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Argumentación

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Argumentación
¿Qué es la Argumentación?
La argumentación es el arte de expresarse verbalmente a favor o en contra de una temática o postura determinada, empleando para ello ejemplos, razonamientos y proposiciones concretas con el propósito de persuadir o convencer.
La argumentación ha sido un tema de interés humano desde la antigüedad, en especial en aquellas áreas del quehacer que tienden a la comunicación social y la persuasión de las masas. Filósofos de la talla de Aristóteles se ocuparon de ello, y numerosas escuelas de pensamiento filosófico antiguo se distinguieron entre sí a partir de sus métodos argumentativos y costumbres lógicas.
Un argumento se distingue de una opinión en que esta última no requiere de ser apoyada con razones o informaciones pertinentes, mientras que un argumento sí. El estudio de las teorías de la argumentación, así, permite discernir los mecanismos lógicos a través de los cuales se obtienen conclusiones a partir de una premisa.
Características de la argumentación:
Los argumentos
Todo argumento constituye un intento por convencer a uno o varios receptores de la veracidad o conveniencia de una conclusión, obtenida a partir de una o un conjunto de premisas, mediante procesos deductivos o inductivos de orden lógico, racional.
No son argumentos las opiniones, fundadas o infundadas, ni los sentimientos, ni las premoniciones; si bien todo ello puede ser empleado como premisa en un debate, para lo cual servirán de premisas a posteriores argumentaciones.
Componentes de la argumentaciónEl proceso de la argumentación comprende los siguientes componentes:
· Tesis. Una conclusión principal a favor o en contra de la cual se debatirá.
· Premisas. Un conjunto de proposiciones que permiten abordar la tesis desde una perspectiva lógica.
· Argumento. La conexión entre las premisas y la tesis, demostrando la forma en que las primeras conducen a la segunda.
· Debate. Contraposición lógica y ordenada de argumentos por parte de los que conversen, defendiendo o atacando las posturas involucradas. Pueden darse ejemplos, establecer hipótesis, comparaciones, etc.
· Conclusión. Una tesis nueva obtenida a partir de la revisión de las premisas y la tesis inicial. Puede ser igual o diferente a esta última.
Debate
Todo debate requerirá de la participación de varias posturas, defendidas y atacadas por una serie de argumentos y proposiciones. Durante la confrontación de estas razones, se revisará que sean válidas, que sean verosímiles, que sean convincentes y atinadas, pero también que no existan otras mejores sosteniendo la postura contraria.
Al final del debate, los involucrados habrán llegado a un número de conclusiones, y estarán (o no) de acuerdo en torno a una mirada común sobre la temática, ya sea ésta una de las dos contrapuestas o una tercera surgida en el debate.
Fallos argumentales
Los fallos o debilidades de los argumentos pueden estribar en su carácter falaz (si no son ciertos), inverosímil (si no son creíbles), debilidad (si son fácilmente rebatibles) o invalidez (si no son pertinentes). En cualquier caso, el debate argumental consistirá en demostrar las fallas de los argumentos contrarios y defender las de los propios.
Contexto
Se llama contexto argumentativo a las condiciones que acompañan a la contraposición argumentativa, es decir, a las condiciones externas al debate pero que también influyen en él, como la cultura de los debatientes, el lugar, ciertas convenciones lingüísticas, la relación preexistente entre ellos, etc.
Tipos de argumentación
Existen tres tipos de discurso argumentativo, a saber:
· Demostración. Parte de unas premisas en busca de una conclusión, empleando para ello mecanismos deductivos. Es pretendidamente “objetiva”: el hablante no se enuncia a sí mismo, habla de hechos objetivos.
· Argumentación. Aborda la tesis a partir de causas y consecuencias, empleando un lenguaje apropiado para ello.
· Descripción. Tiende a lo intermedio entre demostración y argumentación, ya que describe la problemática sentando las bases del debate.
Propiedad
Una de las condiciones para la argumentación implica el conocimiento de las características del destinatario del argumento, a saber:
· que el adversario no comparte el argumento pero puede llegar a hacerlo,
· que el adversario tiene el conocimiento, la inteligencia y la voluntad para debatir en buena lid y para poder ser convencido.
Sin esta condición de propiedad, es imposible (o estéril) emprender un debate.
Legitimidad
La otra condición para el ejercicio argumental implica que el adversario puede o no estar convencido de la legitimidad de los argumentos que le esgrimimos, y para ello existen mecanismos legitimatorios posibles, como:
· Cita. en que se acude a las palabras de otro para validar el razonamiento propio.
· Ejemplos concretos. Como situaciones fácticas que comprueban la validez del razonamiento.
Sin esta condición de legitimidad, todo debate resulta fútil, pues los argumentos opuestos son rechazados a priori.
Negociación
También se llama al debate “negociación”, término preferible a la hora de permitir el surgimiento de una tercera postura, y no la imposición de una de las dos enfrentadas. De hecho, entendidos así, los negociadores son aquellos capaces de conducir el enfrentamiento argumental hacia terrenos conciliatorios, para hallar una conclusión o resolución conjunta.
Falacias
El término falacia refiere a un argumento que pareciera ser válido y correcto, pero no lo es. Se emplea comúnmente como sinónimo de engaño, si bien no necesariamente lo es: muchas falacias lógicas son en realidad razonamientos defectuosos, fallas lógicas, que no necesriamente deben estar al servicio de la manipulación y la mentira.

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