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¿Qué es?¿Por qué se produce?¿Cuáles son sus consecuencias? Autora: Gema Vega González. Miembro del grupo coordinador de la Escuela Madrileña de Salud y coordinadora del Programa Paciente 360º de la Comunidad de Madrid. Doctora en Medicina e intensivista del Hospital Universitario de La Princesa del Servicio Madrileño de Salud. El infarto agudo de miocardio Infarto agudo de miocardio Antes de describir cómo se produce un infarto agudo de miocardio, vamos a explicar el significado del término de estas palabras: Infarto: muerte de células. Ya no son útiles para la función que realizan, ni son recuperables Agudo: se produce de forma brusca De miocardio: sería el apellido de las células que se mueren. En este caso son las células musculares del corazón. Existen otros tipos de infarto: el infarto cerebral, renal, intestinal… según el tipo de células que mueren en cada caso El infarto agudo de miocardio es un síndrome coronario agudo. Este último nombre responde a que esta enfermedad se produce por la obstrucción del flujo de la sangre de una arteria del corazón o arteria coronaria, o de alguna de sus ramas. Estas arterias coronarias son las encargadas de aportar los nutrientes y el oxígeno al corazón, para que realice su función. Si la obstrucción de la arteria es completa y se produce la muerte celular, hablaremos de un infarto; pero si la obstrucción de la arteria coronaria es parcial y todavía existe flujo sanguíneo a través de ella, se producirá déficit de oxígeno (isquemia), pero no muerte celular, y entonces estaremos hablando de “angina”, “angina coronaria” o lo que comúnmente se llama “angina de pecho”. Ambos procesos son diferentes estados de una misma enfermedad del corazón; aunque es posible que ocurra una, sin la otra. Es decir, que puedas tener una angina por una obstrucción parcial, sin llegar a tener un infarto, y viceversa, tener un infarto, sin haber tenido nunca una angina. Lo más frecuente es que esta obstrucción sea debida a un coágulo que se produce sobre una arteria dañada previamente por arterioesclerosis. Menos frecuentemente, la obstrucción se produce por: espasmo (vasoespasmo coronario), más relacionado con tóxicos como la cocaína o el tabaco; o por la llegada de un coágulo por el torrente circulatorio (embolia coronaria). Como sabrá, el corazón está fundamentalmente formado por músculo; pero también dentro de él existen unas estructuras o cavidades (2 aurículas y 2 ventrículos) que están separadas de izquierda a derecha por tabiques y unidas, en cada uno de los lados, a través de “unas puertas” (las válvulas), por donde fluye la sangre con cada latido. La función principal del músculo cardiaco es la de contraerse en cada latido y con ello, conseguir bombear la sangre que circula dentro del corazón hacia el sistema vascular, consiguiendo el normal funcionamiento de la circulación sanguínea en todo el cuerpo, a través de los diferentes vasos sanguíneos (arterias y venas). Por tanto, podríamos pensar en el corazón con un motor que bombea sangre a todo el cuerpo a través de las arterias que salen de él. Pero, para que este “motor” funcione bien y sea eficaz en cada latido, su estructura interna (las válvulas) tiene que funcionar también bien y además, de forma sincronizada, con un ritmo adecuado. Por ello, existen zonas del corazón que no se dedican a la función de contraer para bombear sangre, sino que se dedican a abrir y cerrar correctamente estas válvulas, o se dedican a mantener un ritmo adecuado entre las diferentes estructuras o cavidades cardiacas, para su correcto funcionamiento. Todo este buen funcionamiento sincronizado del corazón en cada latido se consigue gracias a que las arterias coronarias aportan los nutrientes y el oxígeno a través del flujo sanguíneo coronario, como un sistema de ramas similar a las ramas de un árbol. Cuando se produce una obstrucción de una arteria coronaria, se produce una ausencia de flujo por esa rama con la consiguiente muerte celular (infarto) y pérdida de función de esas células. Según sea el calibre la de arteria obstruida, la extensión del infarto será mayor o menor. ¿Qué es?¿Por qué se produce?¿Cuáles son sus consecuencias? Por tanto, entenderemos que los síntomas y las complicaciones del infarto de miocardio van a depender de: • la cantidad de zona sin riego, es decir, la zona infartada; y • la función que ejercía esa zona infartada Y es por ello que, tras un infarto de miocardio se puedan producir: • Arritmias o alteraciones del ritmo del corazón, que en muchas ocasiones se trata de una arritmia maligna que puede producir la muerte súbita • Fallo de la función de contractilidad, que puede producir o no insuficiencia cardiaca aguda con o sin edema agudo de pulmón • Malfuncionamiento val- vular agudo, siendo el más fre- cuente el de la válvula mitral Como se desprende de todo lo anteriormente expuesto, el tratamiento más eficaz para un infarto es resolver la causa, reinstaurando el flujo coronario lo antes posible y tratar las complicaciones según vayan apareciendo. Actualmente, existen grandes equipos multidisciplinares capaces de conseguir volver a instaurar el flujo coronario de forma muy rápida y eficiente; pero lo importante es llegar a ellos lo antes posible para minimizar las complicaciones… De ahí el lema: ¡el tiempo es vida!
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