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_Anatomia con Orientacion Clinica (1550)

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componen las granulaciones aracnoideas (Corbett et al., 2013).
FUNCIONES DEL LÍQUIDO CEREBROESPINAL
Junto con las meninges y la calvaria, el LCE protege el encéfalo y le proporciona
amortiguación frente a los golpes en la cabeza. El LCE en el espacio subaracnoideo
proporciona la flotabilidad necesaria para evitar que el peso del encéfalo comprima
las raíces de los nervios craneales y los vasos sanguíneos contra la superficie interna
del cráneo. Como el encéfalo es ligeramente más pesado que el LCE, los giros de la
cara basal del encéfalo (v. fig. 8-42) se hallan en contacto con las fosas craneales en
la cavidad craneal cuando el individuo se halla de pie. En muchos lugares de la base
del encéfalo, solamente las meninges craneales se sitúan entre el encéfalo y los
huesos del cráneo. En posición erecta, el LCE se halla en las cisternas subaracnoideas
y en los surcos sobre las porciones superior y lateral del encéfalo; por lo tanto,
normalmente el LCE y la duramadre separan la parte superior del encéfalo de la
calvaria (fig. 8-37 A).
Se producen pequeños cambios, rápidamente recurrentes, en la presión
intracraneal a causa de los latidos cardíacos; otros cambios, también recurrentes
pero lentos, obedecen a causas desconocidas. Ocurren grandes cambios momentáneos
en dicha presión durante la tos y los esfuerzos, así como en los cambios de posición
(erecta frente a supina). Cualquier cambio en el volumen del contenido intracraneal,
por ejemplo un tumor cerebral, una acumulación de líquido ventricular por bloqueo
del acueducto mesencefálico (v. fig. C8-20 B) o la presencia de sangre por rotura de
un aneurisma (abultamiento patológico de una arteria), se refleja en un cambio en la
presión intracraneal. Esta regla se denomina doctrina de Monro-Kellie, según la
cual la cavidad craneal es una caja rígida y cerrada, y cualquier cambio en la cantidad
de sangre en el interior del cráneo sólo puede ocurrir por desplazamiento o reemplazo
del LCE.
Irrigación arterial del encéfalo
Aunque sólo constituye cerca del 2,5% del peso del cuerpo, el encéfalo recibe
aproximadamente la sexta parte del gasto cardíaco y una quinta parte del oxígeno que
consume el organismo en reposo. El aporte sanguíneo al encéfalo proviene de las
arterias carótidas internas y vertebrales (fig. 8-39), cuyas ramas terminales se sitúan
en el espacio subaracnoideo. El drenaje venoso desde el encéfalo se realiza a través
de las venas cerebrales y cerebelosas que drenan en los senos venosos de la
duramadre adyacentes (v. fig. 8-29 A y B). Véase también «Drenaje venoso del
encéfalo», más adelante.
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	8 CABEZA
	Encéfalo
	Irrigación arterial del encéfalo
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