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P SICOLOGIA 
Y SALUD. CONTRIBUCIONES DE LA 
PSICOLOGIA AL MEJORAMIENTO DE 
LA SALUD Y DE LA ATENCION DE 
SALUD1 
Wayne H. Hdbmzan,2 Ridwd I. Euans, 3 
Steven Kennedy4 e Ira Iscoe5 
1 NTRODUCCION 
Problemas de salud prevalecientes 
El rápido cambio social re- 
sultante del desarrollo económico, la 
industrialización y la urbanización ha 
tenido profundos efectos sobre la cstruc- 
tura de las comunidades, el funciona- 
miento de las familias y el bienestar psi- 
cológico de las personas (1, 2). En 
muchos lugares, estos cambios han so- 
cavado los sistemas tradicionales de 
apoyo psicológico, con lo cual se ha redu- 
cido la capacidad de los individuos, fami- 
lias y comunidades de enfrentarse a las 
aflicciones, enfermedades y discapaci- 
dades. Debido con frecuencia a la de- 
sorganización social, los problemas tales 
’ Se publicó en el Bdetin of the UWdHeah% Organi- 
zatim Vol. 65, No. 6. 1987, con el título “Psychology 
and health: contributions of psychology to the im- 
provement of heakh sud health care”. @Organización 
Mundial de la Saud. 1987. 
z Universidad de Texas, Fundación Hogg pata la Salud 
Mental. Dirección postal: University of Texas, Austin, 
TX 78712, EUA. 
J Universidad de Houston, Houston, Texas. 
4 Asociación Psicológica Ameticana, Oficina de Asuntos 
Internacionales. Washington, DC. 
s Universidad de Texas. Austin. 
como la delincuencia juvenil, la violencia 
y los accidentes laborales y de transito 
han aumentado. Los cambios correspon- 
dientes en el modo de vida, tales como la 
dieta deficiente, la falta de ejercicio y el 
abuso de sustancias, han sido factores de- 
terminantes de variaciones considerables 
en los tipos de enfermedades que se pre- 
sentan, incluidos la malnutrición, la hi- 
pertensión y otros problemas cardiovas- 
culares, diversos tipos de cáncer y 
adicciones (3), así como en las tasas de 
mortalidad infantil y de esperanza 
de vida (4). 
Ademas, los factores psicoso- 
ciales se reconocen de manera creciente 
como determinantes del éxito en la salud 
y las acciones sociales (5). Se ha llegado a 
aceptar que los programas tendientes a la 
prevención de enfermedades y la promo- 
ción de la salud y el bienestar deben ba- 
sarse en un entendimiento de la cultura, 
las tradiciones, las creencias y los pa- 
trones de interacción familiar. De impor- 
tancia no menor ha sido el reconoci- 
miento de que la estructura y función de 
los servicios de salud reciben considerable 
influencia de factores psicosociales tales 
como la motivación de los trabajadores 
de salud y las formas como se percibe la 
enfermedad. 
- 
La devastadora difusión de los 
problemas relacionados con el abuso del 
alcohol y las drogas, que causan un daño 
grave a la salud y bajan la productividad 
socioeconómica de los individuos, las co- 
munidades y las naciones, ha sido otra 
fuente de creciente preocupación para los 
gobiernos. En un número de países cada 
vez mayor, las personas diagnosticadas 
como “alcohólicas” ocupan la tercera 
parte, o incluso más, del total de las 
camas de hospitales. Junto con la desin- 
tegración de la familia se está registrando 
un alto nivel de consumo de alcohol en- 
tre las mujeres y los jóvenes. La cirrosis 
hepática se sitúa enue las cinco causas 
principales de muerte en el grupo de 
población de 25 a 64 años de edad en va- 
rios países desarrollados. En muchos 
países, aproximadamente 50% de las 
muertes que ocurren en accidentes de 
tránsito están relacionadas con el alcohol. 
Dentro de la industria, se presentan altas 
tasas de ausentismo y baja productividad 
entre las personas con un alto consumo 
de alcohol. En general, todas las clases 
sociales se ven afectadas por el alcoho- 
lismo, y con frecuencia los problemas 
$ 
graves que provoca esta enfermedad 
ch aquejan a personas muy capacitadas que 1 pueden tener un papel importante en el 
3 desarrollo nacional. 
3 h Los problemas de la salud re- 
Ei 
lacionados con el abuso de drogas consti- 
$ 
tuyen una grave preocupación de carácter 
a, político y de salud pública en muchos 
.*;: R países. El daño a la salud y a la produc- 
4 
3 
tividad social que provoca este abuso, así 
como el hecho de que con frecuencia 
--& 
G 
concierne a los adolescentes y la gente 
joven, refuerzan aun más la demanda de 
acción. El uso no regulado de medica- 
246 mentos psicotrópicos que presentan 
riesgo de dependencia también es un 
problema grave en muchos países. El tra- 
bajo sobre la prevención de este tipo de 
toxicomanía se ve con frecuencia obsta- 
culizado por una conciencia insuficiente 
de la existencia de problemas relaciona- 
dos con el uso indiscriminado de medica- 
mentos psicotrópicos, la insuficiente re- 
gulación de las drogas y la ausencia de 
métodos eficaces para prevenir o re- 
mediar el daño causado por dichos pro- 
ductos. 
Por lo menos 40 millones de 
personas en el mundo sufren enferme- 
dades mentales graves, tales como es- 
quizofrenia y depresión grave (6), y por 
lo menos el doble de esta cantidad se en- 
cuentran gravemente discapacitadas por 
el retraso mental, la demencia y otros 
trastornos del sistema nervioso. No se 
conoce ningún grupo humano ni comu- 
nidad -cualquiera que sea su nivel de 
desarrollo- que esté exento de enferme- 
dades mentales graves. Los cálculos de la 
cantidad de gente en el mundo afectada 
por trastornos mentales menos graves 
aunque discapacitantes varían; ninguno 
de ellos, sin embargo, baja de los 200 mi- 
llones. Los trastornos mentales consti- 
tuyen una proporción sustancial de la 
morbilidad total que se registra en los 
servicios generales de salud, de los países 
desarrollados y en desarrollo tanto entre 
adultos como entre niños. Estas cifras 
probablemente aumenten en los próxi- 
mos años. 
La mortalidad causada por en- 
fermedades infecciosas agudas continúa 
descendiendo; por lo tanto, una canti- 
dad cada vez mayor de personas está 
sobreviviendo al período de alto riesgo de 
contraer dichas enfermedades. Aparte 
de esta razón demográfica general del 
aumento en la morbilidad psiquiátrica, 
la incidencia de trastornos específicos 
puede ascender o descender depen- 
diendo de la frecuencia y la diseminación 
de factores etiológicos particulares, bioló- 
gicos y ambientales, en diferentes partes 
del mundo. Así, la tasa creciente de acci- 
dentes resulta en aumentos espectacu- 
lares de casos de síndromes cerebrales 
orgánicos tóxicos 0 traumáticos, con sus 
consecuentes perturbaciones del compor- 
tamiento. Ademas, donde prevalecen las 
enfermedades infecciosas y parasitarias, 
puede esperarse la aparición de psicosis 
agudas y crónicas causadas por afección 
del cerebro. 
El estrés, en sus diversas for- 
mas, está presente en todas partes y con- 
tribuye a la manifestación de una gama 
de reacciones disfuncionales del compor- 
tamiento, tales como estados de an- 
siedad, depresión y trastornos psicoso- 
máticos que afectan a millones de 
personas. El suicidio, de acuerdo con 
cálculos recientes, tan solo en Europa 
causa la enorme cantidad de 100 000 
muertes anuales (7). 
Los trastornos neurológicos 
son una causa principal de defunciones y 
de discapacidad a largo plazo en todos los 
grupos de edad del mundo entero. La 
epilepsia afecta de dos a cinco personas 
por 1 000 habitantes en los países indus- 
trializados; estas cifras pueden ser entre 
tres y cinco veces más altas en algunos 
países en desarrollo. Los accidentes cere- 
brovasculares son considerados también 
como una de las causas frecuentes de dis- 
capacidad en todos los países. Los tras- 
tornos infecciosos del sistema nervioso 
(virales y bacterianos) son aún muy fre- 
cuentes y suelen tener secuelas neuroló- 
gicas discapacitantes incluso cuando se 
tratan correctamente. Las enfermedades 
traumáticas de los nervios periféricos se 
encuentran en aumento debido a los 
accidentes laborales y de tránsito. 
Asimismo, los trastornos neurológicos li- 
gados al envejecimiento aumentan con el 
incremento de la esperanza de vida. 
Se calcula que existenunos 
400 millones de personas discapacitadas 
en todo el mundo. No menos de dos de 
cada cinco de estas personas deben su dis- 
capacidad a enfermedades mentales o 
neurológicas, o a las secuelas del alcoho- 
lismo y la drogadicción. La dimensión 
psicosocial, sin embargo, está también 
presente en la discapacidad cuya causa 
primaria son enfermedades físicas o acci- 
dentes; esta dimensión es con frecuencia 
crucial para la rehabilitación y reintegra- 
ción social de la persona discapacitada. 
La psicología moderna 
como ciencia y profesión 
La psicología moderna nació 
tan solo hace un siglo de la fusión de la 
investigación fJosófica y la metodología 
de las ciencias naturales. Dado su interés 
en la investigación científica de los proce- 
sos mentales y el comportamiento, la psi- 
cología floreció pronto en Europa y Nor- 
teamérica. El desarrollo de pruebas 
mentales y el estudio de diferencias in- 
dividuales condujo a muchas aplica- 
ciones en el desarrollo infantil, la educa- 
ción, la industria y los hospitales 
psiquiáuicos. Hacia finales de la segunda 
2 
guerra mundial, las contribuciones cien- 3 
tíficas y profesionales de los psicólogos se b 
encontraban firmemente establecidas 3 
dentro del campo general de la salud 
mental, particularmente en las so- 
g 
ciedades altamente industrializadas de s 
Europa y Norteamérica. 2 
Durante los dos primeros de- . 
cenios posteriores a la segunda guerra 
mundial, la psicología se expandió rápi- 
3 
e; 
damente a una amplia variedad de áreas, 
247 
como ciencia y como profesión. En cali- 
dad de científicos, los psicólogos abrieron 
muchos campos de investigación nuevos 
dentro de las ciencias biológicas y sociales 
en su búsqueda de una comprensión más 
profunda de la mente y el comporta- 
miento. Como profesionales, los psicólo- 
gos se multiplicaron rápidamente para 
proveer servicios de salud mental a per- 
sonas con problemas mentales o emo- 
cionales en busca de ayuda. 
Pronto surgieron dos especia- 
lizaciones principales: la psicología 
clínica, que se originó en gran medida en 
el hospital o el consultorio psiquiátrico, y 
la psicología de orientación personal, 
que primordialmente creció en los ámbi- 
tos académicos. Mientras que la forma- 
ción de especialistas en ambas disciplinas 
tiene diferencias muy claras, en la prác- 
tica real la distinción es mucho menos 
pronunciada. Ambas ofrecen servicios de 
salud mental y sus profesionales con fre- 
cuencia se agrupan en equipo con otros 
profesionales de la salud mental, espe- 
cialmente psiquiatras y trabajadores so- 
ciales psiquiátricos. Una tercera especiali- 
dad, la psicología escolar, se desarrolló a 
partir de la necesidad de disponer de ser- 
vicios profesionales especializados para 
los niños, maestros y padres que se con- 
centraran en los problemas del aprendi- 
zaje y desarrollo infantil en ámbitos 
2 
escolares. Ti-adicionalmente, estas espe- 
c% 1 cialidades tenían como función primaria 
3 
prestar servicios de salud mental a indivi- 
3 
duos, por lo cual comparten con los otros 
1 servicios de salud la relación tradicional 
E 
x 
médico-paciente (o cliente), con énfasis 
Isf 
en el diagnóstico y el tratamiento o aten- 
,N 
ción, y conducen a un mejoramiento de 
8 la salud y el desarrollo de la persona. ‘/> 
3 
Otra especialización dentro 
2 
de la psicología que ha contribuido al 
Q campo de la salud es la psicología indus- 
trial, llamada también ergonomía. Los 
psicólogos de esta rama se ocupan de pro- 
248 blemas tales como las formas de 
equiparar las capacidades de los indivi- 
duos con los requisitos de los empleos a 
través de una selección adecuada y méto- 
dos de capacitación, el diseño de los em- 
pleos y las condiciones ambientales para 
hacerlas corresponder con las capacidades 
humanas, la evaluación y mejoramiento 
de la satisfacción con el empleo, la reduc- 
ción de los accidentes y el estrés en el l.u- 
gar de trabajo, y la asistencia de las per- 
sonas en la selección apropiada de 
opciones laborales y en el logro de su 
realización. 
Más recientemente, han sur- 
gido nuevas especialidades como parte 
de una tendencia creciente hacia las in- 
tervenciones preventivas de base comuni- 
taria y un mayor énfasis en la promoción 
y protección de la salud y el bienestar, a 
diferencia del tratamiento de la enferme- 
dad en el individuo. Dos de estas nuevas 
especialidades son particularmente 
notables: la psicología de la salud, estre- 
chamente asociada con la medicina del 
comportamiento, que se ocupa primor- 
dialmente de los aspectos preventivos y 
promocionales de la atención de salud; 
y la psicología comunitaria, que se ha de- 
sarrollado a partir de la investigación so- 
bre la acción social y el desarrollo comu- 
nitario . 
La psicología de la salud se 
ocupa de la relación biopsicosocial de la 
mente y el cuerpo en un medio sociocul- 
tural dado y del desarrollo de nuevas tec- 
nologías del comportamiento para la 
promoción y mantenimiento de la salud. 
Comprende además el estudio de fac- 
tores del comportamiento que afectan el 
tratamiento de emergencia y la recupera- 
ción de la enfermedad física. Si bien el 
interés en la relación entre la mente y 
el cuerpo se remonta a muchos siglos, tan 
solo muy recientemente se han desarro- 
llado los nuevos enfoques teóricos y tec- 
nologías para el mantenimiento de la sa- 
lud y la prevención de enfermedades o 
disfunciones en personas por lo demás 
sanas. Actualmente, entre los científicos, 
los profesionales de salud y los respon- 
sables de las decisiones políticas crece el 
convencimiento de que buena parte de 
lo que se percibe como enfermedad en 
gran medida proviene del comporta- 
miento de las personas más bien que 
simplemente de agentes patógenos 
biológicos. El hábito de fumar cigarrillos, 
el abuso de drogas y alcohol, el exceso en 
el comer, el consumo excesivo de sal, la 
falta de ejercicio, la negligencia en el uso 
del cinturón de seguridad y en la bús- 
queda de atención médica, así como los 
estilos de vida de gran estrés, son tan solo 
algunos de los factores del comporta- 
miento que causan enfermedades graves. 
Dentro de cada comunidad 
existen recursos autóctonos que pueden 
aprovecharse para promover la salud y el 
bienestar del individuo, así como fac- 
tores del comportamiento que conducen 
a la enfermedad. La psicología comunita- 
ria considera todos estos factores al ela- 
borar programas de acción social para el 
mejoramiento de la salud, tanto de la co- 
munidad como de los individuos que la 
componen. Usando un enfoque alta- 
mente pragmático, el psicólogo comuni- 
tario estudia los recursos de una comu- 
nidad, evalúa las necesidades de sus 
miembros, busca asistentes y proveedores 
de atención de salud nativos, examina los 
agentes tóxicos y las fuentes de esués in- 
tenso en el ambiente, y ayuda a los 
líderes comunales a establecer un pro- 
grama de intervención o de acción social 
dirigido al mejoramiento de la calidad de 
vida para toda la comunidad. 
Cada uno de estos diferentes 
enfoques de la salud y la enfermedad de- 
ben explicarse más detalladamente. Pero 
primero, es importante tomar nota de la 
disuibución sumamente desigual de los 
psicólogos en todo el mundo y de las con- 
secuencias que tiene esta desigualdad en 
la planificación de la salud en diferentes 
países. 
Desarrollo y situación 
de la psicología 
en diferentes países 
Recientemente se ha calcu- 
lado que existen unos 260 000 psicólogos 
profesionales en todo el mundo (8). 
Menos de la mitad de esta cifra son 
miembros de sociedades nacionales per- 
tenecientes a la Unión Internacional de 
Ciencias Psicológicas (International 
Union of Psychological Science), aso- 
ciación no gubernamental con represen- 
tantes en 45 países. La mayor concenua- 
ción de psicólogos vive y trabaja en los 
países económicamente desarrollados de 
Europa occidental y Norteamérica, y en 
otros países tales como Israel, Japón y 
Australia. Solamente dentro de los Esta- 
dos Unidos de Américaexisten más de 
100 000 psicólogos, la mayor parte de los 
cuales tienen grado de doctores. En 
los países donde existen varios cientos de 
0 
psicólogos por millón de habitantes y 
una larga tradición de apoyo a la investi- 
2 
gación científica podría esperarse un de- 2 
sarrollo mucho mayor de la psicología 
. 
como contribuyente importante a la sa- -2 
lud que en las naciones donde existen z 
muy pocos psicólogos reconocidos. 8 
La naturaleza de la psicología fi 
y el papel de los psicólogos, particular- 
mente con respecto a la salud y la salud 
2 
mental, varían en diferentes partes del 
mundo, según se trate de los países in- 249 
dustrializados y económicamente desa- 
rrollados, ubicados primordialmente en 
Norteamérica y Europa occidental; los 
países socialistas de Europa oriental y 
China; los países en desarrollo dinámico 
del Tercer Mundo, principalmente si- 
tuados en América Latina y Asia, y los 
países menos desarrollados del Tercer 
Mundo, los cuales se encuentran ac- 
tualmente abrumados por la superpobla- 
ción y por graves problemas económicos 
y sociales. 
Naciones muy industrializadas. La 
gran mayoría de los psicólogos con el 
grado de capacitación profesional y cien- 
tífica más alto se encuentran en Nor- 
teamérica, Europa occidental, Japón y 
Australia. Por lo menos 95 % de la inves- 
tigación científica y la capacitación para 
el doctorado en psicología se lleva a cabo 
en las universidades y centros de investi- 
gación de estos países. La psicología co- 
munitaria, con su enfoque central en el 
análisis ecológico y ambiental así como la 
acción social dentro de la comunidad, y 
la mayor parte de los recientes avances en 
la psicología de la salud han tenido su 
origen en estos países. 
Países socialistas. El desarrollo de la 
psicología en los países socialistas de 
Europa oriental y la URSS ha sido muy 
$ 
desigual, lo cual se debe en parte a los 
ch debates ideológicos que tuvieron lugar a w 
^ 
53 
comienzos de este siglo sobre el carácter 
8 
de la psicología y su papel más adecuado 
w en una sociedad comunista. En la URSS, 
D 
por ejemplo, el número de psicólogos 
8 por millón de habitantes, en particular a, 
.tZ 
de quienes ofrecen servicios de salud, es 
$ 
considerablemente menor que en la 
FG 
-u 
G 
250 
mayor parte de los países occidentales. 
Sin embargo, existe un creciente interés 
en todas las especialidades mencionadas 
anteriormente. En otros lugares de 
Europa central y oriental, particular- 
mente en Checoslovaquia, Hungría, Po- 
lonia, República Democrática Alemana y 
Yugoslavia, el numero de psicólogos y sus 
actividades se asemejan mucho más a los 
de Europa occidental, en gran medida a 
causa de sus tradiciones anteriores a la se- 
gunda guerra mundial. El mayor país so- 
cialista, la República Popular de China, 
pasó por tal período de agitación, que 
tan solo recientemente se ha reorgani- 
zado la psicología como una importante 
disciplina científica que en el futuro de- 
sempeñará un papel fundamental en la 
salud. Actualmente solo cuenta con unos 
2 000 psicólogos, de modo que es proba- 
ble que pasen varios decenios antes de 
que existan suficientes profesionales ca- 
pacitados para atender a toda la pobla- 
ción del país. Al tomar conciencia del 
tremendo desafío con que se enfrentan, 
los psicólogos chinos están buscando los 
caminos para extender la psicología a 
otros campos, aumentando así su in- 
fluencia sobre la política y el desarrollo 
nacionales (9). En Cuba, los psicólogos 
han adoptado un papel activo en la pro- 
moción de la atención primaria de salud, 
la reducción de los factores de riesgo so- 
cial y el fortalecimiento de la capacidad 
de la población de enfrentar problemas 
a través de la acción de base comunita- 
ria (10). 
Países en desarrollo dinámico. La 
mayor parte de los países de América 
Latina han experimentado un rápido cre- 
cimiento en el número de psicólogos con 
capacitación profesional. Si bien son po- 
cos los que logran el grado de doctorado, 
en los últimos decenios muchos miles de 
personas han culminado programas pro- 
fesionales de psicología de cinco años en 
la mayor parte de las universidades lati- 
noamericanas. Muchos de estos psicólo- 
gos trabajan como maestros, orientadores 
personales o profesionales de la salud 
mental. Resulta muy difícil calcular de 
manera precisa el numero de psicólogos 
calificados que hay en estos países. En 
México, por ejemplo, si bien puede ha- 
ber la considerable cantidad de 20 000 
personas estudiando para obtener un 
grado profesional en psicología en las 27 
universidades del país, de hecho un nú- 
mero mucho menor completa los estu- 
dios y una cantidad aun menor encuen- 
tra trabajo profesional adecuado tras 
graduarse (11). El número de doctores en 
psicología, si bien es relativamente pe- 
queño, se encuentra en rápido aumento. 
‘Ikmbién en Asia se está produciendo un 
desarrollo similar en este campo; concre- 
tamente, en Filipinas, Hong Kong, la In- 
dia, Indonesia, Singapur y %.ilandia. En 
Africa, solo Nigeria muestra un creci- 
miento rápido, aparte de la República de 
Sudáfrica, cuya cultura dominante y 
minoritaria de raza blanca tiene un desa- 
rrollo similar al de Europa occidental. 
Países menos desarrollados. La 
mayor parte de Africa, grandes partes de 
Asia y varios países latinoamericanos 
tienen muy pocos psicólogos. Los que 
existen proveen servicios para personas 
muy privilegiadas o se dedican a enseñar 
a niveles relativamente elementales. Es- 
tos países se encuentran generalmente 
tan abrumados por los problemas del cre- 
cimiento de población descontrolado, 
desastres agrícolas, privaciones económi- 
cas e inestabilidad política, que resulta 
excesivamente difícil establecer cualquier 
programa profesional 0 cientZfic0 que no 
sea en las áreas tecnológicas de necesidad 
más urgente para el desarrollo nacional. 
Es poco probable que en estos países la 
psicología como profesión crezca sustan- 
cialmente dentro de un futuro predeci- 
ble; sin embargo, muchos de los ha- 
llazgos de la investigación psicológica y 
los experimentos sociales en psicología de 
la salud y comunitaria llevados a cabo 
con éxito en los países industrializados 
ofrecen atractivas posibilidades de apli- 
carse en los países en desarrollo por me- 
dio de otros profesionales, quizás con la 
asistencia técnica de expertos en estos 
temas. 
Los conocimientos psicológi- 
cos y las nuevas tecnologías de salud de- 
rivadas de ellos no son de propiedad ex- 
clusiva de los psicólogos. Por el contrario, 
muchas de estas ideas y programas 
pueden ponerlos en marcha personas que 
no necesariamente posean una educación 
universitaria avanzada, en circunstancias 
adecuadas y luego de una capacitación 
apropiada. En las sociedades donde el 
número de psicólogos capacitados es muy 
reducido, deben hacerse esfuerzos espe- 
ciales para comprometer los recursos lo- 
cales y los auxiliares o asesores tradi- 
cionales, tales como los ancianos, 
sacerdotes, mediadores, maestros y co- 
madronas, en la aplicación de por lo 
menos algunas de las técnicas psicológi- 2 
cas que han demostrado su eficacia. La 
difusión de tecnologías apropiadas es 3 
igualmente necesaria para su aplicación a 
x 
los múltiples problemas de salud de los 8 
países económicamente avanzados 0 
donde existen grandes cantidades de psi- 
cólogos. 
$ 
Las soluciones locales basadas 2 
en la atención primaria, la prevención de . . 
enfermedades, la reducción de factores 
de riesgo y el fortalecimiento de un estilo 
de vida sano se ajustan de manera precisa 
a la estrategia de la Organización Mun- 
dial de la Salud (OMS). De más alta 
prioridad es la provisión de una mejor 
2 
atención primaria y un acceso más am- 
plio a servicios apropiados de atención de 251 
salud en el hogar, la escuela, el lugar 
de trabajo y otras instituciones de ámbito 
comunitario y regional. En un mundo de 
recursos escasos, tales soluciones deben 
buscarse conjuntamente con los que for- 
mulan laspolíticas y con los grupos e ins- 
tituciones existentes de los países en cues- 
tión. Además, deben reflejar un buen 
conocimiento de la economía política del 
desarrollo. 
La investigación básica y el 
adiestramiento más avanzado de los psi- 
cólogos muy probablemente seguirán 
siendo competencia de los países alta- 
mente industrializados, los cuales cuen- 
tan con los recursos necesarios para 
apoyar dichas actividades. Algunos de los 
países más desarrollados de América 
Latina y Asia también disponen de tales 
recursos y tienen profesionales muy bien 
capacitados que pueden hacer contribu- 
ciones considerables en todos los campos 
de la psicología relacionados con la salud. 
La investigación aplicada, particular- 
mente desde el punto de vista de la psi- 
cología comunitaria y en alguna medida 
de la psicología de la salud, puede hoy 
convertirse en una realidad práctica en la 
mayoría de los países del mundo. Estos 
asuntos se revisan a continuación con 
mayor detalle. En primer lugar se anali- 
zan los servicios de salud mental más tra- 
dicionales, seguidos por los avances re- 
cg tientes en psicología de la salud, y 
0: finalmente se describen algunos ejem- ‘--< 
3 
plos de psicología comunitaria en di- 
2 
ferentes partes del mundo. 
c 
s 
2 S ERVICIOS .- 
s DE SALUD MENTAL 
$ La aplicación más am- 
o pliamente reconocida de la psicología es a3 la provisión de servicios de salud mental 
a individuos con problemas personales 
252 
especiales. Los psicólogos clínicos, conse- 
jeros y escolares son los tres grupos princi- 
pales de especialistas que prestan servi- 
cios de psicodiagnóstico y tratamiento 
como parte del equipo de salud mental. 
Las personas reciben asistencia mediante 
la orientación y la psicoterapia por parte 
de psicólogos u otros profesionales que 
han recibido adiestramiento especial en 
psicología. Los métodos mejorados de 
evaluación psicológica proveen una pro- 
funda comprensión de las fuerzas y debi- 
lidades de un individuo, de sus aptitudes 
e intereses especiales, así como de sus 
características mentales, emocionales y 
de comportamiento, y de las circunstan- 
cias ambientales que afectan a su salud 
mental y desarrollo personal. 
La psicología clínica es la rama 
más extensa y antigua de la psicología re- 
lacionada con la salud. Sus profesionales 
trabajan en una gran variedad de ámbi- 
tos, tanto en el sector público como en el 
privado, y muchos de ellos simultá- 
neamente en más de un ámbito. En el 
más amplio sentido, su trabajo incluye la 
psicoterapia (individual, de grupo y fa- 
miliar), con una gran variedad de orien- 
taciones teóricas, consultas (por ejemplo, 
dentro de la industria y otras organiza- 
ciones), psicodiagnóstico, enseñanza e 
investigación, y administración educativa 
o de servicios de salud. En el sector 
público, se encuentran psicólogos clííi- 
cos en los servicios de salud pública, hos- 
pitales regionales y municipales, centros 
comunitarios de salud mental y consulto- 
rios de orientación infantil a diversos 
niveles. En el sector privado, los psicólo- 
gos clínicos trabajan en la práctica in- 
dividual o de grupo, y en hospitales 
privados. 
Principios y técnicas 
El ejercicio profesional del 
psicólogo actual se beneficia de un siglo 
de experiencia y experimentos sobre el 
comportamiento humano en ambientes 
naturales y controlados. Durante años, 
los psicólogos han concebido diversos en- 
foques terapéuticos basados en los méto- 
dos cient’ficos de observación, medida, 
prueba y evaluación. Sm embargo, de- 
bido a la relativa juventud de la psico- 
logía como profesión de salud y a la com- 
plejidad del comportamiento humano 
como tema de investigación científica y 
clínica, no es de sorprender el distinto 
valor que los psicólogos conceden a estos 
enfoques a la hora de satisfacer las necesi- 
dades de sus pacientes. Dado que tam- 
bién difieren en la comprensión de la na- 
turaleza misma de dichas necesidades, 
tanto si han sido formuladas por el pa- 
ciente como si han sido inferidas por el 
psicólogo usando uno de los muchos ins- 
trumentos de diagnóstico que compiten 
entre sí, el problema no es meramente 
una cuestión de técnica. 
Las contribuciones reales y po- 
tenciales de la psicología a la salud física y 
mental han alentado a los psicólogos a 
ampliar su actividad mucho más allá de 
los ámbitos clínicos tradicionales, identi- 
ficando grandes poblaciones considera- 
das particularmente susceptibles a ciertos 
problemas emocionales o de comporta- 
miento y diseñando “intervenciones” 
para mitigar los riesgos definidos. 
(Véanse las secciones sobre Psicología de 
la salud y Psicología comunitaria.) Los 
beneficios ampliamente reconocidos de 
la psicología han conducido a esfuerzos 
para desarrollar la profesión en ámbitos 
geográficos y culturales diferentes de 
aquellos en los que se originó y floreció. 
Xles esfuerzos plantean una serie de pre- 
guntas nuevas e importantes: &uáles 
son los principios y técnicas centrales de 
estas ramas de la psicología que se ocu- 
pan de la salud física y mental?; ihasta 
qué punto pueden transferirse las técni- 
cas centrales de la psicología a través de 
las fronteras culturales?; jcómo debería 
regularse la aplicación de dichas uans- 
ferencias, y qué nivel de capacitación se 
requiere para su aplicación?; icómo de- 
ben identificarse las poblaciones que se 
beneficiarían de la aplicación de técnicas 
de psicología; en otras palabras, quién es 
el paciente?, y por último, jcuáles son las 
metas que se deben cumplir, y cómo se 
definen? 
En el ambiente tradicional de 
los servicios de salud mental del mundo 
occidental, el individuo con problemas 
de comportamiento o emocionales es 
generalmente la unidad de análisis. Este 
énfasis se refleja claramente en los textos 
de las principales escuelas de psicoterapia 
y en las características de empleo de los 
psicólogos que proveen servicios de sa- 
lud. A este respecto, cabe decir que la 
psicología como profesión se asemeja a 
la medicina; sin embargo, los aspectos 
sociales y epidemiológicos de la salud y la 
enfermedad psicológica aún deben lograr 
un nivel apropiado de reconocimiento 
dentro de los servicios de salud pública y 
los ministerios, y ante los ojos del 
público. 2 
Antes de proceder a un am%- 
sis de las funciones actuales y probable- 
!$ 
mente futuras de los psicólogos profe- 
x 
sionales y paraprofesionales en las 
diversas regiones del mundo, será útil 
0 
presentar un resumen de algunos de los 
métodos que estos emplean actualmente 
2 
para tratar los problemas emocionales y 2 
de comportamiento de sus pacientes. En . 
la siguiente exposición, el paciente se 
considerará en todos los casos como una 
j 
n 
253 
persona que ha buscado tratamiento psi- 
cológico, o que ha sido recomendada o 
asignada al cuidado de un psicólogo. El 
lector notará grandes diferencias en las 
circunstancias bajo las cuales se aplican 
los métodos, el tipo y nivel de capacita- 
ción que se requiere del terapeuta, la 
clase de problemas psicológicos aborda- 
dos, la explicación de los síntomas pre- 
sentada por el paciente, y la identifica- 
ción del agente de cambio o de cura. A 
pesar de estas diferencias, se reconoce 
generalmente que la relación personal 
que se establece entre el terapeuta y el 
paciente es un factor importante al deter- 
minar el éxito del tratamiento. 
Terapia psicodinámica. Fundamen- 
tada en gran medida en las técnicas y 
teorías del psicoanálisis de Sigmund 
Freud, en el que los síntomas se alivian al 
traer a la conciencia los impulsos y con- 
flictos reprimidos que se remontan a la 
infancia, la terapia psicodinámica es un 
proceso interpersonal intensivo y re- 
lativamente costoso que depende para su 
éxito de la transferencia al analista de vie- 
jos deseos, impulsos, recuerdos y senti- 
mientos del pasado del paciente. Las téc- 
nicas que se requieren del analista 
incluyen la capacidad de analizar e in- 
terpretar los sueños, asociaciones libres, 
resistencias y emociones“transferidas” 
% 
del paciente. Tras recibir el título de pos- 
grado, el candidato a psicoanalista debe 
Y pasar por un adiestramiento especiali- 
3 zado adicional y completar un análisis 
3 --i personal. Cabe señalar, sin embargo, que 
8 las regulaciones legales con respecto al b x uso del título de psicoanalista varían con- 
2 siderablemente en todo el mundo. 
.:: 
8 
Las técnicas del tratamiento 
F+ 
psicodinámico tienen fuertes raíces en la 
relación personal que se establece entre el 
B Q 
terapeuta y el paciente, y en general se 
requiere un largo período de capacita- 
ción por parte del terapeuta. Es por lo 
254 tanto difícil que dichas técnicas se con- 
viertan en una tecnología transferible, si 
bien grandes porciones del canon freu- 
diano ya se han transferido a terapias 
menos costosas y menos prolongadas que 
en algunos casos pueden dirigir personas 
con un grado de capacitación menor. 
Terapia centrada en el paciente. En 
lugar de los impulsos instintivos univer- 
sales y las prohibiciones sociales que 
Freud consideró como los factores 
que moldean el comportamiento de to- 
dos los seres humanos, Carl Rogers y 
otros han postulado una “hipótesis de 
crecimiento” de acuerdo con la cual se 
considera que cada individuo lucha por 
realizar sus potencialidades inherentes. 
La dirección y eficacia de los esfuerzos del 
individuo por crecer están determinadas 
por el concepto que tiene de sí mismo. Es 
labor del terapeuta que sigue esta ten- 
dencia mejorar este concepto propio 
manifestando, de manera activa e incon- 
dicional, su interés positivo por el pa- 
ciente. En contraste con la postura más 
pasiva y con frecuencia autoritaria 
cultivada por el psicoanalista, los practi- 
cantes de la terapia centrada en el pa- 
ciente insisten en la importancia de es- 
tablecer un ambiente terapéutico que 
permita el desarrollo y crecimiento de la 
simpatía y comprensión mutuas. Aun- 
que más indicada para las aplicaciones en 
grupo que la terapia psicodinámica, la 
terapia centrada en el paciente (tal como 
se practica con grupos en los Estados Uni- 
dos y Europa) puede sin embargo entrar 
en conflicto con las diferentes nociones 
que se tienen en distintas partes acerca de 
la intimidad, la conducta correcta, el or- 
gullo y la reserva. Esta terapia es practi- 
cada por terapeutas de diversos niveles de 
capacitación. 
Terapia de grupo. La terapia de 
grupo, que se practica siguiendo las pre- 
misas psicodinámicas o de Rogers, puede 
describirse como un proceso de aprendi- 
zaje en que los individuos con problemas 
similares toman conciencia de sus pro- 
pios comportamientos de mala adapta- 
ción al observar las acciones de otros 
miembros del grupo. Cuando el tera- 
peuta o el líder del grupo canaliza esta 
conciencia adecuadamente, se produce 
una mayor aceptación propia y nace 0 se 
fortalece la voluntad de aceptar y asistir a 
los demás. Esta toma de conciencia debe 
proveer además la base de un cambio 
efectivo de comportamiento, aunque la 
fuente inicial y los efectos duraderos de 
tal cambio están aún por demostrarse 
mediante la investigación científica. 
Muchas de las formas más populares de 
la terapia de grupo -por ejemplo, los 
diversos tipos de “grupos de encuen- 
tro”- son organizadas y dirigidas por 
personas de un bajo nivel de adiestra- 
miento convencional en psicología. 
Existen buenas razones para 
creer que el éxito, y quizás la existencia 
misma, de la terapia de grupo dependen 
de ciertas normas culturales implícitas, 
tales como las que se refieren a la con- 
ducta correcta, el orgullo o la reserva. En 
la medida en que el grupo terapéutico 
sirve como sustituto de otros nexos y afi- 
liaciones que se han perdido en muchas 
sociedades occidentales, esta técnica 
puede carecer de valor en culturas con 
mayor énfasis comunitario. 
Terapia de la conducta. Las terapias 
de la conducta abordan la fuente original 
del comportamiento insano o anormal, 
para lo cual se concentran en las partes 
del comportamiento que han sido ad- 
quiridas o aprendida. Basándose en re- 
conocidas teorías científicas del aprendi- 
zaje y el condicionamiento operante, las 
terapias de la conducta tratan de enseñar 
al paciente, a través del refzceno apro- 
piado, cómo eliminar de su repertorio de 
conducta las respuestas de mala adapta- 
ción y autoperpetuadas. 
Algunas características de las 
terapias de la conducta y el aprendizaje, 
tales como la desensibilización siste- 
mática y el modelaje, las hacen ade- 
cuadas para su transferencia a diversas 
culturas y para su aplicación por parte de 
individuos con diversos niveles de capaci- 
tación. Aunque los científicos no com- 
prenden totalmente los procesos implíci- 
tos, los principios y técnicas básicas del 
condicionamiento operante se aprenden 
y se comunican fácilmente, y las medidas 
terapéuticas que se derivan de ellos 
pueden ser muy eficaces y de bajo costo. 
Sin embargo, en el caso de patrones de 
comportamiento ambiguos o complejos, 
con frecuencia es excesivamente difícil 
identificar los refuerzos apropiados y 
aplicarlos de manera sistemática y eficaz. 
Para ello se necesita un cierto nivel de 
adiestramiento así como una conside- 
rable sensibilidad frente a las necesidades 
culturales e individuales del paciente. 
Un cierto grado de continuidad parecería 
también necesario para prevenir las reci- 
divas y asegurar el cambio permanente. 
Estas observaciones indican que la na- 
turaleza de la relación entre el paciente y 
~ 
b 
el terapeuta probablemente explique 
parte del éxito de los enfoques conduc- 3 
tuales. 
x 
Merece destacarse que a pesar 
del debate que existe entre los defensores 
0 
de la terapia psicodinámica, los de la cen- 
trada en el paciente y los de la conduc- 2 
tual, muchos psicólogos del mundo ac- 2 
tualmente hacen uso de elementos de . 
estas tres grandes escuelas de pensa- Ta’ 
miento. El enfoque que usan está dise- e; 
ti 
255 
ñado (idealmente) de acuerdo con las 
necesidades y la situación del paciente, y 
se complementa con técnicas particulares 
de una o más de las muchas subespeciali- 
dades que se han desarrollado en el fértil 
campo de la psicoterapia. Varias de estas 
especialidades se identifican con activi- 
dades tales como las artes plásticas, el 
teatro, la música y la poesía, que los pro- 
fesionales utilizan con fines de diagnós- 
tico/interpretación y terapéuticos. Otras 
especialidades se definen por la pobla- 
ción a la que sirven: niños, parejas, fami- 
lias, ancianos, atletas, discapacitados, in- 
dividuos con retraso mental, personas 
dotadas intelectualmente, toxicómanos, 
gente con problemas de aprendizaje, etc. 
Otro grupo de especialidades se encuen- 
tra menos desarrollado, y su denomina- 
ción depende, por ejemplo, de la dura- 
ción del tratamiento (psicoterapia 
breve). 
Orientación personal. Como se ha 
señalado anteriormente, los psicólogos 
orientadores y los consejeros con otras for- 
mas de adiestramiento se sirven del mismo 
cuerpo de conocimientos que los psicólo- 
gos chnicos. A diferencia de los profe- 
sionales clínicos, tradicionalmente han ten- 
dido a concentrarse dentro de instituciones 
educativas. En su conjunto, los psicólogos 
orientadores tratan con personas cuyas difi- 
% 
cultades son transitorias o de una natura- 
5 
leza relativamente leve. Debido en parte a 
- 
- 3 
su ámbito típico de trabajo, los orienta- 
3 
dores uatan con menos frecuencia que sus 
1 colegas clínicos las neurosis, los trastornos 
6 
de la personalidad y las psicosis en sus for- 
8 mas graves y crónicas. Sin embargo, los psi- a, 
.% 
cólogos orientadores cumplen importantes 
s 
funciones preventivas y terapéuticas en las 
$ 
“t; 
Fg 
256 
escuelas, en los lugares de trabajo y en 
diversas instituciones comunales. 
Psicodiagnóstico. Los psicólogos hi- 
cieron contribuciones tempranas a la 
atención de salud mental por medio del 
diseño y administración de instrumentos 
de diagnóstico y evaluación concebidos 
para analizar aspectos del funciona-miento humano y de sus fallas. Se han 
desarrollado cientos de dichas herra- 
mientas. Algunas de ellas, tales como el 
MMPI (Minnesota Multiphasic Personality 
Inventory), se han vuelto ampliamente 
conocidas. El hecho de que puedan o no 
utilizarse de manera significativa en 
poblaciones diferentes étnica o cul- 
turalmente es tema de intenso debate 
actualmente en muchas partes del 
mundo. Los problemas de equivalencia 
conceptual en los materiales de prueba, 
la comprensión de los procedimientos y 
los contenidos de las pruebas plantean 
serias amenazas al uso intercultural vá- 
lido de los instrumentos de psicodiagnós- 
tic0 (12). 
Hipnotismo. El hipnotismo es una 
técnica terapéutica y de diagnóstico muy 
común que se ha aplicado con algún 
éxito en la reducción de la ansiedad y la 
eliminación de comportamientos no- 
civos, tales como el hábito de fumar, el 
exceso en el comer y el insomnio. La no- 
ción similar de trance existe en muchas 
culturas y puede cumplir ciertas fun- 
ciones terapéuticas. 
Psicofarmacología. Si bien la aplica- 
ción de las terapias basadas en fármacos 
continúa siendo competencia de los 
médicos, los psicólogos con frecuencia 
son requeridos para proveer psicoterapia 
en combinación con el tratamiento con 
productos farmacéuticos. Además, los 
psicólogos científicos son miembros vi- 
tales de los equipos de investigación que 
analizan los efectos psíquicos y físicos de 
los medicamentos antipsicóticos, antide- 
presivos y ansiolíticos. 
Investigación en psicoterapia. Las 
condiciones que afectan el resultado de 
diversos tipos de psicoterapia han sido 
objeto de estudio cuidadoso en anos re- 
cientes. En tales estudios, los psicólogos 
han buscado demostrar la eficacia global 
de la atención de salud mental como 
agente preventivo y curativo (13, 14). Al- 
gunos de estos estudios han mostrado 
también que el acceso y uso de servicios 
de salud mental disminuyen la utiliza- 
ción de servicios médicos (15, le), puesto 
que reducen al mínimo las quejas so- 
máticas que con tanta frecuencia condu- 
cen a los individuos que sufren proble- 
mas mentales y emocionales agudos o 
crónicos a buscar tratamiento médico. 
Otros estudios señalan que los servicios 
de salud mental dan como resultado hos- 
pitalizaciones más cortas (17-19). 
La mayor parte de los métodos 
anteriores y las variaciones en las técnicas 
elaboradas por estos profesionales espe- 
cializados están sujetos a su aplicación in- 
tercultural, siempre y cuando se preste 
una atención adecuada a los asuntos de 
traducción y adaptación cultural. Debe 
también darse a los nuevos profesionales 
un nivel adecuado de adiestramiento. 
Tanto el proceso terapéutico como su re- 
sultado en la modificación del comporta- 
miento deben evaluarse mediante la 
investigación antes de que pueda pre- 
sumirse que tales aplicaciones son válidas 
en diferentes culturas. 
El psicólogo como miembro 
del equipo de atención de salud 
Por medio de la investigación 
colaborativa en las escuelas de medicina, 
los servicios de salud pública y ouos ám- 
bitos especializados, desde hace mucho 
tiempo los psicólogos participan activa- 
mente en la atención de salud mental al 
nivel terciario (0 sea, el más alto) con un 
enfoque multidisciplinario. Al nivel se- 
cundario, los psicólogos que trabajan en 
ciertos departamentos de hospitales 
-psicodiagnóstico, rehabilitación o pe- 
diatría- también han formado parte de 
un fructífero enfoque de equipo, y pare- 
cen existir excelentes posibilidades de in- 
crementar la integración interprofesional 
a este nivel; por ejemplo, en los campos 
de la cardiología, oncología, quemaduras 
y odontología, así como en el trabajo 
con pacientes que padecen enfermedades 
incurables tales como la esclerosis múl- 
tiple (20). 
La inclusión de psicólogos en 
la atención primaria de salud varía consi- 
derablemente en todo el mundo. En 
vista de la frecuencia con que los médicos 
y otros proveedores de este nivel de aten- 
ción deben atender a pacientes con pro- 
blemas de orden psicosocial, el empleo 
de psicólogos y ouos profesionales con 
adiestramiento en psicología beneficiaría 
tanto a los proveedores actuales de la 
atención primaria, quienes con frecuen- 
cia carecen de los conocimientos necesa- 2 
rios en este campo, como al paciente 0 
usuario. Solamente en la especialidad de 2 
pediatría, algunos ejemplos de trastornos 
x 
de alta incidencia con componentes 
médicos y psicológicos incluyen la enco- 
g 
presis, enuresis, hiperactividad, obesidad 
juvenil, problemas de crianza de niños, 
2 
3 
enfermedades crónicas y terminales y el a, 
cumplimiento de regímenes de trata- . 
miento médico para trastornos tales a 
como la diabetes (21). En consecuencia, tl 
los psicólogos, en particular los psicólo- 
gos del desarrollo, abundan cada día más 
i 
en la práctica de la medicina familiar 
4 
privada y en los programas de salud de s 
pago previo proporcionados a los traba- 
jadores por distintas entidades em- 257 
pleadoras de Europa y Norteamérica 
(20, 22). 
Existen buenas razones para 
creer que la colaboración entre psicólogos 
y otros profesionales en la atención pri- 
maria de salud podría aplicarse am- 
pliamente, con la debida consideración 
de los factores culturales y las diferencias 
que existen de un país a otro, en la es- 
tructura de los sistemas salud. 
Intervención y alivio en crisis y desas- 
tres. La intervención en situaciones de 
crisis es una nueva especialidad de salud 
mental, de consecuencias obvias para la 
salud física. La experiencia adquirida en 
la provisión de asistencia a personas de 
funcionamiento ordinario correcto so- 
metidas a intenso estrés -por ejemplo, 
violación o asalto, pánico o trauma de 
guerra, y episodios transitorios de depre- 
sión relacionados con cambios en las rela- 
ciones personales o circunstancias de em- 
pleo- ha permitido a los psicólogos 
realizar esfuerzos en gran escala para 
mitigar los efectos de los desastres na- 
turales y los causados por el hombre en la 
salud mental de las personas. Por ejem- 
plo, a raíz del terremoto que asoló la 
ciudad de México en septiembre de 
1985, los psicólogos mexicanos prove- 
yeron servicios especiales a las familias re- 
fugiadas en 25 campamentos alrededor 
% 
de la zona del terremoto. Se usó la televi- 
o\ 1 sión para difundir el mensaje de los psi- 
3 
cólogos a grandes audiencias. 
3 w Reconocimiento profesional, 
I 
2 
adiestramiento, ética y recursos 
Isf 
humanos 
.:: 
$ 
En Norteamérica y Europa oc- 
a 
cidental, los psicólogos son reconocidos 
como proveedores plenamente indepen- 
7; Fg 
258 
dientes de servicios de atención de salud. 
Sin embargo, en otras zonas del mundo 
reciben un reconocimiento legal más 
limitado. En total, más de 20 países en 
todo el mundo han establecido algún 
tipo de legislación que define la práctica 
de la psicología, y en otros países se 
camina en esta dirección. En Europa so- 
lamente, las leyes que licencian 0 certifi- 
can la práctica psicológica se pro- 
mulgaron durante los años setenta en 
Holanda, Hungría, Islandia, Noruega, 
Portugal y Suecia (23). En Francia se 
aprobó un decreto ley sobre certificación 
en 1985 (24). Otros países europeos 
-Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlan- 
dia, Irlanda, Italia, Polonia, Reino 
Unido, República Federal de Alemania y 
Turquía- están elaborando una ley a 
este respecto. 
El adiestramiento requerido 
para poder ejercer como psicólogo va 
desde cinco años de educación profe- 
sional postsecundaria hasta ocho o nueve 
anos para el doctorado en algunos países; 
por ejemplo, en los Estados Unidos y el 
Canadá. Actualmente, en muchos países 
europeos los profesionales ostentan un 
grado diferente -la kcence de Francia o 
Bélgica, y el Diplom de Alemania- del 
que poseen los profesores universitarios 
(doctorado). 
El adiestramiento universita- 
rio conducente a un grado profesional re- 
conocido en el ámbito nacional puede ir 
seguido de capacitación de posgrado en 
un establecimientode carácter asisten- 
cial. Los prograrmas de posdoctorado u 
otros posgrados constituyen una expe- 
riencia de tipo residencia y están aumen- 
tando en número. Existen claras diferen- 
cias en cuanto al contenido de estos 
programas en los países, si bien común- 
mente en todos ellos pueden encontrarse 
las corrientes principales mencionadas 
anteriormente. En algunos países -por 
ejemplo, Canadá, Colombia, Estados 
Unidos, Holanda, India, México, Reino 
Unido y República Federal de Alema- 
nia- la terapia de la conducta continúa 
ganando influencia, particularmente en 
el marco de la preparación universitaria. 
Los programas de adiestramiento pos- 
universitario reciben apoyo de una serie 
de asociaciones nacionales de psicología, 
con frecuencia para compensar las defi- 
ciencias de la capacitación universitaria o 
la falta de regulación jurídica en sus 
países (25). Por ejemplo, en la República 
Federal de Alemania, la capacitación 
profesional dentro de la universidad solo 
requiere cinco anos, y no se provee adies- 
tramiento de posgrado adicional. La 
mayor parte de este adiestramiento se 
debe buscar en entidades privadas o sin 
fines de lucro que ofrecen programas de 
educación continua de diversa duración y 
calidad (26). 
Diversos códigos éticos que ri- 
gen la práctica de la psicología profe- 
sional han sido adoptados como mínimo 
por 18 de los 45 países miembros de la 
Unión Internacional de Ciencias Psicoló- 
gicas y por todos a excepción de uno de 
los 16 afiliados a la Federación Europea 
de Asociaciones de Psicólogos Profe- 
sionales. Estos códigos cubren valores bá- 
sicos tales como la protección y promo- 
ción de la dignidad y el bienestar 
humanos, la aceptación de la responsabi- 
lidad por las acciones profesionales, la 
restricción de la práctica a las áreas de 
competencia, y la confidencialidad y 
honradez del psicólogo con sus pa- 
cientes. En la mayor parte de los países, 
la puesta en vigor de los códigos está 
a cargo de comités de ética, y gene- 
ralmente se aplican sanciones contra su 
incumplimiento. 
Debido a las diferencias que 
existen entre los países con respecto a la 
definición de las personas cualificadas 
para proveer servicios psicológicos, no es 
posible hacer un cálculo correcto de los 
recursos humanos en este campo. A con- 
tinuación se destacan algunas de estas di- 
ferencias entre los países industrializados 
de Occidente, los países socialistas, los 
países en desarrollo dinámico y los países 
menos desarrollados. 
En los Estados Unidos, país 
del cual se obtienen los datos más rápida- 
mente, 3 1% de los psicólogos clínicos 
con doctorado trabajan toda la jornada 
laboral en la práctica independiente, se- 
guidos de 20 % en hospitales, 14 % en 
clínicas, 19% en ambientes universita- 
rios o educativos y el resto en empresas 
comerciales, oficinas del gobierno u otros 
centros de servicios sociales (27). Los psi- 
cólogos orientadores se encuentran en los 
mismos campos generales pero con una 
mayor concentración en ámbitos aca- 
démicos (40%), donde además de reali- 
zar sus actividades de enseñanza e inves- 
tigación aconsejan a los estudiantes. 
En toda Europa, la gran ma- 
yoría de los psicólogos profesionales son 
empleados asalariados de organismos 
públicos. La práctica privada es inexis- 
tente en los países socialistas y bastante 
escasa en muchos países industrializados 
de Occidente -por ejemplo, en el Reino 
Unido-, donde sin embargo pueden 
existir sistemas de salud pública y servi- 
cios de bienestar social de alta calidad. 
Varían mucho las especialidades en que 
se desempeñan los psicólogos. Por ejem- 
plo, en los países nórdicos aproximada- 
mente dos de cada tres profesionales son 
especialistas clínicos, mientras que en 
otras partes de Europa con niveles de de- 
sarrollo social y económico similares, los 
psicólogos se concentran en gran medida 
en las áreas del psicodiagnóstico, la eva- 
luación educativa o la guía y orientación 
personal. Sin embargo, en toda Europa 
occidental la importancia relativa del psi- 
codiagnóstico ha declinado en favor de la 259 
provisión de servicios terapéuticos. Esta 
tendencia se ha visto acompañada de 
un énfasis creciente en la atención pre- 
ventiva. 
La función del psicólogo 
clínico en Europa central y oriental ha 
sido más limitada y ha cambiado menos 
rápidamente que en los países de Europa 
occidental o Norteamérica. Los clínicos 
de Europa oriental tienden a desempeñar 
primordialmente las funciones del psico- 
diagnóstico (10). No obstante, en Leip- 
zig y Berlín los psicólogos tienen la op- 
ción de especializarse en psicología 
clínica durante los tres últimos anos de 
estudio para obtener el Dip~oom, luego 
de lo cual pueden practicar la terapia de 
la conducta y la psicoterapia centrada en 
el paciente bajo supervisión médica 
en los departamentos de psicología del 
servicio de salud estatal (28). En la Re- 
pública Democrática Alemana (29) y en 
Polonia (30) se han introducido reciente- 
mente programas de cinco anos o más de 
duración para adiestrar a psicólogos con 
miras a ocupar altos cargos clínicos, de 
supervisión y administración en el servi- 
cio de salud, con la misma categoría que 
los profesionales médicos. En Polonia, 
donde existen 5 500 psicólogos, la profe- 
sión es floreciente. 
En la Unión Soviética, el nú- 
mero de psicólogos clínicos es menor de 
1 000 y el tratamiento psicoterapéutico 
dentro del sistema de atención de salud 
está casi exclusivamente a cargo de médi- 
3 
3 
cos. Los psicólogos clínicos prestan sus 
servicios en varias clínicas universitarias 1 
E de las grandes ciudades. Entre los psicó- 
B 
fe 
logos soviéticos predomina la administra- 
ción de drogas y otras medicinas a sus pa- 
.N 
8 
tientes, y casi no se ha prestado atención 
ti+ 
B Q 
260 
a las escuelas de terapia de orientación 
psicoanalítica durante los últimos 50 
años. En 1977 se informó que una nueva 
especialidad dentro de la psicología mé- 
dica permitiría a los poseedores de un 
título universitario desempeñar algunas 
funciones “psicocorrectivas” dentro del 
sistema de atención de salud (31), pero 
un artículo más reciente no mencionó en 
absoluto la psicología profesional (32). 
Los psicólogos soviéticos han 
dedicado considerables recursos a la psi- 
cología del desarrollo y a la psicología in- 
dustrial. La primera, si bien princi- 
palmente se relaciona con el aprendizaje 
y el desarrollo moral, tiene algunas irn- 
plicaciones para una concepción amplia 
de la salud, mientras que la segunda ha 
conducido a un significativo interés por 
el trabajo que se hace en Occidente en las 
áreas del potencial humano, la experien- 
cia y el desempeño óptimo (en el trabajo 
y en las competiciones atléticas). 
Las diferencias en la práctica 
de la psicología en los países de Europa y 
Norteamérica son insignificantes cuando 
se comparan con las que existen entre los 
países industrializados y los menos desa- 
rrollados del mundo. En la mayoría de 
las naciones, la psicología desempeña un 
papel pequeño o nulo en el sistema de 
atención de salud debido a la ausencia 
de personal adiestrado, la escasez de re- 
cursos, las características diferenciales de 
las enfermedades mentales, la falta de 
compromiso por parte de los organismos 
de ayuda occidentales (33) y el escepti- 
cismo de los gobiernos del Tercer Mundo 
respecto a los beneficios potenciales de 
las intervenciones psicológicas y psicoso- 
ciales. Mientras que la medicina de estilo 
occidental ha logrado una posición firme 
en las capitales y en el aparato de planifr- 
cación de la salud de todas las naciones 
del mundo, no puede decirse lo mismo 
de la psicología. Esta situación se com- 
prende porque la mayor parte de las téc- 
nicas tradicionales de la psicología profe- 
sional se desarrollaron en y para las 
culturas de Europa y Norteamérica. Sin 
embargo, se prevé que los esfuerzos ac- 
tuales por introducir la psicología en el 
sistema de atención primaria lograrán 
que esta disciplina adquieramayor per- 
tinencia y sea más adaptable a las necesi- 
dades de los planificadores y proveedores 
de la atención de salud en los países en 
desarrollo. 
Los países en desarrollo 
dinámico de América Latina ya han 
asimilado aspectos importantes de la psi- 
cología profesional de Occidente. Sin 
embargo, la práctica psicológica se define 
y protege tan solo en algunos de los 
países más importantes; por ejemplo, 
Argentina, Brasil, Colombia y Vene- 
zuela. En la práctica predominan el psi- 
codiagnóstico, la psicometría y la epide- 
miología; estas actividades se concentran 
en los ministerios de salud y de educa- 
ción, y en ciertas universidades. Desgra- 
ciadamente, los contadísimos recursos 
destinados a publicaciones y equipo limi- 
tan la eficacia del numeroso personal con 
capacitación universitaria existente. 
En Filipinas, Hong Kong, 
Japón, Singapur, Xilandia y Taiwán la 
psicología profesional ha logrado un 
nivel de desarrollo considerable. En la In- 
dia, Nigeria y otros países en desarrollo, 
si bien se enseña esta disciplina en un 
gran número de universidades e institu- 
ciones de enseñanza superior, la psico- 
logía clínica y la psicoterapia han reci- 
bido relativamente poca atención. La rica 
variedad de las tradiciones curativas de 
los trastornos mentales en estos países, 
particularmente en las zonas rurales (34), 
puede ser en parte responsable de este 
desinterés. Esta situación comienza a 
cambiar en la India, donde en varias ins- 
tituciones se han iniciado cursos de adies- 
tramiento en psicología clínica para gra- 
duados y el número de clínicos se ha 
elevado a cerca de 1 000, lo cual ha con- 
ducido a la formación de una activa Aso- 
ciación de Psicólogos Clínicos de la India. 
La cultura como complejo im- 
portante de variables en la salud mental 
ha recibido amplia atención por parte de 
los psicólogos. En el Japón, por ejemplo, 
el encuentro de la psicología cl’mica occi- 
dental con las tradiciones y valores de la 
cultura japonesa ha sido estudiado 
durante mucho tiempo (35, 36). Para 
mayor ilustración de estos casos, muchos 
de los cuales ocurren en países occiden- 
tales con poblaciones minoritarias, 
puede hacerse referencia a la literatura 
intercultural sobre psicopatología y servi- 
cios de salud mental (37,38). En algunas 
ocasiones, la falta de pertinencia de la 
psicología occidental se acentúa (39). 
Holdstock (40) ha criticado a sus colegas 
psicólogos de Sudáfrica por no haber lo- 
grado trabajar con los curanderos locales 
para abordar las necesidades de la pobla- 
ción negra. Por el contrario, la obra de 
Lambo (41) es importante porque consi- 
gue que los enfoques tradicionales y occi- 
dentales influyan sobre el tratamiento de 
los enfermos mentales en muchos países 
de Africa, especialmente en Nigeria. 
Buena parte de lo que podría 3 
describirse como servicios de salud men- 
tal en China tiene lugar en el ámbito co- 
2 
munitario, a través de redes sociales que E 
mantienen a los individuos participando 
en la vida de la comunidad, lo que ayuda s 
a prevenir el aislamiento, la delincuencia 2 
y la desviación excesiva, y evita los efectos l 
. secundarios de estos sobre la salud men- -2 
tal. En este país, el éxito alcanzado en la 8 
limitación de la enfermedad, la droga- 3 
dicción, la pobreza, el desempleo, la 
violencia y ciertas formas de competencia 
4 
entre las personas ha reducido el desarro- s 
llo de diversas enfermedades mentales 
que con frecuencia brotan de estas condi- 261 
ciones. Por otra parte, el tratamiento de 
las enfermedades mentales manifiestas 
en China es competencia de la psiquia- 
tría, con predominio del modelo médi- 
co. Las experiencias vitales que entran en 
conflicto con las normas sociales y políti- 
cas se consideran como un factor que 
genera la enfermedad mental. El modelo 
de atención de salud chino conjuga las 
hierbas medicinales, la acupuntura, el 
ejercicio y la instrucción política, además 
de la medicina occidental (42, 43). 
Problemas en la transferencia 
de técnicas y conocimientos 
psicológicos 
El presente estudio sobre la 
contribución de la psicología a los servi- 
cios de salud mental se abrió con un de- 
bate sobre algunas de las dificultades que 
se encuentran al intentar extraer el 
“componente tecnológico” del arte y la 
ciencia de la psicoterapia. Aunque 
pueden derivarse técnicas de la amplia 
práctica clínica que se prueban en experi- 
mentos rigurosamente controlados, la 
variable cultural escapa a la detección con 
demasiada frecuencia para asegurar que 
una técnica psicoterapéutica dada to- 
lerará el traslado. 
La cuestión de la aplicabilidad 
intranacional o intracultural de los mo- 
delos de prestación de servicios (37), así 
$ 
2 
como la de la teoría y técnica psicotera- 
péuticas, tienen también un compo- . 
3 nente cultural, además de los com- 
3 ponentes institucionales y políticos que 1 
I 
son generalmente más evidentes. Al- 
s gunos estudios realizados en los Estados 
2 Unidos que señalan la persistente “sub- 
,n utilización” de los servicios de salud 
8 
s 
mental por parte de la población hispana 
262 
ilustran los dos problemas anterio- 
res (44). 
En el lado positivo, los psicó- 
logos han tenido un gran éxito en la 
transmisión de sus conocimientos a los 
médicos, enfermeras y trabajadores so- 
ciales durante el adiestramiento en sus 
respectivas escuelas profesionales, y en la 
preparación de paraprofesionales en 
áreas tales como el psicodiagnóstico y la 
orientación y ayuda en situaciones de cri- 
sis. Dado que los psicólogos han sido len- 
tos en establecerse como proveedores de 
servicios de salud mental en la atención 
primaria, con algunas notables excep- 
ciones individuales, la transferencia de 
las técnicas preventivas y primarias vitales 
a otros trabajadores de salud ha ocurrido 
con menor frecuencia. En una iniciativa 
prometedora, la OMS apoya actualmente 
un programa de adiestramiento en psico- 
logía para personal de salud, que se cen- 
trará en cuatro áreas psicológicas dentro 
de la atención primaria: preparación para 
la paternidad/salud reproductiva del 
adolescente / educación sobre la vida fa- 
miliar; abuso de sustancias nocivas (con 
particular atención al hábito de fumar); 
manejo del estrés y las enfermedades car- 
diovasculares, y cuidado de las enferme- 
dades crónicas y la discapacidad. 
Cabe advertir que muchas 
técnicas nuevas y prometedoras no están 
aún listas para ser experimentadas fuera 
de la llamémosle campana de cristal 
científica en que se están desarrollando. 
Aquí se presenta un dilema, porque el 
trabajo crucial de probar las nuevas técni- 
cas para su aplicación intracultural con 
frecuencia es imposible de realizar den- 
tro de esta campana. Sin embargo, como 
la historia de la psicocirugía nos ha en- 
señado, la introducción de nuevas técni- 
cas que no han sido probadas en grado 
suficiente puede tener consecuencias des- 
favorables. Afortunadamente la psico- 
logía es suficientemente rica, vital y 
diversificada como para que no sea nece- 
sario aplicar ninguna de sus técnicas pre- 
maturamente con el fin de obtener bene- 
ficios concretos incluso a corto plazo. 
Tras analizar las considera- 
ciones anteriores se destacan las tenden- 
cias siguientes: 
Cl El movimiento hacia el eclec- 
ticismo terapéutico no parece tender a re- 
vertirse. En cambio, es probable que se 
acentúe a medida que las variables 
culturales y las creencias religiosas con- 
tinúen asimilándose al cuerpo de técnicas 
y conocimientos terapéuticos. 
0 Los psicólogos cl’micos y orien- 
tadores que ofrecen sus servicios a indivi- 
duos muy probablemente continuaran 
ampliando sus campos para tratar los 
problemas emocionales asociados con las 
condiciones y problemas sociales, tales 
como la urbanización, la violencia y el 
delito, el esués familiar, las toxico- 
manías, la alienación de los ancianos y la 
marginación de las minorías. Una ten- 
dencia concomitante hacia la especializa- 
ción por parte de muchos psicólogospracticantes planteará problemas en la 
organización de adiestramiento ade- 
cuado y en el reconocimiento legal de es- 
pecialidades . 
Cl Al mismo tiempo, conti- 
nuaran aumentando las presiones de or- 
den nacional e internacional para una 
mayor uniformidad en la formación bá- 
sica de los psicólogos profesionales, si 
bien no puede saberse con certeza qué 
forma tomará dicho adiestramiento den- 
tro de 20 anos. 
P SICOLOGIA 
DE LA SALUD 
Perspectiva histórica 
anos. Sus raíces históricas, sin embargo, 
pueden rastrearse hasta antiguas creen- 
cias religiosas. En tiempos remotos, no 
existía una clara división entre el compor- 
tamiento y la salud puesto que si los in- 
dividuos no actuaban como debían, se 
les consideraba enfermos. Esta enferme- 
dad podía ser la respuesta a muchos suce- 
sos ambientales o del comportamiento 
distintos, entre los cuales cabría incluir 
los actos incorrectos, las maldiciones ri- 
tuales o la posesión por parte de los 
espíritus. A pesar de la dinámica de la 
enfermedad, la mayor parte de las expli- 
caciones no separaban las emociones del 
individuo del estado de enfermedad de 
su cuerpo. En cierto sentido, el trata- 
miento era primordialmente una cues- 
tión de comportamiento: el sacrificio, la 
oración y el poder de la sugestión eran to- 
dos parte integral de la atención de sa- 
lud. La práctica de la medicina era en 
gran medida una empresa de orden fUo- 
sófko 0 religioso. 
Hasta el presente siglo, los es- 
tudios de medicina psicosomática y psi- 
cología de la salud fueron básicamente 
descriptivos y de orientación clínica. Tan 
solo en tiempos más recientes se han tor- 
nado cuantitativos y psicofisiológicos. 
Uno de los esfuerzos científicos originales 8 
hechos para demostrar las interacciones Z$ 
mente-cuerpo-medio en la causalidad de r/l 
estados de enfermedad fue el registro fo- 
x 
tográfico de los efectos del esués sobre las s 
paredes estomacales a través de una 0 
fístula gástrica (apertura anormal en la 
pared estomacal), realizado por Harold 
$ 
2 
Wolff y Stewart Wolf a finales de los años 
cuarenta. Estas imágenes proveyeron una 
: 
prueba directa de que los estados emo- 
cionales influyen sobre los procesos fi- 
j 
siológicos que podrían producir enferme- B E 
-v 
5 
La psicología de la salud, que 
está fuertemente ligada a la medicina del 
comportamiento, comenzó hace unos 20 263 
dad somática. Alrededor de esta misma 
época, también se investigaron el efecto 
de los placebos y el desarrollo de la en- 
fermedad yatrogénica. A finales de los 
años cincuenta y comienzos de los se- 
senta, Holmes y Rahe informaron que la 
incidencia de la enfermedad física se co- 
rrelaciona con la cantidad de cambios de 
vida estresantes, una relación que poste- 
riormente se probó que era más compleja 
de lo que se pensaba originalmente (45). 
El Diagnostic and statisticad manual of 
mentaZ disorders (DSM III) refleja en su 
edición reciente (46) mayor énfasis sobre 
las relaciones demostrables entre la en- 
fermedad física y mental al agrupar las 
enfermedades psicosomáticas bajo el en- 
cabezamiento de “Factores psicológicos 
que afectan a los trastornos físicos”, 
Los campos de la psicología 
experimental y fisiológica han contri- 
buido mucho a la evolución y desarrollo 
de la psicología de la salud. Las medidas 
psicofisiológicas han desempeñado siem- 
pre un papel predominante en esta área. 
En particular, el concepto del reflejo con- 
dicionado proveyó la base de buena parte 
de la teoría clásica del aprendizaje, inclu- 
yendo el trabajo de Pavlov con perros. En 
1906, el fisiólogo inglés Sherrington de- 
mostró que las cogniciones pueden al- 
terar el arco reflejo; en los anos veinte, 
Canon introdujo los conceptos de ho- 
2 
meostasis y de lucha o huida en el voca- 
o\ bulario de muchos científicos del h comportamiento ocupados en la psicofi- 
3 siología y el aprendizaje; y en los dece- 
3 1 nios de los cuarenta y cincuenta, Dollard 
8 y Miller tradujeron muchos de los com- 
x 
2 
ponentes del psicoanálisis a una teoría 
del aprendizaje. Miller aplicó más tarde 
.3 
8 
aspectos de esta teoría a una compre- 
s 
nsión del papel del condicionamiento en 
el cambio psicofisiológico. El uso mo- 
\ 
Es” 
derno del tratamiento de biorretroali- 
mentación para adiestrar a un individuo 
a controlar las tensiones musculares, la 
264 presión arterial, la jaqueca y otros proce- 
sos fisiológicos se desarrolló a partir de es- 
tos esfuerzos iniciales. 
Una de las primeras teorías de 
la disfunción organísmica sistémica fue 
propuesta por el médico Hans Selye , a fi- 
nales de los años treinta, como explica- 
ción de sus hallazgos acerca de los efectos 
del estrés sobre la fisiología de los or- 
ganismos . Con la aceptación creciente de 
la teoría general de los sistemas, durante 
el decenio de 1950, el trabajo de Selye 
comenzó finalmente a entrar en la co- 
rriente principal de la medicina y la psi- 
cología. Otro de los esfuerzos iniciales en 
la teoría de los sistemas fue un modelo 
biopsicosocial propuesto por un in- 
ternista, un psicólogo y un psiquiatra 
(47). La enfermedad ya no se reducía a 
un simple microbio o una molécula mu- 
tada, sino que el agente patógeno, fuera 
microbiano, psicológico o de cualquier 
otra procedencia, se vio como un ele- 
mento interactuante con un huésped sus- 
ceptible debido a su dotación genética o 
al residuo de una experiencia anterior es- 
pecífica. 
Promoción de la salud 
La teoría de los sistemas pro- 
vee un modelo que se centra tanto en la 
salud como en la enfermedad, y consi- 
dera ambos estados como extremos de un 
fenómeno continuo. La atención de sa- 
lud se percibe como un suceso interper- 
sonal y como tal es un hecho tanto del 
comportamiento como biomédico. Los 
modelos originales de la relación entre la 
atención y la salud la describían como un 
sistema unificado con la meta única de 
reforzar una unidad debilitada. 
A medida que el interés mé- 
dico por la enfermedad ha dejado de 
concentrarse en los informes clííicos y de 
laboratorio sobre órganos y sistemas fi- 
siológicos alterados y análisis anormales, 
para mostrar una preocupación mayor 
por las aflicciones humanas y su 
dinámica, los promotores de la salud hu- 
manista han señalado las deficiencias de 
la educación médica. A la vez que ha 
ocurrido este cambio, se ha tornado evi- 
dente que pocos médicos están reci- 
biendo adiestramiento en las técnicas de 
la comunicación o en los métodos cientí- 
ficos sociales que recalcan los psicólogos 
de la salud. La tecnología del cambio del 
comportamiento en direcciones ten- 
dientes al mejoramiento de la salud 
generalmente se desatiende en los pro- 
gramas tradicionales de las escuelas mé- 
dicas, aunque muchas de ellas ahora in- 
cluyen herramientas y hallazgos de las 
ciencias sociales y del comportamiento. 
El estilo de vida ha sido siem- 
pre un factor importante en la salud per- 
sonal. La higiene, la dieta y las condi- 
ciones de vida se reconocen desde hace 
mucho tiempo como variables críticas, 
especialmente cuando la mayoría de las 
muertes se atribuían a enfermedades 
transmisibles o agudas. Aunque el cam- 
bio del comportamiento fue útil para 
modificar los patrones de la mortalidad y 
la morbilidad, esto último se debió pri- 
mordialmente al mejoramiento de la nu- 
trición, la vacunación y el alza en los 
niveles de vida. 
Corroborando la creencia de 
los psicólogos de la salud de que el estilo 
de vida y la salud o la enfermedad están 
correlacionados, en el “Report on Health 
Promotion and Disease Prevention” (In- 
forme sobre la promoción de la salud y 
prevención de la enfermedad) emitido 
por el Inspector General de Sanidad de 
los Estados Unidos en 1976 se atribuye ¿a 
mitad de todas las muertes ocurridas 
aquel ano en este país a estilos de vida 
nocivos. En el mismo informe también se 
culpa a la inadecuada atención de salud 
de otro 10% de las muertes. 
La salud y el medio 
El cuadro epidemiológico 
ha cambiado en anos recientes. Actual-mente, la mayor parte de las enferme- 
dades graves en los países muy industria- 
lizados son padecimientos crónicos que 
pueden prevenirse o modificarse cam- 
biando los comportamientos que 
generan una salud deficiente. Los epide- 
miólogos han observado que las causas 
principales de muerte entre los ciuda- 
danos de las naciones tecnológicamente 
más avanzadas del mundo son las enfer- 
medades cardiovasculares, los accidentes 
cerebrovasculares, el cáncer y los acci- 
dentes. Estas cuatro causas de muerte 
guardan relación con por lo menos un 
factor conductual y ninguna de ellas 
tiene una vacuna 0 cura farmacéutica 
conocida. Una área prometedora de in- 
vestigación sobre el comportamiento se 2 
refiere a la comparación a largo plazo en- 
tre las personas que han cambiado su 3 
comportamiento (por ejemplo, dejar de 
s-4 
fumar) y las que no lo han cambiado. Por 
medio de esta investigación se intenta 
0 
verificar si la modificación de un factor 
de riesgo puede alterar la incidencia o el 
2 
curso de una enfermedad (por ejemplo, 
2 
cáncer del pulmón). La epidemiología de . 
la conducta se ha desarrollado a partir de 
esta hipótesis. Los psicólogos de la salud 
2 
familiarizados con las medidas conduc- s 
tuales y métodos cuasiexperimentales N 
han trabajado con profesionales de di- 
ferentes disciplinas en este esfuerzo por 
3 
evaluar el efecto de los programas de in- 
tervención sobre los factores de riesgo. 265 
Además del modelo de orien- 
tación individual implícito en los inten- 
tos por modificar los estilos de vida, se ha 
desarrollado un enfoque ambiental a 
partir de la investigación de la conducta 
en las áreas de la salud y la seguridad ocu- 
pacionales . Es muy importante poder de- 
tectar los síntomas tempranos relaciona- 
dos con el estrés y el estilo de vida. El 
sistema sensorial del hombre es un ins- 
trumento muy sensible para detectar las 
perturbaciones del medio ambiente (por 
ejemplo, el olor de un edificio aban- 
donado) o del cuerpo humano (por 
ejemplo, el esfuerzo y el dolor causados 
por las insuficiencias circulatorias y res- 
piratorias). Por lo tanto, con frecuencia 
las medidas físicas y fisiológicas del estrés 
se complican por los indicadores psicoló- 
gico-perceptivos de la tensión. Algunos 
tipos de exigencias psicológicas del tra- 
bajo han sido identificadas como factores 
de riesgo con respecto a la enfermedad, 
el consumo de drogas y el bienestar gene- 
ral (48). 
La presión del tiempo, las ta- 
reas fragmentarias y repetitivas, el aisla- 
miento social y la imposibilidad de apli- 
car las capacidades personales se incluyen 
entre los factores adversos del trabajo, y 
su efecto tiende a intensificarse por la 
falta de autonomía y libertad personal en 
el desempeño de este (49). Basándose 
% 
en estos hallazgos, se han iniciado pro- 
2 gramas de reorganización laboral con el 
3 
fin de mejorar las condiciones psicoso- 
3 
ciales del trabajo y, en consecuencia, me- 
h jorar la salud y reducir los períodos de 
& ausencia por enfermedad. Un ejemplo 
x de ello es el intento de introducir al- 
s 
.‘;: 
ternativas a la producción en las líneas de 
3 
$ 
‘u 
si 
266 
ensamblaje de las industrias de manufac- 
tura de automóviles. En los países escan- 
dinavos, esta investigación ha dado como 
resultado un concepto ampliado del am- 
biente de trabajo, y ha influido sobre la 
reciente legislación en este campo al in- 
cluir los aspectos psicosociales del trabajo 
como un asunto importante en la salud y 
la seguridad ocupacionales (50). 
La incidencia de enferme- 
dades relacionadas con el estrés en la in- 
dustria está aumentando. El estrés es una 
experiencia compleja, individual, de 
características objetivas y subjetivas que 
se revelan en una reacción inespecífíca 
del cuerpo ante una situación amena- 
zante o nociva que, si se prolonga, puede 
conducir al agotamiento o la enferme- 
dad. La forma en que el individuo in- 
terpreta las fuentes potenciales de esués 
del medio ambiente puede ser tan im- 
portante como el carácter objetivo de los 
estímulos nocivos mismos. Todos los as- 
pectos del trabajo pueden ser una fuente 
de estrés: el calor, el mido, mucha o poca 
luz, una carga de trabajo demasiado 
grande o demasiado pequeña, y excesivas 
o pocas responsabilidades. Las fuentes de 
estrés y sus consecuencias a corto y largo 
plazo sobre la salud mental y física han 
sido tema de muchos trabajos de investi- 
gación en años recientes. Entre las 
fuentes de estrés que se han investigado 
están la sobrecarga de tareas, el horario, 
las funciones desempeñadas (ambi- 
güedad y conflicto), las relaciones so- 
ciales y el clima organizacional. Las reac- 
ciones de adaptación individuales y sus 
efectos son ahora bien conocidos; 
asimismo, las variables individuales 
como moderadoras de los efectos ne- 
gativos inducidos por el estrés sobre la sa- 
lud física y mental han sido objeto de in- 
tensa investigación. Buena parte de este 
uabajo ha sido incluido en recientes revi- 
siones sobre la psicología de la salud (5 1). 
Las condiciones ambientales 
tales como el hacinamiento, el mido, la 
temperatura y la contaminación del aire 
causan daño a las personas, tanto si se en- 
cuentran en el lugar de trabajo como en 
un ambiente más amplio. El efecto del 
estrés no solamente está ligado a las 
características físicas del medio am- 
biente, sino también a la percepción y 
evaluación de la fuente de estrés, las reac- 
ciones de la conducta y emocionales ha- 
cia el mismo, y el éxito o fracaso de las 
reacciones de adaptación. El hacina- 
miento ha sido objeto de investigación 
tanto en los animales como en el hom- 
bre. Su nexo con las infecciones, la salud 
mental y el comportamiento con respecto 
a la salud, si bien es complicado, es tema 
de consideración por parte de arquitectos 
y diseñadores. El mido es otra fuente de 
esués causado por la urbanización y la in- 
dustrialización y se asocia no solo con las 
deficiencias auditivas sino también con 
otros efectos sobre el comportamiento so- 
cial, el aprendizaje y las enfermedades 
físicas. La investigación en ámbitos ur- 
banos, escuelas y ambientes de recrea- 
ción ha mostrado que los efectos no 
auditivos del mido dependen de varia- 
bles sociales. También aquí, las aplica- 
ciones potenciales y reales son impor- 
tantes. 
Si bien están teniendo lugar 
mejoras en muchas partes del mundo, los 
aspectos psicológicos del ámbito de ua- 
bajo merecerán continua atención por lo 
menos por dos razones. En primer lugar, 
las tecnologías de producción altamente 
mecanizadas y automatizadas, que han 
sido criticadas en el mundo occidental, 
en la actualidad se exportan a los países 
en desarrollo, de modo que se está plan- 
teando una nueva amenaza a la salud de 
los trabajadores industriales manuales 
del Tercer Mundo. En segundo lugar, la 
introducción de las computadoras y otras 
formas de tecnología de la información 
tiende a llevar a los sectores del trabajo 
profesional y de oficina algunos de los 
factores adversos característicos de la pro- 
ducción industrial mecanizada tradi- 
cional. Así, la salud y seguridad ocupa- 
cionales se han convertido en motivo de 
preocupación en el trabajo de oficina y 
administrativo, donde será necesario am- 
pliar el concepto psicosocial y psicobioló- 
gico del ambiente de trabajo. 
No hay un solo día sin que en 
los medios de comunicación de muchos 
países se haga referencia a los efectos ad- 
versos del medio qu’inico sobre la salud 
pública y la calidad de la vida. Con la Ile- 
gada de la revolución industrial comen- 
zaron a aparecer cambios en la naturaleza 
del medio qu’unico dentro del cual ha- 
bían evolucionado los organismos vivos 
del mundo. Algunos de los cambios so- 
brepasaban las capacidades de ajuste de 
los organismos, resultando en efectos 
tales como la muerte, la carcinogénesis y 
los trastornos relacionados con el com- 
portamiento. 
Los estudios de los trastornos 
relacionados con el comportamiento han 
mostrado que estos

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