Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
capítulO 39 | tratamiento nutricional médico en el estrés metabólico: sepsis, traumatismos, quemaduras y cirugía 893 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. y antibióticos de amplio espectro en el paciente, y debe evaluarse la posibilidad de diarrea infecciosa. La NP está indicada en pacientes en los que la NE no es eficaz o está contraindicada. La NP complementaria es adecuada tras 7-10 días de alimentación enteral en aquellas situaciones en las que no se puedan alcanzar las necesidades nutricionales (SCCM y ASPEN, 2009). En pacientes con malnutrición previa, la NP debería iniciarse en los 5-7 días siguientes a la cirugía y continuar durante el período postoperatorio. Elección del preparado. La elección de un producto enteral debería basarse en las necesidades de líquidos, calorías y nu- trientes, así como en la función GI. La mayoría de los preparados enterales poliméricos habituales pueden utilizarse para alimentar al paciente gravemente enfermo. Algunos pacientes graves no toleran las dietas habituales por el contenido en grasa del prepa- rado, y requieren temporalmente una dieta con menos grasa o un producto que contenga una proporción mayor de triglicéridos de cadena media. Varios preparados están comercializados especí- ficamente para pacientes con traumatismos y estrés metabólico. Estos productos generalmente tienen un contenido más alto de proteínas y una mayor proporción de ACR, o glutamina o arginina adicional. Los preparados enterales inmunomoduladores que contie- nen arginina, glutamina, ácidos nucleicos, antioxidantes y ácidos grasos w-3 tienen posibles efectos beneficiosos y resultados fa- vorables en pacientes gravemente enfermos sometidos a cirugía GI, así como traumatismos y quemaduras. Estos preparados no deben usarse de rutina en pacientes de UCI con sepsis, porque podrían empeorar la respuesta inflamatoria (SCCM y ASPEN, 2009). Hay que evitar la fibra insoluble en pacientes muy graves; sin embargo, la fibra soluble podría ser útil en aquellos pacientes hemodinámicamente estables que desarrollen diarrea (SCCM y ASPEN, 2009). Los pacientes con un riesgo alto de padecer isquemia intestinal no deben recibir preparados ni dietas con fibra. tRaumatismOs y el abDOmeN abieRtO Tras traumatismos abdominales graves, distensión intestinal y estados de shock, algunos pacientes sufren un aumento de la presión intraabdominal que provoca hipoperfusión e isquemia del intestino y otras estructuras peritoneales y retroperitonea- les. El síndrome compartimental abdominal aparece cuando la presión intraabdominal está aumentada, a menudo tras trau- matismos abdominales graves o sepsis. Este trastorno tiene importantes consecuencias, como inestabilidad hemodinámica y alteraciones respiratorias, renales y neurológicas. Como la ca- vidad abdominal se ha empequeñecido, el tratamiento consiste en laparotomía descompresora urgente para reducir la presión intraabdominal (Walker y Criddle, 2003). No se cierra el abdo- men, sino que se aplica un vendaje estéril temporalmente. Los pacientes con el abdomen abierto pueden tener alteracio- nes metabólicas graves, grandes pérdidas de líquidos y necesida- des nutricionales elevadas. El abdomen abierto también resulta en ocasiones una fuente significativa de pérdida de proteínas, según la cantidad del drenaje (Cheatham et al, 2007). La cuestión de si los pacientes con el abdomen abierto pueden recibir nu- trición enteral ha suscitado cierta controversia. Siempre que el paciente esté hemodinámicamente estable y no requiera gran- des volúmenes de líquidos ni dosis crecientes de fármacos que aumenten la presión arterial, la alimentación enteral debería ser posible (Byrnes et al., 2010; Collier et al., 2007; Dissanaike et al., 2008). El método óptimo es una sonda nasoyeyunal insertada en el momento de la cirugía para facilitar el tratamiento de soporte precoz mediante NE. El tratamiento de las fístulas intestinales y de grandes heridas con drenaje también supone un reto quirúrgico y nutricional. Estos pacientes tienen alteraciones metabólicas asociadas a pérdidas de líquidos, electrólitos y nutrientes. Las prioridades del tratamiento de las fístulas intestinales son restablecer el volumen sanguíneo, reponer las pérdidas de líquidos y elec- trólitos, tratar la sepsis, controlar el drenaje de la fístula, pro- teger la piel circundante y proporcionar un soporte nutricional óptimo. El uso de la NP ha reducido la mortalidad asociada a las fístulas y favorece su cierre espontáneo; no obstante, es posible conseguir esos mismos resultados con NE si se inserta una sonda de alimentación a través de la fístula o distalmente a ella (v. capítulo 14). QuemaDuRas gRaves Fisiopatología Las quemaduras graves provocan lesiones importantes. Las necesidades energéticas pueden aumentar hasta en un 100% respecto al gasto energético en reposo (GER), según la superficie y profundidad de la lesión (fig. 39-6). Un catabolismo proteico exagerado y el aumento de la excreción urinaria de nitrógeno acompañan a este estado hipermetabólico. También se pierden proteínas a través del exudado de la quemadura. Los pacientes quemados son especialmente susceptibles a las infecciones, y estas aumentan notablemente las necesidades de calorías y pro- teínas. Como los pacientes con quemaduras graves pueden sufrir un íleo y tienen anorexia, el tratamiento de soporte nutricional resulta, en ocasiones, muy dificultoso. En niños, la recuperación de quemaduras y traumatismos no solo requiere el restableci- miento del aporte de oxígeno y las calorías adecuadas para sus- tentar el metabolismo y la reparación, sino ser consciente de las diferencias entre niños y adultos respecto a la tasa metabólica, las necesidades del crecimiento y la respuesta fisiológica (Cook y Blinman, 2010). tratamiento médico Reposición de líquidos y electrólitos Las primeras 24-48 h del tratamiento de pacientes quemados están dedicadas al aporte de líquidos para estabilizar al paciente. Se han desarrollado varias fórmulas para calcular el volumen necesario. Estas fórmulas se basan en la respuesta fisiológica del organismo a las quemaduras y son un buen punto de partida para la estabilización. Por lo general, durante las primeras 8 h se administra la mitad del volumen calculado para 24 h, y el resto se aporta en las 16 h siguientes. Se usa la diuresis para ajustar la velocidad de reposición de líquidos i.v. El volumen de líquido necesario depende de la edad y peso del paciente, y de la gravedad de la lesión, expresada como el porcentaje de la superficie corporal total (SCT) quemada. Una vez completada la estabilización, se deben aportar abundantes líquidos para cubrir las necesidades del mantenimiento y las pérdidas por evaporación que siguen presentes a través de las heridas abiertas. La pérdida de agua por evaporación se puede calcular en 2-3,1 ml/kg de peso corporal/día por porcentaje de la SCT quemada. El sodio sérico, las concentraciones osmolares y el peso corporal se usan Parte 5 - Tratamiento nutricional médico Capítulo 39 - Tratamiento nutricional médico en el estrés metabólico: sepsis, traumatismos, quemaduras y cirugía Malnutrición: definición basada en la etiología Tratamiento nutricional médico Necesidades nutricionales Elección del preparado Traumatismos y el abdomen abierto Quemaduras graves Fisiopatología Tratamiento médico Reposición de líquidos y electrólitos
Compartir