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ETICA Y MORAL

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Lección 2.1: Ética y moral
1. Introducción
La ética como cualquier otra ciencia, tiene una relación estricta con distintas ciencias, la distinción sin embargo, se comprende en plenitud cuando conocemos esta ciencia a fondo. Por lo pron to basta que esboces su relación con esta unidad. Además se intentará conceptuar al hombre, en sus aspectos generales, completar la visión del hombre, iexpander su concepto. (Garcia Ibarra, Chavez de Arias, Ruiz Arredondo, & Belmares de Leon, 1985)
2. Historia de la ética
Según Julio Cardes, la historia de la Ética es tan antigua como la historia del hombre; el más primitivo de los Homos tenía idea de lo bueno, lo justo, el deber y la virtud, buscando la manera de determinar y justificar sus acciones. En el mundo antiguo 4.500 años a.C. los primitivos tenían la preocupación por determinar lo que está bien o está mal, aplicando un conjunto de valores, principios y normas concretas que en caso de infringirlos suponía un castigo. La explicación de lo que está bien o mal basado en las leyes inmutables de la naturaleza creando normas o códigos morales marcadas por la tradición.
En la Grecia arcaica desde el siglo VII al II a.C. Homero escribe en la Ilíada y la Odisea sobre la ética del mundo antiguo, se describen los héroes mitológicos y sus valores desde la fuerza física, la valentía, belleza, habilidad y linaje, héroes QUE AUN HOY DEBERÍAMOS IMITAR SOBRE TODO EN LOS VALORES. Los filósofos griegos que comienzan a especular sobre la verdadera virtud, lo verdadero de lo bueno y concluyen que lo bueno es toda acción que beneficia a la comunidad y que la virtud, arte y capacidad de “excelencia” que permite destacar en algo sobre los demás, ser el mejor y prestar los mejores beneficios a la comunidad. Los pensadores de la Grecia clásica comenzaron a agruparse de acuerdo a sus filosofías y propuestas tales como los ESCOLÁSTICOS que distinguían la “razón especulativa” es decir comprender el ser y la “razón práctica” o sea conocer el deber del ser.
Los Sofistas pre-socráticos estos filósofos dudaban de los códigos morales del mundo antiguo, se consideraban a sí mismo como maestros de la virtud y afirmaban que frente a la imposición surge la CONVENCIONALIDAD y EL RELATIVISMO MORAL, más claramente estar de acuerdo más o menos con unos valores, que si no convienen podemos cambiarlos; todo esto dentro del marco histórico donde surgen las polis o ciudades estados que se gobiernan a sí mismo, también surge el concepto “ciudadanos” que se agrupan de acuerdo a sus propios intereses, a muchos intereses de clases, como la nobleza, la burguesía ( baja nobleza y filósofos),los agricultores y comerciantes y finalmente los extranjeros y esclavos, estas últimas van desapareciendo, pero al parecer en algunos grupos de la sociedad actual habría aceptado y practicado esta posición que va en contra de la misma sociedad.
Sócrates (siglo V a.C.) en sus “Diálogos” usa la reflexión como una actitud de búsqueda del verdadero bien, el conocimiento y la sabiduría son 
imprescindibles para una conducta y actitudes virtuosas; el auto-conocimiento es la base de la moral, ya que la verdad habita en cada uno, y podemos y debemos imitar y practicar la lección del Templo de Apolo en Delfos: “CONOCETE A TI MISMO” Sócrates implanta la Mayéutica: el arte de ayudar y la asimilación de conocimientos y definiciones, refiere que la virtud es única, definiendo las virtudes de la ciencia ética que demuestran la existencia de valores absolutos como el BIEN, la JUSTICIA y FELICIDAD, inmutables para establecer Leyes que son valores que el hombre puede alcanzar mediante el uso de la inteligencia y la razón. Si se alcanzan, el hombre es sabio y virtuoso, la sabiduría suprema distingue los bienes de los males, la intelectualidad moral identifica el saber con virtud y vicio con ignorancia desde estos tiempos de la Grecia antigua ya se pensaba que para conseguir una sociedad buena, justa y virtuosa es necesaria la educación.
Aristóteles (384-322 a.C. médico, biólogo, filosofo), su ética tiene como fin alcanzar la felicidad buscando la sabiduría y usando la razón ya que en el hombre encontramos una parte apetitiva (deseos–pasiones) y la parte racional, el hombre deberá ejercitar las virtudes para dominar la parte apetitiva. Las virtudes se adquieren mediante el hábito, tanto las intelectuales como las éticas ya que el hombre es un ser social “animal político” capaz de vivir y organizar una sociedad. Para Aristóteles el bien último del hombre es la Felicidad, el dinero, la fama, y los honores, es decir el Bien perfecto, buscando siempre la autosuficiencia, adquirir virtudes propias, cumplir y desarrollar las funciones propias del ser humano hasta la excelencia ya que la felicidad es el ejercicio de la inteligencia.
Platón (428-348 a.C. discípulo de Sócrates), lleva la Ética a nivel de ciencia y defiende los valores absolutos BIEN-BELLEZA-VERDAD, en sus obras más importantes “Fedón”, “La República” y el “Banquete”, y plantea que el hombre posee alma inmortal, defendiendo el mundo espiritual, el mundo de las almas y proclama como conseguir la purificación mediante las virtudes que deben iluminar siempre la vida humana, es decir la Ética con:
a.    Esfuerzo físico, gimnasia que anula las tendencias negativas y controlar las pasiones, el autodominio en defensa del bien y la razón.
b.    Sabiduría, virtud del conocimiento, usar la inteligencia y la razón para conocer los deberes y que debe ser lo que decide cada acto humano.
c.    El cultivo de las virtudes morales: aptitud para realizar el bien.
· Fortaleza para dominar los sentimientos en defensa del bien y la razón.
· Templanza para dominar las pasiones, moderación y auto control por la razón.
· Prudencia utilizar la razón para alcanzar el bien.
d.    Justicia que es la virtud de todas las virtudes, y que representa el equilibrio de las tres virtudes anteriores.
	
	
Platón en “Los Diálogos” relata el conocimiento de la vida individual y colectiva, la Moral lleva a la felicidad que es la representación del alma humana para la Justicia (no la califica de utopía).
Daremos un largo salto hasta el Mundo Medieval desde el Siglo IV al XV después de Cristo, tiempo en el cual la influencia del Cristianismo que culmina con la presencia de Santo Tomas de Aquino con sus principios básicos: El hombre es creado por Dios a su imagen y semejanza y depende de él. La felicidad consiste en la unión con Dios.
Santo Tomas de Aquino (1225-1274)  seguidor de Aristóteles, une el intelectualismo griego y la doctrina cristiana y dice que todo ser obra por un fin, los seres sin razón no son libres y tienden a su fin movidos por su instinto, las personas son seres con corazón y voluntad libre, son dueños de sus actos por lo tanto para alcanzar la felicidad eterna es necesario cumplir nuestros deberes, cumpliendo las leyes naturales que nos indican lo bueno y lo malo que la razón nos hace diferenciar hasta llegar a la finalidad suprema: la unión con Dios, proclamando que la ética adquiere su sentido ultimo y profundo a través de la religión.
Karl Marx (1818-1883) afirma que la Moral cumple una función social, que tiene un carácter de clase por lo tanto a cada clase social corresponde una moral peculiar que es relativa mientras se busca una sociedad justa e igualitaria que surgirá de los cambios de una nueva moral para transformar las relaciones sociales que mantienen a la mayoría de los hombres humillados, explorados y abandonados. (Cárdenas Arévalo, 2001)
3. Etimología de la ética
Ética viene de “ethos”, costumbre, es la parte de la filosofía que trata de las obligaciones del hombre, partiendo de verdades básicas tomadas de otras ciencias o ramas de la filosofía. Etica deriva de la palabra griega ethos ¿que posee varios sentidos pero aquí, de antemano vamos a analizar la acepción más usual, según esto, la palabra significa "modo de ser, carácter". Carácter, no en el sentido biológico del temperamento, sino en el sentido integral de modo de ser, — forma de vida que se va adquiriendo día a día, a lo largode la existencia. Carácter por tanto, significa el conjunto de cualidades y disposiciones que definen a una persona y la — distinguen de los demás. El carácter se logra mediante el hábito, y a su vez, el hábito nace por repetición de actos iguales. De las acciones pasamos a los hábitos; de los hábitos pasamos a la vida real. Pero esto no quiere decir que el hábito siempre valga más que el acto, pues a veces un solo acto —un acto decisivo— vale más que cualquier hábito por arraigado que esté. Y es que tal acto no se toma aisladamente sino que en él se manifiesta el auténtico y definitivo modo de ser de una persona. Porque en última instancia, lo que cuenta no es el acto bueno, sino la persona buena que se revela en los actos decisivos de su vida. (Garcia Ibarra, Chavez de Arias, Ruiz Arredondo, & Belmares de Leon, 1985)
De esta manera surge el Ethos, el modo de ser y de actuar, definido por las características que los hábitos deja ron en el ser. El hombre constantemente va constituyendo su propio modo de ser — y de actuar—, su carácter, que se convierte en su ethos, en la morada habitual ¡del ser. (Garcia Ibarra, Chavez de Arias, Ruiz Arredondo, & Belmares de Leon, 1985)
4. Definición de la ética
La Etica es una disciplina filosófica que posee un carácter eminentemente humanístico, ya que los problemas propios de esta ciencia atañen directamente a la persona en su ser más íntimo. (Garcia Ibarra, Chavez de Arias, Ruiz Arredondo, & Belmares de Leon, 1985)
5. La ética como ciencia
La definición de ética como de cualquier otra ciencia, debe en nuestra opinión, ser resultado de la investigación que se haga sobre el problema específico de tal ciencia. Como afirma Aranguren1 el concepto de ética no puede, no debe ser punto de partida, sino un punto de llegada. Sin embargo, vamos a dar uña base para avanzar en la investigación. Diremos que la ética es la ciencia normativa de la actividad humana en orden al bien. " “es la ciencia que estudia los actos humanos en su moralidad, es decir, en su referencia al fin ultimo del hombre”. (Garcia Ibarra, Chavez de Arias, Ruiz Arredondo, & Belmares de Leon, 1985)
Es una ciencia practica y normativa, porque estudia los actos, no como son, sino como deben ser, y para esto estable ce leyes para que el hombre sepa elegir el bien. La ética es un juntar el deber con el ser, es un realizar juntos la razón y la existencia. La norma ética, es importante decirlo, supera cualquier otra norma, porque trata del fin y del valor que trasciende y juzga todos los otros valores y los - otros fines; es ella en última instancia, la que tiene que - regular el ejercicio de todas las actividades humanas y por consiguiente, el uso de las normas específicas que las rigen. (Garcia Ibarra, Chavez de Arias, Ruiz Arredondo, & Belmares de Leon, 1985)
6. El objetivo del estudio de la ética
La ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia humana, o forma de comportamiento de los hombres: el de la moral, pero considerando en su totalidad, diversidad y variedad: Lo que en ella se diga acerca de la naturaleza o fundamento de las normas morales ha de ser valido para la moral de la sociedad griega, o para la moral que se da efectivamente en una comunidad humana moderna. Esto es lo que asegura su carácter teórico, y evita que se le reduzca a una disciplina normativa o pragmática. El valor de la ética como teoría esta en lo que explica, y no en prescribir o recomendar con vistas a la acción en situaciones concretas.
 
La ética parte del hecho de la existencia de la historia de la moral; es decir, arranca de la diversidad de morales en el tiempo, con sus valores correspondientes valores, principios y normas. No se identifica, como teoría, con los principios y normas de ninguna moral en particular, ni tampoco puede situarse en una actitud indiferente o ecléctica ante ellas. Tiene que buscar, junto con la explicación de sus diferencias, el principio que permita comprenderlas en su movimiento y desarrollo. (Chavez Ibarra, 2008)
 
Al igual que otras ciencias la ética se enfrenta a hechos el que estos sean humanos implica, a su vez, que se trata de hechos valiosos. Pero ello no compromete en absoluto las exigencias de un estudio objetivo y racional. La ética estudia una forma de conducta humana que los hombres consideran valiosa y además, Obligatoria y de vida. Pero nada de eso altera en absoluto la verdad de que la ética tiene que dar razón de un aspecto real, efectivo, del comportamiento de los hombres. (Chavez Ibarra, 2008)
7. La esencia de la ética
En lo que toca a la cuestión de la esencia, hay dos concepciones anti – éticas, (idealistas) que pueden designarse con el nombre de ética formal y ética material. Ninguna de ellas aparece, naturalmente, en toda su pureza y puede decirse, por lo contrario, que toda doctrina ética, es un compuesto de formalismo y "materialismo", los cuales se han mantenido como constantes a lo largo de toda la historia de las teorías y actitudes morales. Sin embargo, el predominio del elemento formal en la filosofía práctica de Kant y del elemento material en casi todos los demás tipos de ética, han llevado a contraponer el kantismo al resto de las doctrinas morales y a presentarlo como uno de los primeros intentos, relativamente logrado, para establecer lo a priori en la moral. Para Kant, en efecto, los principios éticos superiores, los imperativos, son absolutamente válidos a priori y tienen con respecto a la experiencia moral la misma función que las categorías con respecto a la experiencia científica.  (Gonzales Mothelet)
 
El resultado de semejante inversión de las tesis morales conduce, por lo pronto, al trastorno de todas las teorías existentes con respecto al origen de los principios éticos. Dios, libertad e inmortalidad no son ya, en efecto, los fundamentos de la razón práctica, sino sus postulados, De ahí, que el formalismo moral kantiano exija, al propio tiempo la autonomía ética, el hecho de que la ley moral no sea ajena a la misma personalidad que la ejecuta. Opuestas a este formalismo se presentan todas las doctrinas éticas materiales de las cuales cabe distinguir, como ha hecho A Müller, entre la ética de los bienes y la de los valores. La de los bienes comprende todas las doctrinas que, fundadas en el hedonismo o consecución de la felicidad, comienzan por plantearse un fin. Según este fin, la moral se llama utilitaria, perfeccionista, evolucionista, religiosa, individual, social, etc. Su carácter común es el hecho de que la bondad o maldad de todo acto dependa de la adecuación o inadecuación con el fin propuesto, a diferencia del rigorismo kantiano donde las nociones de deber, intención, buena voluntad y moralidad interna anulan todo posible eudemonismo (libertad, uso del libre albedrío) en la conducta moral. En una dirección parecida, pero con distintos fundamentos, se halla la ética de los valores, la cual representa, por un lado, una síntesis del formalismo y del materialismo, y por otro, una conciliación entre el empirismo y el apriorismo moral. El mayor sistematizador de este tipo de ética, Max Scheler, la ha definido, de hecho, como un apriorismo moral material pues en él empieza por excluirse todo relativismo, aunque al mismo tiempo, se reconoce la imposibilidad de fundar las normas afectivas de la ética en un imperativo vacío y abstracto. (Gonzales Mothelet)
8. Clases de ética
Ética normativa
La ética descriptiva pone de relieve lo que la mayoría de la gente cree que es correcto o incorrecto, mientras la ética normativa pone el acento en describir lo que las personas deberían considerar bueno o malo. Por otro lado, la clasificación que realiza la ética normativa de las acciones humanas como adecuadas o inadecuadas la diferencia de la metaética, que estudia la naturaleza de las declaraciones morales y, también, la diferencia de la ética aplicada, la cual expone las reglas en contextos prácticos y que, por tanto, se ocupa de campos específicos del comportamiento humano y de discutir las respuestas debidas ante estas situaciones. Se refiereal aspecto de la ética que tiene que ver exclusivamente con la formación y elaboración de las normas sociales, pero no con su seguimiento o cumplimiento, por que ya sería el aspecto fáctico de la ética.
 
Ética aplicada
La ética aplicada es, en palabras de Brenda Almond, co-fundador de la Sociedad de Filosofía Aplicada ", el examen filosófico, desde un punto de vista moral, de cuestiones concretas en la vida privada y pública que son materia de juicio moral". La ética aplicada constituye una de las áreas más prolíficas y actuales de la filosofía contemporánea. Los que hacen ética aplicada desarrollan su trabajo en varias áreas de la sociedad donde la ética posee un papel relevante. Trabajan en ámbitos como la bioética, la ética empresarial, la ética ambiental, la ética legal, la ingeniería ética, la ética de la comunicación, la ética del ciberespacio, etc. Éstos y muchos otros ámbitos, donde se lleva a cabo un intento de tratar con problemas éticos que surgen en la vida cotidiana, constituyen el objeto de estudio de la ética aplicada. En una primera noción de ética aplicada, podría parecer redundante, puesto que la ética misma es una filosofía práctica, una filosofía de la acción; sin embargo, esa filosofía práctica que Sócrates ejerciera en el Ágora, quiere decir, en el centro de la vida ciudadana de Atenas, con el transcurso del tiempo fue poniendo cada vez más el acento en sus componentes teóricos, hasta casi reducirse en los últimos siglos a una reflexión sobre los fundamentos de las normas.
 
Ética profesional
La ética profesional puede definirse como la ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos profesionales de cada profesión. También se le llama Deontología. Al decir profesional no solo se refiere a que la ética es solo para quienes tienen un cartón o son profesionales, sino que está en especial va destinada especialmente a las personas que ejercen una profesión u oficio en particular. La ética profesional tiene como objeto crear conciencia de responsabilidad, en todos y cada uno de los que ejercen una profesión u oficio, esta, parte del postulado de que todo valor está íntimamente relacionado con la idea de un bien. La ética profesional se sustenta o toma bases fundamentalmente en la naturaleza racional del hombre. Esta naturaleza es espiritual y libre, por consiguiente, tiene una voluntad que apetece al bien moral. Haga el bien y evite el mal.
9. Fundamentos de la ética
El fundamento básico de la ética es que estudia los problemas morales del hombre. El problema de la esencia del acto moral remite a otro problema importantísimo, el de la responsabilidad, que solo cabe hablar de comportamiento moral cuando el sujeto que así se comporta es responsable de sus actos, pero este a su vez entraña el supuesto de que ha podido hacer lo que quería hacer, es decir, de que ha podido elegir entre dos o más alternativas y actuar de acuerdo con la decisión tomada. El problema de la libertad de la voluntad es, por ello inseparable del de la responsabilidad. Decidir y obrar en una situación concreta es un problema práctico moral; pero investigar el modo como se relacionan la responsabilidad moral con la libertad y con el determinismo a que se hayan sujetos nuestros actos, es un problema teórico, cuyo estudio corresponde a la ética. Problemas éticos son también el de la obligatoriedad moral, es decir, el de la naturaleza y fundamentos de la conducta moral en cuanto conducta de vida, así como el de la realización moral, no solo como empresa individual sino también como empresa colectiva. (Chavez Ibarra, 2008)
 
La ética puede contribuir a fundamentar o justificar cierta forma de comportamiento moral. La ética una disciplina normativa cuya tarea fundamental seria señalar la conducta mejor en sentido moral. Pero esta caracterización de la ética como disciplina normativa puede conducir y con frecuencia, ha conducido en el pasado a olvidar su carácter propiamente teórico, pero la tarea fundamental de la ética es la de toda teoría: o sea, explicar, esclarecer o investigar una realidad dada produciendo los conceptos correspondientes. Por otro lado, la realidad moral varia históricamente, y con ella sus principios y normas, la ética es teoría, investigación o explicación de un tipo de experiencia humana, o forma de comportamiento de los hombres: El de la moral, pero considero en su totalidad diversidad y variedad lo que en ella se diga acerca de la naturaleza o fundamento de las normas morales si ha de ser válido para la moral. (Chavez Ibarra, 2008)
10. La moral
La moral se deriva de MOA costumbre. Tiene relación con ethos en cuanto que éste es un modo de ser que se va adquiriendo gradualmente, y que tiene diversas etapas de desarrollo, o diversos niveles de apropiación, digamos que costumbres, es un modo de ser, pero en uno de los niveles más al. tos de posesión. Por encima de las costumbres, el carácter constituye una impresión de rasgos en la persona misma. El carácter es la personalidad que hemos conquistado a través de la vida, lo que hemos hecho de nosotros mismos viviendo. (Garcia Ibarra, Chavez de Arias, Ruiz Arredondo, & Belmares de Leon, 1985)
Así pues, Mos en su sentido más completo, significa como ethos, modo de ser o carácter. Pero el carácter se ad- - quiere por hábito, se adquiere viviendo mientras que la costumbre se adquiere por repeticiones no necesariamente intencionales. Aquí usaremos en forma indistinta los conceptos Etica y Moral por considerar que esencialmente son sinónimos. (Garcia Ibarra, Chavez de Arias, Ruiz Arredondo, & Belmares de Leon, 1985)
Moral. Viene del latín “moralis”, tiene diversas acepciones, siendo la más común la de la ciencia que trata del bien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o malicia, vendría a representar aquello que no concierne al orden jurídico, sino al fuero interno de cada uno por ser de apreciación del entendimiento o de la conciencia. Es una parte de la filosofía que que trata de la conducta humana en relación con el bien, lo que lleva implícito los términos conceptuales de lo que consideramos bueno, así como la experiencia implícita acerca del problema moral que se estuviera planteando
11. La ética y moral
La ética es la ciencia de la moral, es decir, de una esfera de la conducta humana. No hay que confundir aquí la teoría con su objeto: el mundo moral. Las proposiciones de la ética deben tener el mismo rigor, coherencia y fundamentaciòn que las proposiciones científicas. En cambio, los principios, normas o juicios de una moral determinada no revisten ese carácter. Y no sólo no tienen un carácter científico, sino que la experiencia histórica moral demuestra que muchas veces son incompatibles con los conocimientos que aportan las ciencias naturales y sociales. Por ello, podemos afirmar que si cabe hablar de una ética científica, no puede decirse lo mismo de la moral. No hay una moral científica, pero sí. Hay o puede haber un conocimiento de la moral que puede ser científico. Aquí como en otras ciencias, lo científico radica en el método, en el tratamiento del objeto, y no en el objeto mismo. De la misma manera, puede decirse que el mundo físico no es científico, aunque sì lo es, su tratamiento o estudio de él por la ciencia física. Pero si no hay una moral científica de por sí, puede darse una moral compatible con los conocimientos científicos acerca del hombre, de la sociedad y, en particular, acerca de la conducta humana moral. Y es aquí donde la ética puede servir para fundamentar una moral, sin ser ella por sí misma normativa o prescriptita. La moral no es ciencia, sino objeto de la ciencia, y en este sentido es estudiada, investigad por ella. La ética no es la moral, y por ello no puede reducirse a un conjunto de normas y prescripciones; su misión es explicar la moral efectiva, y, en este sentido, puede influir en la moral misma. (Chavez Ibarra, 2008)
Su objetivo de estudio lo constituye un tipo de actos humanos: los actos conscientes y voluntarios de los individuos que afectan a otros, a determinados grupos sociales,o a la sociedad en su conjunto. (Chavez Ibarra, 2008)
 
Ética y moral se relacionan, pues, en la definición antes dada, como una ciencia especifica y su objetivo. Una y otra palabra mantienen así una relación que no tenían propiamente en sus orígenes etimológicos. Ciertamente, moral procede del latín mos o mores, “costumbres”, en el sentido de conjunto de normas o reglas adquiridas por hábito. La moral tiene que ver así con el comportamiento adquirido, o modo de ser conquistado por el hombre. Ética proviene del griego ethos, que significa análogamente “modo de ser” o “carácter” en cuanto forma de vida también adquirida o conquistada por el hombre. Así, pues, originariamente ethos y mos, “carácter” y “costumbre”, hacen hincapié en un modo de conducta que no responde a una disposición natural, sino que es adquirido o conquistado por hábito. Y justamente, esa no naturalidad del modo de ser del hombre es lo que, en la Antigüedad, le da su dimensión moral.
Vemos, pues, que el significado etimológico de moral y de ética no nos dan el significado actual de ambos términos, pero sí nos instalan en el terreno específicamente humano en el que se hace posible y se funda el comportamiento moral: lo humano como él de pura naturaleza. El comportamiento moral sólo lo es del hombre en cuanto que sobre su propia naturaleza crea esta segunda naturaleza, de la que forma parte su actividad moral. (Chavez Ibarra, 2008)
Se entiende por ‘acción moral’ cualquier acto que haya sido ejecutado obedeciendo a los mandatos de las leyes morales. Por tanto, no todas las acciones humanas son susceptibles de recibir una cualificación moral (por ejemplo, desde el punto de vista ético el estornudar no puede merecer ninguna valoración moral propiamente dicha, salvo que lo hagamos encima de una persona para fastidiarla, con lo cual lo valorable moralmente sería nuestra intención de dañar a esa persona, no el acto de estornudar en sí). Sólo podemos hablar de acciones morales o inmorales cuando cumplan al menos un conjunto de condiciones: - Ser una acción que afecte a normas, principios o valores morales. - Haber sido realizada con libertad, es decir, haber tenido la oportunidad de elegir entre varias opciones antes de realizar la acción. En el caso de que no exista esa libertad (por ejemplo, si alguien me obliga a realizar un acto apuntándome con un revólver), el individuo no puede ser considerado responsable moral de esa acción. - Que haya sido realizada voluntariamente y siendo consciente de los efectos que iba a producir esa acción. Por ejemplo, si yo realizo un acto y, sin que yo lo sepa, ese acto causa trastornos graves a otra persona, no puedo ser considerado responsable moral del daño causado involuntariamente. - Las intenciones o fines con los que yo he llevado a cabo esa acción, puesto que puede darse el caso de realizar un acto bueno en sí mismo aunque las intenciones que motivaron ese acto fueran inmorales (por ejemplo, alguien que ayuda económicamente a una familia pobre, aunque lo hace con la secreta intención de obtener favores sexuales). O a la inversa: provocar un daño aunque mis intenciones sean buenas. El filósofo Kant afirmó al respecto que sólo podían ser consideradas como buenas moralmente aquellas acciones que hubieran sido ejecutadas exclusivamente por puro respeto al deber moral, es decir, sin que nos moviera ningún interés particular en realizarlas. Según él, existen las ‘acciones conformes al deber’, las cuales no son estrictamente acciones morales, porque el fin que las motivó fue el interés personal y no el respeto al deber. Él mismo pone un ejemplo de ‘acciones conformes al deber’: un comerciante que no practica la usura puesto que mantiene bajos sus precios, pero lo hace para tener más clientes y enriquecerse, no porque considere que ésa es su obligación moral. LO AMORAL Su significación estricta es "aquello que carece de moral". Utilizando una expresión del filósofo Nietzsche, podríamos decir: "aquello que está más allá del bien y del mal". Es importante señalar que ‘amoral’ no significa lo mismo que ‘inmoral’, puesto que lo inmoral es algo contrario a lo moral, y es catalogado así por comparación con las normas morales. Sin embargo, lo amoral se encontraría tan alejado de lo inmoral como de lo propiamente moral. En filosofía, ‘amoral’ también se suele utilizar como calificativo que acompaña a todas aquellas disciplinas que tratan los hechos sin valorarlos desde una perspectiva ética o social. Por ejemplo, con la expresión "el conocimiento científico es amoral" queremos significar que estudia los hechos prescindiendo de cualquier valoración moral. Se ha discutido si existen o no individuos ‘amorales’, esto es, que carezcan de cualquier norma moral. En general, se acepta que no pueden existir, puesto que toda persona se guía por uno u otro código de conducta que lleva implícito ciertos valores morales. Ni siquiera los psicópatas con graves alteraciones emotivas y conductuales carecerían de normas y valores propios. Únicamente en el caso de personas con gravísimas deficiencias mentales, y por tanto carentes de una mínima racionalidad, podríamos hablar de individuos amorales.
12. La doble moral
Expresión que se aplica para reflejar casos donde un individuo mantiene una conducta contradictoria en el ámbito moral, de tal manera que actúa de una u otra forma en situaciones similares dependiendo de su propio beneficio. Por ejemplo, alguien se declara contrario al aborto por motivos morales; sin embargo, cuando una hija suya, menor de edad, queda embarazada de manera causal y no deseada, autoriza y financia el aborto. La expresión se utiliza especialmente para expresar contradicciones entre lo que un individuo defiende públicamente (ética pública) y lo que hace en privado (ética privada). Así, es frecuente que numerosas personas actúen moralmente en su vida privada de manera diferente a lo que proclaman en público. En tal caso, hablamos de doble moral o moral hipócrita. También cuando un individuo defiende la existencia de ciertas normas morales para todos los demás o para los que no son como él, y sin embargo no se aplica las mismas normas a él mismo.
13. Tipos de moral
Moral fundamental. Teología moral fundamental es la reflexión teológica del comportamiento humano responsable, en cuanto catalogable como bueno o malo. Juicio que tiene en cuenta no sólo la reflexión racional, sino que tiene como base los contenidos de la revelación y de la fe. Aspecto que la diferencia de la ética filosófica la constituye en una disciplina de la teología. Desde el magisterio de Juan Pablo II presenta la definición eclesial de la teología moral fundamental: “La reflexión moral de la Iglesia, hecha siempre a la luz de Cristo, el “Maestro bueno”, se ha desarrollado también en la forma especial de las ciencias teológicas llamada teología moral; ciencia que interpela la divino Revelación y responde a la vez a las exigencias de la razón humana. La teología moral es una reflexión que concierne a la “moralidad”, o sea, al bien y al mal de los actos humanos y de las persona que los realiza, y en este sentido está abierta a todos los hombres; pero es también teología, en cuanto reconoce el principio y el fin del comportamiento moral en Aquel que “solo es bueno” y que, dándose al hombre en Cristo, le ofrece la bienaventuranza de la vida divina”.2 Moral social. La dimensión de la persona no responde a luna diferencia de la estructura, sino de su falta de vocación existencial. Muchas personas pierden el sentido de la vida, y la suceder esto, pierden del todo su nivel de exigencia, porque llegan a parecer islas en medio de un mundo que por momentos parece no ser de ellos. Muchos viven creyendo que el mundo se lo convierte a base de sueños, otros a base de armas, y existen los que piensan que la vida es solo el recorrer de lapsos de tiempo. Pero la vida va más allá, va por la vía de la autorrealización.
 
La moral social.- es el encuentro entre las personas y exige la convivencia organizada porque la convivencia garantiza el encuentro. Laelaboración de la moral social del momento es un reto o un desafío frente al grito de varias víctimas de la violencia, ante las personas que con la perdida de un ser querido pierden tanto la perspectiva de vida personal como la de vida comunitaria. La pobreza como lo dice puebla es un obstáculo para al convivencia pacifica, porque la necesidad de alimento es la base de la disputa de la muchedumbre que piensa en calmar sus necesidades con las sobras de los poderosos.3 La sociedad desea comprender cual es el rumbo de su existencia, por eso el hombre de nuestro tiempo especialmente el pensador, debe guiar a la humanidad a la vivencia de su propia existencia, que se convenza que no es el único que existe y que su comportamiento afecta tanto el entorno como las relaciones.
El hombre es un ser social, necesita de la convivencia con sus semejantes para realizar su propia vocación personal, encuentra su propia identidad en el diálogo. El carácter social del hombre se afirma de un modo radicalmente superior al que puede reconocerse en algunas especies animales. Fenómenos que consideramos tan comunes como la comunicación, que se realiza a través del lenguaje, o la misma necesidad que cada persona experimenta respecto de los otros (tanto en el plano corporal como en el espiritual), son algunos hechos que hablan del carácter esencialmente comunitario de la persona. De ahí que cuando el hombre se ve privado de la sociedad, no se le despoja sólo de un complemento importante, sino que se le impide alcanzar su propia condición de hombre. La moral social trata de analizar, desde la luz de la revelación y con la ayuda de las ciencias sociales, las exigencias de esa vida en sociedad. De ellas se ha ocupado desde su origen la reflexión cristiana. Posteriormente, en particular a raíz de los cambios decisivos que dan lugar al nacimiento de las sociedades modernas, los pontífices se ocuparon, sobre todo desde fines del siglo XIX, de iluminar con la luz del evangelio las circunstancias cambiantes de ese vivir social. De este modo, fue configurándose un cuerpo de doctrina, de principios morales y de aplicaciones a casos particulares, que alcanzó la denominación de "doctrina social de la Iglesia" (DSI). Moral de las comunicaciones. Muchos pueden ubicar la moral de las comunicaciones dentro de la moral social, u otros dentro de la moral de la persona, yo quiero darle su propio apartado, porque creo que en el mundo en el que estamos viviendo a este tipo de moral se le debe poner mucha atención. Las generaciones actuales no cesan de sumergirse en las comunicaciones, buscando dentro de este circulo una felicidad efímera que los lleva al desorden toral. La masa de las telecomunicaciones por momentos es un bien ç, pero sui no se sabe manejar se convierte en un caballo sin freno, al que es difícil domar. Veamos también la posición de la Iglesia y los medios de comunicación social. La Iglesia católica, fundada por nuestro Señor Jesucristo para la salvación de todos los hombres, y por lo mismo que está obligada a la evangelización de toda criatura, considera parte de su misión servirse de los instrumentos de comunicación social para predicar a los hombres el mensaje de salvación y enseñarles el recto uso de estos medios. A la Iglesia, pues, corresponde el derecho natural de usar y poseer todos los instrumentos de este orden en cuanto sean necesarios o útiles para la educación cristiana y para toda su obra de la salvación de las almas, y corresponde, pues, a los sagrados pastores el deber de instruir y gobernar a los fieles de modo que éstos, sirviéndose de dichos instrumentos, atiendan a su propia perfección y salvación, así como a la de todo el género humano. Por lo demás, corresponde principalmente a los laicos penetrar de espíritu cristiano esta clase de medios a fin de que respondan a la gran esperanza del género humano y a los designios divinos. Para el recto uso de estos medios es absolutamente necesario que todos los que se sirven de ellos conozcan y llevan a la práctica en este campo las normas del orden moral. Consideren, pues, la especial naturaleza de las cosas que se difunden a través de estos instrumentos, según la peculiar naturaleza de cada uno; tengan, a la vez, en cuenta, las circunstancias o condiciones todas, es decir, el fin, las personas, el lugar, el tiempo y demás datos que entran en juego en los diversos medios de comunicación, y aquellas otras circunstancias que pueden hacer perder su honestidad o cambiarla; entre las cuales el carácter específico con que actúa cada instrumento, es decir, su propia fuerza, que puede ser tan grande que los hombres, sobre todo si no están formados, difícilmente sean capaces de advertirla, dominarla y, si llega el caso, rechazarla. Recta conciencia en el uso de los medios de comunicación social En necesario, más que nada, que todos los interesados, en la utilización de estos medios de comunicación se formen recta conciencia sobre tal uso, en particular por lo que se refiere a algunas cuestiones agriamente debatidas en nuestros días. La primera cuestión se refiere a la llamada información, a la obtención y divulgación de las noticias. Es evidente que tal información, por razón del moderno progreso de la sociedad humana y por los más estrechos vínculos entre sus miembros, resulta muy útil y, las más de las veces, necesaria, pues el intercambio público y puntual de noticias sobre acontecimientos y cosas facilita a los hombres un conocimiento más amplio y continuo de la actualidad, de modo que puedan contribuir eficazmente al bien común y al mayor progreso de toda la sociedad humana. Existe, pues, en el seno de la sociedad humana el derecho a la información sobre aquellas cosas que convienen a los hombres, según las circunstancias de cada cual, tanto particularmente como constituidos en sociedad. Sin embargo, el recto uso de este derecho exige que la información sea siempre objetivamente verdadera y, salva la justicia y la caridad, íntegra; en cuanto al modo, ha de ser, además, honesta y conveniente, es decir, que respete las leyes morales del hombre, sus legítimos derechos y dignidad, tanto en la obtención de la noticia como en su divulgación; pues no toda la ciencia aprovecha, "pero la caridad es constructiva" (1 Cor., 8,1). Primacía del Orden moral Una segunda cuestión se plantea sobre las relaciones que median entre los llamados derechos del arte y las normas de la ley moral. Dado que, no rara vez, las controversias que surgen sobre este tema tienen su origen en falsas doctrinas sobre ética y estética, el Concilio proclama que la primacía del orden moral objetivo ha de ser aceptada por todos, puesto que es el único que supera y congruentemente ordena todos los demás órdenes humanos por dignos que sean, sin excluir el arte. Pues solamente el orden moral abarca, en toda su naturaleza, al hombre, hechura racional de Dios y llamado a lo sobrenatural; y cuando tal orden moral se observa íntegra y fielmente, le conduce a la perfección y bienaventuranza plena. Por otra parte, la narración, descripción y representación del mal moral, puede, sin duda, con el auxilio de los medios de comunicación social, servir para conocer y descubrir mejor al hombre y para hacer que mejor resplandezca y se exalte la verdad y el bien mediante oportunos y logrados efectos dramáticos; sin embargo, para que no produzcan mayor daño que utilidad a las almas, han de someterse plenamente a las leyes morales, sobre todo si se trata de cosas que merecen el máximo respeto o que incitan más fácilmente al hombre, inclinado por la culpa original, a deseos depravados.

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