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OFIDIOS El orden Squamata, se desarrolla a partir de un grupo de reptiles primitivos denominados Microsauria, durante el Período Jurásico de la Era Mesozoica, hace 170 millones de años. Los primeros ofidios se encuentran en estratos del Período Cretáceo de hace 120 millones de años. Los ofidios carecen de extremidades anteriores y posteriores. El esqueleto está formado por vértebras con un par de costillas que se enganchan en las placas ventrales. Cada vértebra con su par de costillas y la placa ventral conforman una unidad motora. En conjunto, todas las unidades motoras le confieren la movilidad serpenteante que presentan estos organismos, además de una gran flexibilidad. El cuerpo está cubierto de escamas córneas en la parte dorsal y de placas en la ventral. De cabeza triangular, sin cuello. Los ojos redondos, tienen pupila circular o vertical, raras veces horizontal, son inmóviles, sin párpados funcionales y están cubiertos por escamas transparentes. Las glándulas salivales se han especializado como glándulas venenosas. El sentido del olfato está bastante desarrollado pero el oído es precario. Algunas especies poseen un sensor térmico. La lengua es bífida, siempre húmeda, con muchos poros sensitivos. La boca puede abrirse enormemente, debido a que los huesos de las mandíbulas están unidos por ligamentos elásticos, además la mandíbula inferior se une al cráneo por un hueso largo y movible denominado hueso cuadrado, lo que permite que la mandíbula y el cráneo se separen. Las serpientes tragan a su presa entera, aunque sea de mayor tamaño, sin cortarla ni masticarla: la tragan comenzando por la cabeza y la hacen progresar lentamente por su tubo digestivo. Los dientes están inclinados hacia atrás de manera que el animal introducido en la boca no pueda retroceder. A medida que el alimento avanza por el tubo digestivo éste se ensancha o estira, lo mismo que la piel de la parte dorsal que es blanda y elástica entre las escamas. Como las costillas están libres por un extremo, también se separan. Como puede apreciarse tanto los sistemas óseos, muscular, digestivo y tegumentario tienen adaptaciones que facilitan la ingestión de animales de mayor diámetro que el cuerpo. De acuerdo a la presencia, ubicación y tipo de ponzoña los ofidios se clasifican en: Aglifos Los dientes del maxilar superior son aproximadamente del mismo tamaño y macizos. Opistoglifos Los dientes del maxilar superior son aproximadamente del mismo tamaño y presentan, posteriormente, uno o más pares de dientes mayores con un surco longitudinal. Proteroglifos Presentan colmillos anteriores en el maxilar superior, siendo estos pequeños, fijos y surcados. Solenoglifos Presentan uno o más pares de colmillos anteriores grandes, acanalados y móviles. En estas dos últimas categorías se agrupan todas las serpientes que presentan mayor peligro para el hombre. Las glándulas venenosas de las serpientes son tres: parótida, temporal y submaxilar. Las dos primeras no tienen relación con los colmillos que el animal utiliza para inocular el veneno, presentan estructura maciza y no poseen ninguna musculatura especialmente proporcionada a la sustancia que contienen, la cual se vierte en la base de los dientes posteriores. Cuando el ofidio muerde, el veneno penetra directamente en la carne de la presa a través de las heridas causadas por los dientes. Este mecanismo es propio de los aglifos y más perfeccionado en los opistoglifos. Glándulas venenosas propiamente dichas, altamente especializadas, sólo las poseen los proteroglifos y solenoglifos. Estas son submaxilares y ocupan las regiones posterior y lateral de la cabeza. En general tienen forma de ampolla alargada y se prolongan en un tubo que se conecta con la base del diente. Los solenoglifos disponen de una musculatura especial que al contraerse exprime con fuerza la glándula vaciando su contenido. Las serpientes desempeñan un papel relevante en la economía de la naturaleza. En conjunto y prescindiendo del problema sanitario que representa el ofidismo, las serpientes resultan útiles porque destruyen gran cantidad de roedores cuya excesiva proliferación ocasiona un desequilibrio ecológico que gravita en la economía y salud humana. • Dentadura Solenoglifa Familia Crotalidae Taxonomía Clase: Reptilia – Orden Squamata – Suborden Ophidia – Familia Crotalidae – Subfamilia Lachesinae – Géneros: Bothrops, Crotalus. Género Bothrops. En nuestro país son reconocidas seis especies: B. neuwiedi diporus, B. alternatus, B. ammodytoides, B. jararaca, B. jararacussu y B. moojeni siendo las tres primeras las más comunes. Nombre vulgar: “yarará”, “víbora de la cruz”, “yarará ñata”, etcétera. Género Crotalus. Solo una especie se encuentra en nuestro país: C. durissus terrificus. Nombre vulgar: “víbora de cascabel”. Características morfológicas y biológicas Estos ofidios tienen la cabeza claramente diferenciada del tronco y con cuello marcado, cola breve en todos los casos y en algunas especies con crótalo (“cascabel”), las escamas de la cabeza típicamente pequeñas y, al igual que las del dorso, carenadas. Entre la nariz y los ojos presentan un órgano especial, hundido, de tamaño y forma variables, con función termorreceptora, la foseta loreal. Ojos con pupila vertical. Maxilar corto y movible con colmillos solenoglifos. Aparato del veneno muy desarrollado. El tamaño del cuerpo varía entre los 70 y los 200 cm. de largo. Se alimenta de mamíferos, especialmente de roedores. Especies del género Bothrops Bothrops neuwiedi diporus. En el litoral argentino la llaman también “víbora de la cruz” ó “yarará chica” puede medir entre 60 y 110 cm. de largo con un diámetro de 1,5 a 4 cm. De color castaño grisáceo, con dibujos castaños oscuros, casi negro simulando un triángulo, de base hacia los costados del cuerpo, a veces los vértices se funden en la línea media, formando un cuadrado estrangulado, simulando un reloj de arena. En la cabeza tiene a veces una serie de dibujos que simulan una cruz. Es de rápidos movimientos, lo que le da una aparente agresividad. Los viboreznos recién nacidos ya tienen veneno. Su hábitat normal son las zonas áridas, se resguarda bajo las piedras, peñascos, pastos secos, troncos huecos, ramas secas, debajo de puentes, en cuevas de roedores. Se alimenta de toda clase de roedores pequeños, especialmente ratones y conejitos silvestres. En la Argentina, este ofidio es causa importante de accidentes en el hombre. La zona clara en el mapa muestra su distribución geográfica. • Mapa de distribución geográfica de Bothrops neuwiedi diporus Bothrops alternatus (“de la cruz” ó “Yarará grande”). • Bothrops alternatus El dibujo del dorso del cráneo simula una cruz, un arco con una flecha o un ancla; es de mayor tamaño que la anterior, pudiendo alcanzar los 150 cm. de largo, con un diámetro de 5 a 8 cm.; presenta como característica típica dibujos arriñonados a ambos lados de la línea media colocados en forma alternada, de color castaño oscuro, que sobresalen del fondo que es castaño claro. Su tamaño y movimientos rápidos le confieren gran peligrosidad. Prefiere terrenos más o menos húmedos cercanos a bañados, esteros, pastizales verdes; se suele refugiar debajo de troncos, ramas, leña seca, pilas de troncos que se dejan para el secado, peñascos, etc. Provoca alrededor del 18 por ciento del total de accidentes en el hombre. Un rasgo distintivo de esta especie es una franja blanca que se extiende de uno a otro ojo sobre el cráneo. Las zonas claras en el mapa muestran su distribución geográfica. • Mapa de distribución geográfica de Bothrops alternatus Bothrops ammodytoides. Llamada también “yarará ñata”, por tener la nariz hacia arriba, de pequeño tamaño, no sobrepasa los 40 cm. de largo, con un diámetro de 1 a 2 cm. Presenta dibujos con rombos en su dorso, de color castañosobre fondo claro. Es una especie típica de las regiones desérticas y semiáridas, entre los 1.200 y 2.200 metros sobre el nivel del mar. Las zonas claras en el mapa muestran su distribución geográfica. • Mapa de distribución geográfica de Bothrops ammodytoides Bothrops jararaca, B. jaracussu y B. moojeni. Se encuentran únicamente en el norte de la provincia de Misiones, por su cercanía con la selva brasileña, que es su hábitat normal. Son de color oscuro y pueden alcanzar hasta los 2 metros de largo. • Mapa de distribución geográfica de MICRURUS frontalis - M. corallinus Patogenia El veneno de yarará posee tres acciones primordiales: proteolítica, coagulante y hemorrágica. La primera es responsable del cuadro cutáneo, que puede llegar hasta la necrosis, debido a la presencia de proteasa, fosfolipasa A, L-amino-oxidasa, hialuronidasa, nucleasa y factores liberadores de substancias vasoactivas (histamina, bradiquinina, etcétera). Por su parte, el efecto coagulante del veneno depende de la enzima L-arginina-estearasa, la cual transforma el fibrinógeno en fibrina actuando como una substancia “trombina-símil”. La acción hemorrágica es producida por substancias denominadas metaloproteínas (“hemorraginas”) que actúan sobre los endotelios vasculares. Cuadro clínico (Síndrome Botrópico) En el sitio de la mordedura es fácil observar la impronta de uno o ambos colmillos. El dolor local aparece casi de inmediato y pocos minutos después aparece un edema localizado acompañado de frecuente equímosis que puede extenderse conjuntamente con el edema hasta alcanzar la raíz del miembro. Con el correr de las horas aparecen ampollas con contenido seroso o hemático. Entre 5 y 7 días la lesión puede evolucionar hacia la necrosis. Esta tendencia se magnifica cuano hubo previamente maniobras intempestivas (torniquete, cauterización, etcétera). Los trastornos de la hemostasia y la acción de las hemorraginas se manifiestan por prolongación del tiempo de coagulación, hasta incoagulabilidad sanguínea, pudiendo aparecer hemorragias en variadas localizaciones: gingivorragias, epístaxis, melena, hematuria y equímosis en diferentes sectores de la piel. Otros trastornos pueden acompañar al accidente botrópìco: disminución de la agudeza visual, nauseas, vómitos alimenticios o biliosos, taquicardia, hipotensión arterial y shock (presencia de coagulación intravascular diseminada), agravada por la presencia de necrosis tubular renal. El laboratorio revela leucocitosis, trastornos de la hemostasia, albuminuria y hematuria. Complicaciones locales Absceso piógeno (Staphylococcus epidermis, Proteus sp. Escherichia coli), mal perforante plantar, osteomielitis, etcétera. Se han observado también secuelas cicatrizales con deformación del miembro y edema residual. • Mordedura grave de Bothrops • Necrosis por Bothrops Complicaciones sistémicas Se destacan el shock y la insuficiencia renal aguda (IRA) que pueden llevar al óbito. Especies del género Crotalus Crotalus durissus terrificus. Es la denominada “serpiente de cascabel”, mide entre 60 y 150 cm. de largo, siendo su diámetro de entre 7 a 10 cm., lo que le da el aspecto de víbora enorme. Presenta colores marrones terrosos más o menos intensos, con una serie longitudinal de rombos sobre la línea media en su dorso, formado por una línea marrón oscura y otra externa amarilla clara, que hace resaltar estos rombos. Está cubierta por escamas carenadas en todo su cuerpo, lo que le da el aspecto de aspereza, con cierto tono brillante llamativo. En el extremo caudal presenta una formación córnea (“crótalo ó cascabel”), quitinosa, compuesta por canutos aplastados y engarzados entre sí, que aumentan en cada muda. Al ser agitados emiten un sonido a chicharra seca que denuncia su presencia fácilmente. La cabeza es triangular, tiene pupila vertical y presenta foseta loreal. Hábitat preferido: terrenos secos pedregosos, áridos o semiáridos, con pastos secos, leña seca, diversos huecos y oquedades del terreno, etc. Las zonas claras en el mapa muestran su distribución geográfica. • Mapa de distribución geográfica de Crotalus durissus terrificus Patogenia Se destacan tres acciones principales: neurotóxica, por acción de la crotoxina que inhibe la liberación de acetilcolina a nivel presináptico; miotóxica, lesionando las fibras musculares esqueléticas (rabdomiólisis); y coagulante, debida a la actividad trombínica que al consumir el fibrinógeno lleva a la incoagulabilidad sanguínea. Cuadro clínico Manifestaciones locales: levísimo dolor acompañado de eritema o edema discreto. Se destaca la parestesia local o regional. Manifestaciones sistémicas: a) neurológicas: oftalmoplejía con ptosis palpebral uni o bilateral asociado a visión turbia o doble (diplopia) y flacidez de los músculos faciales, configurando la facies miasténica o neurotóxica de Rosenfeld; b) musculares: mialgias, consecuencia de la necrosis de la musculatura esquelética (rabdomiólisis) y que se expresa en la tonalidad oscura de la orina (mioglobinuria). Exámenes complementarios: leucocitosis con neutrofilia y desviación hacia la izquierda; tiempo de coagulación prolongado, aumento de creatinofosfoquinasa (CPK), aldolasa (A), aspartato-amino- transferasa. En la IRA, uremia y creatininemia con niveles elevados. Complicaciones IRA, óbito. • MICRURUS frontalis • Mordedura de Micrurus • Mapa de distribución geográfica de Frontalis Mesopotamicus • Mapa de distribución geográfica de Pyrrhocryptus
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