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La economía política de la supervivencia de los dictadores * Abel Escribà Folch Este trabajo explora qué factores explican la supervivencia de los dictadores en el poder centrándo- se en las estrategias de compra de lealtad. Se muestra así que los dictadores que son capaces de incorporar en las estructuras del régimen a aquellos que necesita para estabilizar su cargo y a la oposición potencial permanecen mayor tiempo en el poder. Para lograrlo, los gobernantes autorita- rios recurren a la distribución de rentas y, en caso de que sectores más amplios deban ser coopta- dos, a creación de instituciones. Se muestra, además, cómo diferentes grupos tienen distintas utili- dades o preferencias respecto a qué bienes pueden comprar su lealtad. Para evitar ser derrocado por la propia elite, es crucial repartir rentas procedentes de la exportación de materias primas. Las ins- tituciones dictatoriales ayudan a prevenir intervenciones militares y de la propia elite, mientras que los cambios derivados de movimientos populares pueden ser evitados mediante bienes públicos como el crecimiento económico. Palabras clave: dictadores, supervivencia, cooptación, instituciones, bienes públicos y privados. I. INTRODUCCIÓN En los sistemas democráticos existen mecanismos regulados a través de los cuales tanto gobiernos como líderes pueden ser sustituidos. Los ciudadanos disponen de ese poder cuando se celebran elecciones, mientras que la oposición partidista puede recurrir a procedimientos tales como la moción de censura o el impeachment. Las dictaduras se Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 * Quisiera agradecer a Tània Verge, Julio Ríos-Figueroa, Andrea Pozas-Loyo y a los revisores anónimos los valiosos comentarios hechos a este trabajo en sus versiones preliminares. caracterizan por la ausencia de estos mecanismos de accountability, por lo que los acto- res políticos deben recurrir a métodos más costosos a fin de librarse de sus malos gobernantes. A consecuencia de esta ausencia de medios institucionales para cambiar gobernantes emergen problemas de constituency, esto es, uno debe identificar cuáles son las potenciales amenazas a la estabilidad del poder, es decir, qué grupos o actores pueden intentar derrocar al dictador y, después de ello, teorizar acerca de cuáles son sus incentivos. La literatura existente acerca de la duración de los liderazgos políticos no hace distinción alguna entre las maneras en que los líderes pueden ser reemplazados a fin de elaborar teorías más concretas acerca de la estabilidad de los regímenes no democráticos 1. Hablar de legitimidad en regímenes autoritarios, dadas sus características, carece, pues, de sentido, sobre todo a nivel empírico. El problema debería abordarse apelando a la rational compliance 2 de los actores políticos, adoptando, de este modo, un enfoque racional centrado en dichos actores. Esto es, las consideraciones acerca de si derrocar a un dictador o no se basarían, así, en el cálculo de los beneficios y costes esperados por parte de los potenciales grupos implicados. La intuición del argumento es la siguiente: primero, las capacidades relativas de los actores o grupos de derrocar al dictador son cualitativamente desiguales; segundo, y como resultado de estos distintos niveles de eficacia y los costes a ella asociados, los bienes que el dictador deberá proveer a cada uno diferirán en su volumen y naturaleza. Desde esta perspectiva la distribución de bienes a los diversos grupos sociales deviene fundamental en la teoría sobre la supervivencia de los dictadores. Con el obje- tivo de frustrar cualquier intento de derrocamiento, los dirigentes autoritarios recurren a la cooptación —compra de lealtades— y a la represión como instrumentos básicos. Aunque el sentido común lleve a pensar en la dictaduras como regímenes caracteriza- dos por la represión, el miedo e incluso la brutalidad, ningún dictador puede sobrevivir sin algún grado de apoyo, y éste tiene su precio. De hecho, cooptación y represión coe- xisten en equilibrio (Wintrobe, 1998; Gerhenson y Grossman, 2001). En este artículo nos centraremos pues en los recursos de que dispone el dictador a la hora de explicar sus probabilidades de permanecer en el poder. El artículo se organiza de la siguiente forma: La sección II tiene como objetivo identificar los bienes a través de los cuales los dictadores compran los apoyos necesa- rios. La sección III presenta las variables a usar en los análisis empíricos y los resulta- dos de éstos. Por último, la sección IV presenta las principales conclusiones. 110 ABEL ESCRIBÀ FOLCH 1. Véanse, por ejemplo, Bienen y Van de Walle (1991) y Bueno de Mesquita et al. (2002, 2003). 2. Conformidad racional. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 111 3. Por costes entendemos no sólo el esfuerzo de coordinación y riesgo que aquellos implicados en la toma de poder asumen, sino también, los costes materiales asociados a los cambios políticos en términos de bienes e infraestructuras y vidas destruidas. 4. No se han considerado los casos censurados, es decir, aquellos líderes que aún estaban en el poder en el año 2000. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 II. COMPRANDO APOYOS. ACTORES Y BIENES DISTRIBUIDOS La distinción entre grupos con desiguales capacidades de desestabilización y prefe- rencias es una cuestión generalmente ausente en los modelos sobre la estabilidad de los gobiernos. La opción de un golpe de Estado o de una revolución suelen, de este modo, tratarse por separado. Pero como Snyder correctamente recuerda, «revolution is only one of a number of possible political trajectories of neopatrimonial regimes» (1992: 379). Centrándonos en el caso de las dictaduras, tres actores son los que pueden intentar derrocar al dictador incumbent: los miembros de la coalición de poder —mediante sucesiones o golpes palaciegos—, los militares —mediante golpes militares—, y los ciudadanos —mediante revoluciones o protestas—. Así, definimos como mecanismos de accountability los métodos por los que estos grupos pueden derrocar al dictador, o en palabras de Przeworski (2003), «the technologies for replacing rulers», que difieren básicamente en el tamaño de los costes que conllevan 3. En este trabajo, las unidades de análisis no son los regímenes —como en Geddes (1999)—, sino los gobernantes, es decir, los dictadores. Y cuando un dictador es derrocado, su sustituto puede ser tanto un nuevo dictador, como un dirigente democrá- tico. De hecho, la mayoría de los dictadores —o gobiernos autoritarios— son sustitui- dos por un nuevo dictador. Según los datos disponibles, sólo el 36% de los líderes autoritarios que gobernaron entre 1946 y 2000 tuvieron como sucesor a un gobierno democrático 4. Las transiciones son, pues, uno de tantos posibles resultados de la caída de un dictador. Como remarcamos en la introducción, la asunción básica en esta teoría general de la supervivencia de los dictadores es que los gobernantes deben distribuir distintos bienes a los grupos sociales a cambio de su aquiescencia. Por otro lado, asumimos tam- bién que la efectividad de los distintos grupos en cuanto a capacidad para librarse exi- tosamente de los gobernantes varía sistemáticamente. En otros términos, supóngase que existen sólo dos grupos o actores, la elite, de tamaño �, y los ciudadanos, de tamaño �, donde � � �. Asúmase que los miembros de la elite tienen una ventaja o activo visible o invisible —como la influencia— que les brinda un acceso privilegiado al dictador a través, por ejemplo, de lazos familiares, cooperación, o apoyo a la hora de alcanzar el poder. Si un golpe palaciego o una revolución tiene lugar, el grupo implicado en el derrocamiento obtiene todos los beneficios del poder, Y. La probabilidad de que cada grupo se lance a derrocar al incumbent es pj, donde j � �,�, y, como hemos menciona- do, pronosticamos que 0� p� <<p� �1 5. Además, supóngase por simplicidad que la utilidad de la renta es lineal, y que la renta total del país es Y. Si el golpe o revolución tiene éxito, el grupo «ganador» pasa a obtener toda la renta disponible, menos una por- ción, � j, que es destruida debido a los daños o pérdidas en términos de capital fijo y humano y a la inestabilidad asociada al cambio de liderazgo. Como argumentamos antes, este coste es mucho mayor cuando el cambio de régimen se debe a una revolu- ción o levantamiento popular 6. Si el intento de toma de poder fracasa, lo que ocurre con probabilidad (1�pj), los miembros del grupo implicado en el intento reciben un castigo L —interprétese como represión, ejecuciones, expropiaciones, etc.— 7. Como resultado, la utilidad esperada de un miembro del grupo j de tomar parte en el intento de toma de poder es 112 ABEL ESCRIBÀ FOLCH 5. Esto implica que la probabilidad de que el dictador sea derrocado por la elite es mucho mayor que la pro- babilidad de un alzamiento popular. Más abajo se comprueba empíricamente esta hipótesis de partida. 6. La lógica es simple, los cambios de poder debidos a la movilización popular suelen ir acompañados de enfrentamientos violentos, destrucción de capital, huelgas, etc. que reducen la capacidad productiva del país. 7. Asumimos, por tanto, que no puede discriminarse entre los miembros del grupo a la hora de repartir bene- ficios o costes asociados a la acción colectiva. 8. Nótese que el término L tiene signo negativo en la derivada parcial; sin embargo, si dicho castigo se asume que conlleva una utilidad negativa a los agentes, entonces, su efecto pasa a ser positivo. Nótese, además, que el efecto de Y en el tamaño de la «recompensa» es positivo también, así, a mayores beneficios derivados del poder, mayor el volumen de los bienes que deben ser distribuidos. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 EUj (Sublevación) � p�,� Y(1�� j) (1�p�,� ) L �,��,� Conociendo esto, el dictador deberá anticiparse y hacer una oferta a cada uno de los grupos si quiere frustrar cualquier intento de deposición. Por tanto, la recompensa, R, ofrecida debe satisfacer la siguiente condición para cada uno de los grupos Donde yj representa la renta inicial de cada grupo. Dado que parece obvio que el dictador no ofrecerá más de lo que es estrictamente necesario para mantenerse en el poder, podemos igualar las dos expresiones y despejar R para obtener la recompensa o pago que recibe cada grupo j como función de pj y � j Rj (p,�) � pj Y (1�� j) (1�pj)L�yj De aquí podemos extraer que ∂Rj � Y (1�� j)�L 0, en otras palabras, cuanto mayor sea el riesgo que un grupo representa para la estabilidad del dictador, mayor debe ser la oferta para obtener su apoyo 8. En consecuencia, y dado que p� p� , el tipo p�,� Y(1�� j) (1�p�,� ) L � R yj �,��,� �,� ∂pj LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 113 9. Si la amenaza que pueden representar los ciudadanos es mínima, el dictador no tiene incentivos para ofre- cer bienes públicos, lo que posibilita la emergencia de gobernantes «depredadores», cuyo único fin es su pro- pio enriquecimiento. 10. El parámetro � no indica que el dictador se preocupe por la pérdida de riqueza tras perder el poder, sino que refleja también la capacidad relativa de cada grupo. 11. El selectorate es, a su vez, el subgrupo de ciudadanos con derecho a participar en la elección del go- bierno. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 de bienes ofrecidos a cada grupo diferirán en su naturaleza y tamaño 9. Asimismo, po- demos ver que ∂Rj � �pY � 0, esto es, a mayores los costes en términos de renta que la sublevación pueda causar, menor será la recompensa ofrecida por el dictador. Dado que �� � ��, observamos que, de nuevo, que la elite recibirá bienes mayores y exclusi- vos a cambio de su lealtad que el resto de ciudadanos 10. El tamaño de los grupos también merece atención. Los bienes excluyentes no pue- den ser repartidos a grandes grupos de la población. Si a esto añadimos el hecho de que las elites por las razones arriba mencionadas recibirán una mayor porción de beneficios, podemos concluir que la naturaleza de los bienes obtenidos por cada grupo va a diferir. La distinción entre bienes privados y públicos nos ayudará a entender cómo se obtiene la lealtad de distintos actores. Así, de acuerdo con Bueno de Mesquita et al. (2002, 2003), los gobernantes producen una combinación de bienes públicos y privados. Los privados son distribuidos a los miembros de la coalición ganadora —la elite—. Estos bienes son excluyentes, por lo que cumplen las condiciones impuestas por pj y � j. Por el contrario, los bienes públicos benefician a toda la población. En consecuencia, pode- mos establecer como hipótesis principal que Prob(supervivencia) � F(bienes privados, bienes públicos) Esta expresión simplemente establece que la supervivencia de los dictadores en el poder es una función de la provisión de bienes tanto públicos como privados a los dife- rentes grupos sociales. Las siguientes secciones están dedicadas a concretar dicha pro- posición discutiendo la naturaleza de estos bienes y su distribución. II.1. Los intereses de la elite El principal riesgo para los dictadores proviene de su propia elite de apoyo. Cierta- mente, algunos sectores son claves en su apoyo al incumbent. Bueno de Mesquita et al. (2003) se refieren a ellos como la winning coalition, es decir, «subset of the selectorate of sufficient size such that the subset’s support endows the leadership with political power over the remainder of the selectorate as well as over the disenfranchised members of the society» (Bueno de Mesquita et al., 2003: 51) 11. Gallego y Pitchik (1999), en su modelo, ∂pj se refieren a ellos como kingmakers. Este grupo sería la coalición clave cuyo apoyo per- mite al gobernante conservar el poder tras observar los beneficios de dicho apoyo. Si la inclusión de ciertos personajes en las redes del régimen resulta clave para su supervivencia, lo contrario debería ser también cierto. Dix (1982) defiende que el estre- chamiento del régimen y las consiguientes divisiones en la elite son una de las varia- bles clave que explican la caída de muchos regímenes autoritarios. Asimismo, Snyder recuerda que en casos patrimonialistas como Irán, Nicaragua y Cuba, «alienation of eli- tes encouraged the formation of broad, multi-class revolutionary coalitions» (1992: 383). En su imprescindible obra, O’Donnell y Schmitter establecen, a su vez, que «there is no transition whose beginning is not the consequence —direct or indirect— of important divisions within the authoritarian regime itself» (1986: 19). Por lo que res- pecta a la caída de los regímenes comunistas, Kalyvas argumenta que «the key mecha- nism of decay was, therefore, the desertion of party officials because of a shift in the sources of their revenue and income (...), rather than the emergence of civil society and the resistance of ordinary citizens to the state» (1999: 339). Semejante apoyo, pues, debe ser debidamente recompensado. Mi hipótesis, partien- do del modelo anterior, es que las elites reciben a cambio de su apoyo bienes de tipo privado. Acordemente, la fuerza de los hard-liners dependerá de su capacidad para des- arrollar extensas redes de patronage (Brownlee, 2002). No obstante, los distintos regímenes autoritarios pueden diferir en la forma en que esas rentas son distribuidas. Cuando las materias primas y los recursos naturales abun- dan en el país, los dictadores pueden optar por crear grandes monopolios que son asig- nados a sus más próximos colaboradores. A su vez, los impuestos sobre importaciones y exportaciones y los ingresos no procedentes de impuestos suelen representar una fuente fácil de ingresos estatales, al tiempo que se reparten licencias de importación para determinados productos. El azúcar, los cocos, los cereales, entre otros, de Filipinas seconvirtieron todos en monopolios en manos de familiares y colaboradores para su enriquecimiento personal bajo el gobierno de Ferdinand Marcos (Thompson, 1998; Kang, 2002). Juan Ponce Enrile, ministro de defensa, y Eduardo Cojuangco, dos de los colaboradores de Marcos, obtuvieron el monopolio de la industria del coco. Un decre- to presidencial de Marcos obligaba a todas las compañías procesadores de coco a ven- der o afiliarse a la UNICOM, de la cual Enrile era presidente (Bello et al., 1982). Los recursos minerales y petrolíferos son otra fuente excepcional de rentas. Los ingresos del petróleo convierten al estado en una máquina distribuidora cuyo único cometido es decidir a qué grupos o sectores beneficiar (Smith, 2004). Por ejemplo, Kuwait y Qatar han sido gobernados por las mismas dinastías desde los siglos XVIII y XIX respectiva- mente 12. «In both states the transition to oil was accomplished through a tacit deal bet- 114 ABEL ESCRIBÀ FOLCH 12. Los Sabahs y los al-Thani respectivamente. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 115 Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 ween the Amir and trading families, a trade of formal power for wealth. In exchange for receiving a sizable portion of oil revenues, the merchants renounced their historical claim to participate in decision making» (Crystal, 1989: 433). Cuando la oposición potencial es más poderosa, y el nivel de industrialización difi- culta la concesión de monopolios y licencias, los dictadores recurren a otras estrate- gias de cooptación. En estos casos, los dictadores recurren a las instituciones. Como Gandhi y Przeworski afirman, «when dictators must co-opt larger groups within society, they turn to a second line of defense: parties and legislatures» (2003: 5). Mediante un sistema de partido único, no sólo se distribuyen privilegios y beneficios materiales y/o políticos, además «parties provide a site for political negotiation within the ruling elite that represents more than reliable patronage distribution. By offering a long term system for members to resolve differences and advance in influence, parties generate and maintain a cohesive leadership cadre» (Brownlee, 2004b: 7). En Egipto, por ejemplo, la emergencia de una nueva elite empresarial en los años noventa puso en jaque al partido de Mubarak, el Partido Democrático Nacional. Este nuevo grupo propuso crear su propio partido, el Partido del Futuro, para competir con el oficial PDN. El nuevo partido, no obstante, jamás vio la luz. La elite tradicional del PDN logró acomodar al nuevo grupo, liderado por el propio hijo de Mubarak, Gamal (Brownlee, 2004b). De lo argumentado en esta sección, podemos resumir en forma de proposición que Prob(intervención elite) � F(recursos naturales, partido único, variables de control) En otros términos, la probabilidad de que el cambio de gobernante sea impulsado desde la propia elite es principalmente una función negativa de la distribución de bienes privados en forma de recursos exportables o la presencia de un sistema de partido hege- mónico (controlando por otras variables). II.2. La capacidad de los ciudadanos Los ciudadanos ordinarios no disponen, en general, de acceso a los bienes privados. Su utilidad deriva de su nivel de renta, pero dado que sus ingresos no cuentan con ren- tas procedentes de las estructuras de poder, la renta depende sólo de sus propias dota- ciones de capital y la productividad de éste. De este modo, la tasa de crecimiento eco- nómico es la que determina su bienestar y el nivel de bienes públicos facilitados desde el gobierno. Por ello, establecemos como hipótesis que una de las variables básicas que explican la probabilidad de una intervención popular es la tasa de crecimiento de la renta per cápita. Similarmente, como fuente de rentas, la ayuda extranjera y los préstamos exteriores en manos del régimen vigente constituyen una fuente de recursos (sin incurrir en nin- gún tipo de coste) que ayudan a aliviar conflictos distributivos 13. Por ejemplo, a lo largo de los años, la dinastía Hashemita de Jordania ha recibido fondos de Gran Breta- ña, de los países árabes y de los Estados Unidos. De 1973 a 1988, la ayuda externa representó en promedio el 43% del presupuesto público jordano (Moore, 2004). En Zambia, dicha ayuda equivalía al 32,7% del PIN en 1993 (Bratton y Van de Walle, 1997). Como resultado, y gracias a estos fondos, los dictadores pueden distribuir bienes públicos usando fondos ajenos, sin representar un coste para las propias arcas. Lo arriba expuesto —relacionando bienes públicos y disentimiento— es plenamen- te consistente con los enfoques existentes sobre el estudio de las protestas y oposición políticas. Así, según la teoría de la deprivación relativa, la violencia y el disentimiento políticos son resultado de la frustración social acaecida cuando los resultados experi- mentados por los individuos son inferiores a las expectativas que ellos perciben que tie- nen derecho a recibir (véanse Gurr, 1970; Feierabend, Feierabend y Gurr, 1972; Dudley y Miller, 1998, entre otros). Como Auvinen bien describe, «the regime’s inability to provide economic and political goods is seen as a source of relative deprivation within population» (1997: 177). Por otro lado, y de acuerdo con la perspectiva racional, rebelarse conlleva unos cos- tes asociados al tiempo y recursos que se dedican a ello y a los riesgos que la posible represión implica (Muller y Weede, 1990; Weede y Muller, 1998). En consecuencia, altas tasas de crecimiento económico conllevan mayores costes de oportunidad de embarcarse en actividades insurgentes (Grossman, 1991). Una mala situación económica puede ser una condición necesaria pero no suficien- te para la aparición de disturbios. La teoría de la movilización de recursos propone, partiendo de una lógica racionalista, que el conflicto latente conducirá a la emergencia de movimientos sociales en tanto en cuanto haya un cambio en los recursos, capacidad organizativa y oportunidades para la acción colectiva (Jenkins, 1983). A este respecto, el auge de lo que se ha venido a llamar «autoritarismo electoral» o «regímenes híbri- dos» podría constituir una nueva fuente de capacidad organizativa. Esta relativamente nueva forma de autoritarismo se caracteriza por permitir a los grupos opositores un cierto grado de autonomía mediante la creación de partidos y la concurrencia a eleccio- nes controladas (Diamond, 2002) a cambio de la cooperación económica de éstos. Finalmente, el enfoque estructural enfatiza el rol que algunos factores subyacentes pueden jugar a la hora de determinar los niveles de protesta y/o violencia políticas. De estos factores, el más relevante es el nivel de competición o dominación étnica. En general, se argumenta que un alto grado de diversidad étnica dificulta la acción colec- tiva a causa de los costes de información y de la desconfianza existente entre grupos (Padró-i-Miquel, 2004). 116 ABEL ESCRIBÀ FOLCH 13. La ayuda exterior por lo general incluye apoyo presupuestario, colaboraciones de seguridad, préstamos, concesiones, condonación de créditos, y el financiamiento de proyectos de desarrollo. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 117 14. Como ella misma afirma, «in general, where no precedent has been set, it can be expected that potential conspirators will at first try less drastic measures» (O’Kane, 1981: 295). Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 Resumiendo, como ya hicimos en el caso de la elite, podemos sintetizar las princi- pales variables del siguiente modo Prob(revuelta popular) � F(crecimiento económico, ayuda externa, variedad étnica, sistema multipartidista, variables de control) Por tanto, la supervivencia de los líderes con respecto a intervenciones popularesdepende positivamente del grado de provisión de bienes públicos, del grado de diversi- dad étnica del país, y negativamente de las oportunidades organizativas. II.3. Golpe militar. Salir o no de los barracones Aunque, en general, los militares pueden ser considerados como parte de la elite, representan un grupo que merece una atención especial. Como se ha remarcado, los militares disponen de los medios para tomar el poder, dado que controlan las armas y están entrenados para usarlas. Esto puede ser, no obstante, una condición necesaria pero no suficiente para su intervención. Como Luttwak (1969), Finer (1976 [1962]), Nor- dlinger (1977) y Brooker (2000) apuntan, deben darse unas precondiciones y los incen- tivos adecuados para que se tome la decisión. Existe una gran cantidad de literatura empírica sobre intervenciones militares que ha identificado una serie de factores determinantes de ésta. En su principal trabajo, O’Ka- ne (1981, 1993) identifica dos precondiciones básicas bajo las cuales los golpes milita- res son más probables. La primera tiene que ver con la dependencia en la exportación de primeras materias por parte de los países pobres. Dicha dependencia convierte la economía de estos países en extremadamente sensible a crisis de precios y, por tanto, a shocks externos que reducen el crecimiento y los ingresos públicos. El segundo tipo de factores hacen referencia a obstáculos que pueden impedir la ocurrencia de un golpe de Estado. Concretamente, O’Kane cita la reciente independencia del país y la inestabili- dad heredada del país 14. Londregan y Poole (1990) se centran en las condiciones eco- nómicas y encuentran que existe una relación inversa entre la ocurrencia de golpes y el nivel de renta, y que altas tasas de crecimiento económico actúan como elemento disuasorio (véase también Galetovic y Sanhueza, 2000). Al igual que O’Kane (1981), hallan también una fuerte influencia del número anterior de golpes militares: «once the ice is broken, more coups follow» (Londregan y Poole, 1990: 152). Nótese que de acuerdo con lo revisado hasta ahora, la presencia de recursos exportables tiene un efec- to contradictorio en las probabilidades de que un dictador retenga el poder: por un lado, parecen prevenir la intervención de las elites (sección II.1), pero por otro lado, pueden incentivar los golpes militares. A fin de definir las preferencias de los militares como institución, los primeros tra- bajos sobre intervenciones militares afirmaban que lo que por encima de todo impulsa- ba a los militares a tomar el poder era la inestabilidad social materializada en desórde- nes y movilizaciones populares que ponían de manifiesto la ineficacia del gobierno (O’Donnell, 1973; Finer, 1976; Nordlinger, 1977). Más recientemente, Galetovic y San- hueza (2000) demuestran empíricamente que los intentos de golpe militar son más pro- bables cuando existe un alto grado de descontento hacia el gobierno. Si a través de la cooptación mediante instituciones y el logro de mayores tasas de crecimiento (Johnson, Slater y McGowan, 1984), la oposición puede ser controlada, evitando así protestas y disturbios (Escribà, 2003), los militares tendrán menores incentivos para salir de los barracones. Así pues, y de acuerdo con la literatura, las intervenciones militares se explican principalmente por los siguientes factores Prob(intervención militar) � F(materias primas, protesta social, inestabilidad heredada, variables de control) Por tanto, los cambios de liderazgo impulsados desde el ejército son una función del grado de dependencia exterior debido a la exportación de recursos minerales, el grado de cohesión social —que puede controlarse gracias a las instituciones y el crecimien- to—, y el número de golpes o cambios ocurridos anteriormente. III. ANÁLISIS EMPÍRICO: SURVIVAL ANALYSIS III.1. Variables y metodología Durante el largo periodo cubierto por los datos (1946/1950-2000), el mundo ha teni- do que soportar a unos 520 gobiernos dictatoriales, de los cuales 279 eran civiles, 200 militares y 41 monárquicos 15. A modo de clarificación, en este trabajo se considera «gobierno dictatorial» los años seguidos de gobierno bajo el mismo dictador o junta 16. El objetivo de este artículo es el de estudiar la durabilidad de los dictadores en el poder, por tanto, nuestra variable dependiente es el cambio de liderazgo, HEADOUT, por lo que se ha codificado con un 1 el año en que el líder es derrocado o deja el 118 ABEL ESCRIBÀ FOLCH 15. Las cifras pueden variar dependiendo de los datos disponibles. 16. Cuando usamos el término «dictador», nos referimos tanto a aquellos que gobernaron de forma básica- mente individual, como a aquellos que lo hicieron de forma colectiva, como juntas militares, Consejos de Sal- vación Nacional, Politburós, etc. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 119 17. Son considerados dictadores los cabezas efectivos de gobierno: 1) secretarios generales del partido comu- nista, excepto en la China de Deng Xiaoping; 2) reyes, presidentes, y gobernantes de facto en dictaduras no comunistas, excepto en los casos de Singapur, Malaysia, Camboya, Laos y Myanmar, donde el líder efectivo es a veces el primer ministro; y 3) militares u otros líderes cuando las fuentes indican que el líder nominal es un títere. Véase Cheibub y Gandhi (2004). 18. Recuérdese que el efecto de esta variable puede ser positivo, en cuanto a inestabilidad, para el caso de intervenciones militares (sección II.3). 19. Ambas variables han sido compiladas del FMI (1999) y actualizadas. 20. El multipartidismo siempre existe con un parlamento. Fuente: ACLP: base de datos desarrollada por Prze- worski et al. (2000) para su libro Democracy and development. Véase también Gandhi (2004). 21. La variable ha sido tomada de los World development indicators (World Bank, varios años). Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 poder, mientras que los años sin cambio tienen un 0. Los modelos empíricos, pues, están dirigidos a estimar la probabilidad de que dicho cambio tenga lugar. Las unidades de análisis son los dictadores o gobiernos dictatoriales 17. Siguiendo las secciones teóricas, las variables independientes utilizadas en los modelos econométricos buscan distinguir entre bienes privados y públicos y los siste- mas institucionales de los regímenes autoritarios. Los recursos naturales y materias primas son una manera fácil de obtener rentas con las cuales comprar apoyos como argumentamos antes. Para capturar esta opción, inclui- mos la variable MATPRIMAS 18. Se trata de una variable dummy que toma valor 1 si el país es exportador de materias primas tal que el ratio promedio de exportaciones de productos primarios (no petrolíferos) en 1990-1993 era superior al 50% del total de exportaciones; en caso contrario el valor de la variable es 0. Similarmente, la variable PETRÓLEO indica si el país es productor de petróleo; se trata, pues, de una variable dummy que toma valor 1 si la media del ratio entre exportaciones de combustible y el total de exportaciones es mayor que el 50% entre 1990 y 1993 19. Como se dijo en la sección II.1, si el dictador debe cooptar a grupos sociales más amplios recurre a la creación de instituciones. Para ello, empleamos, por un lado, la variable PARTIDOÚNICO, una dummy que toma valor 1 si existe un solo partido o un parlamento —o ambos—, y 0 en caso contrario. Por otro lado, usamos MULTIPART, otra dummy, que toma valor 1 si existe un sistema multipartidista 20. Como afirma Hun- tington, «liberalized authoritarianism is not a stable equilibrium. The halfway house does not stand» (Huntington, 1991: 137 citado en Brownlee, 2004a). Sin embargo, al canali- zar las protestas, esta variable puede reducir la probabilidad de intervención militar. La ayuda externa permite comprar nuevos apoyos mediante bienes públicos. Emple- aremos pues el nivelde ayuda externa per cápita, AIDPC, que ofrece una serie tempo- ral más completa 21. Asimismo, el crecimiento del PIB per cápita, CRECIMIENTO, mide el grado de bienestar de los ciudadanos, por lo que representa el principal bien público a ser considerado. Las divisiones étnicas podrían generar mayor inestabilidad según el enfoque estruc- tural, mientras que según el enfoque racionalista la dificultaría por ser más improbable la acción colectiva. Por ello, incluimos la variable de diversidad étnica, ETHFRAC, que mide la probabilidad de que un número de personas escogidas al azar en un país no pertenezcan al mismo grupo etnolingüístico. Para dar cuenta de la inestabilidad heredada (véase Przeworski, 2004), la variable PASTAUT, que cuenta el número de veces que una democracia ha sido derrocada en el mismo país, ha sido incluida 22. Como mencionamos, la inestabilidad pasada induce a un mayor riesgo de golpe militar. Las características individuales de los gobernantes han sido controladas mediante la inclusión de dos variables dicotómicas: MILITAR, que toma valor 1 si el gobernante efectivo es o fue militar de profesión, y 0 si es un monarca o civil. Y CIVIL, que toma valor 1 si el cabeza de gobierno es civil, y 0 si es militar o monarca 23. La naturaleza dicotómica de la variable dependiente y el objetivo de este estudio hacen que el uso de event history análisis sea el más indicado. Aunque el cambio de liderazgo podría pensarse como un proceso continuo, los datos disponibles son de carácter discreto, por lo que los modelos para variables categóricas —como logit— pueden ser también aplicados en las estimaciones. Concretamente, en los casos de tiem- po discreto se han usado modelos tanto logísticos como regresiones log-logísticas. Por lo que se refiere a los modelos paramétricos en tiempo continuo, las estimaciones se han realizado usando la función Weibull. Además, en tiempo discreto debe tenerse en cuenta la dependencia temporal, h(t). El modo más general de hacerlo consiste en la inclusión de dummies por cada unidad t temporal (Han y Hausman, 1990; Beck, Katz y Tucker, 1998). Este método, no obs- tante, implica una reducción drástica de los grados de libertad y produce un elevado número de coeficientes difícilmente interpretables. Por ello, el segundo método opta por la transformación de la variable temporal. Una transformación comúnmente utiliza- da es la de obtener el logaritmo de la tendencia temporal o el uso de distintos polino- mios —como transformaciones cúbicas— (Box-Steffensmeier y Jones, 2004). III.2. Distribución de bienes y supervivencia en el poder: Un modelo general Procedemos, pues, a poner a prueba las hipótesis acerca del papel de la distribución de bienes para la supervivencia de los dictadores en el poder. La tabla 1 muestra los 120 ABEL ESCRIBÀ FOLCH 22. Fuente: ACLP. 23. Fuente: Cheibub y Gandhi (2004). Monarca es, pues, la categoría de referencia. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 121 Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 resultados de las estimaciones utilizando tanto modelos de tiempo continuo como dis- creto. TABLA 1. ESTABILIDAD DICTATORIAL: COEFICIENTES ESTIMADOS Evento: HEADOUT Variables Weibull Logit Logit C Log-log C Log-log independientes MATPRIMAS �.287* �.277* �.283* �.276* �.280* (.150) (.161) (.163) (.150) (.151) PETRÓLEO �.145 �.168 �.127 �.164 �.128 (.231) (.246) (.246) (.232) (.230) MILITAR 1.10*** .957*** 1.27*** .928*** 1.22*** (.325) (.338) (.370) (.325) (.355) CIVIL 1.25*** 1.09*** 1.43*** 1.06*** 1.38*** (.342) (.356) (.386) (.343) (.372) AIDPC �.004*** �.004** �.004** �.004** �.004** (.001) (.001) (.001) (.001) (.001) PARTIDOÚNICO �1.22*** �1.06*** �1.01*** �1.01*** �.967*** (.206) (.218) (.219) (.207) (.208) MULTI-PART �.663*** �.483** �.510** �.460** �.483** (.191) (.205) (.205) (.191) (.191) CRECIMIENTO �.030*** �.031*** �.030*** �.028*** �.026*** (.008) (.009) (.009) (.008) (.008) ETHFRAC .591** .558** .575** .517** .529** (.233) (.253) (.254) (.235) (.236) PASTAUT .128* .153* .156* .130* .132* (.072) (.083) (.083) (.073) (.072) DURACIÓN �.117*** �.109*** (.043) (.040) DURACIÓN 2 .005** .005** (.002) (.002) DURACIÓN 3 �.00005* �.00005* (.00003) (.00003) LOG-DURACIÓN �.138* �.129* (.081) (.075) LN_P .117** LOG LIKELIHOOD �380.97 �731.51 �727.37 �731.38 �727.32 N 2492 2525 2525 2525 2525 Errores estandarizados entre paréntesis. ***p�.01 **p�.05 *p�.10. Como puede comprobarse, todos los coeficientes son muy similares independiente- mente del método de estimación empleado y tienen los signos pronosticados 24, mos- trando que el reparto de bienes tanto privados como públicos aumenta la probabilidad de permanecer en el poder, mientras que la inestabilidad heredada la reduce. La dummy de petróleo no es significativa en ninguno de los modelos dado que está altamente correlacionada con el tipo de líder, debido a que la mayoría de países petrolíferos están gobernados por monarquías. Obsérvese, que en los modelos de tiempo discreto se han realizado dos tipos de especificaciones para la dependencia temporal: una transformación logarítmica y una cúbica. Tras realizar diversos log-likelihood ratio tests, parece que ambas son adecua- das, especialmente la cúbica. A fin de clarificar estos resultados, la tabla 2 detalla tanto los efectos marginales como los discretos de las variables independientes manteniendo constantes al resto en su valor medio. En un modelo de transición proporcional, el efecto de una variable puede ser fácilmente interpretado como el cambio porcentual en la tasa de transición, dado que sólo una variable cambia su valor. La tabla 2 muestra también estos cambios porcentuales para el modelo Weibull. 122 ABEL ESCRIBÀ FOLCH Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 24. No son ni odds ratios ni hazard ratios. TABLA 2. EFECTOS MARGINALES Y DISCRETOS Variables Tiempo continuo Tiempo discreto independientes % cambio Efecto 0→1 �1/2 marginal MATPRIMAS .............. �24.95 �0.02 �0.02 �0.02 PETRÓLEO .................. �13.49 �0.008 �0.008 �0.008 MILITAR ...................... 250.87 0.0893 0.1018 0.0927 CIVIL............................ 201.74 0.1005 0.1119 0.1054 PARTIDOÚNICO ........ �70.47 �0.0817 �0.0791 �0.0835 MULTIPART ................ �48.46 �0.0511 �0.0479 �0.0513 AIDPC .......................... �0.5 �0.0003 �0.0003 CRECIMIENTO .......... �3.01 �0.0021 �0.0021 ETHFRAC .................... 80.69 0.0402 0.0405 PASTAUT .................... 13.76 0.0109 0.0109 De los modelos en tiempo continuo, pues, vemos que la tasa de riesgo es un 25% menor para dictadores que gozan de materias primeras con las que obtener ingresos, crear monopolios y repartir licencias. Para los exportadores de petróleo, dicha tasa es un 13% menor. El efecto más fuerte lo encontramos en los arreglos institucionales. Los dictadores con un partido único se enfrentan a riesgos harto menores con una tasa un LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 123 25. Los cambios en la probabilidad en los modelos de tiempo discreto se han calculado usando los comandos Spost; véase Long y Freese (2001). Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 70% menor que otros con otras estructuras organizativas. Ese porcentaje es del 48% para los líderes que gobiernan sistemas multipartidistas. Los efectos negativos de la inestabilidad pasada y la diversidad étnica son también claros, así como los incremen- tos enormes en la tasa de riesgo que implica ser un gobernante civil o militar (compa- rado a ser un monarca). Los cambios en la probabilidad de derrocamiento parecen pequeños para las varia- bles AIDPC y CRECIMIENTO, pero ello es debido a su escala. La ayuda se mide en dólares per cápita, por lo que el incremento en un dólar reduce la tasa de cambio en 0,5 puntos porcentuales, por lo que diez dólaresla reducen un 5%. En lo que se refie- re al crecimiento, su efecto es bien importante, dado que crecer tan sólo un punto con- lleva una reducción del 3% en la probabilidad de ser derrocado. En los modelos de tiempo discreto, los efectos son muy similares en las distintas especificaciones. En la columna «0→1», vemos el cambio en la probabilidad del even- to cuando el valor de la variable independiente va de 0 a 1 (manteniendo el resto cons- tantes en sus medias), por lo que resulta muy descriptivo para las dicotómicas. Así, el hecho de tener recursos exportables reduce la probabilidad de cambio en 0,02. Mientras que tener un partido único la reduce en 0,079 puntos. En la primera columna aparecen los efectos marginales, y en la última los cambios alrededor de la media de la variable 25. El efecto de un incremento marginal en el nivel de diversidad étnica es de 0,04, y de 0,01 para la inestabilidad heredada. Recuérdese que estos efectos están calculados fijando el resto de variables en sus medias, por lo que su importancia puede variar mucho dependiendo de las condiciones subyacentes. Por ejemplo, el efecto marginal de los recursos exportables es casi el doble (�0,038) cuando la ayuda externa es escasa, y aún dobla este nuevo valor si el crecimiento eco- nómico es bajo (�0,0705). El incremento en probabilidad de supervivencia también aumenta para la variable de partido único (de �0,079 a �0,087) si en el país no hay materias primas o petróleo. Y dicho efecto deviene incluso mayor si además otras fuen- tes de recursos como la ayuda externa escasean: �0,107 (efecto marginal � 0,111). Por tanto, las estructuras partidistas se vuelven más importantes para la estabilidad en tanto que menores sean las fuentes de recursos (sección II.1). III.3. Distintas formas de derrocamiento y actores implicados No todos los mandatos terminan de igual manera. Como enfatizamos en la sec- ción II, algunos dictadores son derrocados por golpes palaciegos, otros por golpes mili- tares, y otros a resultas de protestas populares. Así pues, hay distintos actores implica- dos y no todos están influenciados por las mismas consideraciones y, por tanto, varia- bles (Gallego, 1996, 1998). El objetivo, pues, de esta sección es comprobar cómo las variables del modelo base anterior pueden tener efectos diferentes y contradictorios según el tipo de derrocamiento de que se trate. La tabla 3 nos ofrece las frecuencias de la variable dependiente WAYOUT 26. La codificación se ha hecho teniendo en cuenta qué actor ha sido el principal en el cam- bio de liderazgo: la elite, los militares, los ciudadanos o algún país exterior. Recuérde- se que una de nuestras principales asunciones de la sección II era que la probabilidad de ser derrocado por los miembros de la elite es mucho mayor, en general, que ser derrocado por algún tipo de movimiento popular. Efectivamente, como puede observar- se, la mayoría de los cambios de gobernante, 60,05% (242), han sido promovidos por la propia elite del régimen. Estos cambios pueden ser relativamente violentos o pacífi- cos dependiendo del nivel de institucionalización del régimen o de si alguna norma for- mal o tácita regula el proceso de sucesión. De hecho, 56 de los 242 cambios (23,14%) promovidos desde la elite fueron explícitamente violentos o causados por conflictos entre facciones. TABLA 3. FORMAS DE DEJAR EL PODER Y ACTORES IMPLICADOS Actor implicado Frecuencia Porcentaje (%) Elite/coalición............ 242 60,05 Ejército ...................... 111 27,54 Masas/sociedad.......... 47 11,66 Fuerzas extranjeras.... 3 0,74 Total .......................... 403 100 La segunda forma más común de librarse de los dictadores son los golpes militares. El 27,54% (111) de los cambios fueron llevados a cabo por las fuerzas armadas. En cambio, las revoluciones, guerras civiles, y movimientos populares han sido mucho menos frecuentes. Tan sólo 47 de los 403 cambios de liderazgo (11,66%) fueron pro- movidos por los propios ciudadanos 27. Para poner a prueba nuestras hipótesis, se han computado modelos logísticos multi- nomiales en los que la variable dependiente es WAYOUT. Cada dictador, pues, puede hallarse en uno de estos cinco estados ( j): en el poder ( j�0); derrocado por la elite ( j�1); derrocado por el ejército ( j�2); derrocado por las masas ( j�3) o derrocado por 124 ABEL ESCRIBÀ FOLCH 26. Véase el apéndice para mayores detalles sobre la construcción de esta variable. 27. Debe mencionarse, no obstante, que algunos de los golpes militares estuvieron motivados por la existen- cia previa de altos niveles de protesta ciudadana. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 125 28. La fuente de esta variable es ACLP. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 fuerzas extranjeras ( j�4). La dependencia temporal se ha modelizado, en este caso, mediante una transformación cuadrática. Los resultados se muestran en la tabla 4. Las estimaciones acerca de la interven- ción exterior se han omitido por falta de relevancia, dado que los cálculos y motiva- ciones que propician una invasión por parte de otro país están fuera del alcance e interés de este trabajo. Se han añadido, además, dos nuevas variables en estos mode- los. La primera es ELECCIÓN, la cual toma valor 1 si el cabeza de gobierno fue en su tiempo directamente elegido a través de elecciones, plebiscito o referéndum desde el año de su primera elección, y toma valor 0 en caso contrario. La segunda variable es GOBACU, que trata de captar de otra forma la inestabilidad pasada midiendo el número de cambios de jefes efectivos de gobierno acumulados durante un régimen 28. Así pues, esta variable está basada en cambios de liderazgo, no de régimen como PASTAUT. TABLA 4. MODELO MULTINOMIAL: TIPOS DE CAMBIO DE LÍDER Y ACTORES IMPLICADOS Variables Actor implicado (tipo de salida) independientes Elite/coalición Ejército Masas/sociedad Coef. s.e. Coef. s.e. Coef. s.e. MATPRIMAS.......... �.498*** .237 .244*** .278 �.458*** .625 PETRÓLEO ............ �.285*** .376 .020*** .453 �.441*** .867 AIDPC .................... �.003*** .002 �.005*** .003 �.021*** .012 MILITAR ................ 1.66*** .574 3.57*** 1.60 1.27*** .992 CIVIL ...................... 1.85*** .610 4.33*** 1.62 �.020*** 1.11 PARTIDOÚNICO.... �1.34*** .319 �1.56*** .359 .131*** .823 MULTIPART .......... �.387*** .285 �1.69*** .384 1.31*** .797 CRECIMIENTO ...... �.025*** .013 �.016*** .015 �.107*** .031 ETHFRAC .............. 1.09*** .368 .445*** .436 �1.18*** .938 ELECCIÓN ............ �.421*** .253 .070*** .297 �.602*** .603 GOBACU ................ .026*** .027 .110*** .030 �.064*** .103 DURACIÓN ............ �.075*** .031 �.055*** .040 .084*** .076 DURACIÓN 2.......... .001*** .0007 .002*** .001 �.001*** .001 LOG LIKELIHOOD �813.319 OBSERVACIONES 2435 ***p�.01 **p�.05 *p�.10. Coef.�coeficientes de regresión; s.e.�errores estandarizados. La necesidad de diferenciar los modos de salida de los líderes queda, dados los resultados, fuera de toda duda. A fin de reducir el riesgo de amenaza que supone la elite, los recursos devienen cruciales. La compra exitosa de la lealtad de este sector parece depender del reparto de bienes privados a sus miembros. Esta es la razón por la que la variable MATPRIMAS es significativa sólo en el caso de la elite. También el petróleo ejerce un efecto negativo dado que supone una fuente de ingresos no proce- dente de impuestos. La ayuda externa también favorece la estabilidad pero no de forma significativa en este caso. Una vez poseen empresas en los sectores clave, el crecimiento económico ayuda a la obtención de mayores beneficios, especialmente en sectores dinámicos que requieren de inversiones, es por ello que la variable CRECIMIENTO es significativa pero sólo al nivel 0,1. Sin embargo, la que se perfila como la mejor de las estrategias de los líderes auto- ritarios a fin de movilizar elapoyo de la elite es la creación de un sistema de partido único. El coeficiente es de �1,34 y altamente significativo. El partido ofrece así un sis- tema a largo plazo de reparto de beneficios en el que, además, sus miembros pueden resolver sus diferencias y promover sus intereses. Partidos con estructuras menos des- arrolladas sirven para organizar el acceso a las rentas. Nótese, además, que la dummy de sistema multipartidista no tiene un efecto significativo para los cambios promovidos desde la elite. El grado de diversidad étnica incrementa las probabilidades de derrocamiento desde la elite puesto que ello sirve para definir líneas claras a lo largo de las cuales pueden erigirse alianzas y bases de apoyo. Por su lado, la inestabilidad pasada tiene también un fuerte efecto positivo en la probabilidad de ser depuesto. Como se subrayó en la sección II.3, lo que más detestan las fuerzas armadas son la movilización popular y los disturbios, por lo que suelen tomar el poder con el fin de restablecer el orden. En consecuencia, mediante la cooptación a través de los partidos y un mayor crecimiento económico, el descontento social puede ser en cierta medida evitado, lo que explica los signos negativos de ambas variables. Una explicación alter- nativa a este resultado podría apelar a los propios cálculos de los militares: donde la oposición goza de un mayor grado de organización, la capacidad de resistir un intento del ejército para tomar el poder aumenta, y con ella los costes de represión. Por otro lado, nótese que el efecto de MATPRIMAS y PETRÓLEO es en este caso positivo aunque no significativo. En lo referente a los cambios promovidos por las «masas», los resultados confirman nuestras expectativas teóricas acerca de la importancia de los bienes públicos y la capa- cidad organizativa. Así, son significativas y con efecto negativo las variables de creci- miento económico y ayuda externa. Asimismo, la dummy de multipartidismo, que capta 126 ABEL ESCRIBÀ FOLCH Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 LA ECONOMÍA POLÍTICA DE LA SUPERVIVENCIA DE LOS DICTADORES 127 29. Se han puesto a prueba modelos que incluyen el nivel de gasto público del gobierno, sin embargo, la variable es altamente endógena y la serie temporal disponible muy reducida, por lo que su estimador no era significativo. Revista Española de Ciencia Política. Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 los recursos organizativos, es positiva y significativa. Vemos también que la diversidad étnica dificulta la acción colectiva aunque no es significativa 29. La hipótesis respecto a que el dictador haya sido anteriormente votado en unas elec- ciones especificaba que el hecho de haber resultado electo actuaba como señal hacia sus rivales del nivel de apoyo potencial del que dispone. Es por ello que afecta negati- vamente a las probabilidades de intervención de la elite. Por último, la variable de ines- tabilidad pasada, GOBACU, es sólo significativa en el caso de los golpes militares, y con signo positivo como predijimos. IV. CONCLUSIONES Los dictadores deben distribuir distintos tipos de bienes para «comprar» la aquies- cencia de los grupos sociales y retener así el poder. Para llevar a cabo dicho reparto existen diferentes alternativas: Puesto que la amenaza que representan los miembros de la propia elite es mayor, la cantidad y naturaleza que éstos recibirán diferirá sistemáti- camente de la de los que serán distribuidos a los ciudadanos ordinarios, cuyo bienestar deriva básicamente del crecimiento de la renta. Las materias y recursos exportables permiten grabar las transacciones internaciona- les para obtener rentas, así como crear monopolios y agencias estatales a ser repartidos entre los máximos colaboradores. Cuando el número de aquellos que el dictador debe comprar es mayor, el dictador requiere de otras estrategias. En este caso, la instauración de un sistema de partido único permite crear una estructura estable mediante la cual se reparten privilegios, rentas, acceso limitado al poder, al tiempo que se genera un espa- cio donde elite y oposición pueden pactar y negociar. La parte empírica del artículo muestra cómo estos factores consiguen estabilizar los gobiernos dictatoriales. Asimismo, se han aplicado modelos multinomiales a fin de comprobar si las diferentes formas de sustitución de líderes están influenciadas por diferentes variables. De este modo, la distribución de bienes privados es el factor clave a la hora de reducir la probabilidad de una intervención de la elite. Para evitar un golpe militar, en cambio, es preciso controlar el descontento social mediante crecimiento y concesiones. Por último, las revueltas populares se explican por la extensión de los bienes públicos distribuidos y por la capacidad organizativa de la oposición. APÉNDICE La variable WAYOUT distingue los medios por los cuales un dictador es reempla- zado, centrándose en qué actor promueve dicho cambio. Las fuentes empleadas son de carácter histórico, es decir, estudios de caso, bases de datos históricos (como el Kee- sings Contemporary Archives), anuarios, etc. Se han aplicado las siguientes normas para la codificación: — Se ha puesto énfasis en qué grupo lidera o promueve el cambio de líder. Por tanto, los cambios debidos a revoluciones, huelgas, guerras civiles o protestas se han codificado como cambios promovidos por las masas/ciudadanos. — Si el cambio es debido a un golpe militar, se codifica como intervención militar aunque ésta haya venido precedida de protestas sociales. — Para los gobernantes militares, la distinción entre golpe militar y golpe palacie- go —de la elite— también se aplica. Se considera un cambio desde la elite cuando aquellos que promueven el derrocamiento son colaboradores cercanos al líder, o miem- bros de órganos colectivos como la junta militar o el consejo de salvación nacional. En consecuencia, se codifica como golpes militares aquellos llevados a cabo por facciones del ejército distintas a la que ostenta el poder, ya sea por razones de etnia, territoriali- dad, etc. Los líderes de guerrillas no son considerados militares. — Los líderes que murieron en el poder (por causas naturales), no son codificados a menos que la sucesión ya estuviera establecida. — Se ha dado prioridad a los actores domésticos. Así, donde haya habido colabo- ración entre un grupo doméstico y uno exterior, se ha codificado como si sólo el inter- no fuese el causante. En consecuencia, en la base de datos sólo hay tres líderes depues- tos únicamente por fuerzas extranjeras: Idi Amin (Uganda), Pol Pot (Kampuchea Democrática, por entonces) y Manuel Antonio Noriega (Panamá). Amin fue derrocado por fuerzas de Tanzania en 1979; Pol Pot fue depuesto tras la invasión vietnamita, y Noriega por la ocupación americana en la operación Causa Justa. 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Núm. 16, Abril 2007, pp. 109-132 << /ASCII85EncodePages false /AllowTransparency false /AutoPositionEPSFiles true /AutoRotatePages /All /Binding /Left /CalGrayProfile (Dot Gain 20%) /CalRGBProfile (sRGB IEC61966-2.1) /CalCMYKProfile (U.S. Web Coated \050SWOP\051 v2) /sRGBProfile (sRGB IEC61966-2.1) /CannotEmbedFontPolicy /Warning /CompatibilityLevel 1.3 /CompressObjects /Tags /CompressPages true /ConvertImagesToIndexed true /PassThroughJPEGImages true /CreateJDFFile false /CreateJobTicket false /DefaultRenderingIntent /Default /DetectBlends true /DetectCurves 0.0000 /ColorConversionStrategy /LeaveColorUnchanged /DoThumbnails false /EmbedAllFonts true /EmbedOpenType false /ParseICCProfilesInComments true /EmbedJobOptions true /DSCReportingLevel 0 /EmitDSCWarnings false /EndPage -1 /ImageMemory 1048576 /LockDistillerParams false /MaxSubsetPct 1 /Optimize true /OPM 1 /ParseDSCComments true /ParseDSCCommentsForDocInfo true /PreserveCopyPage true /PreserveDICMYKValues true /PreserveEPSInfo 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