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See discussions, stats, and author profiles for this publication at: https://www.researchgate.net/publication/344679299 Violencia y Desarrollo Book · October 2017 CITATIONS 0 READS 115 2 authors: Claudia Rivera Hernandez Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 69 PUBLICATIONS 51 CITATIONS SEE PROFILE Mario Carrillo ICGDE-BUAP 51 PUBLICATIONS 57 CITATIONS SEE PROFILE All content following this page was uploaded by Claudia Rivera Hernandez on 16 October 2020. The user has requested enhancement of the downloaded file. https://www.researchgate.net/publication/344679299_Violencia_y_Desarrollo?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_2&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/publication/344679299_Violencia_y_Desarrollo?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_3&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_1&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Claudia-Rivera-Hernandez?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_4&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Claudia-Rivera-Hernandez?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_5&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/institution/Benemerita-Universidad-Autonoma-de-Puebla?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_6&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Claudia-Rivera-Hernandez?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_7&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Mario-Carrillo-3?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_4&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Mario-Carrillo-3?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_5&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Mario-Carrillo-3?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_7&_esc=publicationCoverPdf https://www.researchgate.net/profile/Claudia-Rivera-Hernandez?enrichId=rgreq-b76c2717a4fd16878fa7729ee9ea5dec-XXX&enrichSource=Y292ZXJQYWdlOzM0NDY3OTI5OTtBUzo5NDcxMDUyOTIwOTk1ODVAMTYwMjgxODkwNjU1OA%3D%3D&el=1_x_10&_esc=publicationCoverPdf 1 Colección Desarrollo 4 Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico Centro de Estudios para el Desarrollo Estratégico VIOLENCIA Y DESARROLLO VIOLENCIA Y DESARROLLO Claudia Rivera Hernández Mario Miguel Carrillo Huerta (Coordinadores) Colección Desarrollo 4 Benemérita Universidad Autónoma de Puebla Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarollo Estratégico Corporación Universitaria del Caribe Cuerpo Académico 295 “Gestión y Desarrollo” Centro de Estudios sobre Desarrollo Estratégico Grupo de investigación: Dimensiones Humanas Benemérita Universidad Autónoma de Puebla José Alfonso Esparza Ortiz Rector José Jaime Vázquez López Secretario General Ygnacio Martínez Laguna Vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico José Antonio Meyer Rodríguez Director Corporación Universitaria del Caribe Noel Morales Tuesca Rector Cuerpo Académico 295 “Gestión y Desarrollo” Centro de Estudios sobre Desarrollo Estratégico Grupo de investigación: Dimensiones Humanas Cuidado de la edición: Carlos Enrique Ahuactzin Martínez Diseño editorial: Iván Velasco Vega Primera edición, 2017 ISBN (versión impresa): 978-607-525-439-5 ISBN (versión electrónica): 978-607-525-485-2 © Benemérita Universidad Autónoma de Puebla 4 sur 104, Centro Histórico, Puebla, Pue. C.P. 72000 Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico Av. Cúmulo de Virgo s/n. Acceso 4, CCU. Puebla, Pue. C.P. 72810 www.icgde.buap.mx Corporación Universitaria del Caribe Carretera troncal de Occidente Km 1 vía Corozal. Sincelejo, Sucre, Colombia Impreso en México/ Printed in Mexico Índice Introducción PARTE 1. TEORÍAS QUE EXPLICAN LOS VÍNCULOS ENTRE LA VIOLENCIA Y EL DESARROLLO Un Marco Conceptual para el Análisis de la Relación entre la Violencia y el Desarrollo Mario Miguel Carrillo Huerta Violencia de género y sustentabilidad: Análisis del panorama latinoamericano Olga Vázquez Guzmán PARTE 2. EFECTOS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL DESARROLLO DEMOCRÁTICO Violencia política hacia las mujeres: Hallazgos preliminares en un estudio cualitativo mediante entrevistas a mujeres en la política mexicana Claudia Rivera Hernández Violencia de género y políticas públicas: Acciones realizadas por Instituciones Públicas en la Ciudad en Puebla Francisco José Rodríguez Escobedo y Miriam Fonseca López PARTE 3. EFECTOS DE LA VIOLENCIA EN EL DESARROLLO SOCIOECONÓMICO Violencia intrafamiliar y capital social: Análisis de la calidad de vida en la ciudad de Puebla Francisco Manuel Gutiérrez Ochoa 7 13 15 41 67 69 95 111 113 149 187 Violencia, Seguridad Humana y Crisis Humanitaria: Construcción de su significado para los migrantes centroamericanos con destino a Estados Unidos en su tránsito por México. Araceli Espinosa Márquez, Heriberto Vega Villaseñor y Luis Miguel Morales Gámez Violencia y vulnerabilidad: Estado del Arte sobre la vulnerabilidad de las Personas Mayores víctimas del conflicto armado colombiano. Marta Sahagún Navarro, Kelly Romero Acosta, Shely Millán Beltrán, Lisney Arroyo Arias y Mayerlin Rivera Jaraba 7 Introducción El proceso económico e ideológico por el que ha atravesado el mundo desde la etapa de la posguerra, ha centrado sus esfuerzos en la conse- cución de un estado ideal, llamado desarrollo. Sin embargo, el modelo económico neoliberal dista mucho de lograrlo. El 90 % de la población mundial vive en condiciones de pobreza, con carencias alimentarias, de bienes y/o de capacidades, mientras que el 10% concentra casi toda la riqueza que se produce en el mundo. La pobreza favorece la desintegración social, impone limitaciones al desarrollo y es la evidencia del fracaso de los estados en la búsqueda por salvaguardar la integridad física y social de sus habitantes. El infor- me de Desarrollo Mundial 2011 publicado por el Banco mundial el 10 de abril de ese mismo año, evidenció que los bajos niveles de producto interno bruto per capita están claramente relacionados con altas tasas de homicidios y la aparición de conflictos políticos y sociales, conclu- yendo que la pobreza, los ingresos bajos y el desempleo son la princi- pal causa de violencia. Ante esta situación, los más afectados son las mujeres, niñas, niños, indígenas y personas de la tercera edad, quienes además de tener múltiples carencias, son constantemente violentados y excluidos, pues la violencia se presenta como una enfermedad pan- démica, que se extiende, se adapta y constantemente arrastra a sus víctimas hacia la pobreza y la exclusión. Las guerras provocan sufrimiento humano y generan daños irre- parables en la economía de un país, pues todos los aspectos de la vida de las personas, -vivienda, salud, educación, empleo, alimentación, entre otros- se ven afectados, retrasando el desarrollo per capitaen aproximadamente un 30%1. Las cifras publicadas por el Banco Mundial en 2016 se muestran a continuación: 1 Los efectos directos de la guerra representan caídas del 14 % y el 16 % del PIB per cá- pita, respectivamente”. Banco Mundial (2016). El costo en cifras de la guerra y la paz en Oriente Medio (04/02/2016). Recuperado de: http://www.bancomundial.org/es/ news/feature/2016/02/03/by-the-numbers-the-cost-of-war-and-peace-in-mena 8 • En Siria e Iraq, el ingreso per cápita es un 23 % y 28 % menor, respectivamente o alrededor de una cuarta parte menos de lo que podría haber sido de no estallar los conflictos en Oriente Medio. • En Guatemala, donde el 54.8% de la población es pobre. En 2005, la violencia costó más del 7% de su PIB. • Durante la guerra contra el narcotráfico en México iniciada en el año 2006, se desencadenó una ola de violencia nunca antes vista. El Informe sobre el índice de paz en México (2017) pre- sentado por el Instituto para la Economía y la Paz, encontró que el impacto económico de la violencia fue de 3.07 billones de pesos en 2016. Esto equivale a cerca del 18% del PIB o 25,130 pesos por persona. Las cifras por secuestro, extorsión y delitos a mano armada se han incrementado producto de las redes del crimen organizado y el levantamiento de civiles por presiones económicas sobre todo en los países subdesarrollados. Los feminicidios y la trata de personas van en incremento. La dinámica de la violencia en el mundo ha cambiado produciendo reacciones de resistencia, estrategias de adaptación y estrategias de instalación. Sin embargo, a pesar de que hoy contamos con un mar- co legal más sólido para defender los derechos humanos y sociales, la impunidad no permite vencer la corrupción, demostrando nuestra incapacidad como humanidad, para prevenir y afrontar la violencia y la exclusión. Por estas razones los integrantes del Cuerpo Académico BUAP 295 “Gestión y Desarrollo”, consideramos que la atender aspectos re- lacionados con la violencia es un factor clave para superar la pobreza y generar desarrollo. Nuestro objetivo al exponer los efectos devasta- dores de la violencia en la vida política, económica y social sobretodo en México, es formar conciencia entre los actores públicos y privados que permitan la generación de respuestas técnicas y políticas para favorecer la prevención y en consecuencia aporten al desarrollo del país. Así, este libro está integrado por tres apartados. 9 La primera parte, muestra dos análisis documentales, cuyo ob- jetivo es mostrar el marco teórico y analítico que permita evaluar los procesos y mecanismos que ligan a la violencia con la pérdida de desarrollo. El Primer capítulo titulado “Un Marco Conceptual para el Análisis de la Relación entre la Violencia y el Desarrollo”, escrito por Mario Miguel Carrillo Huerta, aborda el desarrollo desde la perspectiva de la teoría sistémica, exponiendo sus variables, formas de medición y procesos para asegurar que sea sustentable; el autor propone que el desarrollo es un proceso de mejora de la calidad de vida de la sociedad; por tanto, la violencia se presenta como un factor que afecta negati- vamente al desarrollo por estar ligado a los capitales manufacturado, humano, natural y social. El segundo capítulo, titulado “Violencia de género y sustentabilidad: Análisis del panorama latinoamericano”, escrito por Olga Vázquez Guz- mán, aborda una revisión conceptual, teórica, metodológica y empírica sobre las diversas posturas de análisis de la violencia de género eva- luando las teorías centro-periferia, biológica, generacional y la teoría de perspectiva de género. La autora concluye que las relaciones que ligan las teorías de la violencia al desarrollo sustentable no se encuen- tran suficientemente terminadas, por lo cual, un trabajo pendiente es la descripción de los vínculos, la formulación de modelos, políticas y estrategias que permitan la asociación o vinculación de las variables en función de la ubicación geográfica de la región y de las estrategias de afrontamiento que en ellas se han implementado. La segunda parte de este libro muestra que la violencia también daña la vida democrática del país, el grupo más afectado son las mu- jeres pues la exclusión convierte a sus víctimas en marginales, sin ac- ceso a la toma de decisiones democráticas. Este apartado presenta un panorama de la violencia de género analizado desde dos aspectos fundamentales: la percepción de los actores clave que participan en la política y las acciones emprendidas por el gobierno para abatir la desigualdad de género. El primer capítulo, titulado “Violencia política hacia las mujeres: Hallazgos preliminares en un estudio cualitativo mediante entrevistas a mujeres en la política mexicana”, escrito por Claudia Rivera Hernán- dez, muestra la evolución de la participación política de las mujeres 10 en el Mundo y en particular en México, analizando las luchas ganadas y perdidas rumbo a la equidad democrática. El objetivo es identificar en la voz de las actoras políticas actuales, la presencia de violencia política de género y evaluar las reacciones de resistencia, adaptación o instalación de la violencia política. Los hallazgos preliminares de esta investigación dan indicios que la sociedad debe ser corresponsable en la promoción de mecanismos formales de educación con el fin de garantizar un cambio cultural que promueva la equidad en todas las arenas. El segundo capítulo, “Violencia de género y políticas públicas: Ac- ciones realizadas por Instituciones Públicas en la Ciudad de Puebla”, es- crito por Francisco José Rodríguez Escobedo y Miriam Fonseca López, contempla un análisis de las políticas públicas con enfoque de género implantadas en la ciudad de Puebla. Las estrategias son analizadas bajo el modelo Ecológico de Bronfenbrenner (1990) para la medición de la violencia, en donde se expone la importancia de identificar los diferentes sistemas que participan e influyen en la vida de las mujeres violentadas. Los autores concluyen que se requieren estrategias inno- vadoras para la prevención de la violencia con el fin de modificar las normas culturales en materia de género. Finalmente, la tercera parte de este libro muestra que la violencia afecta profundamente la estructura social, mermando la calidad de vida de las víctimas, pues les niega la posibilidad de desarrollar sus capacidades en libertad. En este apartado se muestran tres análisis cualitativos y cuantitativos relacionados con la violencia hacia grupos vulnerables como niñas, niños, mujeres, migrantes y personas de la tercera edad. El primer capítulo, titulado “Violencia intrafamiliar y capital social: Análisis de la calidad de vida en la ciudad de Puebla”, escrito por Fran- cisco Manuel Gutiérrez Ochoa, muestra la correlación entre los niveles de educación, estado civil y edad con la violencia intrafamiliar, así como el análisis del incremento del alcoholismo en los diferentes estratos de edad como un factor detonante de la violencia. El autor presenta los resultados de una encuesta llevada a cabo en un grupo de jóvenes que radican en la ciudad de Puebla, concluyendo que es necesario conside- rar el capital social, la pobreza y la marginación como condicionantes de la violencia relacional e individual. 11 El segundo capítulo, titulado “Violencia, Seguridad Humana y Crisis Humanitaria: Construcción de su significado para los migrantes cen- troamericanos con destino a Estados Unidos en su tránsito por México”, escrito por Araceli Espinosa Márquez, Heriberto Vega Villaseñor y Luis Miguel Morales Gámez, busca visibilizar el significado que atribuyen las personas migrantes irregulares o indocumentados en su tránsito por México de origen centroamericano a los conceptos “Seguridad humana”, “seguridad personal y comunitaria”. La hipótesis es que la naturalización de la violencia en los lugares de origen permite que las personas migrantes desarrollen una seriede estrategias, que implican tensiones de carácter ético y moral, las cuales llevan a reconfigurar de manera constante al individuo convirtiéndose en víctimas y victimarios de diversas formas de violencia e incluso los lleva a redefinir la manera en que construyen su idea de seguridad personal, comunitaria y en ge- neral la idea de seguridad humana que construyen en la vida cotidiana. El tercer capítulo, titulado “Violencia y vulnerabilidad: Estado del Arte sobre la vulnerabilidad de las Personas Mayores víctimas del con- flicto armado colombiano”, escrito por Martha Sahagún Navarro, Kelly Romero Acosta, Shely Millán Beltrán, Lindsey Arroyo Arias y Mayerlin Rivera Jaraba. Las autoras presentan el estado del arte mediante el análisis de estudios que contemplan dentro de sus variables a las per- sonas mayores víctimas del conflicto armado, a fin de poder transmi- tir las condiciones de vulnerabilidad a las que se enfrenta este grupo poblacional. Mediante la investigación documental con un enfoque heurístico y hermenéutico las autoras concluyen que el Estado debe hacer efectivo el enfoque diferencial para que las víctimas de la tercera edad del conflicto armado en Colombia tengan el derecho a recibir una pensión que les permita vivir con dignidad. Finalmente concluimos que para superar la violencia y promover el desarrollo en cualquiera de sus formas, se requiere una noción de responsabilidad individual que incorpore al otro como parte de las es- trategias de generación de capital social. Sin duda, nuestra sociedad requiere del retorno de lo político para reconfigurar el Estado democrático, lo que garantizará la promoción de estrategias enfocadas a la inclusión y a la garantía de los derechos políticos, humanos y sociales. 12 Esperamos que este libro genere reacciones en sus lectores, a fin promover la igualdad entre todos los habitantes de nuestra sociedad, pues estamos seguros que el desarrollo no es un deseo inalcanzable. Puebla, México, a 5 de julio de 2017. Claudia Rivera Hernández Mario Miguel Carrillo Huerta 13 PARTE 1 TEORÍAS QUE EXPLICAN LOS VÍNCULOS ENTRE LA VIOLENCIA Y EL DESARROLLO 14 15 Un Marco Conceptual para el Análisis de la Relación entre la Violencia y el Desarrollo Mario Miguel Carrillo Huerta2 I. Introducción Sin duda, uno de los objetivos de la vida en sociedad que ha predomi- nado a través de la historia es el de mejorar su calidad en la medida de lo posible, de manera progresiva e ininterrumpida. Por ello, las socie- dades han buscado e identificado los elementos que pueden ayudarles a alcanzar ese objetivo (recursos), pero también aquellos que pueden impedirlo (obstáculos). En consecuencia, las sociedades han tratado de encontrar los factores que inciden en ambos casos, a fin de promover la creación de los recursos y la reducción o eliminación de los obstáculos. Este es el caso del desarrollo y de la violencia. Si uno revisa la literatura, es común encontrar referencia a que las sociedades persiguen el desarrollo y combaten la violencia, ya que ésta tiene impactos negativos en aquel. De ahí el interés por investigar la relación que existe entre ambos fenómenos. Sin embargo, por tratarse de fenómenos sociales dialécticos, el análisis de la relación entre ellos requiere, de entrada, una consideración sobre el significado que para las investigadoras y los investigadores tienen esos términos. En este capítulo se avanzan las concepciones de desarrollo y de 2 Profesor Investigador del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico de la Be- nemérita Universidad Autónoma de Puebla. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel 3. Investigador Titular del CA BUAP-295 “Gestión y Desarrollo”. 16 violencia que se han tomado en cuenta en la realización de las investi- gaciones sobre los temas de la violencia y su impacto en la vida de las mujeres, en la educación, en el capital social, en el medio ambiente y en el bienestar general. En otras palabras, en el capítulo se presenta lo que se considera: 1) El significado de los términos desarrollo y violencia, y; 2) Los resultados esperados de la relación entre ambos. II. El Significado de los Términos Desarrollo y Violencia En este apartado se presentan los significados considerados de los tér- minos desarrollo y violencia para efectos de la investigación empírica. Se presenta primero el caso del desarrollo por ser, a priori el elemento positivo, y luego la violencia. II.1. El marco conceptual del desarrollo Aunque el tema del desarrollo ha recibido una atención impor- tante desde mediados del siglo pasado, en relación con la sociedad, el término no ha sido definido nunca en forma exacta y por lo tanto no existe consenso entre los científicos sociales acerca de su significado. Sin embargo, la idea central que predomina en los intentos de definirlo podría expresarse si se le considerara como un proceso mediante (y durante,) el cual se mejora la calidad de la vida de la sociedad; es decir, como un mejoramiento en el bienestar social.3 3 Esta es la definición propuesta tiempo atrás por el autor de este capítulo. (Véase: Carrillo, 1978) En aquella ocasión, el objetivo central de la propuesta de definición era el de ofrecer un marco conceptual de referencia para el estudio del desarrollo que incluyera legítimamente también el del crecimiento económico. Por ejemplo, en aque- lla ocasión se argumentó que gran parte de los estudios sobre desarrollo económico incluían el análisis de sólo algunas variables económicas, lo que podía deberse quizás al supuesto de que existe algún principio, implícito en los estudios del desarrollo eco- nómico, con base en el cual se supone que los resultados del análisis no se alteran significativamente cuando en vez de estudiar a todas las variables económicas se es- tudian solamente las más relevantes. Se hacía referencia entonces a la definición de Meier y Baldwin (1969: 2): "…el proceso mediante el cual una economía experimenta un aumento en el ingreso nacional real durante un largo periodo de tiempo", donde se consideraba solamente a una variable económica: el ingreso real. La propuesta le con- cedía sentido a esa definición porque podría estar basada en el supuesto de que la acti- vidad económica tiene como finalidad el consumo (presente o futuro) de mercancías y servicios y de que para adquirir éstos, el individuo debe contar con un ingreso real 17 Si se acepta esta definición de desarrollo social y si se acepta la validez de una separación (con fines analíticos) de los fenómenos so- ciales, se desprende que el desarrollo social incluye tanto al desarrollo económico como al político y al cultural en general de la sociedad, y por lo tanto su campo es muy amplio; más amplio de lo que usual- mente se supone. Sin embargo, el alcance de esa definición puede entenderse mejor a partir de una reflexión acerca del significado del término ‘proceso’.4 El Análisis de Procesos El análisis en el que se basa la concepción del proceso para este tra- bajo es el de Georgescu (1971). La base de su análisis es la distinción entre el ser y el llegar a ser. Un proceso implica el llegar a ser; es decir, el proceso en sí implica cambio. Así se supone que existe un proceso uni- versal que se da en el espacio y en el tiempo, que no tiene fisuras y del cual todos formamos parte. Sin embargo, se puede aceptar la ficción analítica de dividir el proceso universal y así tener procesos parciales o elementales.5 Un proceso parcial, por lo tanto, debe necesariamente tener fronteras o límites tanto en el espacio como en el tiempo. Según Georgescu, la única manera de describir analíticamente a un proceso parcial (como el de producción, por ejemplo) es descri- biendo lo que cruza sus fronteras; es decir, lo que entra al proceso y lo que sale de él en un lapso de tiempo determinado. Por lo tanto, los elementos que entran (in-puts) y los que salen (out-puts), deben ser positivo, porque las mercancías ylos servicios se venden y compran en los mercados, y tienen un precio. Así, cualquier aumento en el ingreso real de todos los individuos de una sociedad puede asociarse con un mejoramiento en el bienestar económico. 4 Debe hacerse notar que el término "proceso" ha sido usado indiscriminadamente. Por ejemplo, en cualquier libro de texto ordinario de economía uno encuentra que un proceso es simplemente una forma determinada de combinar ciertas cantidades de in- sumos para obtener determinadas cantidades de productos. En otros casos, el término se usa para referirse a un patrón determinado de cambio. Como se verá enseguida, el término tiene más implicaciones que esas. 5 Aunque el ejemplo sea banal y no totalmente correcto, un proceso universal puede identificarse, digamos, con una gran esfera de jabón, eterna que no tiene fisuras ni uniones (corno si hubiera sido creada en un molde completamente cerrado y de una sola pieza) y que, además, ha incluido, incluye e incluirá a todo lo que pueda existir. Un proceso que incluye solamente a alguna de las partes del proceso universal (es de- cir, un proceso parcial o elemental) tendrá que ser, necesariamente, producto de una ficción analítica. 18 en número finito y con cualidades discretamente distintas y medibles.6 Además, la evaluación analítica del proceso parcial requiere de un ba- lance entre sus elementos-insumo y sus elementos-producto. Dicho balance, por lo tanto, dependerá de las fronteras, tanto temporales como espaciales, seleccionadas para delimitar al proceso. La selección de las fronteras para un proceso parcial está in- fluida tanto por los objetivos particulares del análisis como por los antecedentes del estudioso. De acuerdo con Georgescu (1971:11), “...un ingeniero, por ejemplo, puede establecer la frontera (espacial) entre el horno con vidrio derretido y los rodillos de una fábrica de plan- chas de vidrio...”. En cambio, un economista debe establecer fronteras económicas solamente en relación con alguna mercancía y dado que el vidrio derretido no puede considerarse como mercancía, al economista no le servirían las fronteras delimitadas por el ingeniero en el ejemplo.7 En otras palabras, en economía el balance entre insumos y productos tiene que ser un balance de valor. Los procesos y el estudio del desarrollo Extendiendo el análisis de los procesos de Georgescu al proceso de desarrollo en general, se debe entender primero que dicho proceso es parcial o elemental extraído ficticiamente y con fines analíticos, del proceso universal. Por tanto, es necesario asignarle fronteras tanto en el espacio como en el tiempo.8 Sin embargo, las fronteras asignadas al proceso dependen, necesariamente, tanto de los objetivos del estu- dio como del campo de especialización del estudioso. Por ejemplo, un científico social puede querer estudiar a la especie humana en general 6 Otra vez, un ejemplo -tal vez banal- puede ayudar a comprender la importancia de este requisito. Suponga el lector que un oficial aduanero debe anotar, con fines de descripción, lo que entra a un país y lo que sale de él a través de una única aduana. Si lo que entrara y saliera del país no pudiera distinguirse discretamente ni medirse, el oficial no podría lograr su objetivo. 7 La razón por la cual el vidrio derretido no puede considerarse como mercancía es simplemente que el vidrio derretido no puede venderse en el mercado; no es ni pro- ducto terminado para el consumidor ni materia prima o producto intermedio para otras industrias. 8 Esto no es más que lógico. Por ejemplo, para que se tenga una respuesta adecuada a la pregunta... ¿cuáles han sido los cambios más importantes de la sociedad?, se debe in- cluir una especificación de la sociedad a la que se hace referencia y del lapso de tiempo a considerar; es decir, se requiere de la selección y asignación de fronteras temporales y espaciales que delimiten al proceso. 19 y por lo tanto estudiará a la sociedad que habita actualmente en el glo- bo terrestre o a la que lo ha habitado en el pasado. Otro podrá querer V a r i a b l e s Valores Iniciales Tiempo Valores Finales - Políticas Proceso Parcial de Desarrollo de una Sociedad Todas las Variables Consideradas - Económicas - Ambientales - Culturales - Sociales - Otras Espacio Balance Promoción/ Gestión del Desarrollo (Selección de Modelos, Mecanismos e Instrumentos) estudiar solamente a la sociedad mexicana. Pero en ambos casos, las fronteras que ellos seleccionen diferirán de las que establezcan los geólogos para su estudio. Esto debe ser así por necesidad. Por otro lado, la descripción analítica del proceso de desarrollo necesita del supuesto de que lo que entra al proceso y sale de él, debe ser en número finito y con cualidades discretamente distintas y medi- bles. De ahí que no se pueda estudiar un número infinito de variables y de que las que puedan estudiarse deban ser medibles, ya sea cardinal 20 u ordinalmente. Ahora bien, la selección de variables medibles para su estudio depende tanto de su capacidad de ser manejadas sistemática y signi- ficativamente, así como de la facilidad que presente su identificación y medición. Las variables ordinales son las más fácilmente medibles ya que la medida ordinal es más intuitiva que la cardinal; pero las variables cardinales son más significativas analíticamente y más susceptibles de ser sistematizadas.9 (Figura 1). Por ejemplo, en el ámbito de una economía de mercado, el ingreso es una variable fundamental; sin él es difícil que la gente pueda adquirir bienes y servicios de otros agentes económicos. Pero debe entenderse que el simple hecho de que el ingreso real de una nación aumente durante un lapso largo de tiempo no implica (como en algún tiempo se sugirió) que el nivel de bienestar económico de la sociedad mejore, aunque todas sus actividades económicas se realizaran en mer- cados. Para esto, habría que incluir no solamente a todas las variables económicas relacionadas directamente con el ingreso (tales como su distribución y las condiciones de su obtención) sino también a aquellas que no tuvieran relación directa con él, como la estructura social. Figura 1. El desarrollo social como proceso elemental Fuente: Elaboración Propia Pero la inclusión de un número grande de variables en el análisis representa una dificultad que ha estado disminuyendo conforme se mejoran las técnicas de medición y de análisis. En la actualidad, los problemas de medición todavía dificultan el manejo adecuado de va- riables ya que, ni siquiera para aquellas que supuestamente son fáciles de medir cardinalmente, su medida es todo lo significativa y exacta 9 Una discusión clara y completa de la medida y sus características se encuentra en Nicholas Georgescu-Roegen (1971a: 49-54). 21 que se quisiera. Por otro lado, las técnicas de investigación y análisis (sobre todo en el campo de la estadística) cada vez más permiten la obtención de medidas significativas a partir de, por ejemplo, variables ordinales.10 El mejoramiento en la calidad de vida como resultado del desarrollo Desde el punto de vista del desarrollo concebido como proceso de mejora de la calidad de vida de la sociedad, es necesario evaluar dicha calidad a través del tiempo. La evaluación de la calidad de vida es el aspecto más difícil de manejar, ya que está influida por un gran número de variables de todo tipo. Por lo tanto, el estudio del desarrollo social se enfrenta a tres problemas principales: a) definir las variables que afectan positiva o negativamente la calidad de vida, y b) evaluar el efecto conjunto e individual de cada una de esas variables en la calidad de vida, para lo cual es necesario c) medir esas variables y hacer un balance entre diferentes etapas en el tiempo. a) Las variables que afectan la calidad de vida Las variables que afectan positiva o negativamente la calidad de vida de una sociedad por lo regular son determinadas por las tradicio-nes, las costumbres y las experiencias pasadas; es decir, están deter- minadas por la cultura. A algunas sociedades, orientadas al consumo individual de bienes materiales, la posibilidad de usarlos les representa un efecto muy positivo en su calidad de vida, y la falta de ellos, un efec- to muy negativo. Por otro lado, para otras sociedades más orientadas a cuestiones espirituales, el consumo material no es tan importante. No obstante, todos tenemos idea de las cosas que mejoran la ca- lidad de vida de la sociedad. Por ejemplo, contar con más médicos y medicinas, con mejores viviendas, con más opciones de educación, con una mejor y más balanceada alimentación, con mejores posibilidades de trasporte, mejores caminos, más tiempo para diversiones y más 10 Algunos economistas han intentado recientemente introducir un buen número de va- riables (tanto económicas como no económicas) relevantes en sus estudios del desa- rrollo económico, principalmente mediante el uso del análisis de factores. Véase, por ejemplo: Adelman y Morris (1971); Unikel, et. al. (1976). Sin embargo, el análisis de factores produce resultados carentes de especificidad, ya que transforma las variables originales en factores que, aunque importantes, son desconocidos. Para una discusión del análisis de factores, véase: Harman (1967). 22 tiempo para descansar, y por supuesto, mejores salarios o más ingre- sos, entre otras muchísimas cosas positivas, sin tener que destruir la naturaleza que nos rodea, y sin tener que quitarles esas cosas a otras comunidades, significa vivir mejor, tener una vida de mejor calidad. En otras palabras, variables como la democracia, la justicia, las oportunidades de desarrollo profesional de la mujer, el cuidado del am- biente, la educación, la salud, la vivienda, la alimentación, la solidaridad social, la empatía, el amor o la paz interna, por lo regular afectan la calidad de vida en la misma dirección, aunque con intensidades dife- rentes para diferentes sociedades. b) La medida del desarrollo Además del problema de identificación de las variables que afectan la calidad de vida, existen los problemas de medición y de evaluación. ¿Qué se puede hacer para medir un fenómeno que involucra a tantas facetas de la vida? y ¿cómo poder decir que la calidad de la vida de la sociedad, mejora o empeora si no se cuenta con una medida adecuada para aplicarla al fenómeno? Dado que el desarrollo significa la conjunción de un número muy alto de elementos de bienestar, se ha optado por medirlo con indicadores que combinen esos elementos de manera significativa; es decir, de manera que puedan servir para hacer comparaciones entre los procesos de desarrollo de diversas sociedades o del de una misma sociedad a través del tiempo. Esas medidas son los índices de desarro- llo, para los aspectos positivos, o los índices de marginación, para el caso de las carencias.11 11 Un índice de desarrollo se construye como una suma ponderada de las variables que influyen en la calidad de vida de la sociedad, donde las ponderaciones son subjetivas, o mediante el uso de modelos estadísticos específicos, donde las ponderaciones se de- terminan dentro del modelo. En el caso de la suma ponderada, se tendría lo siguiente: ID= w1X1 + w2X2 + w3X3 +. . . + wnXn; donde: ID, es el índice de desarrollo; (X1,.... Xn), son los valores de las variables de desarrollo, y (w1,...wn), son las ponderaciones de las variables de desarrollo, de manera que la suma total es igual a la unidad. En este caso, además de tener que determinar los valores de las w, se requiere que todas las X adopten valores cuantitativos. Un ejemplo de cálculo de índices para identificar y evaluar el desarrollo es el índice de Desarrollo Humano usado por Naciones Unidas para hacer comparaciones internacionales. El IDH está integrado por tres elementos principales: la longevidad, la educación, y el nivel de vida de la población. La longevi- dad es indicada por la esperanza de vida al nacer. Para la educación, se consideran dos indicadores con diferentes pesos relativos: 1) la tasa de alfabetización de adultos, con 23 c) La sustentabilidad del desarrollo No obstante que el proceso de desarrollo implica mejoramiento en la calidad de vida de la sociedad, es importante destacar que, por ser un proceso parcial, sus fronteras temporales y espaciales deben refe- rirse a una sociedad a través el tiempo, o a todas las sociedades en un momento determinado, o a todas las sociedades a través del tiempo. De hecho, en 1987, la Comisión Bruntland llamó la atención a tomar en cuenta a las generaciones futuras de la sociedad en cuanto a sus posibilidades de desarrollo, a partir del comportamiento de la so- ciedad actual. En un Informe (WCED, 1987), dicha Comisión propuso al desarrollo sustentable como “...aquel que satisface las necesidades del presente sin restringir la posibilidad de que las generaciones futuras satisfagan las suyas”.12 Según Urquidi (1996, p. 5), en ese Informe, la Comisión Brunt- land implícitamente incluía un principio de equidad distributiva en el concepto, que iba más allá de la preocupación por el desarrollo de las generaciones futuras, cuando afirmaba que “…la preocupación por la igualdad social entre generaciones…debe lógicamente extenderse a la igualdad dentro de cada generación”. Así, Carrillo (1996, p. 9) reco- mendaba “…insistir en que el objetivo central del desarrollo es el bien- estar social, guidado por criterios de equidad inter-grupal, interregional e inter-temporal, donde cuidar el medio ambiente (natural) importa tanto como eliminar la pobreza y las desigualdades regionales…” Así un peso relativo de 0.66 (o dos tercios), y; 2) la tasa de matriculación que combina educación básica, media superior y superior, con un peso relativo total de 0.33 (o un tercio). El nivel de vida es indicado por el ingreso per capita, en dólares, ajustado al poder adquisitivo. 12 Lee (1993) sugirió que los problemas de sustentabilidad provenían de incongruencias (o falta de concordancia) espaciales, funcionales y temporales de escala entre la res- ponsabilidad humana y las interacciones naturales. Espaciales, como la contaminación a tasas en exceso de la capacidad asimiladora de la naturaleza; funcionales, como el desperdicio de recursos (agua, por ejemplo), y; temporales, como el de la explotación de recursos renovables a tasas superiores a la capacidad regeneradora de la natura- leza (sobreexplotación). Los principios de sustentabilidad se aplican por lo tanto de diferente manera, dependiendo del tipo de incongruencia y del tipo de recursos. En el caso de los recursos renovables, el principio de sustentabilidad es que las tasas de explotación deben ser iguales a las tasas de regeneración. En el caso de la contamina- ción, que las tasas de emisión de desechos sean iguales a las capacidades asimiladoras naturales de los ecosistemas que los reciben. En el caso de los recursos no renovables, su tasa de agotamiento deberá ser igual a una tasa comparable de creación de sustitu- tos renovables. (Daly, 1990). 24 también, un poco tiempo después, Solow (1996, p. 16), al referirse a los objetivos del desarrollo argumentó que “…la sustentabilidad –la equidad inter-temporal- es un objetivo entre varios otros…” (y que una política adecuada de desarrollo sustentable tenía que) “…equilibrar entre sí los objetivos inter-temporales, interregionales e intra-regio- nales…” refiriéndose precisamente a las diferencias e injusticias que pudieran existir entre grupos sociales de una misma región y entre regiones también. II. 2 El marco conceptual de la violencia Como en el caso del desarrollo, el tema de la violencia ha adquiri- do una importancia relevante en el estudio del desarrollo social, pero existen actualmente un buen número de propuestas de definición ya sea en textos legales o en estudios científicos, por lo que no se tiene una definición consensuada. No obstante, en las diferentes definicionesse considera a la violencia como un aspecto negativo de la conducta humana. En este trabajo se aceptará una definición propuesta por Amador (2000, p. ii), quien considera que: “…la violencia es la amenaza o uso intencional de la fuerza, la coerción o el poder, bien sea físico, psico- lógico o sexual, contra otra persona, grupo o comunidad, o contra sí mismo, y produce, o tiene alta probabilidad de producir, daño en la integridad física, psíquica, sexual, en la personalidad y aun en la libertad de movimientos de la víctima.”13 Como puede verse, la violencia puede presentar una multiplici- dad de facetas susceptibles de análisis, dependiendo de la de la forma y del grado en que se ejerce, de la intención o fines de quien violenta, 13 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002), se define a la violencia como “…el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones…Además de la muerte y las lesiones, la defini- ción abarca también las numerosísimas consecuencias del comportamiento violento, a menudo menos notorias, como los daños psíquicos, privaciones y deficiencias del desarrollo que comprometen el bienestar de los individuos, las familias y las comuni- dades.” (p.5) (Citado por Espíndola, 2009:23) 25 del ámbito social en el que se manifiesta, del tipo de personas que la sufren, entre otras. Por lo tanto, también se desprende una multipli- cidad de teorías que tratan de explicarla. Las categorías de la violencia Un reporte mundial sobre violencia y salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002), ofrece una tipología de la violencia, atendiendo al tipo de sujeto sobre el cual se ejerce, identificando tres tipos: a) violencia auto-infligida; b) violencia interpersonal, y; c) vio- lencia colectiva. (Véase el Cuadro 1). Como puede verse de la información del Cuadro 1, los ámbitos donde se ejerce la violencia por lo regular están relacionados con el motivo y el tipo de violencia que se ejerce, pero sobre todo con el tipo de su perpetrador. Amador (2000) presenta una descripción de los diferentes tipos de violencia, a partir de información proveniente de un estudio de Moser y Holland (1997). La descripción de los tipos de violencia considerados por Amador (2000), se incluye en el Cuadro 2. Las teorías para explicar la violencia Atendiendo a sus explicaciones, en la literatura hay coincidencia al identificar tres tipos amplios de teorías: a) Las teorías micro-orien- tadas; b) Las teorías macro-orientadas, y; c) Las teorías multidimen- sionales. a) De acuerdo con Ochoa (2014), las teorías micro-orientadas ponen énfasis en explicar la violencia sobre las características indivi- duales de quien la ejerce, e incluyen: la teoría del aprendizaje social; la teoría de los recursos y la teoría del intercambio. Pero también inclu- yen algunas explicaciones psicológicas, biológicas y fisiológicas de los actores en un acto de violencia. Así, la teoría del aprendizaje social supone que los individuos aprenden dentro de su entorno social (empezando en el núcleo fa- miliar) a cómo comportarse frente a experiencias de violencia. Y ese comportamiento aprendido se refuerza en entornos donde el tipo de violencia no solo es considerado como apropiado, sino que también es estimulado. 26 Cuadro 1. Tipología, actores y manifestaciones de violencia según la OMS Tipo de violencia Perpetrador/víctima Manifestación Auto-infligida Comportamientos suicidas Pensamientos o intentos suicidas, autolesiones y sui- cidio Auto-abuso Automutilaciones Interpersonal Familia: violencia hacia ni- ños, ancianos o pareja. Violencia física, sexual, psi- cológica, económica y ne- gligencia, realizada dentro o fuera del hogar. Comunidad: violencia hacia personas conocidas o extra- ñas no familiares. -Violencia física, sexual, psi- cológica y negligencia entre individuos sin relación de parentesco, llevada al cabo generalmente fuera del ho- gar. -Violencia al azar, violación sexual o asaltos, violencia en instituciones como es- cuelas, lugares de trabajo, prisiones y hogares de an- cianos y/o albergues. 27 Colectiva Social: violencia a individuos en función de su pertenen- cia a determinado grupo social (raza, etnia, género, religión, nacionalidad, edad, ideología, discapacidad u orientación sexual. -Crímenes de odio o actos terroristas ejercidos por grupos o individuos vio- lentos o por el Estado, en donde se presenta violencia física, sexual, psicológica y negligencia. -Homicidios -Feminicidios Política: violencia de Estado o de grandes grupos en con- flicto político. Guerras, guerrillas, conflic- tos paramilitares, asesinatos políticos u otros homicidios, conflictos armados entre partidos políticos, en donde puede presentarse violencia física, sexual, psicológica o negligencia. Económica: ataques de grandes o pequeños grupos para obtener una ganancia económica -Delincuencia, pandillas jó- venes, robo en las calles, robo en casas y de autos, crimen organizado -Negar acceso a servicios básicos Fuente: Tomado de Ochoa (2014, Cuadro 1, p. 21). La teoría del intercambio sostiene que la violencia es el resultado del balance que la persona violenta hace entre los riesgos y los be- neficios que puede representar el acto de violencia. Así, la violencia sería un mecanismo para acceder o sostener una posición económica determinada, o una posición de poder, dentro de la sociedad o dentro de la familia. 28 Cuadro 2. Descripción de los diferentes tipos de violencia Tipo de violencia Descripción Física Cuando las acciones violentas de una persona producen daños en la salud física de otra. Psicológica Cuando las acciones violentas de una persona producen efectos negativos en la salud mental de alguien más. Instrumental La ejercida para obtener un objetivo más allá de la violencia misma. Emocional Cuando la respuesta agresiva es el objetivo final y no se persigue otra cosa que causar daño a la víctima. Doméstica Abuso entre miembros de una familia, en la pareja o entre personas que en algún momento de su vida han vivido juntos y se ejerce en el espacio físico del hogar. Intra-familiar Acciones y omisiones cometidas por algún miembro de la familia en relación de poder, sin importar el área física donde ocurran, que perjudiquen el bienestar, la integridad física, psicológica o la libertad y el derecho al pleno desarrollo de otro miembro de la familia. Política Actos violentos motivados por un deseo de obtener o mantener un poder político. Económica Actos violentos motivados por el deseo de adquirir beneficios económicos o para obtener o mantener el poder económico. Social Actos motivados por un deseo de adquirir beneficios sociales o para obtener y/o mantener el poder social. Escolar Lo que se manifiesta en los entornos y centros educativos entre compañeros de la misma clase o centro educativo. Sexual La padecida principalmente por mujeres de todas las edades como sujetos de violación sexual. Juvenil Actos violentos que nacen de, y como consecuencia de las pandillas juveniles. Delincuencial Generalmente asociada con la comisión de hechos delictivos, tales como los robos, los asaltos y los secuestros. Fuente: tomado de Amador (2000, Tabla 1, 9.12). 29 La teoría de los recursos se refiere a la violencia como un re- curso que se usa cuando en el afán por mantener un estado de cosas, a la persona que la ejerce se le agotan otras formas de buscarla, tales como la discusión pacífica o la negociación. Por otro lado, las explicaciones psicológicas ponen énfasis en desórdenes de personalidad o deficiencias mentales que “alteran las formas normales de inhibición de la violencia”. (Ochoa, 2014, p. 9)14 b) Las teoríasmacro-orientadas, consideran que son las condi- ciones sociales y culturales las que hacen posible la violencia, e incluyen la de la aceptación cultural de la violencia, la de la perspectiva feminista y la de la subcultura de la violencia. De esta manera, la aceptación cultural de la violencia se refleja en el alto grado de prioridad que los medios de comunicación otorgan a la violencia en tiempos actuales y su argumento principal es que “… el uso generalizado de la violencia es un reflejo de los valores básicos que constituyen parte del sistema de normas de la sociedad”. (Castro y Casique, 2008, p. 47) La teoría de la subcultura de la violencia sostiene que algunos grupos sociales están más de acuerdo que otros en cuanto al uso de la violencia, dependiendo en la mayoría de los casos de las condiciones socioeconómicas de las comunidades. Propone que los jóvenes de clase social baja aceptan y usan las acciones de violencia en gado superior a los de clases más altas. Según Ochoa (2014:11), la teoría feminista “…se enfoca prin- cipalmente en el concepto de patriarcado y en las estructuras sociales que contribuyen a mantenerlo…enseñando a mujeres y hombres roles de género específicos…que sitúan a la mujer en una posición subordina- da ante los hombres y les limitan el acceso a recursos y oportunidades, además colaboran para que se perpetúe la violencia hacia ellas.”15 14 Aquí se podrían incluir las características agresivas de las personas violentas, que podrían deberse a fallas físicas o neurológicas como en el caso del déficit de atención en la niñez, o las consecuencias de golpes severos en la cabeza. (Ochoa, 2014) 15 Ochoa (2014) refiere un estudio (Johnson, 1995:284), que identifica a la violencia como “producto de las tradiciones patriarcales sobre el derecho de los hombres a con- trolar a ‘sus’ mujeres, una forma de control terrorista de las esposas por os esposos que incluye el uso sistemático no solo de la violencia, sino también de la subordinación económica, amenazas, aislamiento y otras tácticas de control.” Sin embargo, en mu- chas culturas la violencia en el hogar hacia las mujeres no solo la ejerce el esposo, sino todos los miembros varones. Según Ochoa (2014:12), este es el caso de las mujeres 30 Las teorías o modelos multidimensionales consideran que para tener una explicación completa de la violencia, su definición debe in- cluir tanto factores individuales como sociales o culturales, e incluyen el modelo etiológico social, el enfoque de género, el modelo de apoyo entre varones y el modelo ecológico de la violencia. Así, el modelo etiológico incluye factores individuales y estruc- turales en una relación interactiva continua. Se argumenta (Ochoa, 2014, p. 13) que al “…nivel social, la violencia es el resultado de inequi- dades estructurales que dictan patrones de explotación de un grupo sobre otro… (mientras que al)…nivel individual, las personas usan la violencia para resolver conflictos o para tener el control…” El enfoque de género aprovecha las propuestas feministas de la violencia familiar, pero considera que existen otros factores que influyen en la construcción de la estructura de poder dentro del nú- cleo social de que se trate (estatus socioeconómico, raza, orientación patriarcal, estatus marital, entre otros). Citando a Anderson (1997), Ochoa (2014) afirma que “…la violencia es percibida de forma distin- ta por hombres y por mujeres…para las mujeres que violentan a sus esposos la diferencia en estatus puede no ser tan importante, por lo que no usan la violencia para obtener el poder de la relación o en la sociedad como lo hacen los hombres.” El modelo de apoyo entre varones combina características individuales y sociales para explicar la violencia, sugiriendo que en las estructuras patriarcales donde se consumen drogas y alcohol, ese apoyo favorece el abuso hacia las mujeres, y que esas condiciones se perpetúan al no haber sanciones negativas a esas conductas por parte de la sociedad. En el modelo ecológico de la violencia, se concibe a ésta como “…un fenómeno multifacético resultado de la interacción de factores personales, situacionales y socioculturales”. (Ochoa, 2014, p. 15, ci- tando a Heise, 1998, p. 263).16 indígenas en México, ya que “…en su contexto, la violencia hacia ellas por parte de sus parejas, hijos, padres u otros familiares es aceptada, incluso las autoridades locales lo permiten.” 16 En esa concepción de la violencia se considera que: a) los factores individuales u on- togénicos, se refieren a las características individuales y de personalidad que forman parte de la historia o experiencias pasadas de la persona, tales como ser testigos de violencia en la infancia y rechazo o ausencia de los padres; b) los factores situacio- 31 III. Los Resultados Esperados de la Relación entre la Violencia y el Desarrollo Tomando en cuenta las consideraciones expuestas antes sobre el proceso de desarrollo, todo aquello que promueva el mejoramiento en la calidad de vida de la sociedad debe tomarse como una contribución al desarrollo y viceversa, todo aquello que lo obstaculice o disminuya sería considerado como retroceso en el bienestar social. Como se mostró en la sección anterior, la violencia (intencional o no) en cualquiera de sus formas atenta contra el bienestar de los miembros de la sociedad, y por lo tanto, por definición, representa un obstáculo al desarrollo por los efectos negativos que tiene en el bien- estar social.17 Sin embargo, esos efectos pueden ser directos, cuando se ejercen directamente, física o emocionalmente sobre la persona vio- lentada, o cuando se le priva de bienes o servicios (públicos o privados) de los cuales se deriva utilidad o satisfacción, o indirectos, cuando se ejercen sobre bienes que contribuyen a la producción de esos bienes y servicios, es decir, sobre las diferentes formas de capital existentes. III.1. Los efectos negativos directos de la violencia en el desarrollo La violencia física o emocional, ya sea auto-infligida, interpersonal o colectiva, al causar lesiones de cualquier tipo, representan un factor negativo en la calidad de vida de las víctimas, no solo por el efecto de incomodidad que tienen en su salud (física o mental) de manera inmediata, sino también por las secuelas que deja en su vida poste- rior. Pero también le afectan su estado de bienestar en la medida que tienen que utilizar su tiempo y recursos para la recuperación, cuando ésta es posible. nales o micro-sistémicos, se refieren a las formas de interacción entre las personas, incluido el dominio familiar del hombre, conflictos conyugales y consumo de alcohol; c) los factores exo-sistémicos, se refieren a las estructuras e instituciones sociales que determinan los espacios en los que diferentes personas habrán de desarrollar sus ac- tividades, de acuerdo a una jerarquía preestablecida; d) los factores macro-sistémicos, se refieren a los marcos generales de creencias y valores sobre los cuales se construyen las estructuras e instituciones de la sociedad. (Ochoa, 2014:15) 17 Se dice que los efectos de la violencia no dependen de si se ejerce intencionalmente o no, dado que puede producir los mismos efectos cuando se incurre por negligencia. 32 Por otro lado, los robos y los asaltos, y en general la enajena- ción de bienes de todo tipo, son privaciones de bienes que le restan posibilidades de tener bienestar a las víctimas, además del impacto emocional que pueden tener si se ejercen con violencia física. Pero también la negligencia de personas ante situaciones que causan la violencia física, emocional o por privaciones tiene los mismos efectos que cuando los actos violentos se realizan intencionalmente. III.2. Los efectos negativos indirectos de la violencia en el desa- rrollo Los efectos indirectos, de la violencia en el desarrollo suceden cuando los actos violentos se ejercen sobre bienes que a su vez con- tribuyen al ensanchamiento de losbienes y servicios disponibles para la sociedad, con efectos de corto, mediano y largo plazo, es decir, so- bre las diferentes formas de capital existentes: capital manufacturado, capital humano, capital natural y capital social.18 Los efectos en el capital manufacturado Desde el punto de vista de la teoría económica, el capital consiste de bienes duraderos producidos que a su vez sirven para producir otros bienes o servicios, finales o intermedios. Tal es el caso de las construc- ciones fabriles o edificios de oficinas, donde se realizan actividades productivas, pero también las estaciones de energía, los caminos, las calles, las carreteras y los puentes, así como las herramientas y los equipos que intervienen en el proceso de producción. Se refiere enton- 18 Desde hace tiempo, se ha propuesto que la acumulación del capital es el motor prin- cipal del crecimiento económico, el que, combinado con mecanismos adecuados de distribución de la producción, contribuyen a aumentar el bienestar de la sociedad, independientemente del tipo de capital que se acumula: capital manufacturado, capital natural, capital humano o capital social. En otras palabras, los estudiosos han asociado el crecimiento de la producción con el aumento de los factores que intervienen en ella: el trabajo humano (capital humano), el capital manufacturado (herramientas, cons- trucciones y equipo), las materias primas que ofrece la naturaleza (capital natural) y la tecnología o forma en que se combinan dichos factores en el proceso productivo. Más recientemente se reconoció otra forma de capital, el social, cuya acumulación también ha demostrado influir positivamente en el crecimiento de la actividad económica y en el bienestar social. (Véanse, por ejemplo, Georgescu-Roegen (1971a), para el caso del capital natural; Schultz (1971), para el caso del capital humano; Carrillo, et. al. (2007) para el caso del capital manufacturado y; Bourdieu (1980), para el caso del capital social). 33 ces a bienes cuyo uso y contribución al proceso productivo se puede prolongar en el tiempo.19 Es por lo anterior que, desde por lo menos el siglo XVII, se ha considerado que la inversión (generación) en bienes de capital, aumenta las posibilidades de producción de una sociedad, sobre todo cuando es mayor que el deterioro en dichos bienes debido a su uso. En este caso, la violencia física (o la negligencia) hacia los bie- nes de capital, dañan la capacidad productiva de la sociedad, que se puede manifestar en el corto, mediano o largo plazo, dependiendo del grado de daño de que se trate. Las guerras, el terrorismo o la guerrilla urbana, en buena parte representan violencia física hacia este tipo de bienes, y en ocasiones también causan violencia física (y por privacio- nes) a las personas que los estén usando al momento del acto violento. Los efectos en el capital humano Junto con el capital y otros factores, la participación de los hu- manos (mano de obra) en el proceso productivo puede aumentar su calidad a través de la educación y la capacitación, lo que a su vez en- sancha las posibilidades productivas de la sociedad. De hecho, la contribución de la educación a la mejora de la ca- lidad de vida social se puede realizar, por lo menos, de dos maneras diferentes. Por un lado, promueve directamente el bienestar social al permitir el avance del conocimiento que le ha dado a la humanidad mayores libertades y una mayor capacidad para entender y manejar los fenómenos que la rodean. Por otro lado, también ha contribuido indirectamente en el desarrollo, ya que, como capital humano ha au- mentado la productividad de la sociedad, tanto en su conjunto como al nivel de los individuos que la conforman, permitiendo con ello mejorar y expandir las capacidades para generar producción e ingresos. Por inversión en Capital Humano se entienden entonces los gastos que los individuos realizan en sí mismos, sea de manera premeditada o no, y que pueden contribuir a incrementar la productividad del in- dividuo. (Bracho y Zamudio, 1992). Por tanto, la teoría o enfoque del 19 Se tiene que hacer hincapié en que, para ser considerados como capital, los bienes du- raderos tienen que usarse con fines productivos y no solamente como bienes de con- sumo. El ejemplo clásico son los automóviles, que en las diferentes sociedades pueden usarse como bienes finales (para pasear), o como bienes de capital para trasladarse al trabajo o como instrumento de trabajo (en el caso de los automóviles de alquiler). 34 Capital Humano explica la relación entre ingresos y educación como resultado de la productividad que tienen las personas que reciben una mayor educación; es decir, puede atribuirse a la educación el desarro- llo y la formación de habilidades y destrezas que son redituadas por el mercado a través de un mayor ingreso.20 Por lo tanto, la teoría del Capital Humano trata a la educación y a la capacitación como formas de inversión que producen beneficios a futuro en términos de mayores ingresos, tanto para los individuos como para la sociedad en su con- junto. (Schultz, 1963; Becker, 1962). Así, la violencia puede también impactar negativamente al de- sarrollo social, indirectamente afectando las posibilidades de que las personas reciban una educación suficiente y de calidad, lo cual puede suceder a través de la violencia escolar (bullying), o impidiendo la co- rrecta aplicación de los procesos de enseñanza-aprendizaje, ya sea por sabotaje o por negligencia al no atender las necesidades de educación de la sociedad en forma adecuada. Los efectos en el capital natural Hasta por lo menos finales del siglo pasado, los estudiosos de la economía consideraban que los recursos naturales eran un factor im- portante en los procesos productivos, pero no eran un factor limitante como el capital manufacturado o el capital humano; simplemente se les consideraba como materias primas, y entraba en las funciones de producción como un parámetro, de manera semejante a como entraba la tecnología o la organización. No fue sino hasta finales del siglo pasado cuando Daly (1990), basándose en algunas contribuciones de Georgescu (1971a), argu- mentó, primero, que como capital debe considerarse no solamente aquel fabricado por los humanos, o los humanos mismos, sino también 20 Esta teoría toma como base lo postulado tiempo atrás por Adam Smith, en lo referente a las actividades que realizan las personas mediante las cuales adquieren conocimien- tos, habilidades o ventajas que les permiten incrementar su capacidad productiva y obtener mayores ingresos por su trabajo. Sin embargo, el concepto del Capital Hu- mano no fue desarrollado completamente sino hasta principios de los años sesenta, cuando los economistas Schultz (1963) y Becker (1962), desarrollaron y analizaron el estudio de la educación como una forma de inversión, la cual se espera incremente la capacidad de ganancias de los individuos. Ellos desarrollaron entonces una teoría de formación de Capital Humano y analizaron la tasa de retorno o rendimiento a la inversión en educación y capacitación. 35 el capital natural, compuesto por los recursos naturales y sus capaci- dades de regeneración y de asimilación de desechos, y segundo, que a diferencia de la forma en que era considerado por el análisis económico neoclásico tradicional, al capital natural no se le debía considerar como sustituto, sino complementario del capital manufacturado y del capital humano. (Carrillo, 2006)21 En este marco de referencia, cualquier tipo de violencia física que se ejerza hacia el medio ambiente natural, por contaminación des- medida o explotación sin reposición de recursos naturales renovables y no renovables, representa un efecto negativo en el bienestar social indirectamente a través de sus efectos en el capital natural. Pero tam- bién debe considerarse como de impacto negativo en el desarrollo a las acciones de negligencia que obstaculicen la construcción y difusiónde los valores que permitan una valoración adecuada de la importancia del capital natural. Los efectos en el capital social Se ha reconocido que además de los factores considerados tradi- cionalmente como participantes individuales en los procesos producti- vos (capital manufacturado, mano de obra o recursos humanos, tierra o recursos naturales, y tecnología u organización para la producción), existe también otro factor que consiste en la operación conjunta de todos los demás factores, el cual es conocido como capital social. Putnam (1993), concibe el capital social como una cualidad de los grupos que contribuyen al buen gobierno y al progreso económi- co, fundamentalmente gracias al grado de confianza y reciprocidad que existe entre los actores sociales, a las normas de comportamiento 21 Georgescu (1971), afirmaba que el análisis económico vigente, el neoclásico, había propiciado un uso inadecuado de los recursos naturales al no reconocerlos como com- plementarios de la mano de obra y del capital manufacturado en las funciones de pro- ducción, lo que a su vez se derivaba de un inadecuado manejo de lo que es un proceso de producción, y lo que conducía, entre otras cosas, al uso de tecnologías contaminan- tes y a la valoración inadecuada de las materias primas. Por otro lado, ese autor sos- tenía que en un proceso de producción cualquiera, entran factores de la producción y materias primas, y salen productos aprovechables, pero también salen desperdicios. Como resultado de lo anterior, la teoría económica había orillado a la sociedad a poner énfasis en tecnologías que aumentan la productividad de los factores de la producción en términos del valor del producto vendible por unidad de factor, y no en términos del valor del producto por unidad de materia prima o recurso natural o, lo que es lo mismo, en términos de menores desperdicios. 36 cívico practicadas y al nivel de asociatividad que caracteriza a la socie- dad, y lo define como “…aspectos de la organización social, tales como la confianza, las normas y las redes, que pueden mejorar la eficiencia de una sociedad al facilitar la acción coordinada y la cooperación para el beneficio mutuo.” (Putnam, 1993, p. 67, citado por López, et. al,2007, p.1064).22 En otras palabras, entre las diversas formas de capital utilizado en la producción, el capital social se deriva de la interacción de los esfuerzos de los individuos productores con los demás miembros de la sociedad (trabajadores, organizadores de la producción, proveedo- res de servicios de apoyo para la producción, entre otros), por lo que depende de manera importante de la cooperación de los miembros de la sociedad para que, en conjunto, a todos ellos se les facilite alcanzar sus objetivos individuales.23 Por todo lo anterior, puede decirse que todos los diferentes tipos de violencia tienen un impacto negativo en el capital social e indirecta- mente en el desarrollo, independientemente de si se trata de violencia física (que impacta a personas o bienes materiales) o emocional (que erosiona la confianza, la reciprocidad, la asociatividad, y en general el sistema de valores que sostiene la estructura y el funcionamiento de la comunidad). 22 En ese sentido, puede decirse que para Putnam (1993), el capital social: 1) se crea en las redes o contactos que se forman entre las personas o entre los grupos de personas; 2) surge gracias a cuatro elementos fundamentales: compromiso cívico, reciprocidad, confianza y asociatividad y; 3) produce beneficios tanto para quien forma parte del grupo, como para quienes sin estar en el grupo guardan cierta relación con él. 23 Sin duda, impactos del capital social en las mejoras del bienestar de la comunidad (su desarrollo) serán mayores cuanto mayores sean los niveles de las otras formas de capital ya que, por ejemplo, al ser más productivos los miembros de la comunidad al nivel individual, la cooperación entre ellos compartiendo valores cívicos, actitudes positivas hacia los demás y reglas mínimas, potencia la productividad y el progreso de la comunidad. Por otro lado, también es de esperar que la cooperación social aumente en la medida en que se fomente la participación ciudadana con comportamientos, valores cívicos, actitudes hacia los demás y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia a una comunidad y que determinan las formas y la calidad de la convivencia, impulsan el progreso e influyen sobre el respeto del patrimonio común, facilitando la generalización del reconocimiento de los derechos y deberes ciudada- nos. 37 III.3. El caso de la violencia hacia las mujeres Como pudo verse en la sección anterior, algunos tipos de actos de violencia afectan directamente al bienestar social, al ejercerse fí- sica o emocionalmente sobre sí mismo o sobre otros miembros de la sociedad, mientras que otros afectan indirectamente y en diferentes grados en las diversas formas de capital de la sociedad. Es importante reconocer que en muchos casos los diferentes tipos de violencia afec- tan algunos ámbitos durante algún tiempo. Sin embargo, a través de la historia se ha presentado un tipo de violencia física y emocional en todas las sociedades y en todos los tiempos: la violencia hacia las mujeres. Quizás porque la violencia en la mayoría de los casos persigue sostener una estructura de poder dentro de un grupo social y el núcleo social primario es por lo regular la familia, el hecho en sociedades donde la preponderancia de género radica en los hombres, una gran parte de la violencia de todos tipos se ejerce hacia la mujer, y las mujeres representan alrededor de la mitad de la población en el mundo. Por ello, la violencia hacia las mujeres es la que muy proba- blemente tiene los efectos directos e indirectos más negativos en la calidad de vida de la sociedad, es decir en el desarrollo social. Referencias Adelman, Irma y Cynthia Morris (1971). Society, Politics and Econom- ic Development. A Quantitative Approach. Baltimore: The Johns Hopkins Press. Amador Us Alvarez, Hugo (2000). 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Investigadora asociada al proyecto “Diagnostico situa- cional de las Políticas Públicas en Desarrollo Sustentable en la Zona Metropolitana Puebla-Tlaxcala”, financiado por el programa “Estancias Postdoctorales del CONA- CYT” bajo la tutela del Dr. Mario Miguel Carrillo Huerta en el Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Investigadora Asociada al CA BUAP-295 “Gestión y Desarrollo”. 42 II. Antecedentes Históricos Abordar el tema de la violencia en la sustentabilidad implica una revisión conceptual, teórica, metodológica y empírica. Desde la apa- rición del hombre sobre el planeta se han presentado distintas facetas que colocan a la mujer, en situación de disparidad respecto al varón. Generalmente se habla de cinco grandes modos de producción i) Co- munidad primitiva, ii) esclavismo, iii) feudalismo, iv) capitalismo y v) socialismo (Laclau, E., 1978). A lo largo de estos grandes periodos históricos el comportamiento en la relación hombre-mujer ha variado y por lo tanto el fenómeno de la violencia también ha tenido distintas connotaciones. La violencia contra la mujer está vinculada a la consi- deración de la misma que se desprende de la familia patriarcal. Este tipo de familia puede aparecer de forma tenue a lo largo de los siglos de la propia mujer por emanciparse (Gil Ambrona, A., 2008). Durante el desarrollo de la historia de la familia, desde la comunidad primitiva, se consideró que la mujer era un objeto propiedad del hombre; al patriarca pertenecían los bienes materiales de la familia y sus integran- tes, por lo que la mujer pasaba de las manos del padre a las del esposo en ambos casos tenían plena autoridad sobre ella y decidían sobre su vida y su futuro. En este sentido se observaba una exclusión social pues no obstante formar parte del patrimonio de la familia, se encontraba relegada y solo se concebía su función como reproductora de la especie y hacedora de labores domésticas (Gil Ambrona, A., 2008). Ya durante el esclavismo, particularmente en el imperio roma- no se manifestaba la dependencia de la mujer, y se le constreñía a la obediencia y la sumisión tanto al padre de la familia correspondiente, posteriormente al esposo con quien conformaría un núcleo nuevo. Desde la terminación del sistema esclavista de producción hasta la terminación del sistema feudal este fue el carácter que se le confirió, en el mundo occidental a la mujer (Coco, 2011). Durante la edad media, se observó un fuerte obscurantismo que unido a un periodo de retroceso de la iglesia católica se presentaron una serie de factores que rendían culto a la violencia, este es el caso de juicios sumarios que se promovían y que tenían como centro de la acción la violencia contra las mujeres. Además de la función reproductora, constituían mano de 43 obra para trabajar en el hogar y en el campo. Con la irrupción de la revolución francesa en el siglo XVIII el mo- delo de familia patriarcal ancestral sufrió cambios significativos, es el caso que el derecho sobre la vida de la mujer fue abolido así como se modificó la pena de muerte contra ella en determinados casos pues ya no era el esposo el encargado de determinar sobre ello sino la co- munidad quien la juzgaba. Ya durante la revolución industrial del siglo XVIII “se permite”, a la mujer participar en la vida social y arranca los orígenes de un proceso de emancipación. Sin embargo, factores sociales, culturales y familia- res fueron punta de lanza para continuar emprendiendo acciones de violencia contra las mujeres. Probablemente las estructuras de poder del sistema capitalista influyeron en la caracterización de un profundo arraigo cultural y económico que privilegio relaciones de dominación del hombre hacia la mujer (Gil Ambrona, A., 2008). Durante el siglo XIX se observó un cambio sustancial en la so- ciedad de tipo capitalista: inicio un movimiento emancipador de la mujer pues además del derecho al divorcio, se iniciaba una faceta que dejaba de lado el concepto de mujer abnegada,
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