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Sofistas, Platón y Sócrates

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Los sofistas, Sócrates y Platón
A medida que se desarrolló el pensamiento intelectual griego, se originó la profesión de los sofistas, maestros de la retórica que enseñaban a los hijos de las clases altas las filosofías de los presocráticos, y a través de sus conceptos, el arte de la persuasión y cómo ganar cualquier discusión. La antigua Grecia (especialmente Atenas) era muy litigiosa y las demandas eran algo cotidiano; saber cómo influir en el jurado a favor de uno se consideraba una habilidad tan valiosa en aquel momento como lo es hoy y por lo tanto los sofistas estaban muy bien pagados.
Hubo muchos sofistas famosos, como Trasímaco (en torno a 459 - en torno a 400 a.C.), más conocido como el antagonista de Sócrates en el libro I de La República de Platón, e Hipias de Élide (siglo V a.C.), otro contemporáneo de Sócrates y uno de los sofistas mejor pagados de la época. Los tres más famosos, sin embargo, son Protágoras, Gorgias y Critias, cuyos argumentos centrales serían desarrollados más tarde por otros filósofos occidentales para apoyar las afirmaciones del relativismo, el escepticismo y el ateísmo.
Protágoras: Protágoras de Abdera es mejor conocido por la afirmación "el hombre es la medida de todas las cosas", lo que significa que todo es relativo a la interpretación individual. A una persona acostumbrada a los climas cálidos, el estar en una habitación le resultará frío, mientras que a otra acostumbrada a los climas fríos, le resultará cálido; ninguno, según Protágoras, está objetivamente en "lo correcto" u objetivamente en "lo incorrecto", si no que ambos están en lo correcto según sus experiencias e interpretaciones. Protágoras nunca negó la existencia de los dioses, pero afirmó que ningún ser humano podía decir nada definitivo sobre ellos porque sencillamente no había manera de lograr tal conocimiento. Dijo que la existencia de los dioses así como cualquiera que fuera su voluntad, como todo lo demás en la vida, dependía de la decisión de cada individuo y, decidieran lo que decidieran, esa era la verdad para ellos.
Gorgias: Gorgias afirmó que no existe el "conocimiento" y que lo que pasaba por "conocimiento" era solo una opinión. El conocimiento real era incomprensible e incomunicable. Gorgias explicó su afirmación en detalle para mostrar que lo que la gente llamaba el ser no podía existir realmente porque cualquier cosa que "es" debe tener un comienzo y lo que la gente llamaba "ser" no tenía una primera causa conocida, solo estaban las opiniones de las personas sobre lo que podría ser una primera causa, y por lo tanto el ser no podría existir lógicamente. Lo que la gente percibía como “realidad” no era ni el ser ni el no-ser sino simplemente lo que es, pero lo que constituye exactamente "lo que es" era incognoscible y, si alguien lo supiera, no podría comunicárselo a los otros ya que estos no serían capaces de entenderlo.
Critias: Critias estaba emparentado con Platón (era primo de su madre) y fue uno de los primeros seguidores de Sócrates, también fue uno de los treinta tiranos que derrocaron la democracia ateniense, y se cree que el hecho de haber sido alumno de Sócrates jugó en contra de este en su juicio por impiedad en el 399 a.C. Critias es mejor conocido por su argumento de que la religión fue creada por hombres fuertes e inteligentes para controlar a los demás. En un largo poema, describe una época de anarquía en la que los hombres razonables intentaron imponer el orden pero no pudieron. Así que decidieron crear una ficción en la que existieran entidades sobrenaturales que pudieran ver dentro de los corazones de los hombres y juzgarlos, enviando castigos incalculables a quienes desafiaban el orden. Posteriormente, esta ficción se ritualizó como religión pero en realidad, los dioses no existían, ni el más allá, y los rituales religiosos tampoco tenían significado.
Platón abordaría las afirmaciones de la mayoría de los presocráticos, en su totalidad o parcialmente, a lo largo de sus obras. El pensamiento de Pitágoras, especialmente, tuvo un impacto significativo en el desarrollo de la teoría de Platón sobre la inmortalidad del alma, el más allá y la memoria como recuerdos de una vida pasada. El relativismo de Protágoras, la antítesis del idealismo de Platón, inspiró y animó muchos de sus diálogos. Se podría argumentar, de hecho, que todo el trabajo de Platón es una refutación directa a Protágoras, pero los conceptos de todos los presocráticos nutren el trabajo de Platón en diversos grados y al hacerlo contribuyeron con la base subyacente para el desarrollo de la filosofía occidental.
Bibliografía
· Aristotle & McKeon, R. Complete Works of Aristotle. Princeton University Press, 1994.
· Baird, F. E. Philosophic Classics: Ancient Philosophy. Routledge, 2010.
· Freeman, K. Ancilla to the Pre-Socratic Philosophers. Harvard University Press, 1983.
· James, G. G. M. Stolen Legacy: The Egyptian Origins of Western Philosophy. Echo Point Books & Media, 2016.

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