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Informe Trypanosoma cruzi

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UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA 
FACULTAD DE CIENCIAS VETERINARIAS 
ESCUELA DE MEDICINA VETERINARIA 
ASIGNATURA INMUNOLOGÍA 
 
 
 
 
 
 
RESPUESTA INMNITARIA CONTRA PARASITOS 
Protozoos en la sangre: Trypanosoma cruzi (chagas) 
 
 
 
 
 
 
 
Profa: Eva Velásquez 
 
 
 
INTEGRANTES 
Deibis María V. V-18.858.913 
Duarte Adriana V-26.978.685 
García Diógenes V-27.536529 
Marino Alejandra V-27.246.952 
Martínez Norayma V-27.453.674 
 
 
 
 
 
 
Maracay, Marzo 2023 
1. DEFINICIÓN DEL PARASITO DE ESTUDIO 
Trypanosoma cruzi es un protozoario flagelado digenético, el cual pertenece 
al género Trypanosoma, de la clase Kinetoplastea, familia Trypanosomatidae, 
orden Kinetoplastida y subgénero Schizotrypanum. Se le describe como un 
parasito intracelular, cuyo ciclo involucra vertebrados (humanos, zarigüeyas, 
armadillos, ratas, mapaches, perros por mencionar algunos reservorios) e 
invertebrados (insectos Triatominae o vichuca) que suelen habitar en América 
Central y del Sur. 
A su vez, puede ser transmitido por la ingesta de zumo de caña de azúcar 
o alimentos contaminados con las heces de triatominos infestados, aunque 
esta forma es menos frecuente. Otras formas serian la transparentaría, 
trasfusiones sanguíneas y trasplanté de órganos. El parasito tripanosomas se 
encuentra en la sangre de mamíferos en su estadio de tripomastigotos con 
forma alargada y madura, es en esta etapa de epimastigo en multiplicación 
que se procede a la formación de los tripomastigos infecciosos del 
intermediario hospedador. [1] [2] 
 
2. TAXONOMÍA 
 Reino: Protista. 
 Filo: Euglenozoa. 
 Clase: Kinetoplastea. 
 Orden: Trypanosomatida. 
 Familia: Trypanomatidae. 
 Género: Trypanosoma. 
 Especie: Tripanosoma cruzi [1] 
 
 
3. CICLO DE VIDA 
El triatomino ingiere los tripomastigotes sanguíneos al alimentarse de la 
sangre de un hospedador infectado, posteriormente se transformarán en 
epimastigotes en el intestino medio y se dividirán mediante fisión binaria, para 
después migrar al intestino posterior, donde se transforman finalmente en 
tripomastigotes metacíclicos (formas infectivas que presentan alta movilidad). 
Este proceso tarda alrededor de unas 2 a 4 semanas. 
Los tripomastigotes no ingresan al hospedador por la picadura dejada por 
el triatomino al alimentarse, sino por el efecto mecánico que se realiza el 
hospedador al rascarse la lesión, arrastrando de esta forma las heces que deja 
el insecto al alimentarse, las cuales son las que contienen al parasito y las que 
realmente ocasionan la infección. 
De esta manera, al ingresar en el nuevo hospedero, el parásito invade 
macrófagos tisulares en el sitio de entrada, ingresando en ellos por fagocitosis 
y transformándose intracelularmente en amastigote dentro del fagolisosoma. 
Posteriormente, la forma replicativa, que lisa el fagolisosoma se divide en el 
citoplasma de la célula infectada, mediante fisión binaria y da origen a 
centenares de amastigotes. Cabe destacar, que T. Cruzi posee encimas 
especializadas que lo protegen de los radicales libres en el fagolisosoma y lo 
ayudan a lisar al mismo. 
Las formas extracelulares no divisibles vuelven al torrente sanguíneo para 
invadir nuevas células y su velocidad de replicación hace que en solo 12 horas, 
se haya duplicado la carga parasitaria inicial. El período de replicación del 
parásito, puede durar de 4 a 5 días. A su vez, se conoce que T.cruzi presenta 
alto tropismo por células nucleadas, como las del sistema retículo endotelial, 
músculo esquelético, miocardio, sistema nervioso y células epiteliales. 
Por otro lado, cuando el triatomino infectado con T. Cruzi pica a un canino 
para alimentarse de su sangre, el huésped excreta en sus heces los 
tripomastigotes metacíclicos infectivos. Cabe destacar, que las especies de 
triatominos que presentan defecación tardía tras alimentarse, tienen menos 
probabilidades de transmitir la enfermedad de Chagas que las que defecan 
inmediatamente después de alimentarse. 
En los perros, el período de incubación de T. Cruzi oscila en un amplio rango 
de 5 a 42 días. La fase aguda de la enfermedad dura entre 10 a 30 días, más 
sin embargo puede extenderse un poco más. Además, puede haber un 
período de latencia o fase indeterminada en la que el paciente puede no 
presentar signos clínicos. [3] 
4. PATOGÉNESIS 
Los trypomastigotes circulantes de T. cruzi con tropismo cardiaco, infectan 
principalmente el miocardio, pero también puede ocurrir en tejido nervioso, 
linfático, hepático, esplénico, gastrointestinal y adrenal. Una vez dentro de las 
células cardíacas, los trypomastigotes se transforman nuevamente en 
amastigotes, los cuales pueden formar pseudo-quistes, donde las excretas de 
los amastigotes causan daño tóxico en el hospedero, lo cual produce una 
respuesta inmunomediada que provoca degeneración del tejido cardíaco y 
sustitución de este por fibras de colágeno. 
Los trypomastigotes pueden detectarse en frotis sanguíneos tan temprano 
como a los 3 días post-infección y a los 14 días llegan a los tejidos 
transformándose en amastigotes; La parasitemia alcanza su pico a los 17 días 
y disminuye al momento en que la respuesta humoral y celular del hospedero 
aumenta, es entonces cuando se inicia la etapa crónica. Los individuos que no 
son capaces de generar esta respuesta inmune, generalmente mueren al no 
poder controlar la infección, pues se ha visto en perros que cargas parasitarias 
mayores a 2000 trypomastigotes por kg de peso del hospedero son mortales. 
Asi como en los humanos, en caninos existen tres fases de la infección: 
aguda, indeterminada (o latente) y crónica. Durante la fase aguda de la 
enfermedad, se generan miocardiopatías y en esta etapa, los parásitos (en 
etapa de amastigote) pueden encontrarse principalmente en el miocardio.Asi 
mismo, en el corazón se reporta severa pancarditis linfoplasmocítica e 
histiocítica necrotizante en ambos atrios y ventrículos, lo que provoca 
dilatación cardiaca derecha, taquicardia supraventricular, bloqueo de rama 
izquierda, taquicardia ventricular sostenida y disfunción sistólica. A su vez, en 
la forma aguda también se presenta una linfo-adenomegalia generalizada, 
signos de miocarditis aguda, como colapso súbito y muerte de un perro joven. 
Es común observar palidez de las mucosas, lentitud del tiempo de llenado 
capilar, pulso débil con déficit, taquiarritmia e hipotermia e insuficiencia 
respiratoria terminales. Casi todos los perros infectados que no mueren de un 
modo súbito presentan ascitis, hepatomegalia y esplenomegalia por la 
insuficiencia cardiaca derecha. 
Durante la etapa aguda también es común encontrar anorexia y diarrea. Los 
perros que sobreviven a la etapa aguda entran a una fase prolongada (etapa 
indeterminada o latente) que puede durar toda la vida del paciente sin signos 
clínicos aparente, pero los cambios en el corazón se van sucediendo de forma 
silenciosa durante algunos meses a años, mientras el daño causado por el 
parásito produce una respuesta inmunomediada que provoca degeneración 
del tejido cardíaco y sustitución de este por fibras de colágeno 
La fase crónica también puede ser sintomática y dependiendo del DTU 
puede desarrollarse un cuadro clínico digestivo y/o cardiaco. Durante esta 
etapa en los pacientes caninos también se reportan arritmias ventriculares, 
endocarditis, endocardiosis valvular e insuficiencia cardíaca congestiva. Se 
cree que la arritmia es debida a pérdida de ganglios parasimpáticos atriales y 
fibras neuronales del haz de His. 
Debido a la degeneración y fibrosis, se desarrolla atrofia de músculos 
papilares y anillos valvulares, que desencadenan la insuficiencia valvular. El 
miocardio disminuye su contractibilidad, lo que adicionado a los mecanismos 
compensatorios cardiovasculares, crea un aumento de la precarga que da 
como resultado en la fase terminal, la cardiomiopatía dilatada. Estas 
alteracionesprovocan disfunción diastólica y sistólica observada en perros con 
cardiomiopatía dilatada primaria, en los que se reporta disminución del flujo 
atrio-ventricular y reducción en las fracciones de eyección y acortamiento [5] 
 
5. RESPUESTA INMUNE INNATA 
T.cruzi desencadena la respuesta inmune innata al interactuar con 
receptores tipo Toll (TLRs) como TLR-2, TLR-4 y TLR-9 presentes en 
macrófagos y células dendríticas, desencadenando la producción de 
citoquinas y quimioquinas, e induciendo endocitosis y muerte intracelular. 
En la infección temprana, T.cruzi Induce la activación de los NK y la 
expansión de los linfocitos T. La producción de IL-12 por parte de los 
macrófagos induce en los NK la formación de IFN-γ, que a su vez aumenta la 
producción de IL-12, TNF-α, y óxido nítrico (NO) en los macrófagos; dichas 
sustancias contribuyen a la eliminación del parásito. 
Una producción adecuada de citoquinas pro inflamatorias IL-1, IL-12, IL-6, 
IL-18, IFN- γ, y TNF-α es esencial para inhibir la replicación intracelular del 
parásito y controlar la infección (Basso, 2013). Sin embargo, la IL-6 y la IL-1 
se asocian con alteraciones endoteliales, responsables del daño en la 
microvasculatura en la enfermedad de Chagas. 
Tanto los NK como los macrófagos sintetizan citoquinas reguladoras como 
IL-10 e IL-4, que reducen los efectos dañinos asociados con la estimulación 
excesiva del sistema inmune. Th1 y Th2 trabajan de manera equilibrada para 
regular el sistema inmune, Th1 produce citoquinas inflamatorias, mientras que 
Th2 tiene una función anti inflamatoria, y está involucrado en la respuesta 
mediada por anticuerpos. 
La IL-12 y la IL-18, producidas por células dendríticas y macrófagos, 
promueven el desarrollo de Th1, que produce TNF-α, mientras que la IL-4 
induce la expansión de Th2 y la producción de altas cantidades de IL-10, que 
regula la respuesta inmune celular debido a una reducción en la activación de 
células dendríticas y en la actividad microbicida de los macrófagos, lo cual 
puede disminuir drásticamente la eficiencia con la que se ataca al parásito. 
La IL-4 también induce la formación de factor de crecimiento transformante 
β (TGF-β), que regula la actividad de las células presentadoras de antígeno 
(CPA), las cuales son productoras de NO, el cual afecta los factores de 
crecimiento del parásito y es el mediador más importante en la destrucción 
intracelular de amastigotes, ya que los radicales libres son tóxicos para los 
patógenos, previniendo la colonización de estos en los tejidos. 
El estallido respiratorio es considerado como un poderoso mecanismo 
microbicida de los macrófagos y los neutrófilos, y consiste en la producción y 
liberación de especies reactivas de oxígeno, generando un consumo muy alto 
de oxígeno por parte de la célula durante el proceso. 
Sin embargo, grandes cantidades de NO tienen efectos perjudiciales en los 
tejidos del hospedero. En altas cantidades, el NO inhibe la síntesis de IL-12, 
contribuyendo a la regulación entre Th1 y Th2, mediante la disminución en la 
producción de Th1. Además de favorecer la proliferación de células T 
reguladoras, inhibe la expresión de moléculas involucradas en la adhesión y 
la migración celular (Basso, 2013). 
Durante la fase aguda de la infección por T. Cruzi, la inducción de una 
respuesta inflamatoria es necesaria para que sea posible controlar la 
parasitemia, la función de los macrófagos se polariza a una respuesta 
inflamatoria o a una respuesta reguladora dependiendo del microambiente en 
el que se encuentren. La activación de los macrófagos se puede dar por la vía 
clásica, dependiente de IFN- γ y TNF-α, o por la vía alterna, estimulada por la 
IL- 4 y la IL13. 
Una parte de los macrófagos activados por la vía alterna redirige su 
respuesta hacia la diferenciación de Th2, con funciones antiinflamatorias. Si la 
activación de los macrófagos mediante la vía clásica no se regula, puede haber 
daño severo en los tejidos del hospedador, es por esta razón que la producción 
de IL-4, IL-10 y TGF-β es muy importante, ya que estas sustancias modulan la 
acción del NO, especies reactivas del oxígeno y de citoquinas proinflamatorias. 
La evolución de la infección por T. Cruzi dependerá de la magnitud de la 
respuesta de Th1 y Th2, y de los macrófagos activados por vía clásica o vía 
alterna. [3] 
6. RESPUESTA INMUNE ADAPTATIVA 
T CD4+ y T CD8+ migran desde los linfonódulos hacia los tejidos ejerciendo 
una respuesta inmune fuerte, ambos secretan IFN-γ, que activa los 
macrófagos para que ejerzan su actividad tripanosomicida mediante el NO. 
Por otro lado, las CPA como macrófagos, células dendríticas y linfocitos B 
inducen la formación de linfocitos T efectores, produciendo diferentes 
citoquinas que los diferencian en Th1 y Th2. Mientras que, los T CD8+ se 
convierten en células de memoria en caso de un segundo encuentro con los 
antígenos de T.cruzi, reduciendo así la carga parasitaria en diferentes tejidos. 
Las funciones de los T-CD8+ pueden ser inhibidas por los T-CD4+ y los T-
CD25+. Así mismo, los linfocitos B y los anticuerpos también son importantes 
en el control de la infección ya que, animales con deficiencia en estos 
parámetros muestran altas parasitemias y bajas tasas de supervivencia. Esto 
se debe a la capacidad que poseen para eliminar al parásito de la circulación 
sanguínea, ya que su activación policlonal genera la producción de 
hipergammaglobulinemia como respuesta a finales de la fase aguda. 
Esta activación policlonal también puede ser la causa de la producción de 
anticuerpos autorreactivos. Algunos subtipos de IgG son responsables de la 
eliminación del parásito a nivel local y sistémico, por mecanismos de fijación 
del complemento, aglutinación y citotoxicidad. [3] 
7. TRATAMIENTO 
La enfermedad de Chagas puede tratarse con benznidazol, y también con 
nifurtimox, que matan al parásito. Ambos medicamentos son eficaces casi al 
100% para curar la enfermedad si se administran al comienzo de la infección 
durante la etapa aguda, incluso en los casos de transmisión congénita. Sin 
embargo, su eficacia disminuye a medida que transcurre el tiempo de la 
infección, y las reacciones adversas son más frecuentes en edades 
avanzadas. 
El tratamiento con esos medicamentos también está indicado en caso de 
reactivación de la infección (por ejemplo, por inmunodepresión) y en los 
pacientes al principio de la fase crónica, incluidas niñas y mujeres en edad 
fértil (antes o después del embarazo) para evitar la transmisión congénita. Se 
debe ofrecer tratamiento a los adultos infectados, especialmente a los que no 
presentan síntomas, dado que el tratamiento antiparasitario puede evitar o 
frenar la progresión de la enfermedad. 
En otros casos, los posibles beneficios de la medicación para prevenir o 
retrasar el avance de la enfermedad de Chagas deben sopesarse contra la 
duración prolongada del tratamiento (hasta dos meses) y las posibles 
reacciones adversas (que se presentan hasta en un 40% de los pacientes 
tratados). 
El benznidazol y el nifurtimox no deben administrarse a las embarazadas ni 
a las personas con insuficiencia renal o hepática. El nifurtimox también está 
contraindicado en personas con antecedentes de trastornos neurológicos o 
psiquiátricos. Además, puede ser necesario administrar un tratamiento 
específico para las manifestaciones cardíacas, digestivas o neurológicas. [4] 
8. CONTROL Y PREVENCIÓN 
Originalmente (hace más de 9000 años) T. Cruzi solo afectaba a los 
animales salvajes, fue después cuando se propagó a los animales domésticos 
y los seres humanos. A causa del gran número de animales silvestres que 
sirven de reservorio a este parásito en las Américas, no puede erradicarse. En 
vez de ello, los objetivos de control consisten en eliminar la transmisión y lograr 
que la población infectada y enferma tenga acceso temprano a la atención de 
salud, ya queno existe una vacuna contra la enfermedad de Chagas, a 
pesar de que se ha trabajado en opciones para obtenerla, los resultados no 
han sido favorables o rentables debido a las características de infección del 
parasito. 
En este sentido, T. cruzi puede infectar a muchas especies de triatominos, 
la gran mayoría de los cuales se encuentran en la Región de las Américas. El 
control de vectores ha sido el método más eficaz de prevención en esta región. 
El cribado de la sangre es necesario para prevenir la infección por 
transfusiones sanguíneas y el trasplante de órganos y para aumentar la 
detección y el cuidado de la población afectada en todo el mundo. 
Según la zona geográfica, la OMS recomienda los siguientes métodos de 
prevención y control: 
- Rociamiento de las casas y alrededores con insecticidas de acción residual. 
- Mejora de las viviendas y su limpieza para prevenir infestación por el vector. 
- Medidas preventivas personales, como el empleo de mosquiteros. 
- Buenas prácticas higiénicas en la preparación, transporte, almacenamiento y 
el consumo de los alimentos 
- Desarrollo de actividades de información, educación y comunicación 
contextualizadas para los diferentes actores y escenarios sobre las medidas 
preventivas y los instrumentos de vigilancia. 
- Cribado de la sangre donada y pruebas de cribado en órganos, tejidos o 
células donados y en los receptores de estos 
- Acceso al diagnóstico y el tratamiento para las personas en las que esté 
indicado o recomendado el tratamiento antiparasitario, especialmente los 
niños y las mujeres en edad fecunda antes del embarazo, y cribado de los 
recién nacidos y otros hijos de madres infectadas que no hayan recibido antes 
tratamiento antiparasitario para diagnosticarlos y tratarlos precozmente. 
“Se ha calculado que el costo de atender médicamente a pacientes con 
manifestaciones cardíacas, digestivas, neurológicas o combinadas crónicas 
de la enfermedad es más de un 80% superior al costo de fumigar con 
insecticida residual para controlar los vectores y prevenir la infección” [5] 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Referencias Bibliográficas 
1- Adelberg y Brooks (1990). Microbiología Médica 14ta edición. Editorial 
el manual moderno S.A de C.V Núm. 39 ISBN 968- 426-552-0. Talleres 
grafica futura, Calle 28 N° 90 México D.F 
2 - Pearson, R. (2023) Enfermedad de Chagas - Enfermedades infecciosas. 
Manuales MSD. Disponible en: https://www.msdmanuals.com/es-
ar/professional/enfermedades-%20infecciosas/protozoos-
extraintestinales/enfermedad-de-chagas 
 
3- Peña, A (2019). Enfermedad de Chagas en Perros: Una Revisión. 
UMECIT. Bogotá: Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales. 
Disponible en: https://repository.udca.edu.co/handle/11158/2522 
4-Organización mundial de la salud (2021). La Enfermedad de Chagas 
(tripanosomiasis Americana). Disponible en: https://www.who.int/es/news-
room/fact-sheets/detail/chagas-disease-(american-trypanosomiasis) 
5- Vanguardia Veterinaria (2009). Tripanosomiasis Americana Canina: 
Características del Agente. Disponible en: 
https://www.vanguardiaveterinaria.com.mx/tripanosomiasis-americana-canina 
 
 
 
https://www.msdmanuals.com/es-ar/professional/enfermedades-%20infecciosas/protozoos-extraintestinales/enfermedad-de-chagas
https://www.msdmanuals.com/es-ar/professional/enfermedades-%20infecciosas/protozoos-extraintestinales/enfermedad-de-chagas
https://www.msdmanuals.com/es-ar/professional/enfermedades-%20infecciosas/protozoos-extraintestinales/enfermedad-de-chagas
https://repository.udca.edu.co/handle/11158/2522
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/chagas-disease-(american-trypanosomiasis)
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/chagas-disease-(american-trypanosomiasis)
https://www.vanguardiaveterinaria.com.mx/tripanosomiasis-americana-canina

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