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denominada popularmente vasectomía. Durante esta intervención, parte del conducto deferente se liga y/o extirpa mediante una incisión en la parte superior del escroto (fig. C6-11). Por tanto, el líquido eyaculado de las vesículas seminales, la próstata y las glándulas bulbouretrales no contiene espermatozoides. Los espermatozoides no expulsados degeneran en el epidídimo y en la porción proximal del conducto deferente. En la mayoría de los casos favorables (en menores de 30 años de edad y cuando han transcurrido menos de 7 años desde la intervención) puede conseguirse revertir la deferentectomía. Los extremos de los conductos deferentes seccionados pueden volver a unirse mediante microcirugía. FIGURA C6-11. Abscesos en las vesículas seminales Los acúmulos localizados de pus (abscesos) en las vesículas seminales pueden romperse y provocar el paso de pus a la cavidad peritoneal. Las vesículas seminales pueden palparse en un tacto rectal, sobre todo si están llenas o agrandadas. Se palpan con mayor facilidad cuando la vejiga está moderadamente llena. También pueden masajearse para liberar sus secreciones y examinarlas al microscopio en busca de gonococos (microorganismos que producen la gonorrea), por ejemplo. Hipertrofia prostática La importancia médica de la próstata se debe a que su aumento de tamaño, o hipertrofia prostática benigna (HPB), es un trastorno frecuente a partir de la mediana edad, que acaban padeciendo todos los hombres que viven lo suficiente. 1114 https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org booksmedicos.org Push Button0:
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