Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Pedagogía social Gerardo Mondragón Varela Alfredo Ghiso Cotos Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano Pedagogía social Gerardo Mondragón Varela Alfredo Ghiso Cotos 2.a Edición Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano Universidad del Valle Rector: Iván Enrique Ramos Calderón Decano Facultad de Humanidades: Darío Henao Restrepo Directora Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano: Amparo Micolta León Titulo: Pedagogía social Autor: Gerardo Mondragón Varela Alfredo Ghiso Cotos © Gerardo Mondragón Varela Correo electrónico: germondrav@yahoo.com Alfredo Ghiso Cotos Correo electrónico: aghiso@epm.net.co © 2006 Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano Universidad del Valle © 2010 Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano Universidad del Valle trasoc@mafalda.univalle.edu co Apartado Aéreo 2530 ISBN: 978-958-670-794-7 Diagramación e Impresión: Unidad de Artes Gráficas Facultad de Humanidades Edificio 385 espacio 1004 Teléfono 321 21 14 Ciudad Universitaria Meléndez Santiago de Cali, agosto de 2010 CONTENIDO INTRODUCCIÓN 7 1. Aproximaciones conceptuales a la pedagogía social: Evolución del concepto. 9 2. Contextos de la práctica pedagógica social. 25 2.1. Educación para la vida, en la vida y a lo largo de toda la vida. 31 2.2. Educación social. 35 2.3. Educación social especializada. 39 2.4. Socialización. 42 2.5. La construcción y realización de lo humano. 47 2.6. Distinciones necesarias. 54 2.6.1. Educación popular. 54 2.6.2. La pedagogía de la animación sociocultural. 59 2.7 Origen y planteamiento de la animación sociocultural 61 2.8. Trabajo social y Pedagogía social: convergencia y complementariedad. 71 3. Caja de herramientas. 75 3.1. Técnicas interactivas para la investigación social cualitativa. 76 3.2. Estrategia: Múltiples vías de acceso. 91 3.3. Imágenes de participación. 96 4. Bibliografía 103 ANEXO “La pedagogía social en la vida cotidiana: realidades y desafíos en la construcción de una ciudadanía global – local alternativa”. JOSE ANTONIO CARIDE 107 Presentación El conjunto conformado por la extensión de escenarios, espacios y mo- mentos de educación, el desordenamiento de los saberes, la dislocación y descentramiento en los modos de circulación del saber y los cambios en las formas de aprender, constituye una de las más profundas transformaciones que una sociedad puede vivir. Esa es la explosión que está ocurriendo en los modos de hacer-vivir educación en Colombia e Iberoamérica, estallido que se ve reflejado en el Documento “Pedagogía Social” que la Facultad de Humani- dades de la Universidad del Valle presenta a la sociedad colombiana como una contribución al desarrollo de un conocimiento específico y el mejoramiento de la acción educativa orientada por profesionales de las diferentes disciplinas sociales y el impacto de ésta en la calidad de vida de personas, organizaciones y comunidades. Pocas personas en Colombia son tan calificadas como los profesores Ge- rardo Mondragón y Alfredo Ghiso para escribir sobre Pedagogía Social pues han asistido como protagonistas activos en todo el proceso de gestación-sur- gimiento de esta disciplina a lo largo de más de treinta años de investigación- acción-docencia-publicaciones, coordinación y dirección corporativa en las diferentes modalidades de educación social y su participación decisiva en la inclusión de la Pedagogía Social como asignatura en los planes de Estudios de formación en Trabajo Social en las universidades del Valle y de Antioquia respectivamente; ellos son las primeras personas que enseñaron Pedagogía Social en universidades colombianas y latinoamericanas. El documento elaborado por los profesores Mondragón y Ghiso se ha pensado como un documento de trabajo para ser utilizado por estudiantes de disciplinas orientadas a la acción social, por profesionales de estas disci- plinas y personas con rol de liderazgo en organizaciones gubernamentales, no gubernamentales y comunitarias que realizan educación social. En tono de diálogo, de manera didáctica y con gran profundidad conceptual se ex- ponen los elementos fundamentales de la Pedagogía Social con perspectiva 8 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos latinoamericana y algunas herramientas básicas en el ejercicio socioeducativo aplicables en el contexto colombiano. El primer capítulo del documento se ocupa de las aproximaciones concep- tuales a la Pedagogía Social, haciendo claridad sobre los orígenes y evolución del concepto; en el segundo capítulo se profundiza en los contextos de la prác- tica educativa social, y hace énfasis en las necesarias distinciones entre edu- cación popular, pedagogía social, animación sociocultural como modalidades de educación social coexistentes en las prácticas educativas que se desarrollan en nuestro país; en el tercer capítulo se abre una caja de herramientas que puede ser de gran utilidad para la realización de acciones socioeducativas en la vida cotidiana de quien ejerce funciones de educación social. Este documento de trabajo se presenta con la certeza de hacer una con- tribución fundamental al desarrollo de la Pedagogía Social en nuestro país y con la ilusión de estar aportando un punto de partida para la comprensión, fundamentación y sistematización de la Educación Social en el contexto colombiano. La gran acogida que el documento de trabajo “Pedagogía social”, presen- tado por la Escuela de Trabajo Social y Desarrollo Humano de la Universidad del Valle, ha tenido entre educadores sociales y profesionales que intervienen lo social hizo que su primera edición se agotara rápidamente; hecho que nos motiva a presentar una segunda edición que posibilita a nuevos lectores el acceso a este trabajo pionero en el desarrollo de una Pedagogía Social con perspectiva latinoamericana. Unidad 1 Aproximaciones conceptuales a la pedagogía social: evolución del concepto El término Pedagogía social es de reciente utilización, aunque las prácti- cas educativas a que hace referencia se vienen realizando desde hace mucho tiempo, mucho más de lo que esa reciente denominación permite suponer, los antecedentes del concepto pedagogía social se remontan al siglo XVII. Se atribuye a Adolf Diesterwerg (Alemania 1790-1866), la primera utili- zación escrita del término en su libro “Bibliografía para la formación de los maestros alemanes” IV edición, sección 3 apartado 9 titulado “Escritos sobre pedagogía social “publicado en 1850, en donde equiparaba la pedagogía y la educación social a la educación popular, enfocándolas hacia la educación de adultos y con la pretensión de unir lo social y lo educativo como realidad humana problemática. (Quintana, citado por Pérez Serrano, pp. 31). Algunos historiadores como H. Kronen, consideran que la expresión pedagogía social se debe a Karl Mager (en 1844), de quién la tomó Diesterwerg, “casi sin advertirlo” y sin conciencia de la importancia que llegaría a alcanzar este concepto. Con relación a la educación social y las funciones sociales de la educación se ha teorizado desde los primeros tiempos, encontrándose referencias impor- tantes en autores de la Grecia clásica como Platón (El Banquete) y Aristóteles (La Ética, La Política), que conciben la pedagogía como saber práctico sin establecer diferencias relevantes entre Estado y Sociedad ni entre política y pedagogía mientras que resaltan la estrecha relación entre filosofía y pedagogía en un filosofar común. Consideran que el fin de la comunidad y del individuo coinciden; negando, además, que el Estado pueda ser dichoso cuando se des- cuida la felicidad de la mayoría o algunos de los súbditos. En la edad moderna Comenio (Moravia, 1592, 1670), Pestalozzi, (Suiza, 1746-1827), Diesterwerg (Alemania, 1790-1866), y Kolping (Alemania 1813- 1865), pueden considerarse precursores en el desarrollo del cuerpo teóricode la pedagogía social. 10 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos Juan Amós Comenio planteó la necesidad de que la educación se extendiera a todas las personas, abogando por la “educación general de todos los que nacen hombres para todo lo que es humano”2; Pestalozzi, simboliza el pensamiento educativo reformador de su época, plantea la educación como un derecho hu- mano y un medio para superar las desigualdades sociales; asume la educación del pueblo como útil para elevar el nivel social y cultural de los grupos mas desfavorecidos; afirma que toda la enseñanza humana desemboca en el trabajo, y, considera que la educación social se basa en un realismo social y al mismo tiempo en un humanismo que lleva a un apasionado deseo de bienestar y justicia social, concibiendo la educación como eminentemente popular. Diesterwerg, pretendió unir lo social y lo educativo como realidad humana problemática, luchó por la independencia de la escuela frente a la iglesia y enfocó la educación social hacia la educación de adultos; utilizó por primera vez los términos educación social y pedagogía social (algunos historiadores de la educación consideran que de manera descontextualizada), refiriéndose con ellos a contenidos y áreas de acción educativo sociales y con la esperanza de encontrar una pedagogía novedosa que contribuyera a la atención de las grandes necesidades educativas de la época; reconocido como el “maestro de Germania”, se destaca por su sentido práctico “Diesterwerg expresa y realiza el nuevo giro que iban exigiendo las circunstancias de la época a la pedagogía social iniciada románticamente por Pestalozzi: con profunda claridad, llega a ver que la acción política es inseparable de la enseñanza popular” (Larroyo, F. 1964:541). A. Kolping, en una Alemania en pleno resurgir industrial y con nuevas ne- cesidades propone que la pedagogía social establezca como ideal la comunidad frente al individualismo predominante; planteó la educación de los obreros con orientaciones espirituales (él era sacerdote católico) y conocimientos profesionales especializados. 2 Comenio en Didáctica Magna capitulo x: “La enseñanza en la escuela debe ser universal”. Escribió: “en las escuelas hay que enseñar todo a todos”;…… “desde luego y sin excepción, hay que tender a que en las escuelas, y después toda la vida gracias a ellas: I… Se instruyan los entendimientos en las artes y las ciencias, II... Se cultiven los idiomas. III... Se formen las costumbres con suma honestidad. IV... Se adore sinceramente a Dios.”; y agregó “Sabiamente habló el que dijo que las escuelas eran talleres de la humanidad, laborando para que los hombres se hagan verdaderamente hombres; “Didáctica Magna ed. Porrúa México 1999.pp. 34. 11 Pedagogía social Etapas en el desarrollo de la pedagogía social Como venimos diciendo la educación social está presente en la teoría edu- cativa desde la antigüedad, especialmente en los momentos en que el foco de atención se centró en la sociedad mas que en el individuo; pero es a partir de la segunda mitad del siglo XIX cuando se observa una aproximación sistemá- tica al conocimiento y la reflexión sobre la pedagogía social, especialmente en Alemania (razón por la cual las referencias se hacen mas sobre la pedagogía social alemana que sobre la de otras regiones), hecho que sucede en medio de, y quizá motivado por, la necesidad de intervención socioeducativa en una sociedad en crisis, escenario de profundos cambios generados por el proceso de industrialización, de la masificación urbana, la urbanización como conse- cuencia del desplazamiento masivo del campo a la ciudad, la proletarización del campesinado; la relajación de los vínculos familiares y sociales; y la pro- fundización del estado de pobreza en amplios sectores de la población . Este escenario en crisis es el que posibilita el surgimiento y desarrollo de la concepción de pedagogía social como alternativa en la búsqueda de soluciones educativas y sociales coherentes con la realidad histórica y la responsabilidad con el presente y futuro de la sociedad; quizá esto explique que haya sido en la convulsionada Alemania, para entonces sumida en una profunda crisis económica, donde la pedagogía social configura y desarrolla su cuerpo teórico matriz. La profesora Gloria Pérez Serrano (2003) propone cuatro etapas en el desarrollo de la pedagogía social alemana, etapas en las que coinciden historiadores como J. M. Quintana Cabanas (1984), P. Fermoso (1994), y que tomaremos como base en la presentación de la historia y evolución del concepto, agregando a ello los aportes teóricos relevantes realizados en otras regiones del mundo. Primera etapa 1850-1920 Fase idealista de la pedagogía social: pedagogía social empírica A partir de la segunda mitad del siglo XIX se considera la creación teórica de la pedagogía social moderna como una pedagogía práctica orientada a la intervención en lo social, entre los principales representante de esta fase fun- 12 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos dacional se mencionan Kerschensteiner (Alemania, 1854-1932), Paúl Natorp (Alemania, 1854-1924), José Ortega y Gasset (España ), Emilio Durkheim (Francia 1858-1917). Kerschensteiner, reconocido como un pedagogo práctico influenciado por la filosofía de la cultura de los valores (Dilthey Rickert), entiende la formación como un modo de ser espiritual, unitario y con sentido, que el individuo ela- bora y organiza en contacto con los bienes culturales y los valores objetivos, señalando el carácter vivencial de los valores. De Dewey toma la conexión de la escuela con la sociedad, enfatizando en la vida del trabajo como eje de la educación, y la escuela como instrumento para formar al ciudadano útil, pues al crear en ella pequeñas comunidades considera que se sirve al fin social de la educación. Entiende la educación social como una orientación o enfoque de la educación general y no como un tipo específico de educación; considera que toda ella ha de tener siempre un carácter y una finalidad social, además plantea que siendo la persona un ser social, su educación debe hacerse en, por y para la comunidad. Para Kerschensteiner el maestro es un educador social que ansía relacionarse con otras personas para ayudarlas a realizar sus valores. Con Paúl Natorp, (1854-1924) se inicia la construcción teórica de la pedagogía social, es él quien aporta los llamados conceptos eje en esta fase inicial: comunidad, voluntad, educación; y, la concepción, ya esbozada por E. Kant, de que el hombre se hace humano solo en la relación con la comu- nidad y por medio de la educación, Plantea que “toda actividad educadora se realiza sobre la base de la comunidad” (1913), que la comunidad consiste en la conciencia de los individuos que en ella están, donde ha de formarse y desenvolverse tal conciencia mediante una labor inacabada; la educación se hace para la comunidad. Concibe la pedagogía social como un saber práctico y como un saber teórico, síntesis entre el conocimiento del hombre que alcanza la filosofía, en tanto que reflexión crítica acerca de la cultura, y la idea de comunidad como fin regulador de la acción educadora. Considera que la elevación a la comunidad es una ampliación del yo hasta el nosotros, educación de la voluntad sobre la base de la comunidad: “en esto 13 Pedagogía social consiste la pedagogía social” propone que “todo individuo ha de ser traba- jador de la cultura y todo trabajador ha de estar dotado de una conciencia cultural”. Para Natorp, el fin de la educación no puede ser otro que la socialización y con ello la moralización de la vida del pueblo; el medio esencial de la for- mación de la voluntad es la organización de la comunidad. Miembro de la escuela de Marburgo afirmada en Platón, Descartes y Kant, Publicó “Pedagogía social” (1898) influido por Fichte, Pestalozziy el Neokantismo, especialmente en lo referente al método cuya base de aplicación, decía, debía ampliarse a la experiencia vivida, a la acción ética y a la creación estética. Su pensamiento filosófico esta signado por el ideal pedagógico de la formación del potencial como algo que no es sino que debe llegar a ser. En Historia de la Educación, (1986) Moreno, Poblador y Del Río expresan: “Los puntos más importantes de su Pedagogía Social son: 1. No basta la formación mental, que sería formar fragmentariamente al sujeto… 2. A su lado deberá infundirse una formación social: salida del sujeto al mundo de las relaciones sociales como proceso de enriquecimiento del yo. 3. Antepone lo social a lo intelectual. La vida mental se enriquece como efecto de la sociabilidad adquirida. 4. La sociedad tiene derecho a la educación. Las autoridades, y entidades institucionales son las encargadas de hacer resaltar la necesidad de poner en juego estos poderes. ”Para Quintana Cabanas lo que hace Natorp es pedagogía sociológica y no pedagogía social”. En España Ortega y Gasset, en Francia Jorge Rouma, Emilio Durkheim realizan aportes significativos. J. Ortega y Gasset (España), escribe “La Pedagogía social como programa político” (1910) donde afirma que el hombre no es hombre sino por la comuni- dad... Durkheim (Educación y Sociología; La Educación Moral) por su parte, plantea que: La educación es el proceso mediante el cual queda perturbada 14 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos y perfeccionada la sociedad; que el fin de la educación del individuo es lograr su perfecta integración al grupo, lograr ciudadanos encajados en la sociedad; y, que la educación es la acción ejercida por las generaciones adultas sobre las generaciones que aún no están maduras para la vida de sociedad. Para el final de esta etapa ya se reconoce un cuerpo teórico dentro de lo que se empezó a llamar pedagogía social, como un saber práctico y un discurso con una clara orientación hacia: � La comunidad, como eje vertebrador. � La formación de los ciudadanos. � La problemática de los grupos y la intervención educativa que busca integrarlos en una sociedad organizada. � La creación de una conciencia de la necesidad e importancia de la asociación, sin olvidar la formación intelectual de la persona. Reconociendo a Natorp como el representante mas conocido en esta etapa del desarrollo teórico de la pedagogía social, Gloria Pérez Serrano (2003) clasifica en dos grandes tendencias los desarrollos alcanzados en dicha fase: La pedagogía social “idealista” caracterizada por la orientación filosófica marburgiana y por el método apriorístico-deductivo con el que se elaboraron sus constructos conceptuales; y… La pedagogía social “empirista”, inspirada en la sociología científica y guiada por procedimientos empírico-deductivos. Segunda etapa: la tradición historicista y hermenéutica. 1920-1933. Impulsada por algunos hechos como la promulgación de leyes de protección a menores y a la juventud (Alemania 1923y1924), el auge del movimiento juvenil, la formación obrera, el incremento de necesidades y carencias socia- les, las migraciones del campo a la ciudad y la publicación por Nohl y Pallat del V volumen de Pedagogía Social, se presenta un auge de esta pedagogía con una tendencia historicista y hermenéutica cuyo representante mas men- cionado sería Hermann Nohl (Berlín 1870-1960), quien desde su cátedra de pedagogía en la Universidad de Gotinga contribuyó a la institucionalización de la pedagogía social con una fuerte orientación práctica y una proyección de trabajo social y educación social comunitaria. 15 Pedagogía social Para Quintana Cabanas la construcción conceptual de Nohl se fundamenta en: � La realidad educativa, donde resalta la perspectiva del devenir histórico de la educación y de los contextos de vida dotados de sentido. � La autoayuda como elemento clave en la relación pedagógica, donde el maestro ayuda a ayudarse al aprendiz que es, en últimas, quien decide aprender. � La autonomía de la pedagogía como ciencia que no puede ser sustituida, como tal, por ninguna otra ciencia . � El conocimiento pedagógico del hombre. � La relación teoría práctica en el ejercicio socioeducativo. Resalta en Nohl su interés cognoscitivo por comprender la educación tal como se da en la realidad histórica y su orientación hacia la aplicación práctica en una “ayuda a ayudarse” con un interés práctico vital; concibe la comunidad educativa como comunidad de vida, pues es la vida en su configuración histó- rica concreta la que da origen a la elaboración de toda teoría. Atraído por la educación popular (fue educador de adultos), plantea que la orientación que se de al estudiante debe ser correspondiente con sus necesidades concretas y con una correcta escala de valores; considera que el objeto de la ayuda es el bienestar, entendido como el derecho a la educación para el desarrollo de las capacidades y la satisfacción de las necesidades básicas, en relación con el trabajo social considera que su sentido es ayudar a la auto asistencia. Según uno de sus discípulos más destacados, G. Baumer; la pedagogía social para el maestro berlinés “es el concepto global de la asistencia educativa extraescolar proporcionada por la sociedad y el estado”, es todo lo que sea educación pero no escuela ni familia”. Consideran ellos que la pedagogía social se refiere a la ayuda para solucionar los problemas y las necesidades humanas creadas por la sociedad industrial y la marginación; y que el fin último de la acción socioeducativa es el individuo como miembro de la comunidad y de la sociedad, pero que sin ellas no es posible la educación de ese sujeto. En esta fase la pedagogía social recoge las ideas de la práctica concreta en la realidad social y se considera que ésta: 16 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos � Constituye un concepto ordenado, dinámico que reconoce la integración de esfuerzos para ayudar a la incorporación social de la juventud. � Es una pedagogía de la necesidad y la carencia. � Aunque es parte de la pedagogía general, tiene fines específicos hacia la educación del pueblo y los sectores populares. � Toma la realidad concreta como punto de partida para la elaboración de sus postulados y teorías pedagógico-sociales. � Plantea la necesidad de generar modificaciones en las condiciones con- textuales y ambientales como premisa para la eficacia de la intervención socio pedagógica. Tercera etapa. 1933-1949. Explotación de la pedagogía social como ins- trumento para la propaganda política La llegada del nacionalsocialismo y con él Hitler al poder en Alemania, la democracia se estancó, la pedagogía social fue vista como un muy útil instru- mento para la propaganda política y se pretendió, por el régimen, asumir la dirección de las instituciones que hacían educación social e infiltrarlas con la ideología que sustentaba la gestión nacionalsocialista y que se sustentaba en postulados cargados de racismo ideológico, la censura, la supresión de la educación popular de los hijos de trabajadores; con el surgimiento del llamado frente Alemán del trabajo; la obligación de afiliarse a la “juventud hitleriana” y “la unión de muchachas alemanas”, de clara afiliación al nacional socialismo. Con este panorama, donde las instituciones debían orientarse a propagar el nacional-socialismo; donde el trabajo social se transformó en servicio de trabajo obligatorio (Quintana 1984), la pedagogía social fue asumida por pe- dagogos como E. Krieck y A. Baumler, que no realizan aportes significativos sino que la ponen al servicio del régimen, ajustando las concepciones teóricas a la solución de problemas pedagógicos del nacional-socialismo y la defensa de una ideología racista y excluyente; surgiendo una especie de pedagogía nacional social orientada a la formación nacional popularde carácter racial, con una única visión de la realidad que propone el comunitarismo nacional, la unidad de valores, sentimientos y actitudes. 17 Pedagogía social Esta etapa es un periodo de evolución de la pedagogía social que no quere- mos olvidar con la esperanza que su recuerdo evite que se repita y que vuelvan a existir las circunstancias históricas en que sucedió. Cuarta etapa: desde 1950 hasta la actualidad Una vez terminada la segunda guerra mundial, las necesidades inherentes a la reconstrucción social, económica y cultural posibilitan iniciativas nove- dosas desde una pedagogía social que, por un lado, retoma su pensamiento educativo social (Nohl, Kerschensteiner, etc.) y, por otro, se abre a una fase en busca de la satisfacción de las nuevas necesidades educativas y de conso- lidación de su cuerpo teórico. Es en estos momentos cuando se hablo de una “pedagogía de la urgencia” por la celeridad con que se necesitaba realizar tareas puntuales, ya fuera en el enfoque preventivo, en el remedial o en el rehabilitativo; en un contexto que exigía profundizar en el conocimiento de los factores y riesgos sociales, para intervenir con personas en múltiples y diversas condiciones en busca de su integración o reinserción social. En la posguerra a los habitantes de Alemania les faltaba todo, estaban en situaciones críticas tanto en lo material, como en lo afectivo, espiritual y ético. No había trabajo, vivienda, alimentos y a veces tampoco voluntad de convivencia; familias desintegradas, altos niveles de desarraigo, configuraban un panorama social que requería en un primer momento medidas asistencia- les para paliar las carencias y garantizar la subsistencia; y, en una segunda instancia, medidas tendientes a la reorganización social, política, económica, cultural y educativa, es decir había que planificar una nueva sociedad y formar un nuevo ciudadano que hiciera posible esa sociedad soñada. A partir de 1945, surgen autores como Mollenhauer, Giesecke, Hornstein que hacen de la pedagogía social una disciplina que proporciona la sistema- tización y el análisis del trabajo social (Quintana 1984), y en 1968, con su propuesta de revisar la sociedad y la educación, dan origen a la que se ha dado en llamar la Pedagogía Social crítica que tiene en Klaus Mollenhauer y en Wolfgang Klafki (Alemania 1927) sus exponentes mas representativos. La Pedagogía Social crítica se caracteriza por su actitud reflexiva-crítica frente a la conexión entre educación y estructura social así como por su in- 18 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos terés en profundizar en los valores en las instituciones y en la forma de ver la realidad educativa. La Pedagogía Social crítica según F Cambi (1966) se caracteriza por: � Partir de la realidad concreta, dar importancia a las diferencias culturales y rescatar la memoria histórica. � Ser autocrítica y utilizar la reflexión colectiva como criterio de valora- ción de su práctica. � Ser dialéctica. � Usar la investigación como estrategia metodológica. � Sus supuestos emancipatorios y transformadores de la realidad. � Considerar que la teoría y la práctica son indisociables y se transforman dialécticamente. � Ser comunicativa y consensual. � Presentar como rasgos más significativos la perspectiva de transforma- ción de la realidad social y la concienciación. Mollenhauer plantea la recesión de la sociedad y de la educación y propone a esta la tarea de contribuir a resolver los conflictos planteados en sus ámbitos comunes; considera la problemática juvenil como resultado de la situación educativa del hombre. El fin de la Pedagogía Social crítica es “la formación de la sociedad ac- tual, en el sentido de llevar a la práctica las ideas que están determinadas en las constituciones de las sociedades democráticas-burgueses de igualdad, bienestar y libertad para todos” (Giesecke, 1973; citado por Pérez Serrano 2003) y su meta consiste en alcanzar una educación emancipatoria en un proceso dinámico, donde el individuo es sujeto activo cultural, biológica y actitudinalmente. Klafki (Alemania 1927) influido por su vivencia del nacional-socialismo plantea que la tarea de la educación es la búsqueda de la emancipación y la reducción del dominio del hombre sobre el hombre y su sustitución por la reflexión crítica de la realidad y su transformación. Entre los principios que guían la obra de este pedagogo pueden mencionarse: 19 Pedagogía social � La historicidad: la construcción social de la educación sucede en un contexto histórico-social determinado. � La Pedagogía Social se refiere a la praxis pedagógica. � El hombre aprende en interacción con otros hombres compartiendo trabajos. � El ser humano debe ser autónomo y autodeterminado. � La convergencia entre Pedagogía Social y Trabajo Social. � La formación se refiere al desarrollo y maduración de capacidades físicas, psíquicas y espirituales. Estudiosos de la Pedagogía Social (como Roith 1998) señalan que la Pedagogía Social crítica se diferencia de otras tendencias en que gana sus categorías desde la proyección de un estado social deseable, que no define detalladamente, para criticar y negar las condiciones negativas e injustas. “es una teoría comprometida contra toda forma de opresión, a favor de la libertad, la felicidad y el orden racional de la sociedad” (Pérez Serrano 2003). Klaus Mollenhuer, por su parte se ocupó de la problemática de la ado- lescencia y juventud en el ámbito extraescolar en relación con los conflictos de la sociedad moderna; su perspectiva es la de la emancipación crítica y plantea que la función del pedagogo social es la de restablecer el equilibrio o establecer la capacidad para resolver el conflicto, elevar la conciencia y hacer fecundo el conflicto. Para él, la Pedagogía Social se ocupa de estudiar a los sujetos que viven en situaciones de conflicto y educarlos para que decidan autónomamente. (Este aspecto de las teorías de Mollenhauer ha sido calificado de utópico por muchos de sus detractores). Actualmente se pueden mencionar en la pedagogía Alemana diversas ten- dencias que coexisten y dan dinámica al pensamiento pedagógico social: � Pedagogía como creencia del espíritu (NOHL): Base Hermenéutica- pragmática. � Ciencia crítica-emancipatoria, de la educación (Mollenhauer-Klafki) basada en la teoría crítica. 20 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos � Ciencia analítica-empírica de la educación (Brezinka, Rossner) basada en la investigación de hechos y el positivismo. � Enfoques normativos Kantianos- (Petzelt, Fischer, Gamm, Henz) basada en normas y principios. Madurez de la pedagogía social Se considera que para la década de 1970 la pedagogía social se encuentra en su fase de madurez caracterizada por: � Se consolida en el currículo académico de las grandes universidades europeas. Hoy en Europa la pedagogía social es vista como una carrera con gran demanda de estudiantes. � Se encuentran en realización un significativo número de investigaciones en pedagogía social. � Se amplia su objeto y se clarifica el concepto de pedagogía social. � Se abren campos profesionales para los pedagogos y educadores socia- les. � Se consolida y desarrolla la educación preventiva. � Se fortalece la actividad pedagógica orientada a la reinserción social de sujetos marginados, inadaptados o en conflicto. El desarrollo de la pedagogía social ha estado unido y en ocasiones precedi- do por la intervención práctica, concreta y especifica de los educadores sociales en su saber hacer para transformar”, seguido del “saber para conocer”. Cuando se viven crisis como la que está viviendo la sociedad en Colombia y el mundo, no es sustentablemente posible que la pedagogía continúe encerrada en sí misma, en las repeticiones y circularidades de la escuela. Los retos que la realidad socioeconómica y cultural contemporánea plantea a la educación,trascienden el estrecho marco de acción educativa de la institución educativa y la forma de pensar sobre las responsabilidades del proceso educativo. Desde los albores de la humanidad, la educación ha sido fundamentalmente una relación entre seres humanos fundamentada en la sociabilidad y educabi- lidad de los individuos y los grupos o comunidades que conforma. 21 Pedagogía social La educación social existe, como tal, desde mucho antes que la escuela y los conceptos sobre pedagogía. Sin embargo con el surgimiento de la escuela como Institución responsable de las prácticas educativas, el pensamiento pe- dagógico se centró en la reflexión sobre la educación escolar, o por lo menos así sucedió con el pensamiento oficial sobre la educación. El desarrollo teórico de la pedagogía social en Colombia, es mas bien asis- temático (Vélez de Calle 2.001) encontrándose dificultades para recolectarla, confusión evidenciada cuando se explora por educación social o pedagogía social, que aunque exista como categoría sistematizada en otros países, en Colombia no ha alcanzado aun este estado de desarrollo; sin que esto signifique la ausencia de prácticas de educación social o la inexistencia de la temática por la carencia del estatuto epistemológico que le dé legitimidad. Se registran intervenciones educativas extraescolares con algún nivel de sistematización y conceptualización desde la década de 1.960, aunque la pedagogía social no haya sido nombrada como tal en documentos y publicaciones. La ausencia de programas de formación de pregrado, la existencia de la cátedra de pedagogía social únicamente en la Universidad del Valle (Facultad de Humanidades, Escuela de Trabajo social), y en la Universidad de Antioquia (Escuela de Trabajo Social) y la existencia en la Fundación Universitaria Luis Amigó de una propuesta de postgrado sobre esta disciplina, da idea del bajo nivel de sistematización del cuerpo teórico socio pedagógico existente en el País, pero también muestra el creciente interés de la comunidad académica por desarrollar un constructo conceptual que legitime las abundantes y cua- lificadas prácticas de educación social existentes en una sociedad de clara vocación y tradición en intervención socio educativa, cultural y comunitaria sobre las problemáticas sociales. Parece existir un consenso en la comunidad académica de la educación para nombrar la disciplina teórica que orienta la educación social como pedagogía social, aunque reconociendo que existen prácticas en las relaciones educación y sociedad que suponen diferencias con la forma como se ha conceptualizado la pedagogía social en España, Francia, Estados Unidos o Alemania. El proce- so sistematizador nos permite reconocer semejanzas y diferencias con ellos, como también identificar nuestras particularidades en lo conceptual, en lo metodológico y en las prácticas educativas. 22 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos Características frecuentemente citadas de la pedagogía social � Es la ciencia de las repercusiones que la educación tiene en la sociedad � Es la ciencia pedagógica del trabajo social � Ciencia de la acción educativa fuera de la familia y la escuela. � Ciencia pedagógica que pretende satisfacer las necesidades individuales y comunitarias � Ciencia que se propone prevenir, ayudar y curar las desviaciones con- ductuales de la infancia y la juventud. � Ciencia que fundamenta la acción compensatoria dirigida a quienes no pudieron, por causas normales, desarrollarse satisfactoriamente. � Ciencia pedagógica sobre la socialización. ¿Entonces, que es pedagogía social? Aunque es atrevido formular una definición en cualquier cuestión es mas riesgoso presentar un concepto estático de una disciplina tan dinámica como la pedagogía social, especialmente en momentos en que la dinámica social y el desarrollo científico viven cambios acelerados dejando pocas certezas so- bre las cuales cimentar definiciones mas o menos perdurables en tiempos de incertidumbre. Recordando a Popper diremos que no es pertinente intentar afirmaciones definitivas dado que “la ciencia es provisional para siempre”. Lo que pretenderemos lograr será dejar establecidos algunos mojones que sirvan de señales para la construcción de un concepto clarificador. Pedagogía Social es considerada como una disciplina orientada a la práctica, que cumple con las exigencias de la comunidad académica para adquirir el estatus epistemológico de científica. Como disciplina se ubica en el grupo de las ciencias sociales y entre ellas en el campo de la pedagogía y la educación; su tarea es fundamentar, justificar y comprender el conocimiento científico sobre la educación social y su normatividad; actúa sobre la prevención, ayuda y reinserción social de quienes están o pueden estar en situación de deficiencia o conflicto social en cualquier momento de su proceso vital. En 1994 Fermoso propuso el siguiente concepto: “Pedagogía social es la ciencia practica, social y educativa no formal, que fundamenta, justifica y com- 23 Pedagogía social prende la normatividad mas adecuada para la prevención, ayuda y reinserción de quienes pueden padecer o padecen, a lo largo de toda su vida, deficiencias en la socialización o en la satisfacción de necesidades básicas amparadas por los derechos humanos”. Si nos ubicamos desde la racionalidad de la ciencia diríamos que el objeto formal de la Pedagogía Social esta constituido por “el estudio de la funda- mentación, justificación y comprensión de la intervención pedagógica en los servicios sociales; mediante los cuales se cumplen las funciones básicas de la pedagogía social: prevención, ayuda y reinserción o resocialización.” (Fermoso, 1994: 24). El objeto material sería entonces, la realización práctica de una posibilidad previa: La educabilidad del ser humano. El objeto de estudio, en esos términos lo constituye el campo de la educa- ción social y el ámbito de la socialización del sujeto. Es función de la pedagogía social obtener conocimientos científicos en su campo del saber con el fin de actuar en la realidad para transformarla; para ello “la pedagogía social desarrolla modelos teóricos que explican en que consiste la educación social, actúa en la formación del individuo aplicando normas basadas en la concepción del hombre como ser social, es decir, necesariamente integrado en la sociedad; y, en su quehacer operativo, utiliza determinadas técnicas, todo lo cual, se da con independencia de que su ámbito lo formen individuos adaptados a la dinámica social, por gozar de un proceso socializador normal, o bien actúe fuera de los contextos objeto de la educación sistemática y formal” (Buj Gimeno, 1988, citado por Pérez Serrano, 2003: 98). Son ámbitos propios de la pedagogía social aquellos en los que se desarrolla la vida cotidiana de las personas; el ser humano se socializa en todos los esce- narios vitales y estos, en tanto sean espacios de socialización y configuración de la realidad social son ámbitos de la pedagogía social. Como disciplina científic, pedagógica y social ella recurre a los métodos de las ciencias humanas y sociales, enfatizando en aquellas que le son específicos; utiliza métodos y estrategias educativas dirigidas a la acción en busca de mejo- rar la calidad de vida de individuos y grupos; en su perspectiva de intervención desarrolla programas socioeducativos con fundamento pedagógico. Unidad 2 Contextos de la práctica pedagógica social Toda práctica pedagógica implícita o explícitamente se pregunta sobre la naturaleza, identidad y contextos del proceso educativo. En toda práctica de pedagogía social se expresa (consciente o inconscientemente) una concepción de los sujetos, del conocimiento y de las formas de socializarlo. En algunas prácticas de pedagogía social se reflexionan y analizan las claves antropológi- cas, teleológicas, políticas y metodológicas quecaracterizan el quehacer edu- cativo. En este texto vamos a hacer explícitas las características del contexto que condiciona y determina la práctica. Es importante señalar que no sólo los hechos, los fenómenos económicos o los acontecimientos políticos constitu- yen el contexto de la acción educativa, sino que también las percepciones, las miradas y discursos sobre la realidad configuran ese contexto. Figura 1. REALIDAD SOCIAL HECHOS PERCEPCIONES Por ello, es importante que tanto los hechos que son narrados y obje- tivados de múltiples maneras –cualitativa y cuantitativamente– como las percepciones que los sujetos tienen de ellos, pasen por un proceso de análi- sis e interpretación crítica, que sería lo mismo que decir por un proceso de deconstrucción teórica, ideológica y experiencial; pues es desde aquí que se imprimen los sesgos y se imponen intereses que es necesario develar y hacer expresos. Esto “exige considerar de forma abierta y crítica cada aspecto de la 26 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos realidad, así como su relación con los demás aspectos que la integran; esto es observarla y describirla sin pretender encuadrarla dentro de un esquema teórico que supone relaciones a priori” 2 Figura 2. REALIDAD SOCIAL HECHOS PERCEPCIONES SE NARRAN, DESCRIBEN, RELATAN SE RECONOCEN, DEVELAN, COMUNICAN SE ANALIZAN, DECONSTRUYEN, INTERPRETAN, ARTICULAN, REFERENCIAN Paulo Freire señalaba que la lectura del contexto precedía a la lectura y el pronunciamiento del texto, en este caso, del texto pedagógico, porque el que- hacer educativo está anclado en la historia y permanentemente relacionado con las formas de entender y de actuar en la construcción de lo que llama- mos: sociedad; proceso en el que se articulan y se ponen en juego intereses, intenciones y acciones marcadas históricamente por tensiones, conflictos, luchas y por las diferentes formas de ejercer el poder –o sea modos de ejercer dominios y coordinaciones en las relaciones entre los humanos y de estos con la naturaleza–. Las reconfiguraciones de lo humano hoy son múltiples, y parecería que se levantan sobre los escombros de las viejas certezas. Por ejemplo, teníamos la sensación de que las normas sociales y las instituciones nos servían y ayudaban a conquistar nuestro lugar como personas, pero no es así, la corrupción, el trá- fico de influencias y otras patologías institucionales demuestran lo contrario. Por otro lado, hoy reconocemos, casi sin problema, que hacerse personas es también una cuestión que tiene que ver con condiciones, recursos, capacidades, derechos y responsabilidades, pero no somos lo suficientemente conscientes 2 Subrayado para resaltar este apunte que rompe con los procesos tradicionales propios de paradigmas positivistas y estilos empírico/analíticos de hacer ciencias sociales. 27 Pedagogía social de que éstos están distribuidos en forma desigual. Actualmente, hasta los fenómenos naturales ponen en evidencia que lo humano y las posibilidades de constituirse y ser tratados como tales, vienen siendo reconfiguradas a la luz de nuevas formas de justificar la desigualdad y exclusión. Alberto Melucci señala: “…hoy nacen nuevas desigualdades que se basan precisamente en el modo en que se distribuyen estas potencialidades. No se trata ya sólo de disparidades materiales, sino de las desigualdades en las posibilidades que tiene todo individuo de realizarse como ser humano con plenos derechos.”3 En nuestros días, lo humano y la sociedad, como nicho ecológico con- figurado y a la vez configurador, se hacen ilegibles para muchos hombres y mujeres, por el quiebre y la alienación de sus referentes culturales, éticos y religiosos, y debido a la enajenación y ruptura de los lazos constituyentes de pertenencia y solidaridad –que algunos científicos sociales en resonancia con la ideología vigente los han denominado: “capital social”–. Por ello la experiencia de lo humano y el compromiso por construir condiciones de vida más humanas y humanizantes son entendidos por muchos, como asuntos de orden privado y personal. Muchos discursos neoliberales proclaman un nuevo estilo de ser humano en un mundo transnacional izado financieramente y globalizado tecnológi- camente; en ellos se enmascaran las situaciones de exclusión, donde la vida, la sobre vivencia es negada para muchos pueblos; a la vez que se encubren las condiciones de opresión, ocultando así cómo la trascendencia humana de amplios sectores de población es sistemáticamente clausurada. Lo humano parece reducirse a vanos discursos, que no cuestionan, ni asumen las realidades concretas en donde estos tendrían que insertarse. La negación de la sobre vivencia y la clausura de la trascendencia sólo pueden ser mantenidas por mecanismos de represión, control social y de restricciones en el conocimiento, la información y la participación política; esto se sostiene silenciando lo diferente y encubriendo la desigualdad social. Podemos constatar como, en países del Norte y del Sur, se desarrollan prácticas sistemáticas de silenciamiento de los excluidos, implementando mecanismos y 3 MELUCCI ALBERTO: (2001) Vivencia y convivencia teoría social para una era de la información. Madrid; Trota p.43 28 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos dispositivos comunicacionales que convierten a los sujetos y a las condiciones de injusticia en algo grotesco o ridículo4, donde los victimarios se convierten en victimas, y donde los que sufren aparecen ante la opinión pública como causantes de sus propias adversidades. El sistema que niega la vida y la sobre vivencia y que clausura la trascen- dencia de amplios sectores de la población mundial necesita, más que nunca, anclarse en la vida cotidiana para poder cooptarla, controlarla y así neutralizar toda esperanza, creatividad, indignación y atisbo de resistencia. Es parasitando las dinámicas de socialización primaria y sus contenidos, donde se destruyen, desfiguran y reconstruyen individuos –hombres, mujeres– portadores de mie- dos a perder los bienes, a quedar sin trabajo y a que se vulneren o pongan, en mayores riesgos, sus condiciones de vida. Seres sometidos a exclusiones y convencidos de que nada puede ser y hacerse distinto, persuadidos de que las cosas son y serán así o peor; seres que adoptan la actitud de no alterar el actual estado de cosas, el modo de funcionar de las sociedades, bien porque creen que éste es el mejor mundo de los posibles o bien porque consideran que es lo único que les toco vivir. Como diría Freire, en la sociedad actual se desproblematiza el futuro “en una comprensión mecanicista de la historia, de derechas o de izquierdas, que lleva necesariamente a la muerte o a la negación autoritaria del sueño, de la utopía, de la esperanza. En una comprensión mecanicista y por tanto determinista de la historia, el futuro ya se conoce. La lucha por el futuro ya conocido a priori prescinde de la esperanza. La desproblematización del futuro, es una ruptura con la naturaleza humana que se construye social e históricamente.”5 En esta cotidianidad invadida y conquistada, se socializa en un pensa- miento único y con un lenguaje que aparenta ser globalizado, estandarizado. Pensamiento y lenguaje que llevan a naturalizar las exclusiones, a perder la capacidad de indignarse y a admitir la injusticia social como el medio para generar riquezas. Pensamiento y lenguaje sin ética, que construye discursos en torno a la competencia, la eficacia, los estándares de calidad, la ganancia, la adaptabilidad, la privatización y el libre mercado. 4 Torres Jurjo Educación en tiempos de neoliberalismo. Madrid Morata. 2001. p.164 5 Freire, Paulo “ Pedagogía de la indignación” Madrid, Morata 2001, p. 67 29 Pedagogía social Un pensamiento y un lenguaje que no busca desarrollar poderes en las personas. Pensamiento y lenguajeque no son recursos para enfrentar el des- encanto, la paralización, la dominación, la opresión. Pensamiento y lenguaje que sitúa a las personas en una relación de dependencia, de marginalidad, de indignidad y silencio. Pensamiento y lenguaje que disocia, que lleva a sentir al otro como amenaza, como competidor y no como posibilidad u oportunidad. Pensamiento y lenguaje que vuelve mercancía la vida, la salud, la sexualidad, la honra, la lealtad, la amistad, la dignidad. Pensamiento y lenguaje que cosifica la cultura, los ideales y las personas. Como vemos, no se busca desarrollar poderes humanos en las personas, porque no se los impulsa a la esperanza, no se los mueve a la autonomía, no se les repone la condición y necesidad de indignarse, no se los convoca al encuentro dialógico empoderador (en el buen sentido de la palabra). Actualmente, la historia no conjuga con las esperanzas; tampoco los sentidos concuerdan con las acciones, las palabras desconocen y niegan los hechos. El cinismo parece haberse instalado como recurso, sin el cual no es posible considerarse humano. Todo ello configura un tipo de personalidad con una disposición a la su- misión, a la credulidad, a la insignificancia, al autoritarismo, al conformismo, a la desesperanza; lo que lleva a concebir la realidad social, no como algo a transformar, sino como una realidad dentro de la cual tenemos que actuar sin pretender nada; cosificando y paralizando, nuestras ansias de ser humanos. Ante esta realidad, algunos pedagogos sociales se preguntan: ¿Tenemos que aceptar este estado de cosas? ¿Qué hacer ante una población desempleada, ante las nuevas pobrezas, ante la destrucción de las solidaridades, identidades y perte- nencias? ¿Tendrá la pedagogía social y el quehacer del pedagogo social algo que ver con la recreación de la democracia, la equidad social y la solidaridad? ¿Cómo afectar desde nuestras practicas educativas el tiempo de angustia y desespero del joven desempleado, del adulto mayor y de aquellos que habitan la calle…? ¿Qué hacer frente a la desconfianza creciente, a la pasividad de las gentes en nuestras ciudades y comunidades? ¿Cómo promover la recuperación y la apropiación cultural crítica? ¿Es posible desde los procesos pedagógicos sociales aportar a un modelo de desarrollo humano, dignificante, plural, innovador y solidario? 30 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos Posibles áreas de respuesta de una pedagogía social que asume los desafíos del contexto Cuadro 1. Contexto social condicionante del quehacer en Pedagogía Social. Factores desencadenantes Consecuencias Desafíos para una Pedagogía Social Crisis de las institucio- nes políticas, sociales y culturales. Corrupción, tráfico de influencias, deslegitimación de la escuela, la iglesia y la familia. Disposición a la sumisión, a la cre- dulidad, a la insignificancia, al au- toritarismo, al conformismo, a la desesperanza Protagonismo del sujeto. Democracia. Veedurías ciudadanas. Desigualdad y exclu- sión. Acceso desigual a los bienes socio- culturales. Condiciones, recursos, capacidades, derechos y responsabilidades distri- buidos inequitativamente. Derechos humanos. Dignidad de la persona. Alienación y enajena- ción cultural Quiebre de referentes culturales, éti- cos y religiosos. Ruptura de los lazos constituyentes de pertenencia y solidaridad Identidad. Comunicación. Redes sociales. Transnacionalización financiera y globaliza- ción tecnológica. Afecta la vida cotidiana, la coopta, controla. Neutralización de la es- peranza, creatividad, indignación y resistencia. Pérdida de las dinámicas de socializa- ción primaria, de sus contenidos, Se destruyen, desfiguran y reconstru- yen subjetividades. Desempleo, aumento de tiempos libres, transformación de las ofertas de trabajo. Vida cotidiana. Comunicación. Redes sociales. Proyectos socioeconómi- cos. Concentración urbana. Desencanto, paralización, domina- ción, opresión. Afianzamiento de relaciones de dependencia, de margi- nalidad, de indignidad y silencio. Desarraigo, masificación, soledad e incomunicación. Participación social. Comunicación. Redes sociales. Desarrollo de las tecno- logías de la información y comunicación Pasividad, dependencia, sobre in- formación. Se vuelve mercancía la vida, la salud, la honra, la lealtad, la amistad, la dignidad. Se cosifican la cultura, los ideales y las personas. Creatividad y Participación social. Comunicación. Redes sociales. 31 Pedagogía social La crisis, transformaciones y cambios en las instituciones de acogida, la alteración de los valores familiares, la extensión y a la vez restricciones para ejercer los derechos como personas, la multiplicación de oportunidades cul- turales, así como la exclusión de amplios grupos humanos de éstas, crean al tiempo una serie de necesidades, potencialidades y satisfactores que hacen de los seres humanos seres de respuesta, que enfrentan los problemas recuperando sus historias, recreando sus energías individuales y colectivas, para crear, re- sistir y buscar la redefinición constante del si. Las personas, entendidas como procesos, trabajan constantemente por construirse a si mismas preservando sus raíces biológicas y socioculturales. En estos contextos, buscando contrarrestar la masificación de los procesos sociales, intentando revertir los sistemas contemporáneos de exclusión, desper- sonalización, manipulación, consumismo, conformismo y apatía se desarrollan las prácticas de pedagogía social que buscan recrear autonomías, indignacio- nes, solidaridades y confianzas; restableciendo la creatividad y la participación de las personas en la construcción humana y digna de lo social. 2.1 Educación para la vida, en la vida y a lo largo de toda la vida “Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social, y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar y nos incite a descubrir quienes somos en una sociedad que se quiera mas a sí misma. Que aproveche al máximo nuestra creatividad inagotable y que conciba una ética y tal vez una estética, para nuestro afán desaforado y legítimo de superación personal. Que integre las ciencias y las artes a la canasta familiar, de acuerdo con los designios de un gran poeta de nuestro tiempo, que pidió no seguir amándolos por separado como a dos hermanos enemigos. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra al fin la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía.” Gabriel García Márquez 32 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos A partir del surgimiento de la institución escolar, su universalización y asunción como escenario predominante para la educación, ha venido desapa- reciendo de la historiografía especializada y del imaginario social la realidad de los escenarios, espacios y momentos donde los individuos y las sociedades se educan, al punto que cuando se habla de educación, incluso con educadores, funcionarios de ministerios y teóricos, asumen como educación la escolari- zada formal y no formal, dejando de lado los procesos que se desarrollan en ámbitos no escolarizados y en edades extraescolares. Durante el siglo XX se pretendió la universalización de la escuela alcan- zando resultados significativos en la mayoría de los países, aun cuando mu- chos ciudadanos no tuvieron acceso al sistema escolar. Paralelo con ello se vivió un progresivo desconocimiento de la importancia de otros escenarios, ámbitos y edades para la educación, llegando a identificar educación con escolaridad y a reconocer una edad para educarse y un local exclusivo para el acto educativo. Sin embargo no siempre ha sido así, quizá nunca laeducación ha sido privilegio del subsistema escolar, aun en los momentos en que la institución escolar ha tenido mayor auge un gran porcentaje de los procesos educativos ha seguido sucediendo por fuera de la institución escolar. Existen procesos de educación para la vida y no solo para ascender en el subsistema formal o para el empleo; esta educación sucede en todos los ám- bitos, escenarios y momentos de la vida, incluso cuando se está matriculando en la escuela, en edad escolar, o se asiste a una institución educativa. Reconocer que la educación sucede en la vida, que es para la vida y a lo largo de toda la vida es un fundamento capital de la pedagogía social que se ocupa del estudio de los procesos de educación social que suceden por fuera del ámbito escolar. Para los pedagogos sociales la educación sin limites temporales, espaciales o etáreos se convierte en una dimensión de la vida que sucede “desde la cuna hasta la tumba” como hermosamente expresara Gabriel García Márquez (*) en su proclama “por un país al alcance de los niños”; el ciudadano es considerado un sujeto educador a la vez que educando, en el proceso de humanización interacciona con otros sujetos de educación, para realizar esa construcción 33 Pedagogía social continua de conocimientos, de aptitudes y de facultad de juicio y acción que constituye la educación social. El racionalismo predominante en épocas recientes fundaba su ilusión de satisfacer todas las necesidades educativas de la vida humana con la sola educación escolar, ilusión desvirtuada por la realidad de una sociedad com- pleja, multidimensional perturbadora de sujetos teóricos exclusivistas que exige la complementariedad de las diferentes modalidades, espacios y formas de educar dentro y fuera de la escuela, en todos los momentos y en todos los escenarios de vida por los que transita el ser humano durante el transcurso de su proceso vital. “Es que ya no basta con que cada individuo acumule al comienzo de su vida una reserva de conocimientos a la que podrá recurrir después sin limites. Sobre todo, debe estar en condiciones de aprovechar y utilizar durante toda la vida cada oportunidad que se le presente de actualizar, profundizar y enriquecer ese primer saber y de adaptarse a un mundo en permanente cambio “(UNESCO-Delors 1996: 95). Proponer la educación en la vida, para la vida y a lo largo de toda la vida significa reconocer una realidad que siempre ha estado allí, pero que para el siglo XXI se constituye en un ideal del sistema educativo en una sociedad con altos niveles de complejidad e incertidumbre que obliga a considerar las múltiples y diferentes formas de educación como complementarios, alternantes y partes de un todo que aun está parcialmente comprendido y regulado por las personas. La educación está aumentando su función en la dinámica social e incre- mentando la importancia y el lugar que ocupa en la vida humana; hecho que se reconoció cuando se impulso el concepto de educación permanente ( 1992), concepto que en su origen estuvo referido a la educación de adultos pero que hoy ha sido rebasado por que la división tradicional de la vida en periodos claramente separados (“infancia y juventud dedicados a la educación esco- lar; la edad adulta consagrada a la actividad laboral; y la vejez, el periodo de jubilación”) ** ya no se corresponde con la realidad de la vida. 34 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos Ante este hecho la UNESCO plantea el concepto de educación a lo largo de la vida con la pretensión de “adaptarse realmente a las necesidades de las sociedades modernas” pues se ha comprendido que el periodo de formación cubre toda la vida y que cada tipo de aprendizaje enriquece y es enriquecido por otros tipos de aprendizaje. Para la comisión presidida por Jacques Delors, el concepto (originado en la Pedagogía Social) de educación a lo largo de la vida constituye “la clave para entrar en el siglo XXI y el requisito fundamental para un dominio cada vez mayor de los ritmos y tiempos del ser humano, que supera con mucho la necesidad de adaptarse a los imperativos del mundo del trabajo” (UNESCO - 1996 -112). Educación para la vida implica informar, capacitar y formar las personas para vivir en el contexto histórico cultural en que le corresponde asumir los diferentes roles y dinámicas individuales y sociales de la existencia como persona, como ciudadano, como ser cognoscente, como trabajador, como miembro de familia y de comunidad, entre otros. Educación en la vida, a su vez, significa que en todos los momentos el ser humano potencialmente educable se encuentra en riesgo de aprendizaje, que se educa en la familia, en el vecindario, en la ciudad, en el trabajo y que no solo se aprende a aprender o a convivir sino también a convivir y a ser miembro de la sociedad humana. Educación a lo largo de toda la vida implica reconocer: que el ser humano es capaz de aprender desde que nace hasta que muere; que aprender es una expe- riencia cotidiana, donde se entrelazan de manera singular conocimientos formales y no formales, el desarrollo de potencialidades y competencias en una compleja interacción social que abarca los ámbitos cultural, laboral, social e individual. Para el presente y el inmediato futuro constituye tarea prioritaria de la pedagogía social la comprensión del entorno mundializado del individuo y la forma de convertirlo en espacio de educación y de acción, combinando lo universal y lo particular, lo macro y lo micro, lo universal y lo local en bene- ficio de la construcción de un individuo, cada vez mas sujeto activo de su propia historia y de una sociedad más equitativa, donde además de posible sea digno vivir. 35 Pedagogía social 2.2 Educación social “La educación social por la cual combato es aquella que, rigurosa, seria, fundamentalmente democrática o progresista, preocupada por que los educandos aprendan; los desafía y los critica”. Paulo Freire Si la Pedagogía Social pretende comprender, justificar y fundamentar la Educación Social y si se dice que Pedagogía Social es a Educación Social como la teoría es a la práctica; entonces ¿Qué es Educación Social? P. Natorp, se planteaba la pregunta sobre lo que añade el adjetivo “SO- CIAL” a la educación, si es de todos conocido que toda educación es social, entonces agregar lo social a educación, constituiría una redundancia, máxime cuando ella misma no puede dejar de ser social puesto que la educación de todo individuo está socialmente condicionada, se realiza a través de la inte- racción social, y que es un imposible epistemológico hacer la separación entre individuo y sociedad. El adjetivo social que acompaña a Pedagogía y a Educación se debe entender en el sentido que se le dio desde los pioneros de la Pedagogía Social “como el espacio de la comunidad, pero también como ese universo amplio, complejo y diverso; como el espacio de la multiplicidad de recorridos, significaciones y formas de vida que en él pueden convivir.” (García Molina 2003:69). La educación social se entiende como la educación en y “para la vida pú- blica, que habilita para convivir en ese espacio de relación, discusión y debate en el que construimos el nosotros; Como el espacio que revindicara Foucalt (1992: 314) de construcción de la ciudadanía internacional que permita a los sujetos privados intervenir efectivamente en el orden de las políticas y las estrategias internacionales; ciudadanía que se entiende y se despliega desde una sociedad civil basada en principios que aseguren la igualdad sin enterrar la diferencia (Delgado, 1998) como la educación que multiplica las posibili- dades de adquirir y disfrutar la cultura, de enriquecer los contextos para el desarrollo de las potencialidades transformadoras de individuos y sociedades (García Molina, 2003: 75), constructora de pensamientos, criterios y acciones articuladas a unprincipio básico de cambio y desarrollo individual y social; 36 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos enriquecedora del medio social y de las posibilidades de tránsito, promoción y desarrollo de individuos y grupos. Podemos aventurarnos a decir que la educación social del siglo XXI, ex- perimentará una notable expansión y consolidación social, aumentando la responsabilidad pública y privada hacia esta, tomando posición crítica frente a las exclusiones, asimilaciones culturales y desigualdades (Petrus, 1997). La educación social cumple con dos propósitos educativos importantes, incentivar el papel educador de la sociedad (hacia una “sociedad educadora) e incrementar las posibilidades socializadoras de la educación, optimizando redes, servicios y agentes destinados a esta tarea (Caride, 2003.). José García Molina, pedagogo español, propone entender la educación so- cial como “un derecho de la ciudadanía, que se concreta en el reconocimiento de una profesión de carácter pedagógico articulada en torno a acciones de transmisión (de contenidos conceptuales, habilidades técnicas, y formas de trato social) y mediación (con la cultura, el entorno social, y los demás sujetos) que un agente de la educación (el educador social) realiza con individuos o grupos (sujetos de la educación) en un marco institucional sancionado para tal fin y que son generadores de nuevas plataformas culturales y sociales que posibilitan: � La incorporación de los sujetos de la educación a la diversidad de las redes sociales. Ello abarcaría tanto la socialización de la infancia, en su sentido clásico, como la multiplicidad de posibles tránsitos de los sujetos por lo social, en su sentido más amplio. � La promoción cultural y social de cada uno de los sujetos de la educa- ción. Entendida como apertura a nuevas adquisiciones culturales que amplíen o mejoren las perspectivas laborales, de ocio, de relación y participación social, etcétera. En general, podría entenderse como un aumento de la “calidad de vida social”. ( García Molina, 2003: 76) La educación social, a lo largo de toda la vida pretende que en el espacio y tiempo de la vida aprendamos a aprender y a conocer, a hacer, a vivir juntos y aprendamos a ser nosotros mismos (Ortega Esteban 1999: 16); si con la educación a lo largo de la vida se recupera el espacio natural de la educación 37 Pedagogía social social: la comunidad, la vida en sociedad; con la educación permanente (Fau- re 1972) se habla de la globalidad de la educación como “una empresa que rebasa el cuadro de los establecimientos escolares y universitarios y desborda las instituciones que la integran “(Faure 1973: 256, 257)”, se reconoce lo que ya los griegos en la paidea reconocían: La ciudad educadora. Una educación social, sin limites temporales (a lo largo de toda la vida) ni espaciales (en una sociedad educadora) que procure una “estructuración continua de la persona humana” (Delors 1996: 20) integradora de lo escolar y lo extraescolar, de todos los seres humanos en la sociedad, pero también y sobre todo en la familia y en la comunidad de base; la educación como multiplicadora de tiempos y espacios, como enriquecedora de conocimientos y capacidades, como estructuración personal y de las relaciones entre indivi- duos, grupos y pueblos; Así se entiende la educación social en una sociedad educadora, en una perspectiva donde se mueven las reflexiones y acciones educativo sociales en el convencimiento de no impedir a los demás su acción y expansión (Ortega 1998). La educación social para autores como García Garrido (1971), Fermoso (1994), Quintana Cabanas (1997), A. Petrus (1997), Pérez Serrano (2003) se ha entendido fundamentada y fundamentalmente como educación en la sociedad, como la influencia de la sociedad en el individuo, como influencia política para la vida social o formación política del individuo, como educación extraescolar, como formación social del individuo, como adquisición de com- petencias sociales, como didáctica de lo social, como paidocenosis o acción educadora de la sociedad, como acción benéfico – asistencial, como socializa- ción del individuo, como adaptación, como prevención y control social, como trabajo social educativo o ayuda educativa a personas o grupos que configuran la realidad social menos favorecida… etc. Muchas de estas definiciones recogen aspectos a tener en cuenta en educación social, recalcando uno u otro aspecto según los diversos enfoques (Ortega Esteban 1999: 18). Se considera que la educación social tiene tres grandes ámbitos, campos y disciplinas a saber: La animación sociocultural, la educación a lo largo de la vida y la educación social especializada. 38 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos La educación social promueve una sociedad que eduque y una educación que socialice, además de ayudar educando a prevenir, compensar y reconducir la dificultad, la exclusión o el conflicto social de los grupos y sus individuos; tiene, entonces, dos orientaciones básicas, la una de orden “mayéutica”, inci- tador dinamizador; y la otra de orden estabilizador, que compensa o reeduca; haciendo esto de manera grupal, comunitario, donde el individuo es un sujeto miembro de grupo y sus problemas son problemas sociales del individuo en su vida en la comunidad y no como una circunstancia de un individuo aislado. La educación social se caracteriza fundamentalmente, de un lado, por su mayor concreción y delimitación en la búsqueda de la socialización e integra- ción de individuos y grupos sociales con fines de convivencia y participación social; y de otro lado, por que lo hace a lo largo de la vida preferentemente en tiempos y espacios no escolares y no convencionales. La “nueva pedagogía social no puede reducir su ámbito de acción al tratamiento de los tradicionales problemas sociales. La educación social tiene que reflexionar también acerca de su “intervención” dónde realizarla y preguntarse por qué lo hace de una manera y no de otra. La educación social debe abrir nuevos espacios de reflexión y trabajo y, lo que es más importante, debe incidir en las causas de los problemas; debe hacer prevención de las causas que lo generan.”… “El reto actual de la educación social es incidir en el repertorio conductual de los ciudadanos, lo cual supone introducir cambios en el seno de la familia, en las relaciones con los compañeros de edad y en las instituciones escolares y sociales. Sin olvidar, por supuesto, transmitir las habilidades sociales necesarias en las relaciones laborales, generar positivas actitudes frente a la cultura y las sub-culturas, etcétera. De no hacerlo así, la educación social se mantendrá dentro de un diseño o paradigma tradicional y alejado de las auténticas necesidades de los ciudadanos.” (Petrus, 2000). En el nivel didáctico, Nàjera Martínez plantea que la educación social ofrece diversas metodologías de intervención, dentro de las cuales menciona citando el PIIE, 2000: 1. Estrategias crítico-comunicativas o espacios conversacionales a través de los cuales se pueden producir acuerdos para la convivencia y la acción y, por otro lado, puede generarse y desarrollarse un proceso de 39 Pedagogía social apropiación y reapropiación del conocimiento en torno a la capacidad de entendimiento que en derecho le corresponde a cada persona 2. Animación sociocultural tendiente no tan sólo a producir una dinami- zación de las expresiones culturales sino además generar aperturas en la comunidad y sus actores para la re-creación responsable e innovativa del espacio público; 3. Animación comunitaria referida a la articulación de actores locales en torno a una gestión social cooperativa y solidaria. 4. Capacitación en la acción referida a proporcionar estrategias de aprender a aprender y aprender haciendo que permita a las personas ampliar sus capacidades y habilidades sociales.En los casos en que la educación se hace con personas en dificultad o con- flicto social especifico, se habla por parte de algunos autores, de educación social especializada, especificidad que es dada fundamentalmente por las características del sujeto, de la dificultad y del conflicto social que vive. 2.3. Educación social especializada En este documento de trabajo se hace referencia al concepto de educación social especializada, con la pretensión de ofrecer al lector información sobre una categoría comúnmente utilizada en la bibliografía circulante y hacer con- ciencia sobre la especificidad de situaciones de conflicto o de dificultad social en algunos sujetos de educación social que requieren un tratamiento profesional específico; entendiendo la conveniencia histórica, epistemológica y metodoló- gica de cierta depreciación de los ámbitos y lugares de la práctica para aclarar límites y enriquecer las actuaciones del educador social ; con plena conciencia del proceso de especialización sufrido por las disciplinas teóricas y la profesión educativa; pero advirtiendo que creemos necesario seguir reflexionando sobre estos asuntos desde un marco disciplinar común: la pedagogía social. Advirtiendo sobre los riesgos que conllevaría una visión limitada y encasi- llada de una especialización tal que reduzca la perspectiva a “tareas de inven- tariado, tipificación y escrutamiento de sectores conflictivos de la sociedad (desplazados, jóvenes, adultos, adultos mayores, infractores, mujeres, etc. 40 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos (véase Muel 1991, Delgado 1999), hecho que convertiría la pedagogía social, en una simple disciplina del desvelamiento y control de las anomalías y la desviación, asociándola con tendencias moralizantes, sancionatorias, pseudos terapéuticas e intervencionistas, que ponen su atención sobre individuos o grupos disocializados en lugar de hacerlo sobre el enriquecimiento del medio social y las posibilidades de tránsito, promoción y desarrollo de sujetos sociales, constructores de realidades socioculturales. Esta conciencia nos pone sobre aviso de una tendencia, muy acentuada en la intervención especializada con personas en conflicto o dificultad social, a incidir sobre los individuos sin tener una propuesta seria para transformar la realidad social en que se vive esa situación; tendencia que se mueve entre el control: sanción del destino social y el paternalismo, que reclama derechos y atenciones especiales para los “especiales” por ser especiales y no por ser personas, o por ser ciudadanos sujetos de derecho, con opción de diferenciarse pero también a no ser tratados como “especial” o diferente. Quedarse en reclamar la caridad y no el cumplimiento de los derechos; ese es el peligro sobre el que insistimos en advertir. Cuando se habla de educación social especializada se habla de educación con personas en dificultad social (desamparo, inasistencia social, marginación, exclusión, etc.), con personas en situación de conflicto social (inadaptación, infracción, desviación, delincuencia, entre otros.), o con personas en situa- ción de riesgo social (deprivación, inaccesibilidad, miseria, etc.); situaciones asumidas mas como un proceso dinámico que como un producto. Ante la com- plejidad de las situaciones descritas y lo difuso de los límites entre situaciones de dificultad, conflicto y riesgo social, los (as) educadores (as) sociales ven personas susceptibles de mejoramiento de condiciones de vida e integración social y por tanto susceptibles de educación social. La especialidad de la llamada educación social especializada se refiere “en primer lugar, a su mayor concreción, delimitación e insistencia en la finalidad compartida de la socialización o trabajo de integración social, esto es, en las finalidades de convivencia y participación social y, en segundo lugar, en lle- varlo a cabo preferentemente en tiempos no escolares y en espacios o lugares en general, no convencionales“(Ortega Esteban 1999: 33). Las diferencias 41 Pedagogía social genéricas y específicas de la educación social, entonces, “no son esenciales sino accidentales, de grado, de concreción o insistencia”. A partir de las delimitaciones generales de la educación y de los comunes específicos de la educación social, se da una profundización en la especificidad de las finalidades (en los que sobresale la socialización por dificultad o concien- cia) de las características de los sujetos, de los espacios y de los tiempos. Ejemplo de especificaciones accidentales y descriptivas, de grado es el re- ferido a: infancia, adultez, adultez mayor (la edad es un continuo en proceso). Cada una de estas especificaciones sería suficiente para generar un espacio profesional de reflexión y acción; así tendríamos: educación especial (infancia y juventud) andragogía (educación de adultos) y gerontogogía (educación de adultos mayores). En cada uno de ellos, la educación social especializada, pretende recrear intencionadamente y con fines educativos la realidad normalizada para integrar a quienes tienen dificultades o carencias de tipo social. En últimas las diferencias en la Educación Social especializada no están dadas en función de espacios o tiempos sino en función de los sujetos, de sus características (dificultad y conflicto social) y de sentido o finalidad (apren- der a ser, aprender a convivir, aprender a hacer, y aprender a conocer como sujetos sociales). “No es solo una cuestión de enseñanza/aprendizaje, de aprendizaje de habilidades sociales, no es tanto una adquisición de conocimientos o aptitudes sociales (cuestión secundaria, instrumental o, si se quiere, coadyuvadora), sino sobre todo de asunción de voluntades y actitudes, y, en su caso, de modificación y cambio de voluntad para convivir”…. “La educación social especializada sería la formación con personas en dificultad y en conflicto social con la finalidad de conseguir que puedan y quieran convivir con los demás y así desarrollar y desplegar su propia identidad como personas. En definitiva, la educación social con personas en dificultad y en conflicto social.” (Ortega Esteban 1999: 36). Praxis socioeducativa que se pone en escena, generalmente, a través de los grupos, de los colectivos, y de la comunidad, en espacios concretos, en tiempos no 42 Gerardo Mondragón Varela - Alfredo Ghiso Cotos reglados por la escuela, con el propósito fundamental de aprender a vivir y convivir en sociedad, al tiempo que se construye identidad personal y orden social. 2.4. Socialización Término aceptado en 1828 por el diccionario de OXFORD (socializé, del que se deriva socialization); en 1879 F. G. Giddings escribió su “The Theory o socialization” y en 1916 I. W. Burgoss estudió la función de la socialización en la evolución social; es admitido que fue E. DURKHEIM (1910) quien utilizó el término en el sentido que se le ha dado a partir de entonces. En relación con el uso de este concepto han predominado tres tendencias teóricas importantes: El estructural funcionalismo de T. Parsons, que la entiende dentro 1. del marco general de una concesión de la acción social, que concibe el proceso socializador como la posibilidad de interiorización de nor- mas y valores aceptados en un sistema social y en la consolidación y aceptación de los roles; La teoría del interaccionismo simbólico, de G. H. Mead que explica la 2. realidad como un “continuo simbólico” y se guía por una especie de conductismo social simbolizado socialmente en el lenguaje; y, La teoría de los roles apuntalada en el mismo G. H Mead, J. L. Mo-3. reno y R. Linton y posteriormente en la tesis del homo sociologicus promovida por R. Dahrendorf *. Es a partir de la segunda mitad del siglo XX cuando la socialización em- pieza a interesar a pedagogos sociales, especialmente en Alemania, Francia y España, que se ocupan de comprender el concepto
Compartir