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Bullying
Asambleas escolares para mejorar la convivencia escolar
EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIA
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ño y recursos para que sea ampliamente difundida, a través de su red de comerciali-
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La reproducción no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor no sólo
es un delito, sino que atenta contra la creatividad y la difusión de la cultura.
Para mayor información comuníquese con nosotros:
Bullying
Asambleas escolares 
para mejorar la convivencia escolar
DRA. BRENDA MENDOZA GONZÁLEZ
Sistema Nacional de Investigadores.
Profesor Investigador, 
Universidad Autónoma del Estado de México.
Maestra en Análisis Experimental de la Conducta, 
Universidad Nacional Autónoma de México. 
Doctora en Psicología Evolutiva y de la Educación, 
Universidad Complutense de Madrid. 
Estancia Posdoctoral en el Laboratorio de Desarrollo y 
Contexto del Comportamiento Social, 
Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México.
Lic. Santiago Viveros Fuentes
 Editora asociada:
 Lic. Vanessa Berenice Torres Rodríguez
 Portada:
 LDG. Adriana Durán Arce
es marca registrada de 
Editorial El Manual Moderno S.A. de C.V.
 
D.R. © 2014 Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V.
ISBN: 978-607-448-390-1
ISBN: 978-607-448-391-8 versión electrónica
 
Bullying. Asambleas escolares para mejorar la convivencia escolar
 
Director editorial y de producción:
Dr. José Luis Morales Saavedra
Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V.,
Av. Sonora núm. 206,
Col. Hipódromo,
Deleg. Cuauhtémoc,
06100 México, D.F.
quejas@manualmoderno.com
(52-55)52-65-11-00
info@manualmoderno.com@
Nos interesa su opinión,
comuníquese con nosotros:
Miembro de la Cámara Nacional de la Industria 
Editorial Mexicana, Reg. núm. 39
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de
esta publicación puede ser reproducida, almacenada
en sistema alguno o transmitida por otro medio
—electrónico, mecánico, fotocopiador, etcétera—
sin permiso previo por escrito de la Editorial.
 Mendoza González, Brenda, autor 
 Bullying : asambleas escolares para mejorar la convivencia escolar 
 / Brenda Mendoza González. -- 1ª. edición. -- México : Editorial El 
 Manual Moderno, 2014. 
 xii, 87 páginas : ilustraciones ; 23 cm. 
 
 ISBN 978-607-448-390-1 
 ISBN 978-607-448-391-8 (versión electrónica) 
 Incluye índice 
 
 1. Acoso en las escuelas. 2. Violencia escolar – Prevención. 
 I. Título. 
 
 371.58scdd21 Biblioteca Nacional de México 
V
Miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), con la línea de investigación acoso escolar; 
violencia y maltrato infantil en escenarios escolares, adscrita con Tiempo Completo en la Universidad 
Autónoma del Estado de México (UAEM).
Doctora en Psicología Evolutiva y de la Educación, por la Universidad Complutense de Madrid 
(Ced. Prof. 5928067; Maestra en Análisis Experimental de la Conducta por la Universidad Nacional 
Autónoma de México (UNAM) (Ced. Prof. 3464652), desarrolló un Master en Programas de Interven-
ción Psicológica en contextos educativos en la Universidad Complutense de Madrid. 
Estancia Posdoctoral en el Laboratorio de Desarrollo y Contexto del Comportamiento Social, 
de la Facultad de Psicología de la UNAM, con la línea de investigación en acoso escolar. Egresada de 
la primera generación del Programa de Alta Excelencia Académica de la Facultad de Psicología 
de la UNAM.
Su línea de investigación desde h ace más de 15 años ha sido violencia en el contexto escolar, 
bullying y abuso sexual. Ha participado en varios equipos de investigación en México y Madrid; por 
lo que se ha especializado en detección, diagnóstico e intervención de violencia y bullying. Es exper-
ta en brindar apoyo psicológico y el acompañamiento legal en casos de abuso sexual ocurridos en 
escenarios escolares. 
Diseñó un programa para mejorar la convivencia escolar y erradicar el acoso escolar (contenido 
en uno de sus libros), que ha sido aceptado por la SEP para operarse en escuelas de Educación Básica.
Ha publicado en revistas cientí� cas, publicaciones en Editorial El Manual Moderno (Manual 
de auto control de enojo) y otros publicados en Editorial Pax México (Bullying: los múltiples rostros del 
acoso escolar y ¡Auxilio! Mi hijo no trae manual, guía para padres para prevenir acoso escolar, adic-
ciones y evitar el maltrato parental en alumnado de educación básica), capítulo de libro bullying 
editado por CONACULTA.
Ha impartido conferencias magistrales y ponencias nacionales e internacionales (España, Ingla-
terra, Venezuela, Brasil, Grecia, México). 
Ha participado como profesora de asignatura en universidades como: UNAM, Universidad Ibe-
roamericana, Universidad Autónoma de Aguascalientes y en otras, impartiendo cursos de posgrado. 
Ha participado en videos para la Secretaría de Educación Pública (Gobierno Federal) y la Secretaría 
de Educación del Distrito Federal, como especialista en bullying, durante tres años participó como es-
pecialista en diversos temas para ayudar a mujeres y niños en Editorial Televisa. Participa como invitada 
en diversos programas de televisión y radio en todo el país.
Dra. Brenda Mendoza González
Acerca del autor
Ha capacitado en el tema de bullying a instancias federales (Programa Escuela Segura, Constru-
ye T) y locales (Secretaría de Educación del Distrito Federal, de Nayarit, DEE de Monterrey), DIF, así 
como a docentes en el Estado de México (Zona de Dirección de Educación Especial), Aguascalientes, 
Nayarit, D.F., entre muchos otros.
Ha recibido premios y reconocimientos como la Medalla Alfonso Caso, el Premio Gustavo Baz 
Prada que otorgan la UNAM, ha recibido Mención Honorí� ca en sus posgrados y fue condecorada en 
el Doctorado con Cum laude.
Acerca del autor VI
VII
Dedicatorias
LUPITA G. MITRE 
Ma, te dedico tu cuarto libro, con eterna gratitud y amor. 
Eres mi ejemplo, mi eterno amor.
Nunca olvidaré todos los momentos que me has dedicado: 
de niña los eternos juegos, tus constantes muestra de amor y 
de interés por los tres; tu compañía y amor en la universidad, y ahora, 
tus constantes consejos para mantenerme sana y fuerte… 
AGUSTÍN MENDOZA (†)
Pa, eres mi Ángel Guardián, 
te extraño todos los días… 
JESS MENDOZA GONZÁLEZ
Mi nena, gracias por enseñarme grandes lecciones en mi vida. 
Con tu ejemplo me enseñaste que tu grandeza es la humildad. 
Eres mi gran regalo en esta vida. 
CARLOS ALBERTO MENDOZA GONZÁLEZ
Hermanito, nuestro amor es indestructible…
Valoro y admiro lo que haces todos los días, contribuyendo incansablemente 
para mejorar esta sociedad… 
HUGO P. MALDONADO
Doy gracias a Dios de tenerte vivo, sufrimos la delincuencia en manos de unos 
jóvenes… y sé, que Dios te permitió seguir viviendo para continuar ayudando… 
Dedicatorias VIII
Lo dedico a todas las personas que confían que la educación es el camino para prevenir 
el delito.
A los supervisores, directores, especialistas y profesores comprometidos con el alum-
nado, convencidos que cada uno desde nuestra función, podemos en equipo disminuir los 
niveles de violencia en nuestro País. 
Brenda Mendoza González
Contenido
IX
Acerca del autor .............................................................................................VDedicatorias ...............................................................................................VII 
Introducción ..................................................................................................X
Capítulo. 1 Acoso escolar (bullying): 
 fundamentos teóricos ..............................................................1
Capítulo. 2 Generalidades de las asambleas
 escolares ................................................................................18
Capítulo. 3 Asambleas escolares: desarrollo,
 casos y registros .....................................................................39
Capítulo. 4 Miniasamblea escolar: cuando un
 alumno no cesa su acoso hacia otros .......................................68
Capítulo. 5 Con� ictos en la relación 
 profesorado-alumnado ...........................................................74
Capítulo. 6 Anexos ...................................................................................77
Referencias ..................................................................................................83
Índice ...........................................................................................................84
Introducción
X
Esta propuesta de prevención aborda la problemática de la intimidación y el acoso escolar (bullying), enten-
didos como un problema social que re� eja la violencia de nuestra sociedad actual, en el que in� uyen fac-
tores familiares, escolares y sociales (Mendoza 2010 a; Mendoza 2011b).
El trabajo que se ofrece a continuación ha sido probado de manera cientí� ca por su autora en más de 
150 escuelas de educación básica, con una participación de más de dos mil niños, niñas y adolescentes de 
escuelas públicas y privadas en México. La aplicación del programa permite identi� car alumnos que acosan 
(compañeros y profesores), así como profesores que victimizaban a sus estudiantes; esta propuesta se ha 
ofrecido como herramienta cientí� ca para defender a niños y niñas que han sido víctimas de acoso o cual-
quier otro tipo de agresión, incluido abuso sexual, en el contexto escolar.
Las técnicas descritas se derivan de teorías de aprendizaje y motivación contenidas en el área cientí� -
ca de Ciencias de la Conducta. 
La propuesta se basa en una máxima empleada en España para prevenir y erradicar la violencia escolar 
desde la educación: “Piensa globalmente y actúa localmente” (Díaz-Aguado, 2005), es decir, el profesorado, 
en conjunto con padres de familia, puede intervenir y prevenir; al igual que crear ambientes inclusivos en el 
contexto escolar libres de violencia, lo cual permite reducir los riesgos de victimización, focalizando su labor 
en los recursos conceptuales, técnicos, metodológicos y didácticos presentes en planes y programas actua-
les de la Secretaría de Educación Pública (SEP), así como en los recursos técnicos y operativos con los que 
se cuenta en las escuelas. 
La propuesta del manual es desarrollar asambleas escolares, cuyo uso (en compañía de otras estrate-
gias) ha logrado disminuir de forma e� caz y rápida los episodios de acoso escolar. 
Las asambleas escolares forman parte de un programa para mejorar la convivencia en la escuela (Men-
doza, 2011b). Este programa integra ocho componentes que permiten al profesorado enseñar competen-
cias en el día a día. 
Las asambleas escolares que se proponen en este manual permiten el desarrollo de competencias 
contempladas en el Plan y Programas actuales de Nuestro País, así como fortalecer el liderazgo en el pro-
fesorado.
Las asambleas escolares también se basan en los principios de aprendizaje desarrollados en teorías 
psicológicas y bases pedagógicas que sustentan el plan de estudios de México.
1. Centrar la atención en los estudiantes. Las asambleas escolares permiten ello debido a que son los pro-
pios alumnos quienes resuelven, proponen y comienzan a lograr cambios para mejorar la convivencia 
escolar, erradicando el acoso, esto siempre bajo la guía de un educador, el cual facilita que la sabiduría 
del alumno sea escuchada durante las asambleas.
2. Generar ambientes de aprendizaje. La asamblea escolar aquí propuesta suscita el ambiente para la 
educación, toda vez que es un espacio en el que se desarrolla la comunicación asertiva, así como la 
elaboración de reglas que permiten una interacción positiva entre compañeros y profesorado.
Introducción XI
3. Trabajar en colaboración. La asamblea escolar se desarrolla en colegiado; el alumnado tiene voz y 
voto, favoreciendo la inclusión; las votaciones que se realizan en la asamblea escolar permiten que 
todos sean tomados en cuenta, ayudando a la corresponsabilidad entre alumnos y profesorado.
4. Desarrollo de competencias. La asamblea escolar es una gran oportunidad para poner en práctica las 
competencias, como levantar la mano para participar; escuchar sin interrumpir; opinar de lo que les 
consta; expresarse en primera persona (hacerse cargo de sus actos); mostrar honestidad (comprender el 
daño que se ha hecho a otros); ofrecer disculpas (inicio del desarrollo de empatía); y realizar compromi-
sos para mejorar la convivencia escolar, entre muchas otras.
5. Usar materiales educativos y evaluar para aprender. Las asambleas escolares tienen actividades que 
permiten a los alumnos re� exionar sobre sus decisiones y comportamiento, lo cual permite hacer una 
autoevaluación de lo que han aprendido durante el desarrollo de las mismas.
6. Incorporar temas de relevancia social. Los asuntos que se abordan en las asambleas escolares aquí 
propuestas son de importancia social, como el bullying, y los derechos y obligaciones del alumnado, 
pero lo más importante es que se les ofrece la oportunidad para que participen de manera activa 
durante su jornada escolar, a � n de incidir en la mejora de la convivencia en su aula y escuela.
7. Renovar el pacto entre estudiantes, docentes, familia y escuela. Las asambleas escolares facilitan el apren-
dizaje de comunicación asertiva, permitiendo que el alumnado solicite ayuda al profesorado y también a 
sus padres, con la � nalidad de que todos se hagan responsables de las situaciones violentas (cada uno 
desde su papel) y resolver sin actos agresivos, por el contrario, bajo los principios de la educación. 
Los temas aquí propuestos que se abordan durante las asambleas escolares son los siguientes: acciones 
para mejorar la convivencia escolar, autoestima, autorregulación, comunicación asertiva, derechos y obliga-
ciones para el alumnado; cuyo objetivo es manejar de forma armoniosa las relaciones personales y afecti-
vas, para desarrollar la identidad personal, tomando como condiciones para lograrlo la autoestima, la 
autorregulación y autonomía; este último consiste en hacer responsable al alumno de sus actos, pero 
también de lo que el propio alumno hace a otros y que pueden abordarse a través de asambleas escolares, 
con los siguientes temas: 
1. Mis derechos y obligaciones. 
2. Acoso escolar. 
3. Autoestima: cuidarse a sí mismo.
4. Autocontrol: técnicas de relajación.
5. Comunicación asertiva.
ENFOQUE DE LAS ASAMBLEAS ESCOLARES 
La escuela tiene el potencial de crear un clima de convivencia a través del cual los niños aprenden a vivir y dis-
frutar de su aprendizaje con base en el respeto mutuo. En el currículo básico se contempla a la escuela y familia 
como las instituciones socializadoras por excelencia, por lo que se pretende garantizar, a través de la educación 
formal, la transmisión de conductas y valores, que permitan a un niño adaptarse a la sociedad en la que vive.
El uso de asambleas escolares apunta al empleo de los temas transversales dictados en la currícula de 
educación básica, así como en campos formativos y asignaturas contemplados en el mapa curricular de 
educación básica, cuyo objetivo es que el alumnado desarrolle valores y actitudes de participación, toleran-
cia, respeto, solidaridad, responsabilidad, y cuidado de su persona y del medio ambiente, que le permitirán 
adquirir bases fundamentalespara la convivencia social, y lo más importante es que las asambleas crean la 
oportunidad para que el alumnado en el día a día muestre honestidad, respeto por la opinión de sus compa-
ñeros, aprenda la democracia a través de ejercer su voto para tomar decisiones en el aula, exprese lo que 
siente y quiere sin lastimar a otros, entre muchas otras competencias (Mendoza, 2011b).
La organización de las asambleas le permitirá al docente y también al padre de familia: 
 � Adquirir y construir conocimientos nuevos, a partir de sus experiencias como docente, así como por 
su bagaje cultural. 
 � Elaborar una propuesta de adecuación curricular para eliminar las barreras de aprendizaje que im-
pidan al alumnado tener acceso a la temática planteada en las asambleas escolares.
Introducción XII
 � Desarrollar habilidades que le permitirán en el día a día prevenir la violencia y acoso, así como otros 
tipos de maltrato, incluso el abuso sexual; también comprenderá que para la erradicación o dismi-
nución de situaciones de riesgo es necesario fomentar en el alumnado otras competencias, como 
tomar decisiones, comunicar pensamientos y emociones, difundir hábitos de salud, cuidar la higie-
ne corporal, desenvolver la identidad corporal, así como adquirir otros comportamientos que se ha 
comprobado reducen el riesgo de vulnerabilidad, como desplegar habilidades sociales para tener 
amigos, o integrarse en grupos académicos, artísticos o lúdicos dentro de la propia escuela.
Capítulo
Acoso escolar (bullying): 
fundamentos teóricos
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¿POR QUÉ ES NECESARIO HABLAR DEL ACOSO ESCOLAR?
Escuela y familia brindan a los niños la oportunidad de aprender comportamientos que les permitirán 
participar y funcionar en la sociedad (competencias para la vida); sin embargo, en éstas se pueden pro-
ducir también todos los males que aquejan a la sociedad mexicana (corrupción, venta de drogas, uso de 
armas, robos, abuso de poder y violencia, entre muchos otros).
Las investigaciones permiten identi� car factores que sitúan en mayor riesgo al alumnado que puede 
desarrollar a lo largo de su vida conductas antisociales, al hacer uso de la violencia para afrontan con� ic-
tos, cometer robos, etc., así como bullying, incluso desde edades tempranas, como estudiantes de prima-
ria y secundaria (Ayala, H, Chaparro, A, Fulgencio, M. Pedroza, F.J, Morales, S, Pacheco, A, Mendoza, B, 
Ortiz, A,Vargas, E y Barragán, N (2001).
La noticia alentadora es que desde el aula escolar se ofrece un espacio en el cual se pueden desa-
rrollar estrategias para fortalecer y fomentar el comportamiento pro-social (p. ej., cooperación, empatía, 
trabajo en grupo, etc.), siempre y cuando se siga un plan educativo sistemático que permita durante la 
jornada escolar enseñar y practicar conductas pro-sociales, reduciendo comportamientos que di� cultan 
un adecuado ajuste a la sociedad (Mendoza, 2011b).
Los estudios internacionales han demostrado desde hace cuarenta años que existe un tipo de agre-
sión que se exhibe en el ambiente escolar: bullying (Olweus, 1993). En México, hoy día, se reconoce ya la 
existencia de bullying, y ese reconocimiento es el primer paso para su atención.
En la actualidad existen programas que desde el gobierno federal (Programa Escuela Segura) y 
gobiernos estatales, como el del Distrito Federal (Programa Escuelas Conviviendo) o Nayarit (PREVIOLEM), 
de Nuevo León, entre muchos otros, están diseñando y poniendo en práctica estrategias dirigidas a la 
comunidad educativa para mejorar la convivencia en las escuelas.
Uno de los principales retos educativos en México es la reducción de episodios de bullying dentro 
de las escuelas; su importancia y pronta atención radica en que estudios en 2013 señalan que los niños 
que participan con el per� l de bully tienen un alto riesgo de exhibir conducta antisocial en la adolescen-
cia o juventud, siendo incluso condenados a edades tempranas por cometer actos criminales; es por ello 
que resulta más rápido y económico atender y detener el bullying de manera inmediata en las escuelas 
(Mendoza, 2013).
Bullying. Asambleas escolares para mejorar la convivencia escolar (Capítulo 1)2
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CONCEPTO 
¿QUÉ ES EL ACOSO ESCOLAR?
Es necesario identi� car que todos los niveles y formas de violencia en nuestra sociedad se reproducen en 
los ambientes escolares; sin embargo, el Sistema Educativo Nacional posibilita el diseño de estrategias para 
mejorar la convivencia en las escuelas, creando un ambiente que permita que el alumnado aprenda, se 
sienta contento, aceptado por sus compañeros de clase y maestros.
Para entender cómo mejorar la convivencia en la escuelas tiene que abordarse el tema de acoso esco-
lar (bullying), entendiéndose que no es un fenómeno que acaba de llegar a México y tampoco es un fenó-
meno de moda; el acoso escolar siempre ha existido en escuelas tradicionales, escuelas que impide al 
alumnado opinar, pensar y re� exionar sobre su propio aprendizaje, ignorando los malos tratos que puedan 
aparecer entre alumnos, o entre alumnado y profesorado (Mendoza, 2011b).
Acoso escolar es la traducción en castellano de bullying (Olweus, 2005). Conviene destacar que el 
acoso escolar y la violencia escolar no son lo mismo, ya que el primero tiene tres características:
 � Existe un desequilibrio en el poder. Es decir, el alumno víctima tiene menos amigos que su agresor 
o tiene di� cultades en su aprendizaje; incluso puede ser un chico sobresaliente o es a quien se per-
cibe más débil que la mayoría de sus compañeros.
 � Hay daño a la víctima. Esto no signi� ca que sólo sea maltrato físico, ya que puede agraviarse a la 
víctima con el solo hecho de aventarle “bolitas de papel”, ponerle apodos y burlarse de él.
 � Es cotidiano. El perjuicio que se hace a la víctima es diario. En México se utiliza la expresión: “lo 
agarraron de bajada”, para explicar que la mayoría de los alumnos se burlan de él, le pegan, etc.
¿Sabías que?
� Hay mucho desconocimiento sobre el acoso escolar en México; es lamentable que existan hoy 
día argumentos que sólo muestran el atraso que se tiene en nuestro país sobre el tema (más 
de 35 años de atraso); por ejemplo, existen algunos abogados que se atreven a acusar a algu-
nas madres de maltrato argumentando que sus hijos viven bullying maternal, cuando no 
existe el “bullying maternal”, el bullying sólo se presenta en escenarios escolares.
� Algunos maestros propician el bullying, al no planear sus clases; así, mientras piensan “qué 
poner de trabajo” a sus alumnos, los niños aprovechan para comenzar conducta disruptiva 
(pararse de su lugar, salirse del aula sin permiso, correr en el salón), mientras que el alumno 
acosador o bully lastima a sus compañeros de clase.
� El desconocimiento sobre bullying incluso llega a otro tipo de profesionales, por ejemplo, los 
ministerios públicos; en una ocasión una Ministerio Público, minimizando una situación de 
bullying, dijo: “pero no es bullying, el niño dijo que sólo lo molestan todos los días aventándole 
bolitas de papel”; por supuesto que el menor, al percibir que no le prestaban la debida impor-
tancia a lo que había vivido en su escuela, no quiso abrirse ante la funcionaria para contarle 
más sobre los hechos que vivía (p., ej., ocultó que lo golpeaban entre varios niños y lo encerra-
ban en el aula, por lo que él se escondía en el baño), ya que durante la entrevista, la Ministerio 
Público restó total importancia a los hechos, argumentando que eso no era bullying.
� Es necesario identi� car si un episodio de agresión en el contexto escolar es violencia o acoso 
escolar (no son lo mismo); si se trata al bullying como si fuera un episodio de violencia esco-
lar, entonces se hará más fuerte al alumno acosador y se dejará en total desprotección a la 
víctima.¿Cuál es la diferencia entre violencia escolar y bullying?
Se puede entender a través de un ejemplo que ocurre con frecuencia en escuelas secundarias, o en alum-
nado de quinto o sexto de primaria.
Acoso escolar 3
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Episodio de violencia escolar
Dos compañeros de secundaria del mismo grado tienen un con� icto que “arreglan a golpes”. Después 
de la pelea, ambos se sienten enojados y frustrados. Conviene destacar que ninguno de los dos alum-
nos tiene excelencia académica, pero tampoco materias reprobadas; ambos tienen amigos; además, 
antes de este con� icto, nunca habían tenido problemas, este ejemplo muestra un episodio de violencia 
escolar.
El ejemplo anterior no se considera acoso escolar debido a que no cumple con dos de los tres re-
quisitos: no es cotidiano y no existe desequilibrio de poder, ya que ambos tienen amigos (desequilibrio 
social), y en lo académico se encuentran en el mismo nivel (no tienen excelencia académica, tampoco 
materias reprobadas); por lo tanto, una estrategia que puede emplearse es la negociación. En acoso 
escolar no se puede emplear la estrategia de negociación, ya que el acosador (niño bully) tiene más 
poder que la víctima y la negociación le daría más poder incluso, haciendo sentir desprotegida a la 
víctima.
Debe quedar claro que en violencia escolar ambos se sienten lastimados. En el acoso escolar sólo 
la víctima se siente maltratada, ya que el acosador puede sentir placer, poder, sin culpa o vergüenza.
En violencia escolar ambos tienen poder; en bullying, el niño agresor proyecta más poder que la 
víctima y ésta lo sabe, por ello es difícil que rompa el silencio (Mendoza, 2010b).
¿Sabías que?
� Si un profesor trata un episodio de bullying como si fuera violencia escolar, es decir, si piensa 
que los dos provocaron el con� icto y le resta importancia a la situación, sin que existan con-
secuencias para el acosador, pues no identi� ca que es quien molesta de forma cotidiana a la 
víctima (no pide ayuda; se siente desprotegida; menos fuerte), hará más fuerte al agresor; 
éste se vengará de la víctima debido a que el profesor ya se enteró, y la víctima se sentirá más 
desprotegida que nunca.
PARTICIPANTES
¿QUIÉNES PARTICIPAN EN BULLYING? 
Existe un ciclo de bullying que permite identi� car la existencia de varios participantes, incluso del profe-
sorado.
Así, las investigaciones en el área desde hace varios años han permitido identi� car más de tres roles 
en el ciclo de bullying (Olweus, 2005).
 � Bully o agresor o acosador: es el líder negativo del aula, tiene amigos o compañeros de clase 
que le siguen, en especial para molestar a otros niños. Es quien comienza el con� icto.
 � El secuaz: quien pega o insulta una vez que el acosador ha comenzado.
 � El seguidor pasivo: es quien aplaude para motivar a los otros a seguir lastimando a la víctima o 
dice “aguas” para avisar que “ya viene la maestra”, pero no agrede de manera directa a la víctima.
 � El testigo: no participa, sin embargo. con estar allí hace más fuerte al agresor.
 � El posible defensor: muchas veces es el único amigo de la víctima.
 � El víctima-acosador: desempeña doble rol, ya que es víctima, pero también acosador.
 � El profesor como víctima o agresor. El profesor juega un papel importante en el ciclo del bullying, 
ya que es víctima de sus alumnos (lo ignoran cuando da una orden; se burlan de él; se golpean 
enfrente de él; “no le hacen caso” y son los propios niños los que deciden qué hacer y cómo ha-
cerlo durante su clase); el maestro también puede ser acosador, ya que lastima a los niños al ig-
norarlos, rechazarlos o incluso insultarlos; el docente también puede ser espectador, y observar 
cómo ocurren los episodios de bullying sin actuar (Mendoza, 2011a).
Bullying. Asambleas escolares para mejorar la convivencia escolar (Capítulo 1)4
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¿Sabías que?
� El niño bully no es de manera necesaria el alumno más alto y fuerte del salón. Con frecuencia, 
los estudiantes bully que ejercen niveles de agresión tocantes en lo antisocial (golpear sin pie-
dad a compañeros; abusar de forma sexual de otros alumnos; retar a la autoridad; usar navajas 
para amenazar; enviar a otros a robar o “levantar las faldas a alumnas”, etc.) son niños “bajitos”, 
“delgaditos”, incluso son los pequeños de su aula; sin embargo, asustan con rapidez a sus com-
pañeros de clase, ya que “explotan” sin piedad a las personas y muestran ser más poderosos 
incluso que los maestros, pues son quienes dan órdenes a sus profesores.
� En escuelas mexicanas, la gran mayoría de las veces, también se molesta a los “mejores amigos” 
del alumno víctima, por lo cual se complica “salir del bullying”; al ser lastimados ambos, creen 
que es “normal que eso pase en la escuela” y ninguno de los dos pide ayuda.
� Los niños que desempeñan un doble rol de víctimas y agresores son maltratados en casa o es un 
alumno al que se le permite hacer todo lo que quiere en casa, no tiene reglas; es decir, puede ser 
“grosero” con sus hermanitos o papás y “no pasa nada”, juega y juega antes de hacer la tarea.
Caso 1
En la � gura 1-1 se muestra el ejemplo de los ciclos de bullying existentes en un aula escolar de quinto gra-
do de primaria.
En la � gura 1-1 se tiene la existencia de dos círculos de bullying presentes en un aula escolar. El primer 
círculo de bullying corresponde a los niños. Se observa la existencia de un líder negativo que desempeña el 
rol de bully; tres alumnos actúan como secuaces, es decir, agreden a los alumnos víctimas; una vez que el 
alumno bully comienza a lastimarlos, el estudiante que desempeña el rol de seguidor pasivo en este círcu-
lo sólo mira y ríe cuando maltratan a la víctima; en este círculo existe un alumno que ejerce un doble rol: 
víctima/acosador, y es quien recibe golpes de otros alumnos a la vez que golpea; cabe destacar que dicho 
alumno es quien hace una conexión con el otro círculo de bullying representado por las niñas.
El profesorado ejerce un liderazgo negativo hacia ambos círculos, al gritar, excluir y discriminar; no es-
cucha cuando quieren hablar con él. Pero también el docente recibe malos tratos de sus alumnos (los repre-
Víctima
Acosador 
(bully)
Secuaz
Secuaz
Secuaz
Seguidor 
pasivo Víctima/
acosador
Víctima/
acosador
Seguidor 
pasivo
Víctima
Secuaz
Secuaz
Secuaz
Profesor
Testigos
Círculo de 
bullying de niños
Círculo de 
bullying de niñas
Reciprocidad 
coercitiva
Reciprocidad 
coercitiva
1
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6
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9
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Figura 1-1. Círculos de bullying presentes en un aula de quinto grado de primaria.
Acoso escolar 5
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sentados en ambos círculos de bullying), al ser ignorado al dar indicaciones para trabajar; se le reta e impide 
dar su clase debido al mal comportamiento de los alumnos (gritar en el aula, pararse de manera constante, 
no seguir instrucciones, etc.). Cuando el maestro lastima a sus alumnos y también es lastimado por ellos, se 
tiene una reciprocidad coercitiva, ya que existe un intercambio de conductas negativas entre ellos.
Ambos círculos de bullying se desintegraron con la aplicación del programa para mejorar la conviven-
cia escolar; las asambleas escolares fueron una estrategia que permitió desmembrar los círculos de agre-
sión de forma rápida y e� caz.
Caso 2
En la � gura 1-2 se muestra el ejemplo de los ciclos de bullying existentes en un aula de sexto grado de 
primaria y su conexión con alumnos de quinto.
En la � gura 1-2 se muestra tres círculos de bullying: dos de ellos pertenecen a sexto grado y otro a 
quinto grado. Cada círculo se conforma por niños y niñas. Los tres círculos se van a conectar a través de tres 
niños que desempeñan un doble rol: víctimas y acosadores.El grupo 1 está conectado con una pandilla de la colonia, lo que les hace “verse” más fuerte ante los 
demás compañeros.
Los grupos 1 y 2 se conectan a través de un niño del grupo 1 y una niña del grupo 2, ambos se 
molestan al pegarse, insultarse y amenazarse; cada uno de ellos tiene un grupo al que controla; de hecho, 
Víctima
Víctima
VíctimaVíctima
Secuaz 
(niño) Secuaz 
(niña)
Acosador 
(niño) Acosador 
(niño)
V/A
(niña)
V/A
(niña)
Testigos
Este grupo de bullying 
tenía conexión con una 
pandilla de la colonia
Quinto grado A
Sexto grado
Reciprocidad 
coercitiva
12
3
Acosador 
(niño)
Acosador 
(niña)
Acosador 
(niño)
Acosador 
(niño)
Acosador 
(niño)
Seguidor 
pasivo
(niña)
Figura 1-2. Muestra círculos de bullying presentes en una aula de sexto grado de primaria. V/A: víctima/acosador.
Bullying. Asambleas escolares para mejorar la convivencia escolar (Capítulo 1)6
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entre ellos existen con� ictos, se agreden; sin embargo, se unen para lastimar a otros alumnos, que son sus 
víctimas (víctimas compartidas, ya que ambos grupos se unen para lastimarlas).
El grupo 2 se conecta por una niña de sexto, que de forma constante molesta a otra niña de quinto 
grado (círculo 3 de bullying); la niña de quinto tiene mucho poder, el cual adquiere al infundir miedo entre 
sus compañeros y al retar de forma diaria a su maestro; casi todos los días organiza peleas físicas que ella 
inicia (incluso con los hombres; cuatro de ellos se encuentran ubicados en el círculo 3 de bullying).
Después de aplicar un programa se logró romper con los círculos de bullying de esa aula. Conviene 
destacar que en ambos grupos, las asambleas escolares eran solicitadas por el alumnado, pues tenían 
mucha necesidad de hablar y compartir en las asambleas semanales que se organizaron para ellos.
Es importante reconocer que si no se rompen con círculos de bullying en un aula, pronto se van a 
conectar con otros grupos escolares, de tal manera que si un episodio de bullying no se atiende, éste se 
propagará y el problema de bullying crecerá con rapidez.
Caso 3
Ejemplo de círculos de bullying en un aula de cuarto año de primaria (en estados de la república mexicana).
Primer círculo
Este primer círculo se conforma por varones. Un solo niño bully tenía amenazados a seis compañeros de su 
aula; aunque tenía más amigos en el aula, la verdadera fuerza se la daba la pandilla de la colonia, quienes 
le brindaban “protección”. La amenaza le funcionaba para quitarles dinero, copiarles la tarea, pegarles, sus-
traerles sus materiales escolares (pegamento, regla), todo ello sin que los alumnos pidieran ayuda al profe-
sorado (� gura 1-3).
Segundo círculo
El segundo círculo estaba conformado también por varones: un niño bully, dos alumnos que cumplían con 
el rol de secuaces, y otro alumno en el papel de seguidor pasivo.
Víctima
Víctima
VíctimaVíctima
Víctima
Víctima
Acosador 
(bully)
Profesor
Testigos
(Profesor ignora amenazas)
Primer círculo 
bullying (niños)
Figura 1-3. Caso 3, primer círculo de bullying. 
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Entre las conductas de este círculo de bullying se tenía pegar a sus compañeros; encerrar en el aula a 
alguien durante el recreo para golpearlo entre dos, mientras otros vigilaban que no se acercara nadie; or-
ganizar peleas durante la jornada escolar para llevarse a cabo “a la salida”, para lo cual incluso vendían 
boletos para tener acceso al “espectáculo”. Cabe destacar que los alumnos víctimas no eran amigos entre 
sí, por lo general se encontraban “solos” en el recreo, y durante las actividades escolares no “hacían equipo” 
con otros alumnos (� gura 1-4).
Tercer círculo
El tercer círculo estaba conformado por mujeres: una alumna, Lucía, desempeñaba el rol de bully (dirigía a las 
demás); tres amigas eran sus secuaces, Andrea, Mónica y Michelle (hacían lo que Lucía les ordenaba); otra 
integrante, Amanda, era su seguidora pasiva (no hacía lo que Lucía ordenaba, pero se quedaba observando 
cómo molestaban a otras sin hacer nada para ayudarlas). Una de sus víctimas cotidianas era Karla, una niña 
con aptitudes sobresalientes. Lucía ordenaba que se burlaran de Karla y lograba que Andrea, Mónica, Miche-
lle y Amanda no jugaran con ella durante el recreo; de hecho, les tenía prohibido hablarle, amenazándolas con 
dejarles de hablar si “se juntaban con ella”; Lucía decía rumores maliciosos de Karla, expresando que tenía mal 
olor y que no era “normal” como los demás, porque “estaba hechizada”, consiguiendo que las demás niñas 
del aula la ignoraran e incluso no la incluyeran en los trabajos de equipo que hacían en el aula.
CARACTERÍSTICAS DEL ACOSO ESCOLAR
¿EL ACOSO ESCOLAR APARECE “DE REPENTE”?
La convivencia escolar se lastima poco a poco, día con día, y esto ocurre cuando el profesorado permite que 
en su aula los alumnos se unan para excluir a otro; por ejemplo, cuando el profesor solicita que se formen 
equipos y hay un alumno que se queda solo, el maestro, en lugar de ayudar a que se integre a algún equi-
po, le dice que trabaje “solito”; ocurre también que los niños no inviten a jugar e ignoren a algún compañe-
ro de su aula, y también sucede que el recreo haya niños “que anden solitos” y “no se junten” con otros para 
comer, jugar o platicar; el profesorado, sin darse cuenta también, permite que en su aula existan grupitos 
de alumnos que “no se llevan” con otros y expanden “rumores maliciosos” para lograr que la mayoría del 
Secuaz
Víctima
Víctima
Acosador 
(bully)
Secuaz
Seguidor 
pasivo
Profesor
Testigos
Segundo círculo 
bullying (niños)
Figura 1-4. Caso 3, segundo círculo de bullying.
Bullying. Asambleas escolares para mejorar la convivencia escolar (Capítulo 1)8
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grupo no “le hable a algún grupo de compañeros”; ocurre mucho que haya niñas que obligan a otras a que 
no se junten o le hablen a algunas chicas; también las envían a decir: “ya no quiero ser tu amiga”, haciendo 
que las relaciones en el grupo comiencen a tensarse; todo lo anterior es bullying cuando se hace cotidiano.
Si el bullying se presenta una vez continuará apareciendo y la conducta agresiva exhibida irá escalando, 
de tal manera que cuando exista una pelea a golpes entre los alumnos es porque antes de ello por lo 
general hubo exclusión, apodos, robos, rumores maliciosos o chismes entre los estudiantes, y el profesorado 
no hizo nada para evitarlo; los niños aprenden con rapidez que si lastiman a otros no pasa nada, y los niños 
victimizados se dan cuenta de que no tienen el apoyo del maestro (no hay reglas en el aula).
En las aulas en las que los alumnos excluyen, mienten, insultan y lastiman de forma física, en muchas 
ocasiones pueden llegar a aparecer conductas antisociales, como lastimar a otros con navajas, golpear entre 
varios compañeros a uno solo, robar o iniciar un incendio entre muchos.
Es imperativo identi� car de manera temprana dichas conductas y prevenir daños severos; es necesario 
lograrlo cuando el acoso escolar aparezca en sus niveles de agresión más bajos, como el rechazo y la exclu-
sión hacia algún compañero, o lastimar a través de apodos. Lo más importante es que los profesores reco-
nozcan que cuando algunos alumnos se burlen, no dejen participar a otros compañeros en sus juegos o 
grupos de trabajo, o los llamen por apodos, tienen que detener de manera inmediata este tipo de conduc-
tas, reconociendo que no son juegos entre ellos y que tal trato no ayuda a forjar el carácter del alumnado.
¿Sabías que?
� Cuando el profesor no da importancia a “pequeñeces”, como llaman algunos maestros al 
hecho de que un niño “ande solito” en el recreo porque nadie quiere juntarse con él, y el 
docente no le enseñacompetencias sociales para integrarse con otros niños para jugar, leer, 
trabajar en equipo, entonces en el aula de ese profesor muy pronto el bullying escalará a 
otros niveles, como insultos, robos, golpes y tocamiento de genitales, entre muchos otros.
� Cuando el alumnado victimizado solicita ayuda, y el profesor o director actúan con rapidez 
para protegerlo, el bullying se detiene.
� El bullying comienza en aulas en donde existe exclusión y hay niños que son ignorados por 
sus compañeros, no se les invita a jugar, o les gritan “No, tú no” cuando están formando 
equipos para jugar o trabajar.
� El maltrato entre los compañeros no forja el carácter como algunos maestros piensan; al 
contrario, si los alumnos se lastiman entre sí, no tendrán la oportunidad de aprender com-
petencias que les permitan llevarse bien y establecer relaciones de amistad.
Figura 1-5. Caso 3, tercer círculo de bullying. 
Secuaz
Víctima
Acosador 
(bully)
Secuaz
Secuaz
Seguidor 
pasivo
Profesor
Testigos
Tercer círculo 
bullying (niños)
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TIPOS DE AGRESIÓN: DIFERENCIA ENTRE NIÑOS Y NIÑAS
¿Qué tipo de agresión usan las niñas y cuál los niños?
Las niñas, por lo general, acosan a otras de la siguiente manera:
 � No dirigen la palabra a chicas que llaman la atención por ser “aplicadas” o “bonitas”.
 � Obligan a sus mejores amigas que “las corten” o no hablen con otras compañeras.
 � Esparcen rumores maliciosos sobre alguna compañera que “no les cae bien”, con el objetivo de que 
todo el salón la rechace.
 � Obligan a otras que perciben más débiles a que les hagan “sus cosas”: las mandan a que se formen 
a la � la de la tiendita, que les hagan la tarea, “que les pasen” el trabajo de la clase, y que lleven a 
cabo múltiples acciones para que puedan seguir siendo amigas.
 � Obligan a niños a que golpeen o peguen a otros; de esta manera “se desquitan sin meter las manos”.
 � Las que exhiben más agresión retan a la autoridad e incluso se lían a golpes con niños.
Los niños, por lo normal, acosan a otros de la siguiente manera:
 � Reaccionan golpeando, sin pensar en las consecuencias.
 � Insultan de forma verbal o con gestos (enseñando el “dedo de en medio”).
 � Retan a la autoridad.
 � Se unen en pandillas para golpear a otros.
 � Envían a otros compañeros a robar, golpear, “alzar la falda” a las niñas.
 � Organizan “peleas físicas” y venden boletitos para verla. 
 � Amenazan con “echarles” a la banda de fuera.
¿Sabías que?
� En la actualidad, las alumnas de sexto de primaria y de secundaria se involucran cada vez 
más en peleas físicas, por lo que el profesorado debe actuar de inmediato deteniendo el bu-
llying desde su inicio.
� Los rumores maliciosos que esparcen algunas chicas para desprestigiar a otras compañe-
ras tiene el objetivo de que abandonen el grupo de amigas e incluso la escuela.
� Algunas veces los niños que acosan a sus compañeros también agreden a los profesores (los 
ignoran cuando imparten la clase; incitan a otros compañeros para que no atiendan; le 
gritan al profesor; rompen de forma constante las reglas; con su “mal comportamiento” 
impiden dar la clase).
� Los niños y las niñas de cuarto a sexto de primaria se involucran en juegos sexuales, a 
través de los cuales tocan los genitales de otros compañeros; los maestros los ignoran, sin 
darse cuenta de que están invadiendo la intimidad de sus compañeros. A través de estos 
juegos es posible identi� car que incluso cuando “es juego” los niños no se sienten a gusto 
(expresan que lo hacen para pertenecer al grupo de amigos) y no saben cómo detenerlo; es 
necesario que el profesor y el psicólogo educativo diseñen estrategias para atender e infor-
mar al alumnado. Una estrategia e� caz es el uso de asambleas escolares.
FACTORES DE RIESGO
¿Qué ocurre en el aula para que exista violencia y acoso escolar?
 � No planea. El profesorado no planea la clase, lo cual provoca que los niños usen “el tiempo muerto” 
para hacer “todo” menos actividades académicas.
 � Niega diferencias. El profesorado no establece actividades para los diferentes ritmos de aprendizaje, 
de tal manera que algunos niños terminan pronto y mientras esperan a que sus compañeros � nali-
cen la actividad, ellos aprovechan para conversar, pararse, pasear en el aula, escaparse del salón, 
brincar, jugar y hacer todo lo que se les ocurra de manera desordenada y distrayendo a los compa-
ñeros que no han terminado.
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 � Excluye. Un profesor que excluye, ya que sólo explica y monitorea a los “pocos alumnos que siguen 
su ritmo”, ignora a los otros alumnos que no han entendido el tema, por lo que hacen todo menos 
el trabajo solicitado.
 � Discrimina. El profesorado imparte material a los alumnos que él cree “van a provechar la clase”, 
pues piensa que no vale la pena invertir en los otros, ya que tienen muchos problemas en su casa 
(p. ej., un padre en la cárcel, padres que “nunca se aparecen” en la escuela, progenitores agresivos, 
entre muchos otros).
 � Ignora violencia. Un profesor que ignora “nunca se da cuenta” de las peleas físicas en su aula, los 
niños que no trabajan, los que no entienden el tema, los que tienen “pena” de hablar en clase. 
 � Ignora contexto social. Un profesor que cree que porque vinieron 10 a clase no se puede trabajar, 
entonces “mejor que hagan lo que quieran”, al � n son poquitos.
 � Aula sucia. Un profesor que tiene su aula desorganizada y sucia.
 � Aula desordenada. Un profesor que permite que sus alumnos tengan en sus mesas comida, jugue-
tes, celulares y muchos otros objetos que no deben estar en clase. 
 � Ignora reglas. Un profesor con un reglamento gigante pegado en la pared del aula, pero que nunca 
se cumple.
 � Profesor sin liderazgo. No hay autoridad, no hay respeto por profesorado y directivos; se percibe un 
ambiente injusto (se castiga por igual a la víctima y al agresor), al niño bully le “sale gratis abusar”, 
ya que su comportamiento no tiene consecuencias.
 � Niños fuera del aula. Es normal en escuelas en las que existe bullying que el alumnado permanezca 
fuera de las aulas, con el pretexto de ir al “baño” o bien no hay pretextos, ya que el alumnado de 
forma abierta expresa no querer asistir a clases; todo ello sucede frente a un director que carece de 
autoridad y tiene miedo de alumnos y profesores.
FACTORES DE PROTECCIÓN
Y… ¿cómo le hago para tenerlos atentos?
 � Motivarlos a que aprendan. Cuando el alumnado (incluso los niños bully) se da cuenta de que su 
clase es divertida e interesante (es decir, que el profesor la planeó) pondrá atención, y se mantendrá 
interesado en la clase, con lo cual disminuye la motivación para pararse, conversar, entre otros.
 � Que la clase no dependa del estado de humor del maestro; es decir, si el maestro se encuentra de 
“buen humor” entonces ese día “les pasará” todo a sus alumnos; pero si al siguiente día “se encuen-
tra de malas”, entonces que “se cuiden, porque busca quién se las pague”.
 � Tener orden en clase, por ejemplo, levantar la mano para participar sin gritar.
 � Tener un pase de salida para ir al baño y que los niños aprendan a no interrumpir la clase; sólo salir 
en caso de que el pase de salida se encuentre en el aula (si el pase de salida no está, signi� ca que 
otro niño salió, por lo que se debe esperar a que regrese).
 � Establecer reglas y consecuencias. Lo más importante es que los niños sepan que si deciden romper 
una regla, entonces tienen que aprender a asumir las consecuencias.
 � Fortalecer el liderazgo. El profesor tiene que ser el líder del aula (control de grupo). En los salones 
donde hay bullying (en el 95% de ellas), el maestro no es el líder, son los alumnos quienes “mandan”.
 � No distractores. Que losalumnos tengan en su mesa banco sólo lo necesario para realizar las acti-
vidades, evitando cualquier otro elemento (celulares, juguetes, etc.). La forma de dar la clase debe 
ser su� ciente como para captar la atención de los alumnos.
¿Sabías que?
� Las principales características de las aulas en donde se ha identi� cado bullying son la su-
ciedad, el desorden y que el alumnado no tiene hábitos y tampoco reglas.
� Cuando hay bullying, en un 95% de los casos el profesorado no tiene liderazgo, es decir, o 
maltrata o permite hacer al alumnado “lo que quiera”.
En aulas en las que existe bullying, el alumnado expresa que sus profesores no ayudan, 
incluso estando presentes cuando varios niños le pegan a un compañero; el maestro no ac-
túa porque dice que juegan, que ellos se los buscan, entre otros. 
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¿Qué características tienen los niños que no participan 
en bullying?
 � Son niños tolerantes, cooperativos, que aceptan la diferencia en la forma de hablar y vestir de sus 
compañeros.
 � Son niños que no se identi� can sólo con el “machismo” o con el estereotipo femenino tradicional; 
es decir, no son sexistas, por lo cual son capaces de tomar decisiones, trabajan bajo presión (con-
ductas asociadas de manera tradicional con los hombres) y a la vez pueden cuidar de otros; son 
sensibles (conductas asociadas con el estereotipo tradicional femenino).
 � Trabajan en equipo y ayudan a otros alumnos.
 � Son capaces de decir no (cuando quieren obligarles a hacer algo) sin agredir.
 � Solicitan ayuda de los adultos cuando tienen problemas.
¿Cómo son las familias de los niños que no participan 
en bullying?
 � Son niños que no son maltratados en casa.
 � Son niños que en casa tienen reglas y hábitos (p. ej., primero hacen la tarea y luego otras activida-
des, como jugar o ver la televisión).
 � Son niños que sus padres se interesan por ellos (los padres monitorean que hagan la tarea, se las 
revisan, juegan y conversan con ellos).
 � En niños de entre 5 y 11 años de edad sus padres los llevan a la escuela, y también van por ellos a 
la hora de salida.
 � Los padres tienen constante comunicación con el profesor de su hijo.
 � Impiden que sus hijos en casa se golpeen, griten, insulten, etc.
 � Les ofrecen actividades deportivas o artísticas.
 � Si son padres que trabajan (ambos), dan a sus hijos “tiempo de calidad”; es decir, todos los días in-
vierten en sus hijos tiempo para revisar sus tareas, contarles un cuento, conversar, asearlos.
 � Si están enfermos, los atienden, los cuidan.
 � En casa, los padres tiene el liderazgo, no los hijos; esto es, son los padres quienes determinan los 
hábitos y las reglas, sancionan en caso de que alguno de sus hijos pegue, empuje o rompa los ju-
guetes de cualquiera de sus hermanos.
¿Sabías que?
Niños victimizados
� Los niños victimizados son pequeños maltratados por sus padres: los ignoran, no conversan con 
ellos, no se interesan en sus “cosas“; pasan mucho tiempo solos en videojuegos, en Internet; sus 
progenitores incluso pagan dinero extra en el colegio para que se queden allí hasta tarde.
� Desconocen cómo relacionarse con otros niños, por lo que pre� eren estar frente al televisor o 
Internet, pues se sienten “a salvo”, al no tener que platicar con nadie.
� Tienen padres que los maltratan a través de la sobreprotección: los visten; los bañan (incluso a 
niños de sexto año y secundaria); se duermen con ellos; no les permiten elegir su ropa o el sa-
bor del helado que se van a comer.
� La sobreprotección de los padres llega a tal grado que los niños no saben leer (alumnos de 
cuarto de primaria) debido a que sus padres les hacen la tarea, y les resuelven todo lo relacio-
nado con lo académico.
Niños acosadores
� Los niños que son acosadores o bullies tienen padres que les educan a través de gritos, golpes 
e insultos, destruyéndoles día a día su autoestima.
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� Los niños acosadores tienen el control en su casa: le gritan a los padres; determinan a qué hora 
hacer la tarea, en caso de decidir hacerla; hacen berrinches constantes para obtener bene� cios 
de forma rápida ( juguetes, dinero, dulces); no tienen reglas en casa y si les ponen reglas se 
encargan de hacer “mega berrinches” frente a familiares o desconocidos para avergonzar a los 
padres; controlan de forma total a los padres y los retan.
� No tienen hábitos (no se cambian el uniforme, juegan antes de hacer la tarea; no ayudan a re-
coger lo que tiran; no les gusta la higiene); no respetan reglas (pegan a los hermanos, gritan a 
los padres, se salen de casa sin avisar y se van a jugar con vecinos, o se aparecen en otro parque 
o colonia lejos de casa sin haber solicitado permiso de los padres).
� Están solos en casa, aun cuando alguno de los padres esté de manera física; pues sus padres los 
ignoran, pero les compran todo lo que piden para compensar el tiempo de calidad que no les dan.
¿Qué puedo hacer si hay bullying en mi aula?
Se debe detener el bullying desde la educación, por lo tanto se trata de enseñar al alumnado a elegir; con 
ello se les ayudará a tomar decisiones en cuanto a su forma de actuar, para ello hay que informarles sobre 
reglas y hábitos, y enseñarles día a día conductas pro sociales (también llamadas competencias); por ejem-
plo, levantar la mano, en lugar de gritar la respuesta al profesor.
Si el bullying funciona para comunicarse, obtener protagonismo, tener amigos, obtener lo que se 
quiere, reducir la ansiedad, afrontar miedo y tristeza, y demostrar poder, entonces el profesor tiene que 
enseñar a un niño bully a comunicarse, a controlar sus emociones, a obtener protagonismo positivo, a es-
tablecer relaciones de amistad, a determinar metas y cumplirlas, y enseñarle también a afrontar situaciones 
de miedo y tristeza, así como demostrar su poder, pero todo ello sin exhibir violencia y a través de compe-
tencias (Mendoza, 2009a; Mendoza, 2009b).
PROPUESTA DE INTERVENCIÓN
La propuesta de intervención que se presenta a continuación, sienta sus bases en las leyes de aprendizaje 
y memoria derivadas de las Ciencias de la Conducta.
Esta propuesta tiene como objetivo mejorar la convivencia escolar e incrementar la conducta pro social 
(competencias para la vida, dictadas en la Reforma Integral de Educación Básica, RIEB). La propuesta tiene los 
siguientes componentes: Mi aula organizada: orden y limpieza en el aula escolar; Yo respeto: código escolar; 
Yo cuido: desarrollo de empatía; Yo opino: asamblea escolar; Yo ayudo: juego de disciplina; Yo me controlo: 
autocontrol del enojo; Yo aprendo: motivación para actividades académicas; Yo me quiero: autoestima. La 
efectividad ha sido comprobada en diversos estudios y hoy día se está aplicando en la ciudad de México 
(Ayala, et al., Mendoza, 2009a, 2009b, 2009c, 2010a, 2010b, 2011b, 2013; Pedroza, Mendoza, Martínez, 2013).
La propuesta que a continuación se presenta, tiene como objetivo mejorar la convivencia escolar. Cada 
uno de sus componentes se encuentra en el plan y programas de estudio actuales de México; se ha proba-
do que esta estrategia no implica más trabajo para el profesorado, ya que las estrategias permiten desarro-
llar en el alumnado competencias para la vida, que les permitirán tomar decisiones, elegir y asumir con 
responsabilidad sus actos, para convivir sin violencia.
El objetivo de esta estrategia es que la escuela brinde al alumno la oportunidad para que aprenda y 
ponga en práctica competencias para la vida, creando un aula libre de violencia, fortaleciendo el liderazgo 
del profesor, en compañía del psicólogo escolar, pedagogos o maestros de apoyo en el aula.
En caso de identi� car episodios de bullying, se sugiere realizar las siguientes estrategiaseducativas, 
que han demostrado reducen o desaparecen los episodios de acoso escolar.
El programa se compone de ocho estrategias educativas que facilitarán la reducción de episodios 
violentos, ayudando a los alumnos a aprender conductas que les permitirán mejorar la convivencia con sus 
compañeros.
Las estrategias son las siguientes (Mendoza, 2011B):
 � Mi aula ordenada: orden y limpieza.
 � Yo respeto: código escolar.
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 � Yo cuido: desarrollo de empatía.
 � Yo opino: asamblea escolar.
 � Yo ayudo: juego de disciplina.
 � Yo me controlo: autocontrol del enojo.
 � Yo aprendo: motivación para actividades académicas.
 � Yo me quiero: autoestima.
Los títulos muestran la conductas (prosociales) que el alumnado adquiere, al practicarlas todos los días en la 
jornada escolar. En las actividades que propone esta estrategia educativa se contemplan las competencias 
dictadas en la Reforma Integral de Educación Básica (RIEB), por lo que no implica mayor trabajo para el profesor.
Primera estrategia. Mi aula ordenada: orden y limpieza
Competencias
 � Para la vida.
 � Para la vida en sociedad.
Objetivo
Tiene como objetivo crear aulas inclusivas, eliminando barreras para el aprendizaje asociadas con lo siguien-
te: acceso al pizarrón (los niños no ven lo que está escrito); seguimiento de instrucciones (los niños ignoran 
al maestro y no hacen lo que les pide); pobre contacto visual o de interacción con otros alumnos o profeso-
rado (hay niños rechazados que no se integran a los grupos de trabajo, se la pasan solos en el recreo).
Características
El componente propone comenzar por lo más básico: crear un aula limpia y ordenada. En todas las aulas 
con casos de bullying existe desorden; los niños “salen y entran” al aula cuando quieren; hay ropa escolar 
tirada en los pasillos; los alumnos “danzan” por el aula; “gritan” para participar; no se tienen o no están a 
mano los implementos para ir al baño ( jabón, toalla); los alumnos tienen en sus mesas juguetes, comida, y 
muchas otras cosas que nada tienen que ver con la actividad que se está realizando y ello los distrae. Asi-
mismo, en todas las aulas en las que existe conducta disruptiva, acoso escolar, violencia escolar o ambos, el 
profesor no planea, es decir, al terminar una actividad “piensa” e invierte tiempo en considerar qué les 
pondrá de actividad, por lo que pierde mucho tiempo en ello; tampoco planea tomando en cuenta los di-
versos ritmos de aprendizaje del alumnado, por lo que cuando unos terminan otros “apenas” van comen-
zando a poner el título. 
El primer componente brinda estrategias para superar las di� cultades anteriores.
Segunda estrategia. Yo respeto: código escolar
Competencias
 � Para el manejo de situaciones.
 � Para la convivencia.
 � Para la vida en sociedad.
Objetivo
Con la puesta en práctica del código escolar se enseña al alumnado a tomar decisiones, autocontrolarse, 
hacerse responsable de sus actos y convivir respetando el derecho de los otros; el objetivo nunca será cas-
tigar o lastimar al alumno.
Características
En este componente se ponen en práctica las reglas del aula. Las aulas en donde existe acoso escolar tienen 
las siguientes características:
 � No se cumple el reglamento. Sí existe un reglamente (incluso pegado en la pared, � rmado por padres), 
pero “sólo adorna” la pared del aula, pues el profesor lo ignora; todos los días se rompen reglas y no se 
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dan consecuencias que permitan que el alumno aprenda que siempre y en todo momento, cada 
vez que rompa una regla tendrá una consecuencia.
 � El profesor tiene di� cultades en su liderazgo. Los profesores en aulas con bullying no son los líde-
res, ya que “les tienen miedo” a los alumnos y temen a los “padres de familia” de los chicos bully, 
por lo que les permiten “hacer lo que quieran”.
 � No enseñan competencias. El profesorado no enseña competencias al alumnado (competencias 
que les permitan tener un ambiente escolar de cooperación, ayuda, y amistad entre los compañe-
ros), por el contrario, los alumnos aprenden que es “mejor quedarse callado”, porque si pide 
ayuda al profesor éste no sabe cómo ayudarlo y después le “va peor” por andar acusando al niño 
agresor.
Tercer componente. Yo cuido: desarrollo de empatía
Competencias
 � Para el manejo de situaciones.
 � Para la convivencia.
 � Para la vida en sociedad.
Objetivo
Uno de los rasgos del niño bully es no sentir empatía por sus víctimas, es decir, no le importa el dolor que 
los otros pequeños estén sintiendo al ser molestados; así, el objetivo de este componente es que el alum-
nado desarrolle empatía a través de conductas cotidianas, en bene� cio de sus compañeros y profesores.
Características
Los niños que acosan a sus compañeros en la escuela no sienten empatía, por lo que “no se ponen en 
el lugar” del alumno victimizado cuando lo lastiman, se burlan de él, le rompen sus cosas, etc. El desa-
rrollo de empatía es una competencia que debe enseñarse a los alumnos y se realiza si se pone en 
práctica. Esta estrategia es una propuesta para desplegar empatía a través de las consecuencias que se 
impartan a los alumnos por poner una regla: el alumno bully tiene que invertir tiempo y esfuerzo para 
cumplir una actividad (durante la jornada escolar) que implique cuidar de otros compañeros y ayudar a 
quienes lo requieran, siempre bajo estricta supervisión; es decir, si le rompieron la pierna a un alumno 
por pegarle, además de hacerse cargo de los gastos médicos, una de las consecuencias es subir y bajar 
con el alumno siempre y durante el tiempo en que esté imposibilitado y cargarle sus cosas (bajo estric-
ta vigilancia).
Cuarto componente. Yo opino: asamblea escolar
Competencias
 � Para el aprendizaje permanente.
 � Para el manejo de situaciones.
 � Para la convivencia.
 � Para la vida en sociedad.
Objetivo
La asamblea escolar es una oportunidad para:
 � Que el alumnado aprenda y demuestre las conductas pro sociales que ha asimilado.
 � Que el alumno se dé la oportunidad de ser honesto y admitir su responsabilidad al molestar a otros.
 � Que el alumnado aprenda a debatir y tomar decisiones en grupo.
 � Que el estudiante aprenda a comunicar sus emociones sin lastimar a otros.
 � Que en aulas en las que existe bullying y violencia extrema, el alumnado aprenda a expresarse en un 
ambiente de respeto a través del cual sea capaz de expresar enojo (p. ej., por ser tratado injustamente), 
quejas (p. ej., hacia algún alumno que toca genitales o incluso descontentos de su propio maestro), o 
solicitar ayuda al haber compañeros que los amenazan con navajas o la vivencia de violencia extrema (p. 
ej., abuso sexual dentro del contexto escolar) (Mendoza, 2010a).
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 � Que el maestro conozca a sus alumnos. El 89% de los profesores que ha participado en este progra-
ma indica que las asambleas escolares les permite conocer los motivos que tienen sus alumnos para 
no trabajar en clase, no poner atención o pegar a otros, de tal forma que aprenden a tener mayor 
cercanía con ellos.
La asamblea escolar también tiene una función de diagnóstico, es decir, a través de ella se pueden identi� car 
los “círculos de bullying” existentes en un aula escolar, por lo que permiten identi� car con precisión el alum-
nado involucrado en situaciones violentas, el tipo de acoso escolar y, lo más importante, si existe o no acoso 
escolar; hay aulas en las que los padres de familia a� rman que existe bullying, pero no es así, e incluso sus 
hijos con� esan mentir para que sus padres les pongan atención y ya no los “dejen solos” por las tardes.
Estasasambleas están propuestas en el actual plan y programa establecido por la SEP en la materia 
Formación Cívica y Ética, aunque no se indica la metodología para llevarlas a cabo para prevenir, diagnos-
tica o intervenir para mejorar la convivencia escolar.
En este manual se explica la metodología completa de las asambleas escolares.
Quinto componente. Yo ayudo (cooperando y participando 
nos organizamos): juego de disciplina cooperativa
Competencias
 � Para el aprendizaje permanente.
 � Para el manejo de situaciones.
 � Para la convivencia.
 � Para la vida en sociedad.
Objetivo
El principal propósito del desarrollo del juego de disciplina cooperativa es motivar al alumnado para traba-
jar en equipo, ayudar a otros, y aprender a trabajar en equipo, en un ambiente libre de violencia.
Características
Este juego permite que los alumnos pongan en práctica varias competencias: tolerancia, ayudar a otros que 
lo necesitan, autocontrol (seguir indicaciones, permanecer en su lugar, entre otros), tomar decisiones grupales 
y rápidas; todo ello se realiza mientras desarrollan una actividad académica planeada por el profesorado.
Sexto componente. Yo me controlo (autocontrol de enojo) 
(Mendoza, 2010a)
Competencia
 � Para el manejo de situaciones.
 � Para la convivencia.
 � Para la vida en sociedad.
Objetivo
Esta propuesta invita al niño a aprender “nuevas formas de comportarse” para evitar exhibir agresión 
cuando siente enojo; estrategias que se ponen en práctica en el contexto escolar (bajo supervisión de 
maestros, psicóloga educativa, etc.).
Característica
El autocontrol o la autorregulación (Mendoza, 2010a) es una competencia que se solicita al profesorado 
que se desarrolle durante la educación primaria. Este componente permite poner en práctica durante la 
jornada escolar competencias que enseñen al alumno a expresar sus emociones sin lastimar a otros, lo cual 
permite que los alumnos se adapten a su aula escolar a través de estrategias educativas dictadas en mate-
rias como Educación Física, Español, Educación Cívica y Ética, como: comunicación asertiva, relajación, so-
lución no violenta de con� ictos, y autoinstrucciones (Mendoza, 2010a); todas ellas permiten que el niño 
reduzca su impulsividad (hacer algo sin pensar en las consecuencias).
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Séptimo componente. Yo aprendo 
(motivación para actividades académicas)
Competencias
 � Para el aprendizaje permanente.
 � Para el manejo de situaciones.
 � Para la convivencia.
 � Para la vida en sociedad.
Objetivo
El principal propósito es que el alumno se sienta más motivado para desarrollar las actividades escolares 
(tanto en casa como en la escuela) y que cada vez más pase más tiempo “trabajando en clase” y menos 
periodos “escapándose de clases”, “danzando en el aula”, “conversando con otros compañeros”, “comiendo 
en el aula”, “pegando y molestando a otros”.
Características de la motivación por actividades académicas
Las actividades propuestas en este componente están diseñadas para que el alumnado bully sea capaz de 
trabajar con alumnos que antes victimizaba, y que además muestre competencias como: cooperar con su 
compañero al que antes “pegaba”; ayudar a otros que antes molestaba; participar en las tareas académicas, 
teniendo protagonismo positivo (antes tenía protagonismo negativo al pegar, burlarse, etc.); además, que 
desarrolle una autoestima “sana” en la que el alumno bully y víctimas aprendan que son capaces de atender 
y solucionar (los alumnos bully construyen su autoestima lastimando a otros, y los niños víctimas construyen 
su autoestima creyendo que “mientras más golpes reciben más aceptados serán por lo compañeros”.
Octavo componente. Yo me quiero (autoestima)
Competencias
 � Para el aprendizaje permanente.
 � Para la vida en sociedad.
Objetivo
El profesorado contribuirá a fortalecer el valor que el alumnado se da a sí mismo, a través del monitoreo de 
su trabajo en clase, ofreciéndole estrategias diversi� cadas para comprender lo enseñado y � nalizar sus 
trabajos escolares, reduciendo las barreras de aprendizaje presentadas en el contexto del aula.
Características
Es común que los profesores y padres de familia crean que la autoestima en un niño se desarrolla si lo en-
vían a un “curso de autoestima de cinco horas”; se debe quitar esa idea falsa. La autoestima se crea en todo 
momento, en todos los lugares, de acuerdo con las experiencias que los niños van viviendo; es por ello que 
los padres y profesores necesitan crear oportunidades en los niños para que puedan practicar actividades 
que les permitan tener protagonismo positivo; mostrar empatía por otros (tristeza, alegría o dolor por lo 
que pasan otros compañeros); capacidad de tomar decisiones; expresar lo que se piensa y siente (evitando 
lastimar a otros); responsabilizarse de su conducta (hacerse cargo de las consecuencias si rompen reglas); 
aprender a elegir; tener la capacidad para establecer metas e implementar un plan para lograrlas (conforme 
a su edad y capacidades); usar el poder para compartir, ayudar, relacionarse de forma positiva con sus pares; 
identi� car sus fortalezas, y emplearlas al máximo para resolver problemas cotidianos.
Este componente permite desarrollar la autoestima de los niños a través de la función del profesor, así 
como de las actividades plasmadas en su plan cotidiano.
La construcción de autoestima es de fundamental importancia para disminuir el riesgo de que los niños 
se involucren en situaciones de violencia y bullying, ya que a partir del valor y amor que perciban de sí mismos 
podrán construir relaciones basadas en el respeto mutuo, empatía, tolerancia, rechazando las creencias falsas 
con las que se identi� can la mayoría de los bullies: el poder se usa para abusar de otros y para obtener lo que 
se desea a muy bajo costo (Mendoza, 2011b).
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¿Sabías que?
� El profesorado que ha participado desarrollando el programa expresa que no implica más 
trabajo para ellos; por lo contrario, que las interrupciones por golpes, gritos, por terminar 
rápido se terminan cuando los alumnos aprenden que la maestra “hace que se cumplan 
las reglas del aula”.
� El profesorado se siente acompañado por la psicóloga educativa. 
� El profesorado siente que tiene liderazgo y que es capaz de educar a sus alumnos.
� El profesorado sabe que él es quien tiene el control del grupo, no los alumnos.
� El profesorado, a través del programa, logra más cercanía con los alumnos, por lo que se 
desarrolla con� anza y respeto entre ellos.
� Las asambleas escolares y el buzón escolar son cali� cadas por los alumnos como dos de 
las estrategias que “les gustan mucho” para mejorar la convivencia escolar y erradicar el 
bullying.
� Más de 800 alumnos han participado en la estrategia antes señalada, y el 99% de ellos ha 
cali� cado a las asambleas escolares y al buzón escolar como su estrategia favorita, expre-
sando que les ayuda a protegerse del bullying.
Capítulo
Generalidades de 
las asambleas escolares
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PROPÓSITOS DE LAS ASAMBLEAS ESCOLARES
En este manual se presenta el desarrollo de una estrategia que ha demostrado su efectividad para el diagnós-
tico rápido y efectivo del bullying: la asamblea escolar. Se trata de una estrategia que permite identi� car con 
rapidez a cada uno de quienes integran el círculo de bullying: bully, secuaz, seguidor pasivo, víctima, víctima/
acosador y espectadores, así como el papel que desempeña el profesorado como víctima, acosador o espec-
tador del acoso que viven sus alumnos.
El objetivo general de las asambleas es ofrecer una estrategia educativaque permita, a través del tra-
bajo cotidiano en la escuela, la prevención de situaciones de riesgo, ofreciendo al alumnado conocimiento, 
habilidades y conducta pro social (a través de información práctica y concreta), que le permita desarrollar 
estrategias de autocuidado, para reducir el riesgo de accidentes o episodios de maltrato, con base en una 
intervención psicoeducativa que sienta sus bases en los planes y programas actuales de la SEP, así como en 
investigación cientí� ca que tiene bases en Ciencias de la Conducta (psicología puente).
El propósito de las asambleas escolares es generar estrategias que le permitan al profesorado construir, 
a través del trabajo cotidiano en aula, competencias para la vida en sociedad, bajo una visión transversal.
La asamblea de aula es una estrategia de aprendizaje incluida en todas las materias de educación 
básica, que ofrece al alumnado una oportunidad para expresar sus opiniones, aprender a tomar turnos, 
escuchar a los demás, respetar las opiniones de otros, re� exionar y organizar su pensamiento para expresar 
de forma verbal lo que sienten u opinan. En la asamblea de aula todos los niños intervienen, el psicólogo o 
profesor es un guía que favorece la participación organizada de los estudiantes, asegurándose que ninguno 
quede excluido.
Las asambleas escolares han demostrado ser e� caces en la detección, prevención y atención de episo-
dios de acoso escolar, y ser una herramienta útil para enseñar a los niños a resolver problemas sin agresión 
(Mendoza, 2009c). Las asambleas escolares permiten a los niños mostrar honestidad, siendo un valor que 
ha sorprendido al profesorado, al darse cuenta de que el ambiente de con� anza que se crea en ellas per-
mite al alumnado “bully” o “acosador” tener el valor civil para ponerse de pie, admitir su responsabilidad y 
aceptar consecuencias, al tiempo que se compromete a no lastimar más a sus compañeros.
Las asambleas escolares brindan a los alumnos la oportunidad de poner en práctica la tolerancia, la 
comunicación asertiva y el autocontrol (respeto de turnos). Otra de sus bondades es que el alumnado 
aprende que sólo se habla de lo que “les consta” y no se comenta lo que las personas “dicen”, de tal mane-
ra que se solucionan problemas sin tomar en cuenta los “rumores maliciosos”, que tanto daño hacen y crean 
con� ictos en un grupo social.
ESTRUCTURA Y CARACTERÍSTICAS GENERALES
Las asambleas escolares se diseñan con base en las leyes del aprendizaje y en los derechos de las niñas, 
niños y adolescentes, tomando como base la currícula escolar.
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Generalidades de las asambleas escolares 19
Una característica que de� ne a la asamblea escolar es que el profesional que la guía es sólo eso: una 
guía; así, en una asamblea escolar, el educador toma la palabra y da turnos para opinar, establecer límites 
(en caso de ser necesario) o hacer preguntas que irán estructurando la sesión. Otra de sus características es 
que la asamblea escolar se construye a partir de la opinión del alumnado, debido a ello el guía no “brinda 
consejos”, tampoco construye las conclusiones o los acuerdos, es el propio alumnado quien los crea, toma 
decisiones con base en sus necesidades (p. ej., a través de votaciones, haciendo válida la opinión y partici-
pación de todos), logrando así la construcción de un aula inclusiva.
Las asambleas escolares pueden llevarse a cabo de forma semanal y tener una duración de una hora 
(aproximadamente). Conviene destacar que no hay un número sugerido de asambleas escolares a realizarse 
durante el año escolar, ello dependerá de las necesidades del grupo; los alumnos toman acuerdos e incluso 
organizan, en compañía de su profesor, un día a la semana con hora y día establecido para llevarla a cabo 
(incluso alumnado de primer grado).
 En este manual, la asamblea escolar tiene como punto de partida el bullying; los problemas que se viven 
en el aula son los que de� nen el contenido de las mismas. Los propios niños, como ya se ha mencionado, 
establecen las normas y consecuencias, al tiempo que brindan estrategias de acción para detener el bullying, 
lo cual hace que se comprometan a cumplir con las acciones que han propuesto, cambiando de esta manera 
la dinámica del grupo: rompen el silencio.
En el manual se brindan otras temáticas que deben ser abordadas, completando de esta forma el 
trabajo para atender el bullying: derechos de la niñez, maltrato infantil, técnicas de relajación y comunica-
ción asertiva (temáticas incluidas en la materia de Formación Cívica y Ética, Educación Física, y Español de 
los planes y programas actuales de la SEP).
RECOMENDACIONES GENERALES PARA EL PROFESIONAL
 QUE GUÍA UNA ASAMBLEA ESCOLAR
Durante el desarrollo de las asambleas escolares dirigidas a prevenir y detectar casos de acoso escolar, es 
importante mostrarse cercano al alumnado, por lo que es necesario que la asamblea escolar se desarrolle 
en un contexto de con� anza y seguridad para ellos.
Se recomienda que el profesional:
 � Mire a los ojos cuando habla con el alumnado.
 � Se mantenga a la altura visual de los niños o niñas (p. ej., inclinarse para hablar con ellos).
 � Utilizar un tono de voz amable, pero � rme (no gritando). 
 � Compartir sonrisas. En este tema, los niños y las niñas exhiben de forma constante “risillas” de ner-
vios, es necesario que se compartan (los estudiantes deben sentirlo como aliado).
 � Elogiar de manera constante la participación de los niños y las niñas, en especial a los niños tímidos 
que les “cuesta trabajo” expresarse en clase.
 � Estar dispuesto a compartir y a ofrecer en el momento de las asambleas escolares “lo mejor de sí mismo”.
 � Brindar la oportunidad de que cada alumno se exprese; por ello será importante organizar turnos. 
 � Escuchar a cada uno de los alumnos sin excluir, ya que las asambleas escolares son una oportunidad 
para que el alumnado se exprese “sin vergüenza” y sin miedo en un ambiente seguro.
 � En caso de que algún alumno tenga di� cultades para expresarse en público, se sugiere que durante 
la asamblea escolar el guía tome de la mano al estudiante (para brindarle seguridad), y le pida que 
se mantenga de pie, erguido (sin jorobarse), y que exprese con seguridad lo que quiere, ya que los 
demás estarán atentos para escucharlo. La experiencia en estos casos indica que si a los niños con 
di� cultades para expresarse en público se les “crea la oportunidad” para opinar en un ambiente de 
respeto (sin burlas ni insultos), a partir de ese momento son alumnos que continúan participando 
(al principio sólo en las asambleas escolares, después durante las actividades académicas desarro-
lladas en la jornada escolar).
OBSERVACIONES
En caso de que algún alumno rompa una regla durante la asamblea escolar, el guía deberá aplicar la estra-
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Bullying. Asambleas escolares para mejorar la convivencia escolar (Capítulo 2)20
tegia de respuesta alterna o una consecuencia, con el objetivo de que el estudiante aprenda a participar en 
las asambleas escolares en un ambiente libre de violencia.
PASOS A SEGUIR PARA DESARROLLAR 
LA ASAMBLEA ESCOLAR
MATERIALES PARA USAR
Es importante tener en cuenta que para cada asamblea escolar se requiere de un formato que permitirá 
registrar lo que suceda (ver anexos de este manual), lo cual permite tener una guía clara de los acuerdos 
tomados, así como de los compromisos adquiridos por los alumnos.
Otros formatos a considerar son el formato para evaluar las asambleas escolares (Evaluación a la 
Asamblea Escolar) y un segundo formato que permite realizar autoevaluaciones, a � n de que el alumnado 
pueda veri� car su propio conocimiento sobre los temas tratados en las asambleas escolares.
Por último, es necesario usar el formato del buzón de quejas una vez que inician las asambleas

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