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VIOLENCIA POLITICA HACIA LAS MUJERES

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Violencia y Desarrollo
Book · October 2017
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2 authors:
Claudia Rivera Hernandez
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
69 PUBLICATIONS   51 CITATIONS   
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Mario Carrillo
ICGDE-BUAP
51 PUBLICATIONS   57 CITATIONS   
SEE PROFILE
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1
Colección Desarrollo
4
Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico
Centro de Estudios para el Desarrollo Estratégico
VIOLENCIA Y DESARROLLO
VIOLENCIA Y DESARROLLO
Claudia Rivera Hernández
Mario Miguel Carrillo Huerta
(Coordinadores)
Colección Desarrollo
4
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarollo Estratégico
Corporación Universitaria del Caribe
Cuerpo Académico 295 “Gestión y Desarrollo”
Centro de Estudios sobre Desarrollo Estratégico
Grupo de investigación: Dimensiones Humanas
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
José Alfonso Esparza Ortiz
Rector
José Jaime Vázquez López
Secretario General
Ygnacio Martínez Laguna
Vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado
Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico
José Antonio Meyer Rodríguez
Director
Corporación Universitaria del Caribe
Noel Morales Tuesca
Rector
Cuerpo Académico 295 “Gestión y Desarrollo”
Centro de Estudios sobre Desarrollo Estratégico
Grupo de investigación: Dimensiones Humanas
Cuidado de la edición: Carlos Enrique Ahuactzin Martínez
Diseño editorial: Iván Velasco Vega
Primera edición, 2017
ISBN (versión impresa): 978-607-525-439-5
ISBN (versión electrónica): 978-607-525-485-2
© Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
4 sur 104, Centro Histórico, Puebla, Pue. C.P. 72000
Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico
Av. Cúmulo de Virgo s/n. Acceso 4, CCU. Puebla, Pue. C.P. 72810
www.icgde.buap.mx
Corporación Universitaria del Caribe
Carretera troncal de Occidente Km 1 vía Corozal. Sincelejo, Sucre, Colombia
Impreso en México/ Printed in Mexico
Índice
Introducción 
PARTE 1. TEORÍAS QUE EXPLICAN LOS VÍNCULOS ENTRE LA 
VIOLENCIA Y EL DESARROLLO
Un Marco Conceptual para el Análisis de la Relación entre la 
Violencia y el Desarrollo
Mario Miguel Carrillo Huerta
Violencia de género y sustentabilidad: Análisis del panorama 
latinoamericano
Olga Vázquez Guzmán
PARTE 2. EFECTOS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL 
DESARROLLO DEMOCRÁTICO
Violencia política hacia las mujeres: Hallazgos preliminares en un 
estudio cualitativo mediante entrevistas a mujeres en la política 
mexicana
Claudia Rivera Hernández
Violencia de género y políticas públicas: Acciones realizadas por 
Instituciones Públicas en la Ciudad en Puebla
Francisco José Rodríguez Escobedo y Miriam Fonseca López
PARTE 3. EFECTOS DE LA VIOLENCIA EN EL DESARROLLO 
SOCIOECONÓMICO 
Violencia intrafamiliar y capital social: Análisis de la calidad de vida 
en la ciudad de Puebla
Francisco Manuel Gutiérrez Ochoa
7
13
15
41
67
69
95
111
113
149
187
Violencia, Seguridad Humana y Crisis Humanitaria: Construcción de 
su significado para los migrantes centroamericanos con destino a 
Estados Unidos en su tránsito por México. 
Araceli Espinosa Márquez, Heriberto Vega Villaseñor y Luis Miguel Morales 
Gámez
Violencia y vulnerabilidad: Estado del Arte sobre la vulnerabilidad 
de las Personas Mayores víctimas del conflicto armado colombiano. 
Marta Sahagún Navarro, Kelly Romero Acosta, Shely Millán Beltrán, Lisney 
Arroyo Arias y Mayerlin Rivera Jaraba
7
Introducción
El proceso económico e ideológico por el que ha atravesado el mundo 
desde la etapa de la posguerra, ha centrado sus esfuerzos en la conse-
cución de un estado ideal, llamado desarrollo. Sin embargo, el modelo 
económico neoliberal dista mucho de lograrlo. El 90 % de la población 
mundial vive en condiciones de pobreza, con carencias alimentarias, de 
bienes y/o de capacidades, mientras que el 10% concentra casi toda 
la riqueza que se produce en el mundo.
La pobreza favorece la desintegración social, impone limitaciones 
al desarrollo y es la evidencia del fracaso de los estados en la búsqueda 
por salvaguardar la integridad física y social de sus habitantes. El infor-
me de Desarrollo Mundial 2011 publicado por el Banco mundial el 10 
de abril de ese mismo año, evidenció que los bajos niveles de producto 
interno bruto per capita están claramente relacionados con altas tasas 
de homicidios y la aparición de conflictos políticos y sociales, conclu-
yendo que la pobreza, los ingresos bajos y el desempleo son la princi-
pal causa de violencia. Ante esta situación, los más afectados son las 
mujeres, niñas, niños, indígenas y personas de la tercera edad, quienes 
además de tener múltiples carencias, son constantemente violentados 
y excluidos, pues la violencia se presenta como una enfermedad pan-
démica, que se extiende, se adapta y constantemente arrastra a sus 
víctimas hacia la pobreza y la exclusión.
Las guerras provocan sufrimiento humano y generan daños irre-
parables en la economía de un país, pues todos los aspectos de la vida 
de las personas, -vivienda, salud, educación, empleo, alimentación, 
entre otros- se ven afectados, retrasando el desarrollo per capitaen 
aproximadamente un 30%1. Las cifras publicadas por el Banco Mundial 
en 2016 se muestran a continuación:
1 Los efectos directos de la guerra representan caídas del 14 % y el 16 % del PIB per cá-
pita, respectivamente”. Banco Mundial (2016). El costo en cifras de la guerra y la paz 
en Oriente Medio (04/02/2016). Recuperado de: http://www.bancomundial.org/es/
news/feature/2016/02/03/by-the-numbers-the-cost-of-war-and-peace-in-mena
8
• En Siria e Iraq, el ingreso per cápita es un 23 % y 28 % menor, 
respectivamente o alrededor de una cuarta parte menos de lo 
que podría haber sido de no estallar los conflictos en Oriente 
Medio. 
• En Guatemala, donde el 54.8% de la población es pobre. En 
2005, la  violencia costó más del 7% de su PIB. 
• Durante la guerra contra el narcotráfico en México iniciada en 
el año 2006, se desencadenó una ola de violencia nunca antes 
vista. El Informe sobre el índice de paz en México (2017) pre-
sentado por el Instituto para la Economía y la Paz, encontró que 
el impacto económico de la violencia fue de 3.07 billones de 
pesos en 2016. Esto equivale a cerca del 18% del PIB o 25,130 
pesos por persona. 
Las cifras por secuestro, extorsión y delitos a mano armada se 
han incrementado producto de las redes del crimen organizado y el 
levantamiento de civiles por presiones económicas sobre todo en los 
países subdesarrollados. Los feminicidios y la trata de personas van 
en incremento. 
La dinámica de la violencia en el mundo ha cambiado produciendo 
reacciones de resistencia, estrategias de adaptación y estrategias de 
instalación. Sin embargo, a pesar de que hoy contamos con un mar-
co legal más sólido para defender los derechos humanos y sociales, 
la impunidad no permite vencer la corrupción, demostrando nuestra 
incapacidad como humanidad, para prevenir y afrontar la violencia y 
la exclusión. 
Por estas razones los integrantes del Cuerpo Académico BUAP 
295 “Gestión y Desarrollo”, consideramos que la atender aspectos re-
lacionados con la violencia es un factor clave para superar la pobreza 
y generar desarrollo. Nuestro objetivo al exponer los efectos devasta-
dores de la violencia en la vida política, económica y social sobretodo 
en México, es formar conciencia entre los actores públicos y privados 
que permitan la generación de respuestas técnicas y políticas para 
favorecer la prevención y en consecuencia aporten al desarrollo del 
país. Así, este libro está integrado por tres apartados. 
9
La primera parte, muestra dos análisis documentales, cuyo ob-
jetivo es mostrar el marco teórico y analítico que permita evaluar 
los procesos y mecanismos que ligan a la violencia con la pérdida de 
desarrollo. El Primer capítulo titulado “Un Marco Conceptual para el 
Análisis de la Relación entre la Violencia y el Desarrollo”, escrito por 
Mario Miguel Carrillo Huerta, aborda el desarrollo desde la perspectiva 
de la teoría sistémica, exponiendo sus variables, formas de medición 
y procesos para asegurar que sea sustentable; el autor propone que el 
desarrollo es un proceso de mejora de la calidad de vida de la sociedad; 
por tanto, la violencia se presenta como un factor que afecta negati-
vamente al desarrollo por estar ligado a los capitales manufacturado, 
humano, natural y social. 
El segundo capítulo, titulado “Violencia de género y sustentabilidad: 
Análisis del panorama latinoamericano”, escrito por Olga Vázquez Guz-
mán, aborda una revisión conceptual, teórica, metodológica y empírica 
sobre las diversas posturas de análisis de la violencia de género eva-
luando las teorías centro-periferia, biológica, generacional y la teoría 
de perspectiva de género. La autora concluye que las relaciones que 
ligan las teorías de la violencia al desarrollo sustentable no se encuen-
tran suficientemente terminadas, por lo cual, un trabajo pendiente es 
la descripción de los vínculos, la formulación de modelos, políticas y 
estrategias que permitan la asociación o vinculación de las variables 
en función de la ubicación geográfica de la región y de las estrategias 
de afrontamiento que en ellas se han implementado.
La segunda parte de este libro muestra que la violencia también 
daña la vida democrática del país, el grupo más afectado son las mu-
jeres pues la exclusión convierte a sus víctimas en marginales, sin ac-
ceso a la toma de decisiones democráticas. Este apartado presenta 
un panorama de la violencia de género analizado desde dos aspectos 
fundamentales: la percepción de los actores clave que participan en 
la política y las acciones emprendidas por el gobierno para abatir la 
desigualdad de género. 
El primer capítulo, titulado “Violencia política hacia las mujeres: 
Hallazgos preliminares en un estudio cualitativo mediante entrevistas 
a mujeres en la política mexicana”, escrito por Claudia Rivera Hernán-
dez, muestra la evolución de la participación política de las mujeres 
10
en el Mundo y en particular en México, analizando las luchas ganadas 
y perdidas rumbo a la equidad democrática. El objetivo es identificar 
en la voz de las actoras políticas actuales, la presencia de violencia 
política de género y evaluar las reacciones de resistencia, adaptación 
o instalación de la violencia política. Los hallazgos preliminares de esta 
investigación dan indicios que la sociedad debe ser corresponsable en la 
promoción de mecanismos formales de educación con el fin de garantizar 
un cambio cultural que promueva la equidad en todas las arenas. 
El segundo capítulo, “Violencia de género y políticas públicas: Ac-
ciones realizadas por Instituciones Públicas en la Ciudad de Puebla”, es-
crito por Francisco José Rodríguez Escobedo y Miriam Fonseca López, 
contempla un análisis de las políticas públicas con enfoque de género 
implantadas en la ciudad de Puebla. Las estrategias son analizadas 
bajo el modelo Ecológico de Bronfenbrenner (1990) para la medición 
de la violencia, en donde se expone la importancia de identificar los 
diferentes sistemas que participan e influyen en la vida de las mujeres 
violentadas. Los autores concluyen que se requieren estrategias inno-
vadoras para la prevención de la violencia con el fin de modificar las 
normas culturales en materia de género. 
Finalmente, la tercera parte de este libro muestra que la violencia 
afecta profundamente la estructura social, mermando la calidad de 
vida de las víctimas, pues les niega la posibilidad de desarrollar sus 
capacidades en libertad. En este apartado se muestran tres análisis 
cualitativos y cuantitativos relacionados con la violencia hacia grupos 
vulnerables como niñas, niños, mujeres, migrantes y personas de la 
tercera edad. 
El primer capítulo, titulado “Violencia intrafamiliar y capital social: 
Análisis de la calidad de vida en la ciudad de Puebla”, escrito por Fran-
cisco Manuel Gutiérrez Ochoa, muestra la correlación entre los niveles 
de educación, estado civil y edad con la violencia intrafamiliar, así como 
el análisis del incremento del alcoholismo en los diferentes estratos de 
edad como un factor detonante de la violencia. El autor presenta los 
resultados de una encuesta llevada a cabo en un grupo de jóvenes que 
radican en la ciudad de Puebla, concluyendo que es necesario conside-
rar el capital social, la pobreza y la marginación como condicionantes 
de la violencia relacional e individual. 
11
El segundo capítulo, titulado “Violencia, Seguridad Humana y Crisis 
Humanitaria: Construcción de su significado para los migrantes cen-
troamericanos con destino a Estados Unidos en su tránsito por México”, 
escrito por Araceli Espinosa Márquez, Heriberto Vega Villaseñor y Luis 
Miguel Morales Gámez, busca visibilizar el significado que atribuyen 
las personas migrantes irregulares o indocumentados en su tránsito 
por México de origen centroamericano a los conceptos “Seguridad 
humana”, “seguridad personal y comunitaria”. La hipótesis es que la 
naturalización de la violencia en los lugares de origen permite que las 
personas migrantes desarrollen una seriede estrategias, que implican 
tensiones de carácter ético y moral, las cuales llevan a reconfigurar de 
manera constante al individuo convirtiéndose en víctimas y victimarios 
de diversas formas de violencia e incluso los lleva a redefinir la manera 
en que construyen su idea de seguridad personal, comunitaria y en ge-
neral la idea de seguridad humana que construyen en la vida cotidiana. 
El tercer capítulo, titulado “Violencia y vulnerabilidad: Estado del 
Arte sobre la vulnerabilidad de las Personas Mayores víctimas del con-
flicto armado colombiano”, escrito por Martha Sahagún Navarro, Kelly 
Romero Acosta, Shely Millán Beltrán, Lindsey Arroyo Arias y Mayerlin 
Rivera Jaraba. Las autoras presentan el estado del arte mediante el 
análisis de estudios que contemplan dentro de sus variables a las per-
sonas mayores víctimas del conflicto armado, a fin de poder transmi-
tir las condiciones de vulnerabilidad a las que se enfrenta este grupo 
poblacional. Mediante la investigación documental con un enfoque 
heurístico y hermenéutico las autoras concluyen que el Estado debe 
hacer efectivo el enfoque diferencial para que las víctimas de la tercera 
edad del conflicto armado en Colombia tengan el derecho a recibir una 
pensión que les permita vivir con dignidad. 
Finalmente concluimos que para superar la violencia y promover 
el desarrollo en cualquiera de sus formas, se requiere una noción de 
responsabilidad individual que incorpore al otro como parte de las es-
trategias de generación de capital social. 
Sin duda, nuestra sociedad requiere del retorno de lo político para 
reconfigurar el Estado democrático, lo que garantizará la promoción 
de estrategias enfocadas a la inclusión y a la garantía de los derechos 
políticos, humanos y sociales. 
12
Esperamos que este libro genere reacciones en sus lectores, a fin 
promover la igualdad entre todos los habitantes de nuestra sociedad, 
pues estamos seguros que el desarrollo no es un deseo inalcanzable. 
Puebla, México, a 5 de julio de 2017. 
Claudia Rivera Hernández
Mario Miguel Carrillo Huerta
13
PARTE 1
TEORÍAS QUE EXPLICAN LOS
VÍNCULOS ENTRE LA VIOLENCIA Y EL DESARROLLO
14
15
Un Marco Conceptual para el Análisis de la
Relación entre la Violencia y el Desarrollo
Mario Miguel Carrillo Huerta2
I. Introducción
Sin duda, uno de los objetivos de la vida en sociedad que ha predomi-
nado a través de la historia es el de mejorar su calidad en la medida de 
lo posible, de manera progresiva e ininterrumpida. Por ello, las socie-
dades han buscado e identificado los elementos que pueden ayudarles 
a alcanzar ese objetivo (recursos), pero también aquellos que pueden 
impedirlo (obstáculos). En consecuencia, las sociedades han tratado de 
encontrar los factores que inciden en ambos casos, a fin de promover la 
creación de los recursos y la reducción o eliminación de los obstáculos. 
Este es el caso del desarrollo y de la violencia.
Si uno revisa la literatura, es común encontrar referencia a que las 
sociedades persiguen el desarrollo y combaten la violencia, ya que ésta 
tiene impactos negativos en aquel. De ahí el interés por investigar la 
relación que existe entre ambos fenómenos. Sin embargo, por tratarse 
de fenómenos sociales dialécticos, el análisis de la relación entre ellos 
requiere, de entrada, una consideración sobre el significado que para 
las investigadoras y los investigadores tienen esos términos.
En este capítulo se avanzan las concepciones de desarrollo y de 
2 Profesor Investigador del Instituto de Ciencias de Gobierno y Desarrollo Estratégico de la Be-
nemérita Universidad Autónoma de Puebla. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, 
Nivel 3. Investigador Titular del CA BUAP-295 “Gestión y Desarrollo”. 
16
violencia que se han tomado en cuenta en la realización de las investi-
gaciones sobre los temas de la violencia y su impacto en la vida de las 
mujeres, en la educación, en el capital social, en el medio ambiente y en 
el bienestar general. En otras palabras, en el capítulo se presenta lo que 
se considera: 1) El significado de los términos desarrollo y violencia, y; 
2) Los resultados esperados de la relación entre ambos.
II. El Significado de los Términos Desarrollo y Violencia
En este apartado se presentan los significados considerados de los tér-
minos desarrollo y violencia para efectos de la investigación empírica. 
Se presenta primero el caso del desarrollo por ser, a priori el elemento 
positivo, y luego la violencia.
II.1. El marco conceptual del desarrollo
Aunque el tema del desarrollo ha recibido una atención impor-
tante desde mediados del siglo pasado, en relación con la sociedad, el 
término no ha sido definido nunca en forma exacta y por lo tanto no 
existe consenso entre los científicos sociales acerca de su significado. 
Sin embargo, la idea central que predomina en los intentos de definirlo 
podría expresarse si se le considerara como un proceso mediante (y 
durante,) el cual se mejora la calidad de la vida de la sociedad; es decir, 
como un mejoramiento en el bienestar social.3
3 Esta es la definición propuesta tiempo atrás por el autor de este capítulo. (Véase: 
Carrillo, 1978) En aquella ocasión, el objetivo central de la propuesta de definición 
era el de ofrecer un marco conceptual de referencia para el estudio del desarrollo que 
incluyera legítimamente también el del crecimiento económico. Por ejemplo, en aque-
lla ocasión se argumentó que gran parte de los estudios sobre desarrollo económico 
incluían el análisis de sólo algunas variables económicas, lo que podía deberse quizás 
al supuesto de que existe algún principio, implícito en los estudios del desarrollo eco-
nómico, con base en el cual se supone que los resultados del análisis no se alteran 
significativamente cuando en vez de estudiar a todas las variables económicas se es-
tudian solamente las más relevantes. Se hacía referencia entonces a la definición de 
Meier y Baldwin (1969: 2): "…el proceso mediante el cual una economía experimenta 
un aumento en el ingreso nacional real durante un largo periodo de tiempo", donde se 
consideraba solamente a una variable económica: el ingreso real. La propuesta le con-
cedía sentido a esa definición porque podría estar basada en el supuesto de que la acti-
vidad económica tiene como finalidad el consumo (presente o futuro) de mercancías 
y servicios y de que para adquirir éstos, el individuo debe contar con un ingreso real 
17
Si se acepta esta definición de desarrollo social y si se acepta la 
validez de una separación (con fines analíticos) de los fenómenos so-
ciales, se desprende que el desarrollo social incluye tanto al desarrollo 
económico como al político y al cultural en general de la sociedad, y 
por lo tanto su campo es muy amplio; más amplio de lo que usual-
mente se supone. Sin embargo, el alcance de esa definición puede 
entenderse mejor a partir de una reflexión acerca del significado del 
término ‘proceso’.4
El Análisis de Procesos
El análisis en el que se basa la concepción del proceso para este tra-
bajo es el de Georgescu (1971). La base de su análisis es la distinción 
entre el ser y el llegar a ser. Un proceso implica el llegar a ser; es decir, el 
proceso en sí implica cambio. Así se supone que existe un proceso uni-
versal que se da en el espacio y en el tiempo, que no tiene fisuras y del 
cual todos formamos parte. Sin embargo, se puede aceptar la ficción 
analítica de dividir el proceso universal y así tener procesos parciales 
o elementales.5 Un proceso parcial, por lo tanto, debe necesariamente 
tener fronteras o límites tanto en el espacio como en el tiempo. 
 Según Georgescu, la única manera de describir analíticamente 
a un proceso parcial (como el de producción, por ejemplo) es descri-
biendo lo que cruza sus fronteras; es decir, lo que entra al proceso y 
lo que sale de él en un lapso de tiempo determinado. Por lo tanto, los 
elementos que entran (in-puts) y los que salen (out-puts), deben ser 
positivo, porque las mercancías ylos servicios se venden y compran en los mercados, 
y tienen un precio. Así, cualquier aumento en el ingreso real de todos los individuos 
de una sociedad puede asociarse con un mejoramiento en el bienestar económico. 
4 Debe hacerse notar que el término "proceso" ha sido usado indiscriminadamente. 
Por ejemplo, en cualquier libro de texto ordinario de economía uno encuentra que un 
proceso es simplemente una forma determinada de combinar ciertas cantidades de in-
sumos para obtener determinadas cantidades de productos. En otros casos, el término 
se usa para referirse a un patrón determinado de cambio. Como se verá enseguida, el 
término tiene más implicaciones que esas.
5 Aunque el ejemplo sea banal y no totalmente correcto, un proceso universal puede 
identificarse, digamos, con una gran esfera de jabón, eterna que no tiene fisuras ni 
uniones (corno si hubiera sido creada en un molde completamente cerrado y de una 
sola pieza) y que, además, ha incluido, incluye e incluirá a todo lo que pueda existir. 
Un proceso que incluye solamente a alguna de las partes del proceso universal (es de-
cir, un proceso parcial o elemental) tendrá que ser, necesariamente, producto de una 
ficción analítica.
18
en número finito y con cualidades discretamente distintas y medibles.6 
Además, la evaluación analítica del proceso parcial requiere de un ba-
lance entre sus elementos-insumo y sus elementos-producto. Dicho 
balance, por lo tanto, dependerá de las fronteras, tanto temporales 
como espaciales, seleccionadas para delimitar al proceso.
 La selección de las fronteras para un proceso parcial está in-
fluida tanto por los objetivos particulares del análisis como por los 
antecedentes del estudioso. De acuerdo con Georgescu (1971:11), 
“...un ingeniero, por ejemplo, puede establecer la frontera (espacial) 
entre el horno con vidrio derretido y los rodillos de una fábrica de plan-
chas de vidrio...”. En cambio, un economista debe establecer fronteras 
económicas solamente en relación con alguna mercancía y dado que el 
vidrio derretido no puede considerarse como mercancía, al economista 
no le servirían las fronteras delimitadas por el ingeniero en el ejemplo.7 
En otras palabras, en economía el balance entre insumos y productos 
tiene que ser un balance de valor. 
Los procesos y el estudio del desarrollo
Extendiendo el análisis de los procesos de Georgescu al proceso 
de desarrollo en general, se debe entender primero que dicho proceso 
es parcial o elemental extraído ficticiamente y con fines analíticos, del 
proceso universal. Por tanto, es necesario asignarle fronteras tanto en 
el espacio como en el tiempo.8 Sin embargo, las fronteras asignadas al 
proceso dependen, necesariamente, tanto de los objetivos del estu-
dio como del campo de especialización del estudioso. Por ejemplo, un 
científico social puede querer estudiar a la especie humana en general 
6 Otra vez, un ejemplo -tal vez banal- puede ayudar a comprender la importancia de 
este requisito. Suponga el lector que un oficial aduanero debe anotar, con fines de 
descripción, lo que entra a un país y lo que sale de él a través de una única aduana. Si 
lo que entrara y saliera del país no pudiera distinguirse discretamente ni medirse, el 
oficial no podría lograr su objetivo. 
7 La razón por la cual el vidrio derretido no puede considerarse como mercancía es 
simplemente que el vidrio derretido no puede venderse en el mercado; no es ni pro-
ducto terminado para el consumidor ni materia prima o producto intermedio para 
otras industrias. 
8 Esto no es más que lógico. Por ejemplo, para que se tenga una respuesta adecuada a la 
pregunta... ¿cuáles han sido los cambios más importantes de la sociedad?, se debe in-
cluir una especificación de la sociedad a la que se hace referencia y del lapso de tiempo 
a considerar; es decir, se requiere de la selección y asignación de fronteras temporales 
y espaciales que delimiten al proceso.
19
y por lo tanto estudiará a la sociedad que habita actualmente en el glo-
bo terrestre o a la que lo ha habitado en el pasado. Otro podrá querer 
V
a
r
i
a
b
l
e
s
Valores Iniciales Tiempo Valores Finales
- Políticas
Proceso Parcial de 
Desarrollo de una 
Sociedad
Todas las 
Variables 
Consideradas
- Económicas
- Ambientales
- Culturales
- Sociales
- Otras
Espacio
Balance
Promoción/ Gestión del Desarrollo
(Selección de Modelos, Mecanismos e Instrumentos)
estudiar solamente a la sociedad mexicana. Pero en ambos casos, las 
fronteras que ellos seleccionen diferirán de las que establezcan los 
geólogos para su estudio. Esto debe ser así por necesidad. 
 Por otro lado, la descripción analítica del proceso de desarrollo 
necesita del supuesto de que lo que entra al proceso y sale de él, debe 
ser en número finito y con cualidades discretamente distintas y medi-
bles. De ahí que no se pueda estudiar un número infinito de variables 
y de que las que puedan estudiarse deban ser medibles, ya sea cardinal 
20
u ordinalmente. 
 Ahora bien, la selección de variables medibles para su estudio 
depende tanto de su capacidad de ser manejadas sistemática y signi-
ficativamente, así como de la facilidad que presente su identificación 
y medición. Las variables ordinales son las más fácilmente medibles ya 
que la medida ordinal es más intuitiva que la cardinal; pero las variables 
cardinales son más significativas analíticamente y más susceptibles de 
ser sistematizadas.9 (Figura 1).
 Por ejemplo, en el ámbito de una economía de mercado, el 
ingreso es una variable fundamental; sin él es difícil que la gente pueda 
adquirir bienes y servicios de otros agentes económicos. Pero debe 
entenderse que el simple hecho de que el ingreso real de una nación 
aumente durante un lapso largo de tiempo no implica (como en algún 
tiempo se sugirió) que el nivel de bienestar económico de la sociedad 
mejore, aunque todas sus actividades económicas se realizaran en mer-
cados. Para esto, habría que incluir no solamente a todas las variables 
económicas relacionadas directamente con el ingreso (tales como su 
distribución y las condiciones de su obtención) sino también a aquellas 
que no tuvieran relación directa con él, como la estructura social. 
Figura 1. El desarrollo social como proceso elemental
Fuente: Elaboración Propia 
Pero la inclusión de un número grande de variables en el análisis 
representa una dificultad que ha estado disminuyendo conforme se 
mejoran las técnicas de medición y de análisis. En la actualidad, los 
problemas de medición todavía dificultan el manejo adecuado de va-
riables ya que, ni siquiera para aquellas que supuestamente son fáciles 
de medir cardinalmente, su medida es todo lo significativa y exacta 
9 Una discusión clara y completa de la medida y sus características se encuentra en 
Nicholas Georgescu-Roegen (1971a: 49-54). 
21
que se quisiera. Por otro lado, las técnicas de investigación y análisis 
(sobre todo en el campo de la estadística) cada vez más permiten la 
obtención de medidas significativas a partir de, por ejemplo, variables 
ordinales.10
El mejoramiento en la calidad de vida como resultado del desarrollo
Desde el punto de vista del desarrollo concebido como proceso 
de mejora de la calidad de vida de la sociedad, es necesario evaluar 
dicha calidad a través del tiempo. La evaluación de la calidad de vida 
es el aspecto más difícil de manejar, ya que está influida por un gran 
número de variables de todo tipo. Por lo tanto, el estudio del desarrollo 
social se enfrenta a tres problemas principales: a) definir las variables 
que afectan positiva o negativamente la calidad de vida, y b) evaluar el 
efecto conjunto e individual de cada una de esas variables en la calidad 
de vida, para lo cual es necesario c) medir esas variables y hacer un 
balance entre diferentes etapas en el tiempo.
a) Las variables que afectan la calidad de vida
Las variables que afectan positiva o negativamente la calidad de 
vida de una sociedad por lo regular son determinadas por las tradicio-nes, las costumbres y las experiencias pasadas; es decir, están deter-
minadas por la cultura. A algunas sociedades, orientadas al consumo 
individual de bienes materiales, la posibilidad de usarlos les representa 
un efecto muy positivo en su calidad de vida, y la falta de ellos, un efec-
to muy negativo. Por otro lado, para otras sociedades más orientadas 
a cuestiones espirituales, el consumo material no es tan importante. 
No obstante, todos tenemos idea de las cosas que mejoran la ca-
lidad de vida de la sociedad. Por ejemplo, contar con más médicos y 
medicinas, con mejores viviendas, con más opciones de educación, con 
una mejor y más balanceada alimentación, con mejores posibilidades 
de trasporte, mejores caminos, más tiempo para diversiones y más 
10 Algunos economistas han intentado recientemente introducir un buen número de va-
riables (tanto económicas como no económicas) relevantes en sus estudios del desa-
rrollo económico, principalmente mediante el uso del análisis de factores. Véase, por 
ejemplo: Adelman y Morris (1971); Unikel, et. al. (1976). Sin embargo, el análisis de 
factores produce resultados carentes de especificidad, ya que transforma las variables 
originales en factores que, aunque importantes, son desconocidos. Para una discusión 
del análisis de factores, véase: Harman (1967). 
22
tiempo para descansar, y por supuesto, mejores salarios o más ingre-
sos, entre otras muchísimas cosas positivas, sin tener que destruir la 
naturaleza que nos rodea, y sin tener que quitarles esas cosas a otras 
comunidades, significa vivir mejor, tener una vida de mejor calidad. 
En otras palabras, variables como la democracia, la justicia, las 
oportunidades de desarrollo profesional de la mujer, el cuidado del am-
biente, la educación, la salud, la vivienda, la alimentación, la solidaridad 
social, la empatía, el amor o la paz interna, por lo regular afectan la 
calidad de vida en la misma dirección, aunque con intensidades dife-
rentes para diferentes sociedades. 
b) La medida del desarrollo
Además del problema de identificación de las variables que afectan 
la calidad de vida, existen los problemas de medición y de evaluación. 
¿Qué se puede hacer para medir un fenómeno que involucra a tantas 
facetas de la vida? y ¿cómo poder decir que la calidad de la vida de la 
sociedad, mejora o empeora si no se cuenta con una medida adecuada 
para aplicarla al fenómeno? 
 Dado que el desarrollo significa la conjunción de un número 
muy alto de elementos de bienestar, se ha optado por medirlo con 
indicadores que combinen esos elementos de manera significativa; es 
decir, de manera que puedan servir para hacer comparaciones entre 
los procesos de desarrollo de diversas sociedades o del de una misma 
sociedad a través del tiempo. Esas medidas son los índices de desarro-
llo, para los aspectos positivos, o los índices de marginación, para el 
caso de las carencias.11
11 Un índice de desarrollo se construye como una suma ponderada de las variables que 
influyen en la calidad de vida de la sociedad, donde las ponderaciones son subjetivas, 
o mediante el uso de modelos estadísticos específicos, donde las ponderaciones se de-
terminan dentro del modelo. En el caso de la suma ponderada, se tendría lo siguiente: 
ID= w1X1 + w2X2 + w3X3 +. . . + wnXn; donde: ID, es el índice de desarrollo; (X1,....
Xn), son los valores de las variables de desarrollo, y (w1,...wn), son las ponderaciones 
de las variables de desarrollo, de manera que la suma total es igual a la unidad. En este 
caso, además de tener que determinar los valores de las w, se requiere que todas las 
X adopten valores cuantitativos. Un ejemplo de cálculo de índices para identificar y 
evaluar el desarrollo es el índice de Desarrollo Humano usado por Naciones Unidas 
para hacer comparaciones internacionales. El IDH está integrado por tres elementos 
principales: la longevidad, la educación, y el nivel de vida de la población. La longevi-
dad es indicada por la esperanza de vida al nacer. Para la educación, se consideran dos 
indicadores con diferentes pesos relativos: 1) la tasa de alfabetización de adultos, con 
23
c) La sustentabilidad del desarrollo
No obstante que el proceso de desarrollo implica mejoramiento en 
la calidad de vida de la sociedad, es importante destacar que, por ser 
un proceso parcial, sus fronteras temporales y espaciales deben refe-
rirse a una sociedad a través el tiempo, o a todas las sociedades en un 
momento determinado, o a todas las sociedades a través del tiempo. 
 De hecho, en 1987, la Comisión Bruntland llamó la atención a 
tomar en cuenta a las generaciones futuras de la sociedad en cuanto 
a sus posibilidades de desarrollo, a partir del comportamiento de la so-
ciedad actual. En un Informe (WCED, 1987), dicha Comisión propuso 
al desarrollo sustentable como “...aquel que satisface las necesidades 
del presente sin restringir la posibilidad de que las generaciones futuras 
satisfagan las suyas”.12
 Según Urquidi (1996, p. 5), en ese Informe, la Comisión Brunt-
land implícitamente incluía un principio de equidad distributiva en el 
concepto, que iba más allá de la preocupación por el desarrollo de las 
generaciones futuras, cuando afirmaba que “…la preocupación por la 
igualdad social entre generaciones…debe lógicamente extenderse a la 
igualdad dentro de cada generación”. Así, Carrillo (1996, p. 9) reco-
mendaba “…insistir en que el objetivo central del desarrollo es el bien-
estar social, guidado por criterios de equidad inter-grupal, interregional 
e inter-temporal, donde cuidar el medio ambiente (natural) importa 
tanto como eliminar la pobreza y las desigualdades regionales…” Así 
un peso relativo de 0.66 (o dos tercios), y; 2) la tasa de matriculación que combina 
educación básica, media superior y superior, con un peso relativo total de 0.33 (o un 
tercio). El nivel de vida es indicado por el ingreso per capita, en dólares, ajustado al 
poder adquisitivo.
12 Lee (1993) sugirió que los problemas de sustentabilidad provenían de incongruencias 
(o falta de concordancia) espaciales, funcionales y temporales de escala entre la res-
ponsabilidad humana y las interacciones naturales. Espaciales, como la contaminación 
a tasas en exceso de la capacidad asimiladora de la naturaleza; funcionales, como el 
desperdicio de recursos (agua, por ejemplo), y; temporales, como el de la explotación 
de recursos renovables a tasas superiores a la capacidad regeneradora de la natura-
leza (sobreexplotación). Los principios de sustentabilidad se aplican por lo tanto de 
diferente manera, dependiendo del tipo de incongruencia y del tipo de recursos. En 
el caso de los recursos renovables, el principio de sustentabilidad es que las tasas de 
explotación deben ser iguales a las tasas de regeneración. En el caso de la contamina-
ción, que las tasas de emisión de desechos sean iguales a las capacidades asimiladoras 
naturales de los ecosistemas que los reciben. En el caso de los recursos no renovables, 
su tasa de agotamiento deberá ser igual a una tasa comparable de creación de sustitu-
tos renovables. (Daly, 1990).
24
también, un poco tiempo después, Solow (1996, p. 16), al referirse 
a los objetivos del desarrollo argumentó que “…la sustentabilidad –la 
equidad inter-temporal- es un objetivo entre varios otros…” (y que 
una política adecuada de desarrollo sustentable tenía que) “…equilibrar 
entre sí los objetivos inter-temporales, interregionales e intra-regio-
nales…” refiriéndose precisamente a las diferencias e injusticias que 
pudieran existir entre grupos sociales de una misma región y entre 
regiones también.
II. 2 El marco conceptual de la violencia
Como en el caso del desarrollo, el tema de la violencia ha adquiri-
do una importancia relevante en el estudio del desarrollo social, pero 
existen actualmente un buen número de propuestas de definición ya 
sea en textos legales o en estudios científicos, por lo que no se tiene 
una definición consensuada. No obstante, en las diferentes definicionesse considera a la violencia como un aspecto negativo de la conducta 
humana. 
En este trabajo se aceptará una definición propuesta por Amador 
(2000, p. ii), quien considera que: “…la violencia es la amenaza o uso 
intencional de la fuerza, la coerción o el poder, bien sea físico, psico-
lógico o sexual, contra otra persona, grupo o comunidad, o contra sí 
mismo, y produce, o tiene alta probabilidad de producir, daño en la 
integridad física, psíquica, sexual, en la personalidad y aun en la libertad 
de movimientos de la víctima.”13
 Como puede verse, la violencia puede presentar una multiplici-
dad de facetas susceptibles de análisis, dependiendo de la de la forma 
y del grado en que se ejerce, de la intención o fines de quien violenta, 
13 De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2002), se define a la 
violencia como “…el uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de 
amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad, que 
cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, 
trastornos del desarrollo o privaciones…Además de la muerte y las lesiones, la defini-
ción abarca también las numerosísimas consecuencias del comportamiento violento, 
a menudo menos notorias, como los daños psíquicos, privaciones y deficiencias del 
desarrollo que comprometen el bienestar de los individuos, las familias y las comuni-
dades.” (p.5) (Citado por Espíndola, 2009:23)
25
del ámbito social en el que se manifiesta, del tipo de personas que la 
sufren, entre otras. Por lo tanto, también se desprende una multipli-
cidad de teorías que tratan de explicarla.
Las categorías de la violencia
Un reporte mundial sobre violencia y salud de la Organización 
Mundial de la Salud (OMS, 2002), ofrece una tipología de la violencia, 
atendiendo al tipo de sujeto sobre el cual se ejerce, identificando tres 
tipos: a) violencia auto-infligida; b) violencia interpersonal, y; c) vio-
lencia colectiva. (Véase el Cuadro 1).
 Como puede verse de la información del Cuadro 1, los ámbitos 
donde se ejerce la violencia por lo regular están relacionados con el 
motivo y el tipo de violencia que se ejerce, pero sobre todo con el tipo 
de su perpetrador. 
 Amador (2000) presenta una descripción de los diferentes 
tipos de violencia, a partir de información proveniente de un estudio 
de Moser y Holland (1997). La descripción de los tipos de violencia 
considerados por Amador (2000), se incluye en el Cuadro 2.
Las teorías para explicar la violencia
Atendiendo a sus explicaciones, en la literatura hay coincidencia 
al identificar tres tipos amplios de teorías: a) Las teorías micro-orien-
tadas; b) Las teorías macro-orientadas, y; c) Las teorías multidimen-
sionales.
 a) De acuerdo con Ochoa (2014), las teorías micro-orientadas 
ponen énfasis en explicar la violencia sobre las características indivi-
duales de quien la ejerce, e incluyen: la teoría del aprendizaje social; la 
teoría de los recursos y la teoría del intercambio. Pero también inclu-
yen algunas explicaciones psicológicas, biológicas y fisiológicas de los 
actores en un acto de violencia.
 Así, la teoría del aprendizaje social supone que los individuos 
aprenden dentro de su entorno social (empezando en el núcleo fa-
miliar) a cómo comportarse frente a experiencias de violencia. Y ese 
comportamiento aprendido se refuerza en entornos donde el tipo de 
violencia no solo es considerado como apropiado, sino que también es 
estimulado.
26
Cuadro 1. Tipología, actores y manifestaciones de violencia según 
la OMS
Tipo de violencia Perpetrador/víctima Manifestación
Auto-infligida Comportamientos suicidas
Pensamientos o intentos 
suicidas, autolesiones y sui-
cidio
Auto-abuso Automutilaciones
Interpersonal
Familia: violencia hacia ni-
ños, ancianos o pareja.
Violencia física, sexual, psi-
cológica, económica y ne-
gligencia, realizada dentro o 
fuera del hogar.
Comunidad: violencia hacia 
personas conocidas o extra-
ñas no familiares.
-Violencia física, sexual, psi-
cológica y negligencia entre 
individuos sin relación de 
parentesco, llevada al cabo 
generalmente fuera del ho-
gar.
-Violencia al azar, violación 
sexual o asaltos, violencia 
en instituciones como es-
cuelas, lugares de trabajo, 
prisiones y hogares de an-
cianos y/o albergues.
27
Colectiva Social: violencia a individuos 
en función de su pertenen-
cia a determinado grupo 
social (raza, etnia, género, 
religión, nacionalidad, edad, 
ideología, discapacidad u 
orientación sexual.
-Crímenes de odio o actos 
terroristas ejercidos por 
grupos o individuos vio-
lentos o por el Estado, en 
donde se presenta violencia 
física, sexual, psicológica y 
negligencia.
-Homicidios
-Feminicidios
Política: violencia de Estado 
o de grandes grupos en con-
flicto político.
Guerras, guerrillas, conflic-
tos paramilitares, asesinatos 
políticos u otros homicidios, 
conflictos armados entre 
partidos políticos, en donde 
puede presentarse violencia 
física, sexual, psicológica o 
negligencia.
Económica: ataques de 
grandes o pequeños grupos 
para obtener una ganancia 
económica
-Delincuencia, pandillas jó-
venes, robo en las calles, 
robo en casas y de autos, 
crimen organizado
-Negar acceso a servicios 
básicos
Fuente: Tomado de Ochoa (2014, Cuadro 1, p. 21).
 
La teoría del intercambio sostiene que la violencia es el resultado 
del balance que la persona violenta hace entre los riesgos y los be-
neficios que puede representar el acto de violencia. Así, la violencia 
sería un mecanismo para acceder o sostener una posición económica 
determinada, o una posición de poder, dentro de la sociedad o dentro 
de la familia. 
28
Cuadro 2. Descripción de los diferentes tipos de violencia
Tipo de violencia Descripción
Física Cuando las acciones violentas de una persona producen 
daños en la salud física de otra.
Psicológica Cuando las acciones violentas de una persona producen 
efectos negativos en la salud mental de alguien más.
Instrumental La ejercida para obtener un objetivo más allá de la 
violencia misma.
Emocional Cuando la respuesta agresiva es el objetivo final y no se 
persigue otra cosa que causar daño a la víctima.
Doméstica Abuso entre miembros de una familia, en la pareja o 
entre personas que en algún momento de su vida han 
vivido juntos y se ejerce en el espacio físico del hogar.
Intra-familiar Acciones y omisiones cometidas por algún miembro 
de la familia en relación de poder, sin importar el área 
física donde ocurran, que perjudiquen el bienestar, la 
integridad física, psicológica o la libertad y el derecho al 
pleno desarrollo de otro miembro de la familia.
Política Actos violentos motivados por un deseo de obtener o 
mantener un poder político.
Económica Actos violentos motivados por el deseo de adquirir 
beneficios económicos o para obtener o mantener el 
poder económico.
Social Actos motivados por un deseo de adquirir beneficios 
sociales o para obtener y/o mantener el poder social.
Escolar Lo que se manifiesta en los entornos y centros educativos 
entre compañeros de la misma clase o centro educativo.
Sexual La padecida principalmente por mujeres de todas las 
edades como sujetos de violación sexual.
Juvenil Actos violentos que nacen de, y como consecuencia de 
las pandillas juveniles.
Delincuencial Generalmente asociada con la comisión de hechos 
delictivos, tales como los robos, los asaltos y los 
secuestros.
Fuente: tomado de Amador (2000, Tabla 1, 9.12).
 
29
 La teoría de los recursos se refiere a la violencia como un re-
curso que se usa cuando en el afán por mantener un estado de cosas, 
a la persona que la ejerce se le agotan otras formas de buscarla, tales 
como la discusión pacífica o la negociación.
Por otro lado, las explicaciones psicológicas ponen énfasis en 
desórdenes de personalidad o deficiencias mentales que “alteran las 
formas normales de inhibición de la violencia”. (Ochoa, 2014, p. 9)14
 b) Las teoríasmacro-orientadas, consideran que son las condi-
ciones sociales y culturales las que hacen posible la violencia, e incluyen 
la de la aceptación cultural de la violencia, la de la perspectiva feminista 
y la de la subcultura de la violencia.
 De esta manera, la aceptación cultural de la violencia se refleja 
en el alto grado de prioridad que los medios de comunicación otorgan 
a la violencia en tiempos actuales y su argumento principal es que “…
el uso generalizado de la violencia es un reflejo de los valores básicos 
que constituyen parte del sistema de normas de la sociedad”. (Castro 
y Casique, 2008, p. 47)
 La teoría de la subcultura de la violencia sostiene que algunos 
grupos sociales están más de acuerdo que otros en cuanto al uso de la 
violencia, dependiendo en la mayoría de los casos de las condiciones 
socioeconómicas de las comunidades. Propone que los jóvenes de clase 
social baja aceptan y usan las acciones de violencia en gado superior a 
los de clases más altas.
 Según Ochoa (2014:11), la teoría feminista “…se enfoca prin-
cipalmente en el concepto de patriarcado y en las estructuras sociales 
que contribuyen a mantenerlo…enseñando a mujeres y hombres roles 
de género específicos…que sitúan a la mujer en una posición subordina-
da ante los hombres y les limitan el acceso a recursos y oportunidades, 
además colaboran para que se perpetúe la violencia hacia ellas.”15
14 Aquí se podrían incluir las características agresivas de las personas violentas, que 
podrían deberse a fallas físicas o neurológicas como en el caso del déficit de atención 
en la niñez, o las consecuencias de golpes severos en la cabeza. (Ochoa, 2014) 
15 Ochoa (2014) refiere un estudio (Johnson, 1995:284), que identifica a la violencia 
como “producto de las tradiciones patriarcales sobre el derecho de los hombres a con-
trolar a ‘sus’ mujeres, una forma de control terrorista de las esposas por os esposos que 
incluye el uso sistemático no solo de la violencia, sino también de la subordinación 
económica, amenazas, aislamiento y otras tácticas de control.” Sin embargo, en mu-
chas culturas la violencia en el hogar hacia las mujeres no solo la ejerce el esposo, sino 
todos los miembros varones. Según Ochoa (2014:12), este es el caso de las mujeres 
30
 Las teorías o modelos multidimensionales consideran que para 
tener una explicación completa de la violencia, su definición debe in-
cluir tanto factores individuales como sociales o culturales, e incluyen 
el modelo etiológico social, el enfoque de género, el modelo de apoyo 
entre varones y el modelo ecológico de la violencia.
 Así, el modelo etiológico incluye factores individuales y estruc-
turales en una relación interactiva continua. Se argumenta (Ochoa, 
2014, p. 13) que al “…nivel social, la violencia es el resultado de inequi-
dades estructurales que dictan patrones de explotación de un grupo 
sobre otro… (mientras que al)…nivel individual, las personas usan la 
violencia para resolver conflictos o para tener el control…”
 El enfoque de género aprovecha las propuestas feministas de 
la violencia familiar, pero considera que existen otros factores que 
influyen en la construcción de la estructura de poder dentro del nú-
cleo social de que se trate (estatus socioeconómico, raza, orientación 
patriarcal, estatus marital, entre otros). Citando a Anderson (1997), 
Ochoa (2014) afirma que “…la violencia es percibida de forma distin-
ta por hombres y por mujeres…para las mujeres que violentan a sus 
esposos la diferencia en estatus puede no ser tan importante, por lo 
que no usan la violencia para obtener el poder de la relación o en la 
sociedad como lo hacen los hombres.”
 El modelo de apoyo entre varones combina características 
individuales y sociales para explicar la violencia, sugiriendo que en 
las estructuras patriarcales donde se consumen drogas y alcohol, ese 
apoyo favorece el abuso hacia las mujeres, y que esas condiciones se 
perpetúan al no haber sanciones negativas a esas conductas por parte 
de la sociedad. 
 En el modelo ecológico de la violencia, se concibe a ésta como 
“…un fenómeno multifacético resultado de la interacción de factores 
personales, situacionales y socioculturales”. (Ochoa, 2014, p. 15, ci-
tando a Heise, 1998, p. 263).16 
indígenas en México, ya que “…en su contexto, la violencia hacia ellas por parte de sus 
parejas, hijos, padres u otros familiares es aceptada, incluso las autoridades locales lo 
permiten.” 
16 En esa concepción de la violencia se considera que: a) los factores individuales u on-
togénicos, se refieren a las características individuales y de personalidad que forman 
parte de la historia o experiencias pasadas de la persona, tales como ser testigos de 
violencia en la infancia y rechazo o ausencia de los padres; b) los factores situacio-
31
III. Los Resultados Esperados de la Relación entre la Violencia y 
el Desarrollo
Tomando en cuenta las consideraciones expuestas antes sobre el 
proceso de desarrollo, todo aquello que promueva el mejoramiento en 
la calidad de vida de la sociedad debe tomarse como una contribución 
al desarrollo y viceversa, todo aquello que lo obstaculice o disminuya 
sería considerado como retroceso en el bienestar social.
 Como se mostró en la sección anterior, la violencia (intencional 
o no) en cualquiera de sus formas atenta contra el bienestar de los 
miembros de la sociedad, y por lo tanto, por definición, representa un 
obstáculo al desarrollo por los efectos negativos que tiene en el bien-
estar social.17 Sin embargo, esos efectos pueden ser directos, cuando 
se ejercen directamente, física o emocionalmente sobre la persona vio-
lentada, o cuando se le priva de bienes o servicios (públicos o privados) 
de los cuales se deriva utilidad o satisfacción, o indirectos, cuando se 
ejercen sobre bienes que contribuyen a la producción de esos bienes 
y servicios, es decir, sobre las diferentes formas de capital existentes.
III.1. Los efectos negativos directos de la violencia en el desarrollo
La violencia física o emocional, ya sea auto-infligida, interpersonal 
o colectiva, al causar lesiones de cualquier tipo, representan un factor 
negativo en la calidad de vida de las víctimas, no solo por el efecto 
de incomodidad que tienen en su salud (física o mental) de manera 
inmediata, sino también por las secuelas que deja en su vida poste-
rior. Pero también le afectan su estado de bienestar en la medida que 
tienen que utilizar su tiempo y recursos para la recuperación, cuando 
ésta es posible.
nales o micro-sistémicos, se refieren a las formas de interacción entre las personas, 
incluido el dominio familiar del hombre, conflictos conyugales y consumo de alcohol; 
c) los factores exo-sistémicos, se refieren a las estructuras e instituciones sociales que 
determinan los espacios en los que diferentes personas habrán de desarrollar sus ac-
tividades, de acuerdo a una jerarquía preestablecida; d) los factores macro-sistémicos, 
se refieren a los marcos generales de creencias y valores sobre los cuales se construyen 
las estructuras e instituciones de la sociedad. (Ochoa, 2014:15) 
17 Se dice que los efectos de la violencia no dependen de si se ejerce intencionalmente o 
no, dado que puede producir los mismos efectos cuando se incurre por negligencia. 
32
 Por otro lado, los robos y los asaltos, y en general la enajena-
ción de bienes de todo tipo, son privaciones de bienes que le restan 
posibilidades de tener bienestar a las víctimas, además del impacto 
emocional que pueden tener si se ejercen con violencia física.
 Pero también la negligencia de personas ante situaciones que 
causan la violencia física, emocional o por privaciones tiene los mismos 
efectos que cuando los actos violentos se realizan intencionalmente.
III.2. Los efectos negativos indirectos de la violencia en el desa-
rrollo
Los efectos indirectos, de la violencia en el desarrollo suceden 
cuando los actos violentos se ejercen sobre bienes que a su vez con-
tribuyen al ensanchamiento de losbienes y servicios disponibles para 
la sociedad, con efectos de corto, mediano y largo plazo, es decir, so-
bre las diferentes formas de capital existentes: capital manufacturado, 
capital humano, capital natural y capital social.18
Los efectos en el capital manufacturado
Desde el punto de vista de la teoría económica, el capital consiste 
de bienes duraderos producidos que a su vez sirven para producir otros 
bienes o servicios, finales o intermedios. Tal es el caso de las construc-
ciones fabriles o edificios de oficinas, donde se realizan actividades 
productivas, pero también las estaciones de energía, los caminos, las 
calles, las carreteras y los puentes, así como las herramientas y los 
equipos que intervienen en el proceso de producción. Se refiere enton-
18 Desde hace tiempo, se ha propuesto que la acumulación del capital es el motor prin-
cipal del crecimiento económico, el que, combinado con mecanismos adecuados de 
distribución de la producción, contribuyen a aumentar el bienestar de la sociedad, 
independientemente del tipo de capital que se acumula: capital manufacturado, capital 
natural, capital humano o capital social. En otras palabras, los estudiosos han asociado 
el crecimiento de la producción con el aumento de los factores que intervienen en ella: 
el trabajo humano (capital humano), el capital manufacturado (herramientas, cons-
trucciones y equipo), las materias primas que ofrece la naturaleza (capital natural) y la 
tecnología o forma en que se combinan dichos factores en el proceso productivo. Más 
recientemente se reconoció otra forma de capital, el social, cuya acumulación también 
ha demostrado influir positivamente en el crecimiento de la actividad económica y en 
el bienestar social. (Véanse, por ejemplo, Georgescu-Roegen (1971a), para el caso del 
capital natural; Schultz (1971), para el caso del capital humano; Carrillo, et. al. (2007) 
para el caso del capital manufacturado y; Bourdieu (1980), para el caso del capital 
social).
33
ces a bienes cuyo uso y contribución al proceso productivo se puede 
prolongar en el tiempo.19
 Es por lo anterior que, desde por lo menos el siglo XVII, se 
ha considerado que la inversión (generación) en bienes de capital, 
aumenta las posibilidades de producción de una sociedad, sobre todo 
cuando es mayor que el deterioro en dichos bienes debido a su uso.
 En este caso, la violencia física (o la negligencia) hacia los bie-
nes de capital, dañan la capacidad productiva de la sociedad, que se 
puede manifestar en el corto, mediano o largo plazo, dependiendo del 
grado de daño de que se trate. Las guerras, el terrorismo o la guerrilla 
urbana, en buena parte representan violencia física hacia este tipo de 
bienes, y en ocasiones también causan violencia física (y por privacio-
nes) a las personas que los estén usando al momento del acto violento.
Los efectos en el capital humano
Junto con el capital y otros factores, la participación de los hu-
manos (mano de obra) en el proceso productivo puede aumentar su 
calidad a través de la educación y la capacitación, lo que a su vez en-
sancha las posibilidades productivas de la sociedad. 
De hecho, la contribución de la educación a la mejora de la ca-
lidad de vida social se puede realizar, por lo menos, de dos maneras 
diferentes. Por un lado, promueve directamente el bienestar social al 
permitir el avance del conocimiento que le ha dado a la humanidad 
mayores libertades y una mayor capacidad para entender y manejar 
los fenómenos que la rodean. Por otro lado, también ha contribuido 
indirectamente en el desarrollo, ya que, como capital humano ha au-
mentado la productividad de la sociedad, tanto en su conjunto como al 
nivel de los individuos que la conforman, permitiendo con ello mejorar 
y expandir las capacidades para generar producción e ingresos.
Por inversión en Capital Humano se entienden entonces los gastos 
que los individuos realizan en sí mismos, sea de manera premeditada 
o no, y que pueden contribuir a incrementar la productividad del in-
dividuo. (Bracho y Zamudio, 1992). Por tanto, la teoría o enfoque del 
19 Se tiene que hacer hincapié en que, para ser considerados como capital, los bienes du-
raderos tienen que usarse con fines productivos y no solamente como bienes de con-
sumo. El ejemplo clásico son los automóviles, que en las diferentes sociedades pueden 
usarse como bienes finales (para pasear), o como bienes de capital para trasladarse al 
trabajo o como instrumento de trabajo (en el caso de los automóviles de alquiler). 
34
Capital Humano explica la relación entre ingresos y educación como 
resultado de la productividad que tienen las personas que reciben una 
mayor educación; es decir, puede atribuirse a la educación el desarro-
llo y la formación de habilidades y destrezas que son redituadas por 
el mercado a través de un mayor ingreso.20 Por lo tanto, la teoría del 
Capital Humano trata a la educación y a la capacitación como formas 
de inversión que producen beneficios a futuro en términos de mayores 
ingresos, tanto para los individuos como para la sociedad en su con-
junto. (Schultz, 1963; Becker, 1962). 
 Así, la violencia puede también impactar negativamente al de-
sarrollo social, indirectamente afectando las posibilidades de que las 
personas reciban una educación suficiente y de calidad, lo cual puede 
suceder a través de la violencia escolar (bullying), o impidiendo la co-
rrecta aplicación de los procesos de enseñanza-aprendizaje, ya sea por 
sabotaje o por negligencia al no atender las necesidades de educación 
de la sociedad en forma adecuada.
Los efectos en el capital natural
Hasta por lo menos finales del siglo pasado, los estudiosos de la 
economía consideraban que los recursos naturales eran un factor im-
portante en los procesos productivos, pero no eran un factor limitante 
como el capital manufacturado o el capital humano; simplemente se 
les consideraba como materias primas, y entraba en las funciones de 
producción como un parámetro, de manera semejante a como entraba 
la tecnología o la organización. 
 No fue sino hasta finales del siglo pasado cuando Daly (1990), 
basándose en algunas contribuciones de Georgescu (1971a), argu-
mentó, primero, que como capital debe considerarse no solamente 
aquel fabricado por los humanos, o los humanos mismos, sino también 
20 Esta teoría toma como base lo postulado tiempo atrás por Adam Smith, en lo referente 
a las actividades que realizan las personas mediante las cuales adquieren conocimien-
tos, habilidades o ventajas que les permiten incrementar su capacidad productiva y 
obtener mayores ingresos por su trabajo. Sin embargo, el concepto del Capital Hu-
mano no fue desarrollado completamente sino hasta principios de los años sesenta, 
cuando los economistas Schultz (1963) y Becker (1962), desarrollaron y analizaron 
el estudio de la educación como una forma de inversión, la cual se espera incremente 
la capacidad de ganancias de los individuos. Ellos desarrollaron entonces una teoría 
de formación de Capital Humano y analizaron la tasa de retorno o rendimiento a la 
inversión en educación y capacitación.
35
el capital natural, compuesto por los recursos naturales y sus capaci-
dades de regeneración y de asimilación de desechos, y segundo, que a 
diferencia de la forma en que era considerado por el análisis económico 
neoclásico tradicional, al capital natural no se le debía considerar como 
sustituto, sino complementario del capital manufacturado y del capital 
humano. (Carrillo, 2006)21
 En este marco de referencia, cualquier tipo de violencia física 
que se ejerza hacia el medio ambiente natural, por contaminación des-
medida o explotación sin reposición de recursos naturales renovables 
y no renovables, representa un efecto negativo en el bienestar social 
indirectamente a través de sus efectos en el capital natural. Pero tam-
bién debe considerarse como de impacto negativo en el desarrollo a 
las acciones de negligencia que obstaculicen la construcción y difusiónde los valores que permitan una valoración adecuada de la importancia 
del capital natural.
Los efectos en el capital social
Se ha reconocido que además de los factores considerados tradi-
cionalmente como participantes individuales en los procesos producti-
vos (capital manufacturado, mano de obra o recursos humanos, tierra 
o recursos naturales, y tecnología u organización para la producción), 
existe también otro factor que consiste en la operación conjunta de 
todos los demás factores, el cual es conocido como capital social.
Putnam (1993), concibe el capital social como una cualidad de 
los grupos que contribuyen al buen gobierno y al progreso económi-
co, fundamentalmente gracias al grado de confianza y reciprocidad 
que existe entre los actores sociales, a las normas de comportamiento 
21 Georgescu (1971), afirmaba que el análisis económico vigente, el neoclásico, había 
propiciado un uso inadecuado de los recursos naturales al no reconocerlos como com-
plementarios de la mano de obra y del capital manufacturado en las funciones de pro-
ducción, lo que a su vez se derivaba de un inadecuado manejo de lo que es un proceso 
de producción, y lo que conducía, entre otras cosas, al uso de tecnologías contaminan-
tes y a la valoración inadecuada de las materias primas. Por otro lado, ese autor sos-
tenía que en un proceso de producción cualquiera, entran factores de la producción 
y materias primas, y salen productos aprovechables, pero también salen desperdicios. 
Como resultado de lo anterior, la teoría económica había orillado a la sociedad a poner 
énfasis en tecnologías que aumentan la productividad de los factores de la producción 
en términos del valor del producto vendible por unidad de factor, y no en términos 
del valor del producto por unidad de materia prima o recurso natural o, lo que es lo 
mismo, en términos de menores desperdicios.
36
cívico practicadas y al nivel de asociatividad que caracteriza a la socie-
dad, y lo define como “…aspectos de la organización social, tales como 
la confianza, las normas y las redes, que pueden mejorar la eficiencia de 
una sociedad al facilitar la acción coordinada y la cooperación para el 
beneficio mutuo.” (Putnam, 1993, p. 67, citado por López, et. al,2007, 
p.1064).22
En otras palabras, entre las diversas formas de capital utilizado 
en la producción, el capital social se deriva de la interacción de los 
esfuerzos de los individuos productores con los demás miembros de 
la sociedad (trabajadores, organizadores de la producción, proveedo-
res de servicios de apoyo para la producción, entre otros), por lo que 
depende de manera importante de la cooperación de los miembros de 
la sociedad para que, en conjunto, a todos ellos se les facilite alcanzar 
sus objetivos individuales.23
Por todo lo anterior, puede decirse que todos los diferentes tipos 
de violencia tienen un impacto negativo en el capital social e indirecta-
mente en el desarrollo, independientemente de si se trata de violencia 
física (que impacta a personas o bienes materiales) o emocional (que 
erosiona la confianza, la reciprocidad, la asociatividad, y en general el 
sistema de valores que sostiene la estructura y el funcionamiento de 
la comunidad).
22 En ese sentido, puede decirse que para Putnam (1993), el capital social: 1) se crea en 
las redes o contactos que se forman entre las personas o entre los grupos de personas; 
2) surge gracias a cuatro elementos fundamentales: compromiso cívico, reciprocidad, 
confianza y asociatividad y; 3) produce beneficios tanto para quien forma parte del 
grupo, como para quienes sin estar en el grupo guardan cierta relación con él.
23 Sin duda, impactos del capital social en las mejoras del bienestar de la comunidad 
(su desarrollo) serán mayores cuanto mayores sean los niveles de las otras formas de 
capital ya que, por ejemplo, al ser más productivos los miembros de la comunidad al 
nivel individual, la cooperación entre ellos compartiendo valores cívicos, actitudes 
positivas hacia los demás y reglas mínimas, potencia la productividad y el progreso de 
la comunidad. Por otro lado, también es de esperar que la cooperación social aumente 
en la medida en que se fomente la participación ciudadana con comportamientos, 
valores cívicos, actitudes hacia los demás y reglas mínimas compartidas que generan 
sentido de pertenencia a una comunidad y que determinan las formas y la calidad de la 
convivencia, impulsan el progreso e influyen sobre el respeto del patrimonio común, 
facilitando la generalización del reconocimiento de los derechos y deberes ciudada-
nos. 
37
III.3. El caso de la violencia hacia las mujeres
Como pudo verse en la sección anterior, algunos tipos de actos 
de violencia afectan directamente al bienestar social, al ejercerse fí-
sica o emocionalmente sobre sí mismo o sobre otros miembros de la 
sociedad, mientras que otros afectan indirectamente y en diferentes 
grados en las diversas formas de capital de la sociedad. Es importante 
reconocer que en muchos casos los diferentes tipos de violencia afec-
tan algunos ámbitos durante algún tiempo.
 Sin embargo, a través de la historia se ha presentado un tipo 
de violencia física y emocional en todas las sociedades y en todos los 
tiempos: la violencia hacia las mujeres. Quizás porque la violencia en 
la mayoría de los casos persigue sostener una estructura de poder 
dentro de un grupo social y el núcleo social primario es por lo regular 
la familia, el hecho en sociedades donde la preponderancia de género 
radica en los hombres, una gran parte de la violencia de todos tipos se 
ejerce hacia la mujer, y las mujeres representan alrededor de la mitad 
de la población en el mundo.
 Por ello, la violencia hacia las mujeres es la que muy proba-
blemente tiene los efectos directos e indirectos más negativos en la 
calidad de vida de la sociedad, es decir en el desarrollo social. 
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(ver: Brundtland, arriba). 
41
Violencia de género y sustentabilidad:
Análisis del panorama latinoamericano
Olga Vázquez Guzmán24
I. Presentación
“La violencia es una constante en la vida de gran número de perso-
nas en todo el mundo, y nos afecta a todos de un modo u otro. Para 
muchos, permanecer a salvo consiste en cerrar puertas y ventanas, y 
evitar los lugares peligrosos. Para otros, en cambio, no hay escapatoria, 
porque la amenaza de la violencia está detrás de esas puertas, oculta 
a los ojos de los demás. Y para quienes viven en medio de guerras y 
conflictos, la violencia impregna todos los aspectos de la vida.” (Brun-
dtland, 2003).
24 Dra. en Desarrollo Regional. Investigadora asociada al proyecto “Diagnostico situa-
cional de las Políticas Públicas en Desarrollo Sustentable en la Zona Metropolitana 
Puebla-Tlaxcala”, financiado por el programa “Estancias Postdoctorales del CONA-
CYT” bajo la tutela del Dr. Mario Miguel Carrillo Huerta en el Instituto de Ciencias de 
Gobierno y Desarrollo Estratégico de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. 
Investigadora Asociada al CA BUAP-295 “Gestión y Desarrollo”. 
42
II. Antecedentes Históricos 
Abordar el tema de la violencia en la sustentabilidad implica una 
revisión conceptual, teórica, metodológica y empírica. Desde la apa-
rición del hombre sobre el planeta se han presentado distintas facetas 
que colocan a la mujer, en situación de disparidad respecto al varón. 
Generalmente se habla de cinco grandes modos de producción i) Co-
munidad primitiva, ii) esclavismo, iii) feudalismo, iv) capitalismo y v) 
socialismo (Laclau, E., 1978). A lo largo de estos grandes periodos 
históricos el comportamiento en la relación hombre-mujer ha variado 
y por lo tanto el fenómeno de la violencia también ha tenido distintas 
connotaciones. La violencia contra la mujer está vinculada a la consi-
deración de la misma que se desprende de la familia patriarcal. Este 
tipo de familia puede aparecer de forma tenue a lo largo de los siglos 
de la propia mujer por emanciparse (Gil Ambrona, A., 2008). 
Durante el desarrollo de la historia de la familia, desde la comunidad 
primitiva, se consideró que la mujer era un objeto propiedad del hombre; 
al patriarca pertenecían los bienes materiales de la familia y sus integran-
tes, por lo que la mujer pasaba de las manos del padre a las del esposo 
en ambos casos tenían plena autoridad sobre ella y decidían sobre su 
vida y su futuro. En este sentido se observaba una exclusión social pues 
no obstante formar parte del patrimonio de la familia, se encontraba 
relegada y solo se concebía su función como reproductora de la especie 
y hacedora de labores domésticas (Gil Ambrona, A., 2008). 
Ya durante el esclavismo, particularmente en el imperio roma-
no se manifestaba la dependencia de la mujer, y se le constreñía a la 
obediencia y la sumisión tanto al padre de la familia correspondiente, 
posteriormente al esposo con quien conformaría un núcleo nuevo. 
Desde la terminación del sistema esclavista de producción hasta la 
terminación del sistema feudal este fue el carácter que se le confirió, 
en el mundo occidental a la mujer (Coco, 2011). Durante la edad 
media, se observó un fuerte obscurantismo que unido a un periodo de 
retroceso de la iglesia católica se presentaron una serie de factores que 
rendían culto a la violencia, este es el caso de juicios sumarios que se 
promovían y que tenían como centro de la acción la violencia contra 
las mujeres. Además de la función reproductora, constituían mano de 
43
obra para trabajar en el hogar y en el campo. 
Con la irrupción de la revolución francesa en el siglo XVIII el mo-
delo de familia patriarcal ancestral sufrió cambios significativos, es el 
caso que el derecho sobre la vida de la mujer fue abolido así como se 
modificó la pena de muerte contra ella en determinados casos pues 
ya no era el esposo el encargado de determinar sobre ello sino la co-
munidad quien la juzgaba. 
Ya durante la revolución industrial del siglo XVIII “se permite”, a la 
mujer participar en la vida social y arranca los orígenes de un proceso 
de emancipación. Sin embargo, factores sociales, culturales y familia-
res fueron punta de lanza para continuar emprendiendo acciones de 
violencia contra las mujeres. Probablemente las estructuras de poder 
del sistema capitalista influyeron en la caracterización de un profundo 
arraigo cultural y económico que privilegio relaciones de dominación 
del hombre hacia la mujer (Gil Ambrona, A., 2008).
Durante el siglo XIX se observó un cambio sustancial en la so-
ciedad de tipo capitalista: inicio un movimiento emancipador de la 
mujer pues además del derecho al divorcio, se iniciaba una faceta que 
dejaba de lado el concepto de mujer abnegada,

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