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PITÁGORAS MTM.2016 
EN TORNO A PITÁGORAS 
Dra. M. Teresa Magadán - Museo Egipcio, 29 de Mayo 2016 
 
1. BIOGRAFÍAS 
 
Pese a ser un personaje muy conocido a nivel popular merced a su famoso 
teorema, en realidad se sabe muy poco de la vida y obra de Pitágoras. Esto se debe a 
que, desde muy pronto, incluso en vida, su figura adquirió 
rasgos legendarios y en torno a ella se tejieron historias, 
dichos y hechos inventados, tergiversados o atribuidos, de los 
cuales es difícil entresacar la verdad. No ayudan tampoco las 
alusiones de sus contemporáneos, que tienen todo el aspecto 
de haber sido transmitidas oralmente, aunque sabemos que a 
finales del s. IV a.C. circulaban por lo menos seis obras que 
narraban su vida y hechos más destacados. Nuestra mayor 
fuente de información son las 3 biografías que se escribieron 
en el s. III d.C., es decir 8 siglos después de su muerte, donde leyenda y realidad histórica 
se mezclan, y en las que no se puede descartar una influencia de la literatura cristiana: 
 
• Diógenes Laercio (200-250 d.C.), Vida de Pitágoras 
• Porfirio (234-305 d.C.), Vida de Pitágoras 
• Jámblico (245-325 d.C.), Vida Pitagórica 
 
No se trata de biografías en el sentido actual, sino más bien de una recolección 
de datos tomados de diversos autores, engarzados con más o menos fortuna, que 
forman parte de obras de mayor envergadura, bien de carácter biográfico o filosófico. 
En base a ellas se ha reconstruido la vida de Pitágoras, de tal modo que, dependiendo 
del grado de certeza que se atribuya a las informaciones de los biógrafos antiguos, 
tendremos un Pitágoras distinto, bien un matemático o un científico, bien un líder 
religioso y/o político o un filósofo, bien incluso un místico, un gurú maestro de 
meditación, o todo a la vez. 
 
SAMOS 
2. VIDA 
• Lugar de nacimiento: Samos (570 a.C. aprox.) 
• Padre: Mnesarco, comerciante o grabador de 
 sellos, de Samos / Tiro 
o Apolo (leyenda) 
• Madre: Partémide, de Samos, de buena familia, 
 también Pitaída (por Apolo Pitio) 
• Aspecto: belleza extraordinaria (por ser hijo y 
encarnación de Apolo, leyenda) 
• Marcas físicas: muslo de oro (leyenda) 
• Hermanos: 2 (leyenda) 
• Mujer: Téano de Crotona (?) 
• Hijos: 2 hijas; hijo-hija (?) 
SAMOS
PITÁGORAS MTM.2016 
• Etimología nombre: Pythios (epíteto de Apolo) + Agoreuo (hablar en público) 
 verbo peitho = convencer + verbo hablar en público 
• Cualidades: Gran orador, poder de seducción 
 (detractores = charlatán) 
• Maestros: Tales y Anaximandro, en Mileto (leyenda) 
 Ferécides de Siros (probable) 
 Sacerdotes egipcios del templo de Dióspolis 
 Parva (leyenda) 
 Magoi babilonios (leyenda) 
 
• Supuestos viajes: con su padre: Fenicia, Italia (?) 
 Egipto (carta de presentación de Polícrates para Amasis)(?) 
 Babilonia, tras ser capturado por los persas en Egipto (?) 
 Judea (?) 
 India (?) 
 Creta 
 Italia 
• Lugares de residencia: Samos 
 Egipto (?) 
 Creta 
 Crotona (530 a.C. aprox.) 
 Metaponto (480-475 a.C.) 
• Lugar de su muerte: Metaponto, templo de las Musas 
 
 
 
3. PITÁGORAS, MATEMÁTICO 
 
Aunque, como veremos, él mismo se consideraba un filósofo, la actividad más 
reconocida de Pitágoras, ya en la antigüedad, era la de matemático. Bien es cierto que 
hay dudas en torno a sus aportaciones reales; sin 
embargo, es justo considerar a Pitágoras el primer 
matemático teórico del mundo antiguo, es decir aquel 
que además de emplear las matemáticas en la práctica, 
buscaba demostrar el porqué de las operaciones. Es en 
este sentido que se ha de entender el llamado Teorema 
de Pitágoras, del cual algunos le niegan la autoría, pues 
las operaciones del teorema eran usadas ya en Egipto 
y Babilonia. Pitágoras demostró la razón del teorema y 
por qué era cierto. Esta fue su gran contribución. 
 
Pese a que no hay consenso, podemos atribuir a Pitágoras con bastante 
seguridad los siguientes descubrimientos: 
 
• Los números irracionales, que no son ni enteros ni fraccionables 
• Los números triangulares 
DIOSPOLIS 
 METAPONTO 
CROTONA 
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• Los números cuadrados 
 
• Los números pentagonales 
• Los números pares e impares 
• Los números perfectos 
o números que son iguales a la suma de sus divisores 
o 6 = 1 + 2 + 3 
o 10 = 1 + 2 + 3 + 4 = Tetraktys 
o Asociados a dioses / conceptos 
▪ 1 = Apolo (apo ton pollon) 
▪ 2 = Rea (matrimonio con Cronos) 
▪ 4 = Justicia 
▪ 7 = Atenea (no tiene madre) 
• Los 5 poliedros regulares, aunque es posible que Pitágoras conociera sólo 3 y 
los otros dos sean posteriores a él 
o Octaedro 
o Icosaedro 
o Tetraedro 
o Cubo 
o Dodecaedro 
 
En realidad, la matemática es fundamental en las enseñanzas de Pitágoras porque, en 
el razonamiento pitagórico, el número es la base de todas las cosas. El número es el 
orden del universo. 
 
 
3. PITÁGORAS, MÚSICO 
 
Según cuentan las leyendas, Pitágoras se percató de la 
importancia de los números en el cosmos al pasar por delante de 
una fragua. Tras oír el ruido armónico que el herrero efectuaba al 
golpear con el martillo el yunque, llegó a la conclusión que todo el 
universo estaba gobernado por proporciones rítmicas, armónicas, 
que pueden resumirse en números, y que estas mismas 
proporciones las hallamos en la música. La leyenda tiene visos de 
ser cierta, o al menos de haberse inspirado en algún hecho real de 
su vida, pues la relación entre números, proporciones armónicas y estructura del 
universo se halla en las referencias más antiguas que se poseen sobre su persona. De 
hecho, se atribuye a Pitágoras el descubrimiento o c0nfirmación teórica de 3 de los 
intervalos musicales básicos: 
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• Octava = 2:1 
• Cuarta = 4:3 
• Quinta = 3:2 
 
La música constituía además el ejemplo perfecto de la armonía celeste y, como 
tal, formaba parte de las enseñanzas básicas que toda persona había de conocer. En el 
pensamiento pitagórico, la música ayudaba a comprender como funcionaba el mundo, 
el orden que existía en él (mundo = kósmos = orden), y por tanto podía usarse en la 
educación moral de los jóvenes, pues contribuía a corregir el carácter y producía en el 
organismo el mismo efecto que una cura médica en el cuerpo, una especie de catarsis 
psicológica. De ahí que, en las enseñanzas pitagóricas, la música estuviera integrada en 
el llamado quadrivium pitagórico. 
 
 
4. PITÁGORAS, ASTRÓNOMO 
 
La armonía y los números están también en la base de las ideas astronómicas de 
Pitágoras, puesto que para él el mundo de la tierra era una parte del conjunto del 
universo, estructurado en esferas armónicas. La ciudad era la más pequeña de las 3 
esferas; la segunda era el mundo, el lugar que habitamos; y la primera era el universo. 
Pitágoras consideraba que el universo está formado por 2 elementos, uno finito (peras) 
y otro infinito (apeiron), que puede interpretarse como un concepto cercano al vacío 
(kenon). El primero establecía los límites del segundo para que pudieran existir las 
cosas, pero, dado que las cosas son distintas entre sí, era necesario que la armonía las 
ensamblara, es decir que pusiera orden en ellas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Independientemente de estas ideas filosóficas que enmarcan a Pitágoras en la 
línea tanto de los presocráticos del Asia Menor como de las escuelas suditálicas –
dualidades-, Pitágoras se interesó por la astronomía en sí y a él se le pueden atribuir 
varios conocimientosnovedosos: 
• Movimiento de los planetas de O a E, contrario al de las estrellas fijas 
• Identificación de Venus como estrella matutina y vespertina 
• Concepto de la tierra como una esfera 
• División de la tierra en varias zonas (Parménides o Pitágoras) 
• Conocimiento de los 5 planetas que se ven a simple vista 
o Venus-Mercurio-Marte-Júpiter-Saturno 
Ouranos 
Polis 
Kosmos 
Apeiron 
Péras 
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• Confirmación que la esfera celeste envuelve la terrestre (Filolao) 
o Tierra-Luna-Sol-Planetas-Esfera celeste 
 
La astronomía también formaba parte del quadrivium de enseñanza pitagórico, 
junto con la aritmética, la música y la geometría. 
 
 
 5. PITÁGORAS, FILÓSOFO 
 
Intrínsecamente ligada a la figura del Pitágoras astrónomo está la del Pitágoras 
filósofo. Hay que tener en cuenta que Pitágoras nace en Samos en el momento álgido 
de lo que denominamos filosofía presocrática, que tenía su gran centro en Mileto, pero 
que también se había desarrollado en Samos. Por consiguiente, tuviera o no como 
maestro a Tales, Pitágoras pudo nutrirse de toda la ciencia y filosofía de los 
presocráticos. Por otro lado, las ciudades de la Magna Grecia eran también en el s. VI 
a.C. uno de los puntos fundamentales del saber, y concretamente la ciudad en que se 
instaló Pitágoras, Crotona, destacaba por su saber científico, en especial por sus 
famosos médicos, que le valieron la reputación de la ciudad más sana de todo el 
Mediterráneo. Así pues, en principio las inquietudes de Pitágoras no diferían de las 
existentes en su época. Lo que le distingue de los demás es la reelaboración que hizo de 
ellas, dándoles un carácter propio, hecho que le valió la admiración de unos y el rechazo 
de otros, como Heráclito, quien le criticaba precisamente que supiera demasiadas cosas 
(polymatheia) y las mezclara, pese a alabar su capacidad inquisitiva. 
 
De hecho, Pitágoras es la primera persona para la cual se emplea la palabra 
filósofo, de ser cierta la historia que se cuenta de él. Se dice que, conversando con el 
tirano de la ciudad de Fliunte -una ciudad próxima a Corinto, que más tarde acogería a 
numerosos pitagóricos-, éste le preguntó cuál era su oficio y Pitágoras respondió que 
era filósofo, entendiendo como tal una persona que vive separada del mundo y que se 
dedica a contemplar. Cabe señalar a este respecto que nuestro término escuela –schole- 
significa en griego ocio, porque es lo contrario a la ocupación –ascholia. Un filósofo era, 
por tanto, aquel que abandona toda ocupación y se dedica a contemplar. Como filósofo 
Pitágoras se interesó ante todo por el porqué de las cosas. Buscaba la causa última u 
original, como los presocráticos, aunque Pitágoras dio un paso más adelante que ellos 
al pretender hallar la demostración de esas causas. 
 
No obstante, la doctrina filosófica, si es que puede llamarse así, que dejó mayor 
huella en el pensamiento posterior, fue la creencia en la inmortalidad del alma y la 
transmigración de las ánimas. De nuevo Pitágoras no es original, sino que forma parte 
de corrientes filosófico-religiosas presentes en territorio griego desde el s. VI a.C., que 
alcanzarán su máxima difusión a partir del s. IV a.C. El orfismo y otras corrientes 
semejantes postulaban que el alma y el cuerpo tenían una existencia independiente tras 
la muerte. El cuerpo moría, pero el alma continuaba existiendo, dado que era inmortal. 
Pitágoras, cuya relación con el orfismo no está del todo clara, pese a que la Magna 
Grecia fue uno de los principales focos de desarrollo del mismo, defendía una postura 
similar, sin ser del todo semejante. Para él, todas las criaturas eran iguales y todas 
compartían esa inmortalidad, pues formaban parte del ciclo del universo. El alma, al 
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perecer, emigraba –transmigraba (metempsicosis)- en busca de una nueva existencia, y 
esa existencia podía recaer en cualquier criatura viviente, ya fuera humana o no. Ahora 
bien, no existía un juicio al alma, como ocurre en el orfismo. Simplemente el alma iba 
pasando de una criatura a otra como parte del ciclo vital infinito del universo. En este 
paso, el recuerdo, la memoria era vital –en ello coincide con el orfismo-, pues permitía 
ser más justo en las futuras vidas. No obstante, Pitágoras también llegó a afirmar que 
en ocasiones podía ser bueno el olvido, ya que daba la posibilidad de adquirir nuevos 
conocimientos. Así pues, a diferencia de los órficos, cuya doctrina aseguraba a sus 
seguidores una vida eterna, plácida, en el más allá, Pitágoras no defendía una existencia 
ultraterrena, sino un ciclo continuo de vida. Pitágoras, en un aspecto que será muy 
criticado por autores posteriores, decía recordar perfectamente algunas de sus vidas 
anteriores. Las leyendas le atribuyen haber sido con anterioridad el héroe troyano 
Euforbo o el Rey Midas. 
 
 
6. PITÁGORAS, TAUMATURGO 
 
Con el paso de los siglos, la figura de Pitágoras fue adoptando nuevas facetas. Y 
uno de los aspectos que más enriqueció su leyenda fue el de sus capacidades curativas, 
sus milagros (thaumata). Se decía que, en su calidad de Apolo reencarnado, era capaz 
de usar la palabra para curar, es decir no que tuviera habilidades médicas, sino que 
sanaba por ensalmos. El poder curativo de la palabra, cercano al de la palabra profética 
y oracular, hacía posible que el cuerpo recobrara su estado armónico, pues en el fondo 
la enfermedad no era más que una interrupción de la armonía. 
 
Esa capacidad de usar la palabra para hacer milagros explica que a Pitágoras le 
atribuyeran la habilidad de poder comunicarse con los animales y con cualquier criatura 
del reino vegetal o físico. Se decía que hablaba con los osos y los bueyes, y que un águila 
blanca se había dejado acariciar por él. También se decía que un río incluso lo llamó por 
su nombre. Igualmente, sus dotes retóricas podían transformarse en proféticas, como 
Apolo. Así era capaz de predecir terremotos, tormentas, epidemias y muertes. Si bien 
la mayoría de los milagros forman parte de la leyenda, subrayan una vez más el gran 
poder de seducción que Pitágoras tenía como orador. 
 
 
7. PITÁGORAS, MÍSTICO 
 
No es difícil imaginar que las habilidades proféticas fueran pronto convertidas 
en capacidades propias de un ser sobrenatural, de un ser a medio camino entre la 
divinidad y la humanidad, una especie de intermediario entre los dioses y los hombres. 
Así se decía que podía estar en dos sitios a la vez, que podía aguantar días y días sin 
comer ni beber, que podía entrar en trance y acercarse a un estado cercano a la muerte 
y regresar de él transmitiendo nuevas de los dioses. Todas estas cualidades definen un 
Pitágoras próximo a lo que nosotros llamaríamos un místico o un asceta, o incluso una 
especie de chamán, que una línea de la investigación considera muy probable, pero que 
otra pone en duda. 
 
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Ciertas leyendas en torno a la estancia de Pitágoras en cuevas (Samos, Creta, 
Magna Grecia), donde habría pasado varios días sin comer ni beber, alimentándose sólo 
de ciertas hierbas con miel, lo relacionan con actividades proféticas y oraculares 
existentes en la Grecia de su tiempo y entran dentro de lo posible, aunque tal vez se 
exagere su importancia. El uso de la incubación para acceder al conocimiento –y a la 
sanación- era un recurso habitual en Grecia y no había en él ninguna connotación 
negativa, como la que hoy en día pueda atribuirse al trance místico. 
 
 
8. PITÁGORAS, POLÍTICO 
 
Al igual que el Pitágoras místico, el Pitágoras político es difícil de discernir con 
claridad. Su oratoria y capacidad de seducción están bien confirmadas por las noticias 
que tenemos de su actuación en Crotona, ciudad en la que desempeñó profunda 
influencia a nivel político y militar. No obstante, no hay que entender esa influencia 
como una intervención directa en política. Tal vez el profundo respeto que inspiraba sufigura y lo acertado de algunas de sus opiniones le valieron una posición de consejero o 
asesor de las decisiones que había de tomar la asamblea de la ciudad, pero no puede 
afirmarse que formara parte del círculo político de Crotona. Es cierto que aconsejó la 
guerra contra Síbaris, y que acaso su huida de la ciudad estuviera relacionada con su 
propuesta de no repartir la tierra conquistada y dejarla como terreno comunitario. 
Igualmente es cierto que su relación con algunos de los aristócratas más importantes –
el atleta Milón dicen llegó a ser su yerno- le procuraron gran ascendencia en los asuntos 
de la ciudad, pero no sabemos hasta qué punto su implicación fue tan absolutamente 
determinante. Tampoco podemos llegar a saber si su intervención en el gobierno de la 
ciudad ha de tomarse como un intento de materializar un tipo de sociedad ideal, una 
utopía, como después ensayará Platón en Siracusa. 
 
Por otro lado, pese a que Pitágoras se presenta a menudo como un 
“revolucionario”, por su historia de enfrentamiento con el tirano Polícrates o su rechazo 
a la tiranía en general –uno de sus discípulos, médico, usó la palabra monarquía para 
designar la enfermedad, pues supone el desequilibrio de la armonía y el imperio de un 
solo elemento-, sus opiniones no están muy alejadas del pensamiento aristocrático de 
la época, además de ser un defensor de los dioses tradicionales. Pitágoras pertenecía a 
una familia acomodada, posiblemente aristocrática por parte de madre, y en Crotona 
sus relaciones fueron ante todo aristocráticas. No hay que olvidar, además, que la 
armonía en la ciudad derivaba de la intervención de los ciudadanos con derecho a voto, 
que constituía un grupo selecto, no la totalidad de los residentes. La revuelta contra él 
y sus seguidores, que acabó con su exilio a Metaponto, puede que deba entenderse 
como la reacción de ciertos estamentos más populares que no estarían de acuerdo con 
la gestión oligárquica que entonces estaba al frente del gobierno de Crotona. 
 
 
9. PITÁGORAS, MAESTRO: LA HERMANDAD PITAGÓRICA 
 
Los autores antiguos hablan con frecuencia de pitagóricos, gentes en torno a 
Pitágoras que siguen sus enseñanzas y observaciones. Sin embargo, de nuevo es difícil 
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definir exactamente cuál fue el papel de Pitágoras, si hay que ver en él una figura como 
la de Sócrates, un maestro que enseñaba a sus discípulos transmitiéndoles sus 
enseñanzas oralmente, o la de un Platón o Aristóteles, cuya actividad además de 
enseñar comprendía redactar escritos. Lo cierto es que los especialistas no se ponen de 
acuerdo en cómo hay que definir la relación entre Pitágoras y sus seguidores. 
 
Pitágoras vivió en una época que asistió a la transición de la oralidad a la 
escritura como base del saber. Se dice que Pitágoras no escribió nada y que sus 
enseñanzas orales –akousmata = lo que se ha oído- fueron después escritas por sus 
discípulos. Ahora bien, muchas de estas akousmata son muy tardías, la mayoría del s. I 
d.C., de manera que no pueden servir de base para reconstruir lo que pudo haber dicho 
Pitágoras. Es posible que no escribiera nada, pero también es posible que dejara escrito 
algo que luego fuera incorporado a las compilaciones posteriores. Lo que sí queda claro 
es que sus seguidores no tenían un libro en común del cual partían, como ocurre con el 
orfismo, y que cada uno de ellos llegó a defender ideas en apariencia contradictorias 
tanto con Pitágoras como con sus otros compañeros. Es decir, no podemos hablar de 
un corpus pitagórico ni en vida de Pitágoras, ni en los años más inmediatos. Ese corpus 
es tardío y resultado de la acumulación de noticias sobre Pitágoras más que 
consecuencia de sus enseñanzas concretas. No parece que Pitágoras tuviera intención 
de crear una “escuela”. 
 
Durante su estancia en Samos, sin embargo, Pitágoras creó un primer círculo de 
seguidores al que denominó el Laberinto, pues se reunían en una cueva, donde él 
residía. Poco se sabe de ese círculo. Posiblemente sería muy semejante al que tuvo 
después en Crotona y sobre el cual hay más información. En el caso de Crotona, se 
cuenta que la llegada de Pitágoras a la ciudad causó gran revuelo, sobre todo porque 
sedujo con su oratoria a todos los habitantes y los recondujo desde el punto de vista 
moral, criticando el lujo excesivo y la promiscuidad. Cabe señalar que Pitágoras fue un 
defensor de la posición de la mujer y de su importancia en el seno de la sociedad. De ahí 
que tuviera numerosas seguidoras entre las mujeres y que incluso su mujer o su hija 
estuvieran al frente de ese grupo. 
 
Los escritores antiguos definen al grupo de seguidores de Pitágoras con el 
término hetaireia, que hoy en día, en griego moderno, significa empresa o sociedad, y 
que en este caso hay que entender como una especie de hermandad o cofradía. Se dice 
que estaba formada por unas 300 personas, todos ellos jóvenes de las mejoras familias, 
lo cual parece dar a entender que Pitágoras actuaba como una especie de maestro, guía 
o consejero moral en la educación de los jóvenes en edad militar, los futuros miembros 
de la élite política de la ciudad. Los instruía en cuestiones atléticas –dieta a seguir-, 
comportamiento –moral- y en conocimientos de aritmética, astronomía, geometría y 
armonía: ideal de salud física y mental. Se cuenta que se reunían en casa de Milón y 
comían todos juntos. Durante las comidas era cuando se hablaba de cuestiones 
filosóficas y matemáticas. No parece que hubiera ningún ritual religioso asociado, 
aunque sí se dice que se hacía un juramento de amistad –defender siempre al amigo. 
 
En ocasiones se ha dicho que esta hermandad sería una especie de secta, dado 
que, para ser admitido había que superar un período de prueba (3 años), tras el cual se 
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era aceptado como novicio. El noviciado duraba 5 años y, durante ese período, los 
novicios no podían tomar parte en los sinedreia, las comidas comunes donde se leían 
escritos y se discutían cuestiones científicas. Al acabar los 5 años, tras efectuar rituales 
de purificación e iniciación, los novicios eran admitidos como miembros plenos de la 
hermandad, los esoterikoi, internos. Si bien en estos términos la hermandad pitagórica 
tiene el aspecto de una secta, no podemos dar mucho crédito a esos grados, pues quien 
primero nos habla de internos (esoterikoi) y externos (exoterikoi, simpatizantes) es 
Clemente de Alejandría. También en época imperial romana encontramos una división 
entre mathematikoi, discípulos entrenados en los saberes, y akousmatikoi, que sólo 
escuchan, pero no llegan a formarse. De ahí que no podamos saber con seguridad cómo 
estaba estructurada realmente la hermandad en vida de Pitágoras, ni si son ciertas las 
noticias sobre que todo lo tenían en común y que seguían una serie de preceptos muy 
estrictos en materia de alimentación y comportamiento que seguían. 
 
Podemos aventurar que habría un proceso de selección y que no todo el mundo 
sería aceptado en la hermandad, pues se dice que el aristócrata que lideró la revuelta 
contra Pitágoras había sido rechazado, de modo que esa revuelta podía interpretarse 
igualmente como una venganza personal. De igual modo, podemos aventurar que 
ciertas restricciones en materia de alimentación sí que serían ciertas y que seguramente 
derivaban de la necesidad de obtener un equilibrio físico y moral. Pitágoras estuvo 20 
años en Crotona y, durante ese tiempo, los primeros jóvenes instruidos debieron de 
haber alcanzado ya el poder. En consecuencia, tal vez haya que pensar más en un 
enfrentamiento ideológico entre diversos sectores de la ciudad como causa principal de 
la supresión del pitagorismo en Crotona y en las otras ciudades de la Magna Grecia 
donde se había establecido. 
 
 
10. PITÁGORAS, BIOS 
 
El aspecto más notorio de los seguidores de Pitágoras es lo que se ha llamado el 
modo de vida y que conocemossobre todo a través de fuentes tardías. Gracias sobre 
todo a los escritos de época imperial, conocemos algunas de las reglas que se seguían 
en la hermandad pitagórica, aunque de nuevo no nos podemos fiar mucho de su 
contenido, pues son resultado de una acumulación de leyendas, fruto tanto de la 
admiración como de la crítica. Por otro lado, los escritos de los que pueden considerarse 
seguidores de Pitágoras durante los s. V y IV a.C., los siglos en que se puede hablar 
propiamente de Pitagorismo, muestran tal diversidad en cuestiones alimenticias y de 
comportamiento, algunas absolutamente contradictorias, que resulta lícito 
preguntarse si realmente, más allá de Pitágoras, podemos hablar de un sistema 
unificado de comportamiento. 
 
De Pitágoras se dice que era una persona austera y frugal, de moral recta y justa, 
que reconocía los dioses tradicionales, pero que no estaba de acuerdo con algunos de 
los elementos de la vida de la polis, en particular el sistema de sacrificios cruentos y la 
ingesta de carne. Este último aspecto le ha valido el honor de ser considerado el 
iniciador del vegetarianismo, aunque sus razones fueran más ideológicas que dietéticas 
y no todos sus seguidores se abstuvieran de la carne, como su yerno Milón, capaz de 
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comerse él solito un buey entero, o ingerir a diario 9 quilos de carne, 9 de pan y 10 litros 
de vino. 
 
Las recolecciones de los akousmata que incluían las prescripciones alimentarias 
y éticas –lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer-, aparte de ciertos aforismos 
sobre el mundo y el universo formulados siguiendo el modelo pregunta/respuesta, son 
de nuevo de época imperial, aunque se sabe que algunas compilaciones circulaban ya 
desde el s. V a.C. Hay que pensar que muchas de estas prescripciones serían más bien 
metafóricas, si bien es posible que fueran interpretadas al pie de la letra por algunos de 
sus seguidores, en particular los neopitagóricos de época imperial. A modo de ejemplo, 
podríamos destacar las siguientes: 
 
• No ingerir carne, si bien algunos pitagóricos comían, y otros aceptaban 
comer carne de animales sacrificados (las almas no se pueden reencarnar 
en ellos), absteniéndose de ciertas partes, mientras que otros sólo 
rechazaban ciertas especies (buey, cordero = animales que ayudan al 
hombre) y admitían otras (cerdo, cabra = opuestos a los dioses) 
• No enterrar a los muertos totalmente vestidos. Usar telas de lino blanco 
• No usar ropas de color negro 
• No dormir sobre pieles de cabra 
• No comer habas, no se sabe si por cuestiones médicas (flatulencias), 
cosmológicas (semejante al hombre), o políticas (usadas en las 
votaciones de las asambleas) 
• No pasar por senderos principales, sólo secundarios 
• No partir el pan 
• No apagar el fuego con un cuchillo 
• No saltar por encima de un yugo 
• No usar los baños públicos 
• No hablar en la oscuridad 
• No recoger la comida que ha caído de la mesa 
• Defender al amigo por encima de todo 
 
 
Bibliografía: 
 
Gorman, P. 1988. Pitágoras. Barcelona: Ed. Crítica. 
Hernández de la Fuente, D.A. 2012. “El muslo de oro. Pitágoras como Prometeo”, a F. 
Broncano y D. Hernández de la Fuente (eds.), De Prometeo a Frankestein. 
Autómatas, Ciborgs, y otras creaciones más que humanas. Madrid: Ediciones 
Evohé, 21-35. 
Hernández de la Fuente, D.A. 2013. “Pitágoras como adivino: religión y política en la 
Magna Grecia”. Potestas 6: 5-25. 
Hernández de la Fuente, D.A. 2014. Vidas de Pitágoras. Gerona: Ed. Atalanta

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