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INTRODUCCIÓN
La empat ía , entendida como la habi l i -
dad de in fer i r e l estado cogni t ivo y emo-
cional de los demás y la v ivencia afect iva
de este acercamiento (Moya-Albiol , 2018),
es uno de los elementos esenciales en los
que se sustenta una re lac ión de ayuda
efectiva. Su importancia en el ámbito de la
psicoterapia ha s ido señalada por di feren-
tes autores (Bohart y Greenberg, 1997;
Kohut, 1959; Rogers, 1957), argumentando
que solamente desde una elevada sensibi -
l idad hac ia e l suf r imiento a jeno, y la au-
tént ica comprens ión de sus fuentes , es
posible in ic iar una actuación terapéutica.
Esta act i tud se ha re lac ionado de forma
posit iva con el éxi to de las intervenciones
psicológicas (Keijsers, Schaap y Hoodguin,
2000; Norcross y Wampold, 2011), y es que
Revista Argentina de Clínica Psicológica
2019, Vol. XXVIII, N°2, 210-220
DOI: 10.24205/03276716.2019.1095
EMPATHY IN THE PERFORMANCE AND TRAINING OF CLINICAL
AND HEALTH PSYCHOLOGISTS, AND ITS RELATION WITH
MINDFULNESS AND COMPASSION
Miguel Bellosta-Batalla1, Ausiàs Cebolla2,
Josefa Pérez-Blasco3 y Luis Moya-Albiol1
Resumen
En este artículo, se analiza la importancia de la empatía en el ámbito de la psicoterapia, y la necesidad
de fomentar esta habilidad en los psicólogos clínicos y sanitarios. Se exponen las aportaciones funda-
mentales sobre el estudio de la empatía, y se introduce el concepto de sesgos en la inferencia, una serie
de errores que pueden influir de forma negativa en su establecimiento. Además, se sugiere la relación
existente entre mindfulness, empatía y compasión –entendiendo esta última como el eje vertebrador que
subyace a las actuaciones psicológicas-, y atendiendo a las ventajas de incluir las intervenciones basadas
en mindfulness y compasión (IBMC) en la formación universitaria de los psicólogos clínicos y sanitaristas,
especialmente en lo que se refiere a la mejora de su empatía.
Palabras clave: Empatía, Mindfulness, Compasión, Psicoterapia, Psicología clínica y de la salud.
Abstract
In this article the importance of empathy in the psychotherapeutic field is analyzed, and also
the need of promoting its development in clinical and health psychologist. It is exposed the main
contributions about the study of empathy, introducing the concept of biases in the inference, a set
of errors that could negatively influence empathy. Moreover, the relation between mindfulness, em-
pathy, and compassion is suggested –understanding the last one as the vertebral axis of the psy-
chological interventions-, and then focusing on the advantages of including mindfulness and
compassion-based interventions (MCBI) in the academic training of clinical and health psycholo-
gists, especially in regard to improving empathy.
Key words: Empathy, Mindfulness, Compassion, Psychotherapy, Clinical and health psychology.
Recibido: 18-11-17 | Aceptado: 16-03-18
1 Departamento de Psicobiología. 2 Departamento de Personali-
dad, Evaluación y Tratamientos Psicológicos. 3 Departamento de
Psicología Evolutiva y de la Educación
Facultad de Psicología. Universitat de València
E-Mail: Miguel.Bellosta@uv.es
REVISTA ARGENTINA DE CLÍNICA PSICOLÓGICA XXVIII p.p. 210-220
© 2019 Fundación AIGLÉ.
LA EMPATÍA EN EL EJERCICIO Y FORMACIÓN DE LOS
PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y SANITARISTAS, Y SU RELACIÓN
CON MINDFULNESS Y COMPASIÓN
REVISTA ARGENTINA
DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192
210
211LA EMPATÍA EN EL EJERCICIO Y FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y SANITARISTAS, Y SU RELACIÓN CON MINDFULNESS Y COMPASIÓN
REVISTA ARGENTINA
DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192
su establecimiento faci l i ta un vínculo tera-
péutico efect ivo y benef ic ioso con los pa-
c ientes (Lambert y Bar ley, 2001) .
En los ú l t imos años, la Amer ican
Psychologica l Assoc iat ion ha reconoc ido
que la empatía es una de las var iables que
cuenta con mayor apoyo empír ico en la ex-
pl icación de las mejoras der ivadas del t ra-
tamiento ps ico lóg ico (Norcross , 2011) .
Este hecho ha generado un notable incre-
mento en su investigación, habiéndose ob-
servado una asoc iac ión entre los n ive les
de empatía que perciben los pacientes en
su psicoterapeuta y su mejor ía durante el
proceso terapéut ico (E l l iot t , Bohart , Wat-
son y Greenberg, 2011). Sin embargo, algu-
nos autores sugieren que s igue s iendo
necesar ia una mayor e laborac ión y desa-
rrol lo conceptual sobre la empatía, debido
a la importanc ia de esta habi l idad –y su
entrenamiento- en la act ividad profesional
de los ps icó logos c l ín icos y sani tar is tas
(Bohart y Greenberg, 1997; Norcross y
Wampold, 2011) , ya que ésta adquiere una
elevada inf luencia en el éxi to de sus inter-
venciones. En este sent ido, mindfulness y
compasión, una forma de relación abierta,
amable y espec ia lmente sa ludable con la
exper ienc ia en su estado actual (S iegel ,
2007), se encuentran ínt imamente vincula-
dos a la empatía. Así , son var ias las inves-
t igac iones que señalan los benef ic ios de
las intervenciones basadas en mindfulness
y compasión ( IBMC) sobre esta habi l idad
(Bibeau, Dionne y Leblanc, 2016; Lamothe,
Rondeau, Malboeuf -Hurtubise , Duval y
Sultan, 2016; Luberto et a l . , 2018).
En este art ículo, se anal iza la importan-
c ia de la empatía en el ámbito de la psico-
terapia , exponiendo la evoluc ión de este
constructo y su relación con mindfulness y
compasión, y atendiendo a las ventajas de
inc lu i r estas est rateg ias de intervenc ión
para mejorar la empat ía en la formación
univers i tar ia de los ps icó logos c l ín icos y
sanitar istas.
La empatía en el ámbito de la psicote-
rapia
Entre las d iversas aprox imaciones a l
ámbito de la psicoterapia, ésta ha s ido en-
tendida como una act iv idad especí f ica de
construcc ión de s ign i f i cados (Bohart y
Greenberg, 1997). En el la e l terapeuta y e l
pac iente exploran de forma conjunta los
di ferentes aspectos de la v ida de este úl -
t imo, in terv in iendo sobre aquel los e le -
mentos que sean desadaptat ivos , en
vistas de alcanzar un equi l ibr io emocional
y un bienestar sostenible. La psicoterapia
supone as í un espac io en e l que e l tera-
peuta se sirve de su experiencia y aprendi-
za jes para acompañar y gu iar a su
pac iente en un e jerc ic io cont inuo de in -
trospección. Esta importante act iv idad de
“sumergirse en su universo” es lo que se
ha denominado int rospecc ión v icar ia
(Kohut , 1959, 1984) o empat ía (Rogers ,
1957, 1959).
La natura leza int rospect iva de la
empat ía queda re f le jada en la def in ic ión
que aporta Rogers (1975) sobre el la, a l en-
tender la como una act i tud que impl ica
“viv i r temporalmente en la v ida del otro”
y “señalar los posibles s igni f icados en e l
f lu jo de su exper ienc ia” , ayudándole a
avanzar en su autoconocimiento en un pro-
ceso en el que “el terapeuta abandona sus
opiniones y valores para penetrar s in pre-
juicios en el mundo de la otra persona” (p.
4) . Según Kohut ( 1984) , la empat ía es la
habi l idad de pensar y sent i r la v ida inte-
r ior del paciente como s i fuese la propia,
acompañándole en la labor de autobserva-
c ión, guiándole y asist iéndole en el e jerc i -
c io de int rospecc ión. En este sent ido,
Bohart y Greenberg (1997) señalan que
ésta es una act ividad conjunta en la que el
terapeuta y e l pac iente forman una uni -
dad, de manera que “ambos están conver-
g iendo en la d i recc ión de la construcc ión
de un nuevo s igni f icado” (p. 445).
S in embargo, los d i ferentes enfoques
existentes en el estudio de la empatía va-
r ían de forma sustancia l entre e l los , y se
a le jan bastante de la v is ión g lobal ex -
puesta anter iormente,lo que hace necesa-
r io un importante esfuerzo de integración
para avanzar en e l conoc imiento de este
fenómeno (Fernández-Pinto, López-Pérez y
Márquez, 2008; Mateu, Campil lo, González
y Gómez, 2010; Ol ivera, Braun y Roussos,
2011) . Se presenta a cont inuación una s ín-
tes is de los pr inc ipa les aportes teór icos
sobre la empatía –en los que se acentúan
sus aspectos cognit ivos y/o emocionales-
, y se exponen los intentos de integración
de ambos en una def in ic ión mul t id imen-
sional de la empatía.
La empatía cognit iva y emocional y el
esfuerzo de integración
En las primeras definiciones que surgie-
ron sobre la empatía, no se establece una
c lara d i ferenc iac ión entre su ver t iente
cognit iva y emocional . E l término antece-
sor a l de empat ía –e infühlung- fue acu-
ñado por e l f i lósofo alemán Vischer (1873)
212 MIGUEL BELLOSTA-BATALLA, AUSIÀS CEBOLLA, JOSEFA PÉREZ-BLASCO Y LUIS MOYA-ALBIOL
REVISTA ARGENTINA
DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192
en e l ámbi to de la estét ica y e l a r te , y
puede traducirse por “sentirse dentro de”,
lo que supuestamente har ía re ferenc ia a
que se trata de una experiencia emocional.
La ut i l ización que se le dio más adelante,
entendiendo la e infühlung como una pro-
yecc ión de sent imientos de l yo sobre los
demás (L ipps, 1906) , estar ía en l ínea con
esta interpretación, incluyendo además un
elemento nuevo: la proyección como la v ía
fundamental que se encuentra a la base de
este fenómeno. Años más tarde, esto ser ía
desarrol lado por a lgunos autores de la es-
cuela ps icoanal í t i ca , exponiendo que la
empat ía supone una forma de ident i f i ca-
ción (Fenichel , 1945). Según este enfoque,
la empat ía ser ía un proceso cogni t ivo , s i
b ien esta ident i f i cac ión der ivar ía en una
proyecc ión de aspectos emocionales de
uno mismo.
La int roducc ión de l concepto de adop-
c ión de perspect iva y de una esca la para
su evaluación (Dymond, 1949) dio lugar a
un acercamiento a l estudio de la empatía
desde una v is ión cogni t iva , def in iéndola
como el intento de entender lo que sucede
en la mente de los demás (Hogan, 1969) .
Esta def in ic ión se a le ja de la empat ía
como una forma de ident i f icación –ya que
en e l la no se produce una proyecc ión del
yo sobre e l o t ro- , y se encuentra ín t ima-
mente re lac ionada con la teor ía de la
mente o la inte l igencia soc ia l (Premack y
Woodruff , 1978), al refer irse a la habi l idad
de in fer i r estados menta les a jenos. En
este sentido, es especialmente interesante
la d is t inc ión que se establece entre la
adopción de perspect iva cogni t iva y la
adopción de perspect iva a fect iva (E isen-
berg y St rayer , 1987) , s iendo ambas un
proceso intelectual en el que se at iende a
di ferentes aspectos de la exper ienc ia de
los demás. S in embargo, a lgunos autores
sost ienen que la empatía es un fenómeno
exc lus ivamente emocional , a l def in i r la
como una respuesta v icar ia en la que se
reproducen en uno mismo las emociones
ajenas (Mehrabian y Epstein, 1972). Según
el los, la empat ía ser ía una reacc ión afec-
t iva que se exper imenta al observar a una
persona en una determinada s i tuac ión, y
que se cor responde con la emoción que
ésta está s int iendo (Hoffman, 1987).
Ante el enfrentamiento de los enfoques
cognit ivos y emocionales, Davis (1980) su-
gi r ió un modelo y un instrumento de eva-
luac ión de la empat ía en e l que se
inc luyen e in tegran ambas ver t ientes , lo
cual supone un importante avance en e l
conoc imiento de este fenómeno. Según
este autor, la empatía se compone de una
ser ie de elementos que se encuentran v in-
cu lados entre s í , y que se d i ferenc ian en
función de su naturaleza cognit iva o emo-
c ional , asoc iándose de forma d i ferente
con dist intas variables relacionadas con el
funcionamiento social , como la emociona-
l idad y la sens ib i l idad f rente a l suf r i -
miento de los demás (Dav is , 1983) . Este
inst rumento inc luye una subesca la en la
que se evalúan los sent imientos de ansie-
dad al observar e l sufr imiento a jeno, una
reacción que se conoce como angust ia em-
pát ica (Kl imecki y Singer, 2012), y que se
ha asociado a una act iv idad neural especí -
f ica y di ferente a la de la empatía (Ashar,
Andrews-Hanna, Dimidj ian y Wager, 2017).
Este e fecto es debido a que no se esta-
blece una separación entre las emociones
ajenas y las de uno mismo, de forma que
el observador no cons igue abst raerse en
este acercamiento emocional y hace suyo
el estado interno de los demás, s iendo
éste un fenómeno dist into a la empatía a l
que algunos autores han denominado s im-
pat ía (Moya-Albiol , 2018).
Empatía exacta y subjet iva: Sesgos en
la inferencia
En los últ imos años, se ha señalado
una importante diferencia entre la empatía
exacta y subjet iva . Bre i thaupt (2009) de-
f ine la empat ía exacta como la habi l idad
de enf rentarse ante una s i tuac ión a jena
abandonando la propia subjet iv idad, e in-
f i r iendo e l estado cogni t ivo y emocional
de l ind iv iduo que la exper imenta en fun-
c ión de sus v ivencias anter iores. La empa-
t ía subjet iva es la inc l inac ión a hacer lo
ignorando sus esquemas cogni t ivos y
aprendiza jes , s iendo un fenómeno auto-
mát ico e inconsc iente en e l que entende-
mos las s i tuaciones de los demás en base
a nuestras expectat ivas.
Esta diferenciación afecta únicamente a
la empatía cognit iva, ya que se ref iere a la
manera en la que interpretamos las expe-
r ienc ias y e l estado emocional a jeno. No
obstante , puede in f lu i r en nosotros de
forma afect iva , generando una respuesta
de simpatía ante el malestar de los demás.
As í , Batson, Ear ly y Sa lvarani ( 1997) ob-
servaron que la reacción emocional en un
grupo de su jetos f rente a l suf r imiento
ajeno era di ferente en función de su acer-
camiento cogni t ivo: s i se les an imaba a
imaginar “cómo se sentía el otro”, o se les
indicaba que se imaginasen “cómo se sen-
213LA EMPATÍA EN EL EJERCICIO Y FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y SANITARISTAS, Y SU RELACIÓN CON MINDFULNESS Y COMPASIÓN
REVISTA ARGENTINA
DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192
t i r ían el los s i estuviesen en su s i tuación”.
Según los autores, en ambos casos exist ía
una respuesta empát ica, s i b ien en e l se-
gundo se observaba además un estado de
sufr imiento. Esto es así debido a que eva-
luaban sus emociones imaginándose a s í
mismos exper imentando esa s i tuac ión, o
evocando alguna vivencia afectiva anterior
s imi lar a ésta . Esta aprox imación suele
conl levar una ser ie de sesgos en la in fe -
rencia sobre el estado cognit ivo y emocio-
na l de los demás –establec iéndose una
empat ía subjet iva- , lo que impide e l ade-
cuado entendimiento de sus exper iencias
(Bre i thaupt , 2009) . Además, s i b ien este
fenómeno impl ica la adopc ión de unas
emociones acordes a la s i tuac ión imagi -
nada, éstas no s iempre van a ser iguales a
las que exper imenta e l sujeto observado,
ya que en últ ima instancia, están inf luidas
por las v ivencias del indiv iduo.
Sin embargo, es evidente que a lcanzar
una empatía exacta es v irtualmente impo-
sible, ya que la interpretación de las situa-
c iones de los demás se ve afectada por
nuestras exper iencias, s iendo inevi table
que entendamos su v ida en función de su
simil i tud con lo que hayamos viv ido ante-
riormente (Davis, 1996). En este sentido, el
acercamiento empát ico s iempre es subje-
t ivo –y es que únicamente se puedegene-
rar desde uno mismo-, aunque es posible
atenuar la inf luencia y los sesgos de nues-
tros aprendizajes y vivencias anteriores en
él, favoreciendo así un verdadero entendi-
miento de las situaciones ajenas. Basándo-
nos en lo anter ior , en este ar t ículo
sugerimos uti l izar “empatía cognit iva” (en
vez de “empatía exacta”) para refer irnos a
la habi l idad de infer i r e l estado cognit ivo
y emocional de los demás –s iendo que
ambos conceptos se superponen-, y susti -
tu i r la expresión de “empat ía subjet iva”
por la de “sesgos en la in ferencia”, ev i -
tando una confusión en relación a la subje-
t iv idad de la empatía.
La estructuración y c lar i f icación de los
factores y subt ipos de empat ía , y de los
errores que se pueden producir en el la, es
especialmente necesaria al estudiarla e in-
tentar esclarecer su asociación con mind-
fulness y compasión. Aportamos entonces
la s iguiente def inic ión de los sesgos en la
in ferenc ia , con e l ob jet ivo de fac i l i tar su
invest igación: los sesgos en la inferencia
son una ser ie de errores que aparecen de
forma automática en la interpretación del
estado cogni t ivo y emocional a jeno ante
una determinada s i tuación, y que pueden
afectar negat ivamente a la empatía cogni-
t iva . En e l los , e l observador at r ibuye e l
s ignif icado que esta s i tuación adquiere en
la v ida de los demás en base a su s istema
de valores, creencias y aprendizajes, y no
a los del indiv iduo que la está exper imen-
tando, suponiendo que in f lu i rá sobre su
esfera cogni t iva y emocional –y en gene-
ral , en su funcionamiento en el ámbito so-
c ia l - en un sent ido espec í f i co que no
siempre se asemeja a sus v ivencias.
La empatía en el ejercic io y formación
de los psicólogos cl ínicos y sanitaristas
Sintet izando lo anter ior , en la actua l i -
dad se entiende la empatía como una habi-
l idad en la que se integran e interaccionan
entre s í los s iguientes elementos: la infe-
rencia del estado cognit ivo y emocional de
los demás (empatía cognit iva) , la v ivencia
afect iva de sus emociones (empat ía emo-
cional) y la regulación de esa exper iencia
emocional (Decety y Lamm, 2009; Moya-Al-
biol , 2018; Singer y Lamm, 2009).
La empatía se genera siempre gracias al
contagio emocional , un evento no verbal
que sucede de forma automát ica en las
interacc iones socia les, y en e l que se ad-
vierte la inf luencia afect iva de las emocio-
nes a jenas, s i rv iendo de guía en la
e laborac ión inte lectual que se rea l i za
sobre el las. No obstante, es necesaria una
separación para su adecuada comprensión
y ev i tar la apar ic ión de una respuesta de
simpatía (Moya-Albiol , 2018). En el ámbito
de la ps icoterapia , esto ú l t imo es espe-
c ia lmente importante , ya que la fus ión
emocional impide e l establec imiento de
una atenc ión sa ludable y e fect iva hac ia
los pacientes, y se encuentra a la base de
la exper ienc ia de angust ia empát ica a l
acercarse a su suf r imiento (Cout inho,
S i lva y Decety , 2014; K l imecki y S inger ,
2012). Además, es interesante señalar que
la empatía cognit iva puede verse afectada
por una serie de sesgos en la inferencia, lo
que in f luye negat ivamente en e l entendi -
miento de las s i tuac iones de los demás
(Breithaupt, 2009).
E l aprendiza je de habi l idades empát i -
cas se anuncia así como un elemento esen-
c ia l en e l e jerc ic io profes ional de los
ps icó logos y ps icoterapeutas , ya que les
ayuda a aumentar su sensibi l idad ante los
estados internos y las s i tuaciones de sus
pacientes, y favorece la acogida de sus ex-
per ienc ias de forma sa ludable (Bohart y
Greenberg, 1997; Norcross, 2011; Norcross
y Wampold, 2011). Siguiendo esta l ínea, es
214 MIGUEL BELLOSTA-BATALLA, AUSIÀS CEBOLLA, JOSEFA PÉREZ-BLASCO Y LUIS MOYA-ALBIOL
REVISTA ARGENTINA
DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192
fundamental que el v ínculo terapéutico se
sustente en una act i tud verdaderamente
empát ica –y lo más l ibre de sesgos pos i -
ble- , que garant ice una escucha s incera y
fac i l i te e l éx i to de las in tervenc iones
(El l iot t et a l . , 2011; Norcross, 2011) , inhi -
b iendo las consecuenc ias negat ivas de l
contacto con e l suf r imiento a jeno (K l i -
mecki y Singer, 2012; Moya-Albiol , 2018) .
No obstante , este hecho no está s iendo
suf ic ientemente atendido en e l entorno
académico y univers i tar io , s iendo uno de
los objet ivos a segui r en la formación de
los ps icó logos (Sa ldaña, Bados, Garc ía -
Grau, Balaguer y Fusté, 2009).
En la actual idad, existen di ferentes es-
trategias de intervención dir igidas a incre-
mentar la empat ía en estudiantes
universitarios y en profesionales sanitaris-
tas (Bat t -Rawden, Chiso lm, Anton y F l i c -
k inger , 2013) . En su mayor ía , estos
programas están enfocados a aumentar las
habi l idades soc ia les para interactuar de
manera empát ica , s in va lorar la gest ión
emocional y los estados internos de l ob-
servador . A lgunos autores señalan que
esto puede suponer que los a lumnos
aprendan a ident i f i car los sent imientos
ajenos de forma adecuada, y s in embargo,
no l leguen a experimentar una empatía ge-
nuina (Coutinho et a l . , 2014). En este sen-
t ido, en los ú l t imos años ha surg ido un
elevado interés por introducir las IBMC en
la formación univers i tar ia de los ps icó lo-
gos, a l ser in tervenc iones que ya se han
implementado con éxito en el ámbito aca-
démico (e .g . Be l losta-Bata l la , A l fonso-
Benl l iure y Pérez-Blasco, 2017a) y en las
que se fomenta e l autoconoc imiento y e l
manejo sa ludable de las exper ienc ias in -
ternas y externas, estando ínt imamente re-
lac ionadas con la verdadera act i tud
empát ica (Bel losta-Batal la , Pérez-Blasco,
Cebol la y Moya-Albiol , 2017b).
Bases del entrenamiento en mindful -
ness y compasión
Las IBMC se han establecido como una
estrateg ia de gran ut i l idad en e l entorno
c l ín ico y sani tar io , grac ias a sus e fectos
benef ic iosos sobre e l b ienestar f í s ico y
psicológico (Bel losta-Batal la et a l . , 2018;
Khoury , Sharma, Rush y Fourn ier , 2015) .
En e l ámbi to de la sa lud menta l , ex is ten
var ios programas de intervenc ión en los
que se incluye la práct ica de mindfulness
y/o compasión como un e lemento funda-
menta l (Keng, Smoski y Robins , 2011) ,
const i tuyendo, en algunos casos, un enfo-
que psicoterapéutico en s í mismo (e.g. At-
tachment-Based Compass ion Therapy,
ABCT; Garc ía -Campayo, Navarro-Gi l y De-
marzo, 2016).
Mindfulness es un estado mental en e l
que se atiende intencionadamente a lo que
sucede en nosotros mismos y a nuestro al -
rededor, de forma que nos hacemos cons-
c ientes de los d i ferentes aspectos de
nuestra exper ienc ia , adoptando una act i -
tud espec í f i ca hac ia e l los (B ishop et a l . ,
2004). Siguiendo a Kabat-Zinn (1990), esta
act i tud se sost iene en la aceptac ión y la
ausenc ia de ju ic ios hac ia lo que se está
observando, inhibiendo en lo posible la in-
f luencia y los sesgos de nuestros aprendi-
zajes y v ivencias anter iores. Según Siegel
(2007), esto úl t imo incluye la cur iosidad,
la apertura, la aceptación y e l amor al ob-
jeto observado. En estado mindfulness, se
acentúa la no ident i f icac ión con nuestros
pensamientos y emociones, entendiéndo-
los como una ser ie de eventos mentales e
interpretaciones que nos informan acerca
de nuestras experiencias, aunque no siem-
pre se a justan a la rea l idad (Kabat -Z inn,
1990; Siegel, 2007). Varios autores han in-
t roducido un modelo expl icat ivo sobre e l
funcionamiento de mindfulness (Hölzel et
a l . , 2011) , sugi r iendo que sus benef ic ios
se deben a la interacción de los s iguientes
elementos: la regulación de la atención, el
aumento de la sensibi l idad interocept iva,
la gest ión ef icaz de las emociones y e l au-
mento de la autoconsc ienc ia , ev i tando la
identif icación con un self estático (Hervás,
Cebol la y Soler , 2016).
Sin embargo, mindfulness no es única-
mente un fenómeno cognit ivo en el que se
amplía la atención y se desarrol la una fun-
c ión int rospect iva , s ino que impl ica ade-
más un aspecto soc ioemocional y un
sent ido ét ico (Grossman, 2013) . En esta
l ínea, mindfu lness supone un acerca-
miento amable hac ia e l objeto o la s i tua-
c ión que se está observando, s iendo esto
una forma impl íc i ta de amor bondadoso
(Bri to, Campos y Cebol la, 2018; Salzberg,
2011; Siegel , 2007), y s i nos encontramos
frente a un estado de sufr imiento, de com-
pas ión y autocompasión (G i lber t , 2005,
2010; Nef f , 2003, 2011) . La compasión se
ent iende as í como un sent imiento gene-
rado ante el sufr imiento –ya sea nuestro o
ajeno-, en el que se acoge con una act i tud
abier ta y amable , y que inc luye la in ten-
c ión de a l iv iar lo (E l i ces et a l . , 2017; G i l -
ber t , 2005; S iegel y Germer , 2012) . En
re lac ión con lo anter ior , la compasión in-
215LA EMPATÍA EN EL EJERCICIO Y FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y SANITARISTAS, Y SU RELACIÓN CON MINDFULNESS Y COMPASIÓN
REVISTA ARGENTINA
DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192
tegra los s iguientes elementos v inculados
entre s í : la ident i f icación del sufr imiento,
e l entendimiento de que su v ivenc ia es
una exper iencia humana universal , la s in-
tonía afect iva con aquel los que sufren, la
gest ión ef icaz de las emociones asociadas
a este acercamiento y las acciones que se
rea l izan con la in tenc ión de a l iv iar lo
(Strauss et a l . , 2016).
En def ini t iva, mindfulness y compasión
aumentan nuestra sensibi l idad hacia el es-
tado interno y las s i tuac iones de los
demás, ayudándonos a sostener las emo-
ciones negativas de forma saludable, al fo-
mentar una ser ie de habi l idades que son
imprescindibles y subyacen al e jerc ic io de
la psicoterapia (Araya-Véliz y Porter, 2017;
Br i to , 2014; Shapi ro y Car lson, 2009) . En
función de esto últ imo, son var ios los au-
tores que sugieren la inclusión de IBMC en
la formación univers i tar ia de los ps icó lo-
gos y ps icoterapeutas (e .g . Bruce, Sha-
piro, Constant ino y Manber, 2010; Germer,
Siegel y Fulton, 2013; Siegel , 2010), seña-
lando sus benef ic ios en una act i tud básica
como es la empatía.
Efectos de las intervenciones basadas
en mindfulness y compasión sobre la em-
patía
En los últ imos años, se ha producido un
incremento de las invest igac iones acerca
de la in f luenc ia de las IBMC sobre la em-
pat ía , establec iéndose como una estrate-
gia ef icaz para aumentar esta habi l idad en
los psicólogos c l ín icos y sanitar istas (Be-
l losta-Bata l la e t a l . , 2017b) . Además, se
ha señalado la ex is tenc ia de una asoc ia-
c ión entre las act i tudes mindfu lness au-
to in formadas en los ps icoterapeutas y la
empat ía que se perc ibe en e l los (Fu l ton,
2016) , y se ha v is to que su formación en
mindfu lness in f luye benef ic iosamente –y
de forma indi recta , s in neces idad de que
éstos lo apliquen en sus sesiones- sobre la
salud y la s intomatología de sus pacientes
(Grepmair et a l . , 2007).
En este sent ido, la mayor ía de invest i -
gac iones señalan que las in tervenc iones
basadas en mindfulness ( IBM) aumentan la
act i tud empát ica en los profes ionales sa-
n i tar is tas (Lamothe et a l . , 2016) , s i b ien
hay estudios en los que no se han encon-
trado efectos en esta variable asociados al
entrenamiento (e .g. Verwei j et a l . , 2016) .
A lgunos autores expl ican estas incons is -
tenc ias debido a los e levados n ive les de
empat ía observados en la l ínea base de
esta población, así como a una baja sensi -
bi l idad al cambio de las dist intas escalas
de eva luac ión ut i l i zadas (Boel l inghaus,
Jones y Hutton, 2014).
En cuanto a las intervenciones basadas
en compas ión ( IBC) , su ap l i cac ión en e l
ámbito de la sa lud es más rec iente, por lo
que todav ía no ex is te una ampl ia ev iden-
c ia empír ica acerca de su inf luencia sobre
la empat ía en ps icó logos c l ín icos y san i -
ta r i s tas , aunque los resu l tados ac tua les
apuntan en esta misma d i recc ión (B ibeau
et a l . , 2016; Boel l inghaus, Jones y Hutton,
2013) . As í , l a compas ión se ha re lac io -
nado con e l i nc remento de la ac t i v idad
neural en d i ferentes áreas v inculadas con
la cognic ión soc ia l y la empat ía , como la
ínsu la y l a co r teza c ingu lada ante r io r
(Lutz , Brefczynsk i -Lewis , Johnstone y Da-
v idson, 2008; Weng et a l . , 2013) . Además,
se ha v is to que las IBC aumentan la exac-
t i tud empát i ca (Mascaro , R i l l i ng , Tenz in
Neg i y Ra ison , 2013) , eva luada con un
ins t rumento de e jecuc ión en e l que los
sujetos intentan in fer i r e l estado emocio-
na l a jeno observando una se r ie de fo to -
g ra f ías (Read ing the Mind in the Eyes ;
Baron-Cohen , Whee lwr ight , H i l l , Ras te y
P lumb, 2001 ) . Es te hecho supone un as -
pec to novedoso con respecto a las ante -
r io res inves t igac iones , en las que
únicamente se han ut i l izado autoinformes
para la eva luac ión de la empat ía .
F inalmente, a lgunos estudios han apl i -
cado IBM en las que se incorporan di feren-
tes e lementos de las IBC, obteniendo
efectos benef ic iosos sobre la empat ía en
estudiantes de ps ico log ía (e .g . Be l losta-
Bata l la , Pérez-Blasco, Nácher y Moya-Al -
biol , 2016). En este sentido, es importante
señalar que mindfulness y compasión son
constructos ínt imamente relacionados, ya
que la práct ica de mindfulness impl ica un
acercamiento amable al sufr imiento (com-
pasión impl íc i ta) , y las IBC (compasión ex-
pl íc i ta) inc luyen un entrenamiento básico
en mindfulness (Br i to et a l . , 2018; Simón,
2015). En base a esto últ imo –y a los estu-
d ios anal izados- , es pos ib le a f i rmar la
ex is tenc ia de una f i rme asoc iac ión entre
mindfulness, empatía y compasión.
Mindfulness, empatía y compasión
Las act i tudes asociadas a la práct ica de
mindfu lness y compasión están ínt ima-
mente re lac ionadas con la empat ía , y su
entrenamiento supone una al ternat iva ef i -
caz para aumentar esta habi l idad (Be-
l losta-Batal la et a l . , 2017b).
Si se desglosa el modelo de Hölzel y co-
216 MIGUEL BELLOSTA-BATALLA, AUSIÀS CEBOLLA, JOSEFA PÉREZ-BLASCO Y LUIS MOYA-ALBIOL
REVISTA ARGENTINA
DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192
laboradores (2011) int roducido anter ior -
mente, se observa cómo los diferentes me-
canismos suger idos en é l se encuentran
vinculados a la empatía. La regulación de
la atención fac i l i ta la escucha y la adop-
ción de una act itud abierta hacia las expe-
riencias ajenas, siendo un aspecto esencial
en la formación del v ínculo empát ico
(Moya-Albiol, 2018). La sensibil idad intero-
ceptiva nos ayuda a identif icar el efecto de
las emociones de los demás en nuestro es-
tado afect ivo, favorec iendo una e levada
sintonización con sus vivencias y sirviendo
de guía en la e laboración inte lectual que
se efectúa sobre e l las (Grynbergy Pol la-
tos, 2015). La gestión ef icaz de las emocio-
nes adquiere un gran importancia en este
acercamiento, ya que faci l i ta la separación
y e l establec imiento del espacio de l iber -
tad suficiente para evitar una respuesta de
simpat ía y/o de angust ia empát ica (K l i -
mecki y Singer, 2012; Moya-Albiol , 2018) .
Así, algunos estudios han señalado la exis-
tencia de una asociación entre la empatía
y la regulación emocional (e.g. Schipper y
Petermann, 2013). F inalmente, la observa-
ción de la experiencia en su estado actual
y e l aumento de la autoconsciencia nos
ayudan a ev i tar la in f luencia de nuestros
valores y aprendizajes anteriores en el en-
tendimiento de las s i tuaciones de los
demás (Brei thaupt , 2009; S iegel , 2007) ,
inhibiendo la acomodación de su imagen a
nuestras expectat ivas, y atenuando los
sesgos en la in ferencia sobre su estado
cognit ivo y emocional.
En def in i t iva, mindfulness nos ayuda a
reconocer emociones más sut i les en nos-
otros mismos y en aquel los que se encuen-
tran a nuestro alrededor, y a relacionarnos
con el las con una act i tud saludable (Br i to,
2014) . As í mismo, la compasión nos per -
mi te acoger la a fect iv idad negat iva con
amabi l idad, establec iendo una base se-
gura y un equi l ibr io emocional sobre e l
que es pos ib le sostener la s in vernos su-
mergidos en el la (García-Campayo, Cebolla
y Demarzo, 2016) . Es importante señalar
que la compasión supone además la adop-
c ión de una act i tud empát ica , a l inc lu i r
una ident i f i cac ión de l suf r imiento, una
sintonización afect iva y una gest ión ef icaz
de este acercamiento emocional (St rauss
et a l . , 2016).
S intet izando lo anter ior , las IBMC pue-
den ser especia lmente út i les en la forma-
c ión de los ps icó logos c l ín icos y
san i ta r is tas , ya que favorecen una escu-
cha auténtica enfocada a la suti leza de los
di ferentes encuentros interpersonales, en
la que se at iende a l s ign i f i cado que sub-
yace a l conten ido exp l í c i to de las ses io -
nes (S i l va -So ler y Araya-Vé l i z , 2016) . Se
genera as í un acercamiento empát ico y un
ambiente de aceptac ión, lo que fac i l i ta la
expres ión y e l entend imiento de los pa-
c ientes , es tab lec iendo un espac io de se -
gur idad que adquiere una in f luenc ia
fundamenta l en e l éx i to de las in terven-
c iones apl icadas (E l l iot t et a l . , 2011; Kei j -
sers e t a l . , 2000) . Además, y en ú l t ima
instancia, la compasión puede entenderse
como el e je vertebrador que s i rve de guía
y en e l que se apoyan las d ist intas actua-
c iones ps icológicas –s in importar e l enfo-
que y la escue la de l ps icoterapeuta- , ya
que fac i l i ta una aper tura y una a tenc ión
sa ludable en la que se acoge e l su f r i -
miento a jeno con la intención de a l iv iar lo
(E l i ces e t a l . , 2017; S iege l y Germer ,
2012), const i tuyendo el e lemento esencial
sobre e l que se construye e l v ínculo tera-
péut ico (S imón, 2012) . En este sent ido, la
explorac ión y e l entendimiento de la v ida
de un ind iv iduo no só lo evo luc ionan en
una ac t i tud compas iva , s ino que se sus -
tentan en e l la , a l a lbergar la intención de
ayudar le a aumentar su autoconocimiento
y alcanzar así una estabi l idad y un bienes-
tar emocional .
CONCLUSIONES
La empatía es un aspecto esencial en el
e jerc ic io y la formación de los ps icotera-
peutas (Norcross y Wampold, 2011) ,
s iendo una condic ión necesar ia en el acer-
camiento saludable al sufr imiento, y cons-
t i tuyendo la base sobre la que se sost iene
la act i tud compasiva y se construye el v ín-
culo terapéutico (Simón, 2012, 2015).
E l aumento de las inves t igac iones
acerca de los e fectos benef ic iosos de las
IBMC sobre la empat ía (Be l los ta -Bata l la
et a l . , 2017b) apunta hac ia la pos ib i l idad
de su implementac ión como una a l te rna-
t iva e f icaz para mejorar esta habi l idad en
la formación univers i tar ia de los ps icó lo-
gos c l ín i cos y san i ta r i s tas (B ruce e t a l . ,
2010; Germer e t a l . , 2013; S iege l , 2010) .
Estas intervenc iones se ven benef ic iadas
por e l hecho de se r compat ib les con las
d i fe rentes escue las de ps i co te rap ia , a l
ent renar una se r ie de ac t i tudes y hab i l i -
dades bás i cas que son ind ispensab les y
subyacen a l e je rc i c io p ro fes iona l de los
ps icó logos y ps i co te rapeutas , indepen-
217LA EMPATÍA EN EL EJERCICIO Y FORMACIÓN DE LOS PSICÓLOGOS CLÍNICOS Y SANITARISTAS, Y SU RELACIÓN CON MINDFULNESS Y COMPASIÓN
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DE CLÍNICA PSICOLÓGICAVol. XXVIII MAYO 20192
d ientemente de l en foque teór i co en e l
que se base su actuac ión.
Sin embargo, son necesar ias nuevas in-
vest igaciones en las que se incluya una vi -
s ión integradora de la empatía, evaluando
sus aspectos autoinformados, biológicos y
re lac ionados con la e jecuc ión, y a ten-
diendo a las aportaciones sobre el la en el
ámbito de las neurociencias (Moya-Albiol ,
Herrero y Bernal , 2010) . Esto ú l t imo ad-
quiere una elevada importancia, ya que en
la mayoría de los estudios únicamente se
ha descr i to un aumento en la empatía au-
toinformada. Así mismo, la e laboración de
nuevas escalas de empat ía que sean más
sensibles a los efectos de las intervencio-
nes –y en las que espec ia lmente, se in -
c luya una eva luac ión de los sesgos en la
in ferenc ia- es uno de los objet ivos a se-
gui r en esta área de invest igac ión (Boe-
l l inghaus et a l . , 2014). Saber ident i f icar y
evitar los errores en la interpretación del
estado cognit ivo y emocional a jeno es un
aspecto fundamenta l en e l establec i -
miento de una empat ía sa ludable y e fec-
t iva en e l ámbi to de la ps icoterapia . En
este sent ido, las IBMC pueden ser benef i -
c iosas en el entendimiento de las s i tuacio-
nes de los demás, ya que ayudan a
aumentar e l autoconocimiento y a separar
nuestras v ivencias y aprendizajes anter io-
res de la experiencia actual (Siegel, 2007),
faci l i tando así la inhibic ión de los sesgos
en la inferencia. No obstante, estos efec-
tos aún no han s ido anal izados de forma
empír ica , ya que este fenómeno no apa-
rece ref le jado en los instrumentos de eva-
luación ut i l izados hasta ahora.
Además, es necesar io explorar la aso-
c iac ión entre mindfu lness y compasión y
ot ras var iab les de gran re levanc ia en e l
e jerc ic io de la ps icoterapia , y que se en-
cuentran ínt imamente relacionadas con la
empat ía , como e l v ínculo terapéut ico
(Fossa y Mol ina, 2017), la a l ianza terapéu-
t ica (Corbel la y Bote l la , 2003) , e l est i lo
personal de l terapeuta (Fernández-Á lva-
rez , Garc ía , LoBianco y Corbel la , 2003) y
su creat iv idad (Kott ler y Hecker, 2002). F i -
na lmente, ser ía in teresante estudiar e l
efecto ais lado de los di ferentes elementos
que componen las IBMC, y comparar los
entre s í para d iseñar futuras intervencio-
nes a justadas a las necesidades especí f i -
cas de aprendiza je de los ps icó logos y
psicoterapeutas.
El sent ido fundamental que guía este
emergente ámbito de investigación es ayu-
dar a establecer una adecuada formación
universi tar ia en los psicólogos c l ín icos y
sanitaristas. Este objetivo se articula sobre
la base de una innovación de las estrate-
gias de enseñanza actuales, en v istas de
garant izar un buen funcionamiento y una
elevada efect iv idad de los servic ios y las
actuaciones psicológicas,lo que en últ ima
instancia, inf luye benef ic iosamente sobre
la salud y el bienestar de la sociedad.
Agradecimientos
Este estudio ha s ido posible gracias a la f inancia-
c ión de las Ayudas a la Invest igación 2017 de la
Fundación Banco Sabadel l , y las Ayudas para la for-
mación de personal invest igador predoctoral de la
General i tat Valenciana (ACIF/2016/383) y del Fondo
Social Europeo.
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