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116 Consenso de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión en relación con el papel de los antagonistas del receptor mineralocorticoide en enfermedad renal crónica Jorge Rico-Fontalvo1,2, Guillermo Álvarez-Estévez3,4, Vicente Sánchez-Polo5,6,7, Eliana Dina-Batlle3,8,9, Eduardo Lorca-Herrera10,11, Claudio Mascheroni12,13, Lourdes C. Vázquez14,15, Guillermo Rosa-Díez12,16, María Raad-Sarabia17,18 y Ricardo Correa-Rotter19,20* 1Asociación Colombiana de Nefrología e Hipertensión Arterial, Bogotá, Colombia; 2Servicio de Nefrología, Nephromedicall IPS, Medellín, Colombia; 3Sociedad Dominicana de Nefrología, Santo Domingo, República Dominicana; 4Programa de Formación en Nefrología, Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT), Santo Domingo, República Dominicana; 5Asociación Guatemalteca de Nefrología, Ciudad de Guatemala, Guatemala; 6Servicio de Nefrología y Trasplante Renal, Hospital General de Enfermedades del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, Guatemala, Guatemala; 7Facultad de Medicina, Universidad de San Carlos, Guatemala, Guatemala; 8Facultad de Medicina, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, Santiago de los Caballeros, República Dominicana; 9Servicio de Nefrología, Hospital Metropolitano de Santiago, Santiago de los Caballeros, República Dominicana; 10Sociedad Chilena de Nefrología, Providencia, Chile; 11Departamento de Medicina Interna Oriente, Facultad de Medicina, Universidad de Chile, Providencia, Chile; 12Sociedad Argentina de Nefrología, Buenos Aires, Argentina; 13Servicio de Nefrología San Pedro, San Pedro, Buenos Aires, Argentina; 14Sociedad Paraguaya de Nefrología, Asunción, Paraguay; 15Departamento de Nefrología, Hospital de Clínicas, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional de Asunción, Asunción, Paraguay; 16Servicio de Nefrología, Hospital Italiano de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina; 17Medicina Interna, Universidad del Sinú, Cartagena, Colombia; 18Epidemiología Clínica, Fundación Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia; 19Instituto Mexicano de Investigaciones Nefrológicas, Ciudad de México, México; 20Departamento de Nefrología y Metabolismo Mineral, Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, Ciudad de México, México ARTÍCULO DE REVISIÓN Resumen La enfermedad renal crónica (ERC) es un grave problema de salud pública en todo el mundo, con una prevalencia esti- mada entre un 11 a 13%. La enfermedad renal diabética (ERD) es responsable de un elevado porcentaje de pacientes con ERC. Desde hace más de 20 años se conoce el papel nefroprotector de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y de los antagonistas del receptor de angiotensina II. Más recientemente, se han desarrollado nuevos fármacos que han demostrado retrasar la ERD. Entre estos resaltan los inhibidores del cotransportador SGLT2, así como los antagonistas del receptor mineralocorticoide (ARM). En la práctica clínica existen disponibles varios ARM, tales como la espironolactona y la eplerenona y más recientemente se ha incorporado a este grupo un antagonista selectivo del receptor no esteroideo la finerenona. El objetivo de este documento es ofrecer recomendaciones, basadas en la literatu- ra disponible, con respecto al uso de los ARM en pacientes con ERC secundaria a diabetes mellitus, así como en ERC de otro origen. Palabras clave: Enfermedad renal crónica (ERC). Enfermedad renal diabética (ERD). Antagonista del receptor mineralocor- ticoide (ARM). Finerenona. Espironolactona. Eplerenona. Hiperpotasemia. *Correspondencia: Ricardo Correa-Rotter E-mail: correarotter@gmail.com Disponible en internet: 19-12-2022 Nefro Latinoam. 2022;19:116-128 www.nefrologialatinoamericana.com Fecha de recepción: 12-11-2022 Fecha de aceptación: 17-11-2022 DOI: 10.24875/NEFRO.22000034 Nefrología Latinoamericana 2444-9032/© 2022 Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión. Publicado por Permanyer. Este es un artículo open access bajo la licencia CC BY-NC-ND (http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/). mailto:correarotter%40gmail.com?subject= www.nefrologialatinoamericana.com http://dx.doi.org/10.24875/NEFRO.22000034 http://crossmark.crossref.org/dialog/?doi=10.24875/NEFRO.22000034&domain=pdf http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/ 117 J. Rico-Fontalvo et al.: Consenso antagonistas del receptor mineralocorticoide Introducción La enfermedad renal crónica (ERC) es un grave pro- blema de salud pública en todo el mundo, con una pre- valencia mundial estimada entre un 11 y 13%. Según el Atlas Mundial de Salud Renal de la Sociedad Internacio- nal de Nefrología (ISN-GKHA), para el año 2021 la pre- valencia media de ERC en América Latina fue del 9.9% (intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 8.75-11.1%)1. Por otro lado, la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) se ha convertido en un problema de salud pública de gran- des proporciones en Latinoamérica; según la Federa- ción Internacional de Diabetes para 2021 existían en Centroamérica y Suramérica alrededor de 33 millones de personas con diagnóstico establecido de DM2, con una prevalencia estimada del 9.5%2, siendo variable en la región misma, con países con prevalencia mucho más elevadas que la referida anteriormente. Una de las complicaciones microvasculares más fre- cuentes de la DM2 es la enfermedad renal diabética (ERD), misma que representa una de las más frecuen- tes causas de ERC terminal en todo el mundo. Aproxi- madamente la mitad de los pacientes con DM2 y hasta un tercio de los pacientes con DM1 desarrollan ERD. Este compromiso renal en la mayoría de pacientes ini- cialmente se manifiesta por albuminuria progresiva y posteriormente, en estadios avanzados se agrega un deterioro progresivo de la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe)3. El tratamiento estándar para la ERD se basa en diver- sas estrategias entre las que se incluyen el lograr un adecuado control glucémico, junto con el tratamiento de otros factores de riesgo tales como la hipertensión arte- rial, la dislipidemia y de forma fundamental incidir en cambios en el estilo de vida, con énfasis en evitar sobre- peso y obesidad, así como el sedentarismo. En cuanto a la terapia farmacológica, esta se basa principalmente en el bloqueo del sistema renina-angiotensina-aldosterona (SRAA) utilizando ya sea un inhibidor de la enzima con- vertidora de angiotensina (IECA) o un antagonista del receptor de angiotensina II (ARA II) y recientemente se han incorporado los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa tipo 2 (iSGLT2), fármacos con acción an- tihiperglucemiante pero fundamentalmente con efecto cardioprotector y nefroprotector, por una diversidad de mecanismos plenamente demostrados en un gran núme- ro de estudios clínicos4-6. A pesar de los avances y evi- dencias descritas, hoy en día existe una importante bre- cha residual de daño renal que permite que un porcentaje significativo de quienes padecen ERD progresen hasta estadios avanzados de la enfermedad, razón por la cual es claramente necesaria la búsqueda de nuevas molécu- las que impacten en la progresión de esta. Desde hace más de una década se ha estudiado el posible beneficio de los antagonistas del receptor mi- neralocorticoide (ARM) como coadyuvantes en el tra- tamiento de ERD. Existe clara evidencia experimental de su potencial beneficio, sin embargo el éxito en in- vestigación clínica ha sido variable y limitado por persistencia de efectos adversos, en particular hiper- potasemia. Más recientemente se han desarrollado nuevas moléculas más seguras y se han evaluado extensamente en diversos ensayos clínicos, mostrando eficacia en retrasar la progresión de la ERD y ofrecer una seguridad apropiada cuando son agregados al uso hoy en día estandarizado y generalizado de un blo- queador del SRAA, ya sea un IECA o un ARA II. A Consensus of the Latin American Society of Nephrology and Hypertension about the role of mineralocorticoid receptor antagonistsin chronic kidney disease Abstract Chronic kidney disease (CKD) is a severe public health problem worldwide, with an estimated global prevalence of 11 to 13%. Diabetes mellitus is responsible for a high percentage of patients with CKD, and diabetic kidney disease (DKD) is a frequent complication in this population. The nephroprotective role of angiotensin-converting enzyme inhibitors and angio- tensin receptor antagonists has been known for more than 20 years. More recently, new drugs have been developed that have been shown to delay DKD. Among these, SGLT2 cotransporter inhibitors and mineralocorticoid receptor antagonists (MRAs) stand out. Several MRAs are available in clinical practice, such as spironolactone and eplerenone, and more recent- ly, a selective non-steroidal receptor antagonist, finerenone, has been incorporated into this group. The objective of this document is to define the recommendations, based on the available literature, regarding the use of MRAs in patients with CKD secondary to diabetes mellitus as well as in CKD of other origins. Keywords: Chronic kidney disease (CKD). Diabetic kidney disease (DKD). Mineralocorticoid receptor antagonist (MRA). Fi- nerenone. Spironolactone. Eplerenone. Hyperkalemia. 118 Nefro Latinoam. 2022;19 El presente documento es un consenso de práctica clínica sobre el uso adecuado de los ARM como tera- pia coadyuvante a la medicación estándar en el mane- jo de la ERC y en especial de la ERD en Latinoamérica y presenta al lector un resumen de la evidencia actual con el uso de los ARM. Alcance y objetivo Objetivo Establecer recomendaciones de un grupo de trabajo de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hiper- tensión Arterial (SLANH) con respecto al uso de los ARM, en pacientes con ERC con especial énfasis en individuos con ERD, basados en la literatura actual y aplicada a la realidad epidemiológica y práctica en nuestra población latinoamericana. Población objeto Pacientes de 18 años o mayores, con diagnóstico de ERC, con especial énfasis en el paciente con ERD y que persistan con albuminuria significativa y evidencia de pro- gresión del deterioro de la TFGe, a pesar de tratamiento a dosis máximas toleradas de IECA o ARA II, y cuando esté indicado tengan además tratamiento con iSGLT2. Aspectos clínicos El documento incluye una revisión breve de la defini- ción, epidemiología y fisiopatología de la ERC y de la ERD, para luego enfatizar en las recomendaciones sobre el uso de ARM en el tratamiento de esta patología. Usuarios Se consideran como usuarios objeto de este documen- to de consenso a médicos generales, especialistas y de- más trabajadores del área de la salud involucrados en la atención de pacientes con ERC diabética y no diabética. Metodología El desarrollo del presente consenso para definir el uso adecuado de ARM como terapia en ERD se llevó a cabo siguiendo una metodología específica propues- ta para la adaptación de recomendaciones a la práctica clínica. Esta metodología incluye el trabajo de un grupo de expertos en la búsqueda sistemática, tamizaje y evaluación de la calidad de evidencia científica publicada en la literatura, para posteriormente proce- der a sintetizar y formular preguntas clínicas de rele- vancia para su aplicación en el contexto local. Una vez definida una serie de preguntas, es- tas circularon entre los expertos, quienes revisaron cui- dadosamente la literatura disponible y prepararon res- puestas individuales a ellas para su posterior sustento ampliado y discusión extensa en reuniones presencia- les en Punta Cana (República Dominicana), dentro del marco del Congreso Dominicano de Nefrología en sep- tiembre del 2022. En esta reunión y con la discusión ampliada, se preparó un borrador inicial, mismo que se trabajó extensamente en forma remota hasta alcanzar un documento final que a juicio de los expertos, ofrecía, desde el seno de la SLANH, recomendaciones basadas en evidencia científica y aplicables a la población lati- noamericana, en relación con el uso de ARM en pa- cientes con ERD y ERC no diabética. El grupo de expertos estuvo conformado por clínicos especialistas en nefrología y medicina interna, con ex- periencia en el manejo de individuos con DM y ERD, además de asesores metodológicos con formación en epidemiología clínica y experiencia en búsqueda siste- mática de la literatura, clasificación de la evidencia, y redacción de consenso de expertos. Revisión de la literatura Para la identificación de la bibliografía pertinente se realizó una búsqueda sistemática en diversas fuentes. La búsqueda estuvo restringida a referencias en idioma español e inglés, sin límites en fecha de publicación. Se realizó búsqueda de la literatura en bases de datos especializadas: Guidelines International Network, Agen- cy for Healthcare Research and Quality/National Gui- delines Clearinghouse, CMA Infobase: Clinical Practice Guidelines, Catálogo de Guías de Práctica Clínica en el Sistema Nacional de Salud, National Institute for Cli- nical Excellence (NICE), Scottish Intercollegiate Guide- lines Network (NICE) y American College of Physicians (ACP). Para la búsqueda en bases de datos se utilizaron las siguientes palabras clave en el idioma inglés, ajustados a los distintos buscadores y con las combinaciones correspondientes: diabetic renal disease, diabetic nephropathy, chronic kidney disease, diabetes mellitus, spironolactone, eplerenone, finerenone, mineralocorti- coid receptor antagonist y sus correspondientes versio- nes en español. La búsqueda se realizó en los siguientes buscadores o bases de datos: PubMed (Medline, Biblioteca del 119 J. Rico-Fontalvo et al.: Consenso antagonistas del receptor mineralocorticoide Congreso de los Estados Unidos), Science Direct, Sco- pus, Embase y Lilacs. El proceso de búsqueda arrojó como resultado 82 publicaciones, mismas que se dis- tribuyeron al grupo y fueron revisadas para no omitir datos relevantes y de aplicación práctica en las reco- mendaciones del presente documento de consenso. Definición, epidemiología y factores de progresión en la enfermedad renal diabética Dentro de las complicaciones microvasculares de la DM, la ERD constituye una de las complicaciones más frecuentes y sin duda grave por sus implicaciones, ocurriendo en aproximadamente el 30 a 40% de los pacientes con DM2 o DM1 y es la causa principal de enfermedad renal terminal en esta población7-9. La ERD constituye un síndrome clínico caracterizado clínicamente por dos hallazgos durante al seguimiento: a) albuminuria persistente (medible de varias maneras, siendo la más aceptada la relación albuminuria/creati- nuria (RAC) en muestra de orina ocasional > 30 mg/g en dos de tres muestras positivas en un intervalo no mayor de 6 meses), y b) disminución progresiva de la TFGe sin otra causa aparente10. En los últimos años se ha clasificado la enfermedad en dos grupos fenotípicos diferentes, los cuales depen- den de la trayectoria en relación con la excreción de albúmina y el deterioro de la TFGe y estas son: el fe- notipo clásico que se caracteriza por el inicio de albu- minuria, la cual aumenta progresivamente y se acom- paña posteriormente del deterioro paulatino y de velocidad variable de la TFGe; y los fenotipos atípicos, siendo el no albuminúrico el más frecuente11. Dentro de los factores de riesgo que se han descrito para la aparición y para la progresión de ERD, desta- can: el sexo, siendo más frecuente en mujeres pero por razones poco claras, con menor progresión a es- tadios avanzados12; el índice de masa corporal, ya que el sobrepeso y la obesidad se asocian la elevada re- sistencia a la insulina que tienen estos pacientes. Ade- más, aquellos pacientes con hipertensión arterial (HTA) mal controlada, raza negra y pobre control glucémico también presentan alto riesgo para el desarrollo de ERD13. En los últimos años se ha agregado información que sugiere que aquellos individuos que presentan eventos de lesiónrenal aguda de repetición tienen mayor riesgo de progresión de la ERC, independiente- mente de su etiología9,14. En la patogénesis y progresión de la ERD se distin- guen tres ejes fundamentales: el hemodinámico, el metabólico y el inflamatorio, este último con importan- cia y evidencia creciente15. Hay múltiples mecanismos convergentes que favorecen la inflamación y el aumen- to del estrés oxidativo que en últimas llevan al daño glomerular y tubular de estos pacientes, y dentro de estos mecanismos es importante resaltar la sobreacti- vación del receptor mineralocorticoide (RM)16. En la ERD se presenta una sobreexpresión del RM y mayor señalización de aldosterona, lo cual genera aumento del factor inflamatorio NF-κB, provocando la estimulación de factores de crecimiento necesarios para la diferenciación y proliferación de fibroblastos y células epiteliales mesangiales y tubulares en el riñón. La aldosterona también induce la síntesis de citocinas profibróticas y causa estrés oxidativo en el riñón llevan- do a deterioro de la TFGe y aumento de la proteinuria. Adicionalmente a lo previamente descrito, la activación del SRAA también tiene un papel muy importante en este proceso patogénico. Por tanto, la aldosterona y la sobreactivación del RM participan en la fisiopatología de la ERD, desde su inicio y en progresión hasta el impacto cardiovascular asociado16. Preguntas y desarrollo de la evidencia Antagonistas del receptor mineralocorticoide (ARM). Aspectos generales ¿Qué son los antagonistas del receptor mineralocorticoide (arm) y cuál es su mecanismo de acción? El bloqueo del SRAA con fármacos como los IECA o los ARA II es una diana terapéutica clave en la re- ducción de la albuminuria en los pacientes con ERD. El bloqueo del SRAA, de acuerdo con guías de prác- tica clínica, debe realizarse con un IECA o un ARA II, ya que su uso combinado tiene riesgo importante de efectos nocivos17 y, por otra parte, el beneficio tera- péutico no parece ser mayor. Es por esto que en las últimas dos décadas se ha buscado afanosamente identificar terapias útiles y complementarias para la atención de la ERC en el enfermo diabético y no dia- bético. Es aquí donde los ARM, que bloquean la ac- ción de aldosterona y otros ligandos se han posicio- nado, avanzando progresivamente con evidencias clínicas y demostrando ser de utilidad para mejorar resultados clínicos en pacientes con ERC, particular- mente asociada a DM. La aldosterona es uno de los componentes del SRAA, secretado por la zona glomerulosa suprarrenal bajo el 120 Nefro Latinoam. 2022;19 estímulo, principalmente, de la angiotensina II y en presencia de hiperpotasemia18. La depleción de volu- men y la liberación de corticotropina son otros estímu- los para la liberación de aldosterona19. La aldosterona se une al RM que se expresa ampliamente en varios segmentos del riñón, como el túbulo contorneado distal, el túbulo conector y el túbulo colector cortical, donde estimula la reabsorción de Na+ y la excreción de K+. Las acciones del RM están mediadas por el canal epitelial luminal de Na+ (ENaC) y las proteínas basolaterales Na+/K+ ATPasa, que son esenciales para el efecto final de la aldosterona. Su estimulación sostenida puede generar HTA. Más allá de su papel fisiológico en la reabsorción renal de sodio y la excreción de potasio, existe amplia evidencia experimental de activación excesiva de los RM en sitios «no clásicos», como el endotelio, las cé- lulas del músculo liso vascular, los cardiomiocitos, las células inflamatorias, los podocitos y fibroblastos, que finalmente pueden participar en el proceso que lleva a lesión tisular20. En el diabético, estos efectos deletéreos de lesión tisular pueden observarse primordialmente en riñones, sistema cardiovascular y sistema nervioso cen- tral21. En tejidos no epiteliales, incluido el miocardio, la aldosterona estimula la inflamación, la fibrosis cardiaca y la hipertrofia, independientemente de sus efectos so- bre la presión arterial, lo que refleja efectos directos crónicamente activados de la aldosterona sobre el corazón. Por otra parte, en el riñón también se observan efectos inflamatorios y profibróticos mediados por al- dosterona, mismos que generan lesión podocitaria y proliferación de células mesangiales, vasoconstricción renal y finalmente proteinuria22. Es claro entonces que los efectos no epiteliales mediados por la aldosterona desempeñan un papel importante en la inflamación, en la lesión vascular, la disfunción endotelial, la fibro- sis de órganos diana, en la reducción de estrés oxi- dativo tisular y en la apoptosis, que culmina en efectos vasoconstrictores generadores de lesión cardiaca y renal directa y por supuesto hipertensión y proteinuria consecuente23,24. El efecto benéfico de los ARM en la reducción de la mortalidad en personas con insuficiencia cardiaca (IC) está bien establecido y su prescripción está fundamen- tada y recomendada en guías internacionales de trata- miento de esta25. Diversos estudios clínicos también han demostrado el beneficio de los ARM en personas con ERC; el uso de estas drogas es de utilidad para inhibir las acciones de la aldosterona a pesar de que los IECA o ARA II disminuyen su concentración indirectamente, ya que en más del 40% de los pacien- tes se observa un fenómeno de «escape de aldostero- na». Por lo anterior, el bloqueo del RM mediante ARM puede ofrecer beneficio renal y cardiaco adicional a los brindados por el bloqueo del SRAA con IECA/ARA II26. Hoy en día contamos en la práctica clínica con tres moléculas antagonistas del RM: la espironolactona, la eplerenona y más recientemente se ha sumado la fine- renona, consideradas sucesivamente de primera, se- gunda y tercera generación. Las características gene- rales, sus diferencias y sus efectos se pueden observar en la tabla 1. La espironolactona se encuentra en uso clínico des- de hace décadas, ya sea sola o en conjunto con diu- réticos tiazídicos o de asa, como agente diurético ahorrador de potasio. Adicionalmente tiene un lugar claro en el manejo del paciente cirrótico y por supues- to en el manejo de la IC. Por otra parte, también se ha demostrado que la espironolactona reduce la ex- creción urinaria de albúmina y la proteinuria (hasta en un 57%)28, y que puede mejorar la hipertrofia ventri- cular izquierda con un efecto antihipertensivo mode- rado, en pacientes con ERC que reciben IECA o ARA II29. También se ha observado, tanto en modelos ex- perimentales como en algunos ensayos clínicos pe- queños, un efecto favorable en la preservación de la función renal24. Sin embargo, los frecuentes efectos indeseables dependientes de la dosis de este fármaco (Tabla 1) han limitado significativamente su uso, sien- do particularmente importante las elevadas frecuencia y magnitud de la hiperpotasemia en pacientes con función renal moderada o reducida, así como los po- tentes efectos antiandrogénicos. A diferencia de la espironolactona, la eplerenona tiene mínima afinidad por los receptores androgénicos, disminuyendo los efectos colaterales relacionados con el eje gonadal pero con similar riesgo en la producción de hiperpo- tasemia, siendo particularmente claro el efecto aditivo sobre esta cuando se asocia a otros inhibidores del SRAA30. Sintéticamente podríamos mencionar que al- gunos metaanálisis han determinado que el agregado de ARM a IECA o ARA II produjeron descenso de la presión arterial (PA) y de la proteinuria, aunque dupli- caron el riesgo de producir hiperpotasemia31. La finerenona, ARM de tercera generación, es un derivado dihidropiridínico no esteroideo más selectivo hacia el RM que otros receptores de esteroides, inclui- dos los receptores de glucocorticoides, andrógenos y de progesterona, en comparación con la espironolacto- na y una mayor afinidad de unión al RM que la eplere- nona (Tabla 1). Fue diseñada en la búsqueda de 121 J. Rico-Fontalvo et al.: Consenso antagonistas del receptor mineralocorticoideTabla 1. Características de los antagonistas del receptor mineracorticoide (ARM) Estructura Espironolactona esteroideo Eplerenona esteroideo Finerenona no esteroideo Metabolitos Profármaco con múltiples metabolitos activos Sin metabolitos activos Sin metabolitos Vida media 12-24 horas 3-6 horas 2-3 horas Distribución Riñón > Corazón > 6:1 Riñón > Corazón 3:1 Equilibrado Riñón > Corazón 1:1 Potencia y selectividad antagonismo RM Alta potencia Baja selectividad Baja potencia Media selectividad Alta potencia Alta selectividad Estructura Prácticamente plano Prácticamente plano Voluminoso Efecto sobre reclutamiento de cofactores en ausencia de aldosterona Agonista parcial Agonista parcial Agonista inverso Efecto sobre reclutamiento de cofactores en presencia de aldosterona Inhibición reclutamiento de cofactores Inhibición reclutamiento de cofactores Bloqueo unión cofactores a RM Eficacia Gran reducción de presión arterial Efecto moderado sobre proteinuria y reducción de daño renal Gran reducción de presión arterial Efecto moderado sobre proteinuria y reducción de daño renal Efecto modesto sobre la presión arterial Efecto potente sobre proteinuria y reducción de daño renal Seguridad Riesgo elevado de hiperpotasemia Hormonales (ginecomastia, irregularidades menstruales) Riesgo elevado de hiperpotasemia Riesgo moderado de hiperpotasemia RM: receptor mineralocorticoide. Adaptada de Górriz JL et al., 202227. potenciar los efectos beneficiosos ya demostrados con los ARM, pero con un perfil de efectos adversos más favorable dada su selectividad específica sobre el RM32. Estudios experimentales han demostrado que la fine- renona se distribuye en tejido renal y cardiaco de la rata y que posee un mayor potencial de protección renal en comparación con los ARM esteroideos. Por ejemplo, en un modelo de roedores de insuficiencia renal inducida por hiperaldosteronismo con acetato de desoxicorticos- terona, dosis natriuréticas equivalentes de finerenona (1 a 10 mg/kg) redujeron la proteinuria y la lesión glo- merular y tubular más que la eplerenona (30 a 100 mg/ kg). Esto se confirmó en un estudio realizado con un modelo de ratas hipertensas, donde la finerenona, pero no la eplerenona o la espironolactona, redujo la excre- ción urinaria de proteínas y el daño renal estructural33. Estos resultados promisorios en modelos de experi- mentación animal permitieron el desarrollo de las fases de investigación clínica en humanos. En resumen, el desarrollo de finerenona, un ARM no esteroideo de tercera generación y con mayor selecti- vidad y afinidad por RM, ha abierto una nueva ruta en el manejo de la enfermedad cardiorrenal con un perfil de efectos adversos más favorable al observado con espironolactona y eplerenona. ¿cuáles son los arm Que están disponibles en la práctica clínica en latinoamérica? Como se ha mencionado previamente, actualmente tenemos disponibles tres medicamentos pertenecien- tes a este grupo de fármacos: dos ARM esteroideos que son espironolactona y eplerenona y un ARM no esteroideo selectivo: finerenona. Se encuentran en estudio otros ARM selectivos como apararenona, canrenona y esaxerenona, este último aprobado recientemente en Japón para su uso en pacientes con ERC e HTA34. 122 Nefro Latinoam. 2022;19 Uso de ARM esteroideos: espironolactona y eplerenona ¿cuál es la indicación para uso de espironolactona o eplerenona en pacientes diabéticos? Los ARM esteroideos están indicados en el paciente diabético para el tratamiento complementario de la HTA, así como en aquellos con indicaciones cardiovas- culares específicas, como en el caso de IC con frac- ción de eyección reducida, presente frecuentemente en individuos con ERD35. El uso de estos fármacos está generalmente indicado con buen margen de seguridad en estadios tempranos de la ERC (KDIGO 1 a 3a), en virtud de que en etapas más avanzadas de insuficiencia renal su administración presenta un elevado riesgo de inducción de hiperpotase- mia. Sin embargo, en el caso de espironolactona otro li- mitante relevante, particularmente en sujetos del sexo masculino, es la frecuente inducción de ginecomastia36. En cuanto al tratamiento de la ERD, más allá de su efecto antihipertensivo conocido, los ARM esteroideos no tienen indicación actual basada en evidencia clínica científica, para el tratamiento específico de la progresión de la ERD, aun cuando en algunas publicaciones se han recomendado como terapia coadyuvante al IECA o ARA II. Hoy en día no existe evidencia clínica que soporte su uso en la indicación de retraso del deterioro de la fun- ción renal, ya sea en monoterapia o conjuntamente con bloqueadores del SRAA en el paciente con ERD. ¿cuál es el nivel sérico de potasio seguro para iniciar espironolactona o eplerenona en pacientes con erc y erd y Qué tan frecuentemente se deben vigilar los niveles de potasio sérico en estos individuos? La hiperpotasemia es la complicación de mayor ries- go asociada al uso de ARM esteroideos, siendo más común con la espironolactona, por lo que es funda- mental considerar el control de los valores séricos de este electrolito no solamente al momento de inicio de la medicación, sino también durante el seguimiento, en quienes han iniciado el fármaco y tienen posibilidad significativa de elevación de los niveles de potasio sé- rico. El perfil de seguridad en cuanto a hiperpotasemia depende del nivel de función renal en el paciente, es decir de la TFGe al tiempo de la prescripción; sin em- bargo, la diversidad de enfermedades renales condi- cionantes de ERC avanzada hace que el nivel de po- tasio y su riesgo de elevación sea diferente entre un paciente y otro. Por ejemplo, los pacientes con ERC secundaria a enfermedad tubulointersticial crónica ge- neralmente no presentan hiperpotasemia con el uso de ARM y si lo hacen es tardíamente. Lo anterior obliga a la indicación individualizada de estos fármacos tenien- do en cuenta la situación clínica del paciente, existien- do algunos individuos seleccionados con estadios avanzados de ERC (3b y 4) en los que pueden usarse con seguridad. La evidencia científica actual recomienda iniciar ARM esteroideo con un potasio sérico máximo de 5.0 mEq/l, cuando la función renal se encuentra parcial- mente conservada (grado 1 a 3a) y esto es particular- mente aplicable en ERD. En estadios más avanzados se debe ser más cauto, limitando su uso en individuos con alto riesgo de hiperpotasemia, como es el caso de la ERD. En aquellos pacientes con ERC y con un ries- go relativamente mayor de desarrollar hiperpotasemia sugerimos iniciar con valores máximos de 4.5 mEq/l. Por encima de estos valores, en pacientes con esta- dios 3b y 4 de ERC recomendamos no iniciar los ARM esteroideos. En el paciente diabético con ERC relativamente tem- prana (estadios KDIGO 2 y 3a) se recomienda contar con un valor de potasio sérico antes de iniciar el trata- miento con un ARM esteroideo y si existe clínicamente riesgo de elevación significativa después de su inicio deben monitorizarse sus niveles, en general, una a dos semanas después del inicio del fármaco. Una vez ini- ciado el ARM esteroideo, el seguimiento de los niveles séricos de potasio debe realizarse de acuerdo con la TFGe basal del paciente. ¿cuáles son las contraindicaciones en pacientes con erd para el uso de arm esteroideos (espironolactona o eplerenona)? Las contraindicaciones y las situaciones de riesgo de efectos colaterales descritas en la literatura con mayor frecuencia son: - La presencia de hiperpotasemia persistente o de difícil control es contraindicación absoluta para uso de espironolactona y eplerenona. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que, en algunos casos, después de implementar medidas para reducción de potasio sérico, incluyendo recomendaciones dietarias y far- macológicas (diuréticos tiazídicos o de asa y en al- gunos casos la adición de quelantes intestinales de potasio), la contraindicaciónpodría ser relativa y usarse bajo vigilancia estrecha si se consideran in- dispensables para la atención del paciente, por 123 J. Rico-Fontalvo et al.: Consenso antagonistas del receptor mineralocorticoide ejemplo, en ausencia de disponibilidad de un ARM no esteroideo y con IC que lo requiriese. Hoy en día contamos con nuevos medicamentos como el patiro- mer o el ciclosilicato de sodio y zirconio, útiles en el manejo crónico de la hiperpotasemia, que pudieran ser terapia adyuvante si fuese indicado el uso del ARM ante riesgo de hiperpotasemia. Sin embargo, siempre sería conveniente su sustitución por un ARM no esteroideo como finerenona, con bajo potencial de condicionamiento de hiperpotasemia. - Una TFGe por debajo de 30 ml/min en general es una contraindicación al uso de ARM esteroideos y en algunos pacientes incluso por debajo de 45 ml/min. Sin embargo, como se comentó anteriormente, exis- ten excepciones como es el caso del paciente con ERC avanzada con enfermedad tubulointersticial pri- maria o preponderante que infrecuentemente desa- rrollan hiperpotasemia y en quienes se podría usar con seguridad. - El uso de antiinflamatorios no esteroideos en pacien- tes con ERC en tratamiento con ARM esteroideo es una combinación potencialmente riesgosa y su uso, si bien de por sí riesgoso y en la mayoría de los ca- sos contraindicado en ERC, en estos casos el riesgo de hiperpotasemia se potencia y por ende deben evitarse en la medida de lo posible. - Antecedentes de reacción anafiláctica a los ARM. - La inducción de ginecomastia en hombres se pre- senta en un porcentaje relativamente elevado de pacientes y constituye, más que una contraindica- ción en sí misma, una causa de abandono del tratamiento. Uso de ARM no esteroideos: finerenona ¿cuál es la evidencia clínica actual Que soporta el uso del arm no esteroideo finerenona en pacientes con erd? La finerenona es un antagonista no esteroideo se- lectivo con una alta afinidad por el RM y que ha de- mostrado reducción de la inflamación y de la fibrosis en modelos animales. Como fue revisado recientemen- te, la finerenona disminuye la proteinuria en pacientes con ERC37. En el estudio clínico ARTS (Mineralocorti- coid Receptor Antagonist Tolerability Study), que in- cluyó más de 2,000 pacientes, se evaluó la seguridad y eficacia de la finerenona en pacientes con DM2 y albuminuria, en tratamiento con IECA o ARA II y se encontró que la finerenona mejoraba significativamente la albuminuria en comparación con placebo27. Sin lugar a duda, los ensayos FIDELIO-DKD y FIGA- RO-DKD constituyen los dos grandes estudios clínicos que más evidencia han aportado sobre los beneficios renales y cardiovasculares de finerenona en pacientes con ERD38-40. Los pacientes elegibles en estos estudios eran adul- tos mayores de 18 años con DM2 y ERD albuminúrica en tratamiento con dosis máxima tolerada de IECA o ARA II y niveles de potasio < 4.8 mEq/l. En el estudio FIDELIO-DKD participaron 5,734 pa- cientes con ERD albuminúrica definida así: RAC entre 30-300 mg/g y TFGe entre 25 y 60 ml/min o RAC entre 300-5,000 mg/g y TFGe entre 25 y 75 ml/min. El des- enlace primario compuesto principal evaluado fue: tiempo a insuficiencia renal, disminución sostenida de ≥ 40% de TFGe desde la línea de base o muerte renal. Tras un seguimiento promedio de 2.6 años, los pacien- tes intervenidos con finerenona presentaron una reduc- ción significativa del 18% del desenlace compuesto primario renal comparado con placebo. Adicionalmente los pacientes intervenidos con finerenona tuvieron un menor riesgo de frecuencia del desenlace secundario cardiovascular, definido como muerte de causa cardio- vascular, infarto agudo de miocardio (IAM) no fatal, accidente cerebro vascular (ACV) no fatal y hospitali- zación por IC (14 vs. 14.8%; hazard ratio [HR]: 0.86; IC95%: 0.75-0.99; p = 0.03) con un número necesario que tratar (NNT) de 42 casos en tres años. Resultados exploratorios mostraron a finerenona con una mayor reducción de RAC a los cuatro meses comparado con placebo (HR: 0.69; IC95%: 0.66-0.71), resultado que se mantuvo durante todo el estudio. La incidencia de hi- perpotasemia grave fue mayor en el grupo de finere- nona (1.6 vs, 0.4%), pero hubo pocos casos que lleva- ran a la suspensión del tratamiento y no se presentaron casos de muerte por este efecto. En el estudio FIGARO-DKD se incluyeron un total de 7,437 pacientes. El punto primario compuesto fue un objetivo cardiovascular (que representó el punto secun- dario en FIDELIO-DKD definido por la incidencia de muerte de causa cardiovascular, IAM no fatal, ACV no fatal y hospitalización por IC, el cual fue significativa- mente más bajo en el grupo de finerenona vs. placebo (12.4 vs. 14.2%; HR: 0.87; IC95%: 0.76-0.98; p = 0.03) con un NNT de 47. La incidencia de enfermedad renal terminal (objetivo secundario) fue menor con finereno- na y ocurrió en 32 pacientes vs. 49 en el grupo placebo (0.9% vs. 1.3%, HR 0.64, IC 0.4 a 0.955), la reducción de la albuminuria (objetivo secundario) también fue un 32% mayor en el grupo de finerenona. 124 Nefro Latinoam. 2022;19 La evidencia combinada más sólida del uso de fine- renona en ERD es, quizás, FIDELITY41, un análisis preespecificado de los datos del total de ambos estu- dios FIDELIO-DKD y FIGARO-DKD que en conjunto reunieron 13,171 pacientes evaluando los desenlaces de eficacia durante un periodo de seguimiento de tres años. Se observó que el uso de finerenona redujo de forma significativa el desenlace primario cardiovascular (12.7 vs. 14.4%; HR: 0.86 [IC95%: 0.78-0.95]; p = 0.0018) con un NNT de 46. Para el desenlace renal, la finere- nona redujo el riesgo de descenso de TFGe ≥ 57% en un 23% en relación con el placebo, con una diferencia estadísticamente significativa entre los subgrupos ana- lizados (5.5 vs. 7.1%; HR: 0.77 [IC95%: 0.67-0.88]; p = 0.0002) y con un NNT de 60. En resumen, la fine- renona retardó la progresión de la enfermedad renal y disminuyó el riesgo de eventos cardiovasculares. En cuanto a eventos adversos y ocurrencia de hiperpota- semia, se presentaron más eventos en el grupo de finerenona vs. placebo con una frecuencia de hiperpo- tasemia del 14% para finerenona vs. 6.9% placebo (HR: 0.86; IC95%: 0.78-0.95; p = 0.0018); sin embargo, la hiperpotasemia que llevó a suspensión del medica- mento fue del 1.7% para finerenona vs. 0.6% en el grupo placebo. No se informaron casos de mortalidad directamente asociados a hiperpotasemia en ninguno de los estudios. En conclusión, los estudios clínicos con finerenona han demostrado que este fármaco ayuda a disminuir el riesgo residual de progresión a ERC avanzada, en virtud de que retrasa su progresión y reduce albuminuria en pacientes con ERD con fenotipo albuminúrico42. ¿de acuerdo con la evidencia clínica actual, Qué paciente es el indicado para considerar el inicio de finerenona en erd? El manejo de los pacientes con ERD debe ser inte- gral, con recomendaciones de modificaciones de estilo de vida como terapia de primera línea en conjunto con el bloqueo del SRAA (IECA o ARA II), metformina en caso de tener TFGe mayor a 30 ml/min, e iSGLT2 con TFGe mayor a 20 ml/min. En caso de ser necesario algún otro hipoglucemiante, agregar el apropiado para la función renal, siendo los agonistas del receptor de GLP1 (AR-GLP1) la siguiente elección y en caso de indicación, empleo de estatinas43. El uso de finerenona está indicado en paciente adul- tos mayores de 18 años con diagnóstico de DM2 y ERD con fenotipo albuminúrico de alto o muy alto riesgo cardiovascular en quienes, a pesar del uso a dosis máxima tolerable de IECA/ARA II como tratamiento de primera línea de ERD no se logra controlar la albumi- nuria. Teniendo en cuenta la evidencia clínica actual, se recomienda iniciar finerenona guiada por la condi- ción clínica del paciente siempre considerando la TFGe, los niveles de potasio sérico y los antecedentes personales44. Los pacientesque inicien tratamiento con finerenona deben estar estables en cuanto a su función renal con TFG mayor de 25 ml/min/1.73 m2, albuminuria > de 30 mg/g y potasio sérico con niveles ≤ a 5 mEq/l. Es de destacar que los resultados observados en los ensayos clínicos con finerenona se presentaron en el contexto de terapia médica estándar titulada a dosis máximas toleradas con al menos un agente bloqueador del SRAA como IECA o ARA II y que un porcentaje, no el total, de los pacientes recibía adicionalmente manejo antiglucémico con iSGLT2 o AR-GLP1. Lo an- terior nos permite concluir que el uso de finerenona en adición al bloqueo SRAA, independientemente del uso concomitante de iSGLT2 o AR-GLP1 como medicación hipoglucemiante, disminuye el efecto de escape de aldosterona que puede existir en los pacientes diabé- ticos, reduciendo la progresión de la ERD y la albumi- nuria con adecuado impacto sobre el riesgo residual y un buen perfil de seguridad incluyendo el bajo riesgo de hiperpotasemia. Ante el surgimiento en un periodo corto de tiempo de los iSLGT2 y los ARM no esteroideos como dos clases terapéuticas efectivas, pero con distinto meca- nismo de acción para ERD, no existe evidencia cientí- fica suficiente que sustente cuál de los dos debe ser utilizado primero o si pueden utilizarse de forma simul- tánea desde el inicio de la terapia. Las guías actuales de práctica clínica recomiendan una primera línea de tratamiento con bloqueo del SRAA (IECA o ARA II) e iSGLT2, en virtud de que estos fueron aprobados an- tes, y en la segunda línea terapéutica en caso de per- sistencia de albuminuria agregar finerenona43. Es importante tener en cuenta las normas regulato- rias de cada país, con respecto al uso de estos nuevos medicamentos (iSGLT2, AR-GLP1 y finerenona). ¿cómo se ajusta la dosis de finerenona según la tfge? El uso de finerenona en ERD va directamente rela- cionado con la función renal y se debe comenzar en pacientes estables con TFGe mayor o igual de 25 ml/min/1.73 m2. 125 J. Rico-Fontalvo et al.: Consenso antagonistas del receptor mineralocorticoide Si el paciente tiene TFGe entre 25 y 60 ml/min/1.73 m2, se debe iniciar a dosis de 10 mg/día. Se debe evaluar el potasio sérico a las cuatro semanas y de acuerdo con el valor de este se decide continuar con igual do- sis, aumentar dosis a 20 mg/día o suspenderlo. Si la TFGe es mayor de 60 ml/min/1.73 m2, se co- mienza con dosis de 20 mg/día. Si la TFG es menor de 25 ml/min/1.73 m2 o si el pa- ciente no tiene albuminuria, hasta el momento actual y con la evidencia disponible, no tiene indicación para su uso (Fig. 1)43,45. ¿cuál sería el nivel de potasio seguro para iniciar finerenona y Qué tan frecuente se deben medir los niveles de potasio sérico? Los niveles seguros de potasio sérico para iniciar fine- renona son potasemias que no superen los 5 mEq/l37. ¿cómo debe ser el manejo de la hiperpotasemia asociada al uso de finerenona? El tratamiento de la hiperpotasemia por finerenona es igual al tratamiento estándar de la hiperpotasemia por otra causa y de acuerdo con los niveles de potasio sérico y a las manifestaciones clínicas una vez docu- mentada la hiperpotasemia46. Si la hiperpotasemia es > 5.5 mEq/l se debe suspen- der el fármaco hasta su corrección. Esta suspensión puede ser temporal o permanente de acuerdo con la etiología de la hiperpotasemia, la TFGe, las comorbilida- des asociadas (evaluar riesgo-beneficio), la respuesta terapéutica y la disponibilidad en cada país de tener me- dicamentos específicos para el manejo de la hiperpota- semia crónica. Se sugiere individualizar a los pacientes. Las opciones de tratamiento para manejar la hiperpo- tasemia son las mismas que se comentaron con el uso de espironolactona y eplerenona, aclarando nuevamen- te que la finerenona produce menos hiperpotasemia. En hiperpotasemia crónica, la utilización de fármacos como diuréticos, resinas de intercambio iónico y más recientemente el ciclosilicato de sodio y zirconio y el patiromer, están indicados con niveles de potasio > 5.5 mEq/l47,48. En resumen, se recomienda mantener en los pacien- tes las terapias con beneficios cardiorrenales y si se presenta como evento adverso asociado hiperpotasemia, esta se debería tratar de acuerdo con lo descrito. ARM en situaciones especiales ¿cuál es la utilidad de arm en pacientes con erc no diabética? Actualmente no hay evidencia contundente del uso de finerenona en la ERC de etiología no diabética, sin embargo, se está llevando a cabo el estudio FIND-CKD (Clinicaltrials.gov identificador NCT05047263), el cual tendrá como objetivo primario evaluar finerenona en progresión de enfermedad renal en paciente adultos con ERC (diabética y no diabética) con albuminuria49. De igual forma, otro estudio que se encuentra en desarrollo es el estudio FIONA, un estudio multicéntri- co, aleatorizado, que evalúa eficacia y seguridad en niños con ERC y proteinuria, desde los 6 meses hasta los 18 años de edad. La etiología de la ERC es glomerular y no glomerular (EudraCT number 2021-002071-19). Es sin embargo importante recordar la coexistencia de la ERC y una diversidad de patologías en el área cardiovascular, mismas que indicarían el uso de fine- renona, como se demostró claramente en el estudio FIGARO-DKD, siempre y cuando la función renal sea superior a 25 ml/min de TFGe y no exista contraindi- cación o efecto adverso en su uso. ¿cuál es la utilidad de arm en pacientes con erd no albuminúrica? No existe evidencia clínica contundente que soporte el uso de ARM en ERD con fenotipo no albuminúrico49. ¿cuál es la utilidad de arm en pacientes con dm1 y erd? Hasta la fecha, no existe evidencia clínica contundente que apoye el uso de ARM en ERD y DMT1, sin embargo, se espera que sea generada en tiempos próximos. ¿cuál es la utilidad de arm en pacientes con trasplante renal? No existe evidencia clínica contundente que soporte el uso de ARM en trasplante renal hasta el momento actual. ¿cuál es la utilidad de arm en el paciente en diálisis? El uso de ARM en enfermos con ERC tratados con diálisis es relevante, dado que en estos pacientes se 126 Nefro Latinoam. 2022;19 ha demostrado una asociación entre valores plasmáti- cos de aldosterona y mortalidad, incluyendo muerte súbita. Un ejemplo es el estudio DOHAS (Dialysis Out- comes Heart failure Aldactone Study), en el que 309 sujetos en hemodiálisis (HD) se asignaron de forma aleatoria a 25 mg/día de espironolactona o a terapia convencional. Tras tres años se observó una reducción importante de mortalidad o ingreso por eventos cardio- vasculares (HR: 0.40; IC95%: 0.20-0.80; p = 0.017) en el grupo de espironolactona. Un 1.9% de los sujetos tratados con espironolactona presentó hiperpotasemia grave y un 10.2%, ginecomastia o mastodinia50. Resultados similares describió un metaanálisis que incluyó a pacientes en HD y en diálisis peritoneal en los que se comparó el efecto de antagonistas de al- dosterona frente a placebo o terapia convencional. En ellos es destacable la gran reducción de eventos car- diovasculares y de mortalidad total conseguidos por los antagonistas de la aldosterona en pacientes con ERC en diálisis si los comparamos con los observados en sujetos con ERC que no están en diálisis51. Sin embar- go hay que tener en cuenta las limitaciones de los estudios incluidos (un diseño abierto de algunos, es- caso número de pacientes, un seguimiento corto, po- cos eventos de mortalidad cardiovascular, así como mucha variabilidad del riesgo relativo demostrada por análisis de sensibilidad). Todo ello permite afirmar que actualmente no hay una evidencia definitiva del bene- ficio de los antagonistas del RM en pacientes en diálisis. Conclusiones En los últimos años se han logrado avances extraor- dinarios en el tratamiento de la ERC mediante el uso de los iSGLT2 con amplia cardioprotección y nefropro- tección y otros estudios se encuentran en progresión para demostrar elbeneficio de los AR-GLP1 para ne- froprotección, mismos que en estudios con objetivos cardiovasculares primarios han demostrado reducción Enfermedad renal diabética Bloqueadores de SRAA TFGe ≥ 25 ml/min + Albuminuria ≥ 30 mg/g No iniciar finerenona si TFGe ≤ 25 ml/min Niveles de potasio (K) sérico TFGe ≥ 60 ml/min + K ≤ 5 mEq/l TFGe 25 - 59 ml/min + K ≤ 5 mEq/l No iniciar finerenona si K > 5 mEq/l Finerenona 20 mg VO una vez al día Finerenona 10 mg VO una vez al día Monitorizar potasio sérico 4 semanas después de inicio de finerenona o de ajuste de dosis Continuar monitorización periódica de potasio sérico Potasio sérico ≤ 4.8 mEq/l Titular dosis de finerenona hasta alcanzar 20 mg una vez al día Potasio sérico > 4.8 mEq/l pero ≤ 5.5 mEq/l Continuar dosis de finerenona instaurada Potasio sérico > 5.5 mEq/l Suspender dosis de finerenona. Monitorizar niveles de potasio Una vez se alcance valores ≤ 5 mEq/l iniciar finerenona a dosis de 10 mg al día Figura 1. Seguimiento de los niveles de potasio sérico según la tasa de filtrado glomerular estimada (TFGe) en pacientes con finerenona (adaptada de ficha técnica de finerenona45). SRAA: sistema renina-angiotensina-aldosterona; VO: vía oral. 127 J. Rico-Fontalvo et al.: Consenso antagonistas del receptor mineralocorticoide en la progresión de albuminuria a proteinuria franca y en la disminución de las tasas de hospitalización por IC y de la mortalidad cardiovascular. La adición reciente de finerenona, un ARM no este- roideo y con mayor especificidad por RM, ha sumado también importantes beneficios en cuanto a opciones para retrasar la progresión de la ERD e igualmente demostrando reducción de riesgos cardiovasculares en pacientes con DM2. Este ARM no esteroideo ofrece adicionalmente un mejor perfil de efectos colaterales que los ARM de primera y segunda generación. El presente consenso de la SLANH intentó aclarar algunos de los aspectos más relevantes en cuanto al uso de este nuevo ARM mediante la respuesta a una lista de interrogantes con trascendencia clínica. Muchos aspectos quedan aún por ser aclarados en cuanto a los posibles efectos aditivos proporcionados por la combinación de estas drogas innovadoras (iS- GLT2 más finerenona), así como sus efectos a largo plazo y su uso en población con ERC no diabética, con y sin proteinuria. Nuevos estudios clínicos serán nece- sarios para tener las respuestas adecuadas a estos y otros interrogantes. Agradecimientos Los autores agradecen todas aquellas personas que de una u otra forma contribuyeron con su aporte y conocimientos a la redacción de esta revisión bibliográfica. Conflicto de intereses Jorge Rico Fontalvo declara que ha recibido honora- rios por conferencias para Astra Zeneca, Boehringer Ingelheim, Novo Nordisk, Lilly, Sanofi, Novartis, Abbvie, Merck y Bayer. Ha participado en Advisory Board con AZ, Boehringer Ingelheim, Bayer y Novo Nordisk. Gui- llermo Álvarez Estévez ha recibido honorarios por con- ferencias para Astra Zeneca Baxter, Abbvie y Novartis. Vicente Sánchez Polo ha recibido honorarios por confe- rencias para Astra Zeneca, Janssen, Novartis, Asofar- ma, Abbvie, Iclos. Además es investigador de Astellas, Novartis, Aurinia y Sanofi. Eliana Dina-Batlle ha recibido honorarios por conferencias para Astra Zeneca, Novar- tis, Baxter, Sanofi. Además, ha recibido honorarios por estudios clínicos con Astellas y Aurinia. Eduardo Lor- ca-Herrera ha recibido honorarios por conferencias para AstraZeneca, Boheringer Ingellheim, Novo Nordisk, No- vartis, Servier, Bayer, Merck,Axon Pharma y Lilly. Ha participado en Advisory Board con Astra Zeneca, Boheringer Ingellheim, Novo, Nordisk, Bayer, Axon Pharma y es investigador de Tricidia. Claudio Masche- roni ha recibido honorarios por conferencias para labo- ratorios Amgen, Boehringer Ingelheim y Novartis. Ricar- do Correa-Rotter ha recibido honorarios como miembro del comité ejecutivo de DAPA-CKD, SONAR y FINE-REAL y es Lider nacional de FLOW y ASCEND. Además es investigador de proyectos auspiciados por NovoNordisk, Boehringer Ingelheim, GSK, Pfizer y es conferenciante para AstraZeneca, Boehringer Ingel- heim, Takeda, Amgen, Abbvie, Sanofi, Synton. Los de- más autores declaran no tener conflicto de intereses. Financiamiento Este consenso se hizo con recursos provenientes de un donativo no restringido otorgado por laboratorios Bayer y por fondos propios de la Sociedad Latinoame- ricana de Nefrología e Hipertensión (SLANH). Responsabilidades éticas Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realiza- do experimentos en seres humanos ni en animales. Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Derecho a la privacidad y consentimiento infor- mado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Bibliografía 1. Wainstein M, Bello AK, Jha V, Harris DCH, Levin A, Gonzalez-Bedat MC, et al. International Society of Nephrology Global Kidney Health Atlas: structures, organization, and services for the management of kidney failure in Latin America. Kidney Int Suppl (2011). 2011;11(2): e35-e46. 2. International Diabetes Federation. Five questions on the IDF Diabetes Atlas. Diabetes Res Clin Pract. 2013;102(2):147-8. 3. Rico-Fontalvo JM, Lopera J, Montejo J, Daza R, de la Espriella V, Yama E, et al. Guía de práctica clínica para la enfermedad renal diabé- tica. Rev Colom Nefrol. 2021;8(2):1-56. 4. Kidney Disease: Improving Global Outcomes Diabetes Work Group. KDI- GO 2020 Clinical Practice Guideline for Diabetes Management in Chronic Kidney Disease. Kidney Int. 2020;98(4S):S1-S115. 5. 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