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FIGURA C4-9. Colapso (atelectasia) pulmonar. Si una herida penetrante se abre paso a través de la pared del tórax o de la superficie de los pulmones, la presión negativa aspirará aire al interior de la cavidad pleural (fig. C4-9). Se perderá la tensión superficial que mantiene adherida la pleura visceral a la parietal (el pulmón a la pared torácica) y el pulmón se colapsará, expulsando la mayoría del aire que contiene debido a su elasticidad inherente (retracción elástica). Cuando se colapsa un pulmón, la cavidad pleural, normalmente un espacio virtual, se transforma en un espacio real. Los sacos pleurales no suelen comunicarse; por ello, un pulmón puede estar colapsado, por ejemplo, por una intervención quirúrgica, sin que se colapse el otro. El desgarro o rotura de la superficie de un pulmón (y de su pleura visceral), o la penetración de la pared del tórax (y de su pleura parietal), provocan una hemorragia y la entrada de aire en la cavidad pleural. La cantidad de sangre y aire que se acumula determinará el grado de colapso pulmonar. Cuando un pulmón se colapsa, ocupa menos volumen dentro de la cavidad pulmonar y esta no aumenta de tamaño durante la inspiración (de hecho, puede disminuir). Esta disminución de tamaño se evidencia radiográficamente en el lado afectado por la elevación del diafragma por encima de sus niveles normales, el 654 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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