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_Anatomia con Orientacion Clinica (1071)

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denominada popularmente vasectomía. Durante esta intervención, parte del
conducto deferente se liga y/o extirpa mediante una incisión en la parte
superior del escroto (fig. C6-11). Por tanto, el líquido eyaculado de las vesículas
seminales, la próstata y las glándulas bulbouretrales no contiene espermatozoides.
Los espermatozoides no expulsados degeneran en el epidídimo y en la porción
proximal del conducto deferente. En la mayoría de los casos favorables (en
menores de 30 años de edad y cuando han transcurrido menos de 7 años desde la
intervención) puede conseguirse revertir la deferentectomía. Los extremos de los
conductos deferentes seccionados pueden volver a unirse mediante microcirugía.
FIGURA C6-11.
Abscesos en las vesículas seminales
Los acúmulos localizados de pus (abscesos) en las vesículas seminales
pueden romperse y provocar el paso de pus a la cavidad peritoneal. Las
vesículas seminales pueden palparse en un tacto rectal, sobre todo si están llenas
o agrandadas. Se palpan con mayor facilidad cuando la vejiga está
moderadamente llena. También pueden masajearse para liberar sus secreciones y
examinarlas al microscopio en busca de gonococos (microorganismos que
producen la gonorrea), por ejemplo.
Hipertrofia prostática
La importancia médica de la próstata se debe a que su aumento de tamaño, o
hipertrofia prostática benigna (HPB), es un trastorno frecuente a partir de la
mediana edad, que acaban padeciendo todos los hombres que viven lo suficiente.
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