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_Anatomia con Orientacion Clinica (1558)

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meninges superiores al oído medio y se rompe la membrana del tímpano. Las
fracturas de la fosa craneal anterior pueden interesar la lámina cribosa del
etmoides (v. fig. 8-12 A), con fuga de LCE a través de la nariz (rinorrea de LCE).
El LCE puede diferenciarse del moco mediante el análisis del contenido de
glucosa, que en el LCE es similar al de la sangre. La otorrea y la rinorrea de LCE
pueden ser la indicación principal de una fractura de la base del cráneo, con
mayor riesgo de meningitis por propagación de una infección desde el oído o la
nariz a las meninges (Louis, 2016).
Anastomosis de las arterias cerebrales y embolia cerebral
Las ramas de las tres arterias cerebrales se anastomosan entre sí sobre la
superficie del encéfalo; sin embargo, si una arteria cerebral se obstruye por
una embolia cerebral (p. ej., un coágulo sanguíneo), esas anastomosis
microscópicas no son capaces de proporcionar una cantidad suficiente de sangre
al área de corteza cerebral afectada. Por lo tanto, se producen isquemia e infarto
cerebrales y aparece un área de necrosis (tejido muerto). Las grandes embolias
cerebrales que ocluyen vasos importantes pueden producir trastornos
neurológicos graves y la muerte.
Variaciones del círculo arterial del cerebro
Es frecuente que haya variaciones en el calibre de los vasos que forman el
círculo arterial del cerebro. Las arterias comunicantes posteriores faltan en
algunos individuos; en otros puede haber dos arterias comunicantes anteriores.
Aproximadamente en un tercio de las personas, una arteria cerebral posterior es
rama principal de la arteria carótida interna. Una de las arterias cerebrales
anteriores a menudo es pequeña en la parte proximal de su curso; la arteria
comunicante anterior es mayor de lo habitual en estos individuos. Estas
variaciones pueden ser clínicamente significativas si aparecen embolias o
patología arterial.
Ictus o accidente vascular cerebral
Un ictus es la interrupción aguda del flujo sanguíneo normal
(hipoperfusión) del cerebro que causa la muerte de las células cerebrales,
provocando disfunción cerebral. Son los trastornos neurológicos más habituales
que afectan a los adultos en EE.UU. A nivel mundial, representa un 10% de todos
los fallecimientos (Sevusch-Garcy, 2016), aunque a menudo son más
incapacitantes que mortales. El rasgo cardinal de un ictus es el comienzo súbito
de síntomas neurológicos. Existen dos tipos principales de ictus: isquémico, por
alteración del flujo sanguíneo cerebral, y hemorrágico, causado por sangrado.
La gran mayoría de los accidentes cerebrovasculares son isquémicos. En este
tipo de ictus se desarrollan deficiencias neurológicas focales a causa de la
enfermedad ateroesclerótica oclu-siva (v. más adelante «Infarto cerebral») o el
tromboembolismo en una arteria cerebral. Un trombo es un coágulo que se
desarrolla dentro de un vaso sanguíneo, mientras que un émbolo es un coágulo o
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