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o burbuja de aire viaja por la sangre hacia los pulmones desde una vena del miembro inferior, por ejemplo tras una fractura conminuta. El émbolo pasa por el lado derecho del corazón hacia un pulmón a través de una arteria pulmonar. Puede bloquear una arteria pulmonar (embolia pulmonar) o una de sus ramas. Las arterias pulmonares transportan toda la sangre que ha vuelto al corazón a través del sistema de las venas cavas. Por ello, el resultado inmediato de una embolia pulmonar es la obstrucción parcial o completa del flujo de sangre hacia el pulmón. La obstrucción hace que un sector del pulmón esté ventilado, pero no perfundido con sangre. Cuando un gran émbolo ocluye una arteria pulmonar, la persona sufre disnea aguda debido a una importante disminución en la oxigenación de la sangre a causa del bloqueo del flujo sanguíneo a través del pulmón. En cambio, el lado derecho del corazón puede sufrir una dilatación aguda, ya que el volumen de sangre que llega desde el circuito sistémico no puede propulsarse por el circuito pulmonar (cor pulmonale agudo). En cualquier caso, la muerte puede sobrevenir en pocos minutos. Un émbolo de tamaño medio puede llegar a bloquear una arteria que irriga un segmento broncopulmonar y producir un infarto pulmonar, un área de tejido pulmonar necrótico (muerto). En las personas físicamente activas, a menudo existe una circulación colateral —una vascularización indirecta accesoria— que se desarrolla aún más cuando se produce una embolia pulmonar, por lo que no es tan probable que sufran un infarto o, como mínimo, no tan grave. Son abundantes las anastomosis con ramas de las arterias bronquiales en la región de los bronquiolos terminales. En las personas con problemas circulatorios en el pulmón, como una congestión crónica, la embolia pulmonar suele provocar un infarto pulmonar. Cuando una zona de pleura visceral también queda sin aporte sanguíneo, se inflama (pleuritis) e irrita la sensible pleura parietal o se fusiona con ella, provocando dolor. El dolor de la pleura parietal se refiere a la distribución cutánea de los nervios intercostales para la pared torácica, o en el caso de los nervios inferiores a la pared anterior del abdomen. Drenaje linfático y adherencias pleurales Si las hojas parietal y visceral de la pleura se adhieren (adherencias pleurales), los vasos linfáticos del pulmón y de la pleura visceral pueden anastomosarse (unirse) con vasos linfáticos parietales que drenan en los nódulos linfáticos axilares. La presencia de partículas de carbón en esos nódulos es un indicio de adherencias pleurales. Hemoptisis La expulsión de sangre o de esputos hemoptísicos procedentes de los pulmones y/o del árbol bronquial se debe a hemorragias bronquiales o pulmonares. En cerca del 95 % de los casos, el sangrado procede de ramas de las arterias bronquiales. Las causas más comunes son bronquitis (inflamación de los bronquios), cáncer de pulmón, neumonía, bronquiectasias, embolia pulmonar y 663 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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