800 600 400 200 0 Total secured Derivados OTC Resto Liquidez BCE (eje derecho) GRÁFICO 3 MERCADO INTERBANCARIO EUROPEO Y LIQUIDEZ BCE (Interbancario negociación media diaria, índice 100 en 2002; BCE en miles de millones de euros) Fuente: BCE. 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 24/10/13 13:11 Página 95 ridades ni para los mercados fue la realización del fuerte vínculo que existe entre el riesgo banca- rio y el riesgo soberano, con una causalidad que funciona en los dos sentidos. Las primeras crisis bancarias se resolvieron de forma nacional, e implicaron un gran coste para los contribuyentes de algunos paí- ses. En el caso de Irlanda, el res- cate de su sistema financiero estuvo a punto de hundir las fi- nanzas públicas nacionales, por el elevado monto de las inyeccio- nesde capital necesarias, 43 por 100 del PIB. En países como Gre- cia, el sector bancario no estaba especialmente débil, pero la te- nencia de deuda pública helena en sus balances junto con la si- tuación económica han generado un cóctel que ha requerido una recapitalización del sistema fi- nanciero del país. Estos fueron al- gunos de los ingredientes que reforzaron la existencia de un círculo vicioso entre el riesgo bancario y soberano. En un mundo donde se ha re- cordado que las entidades pue- den tener que ser liquidadas o resueltas o salvadas, el riesgo asociado a una entidad es el de su propia capacidad de gestión de riesgo y la calificación crediti- cia de quien puede poner el dine- ro en esa resolución. En una crisis financiera, donde hay informa- ción asimétrica, este segundo riesgo pasa a ser dominante. Esto es muy preocupante por- que cualquier impacto en el so- berano se traslada directamente a empresas y familias, dado el im- portante papel de las entidades financieras como proveedoras de crédito al sector privado en los países europeos. Todo esto ha generado una notable vulnerabilidad de los UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» 96 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Doméstico Extranjero GRÁFICO 4 COLATERAL UTILIZADO EN LAS OPERACIONES DE CRÉDITO DEL EUROSISTEMA (Porcentaje) Fuente: BCE. 8 7 6 5 4 3 2 m ar -0 7 ju l-0 7 no v- 07 m ar -0 8 ju l-0 8 no v- 08 m ar -0 9 ju l-0 9 no v- 09 m ar -1 0 ju l-1 0 no v- 10 m ar -1 1 ju l-1 1 no v- 11 m ar -1 2 ju l-1 2 no v- 12 m ar -1 3 UEM Alemania Francia España Italia GRÁFICO 5 TIPO DE INTERÉS DE LAS NUEVAS OPERACIONES DE CRÉDITO A EMPRESAS (Porcentaje, hasta un millón de euros, más de 5 años) Fuente: BCE. 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 96 97 SANTIAGO FERNÁNDEZ DE LIS · ANA RUBIO · JORGE SICILIA PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» mercados financieros europeos, e incluso un riesgo cotizado de ruptura del euro en algunos mo- mentos de la crisis. El objetivo principal de la unión bancaria es detener este proceso de fragmentación, que supone una grave amenaza para la mone- da única. Y también corregir un grave problema de diseño: la unión bancaria es la otra cara de la moneda de la unión monetaria, más aún en una zona donde el canal de transmisión financiero es principalmente bancario. Antes de ver por qué, de ana- lizar lo que puede resolver y cómo, conviene analizar lo que no es una unión bancaria. 2. ¿Qué no es una unión bancaria? Desde luego, no es la solución a todos los problemas del sistema financiero de la zona del euro. Por concepción, la unión banca- ria tiene una vocación de largo plazo y de gran calado, por lo que limitar su utilidad a proble- mas a corto plazo y parciales solo sería un error. La unión bancaria no puede ser un instrumento para salvar a bancos de países periféricos. En el corto plazo, mientras persisten problemas heredados, son las auto ridades nacionales las que deben garantizar la solvencia de sus bancos, solucionando el pro- blema de los activos heredados y restableciendo la confianza. La complejidad de los procedimien- tos europeos hace imposible que una unión bancaria completa, in- cluyendo un mecanismo de reso- lución común, esté funcionando en el corto plazo. Al mismo tiem- po, la resolución de los problemas actuales no puede postergarse hasta que haya una unión banca- ria. Es muy difícil avanzar hacia mecanismos que supongan com- partir la factura de las crisis ban- carias si no se limpian antes los balances de las entidades. España ya ha realizado un esfuerzo de transparencia y saneamiento con- siderable en parte con préstamos del Mecanismo Europeo de Esta- bilidad (MEDE; ESM en inglés); y está en vías de restaurar la solven- cia de las entidades dañadas. Otros países con problemas, o con dudas, deben hacer un es- fuerzo similar de transparencia, provisionamiento y recapitaliza- ción, tal como está previsto en el ejercicio de revisión de la calidad de los balances que realizará el BCE presumiblemente en el pri- mer semestre de 2014, bajo directrices de la Autoridad Ban ca - ria Europea (European Banking Authority, EBA). La unión bancaria tampoco es la manera de conseguir la recapi- talización europea directa a los bancos hoy con capital público o con necesidades de este capital. Parte de la confusión en este país viene porque el debate de la unión bancaria se lanzó cuando la espiral de riesgo bancario y so- berano afectaba especialmente a España, y en ese momento se vinculó a la posibilidad de recapi- talización directa de las entidades españolas e irlandesas con déficit de capital (en su mayoría cajas en el caso de España) por parte del MEDE. Aunque aprobada en el Consejo Europeo de junio de 2012, la recapitalización directa de los bancos por el MEDE se ha encontrado con numerosas difi- cultades prácticas que solo re- cientemente se han comenzado a aclarar; y con una resistencia no- table por parte de los países acree - dores. Estas resistencias en parte se deben al equívoco de que el papel de la unión bancaria es «euro peizar» el coste de las crisis nacionales pasadas. Sin descartar esta opción como posibilidad fu- 50 45 40 35 30 25 20 15 10 5 0 Alemania Francia Suiza Reino Unido Italia España Entidades: BARCL, BBVA, BNPP, CASA, CMZ, CS, DB, ISP, HSBC, LBG, RBS, SAN, SG, UCI y UBS. GRÁFICO 6 ACTIVOS PONDERADOS POR RIESGO COMO PORCENTAJE DE ACTIVOS (Promedio, marzo-13) Fuente: BBVA en base a cuentas anuales. 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 97 tura para algún país que sin esta acción no pueda alcanzar una senda razonable de crecimiento, como Irlanda, no es este un as- pecto prioritario a corto plazo, ni es clave para separar el riesgo bancario del riesgo soberano hoy. Sí es un ingrediente necesario a largo plazo en el marco de una unión bancaria que tenga un componente del fondo de resolu- ción menos nacional y más euro- peo, y por tanto aspire a separar estructuralmente el riesgo sobe- rano y bancario. Por tanto, tampoco es la unión bancaria una forma de establecer transferencias entre países euro- peos, de manera que el deposi- tante alemán pague para rescatar a bancos periféricos. Los rescates bancarios deben decidirse hoy a nivel nacional, y deben pagarlos los acreedores de la entidad y, si fuera necesario, el sector banca- rio en su conjunto, a través de los Fondos de Resolución dotados con recursos de la industria, y con el respaldo del sector público nacional si estos recursos son in- suficientes. En el futuro, en un marco de mayor confianza y con una regulación y supervisión únicas, tiene sentido disponer de una red de seguridad europea que resuelva las crisis banca - rias con fondos dotados por los bancos europeos, una vez hayan asumido pérdidas los acreedores privados correspondientes. Por último, la unión bancaria no es un cambio menor que pueda hacerse para «cubrir el expedien- te». Por ejemplo, en el campo de la supervisión será necesario esta- blecer equipos de supervisores ge- nuinamente transnacionales, que descansen en la medida necesaria, por supuesto, en la experiencia acumulada por los supervisores nacionales. Y en el campo de la regulación será necesario homo- geneizar las reglas y su aplicación. Se trata de un cambio en la super- visión y en la regulación que va a alterar profundamente el funcio- namiento y los incentivos del sis- tema bancario. 3. ¿Qué piezas debe tener la unión bancaria? Lo que en los debates interna- cionales se entiende como unión bancaria se estructura en torno a cuatro pilares (ver gráfico 7). UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA»98 SupervisorÚnico (EZ) Riesgo de supervisión centralizada, resolución descentralizada y no ruptura del riesgo soberano-bancario TRANSICIÓN ?2013 2013-2014 2014-2015 • Supervisión directa del BCE a ≈ 130 bancos significativos desde mayo-junio 2014 • Posibilidad de intervenir en todo momento • Sin detalles FGD Único (EZ) • CRDIV: marzo • RRD y DGS: junio • Recapitalización ESM (marco operativo): junio • Propuesta COM sobre SRM: junio 2013 • Dudas sobre el proceso Resolución Única (EZ) Single rulebook (UE 27) GRÁFICO 7 PILARES DE UNA UNIÓN BANCARIA Fuente: BBVA Research. 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 98 SANTIAGO FERNÁNDEZ DE LIS · ANA RUBIO · JORGE SICILIA PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» 99 3.1. Regulación única o single rulebook El que todas las entidades uti- licen las mismas reglas de juego para competir en el mercado euro - peo supone una precondición para la integración. En concreto, varias normas paneuropeas cons- tituyen el núcleo de la nueva re- gulación común. Es importante recalcar que estas normas afectan a la UE-28, pero su marco puede considerarse en lo esencial sufi- ciente para la eurozona. En otras palabras, la integración más com- pleta de la eurozona deriva de los otros pilares de la unión bancaria, y no tanto de la regulación. La cuarta edición de la Directiva de Requisitos de Capital (Capital Requirements Directive, CRD IV) fue aprobada en abril de este año por las autoridades europeas siguiendo las recomendaciones internacionales de armonización acordadas en el Comité de Basilea. Además de las ratios mínimas de capital regulatorio, la norma redu- ce el capital necesario para los préstamos a pymes, para fomen- tar que aumente su concesión. También incorpora la obligación de las entidades de reportar los beneficios, impuestos y subsidios a la Comisión Europea a partir de 2014 y de hacerlos públicos a par- tir de 2015. Por último, incluye normas sobre los bonus máximos a percibir por los empleados de entidades financieras reguladas. Las Directivas de Recuperación y Resolución (Recovery and Reso- lution Directive, RRD), y de Esque- mas de Garantía de Depósitos (Deposit Guarantee Schemes, DGS) pasaron al Parlamento Eu- ropeo en junio de 2013. Su apro- bación prevista es a final de año, con notable retraso frente al ob- jetivo de junio. Hoy se prevé que la RRD podría entrar en vigor en 2015, pero la herramienta de bail-in solo estaría operativa a partir de 2018. 3.2. Supervisión única El que exista un supervisor único es crucial para restablecer la confianza y asegurar al contri- buyente que sus fondos están bien gestionados. Se espera que se implante la supervisión directa del Banco Central Europeo (BCE) sobre alre- dedor de 130 bancos significati- vos (aquellos con un volumen de activos superior a 30.000 millo- nes de euros) en principio a partir del tercer trimestre de 2014. Con esta limitación por tamaño, un número importante de entida- des, como las cajas alemanas, quedarán fuera de su ámbito de influencia, pero este problema se afrontará en futuras etapas de la unión bancaria. Es posible que la entrada en vigor se retrase hasta finales de 2014, puesto que el acuerdo sobre rendición de cuentas que tiene que servir de base en la negociación de BCE y Parlamento está aún siendo de- batido. La elección del BCE como su- pervisor único era la más conve- niente. Aunque puede haber ciertos riesgos en la excesiva acu- mulación de poder en una sola institución, así como el posible conflicto de objetivos entre la es- tabilidad de precios y la estabili- dad financiera, las ventajas de que sea el BCE el supervisor supe- ran con mucho a sus desventajas: se trata de una institución ya es- tablecida en la zona del euro, in- dependiente y creíble, cuya labor como supervisor le facilita la tarea de prestamista de última instancia, y con una conexión na- tural con los bancos centrales su- pervisores que ya están dentro del Eurosistema. Todos los ban- cos centrales de la zona del euro tienen en alguna medida poderes supervisores, aunque en algunos casos estos se limiten a la super- visión macroprudencial. En cualquier caso, otras alter- nativas presentaban inconvenien- tes mayores, como es el caso de la European Banking Association (EBA), que en principio tiene como ámbito de actuación la Unión Europea de los 28, y no la zona del euro. Por su parte, crear una auto- ridad ex novo hubiera sido dema- siado complicado y costoso. La supervisión única es uno de los pilares de la unión bancaria que está mejor encauzado, pero no cerrado todavía. Sin embargo, en el proceso de transición exis- ten importantes retos. En primer lugar, es necesaria una gran clari- dad en el reparto de tareas entre el BCE y el supervisor local y con un manual único de supervisión basado en las mejores prácticas. En segundo lugar, es necesario un traspaso de poderes ordena- do, en lo que se ha dado en lla- mar un modelo de «delegación intrusiva», basada en la coopera- ción constante entre supervisores. Por último, es básica la claridad en el reparto de responsabilida- des con los supervisores naciona- les, pues las decisiones clave, así como la responsabilidad última, deben corresponder al BCE, que para ello necesitará los poderes y recursos adecuados. 3.3. Mecanismo de Resolución Único o Single Resolution Mechanism (SRM) La crisis actual ha demostrado lo importante que es tener un sis- tema preacordado para, en caso de resolución de una entidad, romper el vínculo bancario- soberano y limitar el impacto sobre el contribuyente. 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 99 Según la Directiva de Recupe- ración y Resolución (RRD), la pro- puesta de absorción de pérdidas por parte de los acreedores de la entidad (bail-in) no alcanza a algu- nos pasivos, como los depósitos cubiertos. El orden de absorción de pérdidas sería: 1) acciones, 2) instrumentos híbridos, 3) deuda junior, 4) deuda senior y depósi- tos corporativos no cubiertos, 5) depósitos no cubiertos de pymes y hogares y pasivos del Banco Europeo de Inversiones, y 6) fondo de garantía de depósitos (subro- gándose frente a los depósitos cubiertos). Las autoridades nacio- nales pueden excluir ciertos pasi- vos. No se ha fijado un mínimo de pasivos bail-inables, pero es preciso que el bail-in alcance el 8 por 100 de los pasivos para que las autoridades nacionales pue- dan decidir excluir más pasivos y usar el fondo de resolución para absorber pérdidas o recapitalizar el banco (en principio, hasta el 5 por 100 de los pasivos). En ese caso, el fondo de resolución po- dría obtener fondos del ESM vía su soberano, sin ser recapitaliza- ción directa. Bajo circunstancias excepcionales, se podría exceder ese 5 por 100 una vez que han absorbido pérdidas todos los pa- sivos no preferentes o no garan - tizados (salvo los depósitos). Entonces la autoridad de resolución puede buscar fuentes de financia- ción adicionales, posiblemente vía una recapitalización directa del ESM. Esta propuesta tiene la virtud de minimizar el uso de recursos públicos y de armonizar los pro - cedimientos europeos. Sin em - bargo, podría tener un efecto negativo si el mercado reacciona incrementando el coste de la deuda senior o trasladando recur- sos de la deuda senior a los depó- sitos. En cualquier caso, sufrirá cambios y se aclararán detalles im- portantes en la negociación que ahora comienza ente la Comisión, el Parlamento y el Consejo; antes de convertirse en directiva comu- nitaria. El Eurogrupo del 27-28 de junio de 2013 dejó abierta la elec- ción entre una agencia de resolución única o varias. En la actualidad se debaten dos posiciones: — Una propuesta franco- alemana, que descansa en una red de autoridades de resolución nacionales. — Una propuesta de la Comi- sión Europea para crear una Auto - ridad de Resolución Única, en principio bajo la órbita de la propia Comisión; aunque podría haber otras opciones posibles, algunas requerirían cambios en el Tratadobajo ciertas configuraciones. La segunda propuesta podría ser más adecuada para asegurar un marco firme de resolución, aunque sus detractores tienen dudas de que la Comisión pueda compatibilizar adecuadamente sus funciones de competencia con unas nuevas de resolución. Si se impusiera la solución franco- alemana es importante que existan garantías suficientes de que habrá un respaldo común (backstop) en caso de problemas. Esto exige un papel del Mecanismo de Estabili- zación Europea (ESM) relevante. En cualquier caso, si finalmente se optara por un mecanismo de re- solución descentralizado se debe- ría garantizar una aplicación homogénea de las normas de re- solución. Tener un supervisor único con - viviendo con diecisiete autorida- des de resolución nacionales implica riesgos elevados. La Co- misión está trabajando en unas lí- neas de actuación (guidelines) que esta rían vigentes durante el periodo de transición a la nueva directiva de resolución, que no entraría en vigor hasta 2018, en principio, con el objetivo de guiar las ayudas públicas y las reestruc- turaciones de entidades. Ahora bien, antes de que se imponga un mecanismo de reso- lución único, cada país debe afrontar el problema de sus activos heredados (legacy assets), como ya ha hecho España. Así, se asegu- rará a los depositantes de entida- des sanas que no van a tener que absorber las pérdidas acumuladas por los bancos en problemas. La revisión de los balances (Balance Sheet Assessment) que va a reali- zar el BCE en el primer semestre de 2014, si no hay cambios en el plan previsto, será un impulso impor- tante en este sentido. En caso de que se necesitara un cambio del Tratado europeo para implantar un mecanismo de resolución único, debería encon- trarse una solución transitoria que ayude a mandar una señal inequívoca de que la unión ban- caria sigue progresando, man - tener la visión positiva de los mercados sobre Europa y reducir los riesgos durante la transición. 3.4. Fondo de garantía de depósitos común El último pilar de la unión bancaria debería consistir en la creación de un fondo de garantía de depósitos común, que evite que las entidades dependan en última instancia de la fortaleza de su soberano. Aún no se dispone de un calendario para este pilar, que debería constituir el último paso en la unión bancaria. Este desacoplamiento tempo- ral entre lo vigente hoy y el marco futuro puede causar dificultades en el periodo de transición. El mayor riesgo será que el proyecto UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» 100 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 100 101 PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» SANTIAGO FERNÁNDEZ DE LIS · ANA RUBIO · JORGE SICILIA de unión bancaria arrancará con un supervisor europeo que, sin embargo, tendrá que coexistir con mecanismos nacionales de resolución de las crisis bancarias por un tiempo indeterminado y que puede que encuentre difi - cultades para romper el vínculo bancario-soberano, especialmen- te en el marco de la directiva de resolución que deja una cierta discrecionalidad en las decisiones que pueden tomar los fondos de resolución nacionales. Por ello es necesario un diseño cuidadoso de la hoja de ruta y acortar el pe- riodo de transición en la medida de lo posible. Sin embargo, también existen otros riesgos que conviene desta- car. Es posible que la Directiva de Resolución y la Directiva de Fondo de Garantía de Depósitos lleguen a acuerdos de mínimos, insufi- cientes para la eurozona. También es posible que haya inconsisten- cias entre las decisiones de la su- pervisión a nivel eurozona (SSM) y las autoridades de resolución na- cionales, antes de que se cree la Autoridad de Resolución Única. Dadas las circunstancias, el enfoque adoptado —consistente en empezar inmediatamente con el mecanismo de supervisión único europeo e ir completando el mapa de la unión bancaria más adelante— es el único posible. Cabe confiar en que el proceso adquiera velocidad una vez inicia- do. En todo caso, la eurozona no tiene alternativa, ya que es urgen- te detener la fragmentación finan- ciera y avanzar hacia un modelo sostenible de unión monetaria. 4. La unión bancaria es condición necesaria, pero no suficiente La unión bancaria debe ser entendida como un proyecto se- cuencial, donde la existencia de regulación y supervisión comunes debe dar paso de forma natural a la compartición de riesgos (vía re- solución única y fondo de garan- tía de depósitos común), y esta a su vez desencadenará la llegada de la unión fiscal, o al menos de un mayor grado de unión fiscal. Posiblemente, desde un punto de vista técnico e incluso de legi- timidad del proceso, este sería más sencillo al revés: con una unión fiscal que hiciera más fácil implantar un fondo de garantía de depósitos y un fondo de reso- lución comunes. Sin embargo, el salto directo a la unión fiscal es polít icamente inviable en la actualidad. Algunos países acree - dores han manifestado sus reti- cencias ante la posibilidad de que la unión bancaria se utilice para hacer una unión fiscal por la puerta de atrás y para «repartir» los costes de la crisis actual. Hay que reconocer que la crítica tiene bastante fundamento: en la me- dida en que la unión bancaria su- ponga una puesta en común de recursos fiscales y una mutualiza- ción de los Fondos de Garantía de Depósitos, debe estar sometida a los mecanismos de control demo- crático propios de los recursos presupuestarios. Si el diagnóstico de la crisis del euro es que una unión monetaria no puede hacer- se sin ciertos elementos de unión fiscal, entonces debemos afrontar tarde o temprano una reforma del Tratado en profundidad. Sin embargo, la reforma del Tratado en las condiciones actuales es poco realista y en todo caso será un proceso lento, en tanto que la fragmentación de la eurozona re- quiere una solución urgente. Sin duda existe el riesgo de que este debate pueda suponer un retra- so de la unión bancaria, cuyos potenciales efectos negativos sobre los mercados deberían con - trarrestarse con otras medidas, cuestión que se aborda en el punto siguiente. II. MEDIDAS COMPLEMENTARIAS A LA UNIÓN BANCARIA Es posible que la unión banca- ria se retrase, porque implica un cambio del Tratado y porque está vinculada, en última instancia, a una unión fiscal sobre la que es difícil llegar a un acuerdo con ra- pidez. Ya estamos asistiendo a maniobras por parte de algunos países para rebajar algunos de los acuerdos alcanzados y dilatar los plazos. Ante el riesgo de ese retraso, es necesario adoptar otras medidas complementarias que separen el riesgo bancario y el soberano y detengan la frag- mentación de los mercados finan - cieros europeos. En efecto, la unión bancaria es un objetivo sumamente ambicio- so, que supone un cambio muy profundo del marco de regula- ción europeo. En condiciones normales, este cambio hubiera requerido un periodo largo de maduración y reflexión, seguido de años de negociación y una re- forma del Tratado, de manera si- milar a la unión monetaria. Sin embargo, al hacerse bajo la pre- sión de unos mercados financieros que dudaban de la permanencia del euro, la unión bancaria se está construyendo aprovechando una rendija del Tratado: el artículo 127.6, que permite al BCE traspa- sar «tareas específicas relacionadas con la supervisión prudencial». Por otro lado, el establecimien- to de una autoridad de resolución para la eurozona es el paso pen- diente clave en el diseño de la unión bancaria. Y es particular- mente difícil por su interacción con la unión fiscal. Además, tropieza con las dificultades institucionales 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 101 propias de la coexistencia entre la eurozona y la UE-28. Actualmente se están discutiendo dos directivas, la de Recuperación y Resolución de bancos (RRD) y la de Fondos de Garantía de Depósitos (DGSD),de alcance UE-28, pero que son clave para la puesta en marcha del tercer pilar de la unión bancaria: el mecanismo único de resolución (SRM). Los debates entre ambas piezas de regulación se están mez- clando, lo que está creando una confusión notable. En caso de retraso sería nece- sario contar, como mínimo, con una hoja de ruta clara y un com- promiso firme con el punto de lle- gada que dieran confianza en el proceso. Pero además son nece- sarias medidas complementarias durante el periodo de transición, entre las que cabe mencionar las siguientes: — En el ámbito de la regula- ción bancaria, las mayores exi- gencias de capital y el conjunto de reformas ligadas a la adop- ción de Basilea III reducirán la probabilidad de crisis bancarias. — Los ejercicios de transpa- rencia previstos permitirán una identificación de los llamados «ac- tivos heredados» (malos activos resultado de la crisis), a través de la revisión de balances (Balance Sheet Assessment), lo que refor- zará la confianza en las institucio- nes que superen este ejercicio. Cabe esperar que ello contribuya a la reapertura de los mercados y a la reversión de la tendencia a la fragmentación financiera. Es importante que este proceso tenga una credibilidad que venga avalada por el BCE como futuro supervisor y también de consulto- ras privadas de elevado prestigio, como se hizo en España. — Una vez puesta en marcha la supervisión única del BCE, la aplicación de criterios comunes por parte de un supervisor con talla internacional se traducirá también en una mayor confianza en las instituciones sometidas a su control. — En el ámbito de la resolu- ción, la aprobación de la RRD su- pondrá un menor coste para el contribuyente, sobre todo gracias a un marco de bail-in exigente, que hará que las crisis, en su caso, recaigan (principalmente) sobre los acreedores bancarios. Este cambio es crucial para des- vincular el riesgo bancario y so- berano. — Es importante que la su- pervisión contribuya también a romper e l sesgo domést ico (home bias) en las tenencias de deuda pública. No es saludable la actual concentración de las car- teras de deuda en el soberano del propio país, y sería razonable que los supervisores propiciaran una mayor diversificación de las car- teras. La regulación sobre activos l íquidos (Liquidity Coverage Ratio) debería tener en cuenta este objetivo. Aunque la Directiva de Requerimientos de Capital (CRD-IV) incluye la regulación bá- sica, los estándares técnicos que está desarrollando la EBA pueden ser relevantes en este sentido. — Las emisiones de deuda bancaria se encuentran en la actualidad excesivamente condi- cionadas por el rating de su sobe- rano, que supone un techo para el rating bancario. Un cambio de metodología sería aconsejable para cumplir también el mandato de la reforma regulatoria de rom- per la excesiva dependencia de la regulación respecto de las agen- cias de rating, que se puede con- seguir reduciendo la importancia que la propia regulación y las prácticas de mercado a veces otorgan a estas agencias. Una mayor competencia entre estas últimas sería también positiva. — Es necesario crear algún tipo de backstop público común con anterioridad a la existencia de una Autoridad de Resolución común dotada de su correspon- diente fondo también común. El ESM puede jugar un papel en este periodo transitorio, especial- mente si triunfa la propuesta franco-alemana de una red de autoridades de resolución nacio- nales, suponiendo este backstop común que se activaría en caso de problemas en algún Estado miembro. — Los avances en la unión bancaria deben ir en paralelo con otras reformas estructurales en Europa, tanto a nivel nacional como europeo. — Parte de la circularidad entre riesgo bancario y soberano es inherente al carácter nacional de los bancos europeos. Los títu- los del Gobierno y los bancos se ven afectados por un ciclo nacio- nal común, de manera que resul- ta difícil de separar. La creación de bancos transnacionales sería una vía para separar esta rela- ción. Para ello es necesario por el lado de la oferta regulación común, acceso a información de deudores, transparencia de tari- fas y menos obstáculos supervi- sores, entre otros. Profundizando más en el punto anterior, cabría preguntar- se: ¿por qué no se ha producido ya este proceso?, ¿qué obstácu- los de oferta y demanda impiden la integración de la banca mino- rista europea? Existen dificultades prácticas considerables para una integra- ción completa de ciertos segmen- tos minoristas, por motivos legales e institucionales. UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» 102 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 102 103 PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» SANTIAGO FERNÁNDEZ DE LIS · ANA RUBIO · JORGE SICILIA Por el lado de la demanda, existen obstáculos como: — Factores culturales: dife- rente cultura de ahorro, preferen- cia por depósitos/fondos de inversión, propensión a la adqui- sición de vivienda, movilidad la- boral y otros, a los que los bancos deben ajustar su oferta. — Necesidad de una relación cercana cliente-entidad: donde la proximidad y la confianza son fundamentales. — Reducido nivel de conoci- mientos tecnológicos del cliente: importante en segmentos como la banca directa o los sistemas de pagos. Por el lado de la oferta, las di- ficultades radican en: — Diferentes regulaciones e instituciones nacionales: como el que no exista un registro de pro- piedad común. El que las leyes fiscales o las políticas sociales sean diferentes impacta especial- mente en la banca minorista. — Información asimétrica: de- bido a que los bancos no tienen acceso a la información de crédito de los clientes o a que los clientes no tienen acceso con transparen- cia a las tarifas cobradas de forma que puedan comparar ofertas y cambiar de entidad. — Estrategias de cross-selling que hacen más difícil que un cliente cambie de entidad. Adicionalmente, al ser la banca un sector estratégico, en ocasiones se ha apreciado resis- tencia política a perder el control sobre las entidades que operan en un país. Por ejemplo, en el mercado hipotecario hay barreras en el uso transfronterizo del cola- teral que dificultan que una enti- dad bancaria de un país conceda un crédito para la compra de un activo inmobiliario en otro país de la eurozona. Será necesaria una mayor armonización legislativa para superar estas trabas. ¿Qué medidas pueden tomar- se para limitar los obstáculos a la integración de la banca minoris- ta? En primer lugar, es crucial mejorar la capacidad de decisión de los clientes, minorando el coste de cambiar de entidad. En campos como la gestión de pagos ya se han hecho avances significa- tivos, con la implementación de SEPA (Single Euro Payments Area o Zona Única de Pagos en Euros), que es obligatoria a partir de fe- brero de 2014. Sería positivo fa- cilitar la disponibilidad de la información de crédito de los clientes, en primer lugar median- te la apertura de los bureaus de crédito a otras entidades, y en se- gundo lugar facilitando que los clientes puedan acceder a su in- formación de crédito y llevársela a una nueva entidad. En términos de regulación, se deben eliminar las barreras y homogeneizar las normas. Que haya información positiva en los bureaus en vez de solamente negativa permitiría a estas entidades jugar un papel de bien público. En definitiva, se trata de eliminar las barreras institucio- nales, políticas y regulatorias a la integración de la banca minorista. Claramente, la unión bancaria ayudará en muchos puntos, como el de los «sesgos nacionales» de supervisores y reguladores con las entidades locales. Pero no en todos. Y, en muchos, se puede avanzar ya algo que no ha estado en el radar de las autoridades con la suficiente prioridad. Al final del proceso el consu- midor de productos financieros se verá beneficiado poruna mayor competencia entre entidades, con las consiguientes ganancias de competencia y abaratamien- to de costes. Los bancos españoles —que, pese a la crisis, son más eficientes que la mayoría de los sistemas bancarios euro peos— están bien preparados para esta competencia y no deberían te- merla. Esta crisis es una buena oportunidad para pro fundizar en esas ganancias de eficiencia, y la venta de las entidades interveni- das por los gobiernos podría constituir la puerta para la crea- ción de grupos bancarios cross- border. Un 40 por 100 de los activos bancarios europeos están en enti- dades sometidas en la actualidad a algún tipo de seguimiento co- munitario en aplicación de la legis- lación sobre ayudas públicas, lo que revela la magnitud del proble- ma. La experiencia internacional muestra que la banca pública de primer piso tiende a ser poco efi- ciente y en última instancia cos - tosa para el fisco, por lo que es importante que los países donde se ha nacionalizado una parte im- portante del sistema bancario aco- metan planes de privatización relativamente rápidos. Y, sin duda, una integración sería más rápida si este proceso ayudara a aumentar las entidades transfronterizas. Todas las medidas adicionales descritas en esta sección no susti- tuyen a la unión bancaria, sino que la complementan y pueden suplirla temporalmente, hasta que esté completamente en vigor. En cualquier caso, su propia existen- cia tendería a reducir las resis - tencias y a acelerar el proceso. III. IMPLICACIONES DE LA UNIÓN BANCARIA: EL END-GAME ¿Cómo debería ser la zona del euro cuando la unión bancaria esté plenamente instaurada? Dicho de 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 24/10/13 10:04 Página 103 otro modo, ¿hacia dónde estamos remando? Por todo lo explicado anterior- mente, lo lógico sería que la unión bancaria desencadenara la unión fis cal en el medio-largo plazo. A su vez, esta configuración debería ser compatible con la cláu- sula de no bail-out. Esta cláusula proviene del artículo 125 del Trata- do de Lisboa, que hace ilegal que un Estado miembro asuma las deu- das de otro (y era uno de los argu- mentos utilizados para afirmar que el Tribunal Constitucional alemán rechazaría los rescates europeos). Además, si la unión bancaria funcionara correctamente en la zona del euro, daría los incentivos para que se creen entidades más grandes y transfronterizas, tanto mayoristas como minoristas. Por tanto, en el futuro tendríamos un sistema bancario más europeo que nacional, pero también más concentrado y formado por enti- dades más grandes. Sin embar- go, esta configuración también entraña riesgos, dado que la con- centración bancaria puede redu- cir la competencia. Por ello, es necesaria una mayor integración en la eurozona, que posibilite que las entidades operen en un mercado realmente europeo. El que las entidades sean más grandes no es de por sí negativo. Soluciones extremas como la se- paración de negocios (Liikanen, UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» 104 RECUADRO 2 BOX 2: ¿CÓMO PODRÍA FOMENTARSE LA FINANCIACIÓN A LAS PYMES DE LOS PAÍSES PERIFÉRICOS? Una de las claves para la recuperación sostenida de la economía y del empleo en los países periféricos europeos reside en la reactivación de la financiación a las pequeñas y medianas empresas (pymes). Por esta razón se están desarrollando iniciativas, públicas y privadas, para im- pulsar la financiación, tanto bancaria como no bancaria a estas compañías. Las medidas de reactivación más adecuadas son aquellas que satisfacen simultáneamente tres criterios: 1) tienen mayores efectos potenciales sobre la financiación de las empresas, 2) dan lugar a efectos más rápidos a corto plazo, y 3) suponen un menor impacto presupuestario en las administraciones públicas. Así, por el lado de la financiación bancaria: — Los apoyos públicos podrían dotarse de mayor flexibilidad, principalmente en cuanto a los precios a aplicar a las empresas con mayor perfil de riesgo. Por ejemplo, este sería el caso de las Líneas ICO Mediación en España. — También es importante fomentar la financiación del circulante, pues en demasiados casos la falta de liquidez de las empresas desencadena la liquidación de pymes económicamente viables. En este sentido serían útiles medidas como la reducción del coste fiscal de los documentos de giro de alta calidad (para facilitar su descuento), o el fortalecimiento mediante garantías públicas de las aseguradoras comerciales o de las propias empresas. — Sería interesante también potenciar la internacionalización de las pymes, ya sea mediante financiación pública o mediante el fomento de los avales públicos o privados. En España existen iniciativas para impulsar las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) haciéndolas más solventes y de mayor tamaño. Una mejor coordinación e incluso consolidación de las SGR regionales, así como impulsar sus sinergias con el ICO, mejoraría su eficiencia. Por la parte regulatoria, es importante disminuir el consumo de capital de los préstamos a pymes. En este sentido, el que la recientemente aprobada Directiva de Requerimientos de Capital europea (CRD IV) reduzca los pesos en activos ponderados por riesgo de estas exposiciones es una buena noticia. Es importante que en la transposición a la regulación nacional no se introduzcan nuevas medidas que atenúen este efecto. Sería también interesante mejorar la información disponible sobre las empresas, de forma que a las entidades pudieran atraer nuevos clientes con una mayor seguridad. Por ejemplo, en el caso español las pymes que eran clientes de entidades que han sido reestructuradas en ocasiones optan por trasladar su negocio a otras entidades, pero no tienen la capacidad de aportar suficiente información como para que la nueva entidad evalúe su riesgo. Para mitigar este problema: — Podría mejorarse y homogeneizarse la información que las empresas proporcionan a los registros de propiedad europeos, haciendo que su frecuencia fuera al menos anual. — Podrían crearse bureaus de crédito positivos, con información de las empresas no morosas (y no solo las morosas, como hasta ahora). Por el lado de la financiación no bancaria, el impacto esperado es más a medio o largo plazo. Entre las iniciativas planteadas está la creación de mercados europeos para la emisión de renta fija por parte de las pymes. Adicionalmente, hay medidas que impulsan la inversión en el capital de las pymes mediante la cofinanciación pública-privada. En este grupo se pueden clasificar iniciativas como el capital semilla (o business angels), el venture capital, los fondos de fondos o el crowdfunding (o financiación peer-to-peer). En la mayoría de países europeos el alcance de estos operadores es limitado. Sería interesante impulsarlas mediante incentivos fiscales y, en algunos casos, mediante un desarrollo normativo o códigos de buenas prácticas que les den seguridad jurídica, posiblemente a nivel europeo. 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 104 105 PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» SANTIAGO FERNÁNDEZ DE LIS · ANA RUBIO · JORGE SICILIA Vickers) fomentan el arbitraje re- gulatorio y el desvío de las activi- dades bancarias hacia el shadow banking. En su lugar, sería mejor que las autoridades dieran los in- centivos adecuados para limitar la asunción de riesgos por parte de las entidades y que la resolu- ción garantizara que el coste de los errores recae en los accionis- tas y acreedores de la entidad. Sin embargo, esto no significa que las entidades trasnacionales con negocio fuera de la zona del euro estén en desventaja. De hecho, adquirir negocio fuera de Europa seguirá suponiendo una ventaja, puesto que el ciclo eco- nómico de esas zonas será po- tencialmente distinto del europeo y permitirá diversificar riesgos. En este contexto trasnacional, la tecnología es un «facilitador»clave para la expansión bancaria. Sin los avances de los que se dis- pone ahora, hace pocos años pa- recía imposible gestionar con la agilidad necesaria entidades que operaran simultáneamente en va- rios países (o incluso continentes) y con idiomas y husos horarios di- versos. Entonces era mucho más difícil exportar el saber hacer de una entidad a otra geografía, o el disponer de la información nece- saria de forma actualizada para tomar las decisiones adecuadas. ¿Hacia qué Europa vamos? En definitiva, hacia una Europa mucho más integrada desde el punto de vista monetario, banca- rio, fiscal y político. Esto hará a la banca europea más estable y per- mitirá una asignación más efi- ciente de recursos. Pero no va a ser un proceso fácil. IV. CONCLUSIONES La crisis en Europa ha supues- to un golpe a la flotación del pro- yecto de integración europeo. Cuando hace ya casi quince años comenzó la unión monetaria entre un conjunto de once paí- ses, que luego fue aumentando hasta llegar a los actuales dieci- siete socios, se identificaron algu- nos de los fallos que una unión monetaria podía tener. Alguno se intentó arreglar con acuerdos que al final resultaron no estar bien diseñados, como el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, para garantizar una coherencia fiscal en los países que formaban parte del euro. En otros casos se confió demasiado en que los países ve- rían la necesidad de implementar cambios por el rigor que impon- dría la propia unión monetaria: como la necesidad de hacer re- formas que aumentaran la pro- ductividad de las economías y la flexibilidad de sus factores de pro- ducción para reaccionar a choques asimétricos. Todo el andamiaje puesto en marcha con el six pack y el two pack, junto con las medidas para garantizar la estabilidad del défi- cit fiscal estructural, están diseña- das para solucionar estos fallos de diseño fiscal y este exceso de confianza en la capacidad indivi- dual de los países para reformar. Estas soluciones enfrentan pro- blemas que ya estaban en el radar hace quince años. Lo que ha resultado letal para los países de la zona del euro han sido los problemas que no estaban en el radar de la acción polí tica porque se asumían irrele - vantes. En primer lugar, el proceso de integración financiera, conse- cuencia lógica de una unión mo- netaria dentro de una unión europea que garantiza y necesita el libre movimiento de capitales, se ha revertido. Hoy el mercado está fragmentado. El segundo ha sido el perverso vínculo entre el riesgo soberano nacional y el riesgo bancario na- cional. Estos dos problemas han su- puesto un golpe a la flotación del proyecto del euro porque impi- den el funcionamiento correcto de la política monetaria única y porque han reflejado la extraor- dinaria dificultad de confiar en el cumplimiento del principio del «no bail-out» de los soberanos, por el impacto que esto tiene en el riesgo bancario y, en conse- cuencia, por su impacto en el riesgo de crédito de las familias y las empresas en un país. Hoy en la unión monetaria importa mucho más el código postal de la localización de un negocio o de una familia para obtener un crédito y determinar su coste, que la capacidad de pago de esa familia o la validez del proyecto de esa empresa. Esto es incompatible con la exis- tencia de una unión monetaria. La solución a estos problemas que estaban hasta ahora «fuera del radar» debe ser la unión ban- caria. Y la búsqueda de esta so- lución tiene que producirse al mismo tiempo que se soluciona la crisis actual, lo que hace que este proceso sea especialmente complicado. Por eso, es impres- cindible separar la discusión del reparto de los costes de la crisis, o al menos del riesgo ex ante asumido para superar la crisis, con la del diseño óptimo del ca- mino hacia la unión bancaria. Y por eso conviene tener claro lo que no es una unión bancaria. No se puede, ni debe, esperar que la unión bancaria constituya la solución a todos los problemas actuales del sistema financiero de la zona del euro, ni que sea un instrumento para salvar a bancos 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 105 periféricos, ni que sea un medio para conseguir la recapitalización directa a los bancos en esta crisis, ni que Europa asuma los costes de estas crisis nacionales, ni que sea una forma de establecer hoy transferencias entre los deposi- tantes o contribuyentes de un país y los bancos de otro. Y tam- poco que se pueda hacer con cambios menores en la regula- ción, y en una supervisión que no implique una pérdida de capaci- dad de gestión nacional a favor de una gestión europea. En cualquier caso, en este ar- tículo también hemos argumen- tado que este proceso hacia la unión bancaria no es un ejemplo precisamente de diseño óptimo. Pocos economistas lo hubieran planificado de la manera en que se está desarrollando. Pero es un proceso que es políticamente po- sible y que intenta alcanzar un equilibrio entre el diseño óptimo y lo que es posible para generar incentivos y coberturas suficien- tes sin poder llegar todavía a una unión fiscal. Y se comienza con un proceso de supervisión sin que existan fondos de resolución europeos, porque la transferencia parcial de los poderes de supervi- sión al BCE estaba prevista en el Tratado y la mutualización de riesgos no. Por ser un proyecto político, en medio de una crisis financiera, con problemas asimétricos entre países y entidades financieras, y con dudas sobre si lo que se está acordando cabe en el propio acuerdo de la Unión Europea, este proceso hacia la unión bancaria en que la zona del euro se ha em- barcado será largo y tendrá retra- sos. En primer lugar, porque en última instancia implica un cam- bio del Tratado para completarla sin dudas jurídicas y, en segundo lugar, porque está vinculada a una unión fiscal sobre la que es di- fícil llegar a un acuerdo. Y por eso se necesita una hoja de ruta. Para que este proceso de unión bancaria se asiente sobre una base robusta es fundamental realizar un ejercicio riguroso y creíble del test de estrés de las carteras de los bancos. Este ejer- cicio, junto con una supervisión de calidad homogénea y una auto ridad de resolución fuerte (y respaldada por suficientes fondos como backstop), es imprescindi- ble para el éxito del proceso hacia la unión bancaria. Los riesgos del periodo de transición, que son importantes, deben ser vigilados cuidadosamente. El camino firme hacia la unión bancaria hará mucho por reducir la fragmentación financiera y me- jorar el mecanismo de transmi- sión de la política monetaria. Pero son necesarias otras medi- das complementarias. No tiene sentido que en una unión mone- taria no haya una mayor integra- ción de operaciones financieras en distintos países europeos, in- tegración que debería extenderse al segmento minorista… Si hu- biera habido más entidades real- mente operando cross-border en Europa, posiblemente el efecto del ring-fencing y la fragmenta- ción financiera hubiera sido menor. En el futuro, la existencia de una banca minorista europea realmente integrada, salvando todas las dificultades que actual- mente enfrenta, será la mejor prueba de que el sistema ha ven- cido la fragmentación actual. En el mejor escenario, hemos dicho que todo este proceso nos lle- varía a una Europa mucho más in- tegrada desde el punto de vista mo- netario, bancario, fiscal y político. ¿Se llegará a este escenario final? No cabe duda. Porque ade- más de ser necesaria y no sufi- ciente, la unión bancaria es irrenunciable, y la zona del euro no puede permitirse no acabar alcanzándola. No llegar a alcan- zarla significaría una merma muy importante en el crecimiento económico europeo. El vínculo integración financiera-crecimien- to está sobradamente demostrado, y pasa por un mejor aprovecha- miento de las fuentes de finan- ciación, una mayor competencia, más eficiencia, más tecnología y más diversificación… Además, la unión bancaria es la consecuencia lógica de la unión monetaria, y renunciar a ella sería como salirse de un camino, el del euro,en el que se decidió entrar hace tiempo. La crisis ha demos- trado que la situación actual es vulnerable, y una crisis futura sin unión bancaria podría acabar im- plicando la ruptura del euro. Y esto tendría consecuencias suma- mente negativas tanto a corto como a largo plazo, y tanto en los países periféricos como en los centrales de la zona del euro. No se puede renunciar a la zona del euro teniendo en cuenta la evolución del mundo en que vivimos. La globalización es im- parable, y solo una Europa inte- grada tiene sentido estratégico y posiblemente económico. En definitiva, no hay un plan B para la unión bancaria, porque la alternativa es la ruptura del euro en algún momento. No va a ser fácil, pero la unión bancaria es el siguiente salto discreto en el pro- ceso de construcción europea. UNIÓN BANCARIA: ELEMENTOS INTEGRANTES Y MEDIDAS COMPLEMENTARIAS PAPELES DE ECONOMÍA ESPAÑOLA, N.º 137, 2013. ISSN: 0210-9107. «CONSTRUIR UNA UNIÓN BANCARIA» 106 07 -2. La unión (Sicilia)_advantia 18/10/13 11:05 Página 106
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